Professional Documents
Culture Documents
Tipos de familias
- Familias de Pas de deux: Familias que se componen de solo dos miembros.
Se puede suponer que con probabilidad estas dos partes están muy apegadas.
Si se trata de madre e hijo, es posible que éste pase mucho tiempo en compañía
de adultos, poco tiempo con niños de su edad, provocando así que tengan
menos cosas en común y quizás desventaja en juegos físicos.
El resultado de esto puede ser un tipo de vinculación intensa que alimente al
mismo tiempo la mutua dependencia y el resentimiento recíproco. En estos
casos el terapeuta debe observar que la unión excesiva disminuye las
capacidades de adaptación de los miembros, por lo cual deberá planear
intervenciones para determinar una frontera entre los componentes de la familia
al tiempo que cancelará las que mantienen a cada uno de estos individuos
desvinculados de otras personas.
- Familias con soporte: Cuando se es una familia con varios hijos, por lo
común, uno de ellos, por lo regular los mayores, reciben responsabilidades
parentales. El hijo parental entonces, toma sobre si funciones de crianza de los
demás niños, como “representante” de los padres. El hijo parental es puesto en
una situación que lo excluye del subsistema de los hermanos y lo eleva hasta el
subsistema parental. Esta situación tiene aspectos atractivos, puesto que el niño
tiene acceso directo a los progenitores; además, puede promover sus
habilidades ejecutivas.
Existe el peligro potencial de que los hijos parentales contraigan síntomas
cuando se descargan sobre sus hombros responsabilidades superiores a sus
fuerzas o no se les confiere autoridad que les permitiera ponerlas en práctica.
Cuando estas familias tienen varios hijos, el subsistema de los hermanos puede
llegar a ser un contexto importante que permita iniciar la organización de una
nueva configuración familiar y crear fronteras significativas.
En familias en que los niños son maltratados, el sistema no puede controlar las
respuestas destructivas de los padres hacia los hijos. Por lo común, esos
progenitores carecen de sistemas de apoyo. Crían a sus hijos como ellos fueron
educados y repiten patrones de crianza. La familia se convierte en el único
campo en que el progenitor puede desplegar poder y capacidad, y esta
restricción excesiva aflora como agresión. Así como las personas sólo se
pueden golpear si se entrevera, sólo los subsistemas unidos en demasía tienden
a producir padres que infligen maltrato.
En los dos tipos de familia los niños sufren de fobias escolares. En uno de ellos,
la fobia a la escuela manifiesta una organización delincuencial. En el otro, la
unión excesiva entre el niño y uno de los miembros de la familia ata al niño y lo
hace permanecer en la casa como compañero.
BIBLIOGRAFÍA:
Técnicas en Terapia Familias. Minuchin.
Características genérales de la familia funcional.
Son dialécticas
Aquellas en las que hay un crecimiento y maduración con los
acontecimientos que vive la familia. En ellos van a surgir circunstancias que
promuevan su crecimiento individual y grupal, y así van a aparecer en
determinado momento de su existencia crisis y contradicciones. Ninguna familia
permanece estática dado que su historia es un permanente devenir.
Son dinámicas
Aproximación e interacción de los miembros, integra similares sucesos
familiares por lo tanto, cada uno de sus integrantes puede definir y hasta
pronosticar la posición, el comportamiento, las alianzas estratégicas, los
sentimientos, las conductas reactivas, etc., de los demás miembros en base a la
historia que los une y por el rol que les ha tocado desempeñar en el interior de
su propia familia.
Son relativas
Es decir, toda familia surge en un determinado momento histórico (muerte
de algún familiar, enfermedad, divorcio, etc.) y les brinda a sus integrantes
protección, seguridad, afecto, expectativas para su desarrollo, como también
contradictoriamente puede iniciar, desarrollar e implementar una serie de
mecanismos psicológicos que hacen que se mantengan una serie de
comportamientos no funcionales para sus integrantes y que convierten a la
Familia Funcional en Disfuncional, (podemos mencionar a las familias
psicosomáticas) es decir nociva para el desarrollo saludable de sus integrantes.
La familia disfuncional.
La familia Disfuncional se define como un “Un patrón de conductas
desadaptativas e indeterminadas que presenta de manera permanente uno o
varios integrantes de una familia y que al relacionarse con sus miembros genera
un clima propicio para el surgimiento de patologías específicas o inespecíficas”
Dentro de este concepto encontramos las siguientes características:
Hay que considerar sin embargo que las alteraciones, crisis, problemas y
conflictos que puede vivir una familia, no la convierten en disfuncional por cuanto
estos son los acontecimientos transitorios, naturales o accidentales que suelen
vivir el común de los grupos familiares en ciertos momentos de su historia, los
cuales una vez transcurridos y movilizados los recursos recobran su
homeostasis y armonía sin haber ingresado en ningún momento en la categoría
de la disfuncionalidad familiar.
Parejas en conflicto abierto: Este tipo de parejas llevan un tipo más fluido de
comunicación en la toma de decisiones y negociación, la llevan sin
intermediarios y expresan de manera clara y explicita su deseo de separación.
Se dice que comúnmente este tipo de parejas, aun después de la disposición de
negociar, se pueden quedar inconformes con las decisiones tomadas, dando pie
para que en el futuro se puedan dar nuevos litigios.
Ahora cabe mencionar los tipos de conflictos maritales, para esto Lisa Parkinson
en 1987 establece otras tipologías de los conflictos de divorcio, de los cuales
define los siguientes:
Enganche tenaz: un cónyuge intenta dejar al otro, mientras que éste hace lo
posible por evitarlo, para esto puede hacer uso de chantaje emocional como
intentos de suicidio y lastimarse a si mismo. En ocasiones el que abandona
sentirá el impulso de regresar a la relación, pero generalmente este tipo de
reconciliaciones son poco duraderas y después de separarse de nuevo la
persona se sentirá mas agraviada.
Por otra parte “Aquellas conductas que producen a las víctimas desvalorización
o sufrimiento y es generalmente percibido como tanto o más difícil de soportar
que el maltrato físico”. Algunos autores han clasificado seis tipos de maltrato
psicológico” es la concepción que se da al maltrato psicológico, el cual incluye
algunas manifestaciones como son; Ridiculización, amenazas verbales o
insultos, aislamiento social y económico, celos/posesividad, amenazas verbales
de maltrato, daño físico o tortura, amenaza repetida de divorcio, abandono o de
tener una aventura con otra persona y destrucción o daño a objetos personales
a los que se tiene cierto apego o cariño.
Ahora bien, aunado a esto, se considera que el maltrato sexual se define como:
“cualquier intimidad sexual forzada (por intimidación, coacción o estado de
inconsciencia/indefensión) por parte del marido o compañero, no limitándose a
la penetración vaginal o anal forzada, por lo que incluye sexo oral y la
penetración por objetos e instrumentos”.
2. Primera etapa escolar (5-8 años). Más conscientes de los motivos y razones
de los adultos. Suelen mostrar sentimientos de rechazo, abandono y miedo.
Ante los conflictos de lealtad pueden reaccionar defensivamente llegando
incluso a manejar la relación con uno de los padres, tristeza manifiesta,
angustia, depresión reactiva, sollozos, nostalgia por el padre que se va. Ardiente
deseo de estar con el progenitor ausente. Fantasías de ser el responsable del
divorcio. Tienen mayores fantasías de reconciliación, de retorno de este padre
ausente, acentuada disminución del rendimiento escolar y cambios en el
comportamiento escolar y social. Cólera, conflicto de lealtades.
La mediación familiar
Señala entre otros beneficios la mejora de la comunicación entre los
miembros de la familia, la reducción de los conflictos entre las partes en
desacuerdo, el favorecimiento de convenios amistosos y el mantenimiento de
relaciones personales entre padres e hijos. La mediación no es un recurso
nuevo para la resolución de los conflictos. Ha existido siempre. La historia está
llena de ejemplos en los que algunas personas de la comunidad, como los
líderes religiosos o personas con autoridad e influencia, actuaban como
instancia directa cuando se acudía a ellos en busca de la resolución de los
conflictos, cuando estos se presentaban.
En las macro historias de los pueblos en conflicto como en las micro historias de
los pequeños grupos humanos ha dominado el paradigma ganador / perdedor,
de tal forma que, en virtud de su internalización en el inconsciente colectivo e
individual, ha permeabilizado los esquemas mentales y actitudinales con los que
los seres humanos buscan la solución a los conflictos. Hemos sido socializados
más en la fuerza o razón del poder que en el poder de la razón. Este modelo
cultural favorece y desarrolla, desde una perspectiva etnocéntrica, el punto de
vista personal como el verdadero, el justo, el adecuado, el conveniente.
El tercer efecto tiene que ver, por una parte, con el aprendizaje de las «armas
legales» que tiene lugar durante el largo recorrido por el que puede pasar una
pareja: medidas provisionales, separación, divorcio, ejecución de sentencia,
modificación de medidas, apelaciones, etc. y, por otra parte, con sustituir las
normas que conducen las relaciones familiares por las normas legales,
generándose así una interminable dependencia judicial. Las formas tradicionales
de regulación de los conflictos están en crisis.
Se precisa de una nueva cultura, la «cultura del acuerdo» que prime el diálogo,
la visión bidireccional de los puntos de vista, la empatía, la convergencia y el
descubrimiento de los intereses comunes, la salvaguarda de las relaciones
interpersonales, la colaboración, la confianza interpersonal, el consenso y el
acuerdo. Subrayar más aquellos puntos que unen que los que separan. Los
conflictos se resuelven con los acuerdos y se enquistan con los enfrentamientos.
4. Cuando una vez separados, los padres quieren retomar y reelaborar los
acuerdos contenidos en el convenio regulador, lo que puede suceder en uno de
los tres supuestos siguientes:
– Porque ha cambiado alguna circunstancia de uno o de ambos cónyuges.
– Porque los acuerdos tomados ya no se ajustan a las nuevas circunstancias de
los hijos.
– Porque han surgido aspectos puntuales no previstos en el convenio regulador.
Llevados por la angustia, los padres recurren a los hijos, las más de las veces
sin previa reflexión sobre sus efectos, en busca de apoyo y ayuda, lo que
supone agregar sobre los débiles hombros de éstos una carga demasiado
pesada, y, cuando no, los utilizan, unas veces, como chivos expiatorios sobre los
que descargan toda su agresividad y, otras, como puentes para enviar a través
de los mismos, a vuelta de correo, las facturas pendientes, es decir, las mutuas
frustraciones, decepciones y solapados desquites.
Primero: El ajuste emocional de los padres. Los hijos no sufren tanto por la
separación de sus padres cuanto por la mala o inadecuada relación que éstos
manifiestan ante ellos.
Cuanto más cordial, controlada y coordinada sea la relación de los padres,
mayor serenidad y estabilidad generan en los hijos a pesar de la separación. El
éxito de los hijos en su adaptación a la separación o divorcio de sus padres «se
liga directamente a las posibilidades de ajuste emocional de los padres y a las
posibilidades de ambos de compartir, desde la distancia, la función parental»
(Navarro Góngora y J. Pereira, 2000).
Cuarto: Adaptarse a las edades y características de los hijos. Son los padres los
que mejor saben cuáles son estas circunstancias. Ello implica conocer las
reacciones y comportamientos propios, al menos a grandes rasgos, de cada
etapa, para poder contextualizar y orientar las reacciones de los hijos. De la
mano de estos presupuestos podemos responder, a título orientativo, a las
siguientes preguntas:
• ¿Cómo comunicarlo?
La respuesta al cómo viene dada por la influencia del ambiente que los propios
padres creen explícitamente en el proceso de comunicación, al que deben de
darle un tiempo concienzudo de preparación. Este ambiente debe estar
alimentado por los siguientes mensajes, que han de ser manifestados con gran
claridad y sencillez:
– Manifestar a los hijos la incondicionalidad del amor y protección de ambos
padres. Los padres seguirán siendo los protectores y responsables del futuro de
sus hijos, pase lo que pase. Ellos no han de temer por su bienestar presente y
futuro.
– Dosificar la explicación según lo precisan la edad de los hijos u otras
circunstancias de éstos. No decir o explicar más de lo que los hijos necesitan y
quieren saber.
– No dramatizar la situación, ni ocultar las dificultades existentes entre ellos
como pareja, lo que será para los padres un acicate para una mayor y mejor
dedicación entre ellos a favor de los hijos.
– Evitar toda culpabilización tanto con relación a cada miembro de la pareja
como en relación con los hijos. Ello permitirá que no se instale el sentimiento de
culpa y como consecuencia no se bloqueen las relaciones.
– No dar pie a encuentros o a conversaciones con los hijos que les sugieran la
esperanza de la vuelta o del reencuentro. El divorcio, en principio, es
permanente.
– Proyectar a los hijos el mensaje de que la decisión de la separación es de los
padres y no de ellos. A los hijos no se les debe permitir que tomen partido al
respecto ni darles pie para que esto suceda.
– No provocar ni admitir que los hijos se conviertan en portavoces para hacer
llegar mensajes al otro padre. Es necesario:
– Transmitir a los hijos que los criterios educativos y normas a seguir
continuarán siendo de decisión de los dos.
-Evitar pautas de autoridad que sean básicamente distintas y contradictorias
cuando los hijos están con el otro progenitor, que observa el régimen de visitas.
– Mantener con los hijos las celebraciones rituales al uso: cumpleaños, algunas
fiestas, comidas, salidas, etc.
– Mantener regularmente por parte del padre no custodio el régimen de visitas
que le toca observar, sobre todo cuando los hijos tienen pocos años,
prolongando las mismas pautas de conducta que el otro progenitor sigue de
ordinario.
- Evitar expresar ante los hijos las quejas que se pueda tener del otro progenitor
y no dar pie a que cualquiera de los hijos se crea en el deber de suplir la figura
del padre o madre ausente.
– Preservar la buena imagen de ambas figuras parentales a los ojos de los hijos.
– Preservar, en la comunicación ordinaria con los hijos, un espacio neutral para
que no se vean inducidos a tomar partido por uno de sus progenitores, ni
implicarles en un posible conflicto judicial.
– Transmitir con claridad y firmeza a los hijos menores, que existen límites y que
las resoluciones judiciales son de obligado cumplimiento también para ellos.
– Observar explícitamente las posibles conductas que los hijos puedan tener
como reacción ante la decisión de los padres de separarse, para así poder
actuar en consecuencia.
Primeros auxilios psicológicos
La meta principal de los primeros auxilios psicológicos es reestablecer el
enfrentamiento inmediato. Existen tres submetas de los primeros auxilios
psicológicos que dan dirección a la actitud del asistente; proporciona apoyo,
reducir la mortalidad y enlace con fuentes de asistencia.
Programa de intervención
1. ACERCAMIENTO A LA ESCENA
Si: Si:
• La mortalidad es baja • La mortalidad es alta:
• La persona puede actuar • La persona no puede actuar en su propio
en su propio beneficio; y beneficio; o se cometió algún maltrato
La actitud facilitadota, que va: físico ; después la actitud directiva, que
va:
De:
El análisis/el apoyo verbal De:
(mediación) La movilización activa de recursos
(canalización)
A: el consejo (gestión, orientación)
A: el control (aprehensión, hospitalización,
arbitraje)
3. SEGUIMIENTO
Nombre, número telefónico, domicilio de los contendientes, acuerdo de que el ciudadano volverá a llamar,
el mediador, terapeuta, trabajador social, el trabajador de salud mental, etcétera vuelva a llamar
Valoración
Se utiliza cuando el sujeto ya se encuentra dentro de la intervención de segunda
instancia se empieza con la Valoración que percibe el sujeto del problema por
medio del perfil CASIC, éste con el fin de que la persona identifique en forma
detallada sus emociones, conductas, relaciones interpersonales, su cognición y
estado físico que a sufrido por la crisis, esto nos dará el punto de partida para
permitirnos saber el estado en el que se encuentra el usuario al inicio de la
terapia.
Entrevista Clínica
Se deberá realizar una entrevista clínica que nos permitirá obtener otras fuentes
de información, guiándonos por medio del Cuestionario para Crisis, ésta abarca
información desde los incidentes precipitantes, presentación del problema
entorno a la crisis, funcionamiento del CASIC previo a la crisis y posterior a la
crisis.(Cuestionario de la Crisis anexo no.sd) El cuestionario está dividido en
cinco fases, el primero es Incidente precipitante, es importante saber qué pasó
para que se desencadenara la crisis, se da atención particular a cuándo ocurrió
y quién estuvo implicado. La siguiente parte del cuestionario es la presentación
del problema tiene el fin de que el paciente haga un resumen de los problemas
del usuario en el momento de su remisión. La tercera parte de la entrevista
determina el efecto de la crisis en la familia, grupo social inmediato y viceversa.
El funcionamiento CASIC previo y posterior a la crisis el usuario realiza una
breve historia acerca del desarrollo antes y después de la crisis, ya que es
necesario a fin de apreciar de modo completo la desorganización y el
desequilibrio que sigue a un incidente precipitante particular.
La entrevista clínica es una herramienta más para el terapeuta ya que profundiza
en el problema y da información para entender la situación de la persona,
también especifica y detalla sus emociones antes y después del suceso
precipitador de crisis por medio del perfil CASIC, esto para poder identificar el
grado de desorganización que tuvo la persona por el divorcio específicamente.
Determinantes de Prioridades
Es importante recordar que cada paciente presentara problemas y
desafíos únicos, y que el orden de la consumación de las tareas variará de un
caso a otro. Al distribuir las energías terapéuticas se debe considerar y
determinar cuáles son los problemas más relevantes para el usuario, después
considerar al comienzo una actividad para la resolución de la crisis siendo lo
más susceptible al cambio inmediato, aunado a eso se debe de buscar alguna
otra actividad para la resolución que parezca responder a la mayoría de las
variantes en la desorganización del usuario. Y por último consagrar atención en
las primeras sesiones de la terapia para crisis, a cualquier actividad que, si se
descuida puede reducir la opción de un paciente en las semanas. Hablando
concretamente de crisis por un divorcio se pueden llevar acabo actividades con
respecto a la comunicación y trato con la ex pareja si es que existen hijos de por
medio, también se pueden llevar acabo actividades que refieran la convivencia
adecuada con los hijos.