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Introducción
1896).
Marco Teórico
1
Vid. Daniel Santillana, La Rumba y Siluetas que pasan de Ángel de Campo (Micrós) en su contexto.
Tesis de doctorado [inédita], UNAM, México, 2002, 298 pp.
Ensayo de una lectura simbólica de La Rumba de Ángel de Campo (Micrós), [inédito], México, 2008, 74
pp.
La novela mexicana del XIX como novela del incesto, [conferencia inédita], México, 2008, 8 pp.
2
mitoanálisis.
otros tipos de signos que apuntan de manera clara en un solo sentido. Durand
2
Gilbert Durand, De la mitocrítica al mitoanálisis, introducción, traducción y notas de Alain Verjat,
Barcelona/ México, Antrhropos/ UAM, 1993, p. 18. (Hermeneusis, 12)
3
Gilbert Durand, La imaginación simbólica, traducción de Martha Rojzman, Buenos Aires, Amorrortu,
1971, p. 12. (Biblioteca de filosofía)
3
literario7.
símbolos que dan origen al mito. Durand define el concepto de arquetipo en los
perennidad; es [...], un motivo psíquico que nunca deja indiferente y que anima
verdaderamente la psique”8.
determinado de la historia.
4
Ibíd., p. 16.
5
Ibíd., p. 17.
6
Durand, De la mitocrítica..., op. cit., p. 28.
7
Ibíd., p. 30.
8
Ibíd., p. 108.
4
siglo XIX mexicano se define por la relevancia del mito del “padre desconocido”
estudio del relato simbólico; puesto que, añade Verjat, "la estructura de la
9
Alain Verjat, El retorno de Hermes, Barcelona, Anthropos, 1989, p. 18. (Hermeneusis, 4)
10
Loc. cit.
5
histórico determinado, que integra de igual forma, la noción de "buen gusto" del
sociocrítica y la psicocrítica.
Esquema
la ejemplificación de mi tesis sobre la novela mexicana del XIX como novela del
Capítulo 1
11
Durand, De la mitocrítica al..., op. cit., p. 343.
6
El inquisidor de México:
La novela histórica
El «costumbrismo bourgeois»
exactitud el talante de sus protagonistas, el medio donde viven, las ropas que
establece que, alrededor de este año: “el público, como señala[ba] Balzac, en
12
Cit. p. José Escobar Arronis, “La mimesis costumbrista”, Alicante: Biblioteca Virtual Miguel de
Cervantes, 2006, p. 1, <http://www.cervantesvirtual.com/FichaObra.html?portal=0&Ref=16942> (18 de
agosto de 2008)
13
Discrepo de Barbéris, quien al contrario de Georg Lukács, supone un proceso evolutivo que conduce
del primero al segundo. Lukács, por su parte, señala dos diferencias básicas entre el «costumbrismo
bourgeois» y el “realismo crítico” las cuales consisten, en primer lugar, en que el «costumbrismo…», a
pesar de retratar individuos comunes en circunstancias cotidianas, es incapaz de derivar los
comportamientos individuales de los personajes, de la singularidad histórica de la época. En segundo
lugar, el «costumbrismo bourgeois» se distingue del realismo crítico, porque este último no absolutiza ni
el pasado ni el presente, sino que ejerce la crítica sobre ambos momentos, con el fin de mostrar los nexos
internos de las realidades sociales y develar la armazón temporal de las mismas. Cf. José Escobar
Arronis, Loc. cit; y Georg Lukács, La novela histórica, 3ª edición, traducción de Jasmin Reuter, Era,
México, 1977, p. 252 y ss.
7
ya”14.
asumir la sexualidad, pero sobre todo su pasado histórico. Todo ello conducirá
histórica de Hegel, estos autores pueden reconocer que hubo historia, pero,
afirmarían, ya no la hay; esto es, ellos suponen, de alguna u otra manera, que
14
Arnold Hauser, Historia social de la literatura y del arte, 19ª edición, tercer volumen, traducción de A.
Tovar y F. P. Varas-Reyes, Labor, Barcelona, 1985, p. 8. (Punto Omega, 19)
15
Erich Auerbach, Mimesis. La representación de la realidad en la literatura occidental, traducción de I.
Villanueva y E. Ímaz, México, FCE, 1982, p. 445. (Lengua y estudios literarios)
8
otra parte, debo insistir en que dichas coordenadas se integraron al relato sólo
estéticas de los primeros tres cuartos del siglo XIX, enfatizan que sólo “lo local
La novela histórica implicó, en México, una valoración del pasado, que adquiría
16
Lukács, loc. cit.
17
Arronis, op. cit., p. 2.
9
Fue muy usual, entre los ideólogos del siglo XIX, la utilización de la
historia como sustento legitimador del propio proyecto político. La
escritura misma de la historia patria era concebida como una tarea que
contribuía al avance y a la difusión del programa político adoptado. Se
creía que México era una nación en proceso de formación, de allí que
pasado, presente y futuro se vieran como una unidad inextricable: la
génesis nacional se pensaba como parte indisociable del proceso
político y del destino futuro del país18.
delinear el perfil que asumiría la patria, puesto que, como afirma Guillermo
Prieto (1818-1897), la nación era un espacio en blanco que tenía que llenarse
de contenido19.
Grupos que habrían de enfrentarse para redefinir el todo social. Sin referentes
orientaron sus miradas a los modelos que les proporcionaban las monarquías
católicas europeas.
válido para toda la nación. Para los liberales, el guadalupanismo del siglo XVIII,
como ideología aglutinadora, se había agotado desde los primeros años del
ella, el pasado novohispano como futuro. Lo que, por ejemplo, sí hace José
escritora”21 y Riva Palacio ubica entre las figuras siniestras del México
20
Las preguntas que se imponen, para un futuro trabajo, son: ¿por qué los liberales novelaron el mundo
novohispano? ¿por qué, salvo contadas excepciones como Xicótencatl (1826) de José María Heredia
(1803-1839), Netzula (1832) de José María Lacunza (1809-1869) y Los mártires del Anáhuac (1870) de
Eligio Ancona (1835-1893), los liberales, en general, no se ocuparon de novelar el orbe prehispánico?
21
Guillermo Prieto, Op. cit., p. 264.
11
histórica liberal.
ciudad, donde Pesado había puesto su residencia, se reunieron “el jefe del
juntos de allí, a entregar el uno y a recibir el otro las llaves de la antigua ciudad
Pesado y su familia, que los asesinos del padre habían devenido autoridad
nacional.
“unos cuantos meses, sin dejar atrás ni lágrimas ni sangre”24. Dos imágenes
patria era el cura Hidalgo. Para los conservadores, el general Iturbide. Con
respecto a la formación del icono paterno bajo el cual la nueva nación habría
23
Ibíd., p. 18.
24
Loc. cit.
25
Fausto Ramírez, op. cit., pp. 239 y 40.
13
del mismo.
noche en que el padre fue asesinado y, si, como sucedió, el poeta no sólo
cargos importantes dentro del mismo, casi puedo asegurar que cada uno de
estos éxitos le produjo, a Pesado, tanto una gran satisfacción como un enorme
sufrimiento moral.
26
José María Roa Bárcena, op. cit., p. 30.
14
está apunto de contraer nupcias con el joven hebreo don Duarte Ribeiro.
parece ignorar la condena social y religiosa que pesa sobre Duarte y sobre ella
Como culminación de esta escena, en ese mismo instante, Sara y Duarte son
España era don Domingo Ruiz de Guevara, “natural de Castilla la Vieja”, quien
27
José Joaquín Pesado, “El inquisidor de México”, en: Celia Miranda Cárabes (estudio preliminar,
edición, recopilación y notas) La novela corta en el primer romanticismo mexicano, prólogo Jorge
Ruedas de la Serna, México, UNAM, 1985, p. 202. (Nueva Biblioteca Mexicana, 96)
28
Ibíd., pp. 202 y 203.
29
Ibíd., p. 206.
15
1649, y tras sufrir terribles torturas, Duarte y Sara son condenados a morir en la
Una noche antes del Auto, increíblemente, el padre de Duarte, Jacobo Ribeiro,
judía, sino la “hija única que tuvo usía en su matrimonio, la cual robó en Sevilla
hace diez y siete años una gitana, y [que] me vendió a mí”31. La prueba
pira en la que Duarte acaba de morir, y cuyas llamas atacan ya la planta de los
quien “era visitador del Tribunal […] mandó desatar a Sara del poste y tenerla
30
Ibíd., p. 209.
31
Ibíd., p. 219.
16
conveniente”32.
morales.
Roma.
Pares en tensión
32
Ibíd., p. 220.
33
Ibíd., pp. 221 y 222.
34
Ibíd., p. 222.
17
México son:
a) Cristianismo y judaísmo.
e) Fecundidad y esterilidad.
f) Juventud-madurez.
g) La Suprema y el Papa.
Cristianismo y judaísmo
35
Ibíd., p. 221.
36
Ibíd., p. 216.
18
ordena,
En el fondo, ambos padres son uno mismo. En cuanto a lo que sienten por
Sara, Don Domingo al principio se presenta como inflexible y más tarde cambia
a padre amoroso; mientras que don Jacobo es primero amoroso y más tarde
inflexible.
Ambos luchan por poseer el corazón de Sara. Duarte pierde ante el poder del
Fecundidad y esterilidad
Juventud-madurez
por el par Sara-Madre (que a su vez es doble: nodriza y Madre Iglesia) y por el
par Duarte-Padre (que a su vez es doble: Jacobo, don Domingo). Son entonces
Madre iglesia.
La Suprema y el Papa
pareja Duarte-Sara. Castilla la Vieja y Sevilla son sólo nombres a los que se
alude.
La identidad de Sara
Era Duarte en la corta edad que tenía, uno de los hombres más doctos
de su tribu: así es que aferrado a sus doctrinas, fueron vanos cuantos
argumentos se le hicieron para hacerle mudar de propósito, y prefirió la
muerte a cambiar de creencia. Sara era también bastante instruida, y
se mantuvo firme en los principios que le habían enseñado desde
niña37.
desarrollo del personaje. Según ésta, la falta de claridad de Sara acerca de sus
las palabras blandas, ni hubiera olvidado tan pronto la razón por la cual su
joven. Pretende, además, que esta falsa identidad perdure sin cambios por
vital para ella, sino a don Domingo para arreglar con él la salvación de la joven.
se resuelve entre las figuras paternas. De igual forma, la vida o muerte de Sara
sus padres. Ni, simultáneamente, puede tener una vida sexual activa porque
llama la atención que, dormida, Sara fusione la figura paterna con la del
verdugo y que conciente, las disocie. Ello le permite incluso besar las manos
que tanto dolor le causaron. Sara establece, así, una relación erótica con su
progenitor a través de una parte del cuerpo de éste. Parece que Sara,
Por lo tanto, desde la óptica de Sara, don Domingo carece de identidad: ¿es o
¿Quién pronuncia las palabras evangélicas que mitigan las penas de Sara?:
“Padre mío, decía algunas veces con lágrimas de ternura, ¿por qué no me
habló usted así cuando estaba yo presa? ¡Con qué gusto le hubiera
escuchado! Paréceme que lo que usted me dice aquí, es muy distinto de lo que
narrador: “El inquisidor […] el que poco antes daba lecciones de rigidez, ahora
con lágrimas en los ojos pedía favor a sus colegas”40. Y agrega más tarde:
39
Ibíd., p. 221.
40
Loc. cit.
22
los desgraciados”41.
de [don Domingo] y sus lágrimas derramadas, ora sobre los altares, ora sobre
el pecho de su hija, fueron eficaces para ablandarlo […] Pudieron estos medios
novela, la huella que en ella era intangible, se transforma en anuncio físico: sus
La marca en los pies relaciona a Sara con el fuego. Pies y fuego forman un
Fuego
41
Ibíd., p. 222.
42
Ibíd., p. 221.
43
Loc. cit.
23
sobre los que disertaron los pensadores griegos, Juan Cirlot en su Diccionario
mientras que, por su parte, aire, agua y tierra no son tan importantes en la
elevación, vida, salud y, como símbolo de la luz y el calor del sol, asegura la
la conducen a la hoguera.
44
Juan Eduardo Cirlot, Diccionario de símbolos, 2° ed., Barcelona, Labor, 1992 (Colección Labor, Nueva
Serie; 4), pp. 60 y 181.
45
Sobre el infierno, dice Cirlot:
Al margen de la existencia "real" del infierno [...] esta idea posee un valor mítico y constante [...] en la
cultura humana [y] puede ser asimilada a todo el lado inferior y negativo de la existencia, tanto cósmica
como psíquica, Ibíd, p. 251.
46
José Joaquín Pesado, op. cit., p. 215.
24
Sara es un ser de luz. Sus padres son oscuros. Así lo afirma el narrador
don Domingo (en tanto que síntesis de las diversas paternidades que aparecen
en la escena):
cuatro personajes.
los que han mantenido algún vínculo con ella: un fuego infernal, negativo e
ruina de lo existente.
47
Ibíd., p. 206.
25
adquirir identidad. Marcha por donde éste le conduzca. Primero sigue a Ribeiro.
La diferencia entre avanzar tras don Jacobo o tras don Domingo es, para
Sara, tan abismal como la diferencia entre la vida y la muerte. Ribeiro le ofrece,
Domingo, cuya actividad ha estado ligada con la muerte, no tiene vida que
otra opción. El destino de Sara está fatalmente definido por quien la adopte. Su
Para Ribeiro Sara es una cosa. Objeto con el cual puede realizar su
transacciona una memoria, una identidad, una historia, una raíz. Porque
48
Ibíd., p. 211.
26
negocio (en el que Sara no interviene) que define, para Sara, la conveniencia
determinado.
Don Domingo ofrece a Sara una línea temporal de sucesos que ella no
sentido.
cualquier opción que asuma la conducirá a la muerte. Pertenecer (lo cual, claro
manda, al final, escarmentar a Sara; “porque no es justo, decía, que los errores
49
Ibíd., p. 218.
50
Ibíd., p. 222.
27
Espacio e identidad
distancia frente a él, depende del sistema axiológico que el imaginario permite.
una concurrencia de gente mayor que la que todos los años se reúne allí […]
51
Ibíd., p. 201.
52
Loc. cit.
28
La masa indígena así retratada carece de papel alguno, a no ser como parte
la inmigración.
Todos deben venir del extranjero. Porque aquí el territorio esteriliza a las
México no tiene futuro: Sara y Duarte mueren. México no tiene pasado: los
personajes pertenecían a otro ámbito. Sara, Duarte y don Jacobo están aquí
espacio.
jóvenes impide—.
en la hoguera.
29
España.
pares en conflicto que tensan todo el relato y que no tienen solución al interior
del mismo.
es fuente del poder de una de las figuras paternas de la novela. Dicha figura
nación está vacía. Ninguno de sus personajes nació en esta geografía. No hay
pobladores. Todos deben venir del extranjero. Porque aquí el territorio esteriliza
nacimientos.
ámbito. Sara, Duarte y don Jacobo están aquí proyectando su salida. Don
pasión le insufló uno de sus padres y como, elemento físico, manejó el otro
fundamental.
32
BIBLIOGRAFÍA
Hauser Arnold, Historia social de la literatura y del arte, 19ª edición, tercer
volumen, traducción de A. Tovar y F. P. Varas-Reyes, Barcelona, Labor, 1985.
(Punto Omega, 19)
Kiddie, James Thomas, Eros and Ataraxy: A Study of Love and Pleasure in the
Fiction of Zola, Cambaceres, and Fontane, Michigan, Ann Arbor, 1987.
Oleza, Juan, La novela del XIX, del parto a la crisis de una ideología,
Barcelona, Laia, 1984. (Papel 451)
Pesado, José Joaquín, “El inquisidor de México”, en: Celia Miranda Cárabes
(estudio preliminar, edición, recopilación y notas) La novela corta en el primer
romanticismo mexicano, prólogo Jorge Ruedas de la Serna, México, UNAM,
1985. (Nueva Biblioteca Mexicana, 96)
34
Roa Barcena, José María, Biografía de don José Joaquín Pesado, México, Jus,
1962.
Museo literario, 3 vols., México, Premiá, 1990. (La red de Jonás, Sección
Estudios, 17, 18 y 39)