Professional Documents
Culture Documents
Basado en el material escrito por los Dres. Marcelino y María Eugenia Sojo
www.iglesiaderiogrande.org
Día 1
Mañana
Yo declaro con todo mi corazón que, gracias al amor y al sacrifico que Jesús hizo por mí,
hoy estoy conectado con Dios.
Día 1
Mediodía
Durante mucho tiempo pensé que estaba solo, pero hoy me doy cuenta que siempre
estuviste conmigo. Aunque no lo entendía, tu mano me protegías. Hoy me conecto contigo,
mi Dios y mi Creador, porque sé que bajo tu protección nunca se pierde, siempre se gana.
Tus hijos no son perdedores; sino que, gracias a Jesús, somos ganadores siempre.
Hoy me doy cuenta que no me puedo esconder de ti. Nada me puede separar de tí cuando
estamos conectados. Mi Dios, estoy seguro que tu mano me sostiene. En el nombre de
Jesús, amen.
Yo declaro con todo mi corazón que, gracias al amor y al sacrifico que Jesús hizo por mí,
hoy estoy conectado con Dios.
Día 1
Noche
“Tú creaste mis entrañas; me formaste en el vientre de mi madre. ¡Te alabo porque soy
una creación admirable! ¡Tus obras son maravillosas, y esto lo sé muy bien! Mis huesos
no te fueron desconocidos cuando en lo más recóndito era yo formado, cuando en lo más
profundo de la tierra era yo entretejido. Tus ojos vieron mi cuerpo en gestación: todo
estaba ya escrito en tu libro; todos mis días se estaban diseñando, aunque no existía uno
solo de ellos. ¡Cuán preciosos, oh Dios, me son tus pensamientos! ¡Cuán inmensa es la
suma de ellos! Si me propusiera contarlos, sumarían más que los granos de arena. Y si
terminara de hacerlo, aún estaría a tu lado”. (Salmos 139: 13-18)
Yo declaro con todo mi corazón que, gracias al amor y al sacrifico que Jesús hizo por mí,
gracias a su sangre, hoy estoy conectado con Dios.
Día 2
Mañana
En el nombre de Jesús, hoy me conecto con Dios, y sé que este es un día de cosas nuevas
para mi vida. Hoy es un día de respuestas favorables y cosas grandes. Puedo buscar a mi
Dios sabiendo que Él me responderá. Hoy voy a ver la respuesta de todas mis oraciones.
El Dios que creó los cielos y la tierra es mi mejor amigo. Puedo clamar a Él, porque Él está
atento a mis oraciones y yo sé que Él responderá siempre
Hoy estaré todo el día conectado con el amor de Dios, pensando en todo lo hermoso que Él
hace y alegrándome en su presencia. En el nombre de Jesús, amén.
En el nombre de Jesús, me predispongo a aprender todo lo que Dios preparó para mí.
Entiendo en estas palabras de la Biblia que tú estás comenzando a traer a mi vida cosas
grandes, extraordinarias y preciosas.
Muchas veces vino a mi mente el pensamiento que yo había nacido para el fracaso, pero no
es así. Yo estoy en tu escuela, recibiendo tus enseñanzas. Hoy recibo todo lo hermoso que
preparaste para mí. Declaro en el nombre de Jesús que yo nací para triunfar.
“Despreciado y rechazado por los hombres, varón de dolores, hecho para el sufrimiento.
Todos evitaban mirarlo; fue despreciado, y no lo estimamos”. (Isaías 53:3)
Señor Jesús, tú eres mi Rey y Dios poderoso. Hoy entiendo que recibiste el maltrato y el
desprecio de las personas. Los soldados te hirieron con la corona de espinas y la lanza en
tu costado, con los clavos en tus manos y en tus pies. Tu pueblo te despreció y abandonó.
Pero hoy sé que no fueron los únicos; yo también te desprecié todo el tiempo que estuve
desconectado de ti.
Te pido perdón por mis pecados, nunca más quiero estar desconectado de ti. Nunca más te
quiero dar la espalda ni faltar el respeto. Hoy reconozco que tú eres mi única esperanza.
Tú eres la luz que alumbra mi camino y hoy declaro que tú eres el Dios que me salva.
Hoy me conecto contigo para nunca más separarme de ti, mi Señor Jesús. Amen.
Jesús, mi Dios poderoso, yo sé que lejos de ti andaba mal: enfermo, triste y solo. Pero tú
llevaste mis cargas, dolores y enfermedades.
Hoy me conecto contigo y reconozco que tú eres mi salud, mi sanidad y mi liberación.
Renuncio a vivir enfermo y triste. Renuncio a vivir con soledad y dolor. Renuncio a vivir
afligido, porque sé que tú sufriste para que yo sea feliz. Hoy me levanto en victoria por esta
palabra: tu sufriste por mí; tu fuiste humillado para que yo viva en gozo.
En tu nombre Jesús, yo me conecto contigo y sé que tu Espíritu me revela que camino bajo
tu gracia y tu amor, desde hoy y para siempre.
Estoy sano, bendecido y prosperado. Amen.
“Él fue traspasado por nuestras rebeliones, y molido por nuestras iniquidades; sobre él
recayó el castigo, precio de nuestra paz, y gracias a sus heridas fuimos sanados”.
(Isaías 53:5)
“¿Por qué voy a inquietarme? ¿Por qué me voy a angustiar? Y todavía lo alabaré. ¡Él es
mi Salvador y mi Dios!” (Salmos 42:5)
Dios tiene el control de cada uno de mis pasos. Las cosas que me rodean, las
circunstancias externas y la batalla de pensamientos en mi mente no son la verdad de mi
vida. No voy a permitir que la presión de los enemigos me roben la alegría; hoy aprendo la
lección en estas palabras de la Biblia.
Las presiones externas no pueden robarme el gozo ni la paz. Dios es mi esperanza y mi
respuesta. El sufrimiento y la angustia no me pueden dominar. Voy a esperar en Dios,
porque mis milagros están listos. En el nombre de Jesús, amen.
“¿Por qué voy a inquietarme? ¿Por qué me voy a angustiar? Y todavía lo alabaré. ¡Él es
mi Salvador y mi Dios!” (Salmos 42:5)
Esperar en Dios es uno de los secretos más poderosos que existen, porque así estoy seguro
que no dudo de sus palabras.
Hoy mi Dios y mi Creador, me conecto contigo. La angustia y la desesperación no me
dominarán. Declaro que voy a estar bien y voy a caminar en victoria. No dependo de las
cosas que veo, sino de tus palabras. Tú tienes las respuestas a todas mis inquietudes.
No permito que ninguna presión externa me robe la paz, porque estoy conectado con Dios.
En el nombre de Jesús, amen.
“¿Por qué voy a inquietarme? ¿Por qué me voy a angustiar? Y todavía lo alabaré. ¡Él es
mi Salvador y mi Dios!” (Salmos 42:5)
Nunca más permitiré que las presiones externas me roben la paz interior, la de mi familia
y las personas que trabajan conmigo. Yo no nací para el fracaso.
Yo tengo dominio de mi mismo. Me muevo con la autoridad que me da la Biblia, el Dios
que creó el universo está conmigo. Su amor y sus ángeles me rodean. Él responde
sobrenaturalmente a todas mis oraciones. Declaro que no tengo nada que temer, porque
mis respuestas milagrosas están aprobadas desde el cielo. Yo voy a tener resultados
extraordinarios porque hoy me conecto con Dios. En el nombre de Jesús, amen.
“Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te
fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa”. (Isaías 41:10)
Hoy estoy conectado con Dios, y la maldición del temor no puede controlar mi vida. Hoy
camino con plena confianza y en victoria sobre todas las cosas. Yo sé que Dios está
conmigo. Sé que no me voy a morir todavía, sino que voy a vivir para ver y contar las
maravillas de Dios.
No voy a tenerle miedo a las desgracias que amenacen a mi familia, porque Dios me
protege. No voy a tenerle miedo a nada, ni de día ni de noche, porque la protección de
Dios está sobre mí. Nunca más voy a caminar con temor, porque los ángeles de Dios me
guardan a cada minuto todos los días. Ninguno que pretenda hacerme el mal va a lograrlo.
Declaro con todo mi corazón que no estoy solo. Estoy protegido por Dios y no le tengo
miedo a nada.
Gracias Dios por tu hermosa protección. Gracias porque guardas a mi familia de todo
peligro, y estás con ellos en todos los lugares que andan.
A cada momento de mi vida, voy a caminar confiado y seguro porque sé que no estoy solo:
camino con Jesús.
Día 5
Mediodía
“Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te
fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa”. (Isaías 41:10)
Mi Dios, no voy a estar pendiente de las malas noticias. Sé que todo lo que viene para
robarme la paz y llenarme de angustia no viene de ti, sino del enemigo. Yo sé que tú eres el
Dios que me da fuerzas; eres el que me da vida, esperanza y luz.
Rompo en este momento toda angustia y miedo en el nombre de Jesús. Todo enemigo
huye porque soy un hijo de Dios que vive lleno de paz. La gracia y la esperanza de Dios me
cubren, y sus ángeles me protegen.
Estoy conectado con Dios en el nombre de Jesús, amen.
A cada momento de mi vida, voy a caminar confiado y seguro porque sé que no estoy solo:
camino con Jesús.
Día 5
Noche
“Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te
fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa”. (Isaías 41:10)
Mi Dios, cuando yo no entendía el poder que existe en estar conectado a ti, todo lo que veía
me robaba la paz. Pero hoy, gracias a tu fortaleza y tu protección, yo declaro que nada me
va a perturbar, ni hoy ni nunca. Nada puede robarme la paz porque estoy contigo. No hay
temor ni angustia en mi corazón desde que te conocí. A partir de este momento, descanso
en tu gracia. En el nombre de Jesús, amen.
A cada momento de mi vida, voy a caminar confiado y seguro porque sé que no estoy solo:
camino con Jesús.
Día 6
Mañana
“Un abismo llama a otro abismo en el rugir de tus cascadas; todas tus ondas y tus olas se
han precipitado sobre mí.” (Salmos 42:7)
Mi Dios, estar conectado a ti es lo mejor que me ha pasado. Es el sexto día, y cada día que
pasa tengo más paz en mi corazón. Tú eres el Rey y yo te necesito.
Mi alma, mi cuerpo y mi corazón te desean. Yo sé que tú también me deseabas y me
esperaste. ¡Gracias por haber persistido hasta encontrarme! ¡Gracias por haberme amado
y siempre creído en mí! Hoy Dios te necesito y te adoro. Tus olas de amor me cubren,
porque estamos conectados.
• Conectado con Dios soy como una fuente de agua que da vida.
• Conectado con Dios, lo deseo y sé que Él me desea también.
• Conectado con Dios, bebo de su agua viva.
• Conectado con Dios, estoy lleno de paz, gozo y victoria.
• Conectado con Dios, todos mis problemas tienen solución.
• Conectado con Dios, estoy bendecido y prosperado.
• Conectado con Dios, el Espíritu Santo ministra a mi espíritu.
• Conectado con Dios, ambos nos anhelamos profundamente.
“Un abismo llama a otro abismo en el rugir de tus cascadas; todas tus ondas y tus olas se
han precipitado sobre mí.” (Salmos 42:7)
Mi Dios, tus olas de bendición vienen a mi vida. Hoy te deseo, te amo y te adoro, y me doy
cuenta que tu presencia está conmigo. Te llamo en el nombre de Jesús, porque te necesito.
Tú me deseas, y yo a ti. Tu olas de amor y compasión me cubren por completo. Gracias por
esto Señor. En el nombre de Jesús, amen.
• Conectado con Dios soy como una fuente de agua que da vida.
• Conectado con Dios, lo deseo y sé que Él me desea también.
• Conectado con Dios, bebo de su agua viva.
• Conectado con Dios, estoy lleno de paz, gozo y victoria.
• Conectado con Dios, todos mis problemas tienen solución.
• Conectado con Dios, estoy bendecido y prosperado.
• Conectado con Dios, el Espíritu Santo ministra a mi espíritu.
• Conectado con Dios, ambos nos anhelamos profundamente.
“Un abismo llama a otro abismo en el rugir de tus cascadas; todas tus ondas y tus olas se
han precipitado sobre mí”. (Salmos 42:7)
Dios, puedo oír el ruido de tus cascadas de vida; a cada segundo deseo estar contigo. Tu
eres mi Padre y eres el Creador del universo, yo reconozco que eres grande y majestuoso.
Cada día de mi vida quiero habitar junto a ti. Yo renuncio a permitir que los problemas
externos me roben la vida, la paz y aflijan mi corazón. En el nombre de Jesús, amen.
• Conectado con Dios soy como una fuente de agua que da vida.
• Conectado con Dios, lo deseo y sé que Él me desea también.
• Conectado con Dios, bebo de su agua viva.
• Conectado con Dios, estoy lleno de paz, gozo y victoria.
• Conectado con Dios, todos mis problemas tienen solución.
• Conectado con Dios, estoy bendecido y prosperado.
• Conectado con Dios, el Espíritu Santo ministra a mi espíritu.
• Conectado con Dios, ambos nos anhelamos profundamente.
Yo soy esa persona que no sigue el consejo de los malvados. Soy esa persona que ha
aprendido que vivir conectado con Dios, es lo más grande y más extraordinario que me
puede ocurrir.
Yo soy esa persona que nunca más va a seguir el ejemplo de los mediocres ni el de los
malos. Renuncio a caminar con los que quieren vivir para el pecado. No soy así ni nací
para el mal.
Mi destino es estar conectado con Dios a cada segundo de cada minuto. Cada día de mi
vida, mis pensamientos van a estar controlados por el Espíritu Santo y la Biblia. Yo soy esa
persona feliz que describe ese pasaje de la Biblia.
“[…] sino que en la ley del Señor se deleita, y día y noche medita en ella.” (Salmos 1:2)
“Es como el árbol plantado a la orilla de un río que, cuando llega su tiempo, da fruto y
sus hojas jamás se marchitan. ¡Todo cuanto hace prospera!” (Salmos 1:3)
Soy esa persona de la que habla este versículo de la Biblia. Soy como un árbol plantado
junto a las corrientes del río del Espíritu Santo.
Estoy conectado con Dios, nací para eso. El destino de mi vida es dar fruto, ésa es mi
esperanza.
El río de Dios entra en mi vida gracias al Espíritu Santo, y hace que yo pueda triunfar y que
todo me salga bien.
Nunca me voy a desconectar de su Palabra. No me voy a desconectar de aquellas personas
santas que Dios puso en mi camino para que me ayuden a crecer.
Dios no me hizo estéril. Dios no me creó para la derrota, Él me hizo para que de fruto. Al
estar conectado con Él, voy a dar mucho fruto.
¡Los tiempos de ruina y escasez se acabaron!