El Banco Central de la República Argentina es una entidad autárquica del
Estado nacional, cuya misión primaria y fundamental es preservar el valor de la moneda. En la formulación y ejecución de la política monetaria y financiera no está sujeto a órdenes, indicaciones o instrucciones del Poder Ejecutivo Nacional. Las atribuciones para el cumplimiento de su misión serán la regulación de la cantidad de dinero y del crédito en la economía y el dictado de normas en materia monetaria, financiera y cambiaria conforme a la legislación vigente. Son funciones del Banco Central vigilar el buen funcionamiento del mercado financiero y aplicar la Ley de Entidades Financieras y demás normas que se dicten, actuar como agente financiero del Gobierno Nacional, concentrar y administrar sus reservas de oro, divisas y otros activos externos, y propender al desarrollo y fortalecimiento del mercado de capitales y ejecutar la política cambiaria. Con fines de regulación monetaria y cambiaria puede comprar y vender en operaciones al contado y a término títulos públicos, divisas y otros activos financieros. Asimismo puede emitir títulos o bonos así como también certificados de participación en los valores que posea. Antes del inicio de cada ejercicio anual debe dar a publicidad su programa monetario informando sobre la meta de inflación y la variación total de dinero proyectada. Con periodicidad trimestral o cada vez que se produzca un desvío debe hacer público las causas y la nueva programación. Está gobernado por un Directorio compuesto por presidente, vicepresidente y ocho directores, quienes deberán tener probada idoneidad en materia monetaria, bancaria o legal vinculada al área financiera. Los miembros del directorio son designados por el Poder Ejecutivo Nacional con acuerdo del Senado de la Nación. Sus mandatos tienen una duración de seis años, renovándose por mitades cada tres años, y los cargos de presidente y vicepresidente se renuevan conjuntamente. Los miembros del Directorio pueden ser designados nuevamente en forma indefinida. El Banco puede otorgar adelantos transitorios al Gobierno Nacional hasta una cantidad que no exceda del 10% de los recursos en efectivo que éste haya obtenido en los últimos 12 meses debiendo los mismos ser reembolsados durante el año posterior a su otorgamiento. Ejerce la supervisión de la actividad financiera y cambiaria por intermedio de la Superintendencia de Entidades Financieras y Cambiarias, la que depende directamente del Presidente de la Institución. La Superintendencia es presidida por uno de los Directores del Banco quien cuenta con amplias facultades para la toma de decisiones.
HISTORIA DEL BANCO CENTRAL DE LA REPÚBLICA ARGENTINA (BCRA)
El organismo rector del sistema financiero nació como consecuencia de la
reforma monetaria y bancaria de 1935, que implantó cambio fundamentales a través de seis leyes, las que fueron promulgadas el 28 de mayo de ese año con los números 12.155 a 12.160. Ese día dejó de existir formalmente la Caja de Conversión vigente desde 1899 y comenzó la existencia del Banco Central de la República Argentina tal como lo conocemos hoy. A la vez, los decretos que fijaron las así llamadas operaciones constitutivas y que dieron por terminadas las funciones de la Caja de conversión, del Crédito Público y de la Junta Autónoma de Regulación llevan la fecha del 31 de mayo. Ese mismo día, la Caja de Conversión y el Banco de la Nación Argentina transfirieron al flamante organismo los fondos provenientes del justiprecio del oro. Y este día es el que se considera como el del aniversario del Central, aún cuando éste comenzó a funcionar como tal unos días después, el 6 de junio de 1935. El encargado de diseñar el Banco Central fue Raúl Prebisch, primer gerente general de la institución hasta 1943. La iniciativa de crear el sistema del Banco Central -con Agustín P. Justo como presidente de la Nación y Federico Pinedo a cargo de la economía- se basó en el dictamen emitido en 1933 por una misión encabezada por el perito británico Otto Niemeyer, que Prebisch elaboró para formular sobre esa base principios apropiados a la realidad económica nacional. En sus palabras, "una política monetaria y financiera que responda a las auténticas conveniencias nacionales". El prestigioso economista -que fundó su esquema en la necesidad de superar la grave situación monetaria y bancaria creada por la crisis mundial de los años treinta- soportó luego los embates de la recesión de 1938, que combatió con un novedosa política anticíclica, y la de 1939, asociada al estallido de la Segunda Guerra Mundial. Con Prebisch, que encarnó en la Argentina las nuevas ideas keynesianas, el BCRA encaró por primera el cálculo del ingreso nacional anual. También se inició un programa de capacitación de técnicos del BCRA en Harvard. El Banco Central inicial, según la Carta Orgánica de 1935, tendió a "promover la liquidez y el buen funcionamiento del crédito" y prohibió a los bancos operaciones que comprometieran esa liquidez. Después de la guerra, comenzó un período de violentos cambios estructurales que se prolongó hasta la década del noventa, en el que hubo años en que se sucedieron cuatro presidentes de la Nación, y otros dos con seis ministros de Economía. Y así como a Ernesto Bosch se lo observa solitario en su récord de 10 años como presidente del Central, sucede lo mismo con el ministro Ramón Cereijo, el único en completar un sexenio presidencial al frente de la cartera económica. Después de 1970, se aceleró un proceso inflacionario, que llegó a hacer perder 13 ceros al signo monetario nacional entre principios de siglo y 1991(*). El remedio radical que se implantó fue la Ley de Convertibilidad, única herramienta disponible para enfrentar la hiperinflación que azotaba el país. Casi once años después, ese modelo dejó de existir a través de la Ley de Emergencia Económica de 2002. Hoy, como en la época de Prebisch, volvemos a estar en un momento fundacional de la Argentina y de la política monetaria (*) .