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ACNÉ

Definición de ACNÉ

Evolución de la patología
Productos farmacéuticos utilizados en el tratamiento del acné
¿Qué es el ácido glicólico?

Aspectos de la nutrición ligados al acné

el zinc
la vitamina A
Los ácidos grasos y el acné
El grupo B y la piel.

Antinutrientes y acné

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Tal vez, la falta de una supervisión más exhaustiva de los hábitos alimentarios
de los jóvenes y personas que padecen acné no haya ayudado a esclarecer todos los
puntos que podían estar interactuando en la mejora o empeoramiento de su afección.
Los estudios sobre la alimentación, los nutrientes y el acné son fragmentarios, lo cual no
ha favorecido en muchas ocasiones el efecto sinérgico sobre el tratamiento que la
aplicación de ciertas medidas nutricionales hubiese conseguido. Generalmente, no suele
realizarse una historia dietética de cierta profundidad más que por clínicas
dermatológicas altamente especializadas y con una orientación multidisciplinar Por otro
lado, el médico ha tendido a orientar verbalmente al paciente, o en todo caso, a dar una
dieta tipo, no personalizada lo cual también influye en el mayor o menor seguimiento de
las pautas por parte del paciente. Esto no es criticable, puesto que su especialidad es la
dermatología y el área de dietética y nutrición es tan extensa que precisa la figura del
dietista como profesional para desarrollar las dietas.
A nuestro paciente no le vamos a aclarar demasiado las ideas prohibiendo o
remarcando que tal o cual alimento puede o no puede serle dañino. Se vuelve necesaria
la empatía y escucha al paciente, muchas veces confundido ante mensajes sobre
alimentación contradictorios que escucha por todas partes. Si partimos de un
cuestinamiento profundo de sus hábitos, colaboraremos desde la perspectiva más
interesante y no desde la anécdota de este o aquel alimento, evidenciando objetivos
nutricionales y remarcando actitudes que le condicionan de forma global en su
necesidad personal y específica de nutrientes.
Los hábitos alimentarios son tan diversos como las personas. Respecto a los
adolescentes –y muchos adultos también- el picoteo y los tentempies industriales juegan
una baza diaria en la transgresión dietética. Eso quien no es vegetariano de forma
descontrolada en cuanto al aporte y variedad de macronutrientes, o vegan, los
vegetarianos más radicales, que no aportan más que vegetales y sus dietas son carentes
o insuficientes en vit. B12, B6, Ca, Fe, Zn...
Con efecto interactuante con la dieta y sus aportes nutritivos, también
observamos un mayor uso de contraceptivos orales durante la adolescencia, unas veces
ligados al propio tratamiento del acné, causando diferentes alteraciones metabólicas que
incluyen cambios en el metabolismo de glúcidos, grasas, proteínas, vitaminas y
minerales disminuyendo niveles circulantes de vitamina C, riboflabina, B12, folacina,
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piridoxina. Estos fármacos también inducen cambios en la composición corporal,
favoreciendo la retención de líquidos en tejidos blandos.
Otro efecto “secuestrador” de nutrientes de índole muy distinta al farmacológico
lo produce el abuso del alcohol, como veremos, contribuye a desplazar de forma
significativa aportes de energía que deberían provenir de los alimentos, disminuyendo
así la ingestión de proteínas, vitaminas y minerales. Además de irritar la mucosa
gástrica, puede disminuir el apetito e interfiere en la absorción de ácidos grasos, zinc, y
vitaminas.

Hemos mencionado situaciones muy distintas y muy reales, que están


involucradas en las edades y los tratamientos destinados al acné. Sólo falta sumar la
variable “estrés” que afectará a unos sí y otros no, pero nunca contribuirá a que las
cosas vayan mejor al seguir restando nutrientes en una etapa de la vida con necesidades
incrementadas por el desarrollo o por las exigencias del entorno.
Ante la pregunta de muchos dermatólogos que ante la confusión se han
cuestionado: sí, pero ¿qué dieta? Pretendemos dar algunas respuestas y seguiremos
intentando mejorarlas conforme avancen las investigaciones sobre la manera en que un
control de la dieta en ocasiones apoyada por suplementos dietéticos generará una mayor
biodisponibilidad de las sustancias analizadas en este capítulo y un mayor confort para
el paciente que sigue el tratamiento, quien a la postre nos ratificará el acierto.
¿Qué puede aportar la dietética al tratamiento del acné? Desde luego, la
alimentación no representa el eje central de la curación de este problema. Tampoco
pretende sustituir el tratamiento farmacológico ni ofrecerse como posibilidad
“alternativa” a un diagnóstico y tratamiento dermatológico. Hemos de considerar la
aportación de la dietética desde la complementariedad. Es “la guinda del pastel”,
colaborando a que el resultado final sea más perfecto, en los casos en los que no haber
aplicado determinados conocimientos dietéticos suponga no haber suplido carencias de
nutrientes. Por tanto, podemos decir que un buen tratamiento dietético aplicado al acné
sería aquel que hace una buena selección de nutrientes esenciales, cuida que no se
interfiera en la absorción de dichos nutrientes ni bloquea las vías metabólicas necesarias
para el control de esta enfermedad. También tiene en cuenta los estragos que pueda
realizar la medicación, no sobrecargando el organismo innecesariamente y colaborando
de forma específica e individualizada para aumentar el bienestar del paciente
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favoreciendo que no sea preciso, en la medida de lo posible, un posterior aumento de las
dosis indicadas de medicación para conseguir el efecto terapéutico deseado.

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¿Qué es el acné?

El acné es una enfermedad inflamatoria que afecta a las unidades pilosebáceas,


es decir, al canal folicular del pelo y a la glándula sebácea asociada, encargada de
producir el sebo o grasa de la piel. Es una enfermedad que afecta a todas las edades,
aunque es más frecuente en los adolescentes (80%) y adultos jóvenes entre los veinte y
treinta años.
Las personas con acné tienen lesiones de diversa forma. Las más habituales son
comedones (espinillas), pápulas (granos rojos y duros), pústulas (granos con pus) y más
raramente quistes y abscesos. Estas lesiones se localizan en la cara y con menos
frecuencia en la espalda, pecho, hombros y cuello.
El acné quienes sus repercusiones. La presencia de estas lesiones produce una
alteración estética que, frecuencia ocasiona problemas sociales y emocionales en las
personas que lo padecen. Además hay que tener presente, que en la que ni puede
producir cicatrices permanentes en la cara y por tanto perjudica la imagen y autoestima
de la persona. Afortunadamente el acné es curable, siempre que realicemos un
tratamiento a tiempo y adecuado, podemos prevenir el desarrollo de estas cicatrices
indeseables, mejorando por tanto la complexión de la piel y el aspecto físico.

¿Cuál es la causa del acné?

Existen tres factores principales. Un proceso de queratinización anormal en el


folículo, excesiva producción de sebo y colonización por una bacteria llamada
Propionibacterium acnes. El problema primario es una queratinización anormal
(exceso de escamas) a nivel de la porción inferior del folículo, lo que hace que se
retenga sebo y se forme un tapón en el conducto de salida de la glándula, en segundo
lugar existe un aumento de secreción de sebo por parte de las glándulas sebáceas. La
secreción de sebo se ve estimulada por cambios hormonales (secreción de testosterona u
hormona masculina) que tienen lugar en la adolescencia. La retención o tapón de sebo
conduce a la formación de comedones (espinillas)que pueden ser abiertos (puntos
negros) o cerrados (puntos blancos). El color negro se debe a la acción del aire sobre el
sebo retenido en los poros. El exceso de sebo retenido en los conductos, produce
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eventualmente una hinchazón de las paredes de los mismos y el folículo se rompe,
liberando el sebo en los tejidos circundantes, lo que se traduce en la formación de
granos duros (internos) o también abscesos. En tercer lugar, el sebo retenidos
colonizado por bacterias de la piel y fundamentalmente por el Propionibacterium
acnes, que actúa sobre el sebo, degradándolo y produciendo ácidos grasos libres y otras
sustancias que inducen irritación e inflamación. Esto se manifiesta en la piel en forma
de granos rojos, nódulos y con pus. Con frecuencia, existe una predisposición familiar a
tener acné.

El influjo hormonal es un factor importante en el desarrollo del acné. En muchas


pacientes se producen brotes de acné antes de la menstruación y otras presentan
alteraciones en la regla, un aumento del vello corporal (hirsutismo) y una caída del
cabello (alopecia). El médico valorará en cada caso, la conveniencia de realizar estudios
hormonales específicos.

DOS EXPERIENCIAS

Cuando se trata de una afección “a la vista” como en el caso del acné, quienes la
padecen pasan por no pocas situaciones comprometidas. ¡No hay forma de disimularlo!.
Esto puede generar ansiedad, baja autoestima y dificultades en la capacidad de relación
de quien lo sufre. Verdaderamente, aparte de la piel, acaban viéndose comprometidas
esferas de la vida que afectan tanto al nivel emocional como las propias lesiones a la
piel. No solo es un inestetismo, es una fuente de desventajas añadidas de cara a una
sociedad en la que hoy por hoy, el aspecto puede suponerlas.
Hemos recogido dos testimonios reales, a los que hemos cambiado el nombre,
para respetar el anonimato de quien ha querido contar su propia vivencia con el acné.
Afortunadamente, cada vez son más las personas que pueden decir que su
enfermedad ya pasó y han podido superar los traumas que impedían una sana evolución
de sus personalidades.

Veamos los casos:

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Victoria,: .
Padecí acné, desde los 13 años de edad, aproximadamente poco antes de mi
primera regla. En principio, las lesiones no eran muy graves, pero transcurrieron 3
años más y mi cara era un “poema”. ¡Lo mío eran los problemas de piel porque ya en
la infancia había padecido atopía! Comencé a sentirme acomplejada, mi madre le
quitaba importancia, y esto a mí me confundía, porque me sentía verdaderamente mal
con mi aspecto. Como no fui a ningún dermatólogo, pero quería curarme, me puse “las
pomadas de las amigas” con y sin azufre, mascarillas, agua de carabaña... todo tipo de
remedios, de farmacia o caseros, que me podían aconsejar. Lejos de mejorar, mi
problema se agravó. Me tapaba la cara con el pelo y andaba cabizbaja. Me gané una
buena fama de antipática por no saludar a la gente, pero realmente era porque me
avergonzaba de mi aspecto. Pensaba que de ese modo no me verían. Al fin, cuando
tenía aproximadamente 17 años, mi madre me llevó al dermatólogo. Las marcas ya
empezaban ha hacer estragos. Me dieron antibióticos orales y tópicos, me hicieron una
limpieza de cutis y me pusieron una dieta severísima. Mi acné apenas mejoró, pero yo
estuve ¡casi 2 años tomando antibióticos!. Me encontraba mal incluso físicamente, muy
debilitada. Mis digestiones pesadas no se correspondían a mi dieta estricta. Yo estaba
tan deseosa de curarme, que la seguía a rajatabla. Pero no me curaba. Ya tenía casi 20
años y una piel horrible. Había salido el ácido retinoico y me lo recetaron junto con
cápsulas de ambramicina (eritromicina). Tampoco mejoré demasiado.
El doctor me aseguraba que era un buen tratamiento y que tal vez yo fuera
parte de ese 10% que deben repetir terapia. Volví a repetirla, esta vez con isotretinoina
y no recibía más tratamiento para mi piel que pomadas de calamina para secar la piel
y un lubrificador para los labios (mandelip). Esta vez, mis granos menguaron. Sólo
tenía 3-4 en todo el rostro. Pero mi piel estaba gruesa, reseca y gris, mi cabello se
desvitalizó y mis ojos no tenían brillo ¡incluso tuve que utilizar colirio durante 1 año!.
Pasaron 2 años y tuve otra recaída, verdaderamente me deprimí. ¿Qué pasaba
conmigo?. Era incapaz de imaginar que podría curarme. ¡ Tuve una tercera dosis de
recuerdo! Durante los 4 años anteriores había sido vegetariana, había seguido el
tratamiento ¡Pero no funcionaba!. Pasaron tres años más. Recuerdo un mes de
septiembre con el síndrome del “retorno”. Tal como me recomendó el dermatólogo,
tomé el sol. Verdaderamente esto solía funcionar. Pero cuando dejé de ir a la playa
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empecé a notar un “un picor” debajo de la piel. Sabía que estaba cerca otra recaída.
En noviembre estaba plagada otra vez. Ya no pensaba seguir el tratamiento con
isotretinoina. Era demasiado y temía que mi cuerpo no lo pudiera soportar. Cayó en
mis manos una información sobre el aceite de prímula. Comencé a tomarlo. Después de
8 meses, tenía mejor aspecto, pero mi piel tenía señales que evidenciaban mi grave
acné del pasado: marcas de todos los tamaños y profundidades. Siempre me
maquillaba, incluso demasiado. No podía salir a la calle sin maquillar porque me
sentía insegura. Ya tenía 26 años y en cuanto me descuidaba con el aceite de prímula o
estaba un poco nerviosa mi cara crepitaba. Era duro y todavía no estaba bien resuelto.
Una amiga que me encontré después de muchos años había tenido el mismo
problema: acné severo y recidivante. Me habló de unos peelings de ácido glicólico.
¡Verdaderamente yo quería tener una mejoría semejante a la suya!.
Aposté por este nuevo tratamiento, y le dije a mi nuevo dermatólogo que no
quería volver a hacer el tratamiento con isotretinoina porque quería quedarme
embarazada. Él se mostró muy comprensivo y me garantizó que mi acné desaparecería
del todo, mejorando además el tono de la piel -en aquella época macilenta, gruesa y
todo menos tersa- sugiriéndome que no dejase de tomar el aceite de prímula. Tuve
paciencia y fui tenaz. Al principio, como mi piel estaba tan debilitada, los peelings me
quemaban, pero a las 2 o 3 aplicaciones, mi piel los aceptaba como si nada. La gente
empezó a notar la diferencia. Hoy en día no me maquillo si no quiero y quien me
conoció en el pasado no puede ni creerse el cambio, me dicen: ¡quién te ha visto y
quien te vé!. Actualmente tengo 30 años. ¡Más vale tarde que nunca!.

Alberto.
Mi acné apareció a los 17 años. Fue de forma abrupta, en cuestión de pocos
meses, mi piel que era matizada y con un tono uniforme comenzó a presentar poros
gruesos (comedones) y granos del tamaño de lentejas. Al principio no hice ni caso,
pero llegó un momento en que se “juntaban” 2 o 3 granos, llegando a deformar mi
cara.
La gota que colmó el vaso fue un día que yendo en el autobús, una señora me
dio el teléfono del dermatólogo de su hija. Pensé que debía estar muy mal para que la
gente llegase a ese extremo. El mismo día por la tarde, estando en compañía con los
amigos, una chica no quiso darme dos besos cuando nos presentaron porque temía
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“contagiarse”. Esto me derrumbó. Anduve hasta casa sin parar de pensar en la señora
del autobús y en la chica de la presentación. Aquella noche ni cené, ni dormí. Veía
claramente que aunque yo creía que era pasajero, había que tomar cartas en el asunto.
Por la mañana, durante el desayuno, le mostré a mi madre la tarjeta del dermatólogo y
le dije que quería tratarme. Se puso muy contenta y me confesó que no me había dicho
nada porque prefería que partiera de mí la iniciativa.
Esperanzado, acudí a la semana siguiente a la consulta del dermatólogo. Inicié
mi tratamiento con isotretinoina. Me dijeron que me hidratara la piel con un gel de
ácido glicólico, que no tomase el sol y que tuviese una alimentación variada y normal.
Lo cierto es que mi dieta no era anormal. Tenía buenas pautas porque hacía ejercicio y
debía mantener un peso estable. Mejoré en el período que duró el tratamiento y
después mi piel siguió recuperando un aspecto cada vez más sano.
Actualmente, sólo realizo un peeling glicólico una vez al mes, y ya hace más de
5 años que no recuerdo lo que es el acné.

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ASPECTOS DE LA ALIMENTACIÓN LIGADOS AL ACNÉ

NUTRIENTES Y ACNÉ

Su médico tal vez confió mucho en la universalidad de la recomendación


“aliméntese Vd. de una forma variada”. No es incorrecto decir que esa premisa era de
comprensión automática antes.
En la última década, nuestros gustos han cambiado mucho, y más de uno se va de la
consulta pensando ¡ si yo cada día me como un bocadillo diferente!. Y no analiza que
pasan días sin tomar suficiente fruta, o verduras, o buenas fuentes de ácidos grasos
esenciales...
En este apartado mencionaremos aquellos nutrientes y sus fuentes alimentarias
que de forma positiva han demostrado una mayor o menor implicación en la curación
del acné. La aplicación de estos nutrimentos a la mejoría de las lesiones pasa, en
ocasiones, por precisar dosis que superan las cantidades diarias recomendadas. Es
importante que no se automedique. Nuestro consejo es que consulte con su dermatólogo
en los apartados orientados a dosis suplementarias y que use profusamente las fuentes
naturales que aportan estos nutrientes. También quisiéramos, servir para que Vd.
cuestione si su dieta es verdaderamente variada, comparando lo que come cada día, con
los alimentos que le recomendamos. Si es una alimentación que proviene de alimentos
frescos y cocinados en el día o congelados en casa o hace tiempo que entraron los
o.c.n.i.s (objetos comestibles no identificados) en su despensa y sus hábitos y ya no
distingue un manojo de espinacas frescas de un bote de fabada. Una buena pregunta
sería ¿con qué frecuencia como yo esto o algo de este estilo?.

Ácidos Grasos Esenciales (AGE)

Nuestro cuerpo precisa de diferentes tipos de grasas para poder mantener su


salud. Ninguna grasa de por sí es “mala”, como piensan algunas personas. El problema
radica en tomarlas en la cantidad inadecuada. No todas las grasas de dieta son
esenciales. Esto quiere decir que existen algunas –como el colesterol, los triglicéridos o
las lecitinas- que nuestro cuerpo sería capaz de fabricar a partir de otras sustancias en

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caso de que las necesitase. Pero con los ácidos grasos esenciales no sucede lo mismo.
Nuestro organismo sólo puede metabolizarlos, pero no fabricarlos. De estos ácidos
grasos existen 2 familias, los Omega 3, que se encuentran especialmente en los aceites
de pescado y la serie Omega 6, de interés especial en el acné, que se encuentra en
cantidades de interés en la borraja, , prímula, girasol...
Estas grasas líquidas a temperatura ambiente son especialmente importantes
entre otras funciones, para la salud de todas las membranas celulares o la formación de
prostanglandinas, unas sustancias de vida muy corta, que ayudan a determinadas
hormonas a cumplir misiones en nuestro organismo. La Organización Mundial de la
Salud señala que nuestros requerimientos diarios representan el 3% del valor calórico
total de la dieta. Respecto a ácido linoleico, debemos aportar como mínimo unos 5
gramos diarios, pero la cantidad diaria recomendada es de 15 a 25 gramos por día, sin
sobrepasar el 12% del total energético.
En los omega 6,la serie que tiene un especial interés para el tratamiento
complementaio del acné, el más importante es el ácido linoleico, conocido como “el
ácido graso esencial por excelencia” debido a la gran versatilidad que tiene para dar
paso a la formación de sustancias biológicas a través de las transformaciones que es
capaz de sufrir.
En dermatología aplicada al acné, los AGE se utilizan para mejorar la función
barrera de la piel, así mismo, para que los procesos de queratinización sean normales y
no se obstruyan los poros por exceso de queratinocitos, facilitando la fluidez del sebo.
También se ha observado un déficit de ácido linoleico en el conducto de la
glándula seborréica, así como un mayor tamaño de la misma, lo cual favorece tanto el
taponamiento como la mayor producción de sebo. El caso de Victoria era el de una
muchacha que no terminaba de mejorar porque no coincidía tratamiento con
suplementación de estos valiosos aceites. Atopía en la infancia, sequedad en las
conjuntivas, piel grasa pero deshidratada... suponen indicios importantes de necesidad
de un aporte suplementario, pero en los años en que manifestó su problema, este tema
era de primera novedad.
De muy especial importancia es el ácido gammalinolénico, que otras fuentes de
omega 6, no contienen. Este singular ácido graso es dificil de aportar al no estar
presente en nuestras fuentes alimentarias habituales.Se encuentra en la leche materna y
en los aceites de prímula y borraja. El ácido gammalinolénico es óptimo para tratar este
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problema porque ahorran pasos metabólicos bloqueados por diferentes situaciones
nutricionales y orgánicas.
Linoleico Gammalinolénico (GLA)
Aceite de Prímula 73% 9%
Aceite de Borraja 42% 21%
Aceite de Girasol 62% no contiene
Aceite de soja 50% no contiene

Utilizados en una fórmula que los mezcle, se consigue un efecto potenciado por
la complementariedad de sus cantidades en ácidos grasos esenciales.
Los AGE, hay que tratarlos con delicadeza. Su metabolismo se desarrolla
principalmente en el hígado, dependiendo de una enzima conocida como D-6
Desaturasa. El estrés, los ácidos grasos trans (ver apartado correspondiente), el
alcohol... son elementos capaces de impedir que esta enzima funcione correctamente.
Esto supone un problema para que el ácido linoleico se llegase a transformar en
gammalinolénico, porque las situaciones mencionadas suponen un bloqueo de estos
pasos metabólicos.
En un buen número de dermatosis se encuentran alteraciones en al aporte o
metabolismo de los AGE. En cuanto al acné, no todos los pacientes presentan el
problema por déficit de estos aceites. Más adelante le aportamos un breve cuadro para
ayudarle a discernir la cantidad y calidad de su aporte diario de estas valiosas
sustancias.
Podemos tener muy claro, que según sea nuestra dieta, tenderemos a realizar
aportes de ácidos grasos que bandeen a nuestro favor o en nuestra contra, lo cual
repercutirá en el estado de salud de cuestiones tan diversas como de nuestras
membranas celulares, de las prostanglandinas o del metabolismo del colesterol, por
ejemplo.
Respecto a los ácidos grasos omega 6,como grasas de especial interés para el
tema que nos ocupa, buenas fuentes de estos son el aceite de prímula y el de borraja,
conteniendo además, cantidades terapéuticamente significativas de ácido
gammalinolénico (GLA), de gran interés porque existen muy pocas fuentes del mismo
en la naturaleza, y menos en nuestras dietas habituales. Este ácido graso tan peculiar
aparece en un porcentaje del 9% para el aceite de prímula u onagra y el 21%
aproximadamente para el de borraja.
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En cuanto a su aplicación para el tratamiento del acné, el ácido linoleico está
implicado en la capacidad de fluidificación del sebo. Recientes investigaciones le
atribuyen capacidad anticomedogénica aplicado tópicamente. Mediante unos pasos
conocidos como elongación y desaturación que se llevan a cabo en el hígado, se
transforma en ácido gammalinolénico, pero existen numerosas dificultades para que
esto termine siendo así. Cuando aportamos ácido gammalinolénico directamente a
través del consumo de aceite de prímula y/o borraja, nos garantizamos que aunque para
la vía de transformación del ácido linoleico existan trabas, nuestro cuerpo disponga de
suficiente cantidad de AGL para las diferentes funciones que cumple en nuestro
organismo.
Convendría pues, que Vd. analice si puede tener un perfil de necesidad
aumentada de AGE, si además de acné:

Fue atópico en la infancia (o lo sigue siendo).


Tiene de forma recurrente, eccema que no cura bien.
Cicatriza mal las heridas.
Sus cabellos y uñas se presentan quebradizos.
Presenta sequedad en las mejillas y nariz grasa.
Padece alguna enfermedad hepática que interfiera la absorción de los
ácidos grasos esenciales.
Es diabético.
Padece algún trastorno de mala absorción intestinal.
Sufre diarrea.

Otros:
Padece estrés
Toma alcohol habitualmente
Su dieta es descuidada, no suele tener hábitos estables de alimentación que
garanticen el aporte de AGE y micronutrientes relacionados con su
aprovechamiento

Ejemplos de hábitos que pueden contribuir a disminuir la absorción de AGE.

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. Una comida muy copiosa en fibra alimentaria insoluble puede disminuir el
nivel de aprovechamiento de estos AGE porque pueden quedar atrapados en las paredes
de la celulosa de la fibra alimentaria, siendo en parte excretados con las heces.
Si Vd. se suplementa con cápsulas de aceite de prímula o borraja- lo que supone
una de las únicas formas de poder consumir el mencionado ácido gammalinolénico- es
mejor tomarlas antes de las comidas, para asegurarse que no habrá competencia con
otros alimentos en la absorción a nivel intestinal. Tomarlas diez minutos antes es
suficiente

- El más importante: no tener una dieta verdaderamente equilibrada, podríamos


decir que con esto, exceptuando los casos de necesidades elevadas sobre las
recomendaciones diarias, todo estaría resuelto.
- Tomar alcohol a diario.
- Tomar aperitivos muy grasos: fritos industriales realizados con grasas
saturadas de origen vegetal, bollería industrial.
- Comer mucho embutido y quesos grasos (es decir, a diario).
- Comer carne más de una vez al día (contemos que el embutido contiene carne
y dependiendo de su calidad, puede tener más del 50% de grasa).
- No tomar pescado, frutas, verduras, semillas.
- Utilizar cada día, en el contexto de una dieta mal balanceada: mantequilla y
margarinas hidrogenadas y poco aceite.
- Abusar de las pizzas, precocinados y pasteles.
- Comer helados industriales de mala calidad, realizados con bases muy grasas.
- Dieta rica en azucares sencillos.

Es necesario que la dieta nos aporte estos AGE de forma biodisponible. Este
término viene a subrayar la importancia de que estas grasas no sólo estén en cantidad
adecuada, sino que también se presenten en buen estado para su utilización, y
acompañadas de otras sustancias que permitan su mejor absorción y aprovechamiento.
¡Son bastantes cosas las que hemos de tener en cuenta!. Llevar esto a la práctica
consistiría en utilizar los aceites vegetales a ser posible crudos, prensados en frío, no
recalentar el aceite de freir porque desestabiliza los AGE, destruyéndolos en parte,
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cuidar de que los productos que los contienen no enrancien. Respecto al resto de la
dieta, que sea variada y aporte una buena variedad de grupos alimentarios, como vimos
en apartados anteriores.
¿Como mimar los AGE de nuestra dieta?. Si sigue estas pautas, tomará los
ácidos grasos de su dieta frescos y no degradados:

- Cuide que los aceites de cocción no enrancien. Para ello vigile las fechas de
caducidad y no los reutilice más de tres veces en la fritura.
- Cuando cocine, no lo haga a fuego fuerte (por encima de 180º) e impida que
humee su sartén.
- Conserve los alimentos –tanto crudos como los sobrantes- bien refrigerados.
Aquellos que no vaya a consumir en un período de 2-3 días, congélelos.
- Los aceites de primera prensada son mejores para utilizar en crudo. Ganará en
sabor y en aporte de AG.
- Si consume aceite de borraja y de prímula, tómelos antes de las comidas para
asimilarlos mejor. Consérvelos alejados del calor.
- Las carnes rojas y lácteos, son fuente de ácido araquidónico, precursor de las
PG2. Como este ácido graso es “omnipresente”, es mejor no consumir en exceso
estos productos, o bien elegir los más bajos en grasa.
- Evite las grasas –trans, y las saturadas, que son bloqueantes de la producción de
PG1 “las deseables”.

Prostanglandinas y equilibrio hormonal

Estas sustancias parecidas a las hormonas se fabrican a partir de ácidos grasos


esenciales. Regulan diferentes funciones celulares, comportándose como mensajeros
químicos que actúan de forma localizada en nuestros tejidos.

Existen un gran número de prostanglandinas (series 1,2,3), pero nos interesa


especialmente la serie 1, cuya fabricación depende en primer término de los acidos
grasos omega 6, a través del ácido gammalinolénico
En la serie 2, la fabricación depende del ácido araquidónico, un ácido graso
profusamente suministrado por la naturaleza a través de carnes, huevo, lácteos, es decir,
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sustancias de origen animal en general. Es necesario que haya equilibrio entre las
diferentes series, y como veremos, la serie 1, con potentes efectos antiinflamatorios y
reguladores del equilibrio hormonal, puede verse representativamente disminuida ante
una dieta que aporte profusamente fuentes de ácido araquidónico. Sólo con que
añadamos el “ingrediente” de cierta disminución en la actividad de nuestra enzima
hepática Delta-6 desaturasa,por los efectos de bloqueo que hemos mencionado ya
tenemos el principio de un problema. Recordemos que esta enzima puede transformar el
ácido linoleico de nuestras fuentes alimentarias en ácido gammalinolénico, pero
tengamos presente que podemos ponérselo un poco difícil a nuestro cuerpo si nuestra
dieta es excesivamente alta en ácidos grasos saturados o con forma química trans, entre
otras variables.

Zinc y acné

¿Por qué en los países desarrollados tenemos déficit de zinc? Básicamente por
haber preferido los alimentos que provienen de cereales refinados: el pan, la pasta, el
arroz... todo se descascarilla, pule y refina. Con ello eliminamos el zinc y otros
microelementos.
Los adolescentes representan un segmento de la población con perfil de riesgo
en deficiencia de zinc, esto es debido a que en esta etapa de la vida sus necesidades
nutritivas están aumentadas, pero sus hábitos no siempre proporcionan buenos aportes
de determinados micronutrientes.

El zinc es un elemento traza esencial para el hombre, interviniendo en la


formación de más de 200 enzimas. Nuestro cuerpo lo contiene en la cantidad
aproximada de 2,5 g., de los cuales el 60% se halla en músculo y el 30% en el hueso. La
piel, el cabello y las uñas también lo contiene en cantidad significativa.
Este mineral se elimina sobre todo por las heces. Un 5% es por vía urinaria.
Nuestro cuerpo no lo almacena, de modo que hemos de aportarlo diariamente en la
cantidad de 10-20 mg

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Estudios bien documentados muestran que los jóvenes con acné severo, tenían
un nivel de zinc más bajo que los pacientes control, pero no aquellos que tenían un acné
leve.
Entre otras aportaciones al tratamiento del acné, este elemento optimiza los
procesos de cicatrización. Para mejorar la cicatrización, la dosis terapéutica es de 40-50
mg/día. Además se ha observado en determinados estudios que el zinc mejora la
resistencia al tratamiento de la piel con eritromicina, un antibiótico comúnmente usado
tanto sobre la piel como oralmente en estos pacientes.
No conviene rebasar, en caso de tratamiento del acné, esta dosis porque el
exceso de zinc disminuye la absorción de otros elementos necesarios para la correcta
función orgánica como son el cobre, hierro, fósforo o azufre.
Actúa mejor asociado a B6 y otras vitaminas del grupo B en general, selenio y
ácidos grasos poliinsaturados. Esto se conoce como coactivación (elemento traza-
vitamina).
No todos los hábitos alimentarios favorecen el aporte y utilización de este
mineral. En las dietas altas en fibra insoluble –como el salvado de trigo que hoy
presentan en gran concentración muchos cereales de desayuno- aumentamos la
excreción de cinc. Esto es debido a los fitatos, unas sustancias que forman parte de la
fibra del salvado, se fijan al zinc y forman un compuesto insoluble que nuestro intestino
es incapaz de absorber por su tamaño y características químicas. Esto significa que una
dieta muy alta en este tipo de fibra no es aconsejable par mejorar la absorción de zinc.
También quiere decir que si usted elige este contexto alimentario para tomar su
suplemento de zinc con otros minerales y vitaminas en general los absorberá peor,
reduciendo de ese modo el efecto terapéutico que se busca en la suplementación. Esto
en cuanto a los productos de desayuno a base de salvado de trigo, en un porcentaje del
30-40% o incluso más. No podemos decir lo mismo en cuanto a los cereales integrales,
con la cantidad de salvado que suele acompañarles, porque estos, además son fuente de
zinc, y la cantidad de fibra no es tan significativa.
Las proteínas alimentarias aumentan su absorción, especialmente las que
contienen aminoácidos azufrados como puedan ser la carne, huevo o quesos curados.
Aquí encontramos buenos aliados para promover su absorción.
En cuanto al alcohol, en general disminuye la absorción de zinc, aumentando su
excreción a través de la orina. El vino tinto mejora su absorción.
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Con relación a los ácidos grasos, el ácido linoleico y linolénico (maíz, soja,
prímula, borraja) mejoran la absorción de este mineral.
Pero la relación del zinc con la salud de nuestra piel sigue descendiendo a
niveles cada vez más íntimos, pues al formar parte de hormonas sexuales necesitamos
que nuestro sistema endocrino reciba también su dosis, de otro modo, nuestro equilibrio
hormonal se vería comprometido.
En cuestión a un mejor equilibrio hormonal del paciente con acné, si tenemos en
cuenta que para poder formar prostanglandinas, los AG poliinsaturados, precisan que
determinadas enzimas lleven a cabo unos pasos (conocidos como elongación y
desaturación) y entre otras necesidades de minerales, como cobre y hierro, dependen del
zinc. Si no aportamos suficiente zinc, las enzimas que dan estos pasos funcionaran mal.
Por último, las pacientes que reciben tratamiento con anovulatorios también precisan
suplementación de este mineral.

Alimentos ricos en ZINC:


Chirlas, almejas, cigalas, pescado, hígado, carne, aves de corral, huevo,
queso manchego, cereales integrales, brocoli, setas y levadura de cerveza.

Como forma de suplementar a las fuentes alimentarias, nos parecen de especial


interés las tabletas de levaduras alimentadas en medio rico en zinc, así como los
quelatos de aminoácidos con zinc, debido a su excelente absorción y aprovechamiento
por nuestro cuerpo.
En resumen: La disminución de zinc, vitamina A y AGE, revierte negativamente sobre
el acné.

VITAMINA A Y ACNÉ

Los retinoles son la familia de sustancias químicas que comúnmente se aúnan


bajo la denominación de vit. A.

18
El gran número de miembros en la agrupación de los retinoles resulta de la gran
variedad de configuraciones posibles con las que se pueden crear iguales formas con
distinta distribución en el espacio.
El organismo humano satisface sus necesidades diarias con 5000 u.i. o lo que es
igual, 1,5 mg. Es absorbida en el intestino y viaja a través de la sangre por una
lipoproteína transportadora especifica (RBP), almacenándose en el hígado en forma de
esteres retinoles. Por eso, el hígado, en general, de cualquier animal, es fuente de esta
vitamina, también la yema huevo. En el reino vegetal, se nos suministra a través de los
carotenos, formas que se acaban de activar en nuestro organismo según sus necesidades.
Fuentes vegetales son las zanahorias, tomates, kakis, acelgas, berros, col rizada,
hinojo... Tiene importantes funciones para nuestro cuerpo, como pueda ser epitelizante,
posibilitar la visión nocturna, regenerar tejidos blandos (pulmón, riñón...).
En acné severo, existe una disminución de la vitamina A en las lesiones
acneicas, pero no siempre en el nivel circulante en sangre. Esta paradoja se debe a
distintos motivos, como el exceso de queratinocitos, o de sebo, impiden una correcta
relación de intercambio metabólico en la glándula sebácea, lo que contribuye a agravar
la lesión y termina siendo un círculo vicioso. A nivel nutricional, no son frecuentes las
carencias de esta vitamina; pero estados de mala absorción, dietas deficientes o
alteraciones hepáticas pueden influir en el proceso de absorción y metabolización de
esta vitamina. Llegado ese punto, es cuando habría que vigilar que los aportes dietéticos
sean aprovechados corrigiendo primero las disfunciones que puedan existir. Si tiene
diarrea de forma recurrente –no nos referimos a un episodio corto, como pueda ser una
intoxicación alimentaria, sino a etapas que se prolongan- o bien padece de alguna
enfermedad hepática, además de tener acné, su médico puede realizar unas pruebas
serológicas para valorar si existe o no deficiencia. Pero repetimos que esto es
extremadamente raro, y que un déficit local de esta vitamina, manifestado en el poro, no
se corrige aumentando por encima de los requerimientos diarios, la cantidad en suero de
la misma, sino tratando el problema en conjunto.

VITAMINAS DEL GRUPO B Y LA PIEL

Colaboran promoviendo indirectamente la regeneración de la piel, evitando que


la sequedad al aumentar la capacidad de la epidermis de retener agua influya en una
19
mayor obstrucción del conducto sebáceo y agrave su problema. Una piel con acné es
una piel lubrificada, pero no siempre bien hidratada.
Casi todas las vitaminas de este grupo, son co-enzimas, es decir, colaboran en el
desarrollo de reacciones que apoyan a nuestro metabolismo energético.
Se consideran no tóxicas debido a la poca capacidad para almacenarlas que tiene
nuestro cuerpo. Las eliminamos en pequeñas cantidades en la orina. Esta rápida
metabolización y eliminación obliga a que tengamos que reponerlas rápidamente. De
otro modo nuestro cuerpo presentará signos de carencia.
Su agrupación bajo la denominación “familia B” se debe a que los alimentos que
las contienen suelen presentar a varias ellas juntas. También “trabajan” juntas en
nuestro organismo, realizando muchas funciones complementarias entre ellas.
Cuando comemos de forma que aportamos una de ellas pero no otras, la
vitamina de este grupo que falta puede comportarse como un factor limitante de la
actividad metabólica del resto, es decir, las utilizaríamos peor. Esto supone una clara
llamada a la variedad de alimentos en nuestra dieta diaria.
Los nombres de los componentes de esta familia son Tiamina, Riboflavina,
Niacina, Piridoxina o B6, Folato, Cobalamina o B12, Ácido Pantoténico y Biotina.
Los alimentos que aportan cantidades significativas son:

- Germen de trigo - Levadura de cerveza - Cereales enteros


- Zanahorias - Calabazas - Cebollas
- Ajos - Germinados - Bananas
- Orejones - Pescado - Hígado
- Yema de huevo - Leche - Uva
- Sandía - Fresas - Tomates

Si la persona que padece acné atraviesa un período de estrés, sus necesidades de


este complejo aumentan.
Probióticos
Esta denominación hace referencia a sustancias tan distintas como pueda ser una
bifidobacteria o determinados tipos de azucares como la oligafructosa. Tienen un efecto
positivo sobre la regeneración de la flora bacteriana intestinal, la absorción de calcio o
la salud del enterocito, que son las células que se encuentran en nuestro intestino. Se
20
comportan generalmente mejorando la absorción de nutrientes. Nuestro interés por ellos
esta aumen
ANTINUTRIENTES Y ACNÉ
Un antinutriente es una sustancia que generalmente entra en compañía de
alimentos pero con un efecto diferente, porque lejos de aportarnos algo casi seguro que
se lo lleva o bien impide que sean absorbidas ciertas vitaminas, minerales etc.
Ácidos grasos “TRANS”
“Grasas Trans”: se denominan así porque provienen de ácidos grasos insaturados
de aceites vegetales, pero debido a procedimientos industriales como la hidrogenación
que consiste en añadir hidrógeno a los aceites líquidos hasta saturarlos para conseguir
un aspecto sólido. El grado de saturación esta relacionado con la consistencia de una
grasa a temperatura ambiente. Esto modifica su configuración en el espacio, adoptando
una posición “recta” conocida como configuración trans y comportándose como grasas
saturadas.
“Shortenings”: son grasas manipuladas industrialmente que se utilizan para
elaborar productos de bollería, panadería, helados y otros. Contienen grasas trans.
. Si consumimos muchos alimentos industriales, bollería, precocinados, helados,
pasteles, etc. realizados con “shortenings”, tenemos una entrada elevada de grasas
“trans” en nuestra dieta. Esto favorece que el tipo de prostanglandinas que nuestro
cuerpo fabrique tienda a las series 2 y 3, que se implican en procesos inflamatorios. Se
debe a que estas grasas pueden bloquear la libre acción de la enzima Delta-6-
desaturasa.
Fitatos
Están íntimamente ligados a la fibra insoluble de los alimentos. Cuando la
tomamos en compañía de productos integrales por lo general no es preocupante. Pero
huiremos de los suministros a base de suplementación dietética que la contenga de
forma añadida. No a los desayunos con salvado de trigo. Es mejor la fibra hidrosoluble
que contienen las frutas o verduras, por ejemplo.
Alcohol y acné
No tenemos ninguna pretensión de caer en la exageración en este apartado, pero
nos engañaríamos si dijéramos que puede consumir alcohol y seguir una terapia
farmacológica oral garantizándose el éxito total del tratamiento y su salud. Y
entendemos por consumo una asiduidad que puede consistir tanto en 2-3 copas al día,
21
que puede ser el perfil de un adulto, como los excesos del fin de semana de cualquier
adolescente que tenga ese mal hábito.
Es mejor dada la toxicidad de algunos medicamentos para el acné que no
consuma alcohol, porque tiende a sobrecargar el hígado y esta glándula ya tiene bastante
trabajo con detoxificar los medicamentos en sí. Se ha comprobado que el alcohol
disminuye la efectividad de la isotretinoina, uno de los medicamentos que se utilizan
para el tratamiento del acné. Pero existen más razones para no tomar alcohol, estemos
siguiendo o vayamos a iniciar un tratamiento del acné: dificulta la absorción de, con lo
cual nuestro organismo disminuye sus reservas, que parten generalmente de un pobre
aporte a través de nuestras dietas, insuficientemente variada. También interfiere en la
absorción de AGE. Recordemos que el zinc interviene en numerosas reacciones de
nuestro cuerpo, actuando tanto como elemento catalizador de reacciones biológicas
como formando parte de determinadas moléculas, como puedan ser las hormonas
sexuales y atemos cabos: nuestras dietas generalmente, no son ricas en zinc, el alcohol
elimina zinc, bloquea vías metabólicas que son imprescindibles para llegar a utilizar los
ácidos grasos esenciales que aportamos en nuestra dieta, bien sea a través de alimentos
o de fuentes suplementarias, porque nuestro cuerpo no los fabrica... En una etapa en la
que nuestras necesidades de nutrientes están aumentadas, nosotros desgastaríamos
inútilmente nuestro cuerpo, en lugar de cuidarlo. Esto interfiere en el equilibrio
hormonal necesario para que nuestras lesiones curen mejor y más rápido.
En el caso de las mujeres, no suele ser infrecuente que además de acné,
padezcan síndrome de tensión premenstrual, el cual empeora cuando se toma alcohol.
Un correcto estilo de vida, con una dieta variada y equilibrada, suplementando la
dieta con cápsulas* de aceite de prímula o de borraja a razón de 4 –6 caps. diarias con
vitaminas del grupo B y magnesio pueden mejorar notablemente este síndrome.
(existen preparados en el mercado que mezclan ambos para obtener un mejor
efecto, como puede ser primuvit)

Antibióticos
Ciertos antibióticos causan verdaderos estragos en la flora intestinal,
comportándose como antinutrientes. Trataremos más extensamente este tema en el
apartado de fármacos y acné.

22
CHOCOLATE Y ACNÉ
Hemos abordado este producto de forma más especial debido al gran interés que
suscita en buena parte de la población. El chocolate supone todo un símbolo como
alimento, acompaña tanto fiestas sociales como soledades, haciendo demasiadas veces
compañía a nuestras frustraciones.
Según las investigaciones, el consumo general de chocolate no afecta a la
composición del sebo. Tampoco al nº de comedones. Pero no existe una unanimidad de
opinión, y también es cierto que existen pocas investigaciones sobre la prevalencia del
acné en la población y el tipo de dieta. De momento ante la falta de conclusiones, vence
el dogma, de modo que algunos clínicos lo prohiben sin remisión, mientras que otros no
establecen ningún tipo de control sobre su consumo. Para adentrarnos en esta cuestión,
hemos de tener en cuenta que alguno de estos estudios partía del presupuesto de que la
glándula sebácea tiene un alto grado de autonomía, lo cual, en parte sería cierto. Se
perseguía observar una variación en la composición del sebo, aumento de la secreción
sebácea y empeoramiento de los comedones. Tal vez, se estaba buscando un efecto
directo del chocolate sobre la glándula sebácea como principio y fin de todo el
problema, lo cual no es descabellado, porque en parte sí tiene un alto grado de
autonomía, pero también es cierto que muchos de estos estudios ni mencionan los AGE,
ni el posible bloqueo de las vías metabólicas necesarias para utilizarlos, entre otras
cosas, porque los AGE aunque se reconocieron por primera vez en 1929 por los estudios
de G. y M. Burr, demostrando los estragos que padecía la piel de las ratas con carencias
en AGE se empiezan a utilizar en los 80, (cuando empezaron a aparecer productos
envasados con ácidos grasos esenciales) y algunos de estos estudios son anteriores.
Además, no todo el mundo que tiene acné es por déficit de AGE.
Posteriormente, se vio que las grasas saturadas y el exceso de azucares simples
tomadas en el contexto de una dieta mal balanceada, dificultaban la absorción de esos
ácidos grasos esenciales. El estudio de Hoehn, se basó, hace más de tres décadas, en
comparar el tipo de grasas dietéticas consumidas por diferentes poblaciones y la
incidencia de acné. En general, evitando las grasas animales y saturadas, de forma
inesperada se obtenían grandes mejoras en el acné. Es cierto que también debemos tener
en cuenta que en países con dieta mediterránea, personas con hábitos dietéticos
correctos igualmente padecen acné, lo cual aumenta la dificultad para discernir lo
adecuado, porque extrapolar resultados de estudios epidemiológicos a situaciones
23
clínicas muy concretas es prácticamente inútil. Por tanto, cuestionar para detectar es
mejor que caer en vaguedades dietéticas que sólo nos alejarían del punto clave de
nuestro tratamiento. Por eso no se pueden hacer recomendaciones generales y
probablemente nunca existirá una guía de la alimentación para el acné. Pero tal vez
realizando análisis más exhaustivos sobre el perfil nutricional que cada paciente
presenta podemos llegar a mejores soluciones. Nos enfrentamos a la paradoja de porqué
unos comen lo que quieren y con un tratamiento farmacológico mejoran, y otros,
teniendo cuidado dietético no acaban de responder al tratamiento farmacológico.

Por qué el chocolate no provoca acné

Vamos a abordar un tema delicado de la dietética aplicada a la dermatología.


Desde diferentes especialidades médicas se condena al chocolate –alergólogos,
dermatólogos, gastroenterólogos... - resulta difícil separar la verdad de la mitología.
En principio, el chocolate, que en dietética es un alimento del grupo misceláneo,
tiene un valor nutritivo indiscutible, pero consumido “misceláneamente”, es decir, con
dosis pequeñas y con una baja frecuencia o lo que es igual: poca cantidad,
ocasionalmente.
De cualquier manera esto no supone argumento suficiente para ayudarnos a
discernir si el chocolate agravará o no nuestro acné. Primero, vamos a ver,
generalmente, de qué sustancias alimentarias está compuesta una barra de chocolate.A
parte de semillas de cacao, que contienen un alto porcentaje de grasa, una vez tostadas y
molidas se añaden a la composición de lo que entendemos por chocolate, podemos
encontrar:
Un valor calórico por 100g de 550kcal., 2g proteinas, 63g glúcidos y 30g lípidos.
- Harinas.
- Grasas vegetales, que generalmente provienen del coco (son saturadas) o
aceites hidrogenados ( de otro modo la barra no sería sólida a temperatura ambiente).
- Lecitina, que es una grasa también pero tiene un efecto emulsionante., azúcar,
lactosa, leche (cuando es con leche).colorantes y conservantes, vanilina.
- Les podemos garantizar que si ponemos en un montón los estudios que absuelven al
chocolate como culpable frente a los que lo acusan, salen ganando por lo general las
sentencias absolutorias. Muchos jóvenes con acné no son influenciados por su
24
consumo. De cualquier manera, más adelante podrá hacer un pequeño experimento
por si tiene alguna duda en su caso particular.
-
Porqué el chocolate podría provocar acné
Seguimos en nuestra línea de personalizar y no de generalizar, por casos hay
tantos como personas.¡ Pero no solo por comer chocolate en exceso!, también por no
comer lo que sus cuerpos necesitan de verdad, una dieta equilibrada y variada. Y que
conste que no pretendemos decir con esto que una dieta equilibrada es el tratamiento del
acné, pero sí es mejor que una mala dieta o ninguna. Recordemos que grasas saturadas
también contienen los embutidos, ciertos snaks industriales envasados, bollería,
pasteles... es una cuestión de contexto dietético, estos productos comidos asiduamente
quitan el apetito hacia los alimentos, ¡eso ya nos lo decían nuestras abuelas!.
Estos desatinos dietéticos por parte de aquellas personas que tienden a bloquear
la vía metabólica de la enzima D-6- desaturasa desembocan en carencias de AGE, que
tienen su repercusión en el tamaño y las secreciones de las glándulas sebáceas. Esta
enzima facilita el paso del ácido linoleico a gammalinoleico, y con ello se influye sobre
el metabolismo de la piel.

Para las personas con tendencia a que el chocolate agrave su lesión, podemos
decir que este alimento cumple los argumentos de competencia por los ácidos grasos
esenciales. Tiene mucho azúcar sencillo y mucha grasa saturada, cuando no “trans”. Por
lógica, afectará más a los individuos con tendencia a tener necesidades incrementadas
de ácidos grasos esenciales.
Pero veamos ejemplos de comportamientos típicamente adolescentes:
Tomo chocolate y luego no ceno.
Meriendo estos dos pasteles que me gustan tanto y para cenar tomaré un
vaso de leche y sí acaso, dos madalenas, (¡qué manía de desayunar dos veces!).
Y así vemos un sinfín de casos, quien dice madalenas dice “un bocadillito y ya
esta”.
También encontramos el extremo;
“Me han dicho que el chocolate es malísimo, ya no tomo nada”, pero de repente,
sin reflexión dietética alguna que conduzca a entender lo que es una buena dieta y como
hay que variarla. Ahora, este joven no toma chocolate, pero descubre una pasión inusual
25
y se casa con las patatas fritas, el tocinillo de cielo o cualquier otro "destarifo" dietético.
Y por cierto, si los adolescentes caen en estas situaciones, no perdamos de vista la
amplia variedad de comportamientos alimentarios que los adultos podemos llevar a
cabo, desequilibrados desde otros matices y además con estrés añadido.

Dietas de evitación y de reintroducción


Este va a ser su pequeño experimento, si acaso tiene alguna duda que prefiere aclarar
por si solo, para salir de dudas.
Una dieta de evitación es un procedimiento destinado a dilucidar reacciones de
un alimento.
Con la dieta de evitación se eliminan los alimentos sospechosos para Vd. La
premisa consiste en que si su dieta tiene implicación con el agravamiento de su acné o
con el metabolismo de los AGE por un excesivo suministro de grasas saturadas o
alimentos muy yodados, con ello conseguiremos poder establecer unas pautas
alimenticias que colaboren a mejorar la textura de su piel.

La ventaja de este método es que Vd. puede descubrir muchas cuestiones


relacionadas con sus hábitos alimentarios por la autoobservación a que le obliga este
proceso.
La desventaja es que supone un esfuerzo y rigor para poder llegar a un resultado
que valga la pena.
Le recomendamos que anote en una libretilla su dieta de una semana, sin evitar
nada de lo que espontáneamente suele hacer. Esto es muy valioso, porque además podrá
tener siempre a mano una vista retrospectiva de sus tendencias alimentarias, o bien,
mostrárselas a un dietista que le ayude a valorar sus hábitos.
Por sentido común, las personas que sufran alergia a algún alimento, aunque esté
en esta lista, no lo introducirán. Todos estos alimentos contienen cantidades importantes
de ácidos grasos saturados (AGS) grasas trans y algunos de ellos, son importantes
fuentes de yodo.
Evite, por un período de 2-4 semanas:
- Quesos grasos.
- Embutidos de todo tipo.
- Patés de cualquier clase.
26
- Bacón, panceta.
- Bollería, pasteles y helados.
- Mariscos.
- Chocolate.
- Frutos secos.
- Excesivo uso de sal yodada (no más de 3 g/día).
- No ingiera suplementos alimenticios a base de algas.
Dieta de reintroducción
Es un sistema muy sencillo que sirve para reconocer los alimentos que nos
perjudican, es la continuación a la dieta de evitación. Siga escribiendo las variaciones,
para no tener lugar a equívocos y valorar la progresión de saturación de su dieta en este
tipo de grasas.
- Posteriormente a partir de la primera semana, introduzca, de uno en uno, los
alimentos que ha eliminado, con un intervalo entre cada alimento de 3-4 días. De otro
modo Vd. no reconocería cual es el alimento que contribuye a agravar su problema.
Existen personas que reaccionan mal al queso curado o al atún, pero no tienen
problemas con el chocolate, por ejemplo.
Este procedimiento también le ayudará a discernir cual es el grado de ácidos
grasos saturados que aporta su dieta. Tal vez, su dieta sea más saturada de grasas
nocivas de lo que se imagina en un principio. Puede que Vd. sea un gran consumidor de
verduras y frutas, pero que paralelamente aporte dosis de ácidos grasos saturados en un
nivel demasiado elevado para un correcto metabolismo hepático de su enzima Delta-6-
desaturasa. Esto contribuye a desnivelar el equilibrio entre AGS y AGE, saliendo estos
últimos en desventaja.
Cuando tenga aclarado este punto, puede tomar de 4-6 cápsulas/día de aceite de
prímula más onagra, durante un período mínimo de 4 meses. No debe tomarlas antes de
terminar la prueba, porque podría falsear los resultados al estar aportando sustancias
beneficiosas sin haber descartado correctamente las fuentes alimentarias que en su caso
personal contribuyen a empeorar sus lesiones.

27
TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO E IMPLICACIONES
DIETÉTICAS
Como hemos visto, el acné es una alteración inflamatoria, crónica, del folículo
pilosebáceo que comprende un amplio espectro de entidades clínicas muy frecuentes en
el hombre. Es sin duda el proceso más frecuente en la adolescencia, pero también en
otras etapas de la vida adulta, tanto es así que en sus formas más leves es rara la
persona que no lo padece.
Entre los factores hormonales parece ser que son las hormonas sexuales las que
influyen en la formación del acné, y aunque los estudios sobre las tasas sanguíneas de
testosterona circulante no han mostrado diferencias entre sujetos normales y con acné,
sin embargo en las glándulas sebáceas sí se ha demostrado influencia de la testosterona.
Debido a la variedad de las causas que lo provocan, los tratamientos que se aplican para
su curación parten de diferentes enfoques. En este apartado vamos a analizar los
distintos tratamientos farmacológicos asociados al acné.
La consideración de que las dietas por sí solas, lo único que consiguen es alterar el
aporte total de calorías, y a la postre ello no altera la producción de sebo. Esto es dejar
de lado las implicaciones metabólicas de los nutrientes que contienen las dietas y su
capacidad para interferir sobre la biodisponibilidad de los fármacos. Las personas
sentimos que el hecho alimentario es algo muy íntimo, de forma que a veces resolvemos
hacer cosas “por nuestra cuenta” como la creciente costumbre de tomar suplementos
vitamínicos y minerales. Tanto si vamos a estar en tratamiento como si ya lo estamos
pueden surgirnos diferentes preguntas sobre el tema, como puedan ser: ¿Puedo tomar
cualquier suplemento vitamínico en un tratamiento con isotretinoina, en caso de
anovulatorios asociados al tratamiento con este ácido, ¿aumentan mis necesidades de
nutrientes? ¿Cómo tomar un antibiótico para no bloquear su efecto?
Según el tratamiento farmacológico que usted esté recibiendo, puede tener en
consideración una serie de factores dietéticos que supondrán una ventaja añadida a la
mejoría de su enfermedad. Existen muchos tipos de fármacos diferentes que se utilizan
en el tratamiento del acné, tanto a nivel tópico (sobre la piel) como a nivel oral.
Centraremos nuestra atención solamente en aquellos que tienen implicación sobre el
estado nutricional, por interacciones específicas del fármaco en cuestión con
determinados nutrientes. Nuestro interés es optimizar el bienestar de quien recibe
tratamiento, verdaderamente, los resultados finales incluso pueden ser mejores en
28
aquellos pacientes que no incurren en interacciones farmacológicas, porque generamos
una mejor utilización del fármaco o bien impedimos interferencias con otras sustancias
necesarias para nuestro organismo.

- Fármacos para el tratamiento del acné con implicaciones de interés dietético


para mujeres y hombres:
- Isotretinoina.
- Antibióticos.
- Anovulatorios.

Isotretinoina:
Es conocida como vitamina A ácida. Según toma en su forma química una u otra
configuración, el dermatólogo la utiliza para curar o aliviar una determinada
patología. En el caso de acné, se suele utilizar la vitamina A ácida, en su forma
química “trans”, que es más estable, o lo que es más conocido como
isotretinoina. Esta sustancia se utiliza tanto por vía tópica (sobre la piel) como
por vía oral. Es un tratamiento que provoca fotosensibilidad, por lo que conviene
tomar ciertas medidas, como no exponerse al sol y utilizar fotoprotectores.
La vitamina A y su forma más activa para el acné, isotretinoina, necesita
un transportador sanguíneo que la vehiculice dentro del torrente sanguíneo. Este
transportador es una lipoproteina denominada RBP (retinol binding protein).
Esto se menciona por una cuestión interesante. En los pacientes afectos de acné
en sus formas más graves, cuando se realizaron pruebas serológicas de los
niveles de vitamina A, no siempre se presentaban bajos. Sin embargo, sí se
apreciaba que la RBP, era ligeramente inferior que en los rangos de los pacientes
control y viajaba más lentamente en el torrente sanguíneo, por ello no llegaba
suficiente cantidad de vit. A, a los tejidos, concretamente, al folículo
pilosebáceo, dónde sí había déficit de la vitamina. La isotretinoina tiene la
ventaja de fijarse mejor a las paredes del folículo, dónde además ejerce un efecto
positivo sobre los ácidos grasos: permite que el ácido linoleico (Ω -6) se fije
mejor, recordemos que este ácido graso tiene propiedades anticomedogénicas y
posibilita el correcto tránsito del sebo al exterior, evitando el taponamiento de la
piel.
29
Su dermatólogo es la persona adecuada para darle este tratamiento si así
lo sugiere su tipo de piel.
En cuanto a la isotretinoina, es muy importante, tanto si Vd. recibe
tratamiento como si lo va a recibir que tenga en consideración respecto a su
dieta que:
Como es un derivado de una vitamina liposoluble, su absorción mejora
en presencia de grasas, pero lo haremos a expensas de grasas buenas en
pequeñas cantidades. Puede acompañarlo, por ejemplo, de un vaso de leche
entera. O en un desayuno en el que se incluya pan con aceite, mantequilla... en
pequeñas cantidades es suficiente (20 g). Podríamos acompañar la
suplementación de ácidos grasos esenciales con aceite de prímula y borraja con
este medicamento para obtener mejores resultados. Recordemos que la
isotretinoina mejora la fijación de ácido linoleico en la glándula sebácea, y aquí
tenemos dos buenas fuentes, con unos aportes promedio del 73% para el aceite
de prímula y 42% para el de borraja.
Si administramos vit. E. mejoramos los efectos secundarios, la dosis se ajusta
según respuesta de cada paciente, partiendo, por ejemplo, de 200mg al día.
Si la alteración de los valores lipídicos fuese superior a 200 mg/100 ml. De
triglicéridos. O 240 mg/100 ml de colesterol en pacientes predispuestos por
antecedentes familiares se aconseja dieta específica para reducir estos niveles, pero
podemos seguir aportando “grasas buenas” para mejorar la absorción de isotretinoina
acompañando la toma con 2 cápsulas de aceite de prímula o borraja.

Recidivas:
Si después de realizar el tratamiento con isotretinoina Vd. tiene o tuvo una
recaída, tenga en cuenta que pueden aparecer en el primer año de después del
tratamiento, especialmente en pacientes que no alcanzaron una dosis acumulativa
suficiente (± 120 mg./kg.).
- Desde el p.d.v. dietético, analizar si estamos creando una buena sinergia de
nutrientes cuando se ingiere ISOTRETINOINA, para crear buena
biodisponibilidad del fármaco. Acompañándolo con aceite de prímula o
borraja desde el principio, la recaída será más difícil, y a igual dosis

30
conseguiremos mejor respuesta en la reducción del tamaño de las glándulas
sebáceas.
- No es compatible con dietas hipograsas y con dietas vegetarianas se absorbe
peor.
- Cuando Vd. se esté tratando con este medicamento, no es el momento
adecuado para hacer “la dieta del pomelo” ni cualquier otro tipo de dieta
desequilibrada. Verdaderamente no deberían hacerse nunca, pero menos
cuando estamos tomando una medicación que necesita cantidades
determinadas de ciertos nutrientes para absorberse mejor ¡nos arriesgamos a
tener que repetir el tratamiento! Las dietas vegetarianas estrictas, sin lácteos
ni pescado o huevo, por su bajo nivel en proteínas de alta calidad biológica
tampoco son recomendables.
-
- Contraindicaciones:

- La Vit. A, no debe acompañarla con isotretinoina. Debido a que los


suplementos de esta vitamina y el medicamento pertenecen a la misma
familia conocida como “retinoles” la suplementación de vitamina A en la
fase de tratamiento aumentaría los efectos secundarios, pudiendo causar
síntomas de hipervitaminosis A.
- Alcohol, se desaconseja por su metabolización, ya que podría disminuir la
efectividad de la isotretinoina y puede provocar daño hepático.
Una buena secuencia de micronutrientes sería Zinc + AGE (4 caps. al día).

Terapéutica del acné con antibióticos

El acné es una enfermedad que tiene tendencia a prolongarse de forma que el


paciente es tratado con un tipo de fármaco y luego, si genera resistencia, con otro.
Desde un cuidado dietético del tratamiento, podemos controlar el tiempo de evolución
del tratamiento y actuar de dos modos.
Preventivo: cuando conociendo cual es el medicamento de elección, nos
anticipemos a las alteraciones que pueden provocar: p.e. Antibióticos → alteran la flora

31
intestinal. Conviene acompañarlos con cepas de levaduras resistentes a la antibioterapia
para evitar alteraciones de la flora bacteriana. Asimismo, continuar cuidando la flora
bacteriana una vez haya pasado el tratamiento tomando regularmente yogur, kefir o
probióticos. Tengamos en cuenta que muchos antibióticos tienen la capacidad de
destruir las bacterias que contienen Podríamos utilizar otros probióticos, como la
oligofructosa (que algunas marcas de leche añaden), para reforzar nuestras bacterias
intestinales. Los yogures y no nos confiemos a que sólo con ellos podemos
garantizarnos una correcta salud de la flora intestinal.
Los anticonceptivos se suman a la isotretinoina en el caso de mujeres. Conviene
prevenir las interacciones con vitaminas del grupo B, para evitar carencias en mujeres
adolescentes con necesidades incrementadas. También interfieren con la absorción de
magnesio, hierro, zinc, cobre, vitaminas B2, y B6, folato, B12, C, A y D., por tanto, es
muy recomendable en este caso suplemento vitamínico y mineral, que no contenga
vitamina A.

Paliativo: Si Vd. ha sido tratado durante largos períodos de tiempo con


antibióticos, esto incrementa sus necesidades de determinadas sustancias por efecto de
su terapia, si este es su caso.
Como antibióticos, las tetraciclinas son comúnmente utilizadas en el tratamiento
del acné. Su ingestión prolongada hace que se interfiera en la absorción de hierro,
pudiendo llegar a ocasionar anemia. Esto es algo a tomar en consideración si tenemos
en cuenta que el acné tiende a ocasionar recaídas y la toma de medicamentos suele ser
prolongada. Su absorción disminuye si se toma con leche o lácteos, también con Calcio,
magnesio y zinc, ya que son antagonistas.
Eritromicina: los alimentos en general, retrasan su absorción.

Recomendaciones dietéticas

En caso de Isotretinoina:

32
- Acompañar con leche la toma del medicamento. Generalmente por la
mañana con el desayuno. Es ideal sumar dos cápsulas de aceite de prímula u
onagra, posteriormente, otras dos antes de comer y otras dos antes de cenar.
- Evitar suplementos vitamínicos que contengan vitamina A.
- Dosificar la vitamina E. para evitar la exacerbación de los efectos
secundarios, comenzando, p. ej. Con 200 mg y ajustando la dosis según se
observe la evolución.
- Recordemos que no existe implicación de los otros grupos de vitaminas.

En caso de antibioterapia

- Los lácteos retrasan la absorción de tetraciclinas, así como los alimentos en


general, por tanto se suelen tomar en periodos interdigestivos.
- Sin leche o antes de las comidas, por ejemplo, 10 minutos antes.
- Ultra-levura puede mejorar la aceptación en el ámbito intestinal y evitar
efectos secundarios colaterales.
- Tomadas en largo espacio de tiempo, reducen la absorción de hierro. Por
tanto, añadir a la dieta alimentos que incrementan los factores de
asimilación. Vitamina C, en forma de zumos, p.e.
- Una buena secuencia de suplementación de micronutrientes sería:
Zinc + AGE + vit. A + Probióticos

- En caso de anovulatorios
Generalmente es rutinario sumar al tratamiento con isotretinoina los
anticonceptivos, como hemos visto. Reducen la absorción de vitaminas y minerales. Por
lo tanto suplementar pero sin vitamina A.

Zinc + AGE + vit. E + Complejo B.

En las mujeres con bajos niveles de hierro, se suplementa hierro haciendo


que las tomas del suplemento no coincidan con lácteos.

OTROS:
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YODO Y ACNÉ

El yodo se ha visto implicado en el recrudecimiento del acné de algunos


pacientes. Pero no por culpa de las fuentes alimentarias. Este elemento es esencial para
nuestra salud y el buen funcionamiento de determinadas glándulas, como la tiroides.
Cuando padecemos acné, sólo consumiremos las CDR necesarias de yodo. Estas
necesidades quedan cubiertas con 100-115 mcg/día
Fuentes naturales son los frutos del mar, algas, cereales en grano. La sal yodada
también contribuye positivamente para cubrir las necesidades diarias. De estas fuentes
haremos uso normal, observando si algún alimento en cuestión nos influye y evitándolo
de forma selectiva. Generalmente no es a través de la dieta como podemos tomar
grandes dosis de yodo. Determinados jarabes de frutas y especialmente algunos para la
tos, lo contienen en gran cantidad, y entonces el yodo si puede provocar un
recrudecimiento del acné.
Las lociones y jabones con yodo tampoco son buenos antisépticos para tratar las
lesiones. Es mejor utilizar jabones con una base de avena.

Cuando usted vea en las etiquetas de los medicamentos este componente, evite
ese jarabe.
Tenemos que tener en cuenta tanto aquello que debemos hacer como lo que no.
Verdaderamente este es un punto a no pasar por alto para que el tratamiento en general
sea un éxito. Bajo este contexto, una dieta sana, con la máxima cantidad de alimentos
frescos y preparados al día, cobra un interés renovado. Un pequeño esfuerzo vale la
pena.

Recomendaciones finales

- Las recomendaciones dietéticas en general cuando estamos ante formas de


acné benignas e incipientes se basan en aportar cantidades adecuadas de
zinc, vitamina A* y ácidos grasos esenciales; se ha comprobado que su
deficiencia tiene un efecto negativo sobre el acné.

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Evitar:
- Las dietas bajas en Zinc pueden empeorar o activar el acné, especialmente
las reacciones de tipo pustular. Existen casos de buenos resultados en acné
pustular después de suplementar con zinc oral. Su dieta es baja en zinc si no
consume con cierta regularidad productos del mar, cereales, carne, hígado,
levadura de cerveza, setas...
*Atención tenga en cuenta que cuando está siendo tratado con isotretinoina no
suplementamos nunca esta vitamina.

RECOMENDACIONES GENERALES PARA UNA ALIMENTACIÓN SANA Y


VARIADA

Dentro de este contexto, Vd. puede suplementar los nutrientes recomendados según el
tipo de tratamiento que esté recibiendo y las condiciones de absorción y
aprovechamiento que hemos mencionado para cada fármaco. En caso de aceite de
prímula y onagra, tenga en cuenta que es mejor tomarlos antes de las comidas, pero si
siente nauseas o le laxan en exceso, comience tomándolos mezclados con los alimentos
hasta que su intestino se acostumbre.
- Tome cada día 2 raciones de fruta (150 g. ración).
- Tome cada día 1 plato de verduras crudas.
- Tome cada día 1 plato de verduras cocinadas.
- Beba cada día 2 vasos de leche, o en su defecto, la misma cantidad de yogur, o 2
yogures y 50 g. de queso.
- Tome cereales integrales a diario: pan, arroz, avena, pastas.
- Tome legumbres 2-3 veces a la semana.
- Consuma carne 2-3 veces a la semana.
- Puede comer, si no tiene problemas de colesterol 4-6 huevos a la semana.
- Tome pescado en días alternos.
- Sustituya los aperitivos industriales por zumos y batidos de frutas/yogur, verduras
(gazpacho), que le aportan fibra soluble, vitaminas y minerales (y no le “roban”
nada).

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- Si sale, opte por bebidas no carbonatadas: zumo de tomate, granizados de limón,
naranja, alguna bebida a base de extractos de zumos. Son una mejor elección.
-

RECOMENDACIONES FINALES

Otros factores que influyen negativamente en el acné son el estrés, la falta de


sueño, el clima (mejora en verano y empeora en invierno), la aplicación de cosméticos
grasos (producen comedones) y el consumo de ciertos fármacos (corticoides, litio,
antiepilépticos, isoniazida
¿Qué tratamientos existen para el acné?

El acné es una enfermedad que tiene un tratamiento muy eficaz. La gran mayoría
de los acnés mejoran sólo con algunas medidas higiénicas y tratamientos locales. Los
acnés más graves, aquellos con gran tendencia a la inflamación o a formar cicatrices y
aquellos que producen gran impacto psicológico en el paciente son tratados con
medicamentos orales diversos.

La higiene corporal es muy importante. Es aconsejable lavar la cara dos veces al


día con un jabón adecuado para reducir el exceso de secreción sebácea. Con frecuencia
esta simple medida evita la obstrucción de los folículos y la aparición de lesiones.

También es aconsejable lavar el cabello con frecuencia. Cuanto más graso sea el
cabello, más frecuentes deben ser los lavados. El pelo debe mantenerse alejado de la
frente, es decir, no es aconsejable el flequillo, ya que puede contribuir al taponamiento
de los poros. Tampoco se deben usar aceites ni acondicionadores para el pelo. Si tiene
caspa deberá advertirlo a su dermatólogo. Se pueden aplicar cosméticos en la cara, pero
han de ser recomendados por el dermatólogo, y/o farmacéutico, que no contribuyan a
engrasar más la piel y a facilitar la formación de comedones.

Los hombres con Acné en la región de la barba, deben ensayar la maquinilla


eléctrica o las hojas de afeitar para ver cual es la más conveniente. El afeitado deber ser

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lo más suave posible para no “tallar” los granos, y la cuchilla debe ser lo más afilada
posible.

Las espinillas y lesiones inflamatorias no deben tocarse ya que cualquier trauma


sobre la piel puede infectar o desgarrar la lesión y aparecer cicatrices más tarde. En
ocasiones, el dermatólogo procederá a la extracción de espinillas si se requiere. Algunos
pacientes con acné tienen muchas lesiones inflamatorias (granos duros o internos). En
estos casos, se infiltran las lesiones con medicamentos anti-inflamatorios.

Los preparados tópicos recetados por el médico se han de aplicar con constancia,
unos por la mañana, otros por la noche. Un producto muy eficaz es la tretinoina tópica
por su acción expulsante de los comedones existentes en el folículo, ya que promueve la
descamación (efecto queratolítico). Estas cremas producen con frecuencia sequedad,
enrojecimiento y ligera descamación de la piel. Su aplicación debe ser nocturna, ya que
la tretinoina produce fotosensibilidad de la piel. Los productos con ácido glicólico son
también muy útiles tanto en la fase de tratamiento, como también en la fase de
mantenimiento. El ácido glicólico elimina la obstrucción del sebo en los poros, previene
la reobstrucción de los mismos, hidrata la piel y ejerce un suave efecto peeling. Además
el ácido glicólico tiene un efecto sinérgico con la tretinoina, acentuando su acción y
penetración.

Los medicamentos orales más empleados en el tratamiento del acné son


antibióticos orales (tetraclinicas) para disminuir las bacterias, anticonceptivos para
disminuir la secreción de sebo y ácido 13-Cis-retinoico. Este último medicamento es el
más eficaz contra el acné. Esta medicación disminuye la producción de sebo, normaliza
el proceso de queratinización folicular y es bactericida contra el P. acnes. Comienza a
hacer efecto tras 6-8 semanas de tratamiento. La duración del tratamiento es de 15-20
semanas. No debe abandonarse hasta entonces, pues si no se hace completo, el riesgo de
que salgan granos tras dejar el tratamiento aumenta.

Este medicamento es caro, produce sequedad en la piel, especialmente de los


labios y está contraindicado en el embarazo. Se aconseja que las mujeres en edad de
procrear que están sometidas a este tratamiento, utilicen medidas anticonceptivas
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durante el tratamiento y hasta un mes después de finalizado el mismo. Esto se hace
porque el medicamento puede producir malformaciones fetales si se toma durante el
embarazo. No obstante, el medicamento NO tiene ninguna repercusión sobre el
embarazo transcurridos 15-30 días de su interrupción puesto que se elimina totalmente
del organismo muy rápidamente. También es aconsejable durante el tratamiento hacer
análisis de colesterol y de las transaminasas. Los pacientes en tratamiento con ácido 13-
Cis-retinoico NO deben tomar el sol en exceso, ni estar en ambientes muy cargados de
calor, ya que cuando se toma este medicamento la piel se enrojece con mucha facilidad.
Las mejorías que produce este medicamento suelen ser prolongadas. Los pacientes
deben abstenerse de chuparse los labios, puesto que la humedad de la saliva, induce
mayor sequedad labial. En cambio, es aconsejable el uso de barras labiales específicas
para aliviar el problema.

Peelings.

Algunos pacientes con acné presentan cicatrices inestéticas (hoyuelos, manchas


rojizas), particularmente en la cara y en la espalda. Estas cicatrices pueden mejorarse
considerablemente mediante un peeling químico con ácido glicólico (Glicopeel).

¿Qué es Glicopeel?

Es un procedimiento médico mediante el cual se aplica sobre la piel de la cara


una loción concentrada de Ácido Glicólico por un período de tiempo determinado. Este
peeling contribuye a eliminar los granos, espinillas y cicatrices, así como a acelerar la
respuesta benéfica de los tratamientos tópicos y orales que se emplean para el acné. Esto
se debe a que el ácido glicólico tiene varias acciones. En primer lugar, disminuye el
exceso de queratina a nivel de los folículos pilosebáceos, contribuyendo a desatascar el
poro obstruido. En segundo lugar, elimina por ligera exfoliación la capa más externa de
la piel, en la estimulación de la síntesis de colágeno propio, elastina y otras sustancias
dérmicas, con el fin de normalizar la piel y rellenar las cicatrices. Esto explica que las
personas que emplean productos con ácido glicólico tengan una piel lisa, tersa, suave
sin impurezas. El procedimiento es muy sencillo y carente de efectos secundarios,
incluso puede emplearse durante el embarazo. Consiste en aplicar durante unos minutos
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una solución de Ácido Glicólico al 70% sobre la piel de la cara cada 15-30 días, hasta
un total de 10-12 veces. Posteriormente se efectúa un tratamiento de mantenimiento
cada 2-3 meses. Este procedimiento puede repetirse las veces que desee. No quema ni
enrojece la cara y el paciente no pierde ni un solo día de trabajo.

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