N° 11 Enero 2011 Carabobo POR UNA SOCIEDAD SIN CLASES SOCIALES, NI GENEROS

Más insumisas que cuando empezamos

 A propósito de la mesa de Lo arriba expuesto no implica, por supuesto,
que en un momento dado de su progreso
igualdad de género del Consejo material la familia del futuro se instalará de
Revolucionario del Poder Popular repente en su verdad. No. Ya desde ahora es
viable un cierto avance hacia la nueva familia.
Es verdad que el Estado no puede todavía
Desde mediados de octubre diver- hacerse cargo ni de la educación de los niños,
sos colectivos de mujeres, junto con ni del establecimiento de las cocinas públicas
compañeras integrantes de consejos que significarían una gran ventaja para la
comunales y militantes de PSUV veni- cocina familiar, ni de la creación de
mos reuniéndonos todas las sema- lavanderías públicas donde la ropa no sería
nas en el Centro de Documentación robada o estropeada. Pero esto no quiere decir
Feminista de la Aldea Héroes de que las familias más progresistas y
Canaima 4-F, con el fin de debatir te- emprendedoras no puedan reunirse desde ya
mas relativos a la lucha contra la cultura en unidades colectivas para el gobierno del
patriarcal y a la construcción del socia- hogar. Por supuesto, este tipo de experimentos
lismo feminista, valga la redundancia. debe hacerse tomando ciertas precauciones;
el equipo técnico de la unidad colectiva debe
Se trata de un espacio de en- responder a las necesidades y demandas del grupo y proporcionar ventajas
cuentro, buscado y construido des- manifiestas a cada uno de sus miembros, aun cuando en un comienzo sean bastante
de hace tiempo, con mucha modestas.
paciencia y constancia, por dis-
tintas camaradas. Hoy podemos … Las mencionadas unidades familiares colectivas para el gobierno del hogar deben
decir, que con más o menos ser cuidadosamente pensadas y estudiadas. El primer paso deberá consistir en una
perseverancia, conseguimos en- combinación de la iniciativa comunitaria, apoyada por los poderes gubernamentales,
contrarnos la mayor parte de los co- en primer lugar los sóviets locales y los órganos económicos. La construcción de
lectivos de mujeres revolucionarias que hacemos vida casas nuevas —y ¡al fin vamos a construir casas! — debe regularse de acuerdo con
política en Naguanagua y otros lugares de Carabobo. las demandas de las familias agrupadas en comunidades. El primer éxito manifiesto
e indisputable en esta dirección, aun cuando sea breve y de alcance limitado, hará
Sin embargo, sigue siendo un espacio en construcción que tenemos que llenar con surgir inevitablemente, y en grupos cada vez más amplios, el deseo de organizar sus
mucha más disciplina, con mucho más ánimo y compromiso de parte de cada uno de los vidas sobre líneas similares.
colectivos y, sobre todo, con muchísimas más mujeres.
Todavía no ha llegado el momento oportuno para pensar en un proyecto preparado
En el acta de inicio de la mesa por la liberación de la mujer afirmábamos nuestro conven- e iniciado desde arriba. Éste no es viable ni desde el punto de vista de los recursos
cimiento de que el sistema capitalista y patriarcal nos oprime y explota, pero no sólo a materiales del Estado, ni de la educación misma del proletariado. En el presente
nosotras, ya que sobre las estructuras económicas, políticas y culturales en las que se asien- sólo podremos escapar al estancamiento mediante la creación de comunidades modelo.
ta la explotación de la mujer se reproducen valores fundamentales para el sistema capitalista La tierra bajo nuestros pies ha de ser fortalecida paso a paso; no debemos obrar
como el individualismo, la competencia, la división social del trabajo, el autoritarismo y la sin reflexión o demasiado precipitadamente, pero tampoco perder el tiempo en
explotación. Nuestra lucha por la emancipación de la mujer es la lucha contra el capital y por fantasiosos experimentos burocráticos. En un momento dado, el Estado será capaz,
el socialismo. Es la lucha por la emancipación de todo el género humano. Sin superar el con la ayuda de los sóviets locales, unidades cooperativas y demás, de socializar el
patriarcado, no podremos construir el socialismo. trabajo realizado, ampliarlo y profundizarlo. De este modo la familia humana, según
En este sentido, creemos importante concebir y planificar la Comuna a través de estructuras palabras de Engels, «pasará del reino de la necesidad al reino de la libertad».
colectivas nuevas que hagan desaparecer las estructuras patriarcales y para ese fin es fundamen-
tal impulsar las mesas de igualdad en todos y cada uno de nuestros Consejos Comunales.

El Estado de los trabajadores
necesita mayor prosperidad
con el fin de que le sea posible
tomar seriamente en sus manos
la educación pública de los
niños y aliviar asimismo a la
familia de los cuidados de la
limpieza y la cocina. La socia-
lización de la familia, del
manejo de la casa y de la
educación de los niños no será
posible sin una notable mejoría
de toda nuestra economía.
Necesitamos una mayor
proporción de formas eco-
nómicas socialistas.
Sólo bajo tales condiciones,
podremos liberar a la familia
de las funciones y cuidados
que actualmente la oprimen y
desintegran. El lavado debe
estar a cargo de una
¡Abajo la esclavitud de la cocina! lavandería pública, la
Incorpórate a la nueva forma de vida alimentación a cargo de
comedores públicos, la
confección del vestido debe
realizarse en los talleres. Los niños deben ser educados por excelentes maestros
pagados por el Estado y que tengan una real vocación para su trabajo.
Entonces la unión entre marido y mujer se habrá liberado del influjo de todo
factor externo o accidental y ya no podrá ocurrir que uno de ellos absorba la vida
del otro. Una igualdad genuina será al fin establecida. La unión dependerá de un
mutuo afecto.
Y por tal motivo, precisamente, se logrará la estabilidad interior, no la misma para
todos, por supuesto, pero para nadie compulsiva.
Así pues, el camino hacia la nueva familia es doble: a) la elevación del nivel de
cultura y educación de la clase trabajadora y de los individuos que la componen;
b) un mejoramiento de las condiciones materiales de dicha clase organizado y
llevado a cabo por el Estado. Ambos procesos se hallan íntimamente conectados
entre sí.
R I G O B E R TA M E N C H Ú : U N A M U J E R
A D M I R A B L E Y E J E M P LO A S E G U I R
Por: Paula Parra*
Rigoberta Menchú, indígena quiché
guatemalteca, sufrió junto a miles de indí-
genas todo el peso del poder imperial y
capitalista, representado en las empresas
bananeras norteamericanas, los terrate-
nientes y los militares apátridas.
Fueron años oscuros, donde murieron miles
de indígenas, ladinos (mestizos) y campesi-
nos. Rigoberta presenció desde niña situa-
ciones injustas y aberrantes. Su padre, ante
el despojo y las represiones a los que era
sometido su pueblo, decidió tomar las riendas
de la lucha social, siendo perseguido, de un imperio maldito que no cesa de
torturado y finalmente muerto en la defensa demostrar su poder aplastando a los líderes
de la causa de su pueblo. Rigoberta tomó su sociales y mostrando descaradamente su cara
bandera y decidió prepararse para proseguir. colonialista ante el sur del mundo. Por otra
parte, a pesar de que el Nobel, así como la
Las atrocidades cometidas contra la familia
de esta luchadora social y su pueblo, que ONU, la OTAN, la OEA, la FAO, no son si no
los es también nuestro, no tienen parangón, siglas de fachadas legales que los gringos
un hermanito muerto por los pesticidas emplean para dominar con guantes de seda
mientras su madre trabajaba con él a la diplomacia mundial, Rigoberta tomó el
cuestas, debido a que fumigaban con los dinero del premio para crear una fundación
indígenas y campesinos trabajando en las en pro de los derechos de su pueblo, hoy
plantaciones; otro hermanito de 16años hecho oprimido y rodeado por la violencia social.
Esta camarada no ha dejado de luchar contra
preso, torturado de forma cruel, cortándole
partes de su cuerpo, expuesto ante todos un poder capitalista que atropella a todos
como represalia y finalmente quemado, todo los pueblos del mundo.
a los ojos de Rigoberta. Nosotr@s hoy y siempre debemos continuar
La inmoralidad de los hechos pudo haber la lucha y que nuestra conciencia se refleje
abatido su espíritu, pero lo enalteció y forta- en nuestros actos, no olvidemos a los
Yukpas, los Bari, los Mapuches, los Quichés,
leció en esa dura lucha de los desposeídos,
los descendientes de aquellos pueblos
de los que su único poder es la conciencia y
la unidad. Esta camarada solventó las guerreros mexicanos que hoy se mantienen
barreras del idioma, puesto que no sabía de pie, nuestros hermanos africanos e
hablar español, ni otras lenguas indígenas, hindúes, enarbolemos el fusil y la bandera
fue autodidacta en todos los sentidos para de los que cayeron y sigamos dando la pelea,
poder dirigir la enorme empresa que le recordemos «sean siempre capaces de sentir
esperaba, la lucha, y con ella la persecución, en lo más hondo, cualquier injusticia cometida
el exilio y un Nobel. contra cualquiera en cualquier parte del
mundo» Ernesto Che Guevara.
En la actualidad Rigoberta sigue en su lucha,
fue candidata a la presidencia de Guatemala,
*M.P.R «FOGATA»
siendo apabullada de nuevo por los títeres
 UNA EDUCACIÓN SOCIALISTA QUE
ELIMINE EL PATRIARCADO.
Por: Susana Gómez
Una educación socialista debe luchar
contra todas las formas en las que se ma-
nifiestan las relaciones de opresión. Y sin
duda, una relación de dominación que se
manifiesta a través de formas indiscutibles
de violencia, es la relación patriarcal, la re-
lación de opresión hacia la mujer. Sin em-
bargo, a pesar de ser esta relación de po-
der tan constante, tan difundida y tan agre-
siva, hasta ahora no ha tenido demasiada
relevancia en la agenda de lucha del sec-
tor educativo.
Esto llama la atención, ya que la mayo-
ría del personal del sistema educativo son
mujeres que han sufrido y continúan sufrien-
do en carne propia relaciones de domina-
ción y opresión específicas por ser mujeres.
Y digo en carne propia, porque la opresión
contra la mujer se ha justificado tradicional-
mente por las diferencias corporales que
tenemos los hombres y las mujeres y se ha
materializado entre otras cosas en el uso
de la violencia, del desprecio y el abuso
hacia el cuerpo de la mujer.
Este sistema de dominación, que lla-
mamos sistema patriarcal, comenzó hace
miles de años, cuando, dadas las condi-
ciones productivas, el poder no se mani-
festaba en el control de la tierra que era
comunal, ni en el control de los otros me-
dios de producción que eran instrumentos
muy simples y rudimentarios, sino en el
control de la fuerza de trabajo. En este
sentido, el que una tribu o una comunidad
tuvieran muchas mujeres impli-
caba no sólo el acceso a su traba-
jo, sino también a sus capacida-
des reproductivas, es decir, a sus hijos e
hijas como fuerza de trabajo. La perpetui-
dad de la comunidad dependía, entonces,
de la consagración de la mujer a la esfera
reproductiva y esa consagración no se po-
día dejar a la libre decisión de la mujer.
Se tenía que crear el sistema de ideas, la
ideología que atara a la mujer a la esfera
reproductiva y anulara su capacidad de
decisión sobre su cuerpo y sobre su vida y
esa primera construcción ideológica se llevó
a cabo a través de las religiones.
Es interesante destacar, que muchas
veces las guerras entre tribus se origina-
ban por el rapto o robo de mujeres. Una
comunidad sin mujeres desaparecía, así
que si por alguna hambruna, por algún
desastre natural o por alguna epidemia se
veía mermado el número de mujeres, la
De la vieja a la nueva familia
León Trotsky
La vida doméstica familiar está atravesando, digamos, el período de 1920-1921
y no ha alcanzado todavía el de 1923. La vida doméstica es más conservadora
que la económica, y uno de los motivos es su menor grado de conciencia. En
política y economía la clase trabajadora actúa como un todo y en su avance
empuja siempre hacia adelante al partido comunista, su vanguardia, a través de
la cual cumple con los objetivos históricos del proletariado. En la vida familiar
la clase trabajadora se encuentra dividida en células que agrupan a varias
familias. La trasformación del régimen político, el cambio incluso del orden
económico del Estado —el paso de las fábricas y los talleres a manos de los
trabajadores—, todo esto ejerció indudablemente alguna influencia en las
condiciones familiares; pero solamente en forma externa e indirecta, y sin
modificar en nada las estructuras domésticas tradicionales heredadas del
pasado. Una reforma radical de la familia y en general de todo el orden de la
vida doméstica requiere un enorme y consciente esfuerzo del conjunto de la
clase trabajadora, y supone la existencia en dicha clase de una poderosa fuerza
molecular proveniente de un deseo íntimo e individual de cultura y progreso.
Se necesita un arado que se hunda profundamente para remover densas masas
de tierra.
Uno de los problemas, el más simple, fue el de instituir en el Estado soviético la
igualdad política de hombres y mujeres. Mucho más dificultoso fue el siguiente,
el de asegurar la igualdad de hombres y mujeres trabajadores en las fábricas,
talleres y sindicatos; y hacerlo de tal modo que los hombres no colocaran a las
mujeres en una posición desventajosa. Pero lograr una verdadera igualdad entre
hombres y mujeres en el seno de la familia es un problema infinitamente más
arduo. Antes de que ello suceda deben subvertirse todas nuestras costumbres
domésticas. Y aún es bastante obvio que a menos que en la familia exista una
verdadera igualdad entre marido y mujer, y ello en un sentido general, así como
en lo referente a las condiciones de vida, no podremos hablar seriamente de
igualdad en el trabajo social ni quizás en la política. Hasta tanto la mujer esté
atada a los trabajos de la casa, el cuidado de la familia, la cocina y la costura,
permanecerán cerradas totalmente todas sus posibilidades de participación en
la vida política y social.
… En principio, la preparación material de las condiciones para un nuevo modo
de vida y una nueva familia no puede separarse tampoco del trabajo de la
construcción socialista.
 Está fuera de comunidad las conseguía por donde pu- cerle a un «ser superior», a «un dios» que es
toda duda que ya diera. Esto hizo por una parte que los hom- la forma que en ese momento encuentra el
nos disponemos a bres fueran teniendo la exclusividad del sistema patriarcal de materializar y perpe-
tener muchas más uso de la fuerza, fueran especializándose tuar su dominación, pero además convierte
instituciones de en las tareas de la guerra y que las muje- a la mujer en la pieza clave de la reproduc-
este tipo y que co- res fueran convirtiéndose en el botín de ción de su propia opresión a través de la
mienzan a cambiar esas guerras. familia y de la educación. A través de la
de carácter. Está
historia, las religiones no sólo han colocado
fuera de toda A la mujer, en la mayoría de los casos,
las cadenas en el cuello de las mujeres, sino
duda que, entre no se le permitía ser soldado porque su
que nos han educado para ser nosotras
las obre-ras y cuerpo era demasiado valioso para la con-
mismas las que traslademos nuestras ca-
campesinas, tinuidad de la tribu. De esa forma, el cuer-
denas al cuello de nuestras hijas. Esto lo
existe, mucho más po de la mujer se convirtió en algo a custo-
han hechos muchas generaciones de mu-
numerosamente de diar, a defender. Pero, como ella no lo pue-
lo que conocemos,
jeres sin ser conscientes de ello, ¿pero es-
de defender sin ponerlo en una situación
talentos de tamos dispuestas nosotras a seguir conde-
de vulnerabilidad, lo defiende el hombre,
organi-zadoras, nando a la sumisión a las próximas gene-
que poco a poco ha ido quedándose con la
personas que raciones de mujeres?
propiedad exclusiva de las armas y con la
saben hacer legitimidad de usarlas, tanto para defen- Un rotundo ¡No! debe salir de todas
funcionar una em- der a las mujeres de su tribu, como para las mujeres socialistas. Un ¡No! que nos lle-
presa con el conseguir mujeres de otras tribus. Esta si- ve a examinar y reflexionar sobre cómo se
concur-so de gran
tuación fue reforzando la idea de que la dan y reproducen las relaciones opresión
número de
mujer y fundamentalmente su cuerpo eran a lo interno y externo de la escuela y de la
obreros y mayor
propiedad del «otro», del que lo defiende o familia. Un ¡No! que nos ayude a revolucio-
número aún de
se apropia de él, del que tiene las armas, nar estas estructuras que hace miles de
consumidores, sin
del «hombre». Es, por tanto, a través de un años se idearon para la reproducción de
esa exuberancia
determinado tipo de relaciones sociales que la cultura de
de frases, de
alarma, de el hombre se fue convirtiendo en el contra- dominación y
estrépito, de habladurías sobre los planes, los sistemas, etc.…, «enfermedad» de la rio de la mujer, en su «dueño». para el man-
que sufren constantemente los «intelectuales» tan hinchados de sí mismos, o los tenimiento
Sin embargo, para que este sistema de
«comunistas» recién venidos. Pero nosotros no cuidamos como se debería estos brotes del sistema
dominación no se cuestionara ( y debemos
de futuro. capitalista
recordar que es el sistema de dominación
patriarcal.
Mirad la burguesía. ¡Ella sí que sabe hacer propaganda de lo que le es necesario! ¡Cómo más antiguo de la humanidad y que aún
las empresas « modelo » a los ojos de los capitalistas son alabadas en millones de pervive) se tenía que disfrazar como algo
ejemplares de sus periódicos, cómo las instituciones burguesas « modelo » se convierten «natural» .Las religiones son la primera cons-
en objeto de orgullo nacional! Nuestra prensa no se ocupa, o casi no se ocupa, de trucción de ideas que no sólo justifica la do-
describir los mejores restaurantes o las mejores guarderías ; no se esfuerza con minación del hombre sobre la mujer, sino
peticiones cotidianas, en transformar algunos de entre ellos en establecimientos que la disfraza como algo «natural» y de
modelo, no les hace publicidad, no ofrece detalles de ellas como debería. ¡qué economía esa forma institucionaliza el consentimien-
de trabajo humano!, ¡qué facilidades para los consumidores!, ¡qué ahorro del producto!, to de la mujer frente a su dominación. El
¡qué liberación de la mujer del esclavismo doméstico!,¡ qué mejora de las condiciones cuerpo de la mujer y su decisión de pro-
sanitarias se obtienen por medio del trabajo comunista modelo! Nuestra prensa debe crear dejan de ser suyos y pasan a pertene-
 Sobre la cuestión doméstica, la La mujer continúa
familia y la Comuna Socialista
Comuna siendo el esclavo do-
méstico a pesar de
todas las leyes libera-
En el Centro de Documentación Feminista de la doras puesto que la
Aldea Héroes de Canaima estamos abriendo un pequeña economía
círculo de estudio sobre «la cuestión doméstica, doméstica la oprime, la
la familia y la Comuna», ya que consideramos que ahoga, la embrute-ce,
.éste es un aspecto del trabajo social que es la humilla, atándola a
imprescindible socializar si queremos avanzar en la cocina, a la habi-
la construcción de la economía socialista y en la tación de los niños,
emancipación e igualdad del género humano. obligándola a gastar
Dentro de este esfuerzo, invitamos a todos y sus fuerzas en tareas
todas las camaradas a participar en esta terriblemente impro-
interesante e importante reflexión, tanto en las ductivas, mezquinas,
actividades a desarrollar en el Centro de irritantes, alelantes,
Documentación Feminista, como a través de los deprimentes. La ver-
artículos referentes al tema que vamos a ir dadera liberación de
colocando en Insumisas. la mujer, el verdadero
Mujer liberada, ¡Construye el socialismo!
comunismo comenza-
En este número comenzamos con un artículo de rá allí y cuando co-
Vladimir Ilich Lenin titulado «La mujer y la revolución» de la obra «Una gran mience la lucha de
iniciativa» (1919) y con unos extractos del libro «Problemas de la vida cotidiana» masas (dirigida por el
de León Trotsky, concretamente del capítulo VI titulado «De la vieja a la nueva proletariado que
familia». posee el poder) contra
esta pequeña economía
doméstica o, más exactamente, durante su transformación masiva en gran economía

La Mujer y la Revoluciòn socialista.

¿Prestamos la atención suficiente en la práctica a esta cuestión que, en teoría, no

Vladimir Ilich Lenin
Tomad la situación de la mujer. Ningún partido democrático en el mundo, en ninguna de
las Repúblicas burguesas más avanzadas ha cumplido durante docenas de años en torno
a esta cuestión la centésima parte de lo que hemos hecho nosotros durante el primer
año de gobierno. Verdaderamente no hemos dejado subsistir nada de estas leyes infames
concernientes a la desigualdad de derechos de la mujer, los impedimentos al divorcio,
las formalidades abyectas que lo acompañan, el no reconocimiento de los hijos nacidos
fuera del matrimonio, la búsqueda de paternidad, etc.; leyes que se encuentran
masivamente en todos los países civilizados, para la vergüenza de la burguesía y del
capitalismo. Tenemos mil veces razón de estar orgullosos de lo que hemos hecho en este
dominio. Pero cuanto más hemos despejado el terreno de este viejo amasijo de leyes e
instituciones burguesas, mejor vemos que se trata tan sólo de un despeje para la
construcción, pero que no es todavía la construcción misma.
crea dudas a ningún comunista? Evidentemente no. ¿Cuidamos lo suficiente los brotes
de comunismo que existen ahora ya en este dominio? Una vez más, no y no. Los
restaurantes colectivos, las guardería infantiles, los jardines de infancia, -he ahí
unos ejemplos de estos brotes, he ahí los medios simples, cotidianos, que no suponen
nada pomposo, de extraordinario ni majestuoso y que, en los hechos, son capaces de
liberar a la mujer, en los hechos son capaces de disminuir y suprimir su desigualdad
con el hombre, y responden a su papel en la producción social y la vida social. Estos
medios no son nuevos, han sido creados (como todas las premisas materiales del
socialismo en general) por el gran capitalismo, pero en este régimen eran, para
empezar, una excepción, y luego –lo que es particularmente importante- una empresa
comercial con todos sus peores aspectos de especulación, de lucro, de engaños, de
falsificación, o una « acrobacia de la filantropía burguesa», que los mejores obreros
odiaban y despreciaban de forma justa.
 Sobre la cuestión doméstica, la La mujer continúa
familia y la Comuna Socialista
Comuna siendo el esclavo do-
méstico a pesar de
todas las leyes libera-
En el Centro de Documentación Feminista de la doras puesto que la
Aldea Héroes de Canaima estamos abriendo un pequeña economía
círculo de estudio sobre «la cuestión doméstica, doméstica la oprime, la
la familia y la Comuna», ya que consideramos que ahoga, la embrutece,
.éste es un aspecto del trabajo social que es la humilla, atándola a
imprescindible socializar si queremos avanzar en la cocina, a la habi-
la construcción de la economía socialista y en la tación de los niños,
emancipación e igualdad del género humano. obligándola a gastar
Dentro de este esfuerzo, invitamos a todos y sus fuerzas en tareas
todas las camaradas a participar en esta terriblemente impro-
interesante e importante reflexión, tanto en las ductivas, mezquinas,
actividades a desarrollar en el Centro de irritantes, alelantes,
Documentación Feminista, como a través de los deprimentes. La ver-
artículos referentes al tema que vamos a ir dadera liberación de
colocando en Insumisas. la mujer, el verdadero
Mujer liberada, ¡Construye el socialismo!
comunismo comenza-
En este número comenzamos con un artículo de rá allí y cuando co-
Vladimir Ilich Lenin titulado «La mujer y la revolución» de la obra «Una gran mience la lucha de
iniciativa» (1919) y con unos extractos del libro «Problemas de la vida cotidiana» masas (dirigida por el
de León Trotsky, concretamente del capítulo VI titulado «De la vieja a la nueva proletariado que
familia». posee el poder) contra
esta pequeña economía
doméstica o, más exactamente, durante su transformación masiva en gran economía

La Mujer y la Revoluciòn socialista.

¿Prestamos la atención suficiente en la práctica a esta cuestión que, en teoría, no

Vladimir Ilich Lenin
Tomad la situación de la mujer. Ningún partido democrático en el mundo, en ninguna de
las Repúblicas burguesas más avanzadas ha cumplido durante docenas de años en torno
a esta cuestión la centésima parte de lo que hemos hecho nosotros durante el primer
año de gobierno. Verdaderamente no hemos dejado subsistir nada de estas leyes infames
concernientes a la desigualdad de derechos de la mujer, los impedimentos al divorcio,
las formalidades abyectas que lo acompañan, el no reconocimiento de los hijos nacidos
fuera del matrimonio, la búsqueda de paternidad, etc.; leyes que se encuentran
masivamente en todos los países civilizados, para la vergüenza de la burguesía y del
capitalismo. Tenemos mil veces razón de estar orgullosos de lo que hemos hecho en este
dominio. Pero cuanto más hemos despejado el terreno de este viejo amasijo de leyes e
instituciones burguesas, mejor vemos que se trata tan sólo de un despeje para la
construcción, pero que no es todavía la construcción misma.
crea dudas a ningún comunista? Evidentemente no. ¿Cuidamos lo suficiente los brotes
de comunismo que existen ahora ya en este dominio? Una vez más, no y no. Los
restaurantes colectivos, las guardería infantiles, los jardines de infancia, -he ahí
unos ejemplos de estos brotes, he ahí los medios simples, cotidianos, que no suponen
nada pomposo, de extraordinario ni majestuoso y que, en los hechos, son capaces de
liberar a la mujer, en los hechos son capaces de disminuir y suprimir su desigualdad
con el hombre, y responden a su papel en la producción social y la vida social. Estos
medios no son nuevos, han sido creados (como todas las premisas materiales del
socialismo en general) por el gran capitalismo, pero en este régimen eran, para
empezar, una excepción, y luego –lo que es particularmente importante- una empresa
comercial con todos sus peores aspectos de especulación, de lucro, de engaños, de
falsificación, o una « acrobacia de la filantropía burguesa», que los mejores obreros
odiaban y despreciaban de forma justa.
 Está fuera de comunidad las conseguía por donde pu- cerle a un «ser superior», a «un dios» que es
toda duda que ya diera. Esto hizo por una parte que los hom- la forma que en ese momento encuentra el
nos disponemos a bres fueran teniendo la exclusividad del sistema patriarcal de materializar y perpe-
tener muchas más uso de la fuerza, fueran especializándose tuar su dominación, pero además convierte
instituciones de en las tareas de la guerra y que las muje- a la mujer en la pieza clave de la reproduc-
este tipo y que co- res fueran convirtiéndose en el botín de ción de su propia opresión a través de la
mienzan a cambiar esas guerras. familia y de la educación. A través de la
de carácter. Está
historia, las religiones no sólo han colocado
fuera de toda A la mujer, en la mayoría de los casos,
las cadenas en el cuello de las mujeres, sino
duda que, entre no se le permitía ser soldado porque su
que nos han educado para ser nosotras
las obreras y cuerpo era demasiado valioso para la con-
mismas las que traslademos nuestras ca-
campesinas, tinuidad de la tribu. De esa forma, el cuer-
denas al cuello de nuestras hijas. Esto lo
existe, mucho más po de la mujer se convirtió en algo a custo-
han hechos muchas generaciones de mu-
numerosamente de diar, a defender. Pero, como ella no lo pue-
lo que conocemos,
jeres sin ser conscientes de ello, ¿pero es-
de defender sin ponerlo en una situación
talentos de tamos dispuestas nosotras a seguir conde-
de vulnerabilidad, lo defiende el hombre,
organizadoras, nando a la sumisión a las próximas gene-
que poco a poco ha ido quedándose con la
personas que raciones de mujeres?
propiedad exclusiva de las armas y con la
saben hacer legitimidad de usarlas, tanto para defen- Un rotundo ¡No! debe salir de todas
funcionar una em- der a las mujeres de su tribu, como para las mujeres socialistas. Un ¡No! que nos lle-
presa con el conseguir mujeres de otras tribus. Esta si- ve a examinar y reflexionar sobre cómo se
concurso de gran
tuación fue reforzando la idea de que la dan y reproducen las relaciones opresión
número de
mujer y fundamentalmente su cuerpo eran a lo interno y externo de la escuela y de la
obreros y mayor
propiedad del «otro», del que lo defiende o familia. Un ¡No! que nos ayude a revolucio-
número aún de
se apropia de él, del que tiene las armas, nar estas estructuras que hace miles de
consumidores, sin
del «hombre». Es, por tanto, a través de un años se idearon para la reproducción de
esa exuberancia
determinado tipo de relaciones sociales que la cultura de
de frases, de
alarma, de el hombre se fue convirtiendo en el contra- dominación y
estrépito, de habladurías sobre los planes, los sistemas, etc.…, «enfermedad» de la rio de la mujer, en su «dueño». para el man-
que sufren constantemente los «intelectuales» tan hinchados de sí mismos, o los tenimiento
Sin embargo, para que este sistema de
«comunistas» recién venidos. Pero nosotros no cuidamos como se debería estos brotes del sistema
dominación no se cuestionara ( y debemos
de futuro. capitalista
recordar que es el sistema de dominación
patriarcal.
Mirad la burguesía. ¡Ella sí que sabe hacer propaganda de lo que le es necesario! ¡Cómo más antiguo de la humanidad y que aún
las empresas « modelo » a los ojos de los capitalistas son alabadas en millones de pervive) se tenía que disfrazar como algo
ejemplares de sus periódicos, cómo las instituciones burguesas « modelo » se convierten «natural» .Las religiones son la primera cons-
en objeto de orgullo nacional! Nuestra prensa no se ocupa, o casi no se ocupa, de trucción de ideas que no sólo justifica la do-
describir los mejores restaurantes o las mejores guarderías ; no se esfuerza con minación del hombre sobre la mujer, sino
peticiones cotidianas, en transformar algunos de entre ellos en establecimientos que la disfraza como algo «natural» y de
modelo, no les hace publicidad, no ofrece detalles de ellas como debería. ¡qué economía esa forma institucionaliza el consentimien-
de trabajo humano!, ¡qué facilidades para los consumidores!, ¡qué ahorro del producto!, to de la mujer frente a su dominación. El
¡qué liberación de la mujer del esclavismo doméstico!,¡ qué mejora de las condiciones cuerpo de la mujer y su decisión de pro-
sanitarias se obtienen por medio del trabajo comunista modelo! Nuestra prensa debe crear dejan de ser suyos y pasan a pertene-
 UNA EDUCACIÓN SOCIALISTA QUE
ELIMINE EL PATRIARCADO.
Por: Susana Gómez
Una educación socialista debe luchar
contra todas las formas en las que se ma-
nifiestan las relaciones de opresión. Y sin
duda, una relación de dominación que se
manifiesta a través de formas indiscutibles
de violencia, es la relación patriarcal, la re-
lación de opresión hacia la mujer. Sin em-
bargo, a pesar de ser esta relación de po-
der tan constante, tan difundida y tan agre-
siva, hasta ahora no ha tenido demasiada
relevancia en la agenda de lucha del sec-
tor educativo.
Esto llama la atención, ya que la mayo-
ría del personal del sistema educativo son
mujeres que han sufrido y continúan sufrien-
do en carne propia relaciones de domina-
ción y opresión específicas por ser mujeres.
Y digo en carne propia, porque la opresión
contra la mujer se ha justificado tradicional-
mente por las diferencias corporales que
tenemos los hombres y las mujeres y se ha
materializado entre otras cosas en el uso
de la violencia, del desprecio y el abuso
hacia el cuerpo de la mujer.
Este sistema de dominación, que lla-
mamos sistema patriarcal, comenzó hace
miles de años, cuando, dadas las condi-
ciones productivas, el poder no se mani-
festaba en el control de la tierra que era
comunal, ni en el control de los otros me-
dios de producción que eran instrumentos
muy simples y rudimentarios, sino en el
control de la fuerza de trabajo. En este
sentido, el que una tribu o una comunidad
tuvieran muchas mujeres impli-
caba no sólo el acceso a su traba-
jo, sino también a sus capacida-
des reproductivas, es decir, a sus hijos e
hijas como fuerza de trabajo. La perpetui-
dad de la comunidad dependía, entonces,
de la consagración de la mujer a la esfera
reproductiva y esa consagración no se po-
día dejar a la libre decisión de la mujer.
Se tenía que crear el sistema de ideas, la
ideología que atara a la mujer a la esfera
reproductiva y anulara su capacidad de
decisión sobre su cuerpo y sobre su vida y
esa primera construcción ideológica se llevó
a cabo a través de las religiones.
Es interesante destacar, que muchas
veces las guerras entre tribus se origina-
ban por el rapto o robo de mujeres. Una
comunidad sin mujeres desaparecía, así
que si por alguna hambruna, por algún
desastre natural o por alguna epidemia se
veía mermado el número de mujeres, la
De la vieja a la nueva familia
León Trotsky
La vida doméstica familiar está atravesando, digamos, el período de 1920-1921
y no ha alcanzado todavía el de 1923. La vida doméstica es más conservadora
que la económica, y uno de los motivos es su menor grado de conciencia. En
política y economía la clase trabajadora actúa como un todo y en su avance
empuja siempre hacia adelante al partido comunista, su vanguardia, a través de
la cual cumple con los objetivos históricos del proletariado. En la vida familiar
la clase trabajadora se encuentra dividida en células que agrupan a varias
familias. La trasformación del régimen político, el cambio incluso del orden
económico del Estado —el paso de las fábricas y los talleres a manos de los
trabajadores—, todo esto ejerció indudablemente alguna influencia en las
condiciones familiares; pero solamente en forma externa e indirecta, y sin
modificar en nada las estructuras domésticas tradicionales heredadas del
pasado. Una reforma radical de la familia y en general de todo el orden de la
vida doméstica requiere un enorme y consciente esfuerzo del conjunto de la
clase trabajadora, y supone la existencia en dicha clase de una poderosa fuerza
molecular proveniente de un deseo íntimo e individual de cultura y progreso.
Se necesita un arado que se hunda profundamente para remover densas masas
de tierra.
Uno de los problemas, el más simple, fue el de instituir en el Estado soviético la
igualdad política de hombres y mujeres. Mucho más dificultoso fue el siguiente,
el de asegurar la igualdad de hombres y mujeres trabajadores en las fábricas,
talleres y sindicatos; y hacerlo de tal modo que los hombres no colocaran a las
mujeres en una posición desventajosa. Pero lograr una verdadera igualdad entre
hombres y mujeres en el seno de la familia es un problema infinitamente más
arduo. Antes de que ello suceda deben subvertirse todas nuestras costumbres
domésticas. Y aún es bastante obvio que a menos que en la familia exista una
verdadera igualdad entre marido y mujer, y ello en un sentido general, así como
en lo referente a las condiciones de vida, no podremos hablar seriamente de
igualdad en el trabajo social ni quizás en la política. Hasta tanto la mujer esté
atada a los trabajos de la casa, el cuidado de la familia, la cocina y la costura,
permanecerán cerradas totalmente todas sus posibilidades de participación en
la vida política y social.
… En principio, la preparación material de las condiciones para un nuevo modo
de vida y una nueva familia no puede separarse tampoco del trabajo de la
construcción socialista.

El Estado de los trabajadores
necesita mayor prosperidad
con el fin de que le sea posible
tomar seriamente en sus manos
la educación pública de los
niños y aliviar asimismo a la
familia de los cuidados de la
limpieza y la cocina. La socia-
lización de la familia, del
manejo de la casa y de la
educación de los niños no será
posible sin una notable mejoría
de toda nuestra economía.
Necesitamos una mayor
proporción de formas eco-
nómicas socialistas.
Sólo bajo tales condiciones,
podremos liberar a la familia
de las funciones y cuidados
que actualmente la oprimen y
desintegran. El lavado debe
estar a cargo de una
¡Abajo la esclavitud de la cocina! lavandería pública, la
Incorpórate a la nueva forma de vida alimentación a cargo de
comedores públicos, la
confección del vestido debe
realizarse en los talleres. Los niños deben ser educados por excelentes maestros
pagados por el Estado y que tengan una real vocación para su trabajo.
Entonces la unión entre marido y mujer se habrá liberado del influjo de todo
factor externo o accidental y ya no podrá ocurrir que uno de ellos absorba la vida
del otro. Una igualdad genuina será al fin establecida. La unión dependerá de un
mutuo afecto.
Y por tal motivo, precisamente, se logrará la estabilidad interior, no la misma para
todos, por supuesto, pero para nadie compulsiva.
Así pues, el camino hacia la nueva familia es doble: a) la elevación del nivel de
cultura y educación de la clase trabajadora y de los individuos que la componen;
b) un mejoramiento de las condiciones materiales de dicha clase organizado y
llevado a cabo por el Estado. Ambos procesos se hallan íntimamente conectados
entre sí.
R I G O B E R TA M E N C H Ú : U N A M U J E R
A D M I R A B L E Y E J E M P LO A S E G U I R
Por: Paula Parra*
Rigoberta Menchú, indígena quiché
guatemalteca, sufrió junto a miles de indí-
genas todo el peso del poder imperial y
capitalista, representado en las empresas
bananeras norteamericanas, los terrate-
nientes y los militares apátridas.
Fueron años oscuros, donde murieron miles
de indígenas, ladinos (mestizos) y campesi-
nos. Rigoberta presenció desde niña situa-
ciones injustas y aberrantes. Su padre, ante
el despojo y las represiones a los que era
sometido su pueblo, decidió tomar las riendas
de la lucha social, siendo perseguido, de un imperio maldito que no cesa de
torturado y finalmente muerto en la defensa demostrar su poder aplastando a los líderes
de la causa de su pueblo. Rigoberta tomó su sociales y mostrando descaradamente su cara
bandera y decidió prepararse para proseguir. colonialista ante el sur del mundo. Por otra
parte, a pesar de que el Nobel, así como la
Las atrocidades cometidas contra la familia
de esta luchadora social y su pueblo, que ONU, la OTAN, la OEA, la FAO, no son si no
los es también nuestro, no tienen parangón, siglas de fachadas legales que los gringos
un hermanito muerto por los pesticidas emplean para dominar con guantes de seda
mientras su madre trabajaba con él a la diplomacia mundial, Rigoberta tomó el
cuestas, debido a que fumigaban con los dinero del premio para crear una fundación
indígenas y campesinos trabajando en las en pro de los derechos de su pueblo, hoy
plantaciones; otro hermanito de 16años hecho oprimido y rodeado por la violencia social.
Esta camarada no ha dejado de luchar contra
preso, torturado de forma cruel, cortándole
partes de su cuerpo, expuesto ante todos un poder capitalista que atropella a todos
como represalia y finalmente quemado, todo los pueblos del mundo.
a los ojos de Rigoberta. Nosotr@s hoy y siempre debemos continuar
La inmoralidad de los hechos pudo haber la lucha y que nuestra conciencia se refleje
abatido su espíritu, pero lo enalteció y forta- en nuestros actos, no olvidemos a los
Yukpas, los Bari, los Mapuches, los Quichés,
leció en esa dura lucha de los desposeídos,
los descendientes de aquellos pueblos
de los que su único poder es la conciencia y
la unidad. Esta camarada solventó las guerreros mexicanos que hoy se mantienen
barreras del idioma, puesto que no sabía de pie, nuestros hermanos africanos e
hablar español, ni otras lenguas indígenas, hindúes, enarbolemos el fusil y la bandera
fue autodidacta en todos los sentidos para de los que cayeron y sigamos dando la pelea,
poder dirigir la enorme empresa que le recordemos «sean siempre capaces de sentir
esperaba, la lucha, y con ella la persecución, en lo más hondo, cualquier injusticia cometida
el exilio y un Nobel. contra cualquiera en cualquier parte del
mundo» Ernesto Che Guevara.
En la actualidad Rigoberta sigue en su lucha,
fue candidata a la presidencia de Guatemala,
*M.P.R «FOGATA»
siendo apabullada de nuevo por los títeres
 A propósito de la mesa de Lo arriba expuesto no implica, por supuesto,
que en un momento dado de su progreso
igualdad de género del Consejo material la familia del futuro se instalará de
Revolucionario del Poder Popular repente en su verdad. No. Ya desde ahora es
viable un cierto avance hacia la nueva familia.
Es verdad que el Estado no puede todavía
Desde mediados de octubre diver- hacerse cargo ni de la educación de los niños,
sos colectivos de mujeres, junto con ni del establecimiento de las cocinas públicas
compañeras integrantes de consejos que significarían una gran ventaja para la
comunales y militantes de PSUV veni- cocina familiar, ni de la creación de
mos reuniéndonos todas las sema- lavanderías públicas donde la ropa no sería
nas en el Centro de Documentación robada o estropeada. Pero esto no quiere decir
Feminista de la Aldea Héroes de que las familias más progresistas y
Canaima 4-F, con el fin de debatir te- emprendedoras no puedan reunirse desde ya
mas relativos a la lucha contra la cultura en unidades colectivas para el gobierno del
patriarcal y a la construcción del socia- hogar. Por supuesto, este tipo de experimentos
lismo feminista, valga la redundancia. debe hacerse tomando ciertas precauciones;
el equipo técnico de la unidad colectiva debe
Se trata de un espacio de en- responder a las necesidades y demandas del grupo y proporcionar ventajas
cuentro, buscado y construido des- manifiestas a cada uno de sus miembros, aun cuando en un comienzo sean bastante
de hace tiempo, con mucha modestas.
paciencia y constancia, por dis-
tintas camaradas. Hoy podemos … Las mencionadas unidades familiares colectivas para el gobierno del hogar deben
decir, que con más o menos ser cuidadosamente pensadas y estudiadas. El primer paso deberá consistir en una
perseverancia, conseguimos en- combinación de la iniciativa comunitaria, apoyada por los poderes gubernamentales,
contrarnos la mayor parte de los co- en primer lugar los sóviets locales y los órganos económicos. La construcción de
lectivos de mujeres revolucionarias que hacemos vida casas nuevas —y ¡al fin vamos a construir casas! — debe regularse de acuerdo con
política en Naguanagua y otros lugares de Carabobo. las demandas de las familias agrupadas en comunidades. El primer éxito manifiesto
e indisputable en esta dirección, aun cuando sea breve y de alcance limitado, hará
Sin embargo, sigue siendo un espacio en construcción que tenemos que llenar con surgir inevitablemente, y en grupos cada vez más amplios, el deseo de organizar sus
mucha más disciplina, con mucho más ánimo y compromiso de parte de cada uno de los vidas sobre líneas similares.
colectivos y, sobre todo, con muchísimas más mujeres.
Todavía no ha llegado el momento oportuno para pensar en un proyecto preparado
En el acta de inicio de la mesa por la liberación de la mujer afirmábamos nuestro conven- e iniciado desde arriba. Éste no es viable ni desde el punto de vista de los recursos
cimiento de que el sistema capitalista y patriarcal nos oprime y explota, pero no sólo a materiales del Estado, ni de la educación misma del proletariado. En el presente
nosotras, ya que sobre las estructuras económicas, políticas y culturales en las que se asien- sólo podremos escapar al estancamiento mediante la creación de comunidades modelo.
ta la explotación de la mujer se reproducen valores fundamentales para el sistema capitalista La tierra bajo nuestros pies ha de ser fortalecida paso a paso; no debemos obrar
como el individualismo, la competencia, la división social del trabajo, el autoritarismo y la sin reflexión o demasiado precipitadamente, pero tampoco perder el tiempo en
explotación. Nuestra lucha por la emancipación de la mujer es la lucha contra el capital y por fantasiosos experimentos burocráticos. En un momento dado, el Estado será capaz,
el socialismo. Es la lucha por la emancipación de todo el género humano. Sin superar el con la ayuda de los sóviets locales, unidades cooperativas y demás, de socializar el
patriarcado, no podremos construir el socialismo. trabajo realizado, ampliarlo y profundizarlo. De este modo la familia humana, según
En este sentido, creemos importante concebir y planificar la Comuna a través de estructuras palabras de Engels, «pasará del reino de la necesidad al reino de la libertad».
colectivas nuevas que hagan desaparecer las estructuras patriarcales y para ese fin es fundamen-
tal impulsar las mesas de igualdad en todos y cada uno de nuestros Consejos Comunales.
 CINE FORO
TODOS LOS ÚLTIMOS JUEVES DE CADA MES EN EL CENTRO DE
DOCUMENTACIIÓN FEMINISTA DE LA ALDEA HÉROES DE CANAIMA 4F

Las mujeres de verdad tienen curvas

27 de enero - 4 p.m.
Ana, su madre y sus compañeras trabajan en condiciones de
N° 11 Enero 2011 Carabobo POR UNA SOCIEDAD SIN CLASES SOCIALES, NI GENEROS
explotación, fabricando vestidos que no les caben y que nunca
podrán comprar.

La madre de Ana, Carmen, critica constantemente el volumen

Del 4 al 8 de 4)derechos
del cuerpo de su hija. Cree que con ese cuerpo no conseguirá un
marzo de este año sexuales y dere-
marido. Considera su cuerpo «horrible» y culpabiliza a sus hijas por no estar delgadas.
se realizará en chos reproduc-
Esa visión de Carmen está muy influenciada por lo que ve en la televisión, las telenovelas Caracas la Confe- tivos de las
en donde los modelos de éxito están basados en unos cuerpos «perfectos». El comportamiento rencia Mundial de mujeres – 4)trata
que considera correcto en una mujer también está construido en esas telenovelas, además Mujeres de Base, de personas para
de por su experiencia personal. abierta a la parti- el comercio sexual
cipación de todas y la pornografía;
EL SECRETO DE VERA DRAKE las mujeres y orga- 5)Movimientos
nizaciones que de mujeres en el
24 de febrero - 4 p.m. estén dispuestas a mundo, expresio-
ser protagonistas nes y experien-
Vera vive en una familia humilde y feliz. Ella trabaja limpiado
en el proceso de cias de lucha – el
casas de familias adineradas, pero la desinteresada Vera tiene
transformaciones F e m i n i s m o en
un secreto: sin que nadie de su entorno lo sepa ayuda a mujeres
jóvenes y humildes sin aceptar dinero a cambio, «a volver a revolucionarias la actualidad;
tener la regla». que avanza en el 6)Mujeres
mundo. Es una Conferencia de obreras, jóvenes.- formas de participación y su
Vera lo hace con delicadeza, hace uso de sus conocimientos campesinas,pobladoras de barrios pobres, vinculación al movimiento de las mujeres,
sobre los métodos abortivos, y les explica a aquellas a las que atiende cómo es el proceso, jóvenes rebeldes, intelectuales, profesio- de los trabajadores y de los pueblos;
transmitiéndoles con ello una conciencia sobre sus cuerpos. Esas mujeres tienen distintos 7)Migración y mujeres.. xenofobia, racismo
nales y artistas democráticas, científicas,
motivos para interrumpir su embarazo, pero ninguno es juzgado por Vera, ya que no le
afrodescendientes, mujeres de los pueblos y formas de explotación de las trabajadoras
supone un cuestionamiento moral. Son una parte más de su bondad, de su atención a las
originarios y de todas quienes estén migrantes en los países imperialistas –
necesidades de otras personas.
dispuestas a avanzar en la liberación de las desplazamiento forzado de las mujeres y las
mujeres y la construcción de una sociedad familias - las mujeres frente a las guerras
sin explotación y opresión. de agresión; 8)Mujeres campesinas,
reforma agraria y propiedad sobre la tierra;
Los temas que se debatirán en la Conferencia
9)Mujeres y Socialismo – primeras
son los siguientes: 1)Globalización capi-
experiencias y logros conquistados por las
talista y su impacto en las mujeres; 2)La
mujeres - Perspectivas del socialismo y la
doble explotación a las Mujeres Trabaja-
emancipación de las mujeres; 10)Mujeres y
doras urbanas y rurales, Trabajo y Precari-
participación política – derechos políticos –
Más insumisas que cuando empezamos
zación laboral y derechos sindicales – trabajo
vinculación al desarrollo científico y
Consejo Editorial y Diagramación: Susana Gómez, Eglims Peñuela, Eglimar Melero. infantil - ; 3)La violencia contra las mujeres;
Contacto: insumisas@hotmail.com tecnológico.