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LA MAMÁ BEBE

Dr. Ramón Graff Rojas

Rosa, una joven de 15 años, estudiante de educación secundaria, quien como todas
las jóvenes enamoradas, se olvidan de tomar precauciones a la hora de tener relaciones
sexuales con su pareja, bien, por desconocimiento de las consecuencias de una relación
sexual sin protección, o porque priva más la emoción que la razón en el momento de
realizar el coito muy común en esta edad adolescente.

Como era de esperarse, la joven estudiante salió embarazada. Durante meses ocultó
su gestación, pero el miedo que sentía agravó los síntomas del embarazo y la puso al
descubierto. Su madre, preocupada por los síntomas de su hija la llevó a consulta médica.
El examen con ultrasonido reportó embarazo de tres meses de evolución. María, que así sé
llama la madre de Rosa, sufrió un colapso emocional que fue tratado inmediatamente por el
médico. Rosa era la menor de cinco hermanos y apenas cursaba el segundo año de
educación básica.

Al llegar a casa, María informó a su esposo de lo acontecido. Después de varias


horas se sentimientos encontrados, ambos tomaron la decisión de alejar a Rosa del hogar.
La enviaron a otra ciudad lejana donde vivían los abuelos paternos. Allí estaría hasta el
momento del parto y su recuperación posterior.

La decisión de los padres de Rosa, estuvo teñida de ira y vergüenza por el hecho
sucedido. Jamás reflexionaron acerca de los riesgos del embarazo precoz, de la necesidad
de cuidados médicos y, sobre todo, el apoyo moral y afectivo que tanto necesitaría su hija
en estos momentos.

Una vez en la ciudad de los abuelos, Rosa fue sometida a control prenatal.
Cumplidos los siete meses de embarazo, Rosa presentó serias complicaciones con signos
de pre eclampsia severa, lo que ameritó su inmediata hospitalización e interrupción
prematura del embarazo ante el inminente peligro de muerte materna. Se practicó cesárea
de emergencia y se extrajo un niño prematuro con signos de alteraciones respiratorias,
propio de estos neonatos. Se mantuvo en incubadora durante un mes, lográndose su
recuperación total sin lesiones aparentes.

Rosa, por su parte, recuperó su salud física, sin embargo, su salud emocional estaba
afectada. Hizo un cuadro depresivo, con signos de hostilidad hacia sus padres y rechazo
hacia el recién nacido.

El recién nacido creció bajo el cuidado de los padres de Rosa, Ellos le dieron todo el
amor que la joven madre le negaba, sin embargo, el niño adoraba a Rosa a pesar de la
indiferencia afectiva que ella le demostraba. La expresión del niño era de tristeza y súplica
de amor materno. Al cumplir dos años de nacido, el niño presentó un cuadro febril y una
masa tumoral en la columna vertebral, la tomografía y la biopsia revelaron cáncer de
hueso. Ocho meses bajo tratamiento con quimio y radioterapia acabó con su vida.

El embarazo precoz se ha convertido en un problema social y de salud en el mundo


en esta última década. Cada año se ha venido incrementando el número de madres
adolescentes. Es muy preocupante el incremento del embarazo precoz por su alto riesgo
tanto de la madre como del feto.

El embarazo precoz es considerado una gestación de alto riesgo por la inmadurez


biológica y psicológica de la madre adolescente. Su mente y cuerpo infantil no están
capacitados para afrontar esa gran responsabilidad. Si a esta inmadurez le añadimos: el alto
grado de marginalidad social en la cual vive, su deficiente alimentación, la baja autoestima,
la inestabilidad y conflictos en su nucleo familiar y falta de educación sexual; los riesgos de
complicaciones maternas y fetales son un mal pronóstico.

La mamá bebé es, muchas veces, rechazada por el grupo familiar, obligada a
interrumpir sus estudios y resignada a ser madre soltera, por cuánto su pareja, también
adolescente, evade cualquier responsabilidad. El miedo, el aislamiento y la soledad afectiva
que sufre la madre adolescente son proyectados en forma de rechazo al embarazo y al
recién nacido con todas las consecuencias que esto significa para ella y para el niño.

Muchas son las complicaciones que presenta una madre joven durante el embarazo,
el parto y posterior al nacimiento del niño: toxemia gravídica, cesareas, infecciones,
abortos, partos prematuros, malformaciones fetales, sufrimiento y muerte fetal. Depresión
post parto y enfermedades del recién nacido.

Investigaciones recientes en psicología prenatal han demostrado una estrecha


relación entre las emociones maternas y la aparición de trastornos en la evolución del
embarazo. Tales investigaciones encontraron un elevado porcentaje de abortos, muerte
fetal y enfermedades físicas y mentales en niños cuyas madres habían rechazado su
embarazo. Las emociones negativas de la mujer hacia su embarazo alteran la calidez de
la vida intrauterina, provocan depresión fetal y un terrible miedo a nacer, cuya
manifestación posterior es el aborto, la muerte en el útero o las enfermedades después del
nacimiento.

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