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124 Lingüística cartesiana Adquisición y uso del lenguaje 125

sales que prescriben la forma de cualquier lenguaje humano


es la «gramática general•. Tales condiciones universales no
ADQUISICIÓN Y USO DEL LENGUAJE se aprenden, más bien proporcionan los principios organi-
zadores que hacen posible el aprendizaje del lenguaje, que
han de existir si los datos han de conducir al conocimiento.
Hasta ahora, de la «lingüística cartesiana» hemos extraí-
Al atribuir tales principios a la mente, como propiedad inna-
do ciertas doctrinas características y muy importantes en ta, es posible explicar el hecho clarísimo de que quien habla
relación con la naturaleza del lenguaje y hemos trazado su
una lengua sabe mucho más de lo que ha aprendido.
desarrollo, muy someramente, durante el período que va Al aproximarse de este modo a la cuestión de la adquisi-
de Descartes a Humboldt. Como subproducto de este estudio ción del lenguaje y de los universales lingüísticos, la lingüís-
de la langue, y con el fondo de la teoría racionalista de la
tica cartesiana refleja la preocupación de la psicología racio-
mente, han surgido ciertos puntos de vista en relación a nalista del siglo xvit con la contribución de la mente al cono-
cómo se adquiere y se utiliza el lenguaje. Tras un largo in- cimiento humano. Quizá la más antigua exposición de lo que
termedio, estos puntos de vista comienzan una vez más a
se iba a convertir en un tema importante a lo largo de la
recibir la atención que merecen, aunque su aparición (como
mayor parte de este siglo es De Veritate\de Herbert de Cher-
la reaparición de las ideas centrales de la gramática trans-
bury (1624)”9 , donde desarrolla el punto de vista de que
formacional) fuera el resultado de tendencias casi por ente- hay ciertos «principios o nociones implantados en la mente>
ro independientes.
que «llevamos a los objetos desde nosotros mismos... [co-
La doctrina central de la lingüística cartesiana es que las mo)... don directo de la naturaleza, como mandamiento del
características generales de la estructura gramatical son instinto natural» (pág. 133). Aunque estas nociones comunes
comunes a todas las lenguas y reflejan ciertas propiedades «son estimuladas por los objetos., sin embargo, «nadie, por
fundamentales de la mente. Esta hipótesis fue la que condu- extraños que sean sus puntos de vista, imagina que las llevan
jo a los gramáticos filósofos a concentrarse en la gramática los propios objetos» (pág. 126). Antes bien, son esenciales
general antes que en la gramática particular y se expresa
en la creencia de Humboldt de que el análisis profundo mos-
de características fonéticas constituyen una fonética universal, no se
trará una «forma de lenguaje» común que sirve de base a la dice que cada una de estas características funcione en todas las len-
variedad nacional e individual lo. Hay, pues, ciertos univer- guas, sino más bien que cada lengua hace su elección particular entre
sales del lenguaje que establecen límites a la variedad del este sistema de características. Cf. Beauzée, op. cit., pág. IX: «Los
elementos necesarios del lenguaje... están, en efecto, en todas las
lenguaje humano ms. El estudio de las condiciones univer- lenguas, son de una necesidad indispensable para volver sensible la
exposición analítica y metafísica del pensamiento. Pero no pretendo
' 07 Sin embargo, el cuadro de Humboldt era un poco más com- hablar de una necesidad individual que no deje a ninguna lengua la
plejo. Cf. arriba, págs. 49.68. libertad de rechazar alguno; quiero solamente resaltar una necesidad
10
e Obsérvese que cuando están descritos en estos términos no específica que fija los limites de la elección que se puede realizar..
es preciso que los universales lingüísticos se encuentren en todas las 109
Traducido por M. H. Carré (1937), University of Bristol Stu-
lenguas. Así, por ejemplo, cuando se afirma que un cierto conjunto dies, núm. 6.
126 Lingüística cartesiana 127
Adquisición y uso del lenguaje
a la identificación de los objetos y a la comprensión de sus objetos, en su relación externa, a la acertada percep-
propiedades y relaciones. Aunque las «verdades intelectua- ción; quien busque estimar en qué contribuimos nos-
les» comprendidas entre las nociones comunes «parecen des- otros, o descubrir lo que se debe a fuentes ajenas o
vanecerse ante la ausencia de objetos, sin embargo, no pue- accidentales o, una vez más, a influencias innatas o a
factores que surgen de la naturaleza, tendrá que refe-
den permanecer enteramente pasivas y ociosas viendo que rirse a estos principios. Escuchamos a la voz de la
son esenciales a los objetos y los objetos a ellas... Sólo naturaleza no sólo en nuestra elección entre lo que
con su ayuda se hace posible dirigir al intelecto, ya sea es bueno o malo, beneficioso o perjudicial, sino tam-
con tipos de cosas familiares o nuevas, a que decida si nues- bién en esa correspondencia externa por la que distin-
guimos la verdad de la mentira, poseemos facultades
tras facultades subjetivas tienen un conocimiento preciso
ocultas que cuando están estimuladas por los objetos
de los hechos» (pág. 105). Por aplicación de estas verdades rápidamente les responden.
intelectuales que están «impresas en el alma por los dicta-
dos de la propia naturaleza», podemos comparar y combi- Sólo por medio del uso de estas «facultades innatas o nocio-
nar sensaciones individuales e interpretar la experiencia nes comunes» el intelecto puede determinar «si nuestras

1
-

en función de los objetos, de sus propiedades y de los acon- facultades subjetivas han ejercitado bien o mal sus percep-
tecimientos en los que participan. Evidentemente, estos prin- ciones» (pág. 87). Este «instinto natural, nos instruye así
cipios interpretativos no se pueden aprender por completo en «la naturaleza, manera y amplitud de lo que hay que oír,
a partir de la experiencia y además pueden ser independien- esperar o desear» (pág. 132).
tes de la misma. Según Herbert: Hay que tener cuidado al determinar qué son las nocio-
nes comunes, los principios y conceptos innatos que hacen
Están tan lejos de ser extraídos de la experiencia posible la experiencia. Para Herbert, «el principal criterio
o de la observación que, sin algunos o, al menos, tino
del instinto natural» es «el consentimiento universal» (pági-
de ellos, ni podríamos tener experiencia alguna ni ser
capaces de observación. Ya que, si no hubiese estado na 139). Pero se precisan dos requisitos. Primero, el consen-
escrito en nuestra alma que deberíamos examinar la ti miento universal ha de darse entre «hombres normales»
naturaleza de las cosas (y este imperativo no lo deri- (pág. 105). Es decir, hay que dejar a un lado a las «personas
vamos de las cosas), y si no hubiésemos estado dotados que están fuera de sí o que son incapaces mentales» (pági-
de las nociones comunes a tal objeto, jamás habría-
na 139) y a las que son «obstinadas, necias, débiles mentales
mos llegado a distinguir entre las cosas o a captar nin-
guna naturaleza general. Formas vagas, prodigios, imá- e imprudentes» (pág. 125). Y aunque estas facultades «puede
genes terribles, pasarían sin sentido e incluso peligro- que no estén ausentes por completo» e «incluso se puedan
samente delante de nuestras mentes, a menos que exis- detectar en los locos, borrachos y niños pequeños extraor-
tiese dentro de nosotros, en forma de nociones impre- dinarios poderes internos que cuidan de su seguridad»
sas en la mente, esa facultad análoga con la que distin-
(pág. 125), sin embargo, sólo podemos esperar encontrar el
guimos el bien del mal. ¿De qué otro sitio podríamos
haber recibido el conocimiento? En consecuencia, cual- consentimiento universal a las nociones comunes entre las
quiera que considere hasta qué grado contribuyen los personas normales, racionales y de mente clara. Segundo,

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es preciso una experiencia apropiada para encender o activar el conocimiento, y al subrayar que éstos son implícitos y
estos principios innatos; «es ley o destino de las nociones pueden requerir estímulos externos para activarse o para
comunes, y ciertamente de las demás formas de conocimien- ser susceptibles de introspección, Herbert expresó gran par-
to, permanecer inactivas a menos que las estimulen los obje- te de la teoría psicológica que sirve de base a la lingüística
tos» (pág. 120). A este respecto, las nociones comunes son cartesiana, lo mismo que subrayó los aspectos del conoci-
como las facultades de ver, oír, amar, esperar, etc., con las miento desarrollados por Descartes y, posteriormente, por
que nacemos y que «permanecen latentes cuando no están los platónicos ingleses, por Leibniz y por Kant flo.
presentes sus objetos correspondientes y que incluso desapa- La psicología que así se desarrolla es una especie de pla-
recen y no dan señales de su existencia» (pág. 132). Pero tonismo sin preexistencia. Leibniz lo pone de manifiesto en
este hecho no debe cegarnos hasta el punto de no darnos muchos lugares. Así, sostiene que «no se nos puede enseñar
cuenta de que «hay que considerar a las nociones comunes nada cuya idea no tengamos ya en nuestras mentes», y re-
no tanto como el resultado de la experiencia, sino como cuerda el «experimento» de Platón con el esclavo del Menón
principios sin los cuales careceríamos por completo de ex- como prueba de que «el alma conoce virtualmente esas co-
periencia», y de que es absurda la teoría de que «nuestra sas [es decir, las verdades de la geometría en este caso],
mente es una página en blanco, como si obtuviésemos la
capacidad de tratar con los objetos a partir de ellos mis- 110 Se trata de tendencias conocidas, a excepción, quizá, del pla-

mos» (pág. 132). tonismo inglés del siglo s'in. Véase A. O. Lovejoy, .Kant and the
English Platonistss. en Essays Philosophical and Psychological in Ho-
Las nociones comunes están «todas íntimamente relacio- nor of William James, New York, Longrnans, Creen and Co. (1908),
nadas» y se pueden colocar en un sistema (pág. 120); y aun- para examen del platonismo inglés, en particular de su interés en las
que «se pueden despertar un infinito número de facultades «ideas y categorías que entran en toda presentación de objetos y hacen
posible la unidad y la interrelación de la experiencia racional.. A su
en respuesta a un número infinito de objetos nuevos, todas vez, la explicación de Lovejoy se basa fundamentalmente en G. Lyons,
las nociones comunes que abarcan este orden de hechos L'idéalisme en Angleterre au XVIII' siécle, Paris (1888) Véase también
pueden quedar comprendidas en unas pocas proposiciones» J. Passmore. Ralph Cudworth, Cambridge University Press (1951); L.
Gysi. Platonism and Cartesianism in the Philosophy of Ralph Cud-
(pág. 106). No hay que identificar a este sistema de nociones worth, Berri, Verlag Herbert Lang and Cie. (1962). Algunas citas impor-
comunes con la «razón». Simplemente forma «esa parte del tantes de Descartes, Leibniz y otros se dan en Chomsky, Aspects of
conocimiento con la que estamos dotados en el plan primi- the Theory of Syntax, cap. 1, § 8, donde también se examina breve-
mente la importancia de esta posición en cuanto a los temas de ac-
genio de la naturaleza», y es importante tener presente que tualidad.
«la naturaleza del instinto natural consiste en realizarse a sí Véase también Chomsky, .Explanatory Models in Linguistics., y Katz,
mismo de un modo irracional, es decir, sin previsión algu- Philosophy of Language, para examen de una aproximación esencial-
mente racionalista al problema de la adquisición del lenguaje y a la
na». Por otra parte, «la razón es el proceso de aplicar las

1
falta de adecuación de las alternativas empíricas. En el mismo senti-
nociones comunes hasta donde se pueda» (págs. 120-121). do, véase Lenneberg, op. cit., y The Biological Bases for Language
/ (John Wilcy) y § VI de J. Poder and J. Katz (cd.), The Structure of
Al enfocar la atención en los principios interpretativos Language: Readings in the Philosophy of Language, Englcwood Cliffs,
innatos que son condición previa para la experiencia y para N. J., Prentice-Hall (1964).
Ling. cartesiana.-9
130 Lingüística cartesiana Adquisición y uso del lenguaje 131
y sólo precisa que se lo recuerden (adviertan) para recono-
son condición previa para la adquisición del lenguaje antes
cer las verdades. Consiguientemente, al menos posee la idea que cuestión de «institución» o «adiestramiento», es el su-
de la que dependen estas verdades. Incluso podemos decir puesto previo de la lingüística cartesiana 113 . Cuando Corde-
que ya posee estas verdades si las consideramos como rela- moy, por ejemplo, considera la adquisición del lenguaje
ciones de las ideas» (§ 26) 111 .
(op. cit., págs. 40 y sigs.), examina el papel de la instrucción
Desde luego, lo que en este sentido está latente en la men-
te a menudo puede requerir un estímulo externo apropiado probada por sus propios hechos y reducida a tinas nociones gene-
antes de activarse, y muchos de los principios innatos que rales.:

determinan la naturaleza del pensamiento y de la experien- Les finesses que cette Métaphysique découvre dans le Langa-
ge... viennent de la raison étemelle, qui nous dirige á notre
cia se pueden aplicar bien de un modo totalmente incons-
insu Vamement prétendroit.on que ceux qui parlent le mieux
ciente. Esto lo subraya Leibniz, en particular, en sus Nou- n'apereoivent pas ces principes délicats. Comment pourroicnt-
veaux Essais. ils les mettre si supérieurement en pratique sans les apercevoir
en rucune facon? J'avoue qu'ils nc scroicnt peut-étre pas en état
los principios del lenguaje y de la lógica natural se d'en raisonner sur-le-champ sclon toutes les regles, paree qu'ils
conocen de un modo inconsciente
conocen y que, en gran parte,
112
n'en ont point étudié l'ensemble et le systéme; mais enfin, puis-
qu'ils suivent ces principes, il !es sentent donc au.dedans d'eux-
mames; ils ne peuvent se dérober aux impressions de cette Logi-
que naturelle qui dirige secretement, mais irrésistiblement, les
111
Lcihniz, Discourse on Metaphysics. Las citas que aquí se dan
esprits droits dans toutes lcurs opérations. Or la Grammaire
son de la traducción inglesa de G. R. Montgomery, La Salle, Illinois,
genérale n'est que I'exposition raisonnée des procedes de cette
Open Court (1902). Con referencia a la teoría de Platón, Leibniz insiste
Logique naturelle.
solamente en que sea «purgada del error de la preexistencia.. Del
mismo modo. Cudworth acepta la teoría de la reminiscencia sin la
Las finuras que esta metafísica descubre en el lenguaje...
doctrina de la preexistencia que Platón sugiere como explicación de
vienen de la razón eterna que nos dirige sin darnos cuenta...
los hechos que describe: «Y este es el único sentido cierto y que se
En vano se pretenderá que los que mejor hablan no se dan
puede conceder, de aquella afirmación antigua de que el conocimiento
cuenta de estos delicados principios. ¿Cómo podrían ponerlos
es reminiscencia; no porque sea el recuerdo de algo que el alma tuvo
en práctica de modo tan superior sin percibirlos de alguna
en un estado preexistente antes de que lo conociera en realidad, sino
forma? Concedo que quizá no estuviesen en estado de razonar
porque corresponde a la mente comprender las cosas por algunas
inmediatamente según todas las reglas, porque no han estu-
anticipaciones interiores propias, algo que le es propio y natural, o
diado el conjunto y el sistema; pero, en fin, ya que siguen estos
algo que se ejerce activamente desde el interior de sí misma. ( Tree-
principios, los sienten, pues, en el interior de ellos mismos; no
tise concerning Eternal and /inmutable Alorality, pág. 424; las refe-
pueden desembarazarse de las impresiones de esta lógica natural
rencias a las páginas son de la primera edición americana de las obras
que dirige secreta, pero irresistiblemente, a los espíritus rectos
de Cudworth, vol. Ir, T. Birch, cd 1838).
en todas sus operaciones. Ahora bien, la gramática general no
El punto de vista de Leibniz (Discourse on Metaphysics, § 26) de
es más que la exposición razonada de los procedimientos de
que .en todo momento la mente expresa todos sus pensamientos fu-
esta lógica natural.
turos y piensa ya confusamente en todo aquello que pensará con cla-
ridad», podría considerarse que apunta a la intuición fundamental 113
Pero cf. págs. 122-123. El punto de vista típicamente cartesiano
respecto al lenguaje (y al pensamiento) que hemos tratado en § 2.
1t2 Beatnée, op. cit., habría sido, según parece, que, aunque estos principios pueden fun-
págs. XV-XVI. Define la «metafísica grama-
cionar inconscientemente, pueden ser llevados a la consciencia por
tical. como «la naturaleza del lenguaje puesta al descubierto, com-
medio de la introspección.
132 Lingüística cartesiana Adquisición y uso del lenguaje 133
y condicionamiento de cierta especie, pero observa también
que «este aprendizaje [del lenguaje] por medio de la comu-
que gran parte de lo que los niños aprenden lo adquieren
nicación presupone ya la capacidad de crear el lenguaje»
totalmente aparte de cualquier instrucción explícita ' ' y [

( Kunstlehre, pág. 234). En cierto sentido, el lenguaje es inna-


concluye que el aprendizaje del lenguaje presupone la pose-
to en el hombre; es decir, «en el sentido más propiamente
sión de «toda la razón; ya que, después de todo, esta mane-
ra de aprender a hablar es efecto de un discernimiento tan Es interesante comparar estas observaciones, totalmente vulgares,
grande y de una razón tan perfecta que no es posible con- pero perfectamente correctas, con el cuadro del aprendizaje del len-
cebir nada más maravilloso. (pág. 59). guaje que se encuentra generalmente en muchos escritores modernos,
cuyas conclusiones, de hecho, no se basan en la observación, sino en
También vuelven a aparecer conclusiones racionalistas unas hipótesis a priori sobre lo que ellos creen que debe tener lugar.
con algunos de los románticos. Así, A. W. Schlegcl escribe Cf., por ejemplo, la especulación de cómo todos los «hábitos» lingüís-
ticos se construyen por medio del adiestramiento, instrucción, condi-
que «se podría comparar la razón humana con una materia cionamiento y reforzamiento en Bloomfield, op. cit., págs. 29.31; Witt.
infinitamente combustible que, sin embargo, jamás se abra- genstein, Blue Book (Blackwell, 1958), págs. 1, 12-13, 77; Skinner, Ver-
sa a sí misma. Es preciso que se arroje una chispa al alma» ba! Behavior (New York, Appleton-Century-Crofts, 1957); Quine, Word
and Object (M. 1. T., Wiley, 1960), etc.
(«De l'étymologie en général», pág. 127). Para que la razón Algunas veces los estudios modernos hacen referencia a algún pro-
despierte, es precisa la comunicación con un entendimiento ceso de «generalización» o «abstracción., que funciona junto con la
ya formado. Pero el estímulo externo sólo se requiere para asociación y el condicionamiento, pero hay que subrayar que no hay
ningún proceso conocido de esta clase que comience a superar la
poner en funcionamiento los mecanismos innatos; no deter- falta de adecuación de las explicaciones empíricas en torno a la adqui-
mina la forma de lo que sc adquiere. De hecho está claro sición del lenguaje. Véanse las referencias de la nota 110. Al considerar
este problema, se debe tener presente, en particular, la crítica que
-

114 Mais quclque peine qu'on se donne pour leur apprendre cer- ya presentaba Cudworth (op. cit., pág. 462) contra el intento de mos-
taines choses, on s'appereoit souvent qu'ils seavent les noms trar cómo las ideas generales podrían surgir de imágenes sensoriales
de mille entres choses qu'on n'a point eu dessein de leur mon. (fantasmas) por medio de la «abstracción» y así no requieren la postu-
trer; et ce qu'il y a de plus surprenant en cela, c'est de voir lación de estructuras mentales innatas. Según resalta él, el intellectus
lorsqu'ils ont deux 011 trois ans, que par la seule force de leur agens «sabe de antemano qué es lo que va a hacer con estos fantas-
attention, lls soient capables de demesler dans toutes les cons. mas, qué es lo que va a sacar de ellos y qué forma les va a dar», en
tructions qu'on fait en parlant d'une mcsme chose, le nom qu'on cuyo caso la cuestión se da por sentada, puesto que se presupone una
donne 3 cette chose (pp. 4748). «idea inteligible»; o si no tiene un plan semejante, «necesariamente
debe ser un trabajador chapucero.; es decir, el acto de «abstraerse»
Pero por poco trabajo que se tome en enseñarles ciertas puede conducir a cualquier resultado arbitrario y absurdo.
cosas, a menudo se observa que saben los nombres de mil En resumen, la referencia a la «generalización» no elimina la nece-
cosas más que no sc ha tenido intención de mostrar; y lo más sidad de proporcionar una explicación precisa de la base sobre la
sorprendente de esto es verlos cuando tienen dos o tres años, que actúa la adquisición de creencias y de conocimiento. Podemos
que, con sólo la fuerza de su atención, son capaces de descu- referirnos, si nos parece, a los procesos que van envueltos en la adqui-
brir en todas las construcciones que se hagan al hablar de una sición del lenguaje como procesos de generalización o de abstracción.
misma cosa, el nombre que se da a esta cosa (págs. 47-48). Pero entonces, según parece, nos veremos obligados a llegar a la
conclusión de que en este nuevo sentido la «generalización» o «abs-
También resalta que los niños aprenden su lengua nativa más fácil- tracción» no tiene relación reconocible con lo que se denomina «gene-
mente que un adulto una lengua nueva. ralización• o •abstracción. en cualquier uso técnico o bien definido
de la filosofía, psicología o lingüística.
134 Lingüística cartesiana Adquisición y uso del lenguaje 135

filosófico, donde, según la opinión más generalizada, todo cipales facultades humanas tienen señalado un punto
lo que parece innato en el hombre ha de ser producido pri- determinado en su edad para desarrollarse; todos los
mero por su propia actividad. (pág. 235). Mientras que se niños, bajo las más variadas circunstancias, hablan y
entienden a la misma edad con muy escasas variacio-
podrían discutir las intenciones precisas de Schlegel, con nes (pág. 72).
muchas observaciones semejantes, el platonismo de Hum-
boldt en relación con la adquisición del lenguaje está total- En resumen, la adquisición del lenguaje es cuestión de
mente claro. Para Humboldt, «el aprendizaje es... siempre crecimiento y maduración de facultades relativamente fijas
exclusivamente un volver a generar» (op. cit., pág. 126). A bajo condiciones externas apropiadas. La forma del lenguaje
pesar de las apariencias superficiales, una lengua «no se que se adquiere está determinada principalmente por facto-
puede propiamente enseñar, sino sólo despertar en la mente; res internos; un niño puede aprender cualquier lengua debi-
sólo se le puede dar el hilo por el que se desarrolla por sí do a la correspondencia fundamental de todas las lenguas
misma»; así, en cierto sentido, las lenguas son «autocrea- humanas, debido al hecho de que «el hombre es sobre todo
ciones de los individuos» (pág. 50): tino con el hombre. (págs. 72-73)". Además, el funciona-
Das Sprechenlernen der Kinder ist nicht ein Zumes-
sen von Wórtern, Niederlegen im Gedáchtniss, und
Wiedernachlallen mit den Lippen, sonden ein Wach-
115
Cf. Steinthal, Gediichtnissrcdr, pág. 17. Sostiene que la in-
tuición fundamental de Humboldt fue ver «cómo no florida llegar
sen des Sprachvermógens durch Alter und Übung
(p. 21). nada desde el exterior hasta el hombre si no existiera desde un prin-
cipio en él mismo, y cómo toda influencia desde el exterior no es más
Dass bei den Kindern nicht ein mechanisches Ler- que un estímulo para la manifestación del interior. En la profundidad
nen der Sprache, sonden eine Entwicklung der dteste.interior radica la fuente uniforme de la verdadera poesía y de
Sprachkraft vorgeht, beweist auch, dass, da den haup- la verdadera filosofía, la fuente de todas las ideas y de todas las gran-
sáchlichsten menschlichen Kráften ein gewisser Zeit- des creaciones humanas; y de ella fluye también cl lenguaje•.
punkt im Lebensalter zu ihrer Entwicklung angewie- Incidentalmente, los puntos de vista de Humboldt sobre la educa-
ción manifiestan la misma preocupación por el papel creador del
sen ist, alle Kinder unter den verschiedenartigsten
individuo. En su temprano ensayo sobre cl absolutismo estatal (véanse
Umstánden ungeflihr in demselben, nur innerhalb cines págs. 61-63), afirma que: «la buena instrucción consiste, indudable-
kurzen Zeitraums schwankenden, Alter sprechen und mente, en exponer delante de la persona que se va a instruir diversas
verstehen (p. 72). soluciones, y luego prepararla para que escoja la más apropiada, o,
mejor todavía, para que se invente su propia solución, colocando sim-
El aprendizaje de la lengua en los niños no es una plemente delante de ella todas las dificultades que hay que conquistar..
asignación de palabras, colocación en la memoria y re- Mantiene que este método de instrucción no es utilizable por el Esta-
petición de balbuceos con los labios, sino un creci- do, que se limita a medios coercitivos y autoritarios. Cf. Cowan, op.
miento de la capacidad lingüística a través de los años cit., pág. 43 En otro lugar declara que .todo desarrollo educativo
y del ejercicio (pág. 21). tiene su único origen en la constitución psicológica interna de los
seres humanos, y sólo puede ser estimulado, nunca producido, por
El hecho de que con los niños no ocurra un apren- instituciones externas» (Cowan, pág. 126). 'El entendimiento del hom-
dizaje mecánico de la lengua, sino un desarrollo de la bre, como todas sus demás energías, se cultiva sólo por la propia acti-
capacidad lingüística, demuestra también que las prin- vidad de cada ser humano, por su propia inventiva o por su propia
136 Lingüística cartesiana Adquisición y uso del lenguaje 137
miento de la capacidad lingüística es óptimo en un determi- la lingüística moderna, etc.) y no ha considerado la necesi-
nado «período crítico» del desarrollo intelectual. dad de comprobar estas hipótesis en relación con los carac-
Es importante subrayar que el racionalismo del siglo xvil teres uniformes observados del «circuito de salida», en rela-
se aproxima al problema del aprendizaje —en especial del ción con lo que se sabe o se cree después que ha tenido
aprendizaje lingüístico— de un modo fundamentalmente no lugar el «aprendizaje». De aquí que parezca claramente que
dogmático. Observa que el conocimiento surge sobre la base la acusación de apriorismo o dogmatismo que a menudo se
de unos datos muy dispersos e insuficientes, y que en lo lanza contra la psicología y la teoría del conocimiento racio-
que se aprende hay aspectos uniformes que de ningún modo nalistas está desenfocada. Para más discusión sobre este
están determinados exclusivamente por los propios datos asunto. véanse las referencias de la nota 110.
(véase nota 114). Por consiguiente, estas propiedades se atri- Las fundadas hipótesis que sobre la estructura mental
buyen a la mente como condiciones previas a la experiencia. innata realizaron la psicología y la teoría del conocimien-
Esencialmente éste es el tipo de razonamiento que adoptaría to racionalistas eliminaron la necesidad de una distinción
hoy en día un científico interesado en la estructura de un clara entre una teoría de la percepción y una teoría del
aparato para el que sólo dispusiera de datos de circuitos aprendizaje. En ambos casos funcionan esencialmente los
de entrada y salida. Por contraposición, la especulación em- mismos procesos; se aporta un conjunto de principios laten-
pírica, en especial en sus versiones modernas, ha adoptado tes para la interpretación de los datos de la percepción.
característicamente ciertas hipótesis a priori en relación Desde luego, existe diferencia entre la «activación» inicial
con la naturaleza del aprendizaje (que ha de basarse en la de la estructura latente y su uso una vez que ya está dis-
asociación o refuerzo, o en procedimientos inductivos de tipo puesta para la interpretación (más exactamente, la deter-
elemental; por ejemplo, los procedimientos taxonómicos de minación) de la experiencia. En otras palabras, las ideas
confusas que siempre están latentes en la mente pueden
utilización de los inventos de los demás. (Cowan, págs. 42-43). Cf. convertirse en claras (véase nota 111) y en esta situación
también Cowan, págs. 132 y sigs.
Es interesante comparar la observación de Harris en su Hennes
pueden realzar y mejorar la percepción. Así, por ejemplo, un
de que no hay «nada más absurdo que el concepto corriente de ins-
trucción, como si hubiera que verter la ciencia dentro de la mente pintor hábil y experto observará muchos aspectos ele-
como agua en una cisterna, que espera pasivamente todo lo que venga. gantes y muchas curiosidades artísticas y quedará su-
El crecimiento del conocimiento... [más bien tiene parecido con)... el mamente complacido con diversas pinceladas y som-
crecimiento de la fruta; aunque en algún grado puedan cooperar cau- bras de un cuadro en el que un ojo vulgar no puede
sas externas, es el vigor interno y la bondad del árbol lo que debe discernir nada en absoluto; y un músico que escucha
sazonar los jugos hasta su exacta madurez. ( Works, pág. 209). El
a un conjunto que ejecuta de modo preciso una exce-
ideal aquí es, al parecer, el método socrático; según lo describe
Cudworth (op. cit., pág. 427), la creencia de que «el conocimiento no lente composición de muchas partes quedará encan-
ha de ser vertido en el alma como si fuera licor, sino que más bien
tado en grado sumo con las melodías y pulsaciones
ha de ser invitado y gentilmente extraído de su interior; no ya armónicas a las que un oído vulgar permanecería total-
para que la mente se llene de él desde el exterior, como una vasija, mente insensible (Cudworth, op. cit., pág. 446).
sino para ser inflamada y despertada..
138 Lingüística cartesiana Adquisición y uso del lenguaje 139
La diferencia está en la «habilidad adquirida»; «cualquiera a la experiencia; por ejemplo, el hecho de que juzga- .
de los artistas tiene en su mente muchas anticipaciones inte- mos que esta o aquella idea, que ahora tenemos pre-
riores de habilidad y de arte», lo que le permite interpretar sente en nuestro pensamiento, ha de referirse a cierta
cosa externa, no porque estas cosas externas transmi-
los datos de la percepción de un modo que va más allá del tiesen las ideas a nuestras mentes a través de los órga-
«simple mido, sonido y alboroto» que proporciona la per- nos de la percepción, sino porque transmitieron algo
cepción pasiva, lo mismo que la mente informada puede que dio ocasión a la mente para formar estas ideas por
interpretar la «máquina vital del universo» en términos de medio de una facultad innata, en este 'momento antes
que en cualquier otro. Porque de los objetos externos
«una simetría y armonía interior en las relaciones, propor-
nada llega a nuestra mente a través de los órganos de
ciones, aptitudes y correspondencia de las cosas entre sí la percepción salvo ciertos movimientos corporales...
en el gran sistema del mundo» (op. cit.). Del mismo modo, Pero incluso estos movimientos, y las figuras que de
al mirar y «juzgar» el retrato de un amigo, utilizamos una ellos surgen, no son concebidos por nosotros en la for-
idea «extraña y adventicia», pero preexistente (págs. 456-457). ma que asumen en los órganos de la percepción... De
aquí se deduce que las propias ideas de movimientos
Sin embargo, una vez que se ha establecido esta distinción
y figuras son innatas en nosotros. Y tanto más deben
entre el aprendizaje y la percepción, desde el punto de vista ser innatas las ideas de dolor, color, sonido y simila-
de esta doctrina racionalista, el paralelo esencial existente res para que nuestra mente pueda contemplar estas
entre los procesos cognoscitivos implicados excede en im- ideas con ocasión de ciertos movimientos corporales,
portancia a las diferencias relativamente superficiales. Por puesto que no tienen similitud con los movimientos
corporales. ¿Se podría imaginar algo más ridículo que
esta razón, a menudo. no está claro si de lo que se trata es el que todas estas nociones comunes que son inheren-
de la actividad de la mente en la percepción o en la adqui- tes a nuestra mente surgiesen de estos movimientos y
sición, es decir, en seleccionar una idea ya clara con motivo fuesen incapaces de existir sin ellos? Me gustaría que
de la percepción, o en poner en claro lo que antes sólo era nuestro amigo me informase sobre cuál es el movimien-
confuso e implícito. to corporal que puede formar en nuestra mente cual-
quier noción común; por ejemplo, la noción de que las
La teoría del conocimiento en Descartes se encuentra cla- cosas que son iguales a una tercera son iguales entre sí,
ramente resumida en sus Notes Directed against a Certain o cualquier otra que prefiera; porque todos estos movi-
Program (1647, Haldane and Ross, págs. 442443): mientos son particulares, pero las nociones son univer-

y ... cualquier hombre que observe acertadamente las


li mitaciones de los sentidos y lo que precisamente pue-
de penetrar a través de este medio en nuestra facultad
de pensar debe por fuerza admitir que los sentidos no
sales y no tienen ni afinidad ni relación con los movi-
mientos.

Cudworth desarrolla con amplitud ideas bastante simi-


nos presentan idea alguna de las cosas, según la forma lares " 6 . Distinguió la facultad esencialmente pasiva de la
en que las contemplamos por medio del pensamiento.
Hasta tal punto que en nuestras ideas no hay nada que Sobre la relación entre Cudworth y Descartes, véase Passmorc,
116

no fuera innato en la mente, o facultad de pensar, con op. Gesi, op. cit.; y para antecedentes más generales. S. P. I.am-
la única excepción de las circunstancias que apuntan precht, .The Role of Descartes in Seventeenth-century England., Stu-
140 Lingüística cartesiana Adquisición y uso del lenguaje 141
percepción de las «potencias cognoscitivas», activas e inna- gibles y demostrables que los que se dirigen a las cosas ma-
tas, con las que los hombres (y sólo los hombres) «pueden teriales y concretas», según observó Aristóteles (pág. 427) 118 .
entender o juzgar lo que reciben del exterior por medio de Esta afirmación queda ilustrada por un examen de nuestras
la percepción». Esta potencia cognoscitiva no es un simple concepciones acerca de las figuras geométricas (págs. 455 y
almacén de ideas, sino «un poder de hacer surgir ideas inte- sigs.). Está claro que todo triángulo percibido es irregular,
ligibles y concepciones de las cosas desde el interior de sí y si hubiera uno físicamente perfecto, no lo podríamos de-
mismo» (pág. 425). La función de la percepción es la de tectar por la percepción; «y todo triángulo irregular e im-
«ofrecer o presentar algún objeto a la mente para darle oca- perfecto es tan perfectamente lo que es, como el triángulo
sión de ejercitar sobre él su propia actividad». Así, por ejem- más perfecto». Nuestros juicios en relación con los objetos
plo, cuando miramos a la calle y percibimos que hay hom- externos en términos de figuras regulares, nuestra misma
bres caminando, no nos basamos simplemente en la percep- noción de «figura regular», por lo tanto, tienen su origen
ción (que todo lo más que nos muestra son superficies, es en la «regla, modelo y ejemplar» que genera la mente como
decir, sombreros y ropas, de hecho ni siquiera objetos), sino «anticipación». El concepto de triángulo o de «figura regular
en el ejercicio del entendimiento aplicado a los datos de la proporcionada y simétrica» no se enseña, sino que «surge
percepción (págs. 409410) 117 . Las «formas inteligibles por originalmente de la propia naturaleza», como ocurre en ge-
medio de las cuales se entienden o conocen las cosas no son neral con el concepto humano de «belleza e imperfección
sellos o impresiones grabados pasivamente desde el exterior en los objetos materiales»; y tampoco las verdades a priori
en el alma, sino ideas que surgen vitalmente o se impulsan de la geometría pueden derivarse de la percepción. Sólo por
activamente desde su interior». Así, la situación o el conoci- medio de estas «ideas interiores» producidas por su «facul-
miento previos juegan un gran papel en la determinación tad cognoscitiva innata» puede la mente «conocer y enten-
de lo que vemos (por ejemplo, un rostro conocido en la der las cosas individuales externas» (pág. 482).
multitud) (págs. 423424). Debido a que en la percepción uti- Descartes ha examinado la misma cuestión en términos
lizamos ideas intelectuales, «los conocimientos más abstrac- muy similares en su Reply to Objections V:
tos y más alejados de la materia, son más acertados, inteli-
De aquí que cuando por vez primera, en la infancia,
vemos dibujada en un papel una figura triangular, esta
dies in the History of Ideas, vol. III, editado por el Dcpartment of figura no nos puede demostrar cómo debería ser con-
Philosophy of Columbia University, Columbia University Press, pági- cebido un verdadero triángulo del modo que lo consi-
nas 181-242 (1935). Concluye Passmorei(op. cit., pág. 8) que, a pesar de deran los geómetras, ya que el verdadero triángulo está
algunas divergencias, «no es erróneo llamar cartesiano a Cudworth, contenido en esta figura, lo mismo que la estatua de
pues hasta tal punto coincidían ambos en tantas cuestiones vitales..
118
Cf. Descartes, Ileditation II, !Elidan° and Ross, pág. 155: sabe- 114 Sin embargo, «las reflexiones que tenemos de las cosas corpó-
mos qué es lo que vemos no «por medio de la visión., sino «por intui- reas [son], generalmente, al mismo tiempo, noemáticas y fantasma-
ción de la mente»; «cuando miro por una ventana y digo que veo les» Esto explica el hecho de que los geómetras se basen en diagra-
pasar hombres por la calle, realmente no los veo, sino que deduzco mas y que «agraden tanto al habla las metáforas y las alegorías.
que lo que veo son hombres.. (págs.. 430-448).
142 Lingüística cartesiana
Mercurio está contenida en un áspero bloque de made-
Adquisición y uso del lenguaje 143 1
En el siglo xvil eran corrientes ideas de esta clase refe-
ra. Pero debido a que ya poseemos dentro de nosotros rentes a la percepción, pero fueron barridas por la corriente
la idea de un triángulo verdadero y nuestra mente pue-
empírica para ser reavivadas de nuevo por Kant y por los
de concebirlo más fácilmente que la figura más com-
pleja del triángulo dibujado en el papel, cuando vemos románticos Considérense, por ejemplo, las observaciones
esa figura compuesta, por lo tanto, no la captamos a de Coleridge sobre los procesos activos de la percepción:
ella misma, sino más bien al triángulo auténtico (Hal- Al más corriente de los espectadores no se le pue-
dane and Ross, op. cit., vol. II, págs. 227.228). den haber escapado los casos en que un conocimiento
dado a la mente estimula y vigoriza las facultades
Para Cudworth la interpretación de los datos de los sen- con las que se alcanza independientemente tal conoci-
tidos en términos de objetos y de sus relaciones, en térmi- miento, y esto es cierto igualmente tanto si se trata
nos de causa y efecto, las relaciones del todo y las partes, de facultades de la mente como de los sentidos... Cier-
la simetría, la proporción, las funciones que cumplen los tamente es maravilloso no sólo cómo una similitud
pequeñísima basta para una comprensión total del
objetos y los usos característicos a los que se les dedica sonido o de la visión, cuando el sonido o el objeto
(en el caso de todas las «cosas artificiales» o de las «cosas correspondientes son conocidos o imaginados de ante-
naturales compuestas»), los juicios morales, etc., todo, es el mano, sino cómo la más pequeña desviación o imper-
resultado de la actividad organizadora de la mente (pági- fección volverá todo confuso, indistinguible o equivo-
nas 433 y sigs.). Lo cual también es cierto de la unidad de cado, cuando no se ha recibido un indicio previo seme-
jante. De aquí que a un extranjero le parezca que todas
los objetos (o, por ejemplo, de una melodía); la percepción las lenguas desconocidas las hablan los nativos con
es como un «estrecho telescopio» que proporciona solamen- extrema rapidez, y a los que sólo están comenzando a
te vistas fragmentarias y sucesivas, pero la mente es la entenderlas, con una falta de claridad desalentadora 121 .

única que puede dar «una idea total del conjunto» con todas ¿Nos presenta la naturaleza los objetos sin excitar
sus partes, relaciones, proporciones y cualidades formales. ningún acto de nuestra parte, los presenta bajo cual-
En este sentido es cuando hablamos de la idea inteligible quier circunstancia perfectos como si estuvieran aca-
de un objeto no como «estampada o impresa en el alma bados de hacer? Tal puede ser la noción de la más
irreflexiva de las personas... No sólo debemos tener
desde el exterior, sino como ocasionada por la idea sensible algún plan o esbozo general del objeto al cual podría-
excitada e impulsada a partir de la facultad interior, activa
In Véase Abrams, op. cit, para examen de la importancia de esta
y total, del mismo intelecto» (pág. 439) 119 . teoría de los procesos cognoscitivos en la estética romántica y de sus
origenes en el pensamiento anterior, particularmente en Plotino, que
«rechazaba explícitamente el concepto de sensaciones como impron-
10
De un modo similar, Cudworth llega a la conclusión, típica. tas' o 'sellos' ejecutados en una mente pasiva, y substituyó la visión
de la mente como acto y facultad que 'da irradiaciones de su propia
mente racionalista, de que nuestro conocimiento está organizado como
una especie de «sistema deductivo» por medio del cual llegamos a cap acidad' a los objetos de la percepción. (Abrams, pág. 59). El para-
-

lelismo entre Kant y la filosofía inglesa del siglo xvir lo estudia Lo-
«una comprensión descendente de una cosa a partir de las ideas uní-
vejoy, .Kant and the English Platonists..
venales de la mente, y no a una percepción ascendente de ellas a
partir de lo individual que percibimos por los sentidos» (pág. 467).
121
Citado por A. D. Snyder, Coleridge on Logic and Learning, New
}laven, Yak University Press (1929), págs. 133-134.
144 Lingüística cartesiana
Adquisición y uso del lenguaje 145
sistema generativo básico se puede llevar, en definitiva, has-
mos determinar dirigir nuestra atención, si ésta tuviera
sólo el poder de reconocerlo... 1 u. ta la uniformidad de la naturaleza humana (véanse páginas
134-135 y nota 115). En resumen,
Una vez más es en Humboldt donde se aplican con
Es kann in der Sede nichts, als durch eigne Thii-
más claridad estas ideas a la percepción y a la interpreta- tigkeit, vorhanden sein, und Verstehen und Sprechen
ción del habla. Expone (Verschiedenheit, págs. 70-71) que sind nur verschiedenartige Wirkungen der námlichen
hay una diferencia fundamental entre la percepción del ha- Sprachkraft. Die gemeinsame Rede ist nie mit dem
bla y la percepción del sonido inarticulado (véase nota 38). übergeben eines Stoffes vergleichbar. In dem Verste-
Para esta última bastaría con la «capacidad de sensación henden, wie im Sprechenden, muss derselbe aus der
eigenen, inneren Kraft entwickelt werden; und was
animal». Pero la percepción del habla humana no es simple- der erstere empfángt, ist nur die harmonisch stimmen-

rl
, mente una cuestión de «la simple percepción mutua del de Anregung... Auf diese Weise liegt die Sprache in
sonido y del objeto señalado». Por un lado, una palabra no jedem Menschen in ihrem ganzen Umfange, was aber
es «una impresión del objeto en sí, sino del cuadro que se nichts Anderes bedeutet, als dass jeder ein, durch cine
bestimmt modificirte Kraft, anstossend und beschrán-
genera en el alma» (pág. 74). Pero es que, además, la percep-
kend, geregeltes Streben besitzt, die ganze Sprache,
ción del habla requiere un análisis de los signos que llegan wie es áussere oder innere Veranlassung herbeiführt,
en términos de los elementos básicos que funcionan en el nach und nach aus sich hervorzubringen und hervor-
acto esencialmente creador de la producción del habla y, gebracht zu verstehen.
por lo tanto, requiere la activación del sistema generativo Das Verstehen kónnte jedoch nicht, so wie wir es
que juega también su papel en la producción del habla, eben gefunden haben, auf innerer Selbstthátigkeit be-
ruhen, und das gemeinschaftliche Sprechen müsste
puesto que sólo en términos de estas reglas fijas se definen
etwas Andres, als bloss gegenseitiges Wecken des
los elementos y sus relaciones. Las «leyes de la generación. Sprachvermügens des Hórenden, sein, wenn nicht hl
básicas, por lo tanto, deben funcionar en la percepción del der Verschiedenheit der Einzelnen die, sich nur in ab-
habla. Si no fuera por el dominio que tiene de ellas, si no gesonderte Individualitáten spaltende, Einheit der
fuera por su habilidad de «traducir en realidad aquella posi- menschlichen Natur lago.
bilidad», la mente seria tan incapaz de tratar con los meca-
En el alma no puede existir nada que no se haya
nismos del habla articulada como un ciego de percibir los producido por su propia actividad, y el comprender
colores. Se deduce, pues, que los mecanismos de la percep- y el hablar no son más que resultados diferentes de la
ción y los de la producción del habla deben hacer uso del misma capacidad del habla. Jamás se puede comparar
sistema básico de reglas generativas. Debido a esta virtual al habla corriente con la entrega de una substancia. En
identidad del sistema básico en los interlocutores es por lo el acto de comprender, como en el acto de hablar, debe
desarrollarse por una fuerza interior y propia; y lo que
que puede tener lugar esta comunicación; el compartir el recibe el primero no es más que el estímulo dispuesto
armoniosamente... De esta manera, en cada hombre se
Citado en Snyder, op. cit., pág. 116.
122 encuentra la lengua en toda su extensión, lo que no
Á C i ‘• s."? Ling. cartesiana.— 10
de l 141^1a~, s..r it-o Las" (.
146 Lingüística cartesiana Adquisición y uso del lenguaje 147
quiere decir otra cosa sino que cada uno, por medio
de sus conceptos, tocan la misma tecla de su instru-
de una fuerza determinada, modificante, que empuja
mento espiritual, a consecuencia de lo cual salen a la
y que limita, posee una tendencia controlada a dominar
luz en cada uno conceptos correspondientes, pero no
todo el lenguaje, tal como se produce paulatinamente,
idénticos (pág. 213).
por incitación interior o exterior.
-

Sin embargo, el entendimiento, tal como acabamos


de ver, no puede basarse en una actividad autónoma En resumen, la percepción del habla requiere generación
interior, y el habla con los demás debe ser algo que no
interna de una representación del signo y del contenido se-
sea un mero despertar recíproco de la capacidad del
habla del interlocutor, porque en la diversidad cíe los mántico asociado.
individuos radica la unidad de la naturaleza humana Los estudios contemporáneos sobre la percepción han
que se subdivide en individualidades separadas. vuelto a la investigación del papel de los esquemas o mode-
los representados internamente 1 y han comenzado a elabo-
"

Incluso en el caso de la percepción de una sola palabra rar la intuición, algo más profunda, de que lo que fun-
hay que activar un sistema básico de reglas generativas. ciona en la percepción no es simplemente un depósito de
Humboldt mantiene que no sería exacto suponer que los esquemas, sino más bien un sistema de reglas fijas para

i interlocutores comparten un conjunto de conceptos claros


y totalmente formados. Antes bien, el sonido percibido incita
a la mente a generar un concepto correspondiente por sus
propios medios:
generar tales esquemas 124 . A este respecto, también sería
muy acertado describir el trabajo en curso hoy en día como
continuación de la tradición de la lingüística cartesiana y de
la psicología que la fundamenta.

Die Menschen verstehen einander nicht dadurch,


dass sie sich Zeichen der Dinge wirklich hingeben,
auch nicht dadurch, dass sie sich gegenseitig bestim- In Véase, por ejemplo, D. M. MacKay, •Mindlike Behavior in Ar.
men, genau und vollstiindig denselben Begriff hervor- tefacts., British Journal for Philosophy of Science, vol. 2 (1951), pági-
nas 105121; J. S. Bruner, •On Perceptual Readi.,ess•, PsychologicaI
zubringen, sondern dadurch, dass sic gegenseitig Review, vol. 64 (1957), págs. 123-152; •Neural Mechanisms in Percep-
einander dasselbe Glied der Kette ihrer sinnlichen don., Psychologicai Review, vol. 64 (1957), págs. 340-358. Para un exa-
Vorstellungen und inneren Begriffserzeugungen be- men de muchos de los hallazgos relacionados con los procesos menta-
rühren, dieselbe Taste ihres geistigen Instruments les de la percepción, véase H. L. Teuber, •Pcrception., en el Hand-
anschlagen, worauf alsdann in jedem entsprechende, book Physiology-Neurophysiology, 111, J. Field, H. W. Magoun, V.
nicht aber dieselben Begrif fe hervorspringen (p. 213). E. Hall (eds.), American Physiological Society, Washington, D. C., 1960,
cap. LXV.
Los hombres no se entienden entre sí porque cier-
124
Para estudio y referencias de las áreas de fonología y sintaxis,
respectivamente, véase M. Halle and K. N. Stcvens, •Speech Recog-
tamente se transmitan señales de las cosas; tampoco nition: A Model and a Program for Research., en Fodor and Katz
porque estén de acuerdo en producir el mismo concep- (eds.), op. cit.; y G. A. Miller and N. Chomsky, •Finitary Models of
to de modo exacto y perfecto, sino porque se relacio- Language Users., parte 2. en R D. Luce, R. Bush and E. Galanter (eds 1,
nan mutuamente en el mismo eslabón de la cadena Handbook of Mathematical Psychology, vol. II, New York, Wiley (1963).
de sus percepciones sensitivas y de la creación interior

(1)/yr q S 1, ( valri 5 )

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