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Iñaki López de Aguileta

Cultura y ciudad
Manual de política cultural municipal
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puede dejar fuera a determinadas capas de la población y reforzar el citado efecto Mateo, 4. El decálogo de la política cultural municipal
al crear un peculiar clientelismo que satisface a ambas partes: a unas personas con cierta
posición que se entretienen con unas propuestas públicas de su gusto y a una Una vez analizada la cultura, el papel del Estado y del municipio, llega el momento de
Administración que recauda y ve aceptadas sus propuestas. sintetizar. Con anterioridad hemos expuesto nuestro particular modelo de política
Curiosamente, la crisis del Estado del bienestar se intenta resolver con alusiones a la cultural en términos muy globales, referidos a la Administración en general. A
iniciativa social y la participación privada que parecerían más propias de la animación. continuación trataremos de adecuarlo al marco municipal.
Se habla de un modelo de Estado relaciona] que, más que máquina de ofertar servicios Se trata de exponer las grandes metas y sus consiguientes objetivos generales, que
en constante crecimiento y como agente único, se concibe como un dinamizador de otros alumbrarán los programas concretos de actuación que presentaremos posteriormente. Es
agentes en juego. fundamental que toda política cultural tenga una unidad interna, un hilo conductor, un
El proceso histórico vivido en el Estado hace, en su particular sprint, un recorrido planteamiento general que, al margen de que se comparta o no, sea al menos explícito y
inverso que el vivido en la Europa occidental, donde se comienza por políticas centradas reconocible. Consideramos que las actividades inconexas, la acción por la acción o los
en el mecenazgo y el patrimonio, se aborda a continuación la democratización cultural y programas con agenda oculta no son positivos en las políticas culturales.
se evoluciona hacia el paradigma de la participación (Miralles, 1997). A nuestro juicio el ámbito al que más propiamente correspondería esta expli-citación
de modelos sería el de los responsables políticos municipales, evidentemente contando
3.S.5. La política cultural en el nuevo siglo con la asesoría y valoración del equipo técnico e intentando consensuarlo con las
asociaciones culturales locales.
¿Cómo podríamos definir el panorama actual? En términos generales, después de la Aunque nos movemos en un terreno general y por tanto ambiguo, no identificamos
caída en picado posterior al 92, desde finales de los años noventa y más claramente en esta exposición con una mera declaración de principios de usar y tirar, que se archiva en
este principio de siglo se percibe ya una cierta recuperación presupuestaria, si bien la el cajón tan pronto como se termina de elaborar. Estamos pensando en una fijación de
situación general es de contención del gasto y el reto es poder crecer sin aumentar metas que bien podría corresponder a una de las fases de la planificación estratégica, tal
excesivamente los costes. De todas maneras las situaciones son bastante diferentes por como observamos en la figura 1.4. de la página siguiente.
comunidades autónomas.
Vivimos un momento de cierto estancamiento y es difícil poder adivinar por dónde He aquí nuestro decálogo para la acción cultural de un Ayuntamiento de tamaño
van a tirar las políticas. Tal como comentamos al presentar los modelos teóricos, una mediano.
forma de salir de la crisis ha sido, paradójicamente, reforzar la inversión en cultura, al
menos en lo referido a proyectos emblemáticos. Especialmente relevante es la apertura META 1: DISEÑAR UN PLAN CULTURAL ESTRATÉGICO INCLUIDO EN su CASO DENTRO DE
del Museo Guggenheim Bilbao, proyecto impulsado por las instituciones vascas a partir LOS PLANES DE REVITAL1ZAC1ÓX DE LA CIUDAD

de 1992, en plena época de recortes, e inaugurado en 1997. A la estela del éxito inicial de
este proyecto se han puesto en marcha otros en la misma línea de acentuar la dimensión En un contexto en que muchas ciudades están poniendo en marcha, con la colaboración
económica de los proyectos culturales, si bien aprendiendo de los errores del pasado de instancias superiores, diversas estrategias pata su revitalización (programas de apoyo
inmediato y distanciándose de la anterior política de meros macroeventos puntuales. a la industria, mejora de infraestructuras, etc.:. ha de conseguirse que la política cultural
En cualquier caso el balance global desde la recuperación de la democracia es sea parte integrante de dichas estrategias. Ha de vencerse la tentación de reducir los
altamente positivo. El punto de partida y la situación actual no tienen punto de presupuestos culturales y estimar que la cultura, como la educación o la investigación, es
comparación. Aunque siempre queda la duda de si se podía haber hecho mejor. una inversión de futuro.
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Figura 1.4. Metodología general del plan estratégico Apostamos por un plan cultural estratégico con los siguientes objetivos generales:
— Contribuir a la terciarización de la ciudad, al trasvase de la actividad eco
nómica al sector servicios. Sin olvidar la importancia de la industria, el au
mento del sector servicios va a ser una de las claves de la recuperación de
toda ciudad, y a ello puede contribuir la política cultural. Esta ha de mos
trar su faceta de motor económico: contribuyendo a la recuperación de ofi
cios artesanales, creando directamente empleo, impulsando el desarrollo de
la hostelería, colaborando en la formación de recursos humanos, etc.
■—■ Mantener la centralidad de cada localidad en su comarca, también desde el
punto de vista cultural. El mantenimiento de la centralidad respecto a las
localidades colindantes es uno de los ejes de toda ciudad de servicios. Una ciudad
que aspira a atraer usuarios vecinos a sus instalaciones educativas, sanitarias o
judiciales también ha de hacer lo propio en el ámbito cultural y de ocio.
— Difundir la imagen de la ciudad. Coloquialmente diríamos que la política cultural
municipal ha de contribuir a poner a la ciudad en el mapa. La cultura ha de servir
de escaparate, de carta de presentación de la ciudad en el exterior, lo que
normalmente se logra con proyectos culturales emblemáticos. Pero esto no
implica una concepción faraónica de la política cultural. También hay que buscar
el boca a boca, el acceso a pequeños circuitos especializados, la incidencia en
líderes de opinión..., objetivos que se consiguen con una buena gestión de la
política cultural y sus minúsculos actos cotidianos.
— Contribuir a elevar el nivel de vida de los ciudadanos. La política cultural no sólo
ha de contribuir a hacer la ciudad más atractiva a ojos de los foráneos, sino
también, y principalmente, a los ojos de sus propios moradores. La política
cultural va encaminada a que la gente viva a gusto en su ciudad, sepa que dispone
de una amplia oferta de ocio para desarrollar su personalidad u ocupar
relajadamente su tiempo libre, contribuyendo a compensar la agresividad
urbanística con la posibilidad del acceso a la cultura.
Lo cual, además, traerá también repercusiones económicas. La calidad de vida es
hoy por hoy uno de los principales valores competitivos con que puede contar una
ciudad para atraer inversiones y recursos humanos cualificados.
Por si acaso aún quedase alguna duda, hemos de reiterar nuestro criterio ya
anteriormente expuesto de no apostar por una política cultural de corte meramente
economicísta. Acentuar los aspectos económicos tiene sentido con-

fuente; Ayuntamiento de Madrid (1990)


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textualizando esta meta en el conjunto de todas las demás que aquí exponemos, y de la acción pública, es débil. El público que asiste a espectáculos sigue siendo
no anulándolas o arrinconándolas. minoritario y poco fiel. Por ello hay que plantearse estrategias no sólo desde el
lado de la oferta, sino también desde el de la demanda (el público, la población en
META 2: ELEVAR EL NIVEL CULTURAL DE LA POBLACIÓN, MEJORANDO CUANTITATIVA Y última instancia). Una política cultural ha de diseñar estrategias de estimulación
CUALITATIVAMENTE EL CONSUMO CULTURAL de la demanda a un triple nivel, complementariamente:
1) Implementar estrategias de reducción del no-público. Existe un amplio
Con todos sus defectos de planteamiento, la democratización cultural sigue siendo una espectro de la población (el mercado potencial) habitualmente ajeno a la
meta vigente. Más cuando los hábitos culturales de la mayoría de la población están programación cultural, que ni siquiera se plantea acercarse a ella por
excesivamente orientados hacia el consumo de cultura de masas. Se hace por tanto considerarla algo ajeno a sus gustos o intereses. Es necesario multiplicar los
necesaria una política de difusión con un doble objetivo general: programas informativos y las campañas de ASC, emplear técnicas de
— Presentar a la población una amplia oferta de servicios y actividades cultura marketing mucho más depuradas, buscar formas de colaboración con el
les. Evidentemente, el grado de consumo cultural está íntimamente unido a la sistema educativo para ir creando hábitos entre los más jóvenes, etc.
existencia de una amplia oferta pública que debería reunir cuatro rasgos. 2) Apoyarse en la demanda percibida. Esa esfera más o menos amplia de la
Debe ser, para empezar, una oferta variada. Ha de incidir en el mayor nú población acostumbrada a consumir los programas culturales municipales ha
mero posible de formas y expresiones culturales. La programación ha de ser de ser satisfecha de manera estable, ha de convertirse en fiel. La respuesta del
abierta, pensando en todo tipo de públicos e intereses. Siempre pensando en público es un elemento importante para valorar un programa y otorgarle
que es el ciudadano, y no los particulares gustos del gestor o el político, el continuidad, qué duda cabe. Sin caer en el electora-lismo de dar a las clases
que tiene que definir la política cultural. medias (principales consumidores de la oferta cultural, a la par que
Tiene que ser también una oferta de calidad. El único criterio que nos permite apetecibles votantes) únicamente lo que se ha comprobado que funciona, sin
discriminar qué podemos incluir y qué no en nuestra oferta cultural es la calidad salirse un milímetro del guión, sin más complicaciones ni variaciones.
del producto. Con esto no hacemos una apuesta por el elitismo, sino por la obra 3) Apoyarse en los creadores y grupos activos. Estimular la demanda también
bien hecha. Se trate de una ópera o de una coral de tercera edad. implica arriesgar, aventurarse, abrir nuevas pistas que satisfagan los intereses
Otro requisito es el de ser una oferta estable y equilibrada. Es fundamental, como de aquellas personas o grupos directamente implicados en la creación
se apunta en otra de las metas, disponer de infraestructuras y servicios estables. cultural, pocos pero muy significativos. Evitando el error del elitismo o de
Que la programación no funcione a salto de mata, sino que sea permanente centrar toda la política cultural en una vanguardia alejada de los intereses
(continuada en los años) y equilibrada en su ritmo anual (evitando la mayoritarios.
concentración en unos pocos meses o actos). Por último, ha de tratarse de una
oferta exenta de mesianismo. Si bien a-bogamos por un consumo cultural META 3: ESTIMULAR LA CREACIÓN CULTURAL
agorafílico y de calidad, la oferta municipal no puede pretender salvar a la
población de la cultura industrializada o refugiarse en las artes. Ha de incluir La meta anterior define un modelo de política cultural al que le falta otro apoyo para
cultura de élite, tradicional, de masas y científico-técnica. evitar estar cojo: el fomento de la creación cultutal. En una doble línea aparentemente
— Estimular la demanda cultural. Para elevar el consumo, disponer de una am opuesta, tanto de fomentar la democracia cultural (extendiendo la posibilidad de que
plía oferta cultural es condición necesaria pero no suficiente. En términos cualquiera se sienta creador) como de apoyar a la excelencia 3r-tistico-cultural (lo cual
generales la situación de la demanda cultural en el Estado español, a pesar implica ser, por el contrario, selectivos). Si bien es importante que la población le pierda
el respeto a la creación cultural, que ésta se desacrali-
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ce en gran medida, no lo es menos la necesidad de medidas específicas de apoyo a la — Promocionar lo local desde el aquí y el ahora. No basta con conservar las
gente que se dedica profesionalmente a la cultura. tradiciones, hay que actualizarlas y construir hoy lo que mañana serán cos-
Por ello el municipio ha de elaborar un plan de fomento de la creación articulado en tumbres. La política cultural ha de intentar generar nuevos signos de identidad
tres escalones o niveles, no necesariamente sucesivos: colectiva: apoyando a los creadores locales, facilitando puntos de encuentro
— El tallerismo. Entendido como un ámbito aficionado, un espacio para un ciudadano, etc. Siempre desde el criterio de que lo local no es mero folclore,
aprendizaje muy básico de los lengua|es artísticos, que no pretende la provincianismo o mirarse al ombligo, y no excluye asomarse al mundo exterior e
espe-cialización. Un ámbito que a veces sirve de iniciación, de primera toma de interactuar con él.
contacto con la disciplina, y que otras veces añade a los objetivos culturales otros
relativos a la vivencia relacional e informal del arte y el tiempo libre. Un ámbito en META 5: CONTRIBUIR A LA NORMALIZACIÓN DE LAS LENGUAS MINORIZADAS
el que no son tan importantes los resultados como el proceso, el disfrute que
conlleva el proceso de aprendizaje. En aquellas comunidades autónomas que cuentan con una lengua propia además del
— La formación especializada. Pretende pos ibilita r una formación mucho más castellano, su normalización ha de ser uno de los grandes objetivos de la. política
específica, sea reglada o no, a aquellas personas que se plantean como ob-jetivo la cultural. Hablamos de normalización en el sentido de concebir la lengua, más que como
aventura creadora en algún lenguaje concreto, sin que ello implique la dedicación un elemento patrimonial para conservar, como un instrumento a utilizar en la vida
profesional. Siempre dentro de una filosofía de humildad y de conocer las propias cotidiana.
limitaciones, se trataría de crear centros de excelencia. La situación de las lenguas cooficiales en el Estado español es diferente en cada caso.
— El apoyo a los creadores semiprofesionales y profesionales. Hay que inventar Pero en todos ellos, a pesar del avance experimentado en los últimos años, queda
fórmulas para que artistas que han alcanzado un cierto nivel de cualifi-cación todavía un largo camino por recorrer. Y la política cultural municipal ha de aportar su
puedan producir más y con mejor calidad y puedan dar a conocer más fácilmente su granito de arena a favor de la normalización.
obra y con ella la ciudad a la que pertenecen. Partiendo del hecho de que extender el conocimiento de las lenguas correspondería a
Desde un punto de vista amplio, el apoyo a los creadores enlaza con el respaldo otras instancias o departamentos, el papel más específico de la política cultural en
general a la industria cultural local (más propiamente, en los municipios de tamaño dichas comunidades se enmarca en facilitar su utilización. Sin que se desfavorezca a los
mediano hablaríamos de sector cultural comercial local): los cines privados, los exclusivamente castellanoparlantes, son necesarias acciones de discriminación positiva
artesanos, las empresas de ocio, etc. hacia el idioma que sufre, objetivamente, una posición diglósica.

META 4: PROMOCIONAR LA CULTURA LOCAL Y GENERAR RASGOS DE IDENTIDAD COLECTIVA META 6: FORTALECER EL TEJIDO SOCIOCULTURAL Y FAVORECER SU PARTICIPACIÓN EN LA
POLÍTICA CULTURAL MUNICIPAL
A pesar de las tendencias a la transnacionalización, asistimos a un momento de fuerte
revalorización de lo local, de enraizamiento y apego a los signos particulares de La política cultural municipal no puede construirse sin tomar en consideración las
identidad. La política cultural, menos que ninguna otra, no puede abstraerse de la demandas e intereses de la población, ni atribuir a la Administración local la condición
atención a las particularidades locales. Ha de atender dos objetivos: de agente exclusivo de la acción cultural, relegando a la ciudadanía al papel de mero
— Conservar el patrimonio, en el sentido más amplio de la palabra. No úni consumidor;
camente el patrimonio arquitectónico o histórico, también las costumbres, Uno de los principales indicadores del éxito de una política cultural debería ser la
la memoria colectiva, el conjunto de rasgos simbólicos que definen la pecu fortaleza de la sociedad civil y lo tupido de la red asociativa que ayude a edificar,
liar identidad de una ciudad. criterios mucho más importantes que la simple asistencia a espectáculos. Son, en
consecuencia, objetivos de la política cultural:
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— Fortalecer el asociacionismo informal. Vivimos tiempos de privatización, de la difusión cultural y la creación por parre de ciudadanos y grupos activos, con el
refugio en el hogar incluso para el consumo cultural. Frente a ello, la política fin de acercarse a los objetivos de democratización y democracia cultural.
cultural ha de contribuir al encuentro ciudadano, a la socialización, a la — Diseñar un equipamiento para la creación cultural. La creación semiprofe-sional y
recuperación de la calle y los espacios públicos, etc., mediante lo que podríamos profesional tiene difícil cabida en un centro sociocultural. Como forma de apoyo a
definir como promoción difusa de la sociedad civil o fomento del asociacionismo la creación, pero también como vía de desarrollo económico para los municipios,
informal. proponemos la puesta en marcha de mini-parques de industrias culturales,
— Impulsar el asociacionismo formal. Si nos limitamos a lo anterior, nos que- dirigidos exclusivamente a agentes culturales profesionales, que denominamos
daremos cortos. La fortaleza de la sociedad civil se mide por la cantidad y calidad fábricas culturales y que más adelante desarrollaremos.
de colectivos organizados, reconocidos y reconocibles como tales, que intentan — Incluir lo anterior en un plan global de equipamientos a cono, medio y largo plazo.
incidir sobre ellos mismos (en la línea de un desarrollo individual y grupal) y Acometer la puesta en marcha de las infraestructuras citadas supone una acción de
sobre su entorno (intervención social). enorme envergadura que hace imprescindible la redacción de un plan de
■— Favorecer su participación en la política cultural municipal. En principio, lo que equipamientos que determine prioridades, costes y plazos razonables de
más interesa de una asociación es que funcione, que cumpla los objetivos para los ejecución.
que se ha creado. Pero, además, nos interesa que colabore en la elaboración y Por otra parte, si bien los tres anteriores son a nuestro juicio ios más urgentes, a
gestión de la política cultural municipal. Ello es positivo para la asociación y para largo plazo no agotan el catálogo de equipamientos necesarios. Por ejemplo, cabe
el propio Ayuntamiento, que gana en legitimación y probablemente en eficacia en plantearse, además, la construcción de un museo temático local, pequeños locales
la gestión. descentralizados de barrio... cuestiones todas que deben preverse en el plan de
equipamientos.
META 7: DISEÑAR UNA AMPLIA RED DE INFRAESTRUCTURAS CULTURALES — Impulsar infraestructuras o servicios privados. Existen equipamientos y servi
cios que pueden ser asumidos por la iniciativa privada. Mantener salas co
Disponer de unos buenos equipamientos es garantía de estabilidad y requisito merciales de cine, impulsar la apertura de librerías o apoyar un circuito es
prácticamente imprescindible para el buen funcionamiento de una política cultural. table de salas de conciertos pop-rock son objetivos con los que la administración
Xa creación de infraestructuras es aún más importante si caemos en la cuenta de que, local puede colaborar.
si no corre a cargo de la Administración, probablemente no lo asuma nadie: la iniciativa
social por falta de capacidad económica, y la iniciativa privada lucrativa por la ausencia META 8: GARANTIZAR QUE LA POLÍTICA CULTURAL MUNICIPAL ATIENDE A TODOS LOS
de beneficios inmediatos (salvo en contadas excepciones). Por eso compete a la CIUDADANOS
Administración crear estos equipamientos y ponerlos al servicio de los ciudadanos. Las
líneas de trabajo son: La política cultural ha de pensar en todos. A nuestro juicio ello implica intentar evitar
— Crear un equipamiento dedicado a los espectáculos (un teatro). Se trata de que las programaciones Culturales sean monopolizadas por un único sector o espacio de
disponer de un equipamiento para la difusión de espectáculos, fundamentalmente la localidad, dando lugar a desequilibrios generacionales y territoriales. Por tanto
de música, artes escénicas y cinematografía. Un equipamiento emblemático, pretendemos:
orientado a mantener la centralidad culrural y a transmitir la imagen de ¡a ciudad, — Atender las particularidades culturales de la infancia, juventud y tercera
cal como hemos planteado en la primera meta. edad. Realidades tan diversas como la de estos tres colectivos exigen un tra
— Disponer de centro sociocultural. Para cualquier municipio es imprescindible tamiento específico, segmentado, so pena de un falso intergeneracionalis-
contar con un equipamiento polivalente o de proximidad que permita
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mo, un todo para todos que acaba sin satisfacer a nadie o patrimonializa-do por — Impulsar otros medios de comunicación locales. Prensa, radio y televisión locales
unos pocos. no municipales deben ser impulsados por los poderes públicos, en una apuesta por
Por supuesto los diversos sectores de edad no pueden darse la espalda, y han de la comunicación horizontal, complementaria de los grandes medios.
existir puncos de encuentro. Asimismo, la política cultural ha de seguir unas líneas
y estrategias coherentes, evitando una peligrosa discontinuidad. Pero siempre desde META 10: TRASMITIR UNA VISIÓN LÜDICA DE LA CULTURA
la garantía de que cada colectivo vea satisfechas sus peculiares necesidades.
— Garantizar el equilibrio territorial entre los distintos barrios de la ciudad. Todo lo anterior tiene como objetivo último permitir el disfrute de todas las personas. La
Hay servicios y actividades que necesariamente han de ser centralizados. En cultura ha de ser divertida, placentera en sí misma. No podemos convertirla en algo
ciudades medianas y pequeñas ni es factible ni tendría sencido ubicar en ca obligatorio ni en mero signo de posición, ni podemos pretender que la letra entre con
da barrio un teatro o una escuela de música. Pero de ahí a considerar a los sangre. Cultura y ocio están, queramos o no, íntimamente ligados.
barrios un desierto cultural media un largo trecho. Es necesario un cierto Hemos de atender tambien la fiesta, que, aparte del disfrute, permite el encuentro
grado de descentralización cultural que equilibre el centro y la periferia, per ciudadano y fortalece la identidad local, además de tener unas clarísimas repercusiones
mitiendo a la ciudadanía acceder a ciertas manifestaciones culturales en su económicas.
propio entorno: bibliotecas, talleres de arte, ludotecas, lócales para el mo Ya fuera del decálogo añadiríamos una undécima meta: conseguir una gestión cultural
vimiento asociativo, fiestas locales, etc. de calidad. Es una meta instrumental, cuya consecución va a garantizar el logro de todas
las demás. Está claro que los principios generales planteados exigen una alta capacidad
Probablemente tanto el trabajo generacional como el cerricorial impliquen la de gestión. Más en unos tiempos en los que los recursos son limitados. Por eso es
coordinación del área de cultura con otros agentes municipales, en la línea de los fundamental construir un departamento de cultura fuerte, con peso dentro del propio
proyectos integrales, puesto que la misma atención diferencial es imprescindible desde Ayuntamiento, coordinado con otros departamentos y con una ágil organización.
otras áreas.

META 9: POSIBILITAR EL DESARROLLO DE MEDIOS LOCALES DE COMUNICACIÓN

Fríamente pensado, la acción cultural local es una gota de agua en un mar controlado por
los medios de comunicación y las industrias culturales, cuya influencia es la que marca las
pautas de los hábitos culturales de la población. Si bien las grandes decisiones sobre los
medios de comunicación quedan muy lejos de la esfera local, los municipios han de
aprovechar el pequeño margen que les queda, intentando:
— Establecer canales fluidos de comunicación entre Ayuntamiento y ciudada
nía. Apostamos por integrar todas las funciones informativas municipales
dentro de la política cultural, con el fin de facilitar su coherencia. El depar
tamento de cultura es el marco adecuado para coordinar todo lo relativo a
medios municipales de comunicación, publicidad y propaganda, oficina de
información, etc. Siempre desde una perspectiva de acercamiento al ciu
dadano y no de un uso partidista.

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