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APRENDAMOS A TRABAJAR EN EQUIPO

Por Eliseo Martínez


Usado con permiso

INTRODUCCIÓN:
Los tiempos en que vivimos constituyen una época que está demás decirlo, es un tiempo
sumamente complejo. Tan acelerado y cambiante y es que no hay trabajo alguno; que no
requiera especializaciones. El pastorado no se escapa a esa realidad. Esta realidad nos exige
pensar seriamente en un grave problema de formación: pastores únicos, individualistas que
enfrentan su trabajo en una x iglesia, como “El Pastor”. No se ven así mismos como uno de los
pastores en un equipo ministerial. Los pastores en un alto porcentaje necesitamos aprender a
trabajar en equipo.

Hay preguntas que necesitan ser contestadas:


• ¿Por qué frecuentemente nos encontramos grupos que no logran desarrollar un trabajo
armonioso?
• ¿Qué hace un grupo considerado exitoso?

Saber trabajar en equipo es esencial hoy en día, requiere disponibilidad al aprendizaje diario, de
manera constante, sin importar el costo que demanda el realizarlo.

El grupo apostólico nos ilustra perfectamente este aprendizaje, fueron llamados por nuestro
Señor, Marcos 3:13-19, para que estuviesen con él y para enviarles a predicar. Mientras
estuvieron con Cristo manifestaron la falta de armonía entre ellos. Pero en el libro de Hechos se
destaca su unidad llevando adelante la expansión del evangelio y el reino de dios, tanto así que
se dice de la iglesia que perseveraba en la enseñanza de los apóstoles, (Hechos 2:41-47). Según
Marcos 3:13-19, Jesús llamó a los apóstoles para que estuviesen con él, mandarles a predicar el
evangelio, les dio autoridad para sanar y echar fuera demonios. Jesús nunca desarrolló su
ministerio en solitario, Juan 4:1-2 nos informa: Cuando Jesús se enteró de que los fariseos
habían oído que Jesús hacía y bautizaba más que Juan. (Aunque Jesús mismo no bautizaba, sino
sus discípulos), (RVA).

Cuando revisamos el ministerio de Pablo encontramos que siempre trabajó en equipo, se puede
ver en sus cartas. Si Jesús desarrollo su ministerio en equipo, si Pablo trabajó en equipo, ¿Qué
esperamos nosotros? La pregunta que deseo responder brevemente es: ¿Qué necesitamos
aprender para trabajar en un equipo, como un equipo?

1. Necesitamos aprender a renunciar a nuestros intereses personales y concentrar nuestras


habilidades en metas comunes al equipo.
Nos hacemos más creativos, cuando concentramos nuestro trabajo, en alcanzar las metas
comunes que son la razón por la que existimos como equipo. Aprovechamos más la energía, las
ideas, nos fortalecemos unos a otros y rechazamos el egoísmo.

El egoísmo es pura egolatría (culto al yo), es la base de toda actitud competitiva entre nosotros y
no permite que trabajemos en armonía, como lo enseña 1 Corintios 12. La tesis de Pablo en este
texto es que somos (la iglesia) un cuerpo formado por muchos miembros, pero cada miembro
con una función específica contribuyendo a la edificación de todo el cuerpo.

Cuando un miembro de un equipo de trabajo logra tener como prioridad el trabajar en equipo;
cada día enfrenta el tener que rechazar todo vestigio de egoísmo y sin miramientos sacrificar sus
intereses, por el bienestar del equipo y su trabajo.

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2. Necesitamos aprender a escuchar a los demás y ser así parte efectiva de un equipo.

El saber escuchar nos permite ser recolectores de valiosa información, además hace sentirse
importante a quien es escuchado. Santiago en su carta sapiensal destaca en uno de sus
proverbios la importancia del saber escuchar (1:19) leamos: “sabed, mis amados hermanos:
Todo hombre sea pronto para oír, lento para hablar y lento para la ira;” (RVA). El ser pronto
para oír, significa que entendemos a cabalidad lo que se dice, significa que no reaccionamos a la
ligera por lo que se nos está diciendo. Esta realidad es evidente en las reuniones de trabajo, en
las cuales no escuchamos las ideas de los demás, por estar pensando que vamos a decir y
hacemos un gran esfuerzo por imponer las ideas propias.

Debemos recordar que cada miembro de un equipo tiene una manera diferente de pensar, tiene
una perspectiva diferente de la vida y de su problemática. Su metodología de trabajo es
diferente. Esto hace muy necesario el saber escucharles para comprender sus puntos de vistas.
Un escritor dice: No olvidemos que todo punto de vista es la vista de un punto. También
debemos aceptar como verdad inevitable: la única manera de ganar el derecho de ser oídos es
asumiendo el deber de saber escuchar. Las tensiones y aún los resentimientos desaparecen
cuando escuchamos con comprensión a los demás, saber escuchar es saber interpretar con
exactitud lo que se nos está diciendo.

3. Para que un equipo sea exitoso, necesitamos aprender a ser leales.

Un diccionario de sinónimos nos ofrece los términos equivalentes: fiel, recto, constante, seguro,
fidedigno, confiable. Si somos leales 100%, el resto del equipo confiará en que cuenta con
nosotros el 100%. Pablo tomó en cuenta esta cualidad para quienes fuesen seleccionados para
ser capacitados para facilitar el proceso de la transferencia de la vida cristiana (discipulado).
Pablo instruye a Timoteo, que seleccione hombres fieles, leales, hombres fidedignos, confiables:
“Lo que oíste de parte mía mediante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean
idóneos para enseñar también a otros.” 2 Timoteo 2:2 (RVA) La palabra idóneo hace relación
al hecho de ser habilidoso.

¿Cuándo se tiene la certeza, de que una persona es leal? Cuando las cosas no salen bien y se
habla de abandonar la lucha, cuando hay que tomar riesgos. Pablo, al final de su ministerio,
resalta la lealtad del Dr. Lucas, cuando al escribir su última carta, casi al final afirmó: “solo
Lucas está conmigo” (2 Timoteo 4:11), en mi primera defensa ninguno estuvo a mi lado, si no
que todos me desampararon;…(4:16)
Carlos R. Erdman, comenta:
“El apóstol tenía desde luego otros amigos en Roma a los que menciona luego, pero
ningún otro estaba dispuesto a compartir con él los rigores y peligros del
encarcelamiento.” Lucas es el tipo de persona que se necesita en un equipo de trabajo
exitoso.

4. necesitamos aprender a, aceptar nuestra diferencias de temperamento, carácter y


talento.

El temperamento, según Tim LaHaye, provee a cada uno de los seres humanos de las cualidades
de singularidad, únicas en su género, y que la hacen tan individualmente diferente de sus
congéneres como diferentes son las formas que Dios ideo para los cristales de los copos de
nieve. Esta realidad hace que el individualismo sea natural y ocasione las debilidades en un
equipo. El temperamento lo heredamos de nuestros padres; pero el carácter, es el temperamento
modificado, es el resultado de la formación que recibimos de nuestros padres, de la escuela, la
iglesia y la comunidad.

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Algunas evidencias del carácter son las actitudes, que planteamos ante las diversas formas
situacionales que ofrece la vida. En cuanto al talento, inteligencia, genio, capacidad, habilidad
(Diccionario de sinónimos) sabemos que Dios no hizo dos seres humanos iguales, así que
necesitamos aceptarnos tal como somos y poner nuestro empeño en hacer del equipo una
cohesión.

En Filipenses 2:2, Pablo dice: “completad mi gozo a fin de que penséis de la misma manera,
teniendo el mismo amor, unánimes, pensando en una misma cosa.” ¿Es esto posible? Pablo
mismo continua diciendo: “No hagáis nada por rivalidad ni por vanagloria, sino estimad
humildemente a los demás como superiores a vosotros mismos; no considerando cada cual
solamente los intereses propios, sino considerando cada uno también los intereses de las
demás” (2:3-4).

Nuestras diferencias hacen muchas veces difícil el poder llevarnos bien. Maxwell, en su libro,
“Aprecie las personas”; nos comparte cualidades necesarias para trabajar más eficiente aún con
personas problemáticas:
• Ámelas incondicionalmente.
• Pídale a Dios que les de sabiduría para tratar con ellas.
• Mantenga usted mismo una buena salud emocional.

En el libro, como alcanzar tu máximo potencial leemos: las personas que comparten un mismo
rumbo llegarán a donde lo deseen por que van apoyándose mutuamente. (pág. 77).

5. Aprendamos a desarrollar nuestra capacidad.

Nuestra capacidad o suficiencia debe ser desarrollada permanentemente. Por experiencia puedo
afirmar que una manera de lograr desarrollar nuestra capacidad es la lectura de libros
excelentes, relacionados con el tema. Recomendamos autores como Maxwell, Hunter, Lencione,
etc. Maxwell dice: “Creo firmemente en el potencial, todos los días trabajo en desarrollar el
mío, y animo a todos en mi esfera de influencia a hacer lo mismo”.

¿Cómo trabajan las personas para desarrollar su potencial? Empiezan por hacer del crecimiento
personal una prioridad. Pablo a pesar de ser prisionero y ya un anciano, condenado a muerte,
solicita a Timoteo su hijo espiritual que le lleve libros. Esta actitud debe ser imitada por todo
aquel que forma parte de un equipo de trabajo. Alguien dijo: “Eres lo que lees”. No olvidemos
desarrollar nuestra capacidad sin descartar el ministerio del Espíritu Santo en nosotros.
Bernardo Stamateas, nos recuerda: “Tu potencial, no viene del hemisferio derecho, de los
pensamientos positivos, de la psicodanza, de la nueva era, de la psicología positiva, del mantra.
Tu potencial viene del Espíritu Santo”. Este es un poder ilimitado, el mismo que resucitó a
Cristo. Es el Espíritu Santo quien nos da dones y poder. Busquemos auto superarnos,
permitamos el control del Espíritu Santo en nosotros y así lograr la excelencia profesional de
nuestro trabajo en equipo.

Conclusión:

Parafraseando a Patrick Lencioni, diremos que la realidad sigue siendo que el trabajo en equipo
significa en última instancia la práctica perseverante de principios disciplinados. Los resultados
de un trabajo realizado por un equipo, siempre será la suprema prueba de ser un gran equipo.

eliseomartimartinez@yahoo.com

Obrero fiel: se permite la reproducción de este material siempre y cuando no se venda.

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