Professional Documents
Culture Documents
Parménides de Elea
De Wikipedia, la enciclopedia libre
Saltar a navegación, búsqueda
Parménides de Elea.
Parménides de Elea (en griego Παρμενίδης ὁ Ἐλεάτης) fue un filósofo griego. Nació
entre el 530 a. C. y el 515 a. C. en la ciudad de Elea, colonia griega del sur de Magna
Grecia (Italia), ciudad que le debió también su legislación.
Parménides escribió una sola obra, un poema en verso épico, del cual nos han llegado
fragmentos conservados en citas de otros autores. Los especialistas consideran que la
integridad de lo que conservamos es notablemente mayor en comparación con lo que
nos ha llegado de las obras de casi todos los restantes filósofos presocráticos, y por ello
su doctrina puede ser reconstruida con mayor precisión.
La vía de la verdad, donde se ocupa de «lo que es» o «ente», y expone varios
argumentos que demuestran sus atributos: es ajeno a la generación y la
corrupción y por lo tanto es inengendrado e indestructible, es lo único que
verdaderamente existe —con lo que niega la existencia de la nada— es
homogéneo, inmóvil y perfecto.
La vía de las opiniones de los mortales, donde trata de asuntos como la
constitución y ubicación de los astros, diversos fenómenos meteorológicos y
geográficos, y el origen del hombre, construyendo una doctrina cosmológica
completa.
Tanto la doctrina platónica de las formas como la metafísica aristotélica guardan una
deuda incalculable con vía de la verdad de Parménides. Por esto es por lo que muchos
filósofos y filólogos consideran que Parménides es el fundador de la metafísica
occidental.
Los datos biográficos de Tales de Mileto son una mezcla de opiniones, hechos
atribuidos a su persona, y citas con mayor o menor grado de verosimilitud, recogidas de
diversos autores de épocas bastante posteriores, reinterpretados y expuestos a la luz de
la mentalidad del narrador. Contamos con el importante aporte de Aristóteles, el cual, en
su descripción, intenta delimitar los escritos y dichos atribuibles con certeza al mismo
Tales de los hechos dudosos ('dicen...') y de sus propias opiniones ('quizá quiso decir...').
La mayoría de los historiadores nos lo presentan como genuino milesio. Sin embargo,
según Diógenes Laercio, importante historiador griego, fue admitido en la ciudad jonia
de Mileto, a orillas del Mar Egeo, después de ser expulsado de Fenicia junto con Nileo.
Lo que es incuestionable es que residió en aquella ciudad, y que fue allí donde
desarrolló su filosofía.
Tanto Heródoto (I, 170) como Diógenes Laercio (I, 25) lo señalan como un sabio
consejero político de jonios y lidios. Laercio afirma que algunos, como el poeta Corilio,
declararon que fue el primero en sostener la inmortalidad del alma, que, según nos
refiere Aristóteles, es para Tales una fuerza motriz. También refiere Heródoto (I, 75)
que logró desviar el río Halys para que fuera cruzado por el ejército de Creso.
Aristóteles, por su parte, cuenta en su Política (I, 11, 1259a) que también se destacó en
el área de las finanzas, una vez que, habiendo predicho (gracias a sus conocimientos
astronómicos) cómo sería la cosecha de aceitunas, compró durante el invierno todas las
prensas de aceite de Mileto y Quíos y las alquiló al llegar la época de la recolección,
acumulando una gran fortuna y mostrando así que los filósofos pueden ser ricos si lo
desean, pero que su ambición es bien distinta.
Quizás la anécdota más conocida de Tales es aquella que nos refiere Heródoto, cuando
predijo a los jónicos el año en que sucedería un eclipse solar (quizá llevada a cabo
gracias al sistema babilónico), hacia el año 585 a. C. Asimismo, Diógenes Laercio
recuenta que, al caer Tales en un pozo después de ser llevado por una vieja mujer a ver
las estrellas, ésta replicó a su pedido de ayuda: ¨¿Cómo pretendes, Tales, saber acerca
de los cielos, cuando no ves lo que está debajo de tus pies?¨ La anécdota procede de
Platón, que la incluye en el Teeteto para expresar una idea parecida a la de Aristóteles:
el filósofo se preocupa más de la filosofía y de la naturaleza en general que de lo
inmediato.
Los datos biográficos de Tales de Mileto son una mezcla de opiniones, hechos
atribuidos a su persona, y citas con mayor o menor grado de verosimilitud, recogidas de
diversos autores de épocas bastante posteriores, reinterpretados y expuestos a la luz de
la mentalidad del narrador. Contamos con el importante aporte de Aristóteles, el cual, en
su descripción, intenta delimitar los escritos y dichos atribuibles con certeza al mismo
Tales de los hechos dudosos ('dicen...') y de sus propias opiniones ('quizá quiso decir...').
La mayoría de los historiadores nos lo presentan como genuino milesio. Sin embargo,
según Diógenes Laercio, importante historiador griego, fue admitido en la ciudad jonia
de Mileto, a orillas del Mar Egeo, después de ser expulsado de Fenicia junto con Nileo.
Lo que es incuestionable es que residió en aquella ciudad, y que fue allí donde
desarrolló su filosofía.
Aristóteles, por su parte, cuenta en su Política (I, 11, 1259a) que también se destacó en
el área de las finanzas, una vez que, habiendo predicho (gracias a sus conocimientos
astronómicos) cómo sería la cosecha de aceitunas, compró durante el invierno todas las
prensas de aceite de Mileto y Quíos y las alquiló al llegar la época de la recolección,
acumulando una gran fortuna y mostrando así que los filósofos pueden ser ricos si lo
desean, pero que su ambición es bien distinta.
Quizás la anécdota más conocida de Tales es aquella que nos refiere Heródoto, cuando
predijo a los jónicos el año en que sucedería un eclipse solar (quizá llevada a cabo
gracias al sistema babilónico), hacia el año 585 a. C. Asimismo, Diógenes Laercio
recuenta que, al caer Tales en un pozo después de ser llevado por una vieja mujer a ver
las estrellas, ésta replicó a su pedido de ayuda: ¨¿Cómo pretendes, Tales, saber acerca
de los cielos, cuando no ves lo que está debajo de tus pies?¨ La anécdota procede de
Platón, que la incluye en el Teeteto para expresar una idea parecida a la de Aristóteles:
el filósofo se preocupa más de la filosofía y de la naturaleza en general que de lo
inmediato.
Se le atribuye el haber realizado la medición de las pirámides, mediante las sombras que
proyectan cuando éstas son de la misma medida que nosotros mismos. Fue el primero
en haber hecho una explicación científica de un eclipse. También se dice que fue el
primero en dividir al año en estaciones y en 365 días.
Anaximandro
De Wikipedia, la enciclopedia libre
Saltar a navegación, búsqueda
Anaximandro, detalle en La escuela de Atenas.
Anaximandro de Mileto (en griego antiguo Ἀναξίμανδρος) fue un filósofo jonio. Nació
en los años 610 a. C. en la ciudad jonia de Mileto (Asia Menor) y murió
aproximadamente en el 546 a. C. Discípulo y continuador de Tales, se le atribuye sólo
un libro, que es sobre la naturaleza, pero su palabra llega a la actualidad mediante
comentarios doxográficos de otros autores. Se le atribuye también un mapa terrestre, la
medición de los solsticios y equinoccios por medio de un gnomon, trabajos para
determinar la distancia y tamaño de las estrellas y la afirmación de que la Tierra es
cilíndrica y ocupa el centro del Universo.
La respuesta dada por Anaximandro a la cuestión del arjé puede considerarse un paso
adelante respecto a Tales (del que Anaximandro probablemente fue discípulo). El arjé
es ahora lo ápeiron (de a: partícula privativa; y peras:, ‘límite, perímetro’), es decir, lo
indeterminado, lo ilimitado, que es precisamente, según hemos dicho, el concepto de lo
que vamos buscando. Lo que es principio de determinación de toda realidad ha de ser
indeterminado, y precisamente ápeiron designa de manera abstracta esta cualidad. Lo
ápeiron es eterno, siempre activo y semoviente. Esta sustancia, que Anaximandro
concibe como algo material, es «lo divino» que da origen a todo. De Anaximandro se
conserva este texto, que es el primero de la filosofía y el primer texto en prosa de la
Historia:
El principio (arjé) de todas las cosas es lo indeterminado ápeiron. Ahora bien, allí mismo donde
hay generación para las cosas, allí se produce también la destrucción, según la necesidad; en
efecto, pagan las culpas unas a otras y la reparación de la injusticia, según el orden del tiempo.
Anaximandro
¿A qué se refiere esta «injusticia"? Puede tener dos sentidos. Primero, que toda
existencia individual y todo devenir es una especie de usurpación contra el arjé, en
cuanto que nacer, individuarse, es separarse de la unidad primitiva (algo parecido se
encuentra en las doctrinas budistas, que ven el mal en la individualidad). Y segundo,
que los seres que se separan del arjé están condenados a oponerse entre sí, a cometer
injusticia unos con otros: el calor comete injusticia en verano y el frío en invierno. El
devenir está animado por la unilateralidad de cada parte, expresada ante las otras como
una oposición (Esta idea se volverá a ver más tarde en Heráclito). En Anaximandro se
encuentra ya una cosmología que describe la formación del cosmos por un proceso de
rotación que separa lo caliente de lo frío. El fuego ocupa la periferia del mundo y puede
contemplarse por esos orificios que llamamos estrellas. La tierra, fría y húmeda, ocupa
el centro. Los primeros animales surgieron del agua o del limo calentado por el sol; del
agua pasaron a la tierra. Los hombres descienden de los peces, idea que es una
anticipación de la teoría moderna de la evolución.