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La escuela eleática es una corriente griega de filosofía presocrática, que tuvo su apogeo

en los siglos VI y V a. C. El nombre proviene de la ciudad griega de Elea, al sur de


Italia, el hogar de Parménides y Zenón, máximos exponentes de la escuela. El
pensamiento eleático se opone tanto a la filosofía materialista de los milesios como a la
teoría del flujo universal formulada por el filósofo griego Heráclito. Según los eleáticos,
el universo es en esencia una unidad inmutable, que, siendo infinita en tiempo y
espacio, está más allá de la cognición proporcionada por los sentidos humanos. Sólo a
través de la reflexión filosófica, afirmaban, se puede alcanzar la verdad última. Las
observaciones sensoriales ofrecen tan solo una visión limitada y distorsionada de la
realidad. Los eruditos difieren en si la escuela fue fundada por Jenófanes o Parménides.
Muchas de las doctrinas eleáticas se basaron en las enseñanzas de Jenófanes, mientras
que Parménides desarrolló sus doctrinas dentro de un sistema de metafísica. Según este
último, la apariencia del movimiento y la existencia en el mundo de objetos distintos
son mera ilusión: sólo parecen existir. Las ideas de Pitágoras y Parménides en realidad
nunca supusieron la base del idealismo que caracterizaría después a la filosofía griega y
en particular para el sistema metafísico de Platón

Jenófanes de Colofón (en griego Ξενοφάνης) (nacido entre el


580 a. C. y el 570 a. C. - muerto entre el 475 a. C. y el 466 a. C.) fue un poeta elegíaco y
filósofo griego. Sus obras sólo se conservan en fragmentos, gracias a citas de autores
posteriores, actualmente recopiladas en la obra de H. Diels, revisada por W. Kranz, Die
Fragmente der Vorsokratiker ("Los fragmentos de los presocráticos").[1] A partir de los
fragmentos conservados, puede reconstruirse una visión del mundo y de los dioses
opuesta a los planteamientos de la épica homérica y hesiódica. Vinculado a la escuela
milesia por origen y por la estructura de su cosmología, tradicionalmente se lo ha
considerado fundador de la escuela eleática y del monismo. Se le ha señalado a menudo
como escéptico por sus fragmentos gnoseológicos, y los autores de la patrística creyeron
ver en sus textos teológicos una primera formulación del monoteísmo entre los griegos.

Parménides de Elea
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Parménides de Elea.

Parménides de Elea (en griego Παρμενίδης ὁ Ἐλεάτης) fue un filósofo griego. Nació
entre el 530 a. C. y el 515 a. C. en la ciudad de Elea, colonia griega del sur de Magna
Grecia (Italia), ciudad que le debió también su legislación.

Parménides escribió una sola obra, un poema en verso épico, del cual nos han llegado
fragmentos conservados en citas de otros autores. Los especialistas consideran que la
integridad de lo que conservamos es notablemente mayor en comparación con lo que
nos ha llegado de las obras de casi todos los restantes filósofos presocráticos, y por ello
su doctrina puede ser reconstruida con mayor precisión.

Presenta su pensamiento como una revelación divina dividida en dos partes:

 La vía de la verdad, donde se ocupa de «lo que es» o «ente», y expone varios
argumentos que demuestran sus atributos: es ajeno a la generación y la
corrupción y por lo tanto es inengendrado e indestructible, es lo único que
verdaderamente existe —con lo que niega la existencia de la nada— es
homogéneo, inmóvil y perfecto.
 La vía de las opiniones de los mortales, donde trata de asuntos como la
constitución y ubicación de los astros, diversos fenómenos meteorológicos y
geográficos, y el origen del hombre, construyendo una doctrina cosmológica
completa.

Mientras que el contenido de la vía de la opinión se asemeja a las especulaciones físicas


de los pensadores anteriores, como los jonios y los pitagóricos, la vía de la verdad
contiene una reflexión completamente nueva que modifica radicalmente el curso de la
filosofía antigua: se considera que Zenón de Elea y Meliso de Samos aceptaron sus
premisas y continuaron su pensamiento. Los físicos posteriores, como Empédocles,
Anaxágoras y los atomistas, buscaron alternativas para superar la crisis en la que había
sido arrojado el conocimiento de lo sensible. Incluso la sofística de Gorgias acusa una
enorme influencia de Parménides en su forma argumentativa.

Tanto la doctrina platónica de las formas como la metafísica aristotélica guardan una
deuda incalculable con vía de la verdad de Parménides. Por esto es por lo que muchos
filósofos y filólogos consideran que Parménides es el fundador de la metafísica
occidental.

      O ESCUELA JÓNICA.


FLORECIÓ DURANTE EL SIGLO VI A. C. EN LAS COLONIAS
JONIA (LA COSTA MEDITERRÁNEA DE LA ACTUAL TURQUÍA). SUS
GRIEGAS DE
PRINCIPALES REPRESENTANTES FUERON LOS FILÓSOFOS DE LA ESCUELA DE MILETO
(TALES, ANAXIMANDRO Y ANAXÍMENES) Y HERÁCLITO DE ÉFESO. SU RASGO MÁS
COMÚN, LA VISIÓN NATURALISTA DE LA REALIDAD.  

Los primeros filósofos nacieron enestas colonias y su preocupación fue


básicamente la comprensión de la Naturalezao Physis (por ello se les denomina a
veces “físicos”). Su visión del mundo fuenaturalista pues consideraron que a la base
del mundo perceptual se encuentra unprincipio material (para Tales el agua, para
Anaxímenes el aire, por ejemplo).Rechazaron las explicaciones míticas del origen
del Universo y del hombre ypropusieron explicaciones naturales. Sin embargo hay
que tener cuidado en estepunto pues, a diferencia con lo que ocurre en nuestro
tiempo en donde el puntode vista naturalista o materialista es incompatible con
creencias relativas alalma o a Dios, estos primeros filósofos no negaron la
existencia ni del alma nide los dioses. No encontramos en el pensamiento griego
autores ateos, aunque síuna visión materialista de lo espiritual.

Heráclito es el másimportante representante de esta escuela. Las tesis siguientes


son un breveresumen de sus puntos de vista básicos (el texto entrecomillado es la
sentenciaheraclitiana que mejor expresa cada una de ellas):

1. la realidad es contradictoria, en suseno se dan elementos opuestos:


“El mar es el aguamás pura y más corrupta; es potable y saludable para los
peces; para loshombres, en cambio, es impotable y nociva”;

2. los elementos opuestos se necesitanunos de otros:


“La enfermedad hace a la saludagradable y buena, el hambre a la hartura, el
cansancio aldescanso”;

3. la realidad cambiacontinuamente;reivindicación de la tesis del


movimiento o devenir;precisamente es la aceptación del cambio la nota
característica de la escuelajónica respecto de la posterior escuela eleática,
que niega la realidad deldevenir, reduciéndolo a simple apariencia:
“Todas lascosas se mueven y nada está quieto... nunca te podrás sumergir
dos veces en elmismo río”;

4. el movimiento como rasgo básico de larealidad tiene su origen en el


enfrentamiento, oposición o lucha entre loselementos contrarios:
“La guerra es el padre y el reyde todas las cosas; a uno les muestra como
dioses y a otros como hombres, a unoslos hace esclavos y a otros libres”;

5. existe un orden, armonía o síntesis decontrarios que da lugar a


unidades y dinámicas de un orden superior que la delos elementos opuestos.
Esta idea de una legalidad que rige el movimiento yel enfrentamiento entre
opuestos recibe el nombre dedialécticay seráreconocida y bien valorada por
filósofos tan importantes como Hegel y Marx (nohay que confundir esta
noción de dialéctica con la de Platón, noción que en esteúltimo autor se
refiere a un tipo de conocimiento antes que a un orden internode la
Naturaleza):
Tales de Mileto (en griego Θαλῆς ὁ Μιλήσιος) (h. 639 - h. 547/6 a. C.[1] ) fue el
iniciador de la indagación racional sobre el universo. Se le considera el primer filósofo
de la historia de la filosofía occidental, y fue el fundador de la escuela jónica de
filosofía, según el testimonio de Aristóteles. Fue el primero y más famoso de los Siete
Sabios de Grecia (el sabio astrónomo), y habría tenido, según una tradición antigua no
muy segura, como discípulo y protegido a Pitágoras.[2] Fue además uno de los más
grandes astrónomos y matemáticos de su época.

Sus estudios abarcaron profundamente el área de la geometría, álgebra lineal, geometría


del espacio y algunas ramas de la física, tales como la estática, la dinámica y la óptica.
Su vida está envuelta en un halo de leyenda.

Datos biográficos y anécdotas

Los datos biográficos de Tales de Mileto son una mezcla de opiniones, hechos
atribuidos a su persona, y citas con mayor o menor grado de verosimilitud, recogidas de
diversos autores de épocas bastante posteriores, reinterpretados y expuestos a la luz de
la mentalidad del narrador. Contamos con el importante aporte de Aristóteles, el cual, en
su descripción, intenta delimitar los escritos y dichos atribuibles con certeza al mismo
Tales de los hechos dudosos ('dicen...') y de sus propias opiniones ('quizá quiso decir...').

Tales nació en la ciudad de Mileto (griego: Μίλητος literalmente Miletos,turco: Milet),


una antigua ciudad en la costa occidental de Asia Menor (en lo que actualmente es la
Provincia de Aydın en Turquía), cerca de la desembocadura del río Menderes.

La mayoría de los historiadores nos lo presentan como genuino milesio. Sin embargo,
según Diógenes Laercio, importante historiador griego, fue admitido en la ciudad jonia
de Mileto, a orillas del Mar Egeo, después de ser expulsado de Fenicia junto con Nileo.
Lo que es incuestionable es que residió en aquella ciudad, y que fue allí donde
desarrolló su filosofía.

Fue hijo de Euxamias (conocido también como Examio) y de Cleobulina (o Cleóbula),


y al parecer tuvo ascendencia fenicia. Como los jonios mantenían tráfico comercial con
Egipto y Babilonia, es probable que Tales visitara el primero en su juventud, durante el
reinado del faraón Amasis, en donde se supone que fue educado por los sacerdotes.
Quizás fueron condiscípulos suyos Solón y Ferécides de Siros. Una fuente tardía lo
vincula con Pitágoras, a quien habría recomendado viajar a Egipto y educarse con los
sacerdotes de Menfis y Dióspolis.[2] De los babilonios debió aprender astronomía.
Anaximandro y Anaxímenes pueden haber sido discípulos suyos. Apolodoro, en su
Cronología, afirma que murió a la edad de setenta y ocho años. Sin embargo, Sosícrates
asegura que murió en la olimpiada LVIII, a la edad de noventa años.

Tanto Heródoto (I, 170) como Diógenes Laercio (I, 25) lo señalan como un sabio
consejero político de jonios y lidios. Laercio afirma que algunos, como el poeta Corilio,
declararon que fue el primero en sostener la inmortalidad del alma, que, según nos
refiere Aristóteles, es para Tales una fuerza motriz. También refiere Heródoto (I, 75)
que logró desviar el río Halys para que fuera cruzado por el ejército de Creso.

Aristóteles, por su parte, cuenta en su Política (I, 11, 1259a) que también se destacó en
el área de las finanzas, una vez que, habiendo predicho (gracias a sus conocimientos
astronómicos) cómo sería la cosecha de aceitunas, compró durante el invierno todas las
prensas de aceite de Mileto y Quíos y las alquiló al llegar la época de la recolección,
acumulando una gran fortuna y mostrando así que los filósofos pueden ser ricos si lo
desean, pero que su ambición es bien distinta.

Quizás la anécdota más conocida de Tales es aquella que nos refiere Heródoto, cuando
predijo a los jónicos el año en que sucedería un eclipse solar (quizá llevada a cabo
gracias al sistema babilónico), hacia el año 585 a. C. Asimismo, Diógenes Laercio
recuenta que, al caer Tales en un pozo después de ser llevado por una vieja mujer a ver
las estrellas, ésta replicó a su pedido de ayuda: ¨¿Cómo pretendes, Tales, saber acerca
de los cielos, cuando no ves lo que está debajo de tus pies?¨ La anécdota procede de
Platón, que la incluye en el Teeteto para expresar una idea parecida a la de Aristóteles:
el filósofo se preocupa más de la filosofía y de la naturaleza en general que de lo
inmediato.

Se le atribuye el haber realizado la medición de las pirámides,


mediante las sombras que proyectan cuando éstas son de la misma
medida que nosotros mismos. Fue el primero en haber hecho una
explicación científica de un eclipse. También se dice que fue el primero
en Datos biográficos y anécdotas

Los datos biográficos de Tales de Mileto son una mezcla de opiniones, hechos
atribuidos a su persona, y citas con mayor o menor grado de verosimilitud, recogidas de
diversos autores de épocas bastante posteriores, reinterpretados y expuestos a la luz de
la mentalidad del narrador. Contamos con el importante aporte de Aristóteles, el cual, en
su descripción, intenta delimitar los escritos y dichos atribuibles con certeza al mismo
Tales de los hechos dudosos ('dicen...') y de sus propias opiniones ('quizá quiso decir...').

Tales nació en la ciudad de Mileto (griego: Μίλητος literalmente Miletos,turco: Milet),


una antigua ciudad en la costa occidental de Asia Menor (en lo que actualmente es la
Provincia de Aydın en Turquía), cerca de la desembocadura del río Menderes.

La mayoría de los historiadores nos lo presentan como genuino milesio. Sin embargo,
según Diógenes Laercio, importante historiador griego, fue admitido en la ciudad jonia
de Mileto, a orillas del Mar Egeo, después de ser expulsado de Fenicia junto con Nileo.
Lo que es incuestionable es que residió en aquella ciudad, y que fue allí donde
desarrolló su filosofía.

Fue hijo de Euxamias (conocido también como Examio) y de Cleobulina (o Cleóbula),


y al parecer tuvo ascendencia fenicia. Como los jonios mantenían tráfico comercial con
Egipto y Babilonia, es probable que Tales visitara el primero en su juventud, durante el
reinado del faraón Amasis, en donde se supone que fue educado por los sacerdotes.
Quizás fueron condiscípulos suyos Solón y Ferécides de Siros. Una fuente tardía lo
vincula con Pitágoras, a quien habría recomendado viajar a Egipto y educarse con los
sacerdotes de Menfis y Dióspolis.[2] De los babilonios debió aprender astronomía.
Anaximandro y Anaxímenes pueden haber sido discípulos suyos. Apolodoro, en su
Cronología, afirma que murió a la edad de setenta y ocho años. Sin embargo, Sosícrates
asegura que murió en la olimpiada LVIII, a la edad de noventa años.
Tanto Heródoto (I, 170) como Diógenes Laercio (I, 25) lo señalan como un sabio
consejero político de jonios y lidios. Laercio afirma que algunos, como el poeta Corilio,
declararon que fue el primero en sostener la inmortalidad del alma, que, según nos
refiere Aristóteles, es para Tales una fuerza motriz. También refiere Heródoto (I, 75)
que logró desviar el río Halys para que fuera cruzado por el ejército de Creso.

Aristóteles, por su parte, cuenta en su Política (I, 11, 1259a) que también se destacó en
el área de las finanzas, una vez que, habiendo predicho (gracias a sus conocimientos
astronómicos) cómo sería la cosecha de aceitunas, compró durante el invierno todas las
prensas de aceite de Mileto y Quíos y las alquiló al llegar la época de la recolección,
acumulando una gran fortuna y mostrando así que los filósofos pueden ser ricos si lo
desean, pero que su ambición es bien distinta.

Quizás la anécdota más conocida de Tales es aquella que nos refiere Heródoto, cuando
predijo a los jónicos el año en que sucedería un eclipse solar (quizá llevada a cabo
gracias al sistema babilónico), hacia el año 585 a. C. Asimismo, Diógenes Laercio
recuenta que, al caer Tales en un pozo después de ser llevado por una vieja mujer a ver
las estrellas, ésta replicó a su pedido de ayuda: ¨¿Cómo pretendes, Tales, saber acerca
de los cielos, cuando no ves lo que está debajo de tus pies?¨ La anécdota procede de
Platón, que la incluye en el Teeteto para expresar una idea parecida a la de Aristóteles:
el filósofo se preocupa más de la filosofía y de la naturaleza en general que de lo
inmediato.

Se le atribuye el haber realizado la medición de las pirámides, mediante las sombras que
proyectan cuando éstas son de la misma medida que nosotros mismos. Fue el primero
en haber hecho una explicación científica de un eclipse. También se dice que fue el
primero en dividir al año en estaciones y en 365 días.

dividir al año en estaciones y en 365 días.

Anaximandro
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Anaximandro, detalle en La escuela de Atenas.

Anaximandro de Mileto (en griego antiguo Ἀναξίμανδρος) fue un filósofo jonio. Nació
en los años 610 a. C. en la ciudad jonia de Mileto (Asia Menor) y murió
aproximadamente en el 546 a. C. Discípulo y continuador de Tales, se le atribuye sólo
un libro, que es sobre la naturaleza, pero su palabra llega a la actualidad mediante
comentarios doxográficos de otros autores. Se le atribuye también un mapa terrestre, la
medición de los solsticios y equinoccios por medio de un gnomon, trabajos para
determinar la distancia y tamaño de las estrellas y la afirmación de que la Tierra es
cilíndrica y ocupa el centro del Universo.

La respuesta dada por Anaximandro a la cuestión del arjé puede considerarse un paso
adelante respecto a Tales (del que Anaximandro probablemente fue discípulo). El arjé
es ahora lo ápeiron (de a: partícula privativa; y peras:, ‘límite, perímetro’), es decir, lo
indeterminado, lo ilimitado, que es precisamente, según hemos dicho, el concepto de lo
que vamos buscando. Lo que es principio de determinación de toda realidad ha de ser
indeterminado, y precisamente ápeiron designa de manera abstracta esta cualidad. Lo
ápeiron es eterno, siempre activo y semoviente. Esta sustancia, que Anaximandro
concibe como algo material, es «lo divino» que da origen a todo. De Anaximandro se
conserva este texto, que es el primero de la filosofía y el primer texto en prosa de la
Historia:

El principio (arjé) de todas las cosas es lo indeterminado ápeiron. Ahora bien, allí mismo donde
hay generación para las cosas, allí se produce también la destrucción, según la necesidad; en
efecto, pagan las culpas unas a otras y la reparación de la injusticia, según el orden del tiempo.
Anaximandro

¿A qué se refiere esta «injusticia"? Puede tener dos sentidos. Primero, que toda
existencia individual y todo devenir es una especie de usurpación contra el arjé, en
cuanto que nacer, individuarse, es separarse de la unidad primitiva (algo parecido se
encuentra en las doctrinas budistas, que ven el mal en la individualidad). Y segundo,
que los seres que se separan del arjé están condenados a oponerse entre sí, a cometer
injusticia unos con otros: el calor comete injusticia en verano y el frío en invierno. El
devenir está animado por la unilateralidad de cada parte, expresada ante las otras como
una oposición (Esta idea se volverá a ver más tarde en Heráclito). En Anaximandro se
encuentra ya una cosmología que describe la formación del cosmos por un proceso de
rotación que separa lo caliente de lo frío. El fuego ocupa la periferia del mundo y puede
contemplarse por esos orificios que llamamos estrellas. La tierra, fría y húmeda, ocupa
el centro. Los primeros animales surgieron del agua o del limo calentado por el sol; del
agua pasaron a la tierra. Los hombres descienden de los peces, idea que es una
anticipación de la teoría moderna de la evolución.

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