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Trabajo Práctico

Sobre el conflicto generado a raíz de la toma


indebida del espacio publico, denominado “Parque
Indoamericano” de la Capital Federal

Cátedra: Deontología y Derechos Humanos

Profesor: José Ignacio Ardenghi

Comisión: B

Alumnos: Arriada, Esteban; Perez, Juan Carlos.

Fecha: 20/05/2011

1 – 6 pgs.
Puntos Objetivos del TP

1.- ¿Qué Derechos Humanos entran en conflicto aparente en el presente caso?


Identifíquelos. Fundamente.

2.- A su Juicio, ¿Cuál sería la respuesta a este conflicto social a fin de preservar y
garantizar todos los Derechos Humanos en juego?¿Cuál debería ser el rol de las fuerzas
de Seguridad?

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Desarrollo del TP

1.- Podemos decir que la justicia determinó que en la toma del Parque Indoamericano
no existió delito. La titular del Juzgado en lo Penal, Contravencional y de Faltas Nº 26
porteño, María Cristina Nazar, decidió archivar la causa contra los supuestos
organizadores de la toma del predio de Villa Soldati, conocido como Parque
Indoamericano por “inexistencia de delito”. La decisión llegó después de tres meses de
que el Observatorio de Derechos Humanos de la Ciudad, la Defensoría General del
Pueblo y la Comisión de vivienda de la Legislatura se presentaran en la causa como
contraparte del Ministerio Público Fiscal. Habían argumentado precisamente que en la
toma o se tipificaba un delito, sino que la situación se había desencadenado a partir de
un problema social de pobreza y necesidades insatisfechas.

Por otra parte el fiscal general adjunto apelo la decisión de Nazar porque, según dijo,
“desestimó los pedidos de detención sin evaluar las pruebas aportadas”.
En su resolución la jueza explicó que el Parque Indoamericano es un bien público y
como tal “no puede ser poseído” puesto que “los ocupantes nunca se podrían convertir
en poseedores ni tenedores, ni podrían haber despojado a nadie de su posesión.
En este sentido reconoció que no podría ser tratado como un tema penal porque “se
puede hablar de una ocupación indebida de un espacio público, pero no se puede
sostener que se trate de un delito de usurpación porque para su configuración,
previamente el Estado debería desafectar de su dominio público el Parque
Indoamericano, situación ajena al presente caso”, puntualizó la jueza.
Estos acontecimientos retrotraen la situación a cuando el Tribunal Superior de Justicia
decidió que la competencia era penal y la causa quedaría en el juzgado de Nazar; los
hechos se juzgarían así como posibles delitos. Sus argumentos fueron los mismos que
esgrimió ayer la jueza en su fallo. Desde un comienzo, cuando la causa era tratada por
un juzgado civil (con la intervención de los jueces Roberto Gallardo y Elena Liberatori),
ellos alegaron que la ocupación del parque no era delito sino producto de la pobreza.
El art. 17 de la C.N dice: La propiedad es inviolable, y ningún habitante de la Nación
puede ser privado de ella, sino en virtud de sentencia fundada en ley. La expropiación
por causa de utilidad pública, debe ser calificada por ley y previamente indemnizada.
Sólo el Congreso impone las contribuciones que se expresan en el artículo 4º. Ningún
servicio personal es exigible, sino en virtud de ley o de sentencia fundada en ley. Todo
autor o inventor es propietario exclusivo de su obra, invento o descubrimiento, por el
término que le acuerde la ley. La confiscación de bienes queda borrada para siempre del
Código Penal argentino. Ningún cuerpo armado puede hacer requisiciones, ni exigir
auxilios de ninguna especie.
Esta claro que las personas que “ocuparon de manera indebida”, el espacio publico
denominado “Parque Indoamericano”, en ningún momento infringieron el articulo que
precede, por eso es que no se puede hablar de “delito”.

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Si podemos afirmar, que habiendo analizado la situación no existen conflictos aparentes
entre los derechos Humanos de las personas que participaron en la toma y los vecinos
de la zona, por otro lado el Estado representado por la justicia y los ejecutivos nacional
y C.A.B.A a través de las fuerzas de seguridad presentes. Siendo que el Estado no
garantizo los derechos conocidos como de “Segunda Generación” a los cuáles se los
caracteriza como derechos de realización progresiva, es decir no plenamente operativos,
y que requieren para su realización, de parte del Estado, una conducta activa, entendida
como medidas concretas que faciliten el acceso a los mismos por parte de la persona
humana. Es decir si el Estado hubiera o hubiese proveído e implementado las políticas
necesarias para el cumplimiento de los mimos, no habrían tenido lugar los lamentables
sucesos acaecidos en el espacio público.

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2.- Debemos resaltar que el conflicto estalla a través de la expresión de numerosas
familias del tipo NBI (Necesidades Básicas Insatisfechas), las cuales hasta ese momento
se encontraban habitando en villas de emergencia próximas al Parque Indoamericano.
Las condiciones en que coexistían estas familias son el hacinamiento y abandono del
Estado, valiéndose de sus propios métodos para satisfacer sus necesidades.

La marginación y el abandono que sufren estos grupos sociales, la falta de atención de


sus necesidades y la sordera estatal, conduce a este tipo de expresiones explosivas,
donde se suele vulnerar los derechos de otros a fin de reclamar o hacer valer los propios.

Para resolver el conflicto latente y evitar posteriores expresiones se debe dar respuesta a
las reales necesidades de estos grupos, generando herramientas de autogestión y
formación a fines de elevar su estatus social.

Está demostrado que en sociedades con brechas sociales tan grandes como sucede en la
Capital Federal, donde conviven autos de lujo y carros de tracción a sangre (a modo de
ejemplo), la conflictividad es mucho mayor.

Una real solución a largo plazo, a nuestro sano criterio, sería generar trabajo genuino,
educación para los menores y los adultos acorde a sus capacidades y ambiente sano.

No podemos hablar de vida digna o condiciones dignas de vida si no existe trabajo que
le de real valor a los logros obtenidos como fruto del esfuerzo personal. La educación
de los jóvenes y los adultos permitirá amplificar la “sociedad” y las buenas costumbres,
generando así un progreso genuino y autogestionado dentro de estos grupos.

En lo que hace a la resolución del conflicto y la intervención de las fuerzas de


seguridad, hace tiempo se vienen desarrollando métodos alternativos de resolución de
conflictos con múltiples técnicas y escuelas. A través de la aplicación de estos métodos
(mediación, negociación, etc.), se puede observar los reales intereses por sobre las
posiciones del conflicto, pudiendo dar respuesta a los intereses, saneando cualquier tipo
de conflicto que derive de una lectura incorrecta del actual.

Las Fuerzas de Seguridad deben brindar garantías y realizar las tareas no confrontativas
que eviten un incremento en la tensión social. Yendo al trabajo territorial, se puede
identificar a los líderes del grupo, aquellos que toman la iniciativa (que no siempre son
los voceros), buscando dialogo y coordinando acciones a fin de que exista una escalada
del conflicto (patrullajes dentro del predio, denuncias de vecinos ante abusos por parte
de integrantes del grupo, mesas de trabajo, etc.).

En las fuerzas de seguridad existen especialistas en resolución de conflictos


(mediadores y negociadores) que deben llevar adelante este tipo de intervenciones,
generando vínculos de confianza con los líderes a fin de llegar a soluciones derivadas
del dialogo y el raciocinio y no del uso pleno de la fuerza.

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No podemos dejar fuera de este análisis las situaciones políticas y mediáticas que
condicionan las intervenciones Gubernamentales y generan presiones sobre los
encargados de tomar decisiones, ya sean judiciales o ejecutivos, que terminan derivando
en reiteradas ocasiones en muertes y lesiones innecesarias, que a veces desatan una
escalada del conflicto.

Una solución para esta faz político-mediática, es objetivizar el conflicto y trabajar sobre
protocolos inflexibles en el método, pero adaptables al conflicto. Esto sólo se logra a
través de la adecuada formación de los funcionarios que intervengan y su
profesionalismo.

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