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Luis M Pernía S (Eudista)

Santa Rosa de Lima, 26/05/11


Ensayo N° 10
La Institución de la Eucaristía
En esta oportunidad, su Santidad el Papa Benedicto XVI Jesús de Nazaret, nos presenta
para este nuevo capítulo uno de los legados más hermosos que nos ha concedido nuestro
Señor, ubicado en los sinópticos La Institución de la Eucaristía, junto a este tema, el Papa
plantea tres temas claves para comprender lo maravilloso de este pasaje; explica según los
evangelios sinópticos y algunos exégetas cómo se instituye la Eucaristía, junto a ello, el
trasfondo bíblico de las Palabras y Gestos con que Jesús se entregó como Cuerpo y Sangre;
unido al carácter histórico-salvífico que tiene los sinópticos… el segundo tema que explica el
papa tiene que ver con las Palabras propiamente de la Institución, dentro de este tema se
presentan las Oraciones según los ritos judíos afianzándose en la Acción de Gracias, y por
último, el papa se énfasis en el rito de la Celebración de la Eucaristía como tal, confrontando
a los padres de la Iglesia junto al el didaché, también habla sobre el domingo como “Día del
Señor”.
A este propósito, podemos recordar las palabras de Pablo VI en la Encíclica sobre la
Eucaristía Mysterium Fidei (3-XI-1965): “.... que la Eucaristía es un altísimo misterio”; y en
este sentido tenemos en el misterio eucarístico una síntesis de la revelación. Como afirma
Alois Stöger, un exegeta católico que en la Santísima Eucaristía tenemos todo lo que Dios ha
hecho y hará en la historia de la salvación.
Entre los datos coincidentes en todas las tradiciones, y que podemos considerar como
fundamentales, está el hecho de que Jesús pronunció una plegaria de bendición sobre el pan y
otra sobre el cáliz. La bendición sobre el pan coincidiría con la breve berakah antes de
comenzar propiamente la comida, mientras que la bendición sobre el cáliz tendría lugar tras la
comida, en el momento de elevar el cáliz, que es llamado por eso copa de bendición. Por otra
parte, puede indicar la importancia que fue tomando en la Iglesia primitiva esta bendición
sobre la del pan.53 En la mentalidad israelita, la bendición procede, en principio, de Dios. Él
es quien puede verdaderamente bendecir y dar la salvación y la vida, pues él es el autor de la
vida, el Dios viviente. Así bendice, después de la creación, al hombre y a la mujer (Gen 1,28),
a Noé (Gen 9,1) a Abraham (Gen 12,2-3), a David (2 Sam 7,29). En estos casos, la bendición
lleva consigo una promesa de fecundidad, de larga descendencia. Este es el núcleo del
sacramento central de la Iglesia, la Eucaristía. Cristo Jesús entregó a su Iglesia, como el más
preciado bien que podía darle, el sacramento del Pan y del Vino.

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