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CORTE SUPREMA DE JUSTICIA

CENTRO DE CAPACITACIÓN JUDICIAL

JUICIO POR JURADOS

SEUDÓNIMO: Florcitas

CICLO 2009

1
INDICE

 Introducción 3
 La Justicia y los medios de comunicación 4
 El juicio por jurados en los distintos ordenamientos internacionales.
- Países europeos
*Inglaterra 8
*Francia 9
- América del Norte
*Estados Unidos 10
- America del Sur
*Venezuela 11
 Juicio por jurados en la República Argentina
* Antecedentes 14
 La provincia de Córdoba 19
 Los proyectos de juicio por jurados en la Provincia de Santa Fe 21
 Conclusión 25
 Bibliografía 27

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Introdución:

Es notorio el descontento de la sociedad frente a ciertos fallos judiciales, en


especial en materia penal, relacionados con la sensación de inseguridad del pueblo y
desprotección por parte del Estado.
Sorprenden los medios de comunicación cuando critican la actuación de la
justicia, sin utilizar términos jurídicos adecuados y, a su vez, parece que intentan que
el público tome partido sobre las resoluciones judiciales, sin importar el análisis
jurídico ni el encuadre legal.
Para tratar éste tema, debería efectuar consideraciones sobre la ética de los
medios de comunicación: sobre si realmente informan o pretenden confundir a su
público; sobre los errores (involuntarios o no) en los que puede recaer un magistrado
al sentenciar; sobre la sociedad, a la que encuentro en el medio de una lucha de
poderes.
Antes de avanzar, debo hacer saber que no incluiré en éste trabajo las
cuestiones políticas o económicas que podrían ser el orígen de la disociación que
antes enuncié, ya que ése no es el objeto de mi estudio.
Para explicar la problemática planteada, de todas las opciones a mi alcance,
elegí analizar mediante el presente la implementación del juicio por jurados como
solución a la disyuntiva entre la justicia y los medios de comunicación en relación a
la sociedad. Dicha selección no fue caprichosa, por el contrario, me resulta cuanto
menos curioso que siendo el juicio por jurados una institución prevista en nuestra
Constitución desde ya larga data, no ha podido al menos abrirse el debate para
ejecutar su ejercicio en el orden nacional. En contraposición, la provincia de Córdoba
ya ha sancionando la Ley correspondiente desde el año dos mil seis y la Provincia de
Santa Fe ya ha iniciado el debate.

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La Justicia y los medios de comunicación.

A diario se percibe un rechazo creciente sobre la actividad judicial, la


credibilidad del juez y los fallos que éstos emiten, generan un estado de
insatisfacción en la población por la administración de la justicia, en especial, en los
delitos que atentan contra la vida, la seguridad de las personas, el abuso de poder y la
corrupción.
No en vano se han hecho estudios estadísticos que reflejan que la
desconfianza en el sistema judicial y el reparto de justicia, la que crece a pasos
agigantados.
Innumerables agentes colaboran con ésta problemática: específicamente los
medios de comunicación aceleran decisiones, cuestionan resoluciones, en definitiva,
generan conflictos innecesarios entre la justicia y la socidad, cuando -a mi entender-
solo deberían comunicar estrictamente las decisiones del magistrado.
Además, el poder Ejecutivo acusa al Judicial, de ser el exclusivo
responsable de la inseguridad en que vive la población y también endilga parte de la
responsabilidad al Legislativo, quien -a su vez- responde, acusando por los mismos
motivos a los otros dos.
En suma, en el cruce de todas éstas situaciones, existe en un despacho
juidicial un magistrado que -con las herramientas que el poder legislativo le otorga-
intenta equilibrar los despojos sufridos por el justiciable que reclama, haciendo
cumplir la ley. El problema surge cuando aunque ése Juez se esmere y dedique en
estudiar el caso nunca alcanzará satisfacer a la ciudadanía con su resolución.
Por lo expuesto, creo que si el pueblo participa en la administración de la
justicia: a) la ciudadanía se inmiscuiría aún más en los temas violentos enmarcados
en la ley penal, se haría partícipe no sólo en el rol de víctima sino también de la
repartición de justicia, juzgando al culpable, y b) desde el otro punto de vista, la
sociedad se sentiría responsable por la suerte del imputado y por haber colaborado en
la actividad jurisdiccional.

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El juicio por jurados es una herramienta no sólo jurídica sino social, es
necesaria su implementación atento el malestar de la sociedad y la pugna constante
de los medios de comunicación que informan -en determinados casos- según su
conveniencia para lograr la agitación de la sociedad.
Según Sánchez Viamonte, “consiste en someter el veredicto de un cuerpo
de carácter popular, la culpa y la responsabilidad de los procesados por delitos, de
manera que cada miembro de ese cuerpo se determine de acuerdo con su ciencia y
conciencia a ese respecto. Los jurados no aplican el derecho. Solo se pronuncian
sobre los hechos y la imputabilidad resultante. El veredicto consiste en votar por si o
po no acerca de si el acusado es culpable. Un juez de derecho aplicará la ley,
interpretándola con arreglo a las circunstancias del caso.”1
La justicia según los medios de comunicación.
El diario “La prensa” en su edición digital del 26 de marzo del corriente
año, en una nota cuyo título fue “Mejoró la imagen de la Justicia” informó que “la
desconfianza en la justicia bajó del 87% al 79% de la pobración encuestada con
respecto al año pasado. Se cree que se debe a la independencia que han demostrado
los jueces en varios fallos recientes. La imagen de la justicia mejoró un 5,7% pee al
conflicto de poderes enmarcardo por las críticas que recibe desde el poder
político.”2
Con éste sólo párrafo, vemos que, aún habiendo mejorado el porcentaje en
un 5,7% según encuesta de la ONG Fores3, un porcentaje de 79% respecto del

1Cfr. Sanchez Viamonte, Carlos. Manual de Derecho Constitucional, Bs As, 4°


edición, Ed. Kapeluz, Pag. 292

2 Diario La Prensa, edición digital de fecha 26/3/10, “Mejoró la imagen de la justicia”.


3 Http: //www.foresjusticia.org.ar/investigaciones/ICJ/ICJObjMetod02may05.pdf. Fores, la
Escuela de Derecho de la Universidad Torcuato Di Tella, y la Fundación Libertad presentan el Índice
de Confianza en la Justicia (ICJ). El ICJ tiene como objetivo medir la evolución de la opinión pública
respecto de la administración de Justicia en Argentina. Está diseñado para captar tanto el
comportamiento posible de la población ante conflictos jurídicos concretos, como la opinión general
que tienen los ciudadanos acerca de la Justicia argentina. El Índice de Confianza en la Justicia (ICJ),
como medida de confianza, se obtiene promediando los dos subíndices (conductual y perceptual). El
valor numérico resultante es en gran medida convencional; no importa tanto su valor absoluto como
su evolución en el tiempo, que permite apreciar tendencias. El ICJ se calcula sobre la base de una
encuesta de opinión pública que se realiza cuatrimestralmente a la población mayor de 18 años de los
grandes centros urbanos del país.

5
descreimiento en la justicia es un exceso y refleja claramente la visión de la sociedad.
No olvidemos que ésta encuesta se dió en una coyuntura muy particular cuando, en
un tema político por el uso de reservas del banco central por parte de la presidenta de
la nación.
La nota continuó arrojando datos: “...según el último reporte, basado sobre
una encuesta realizada sobre mil casos en los principales centros urbanos del país,
entre el 1° y el 9° de marzo pasado, el indice de confianza en la justicia experimentó
una suba del 5,7 por ciento respecto de la anterior medición en noviembre de 2009,
y alcanzó el valor máximo de la serie desde que se comenzó a medir en junio de
2004.”
Son porcentajes que alarman y considero necesaria la incorporación del
sistema de juicio por jurados en el ámbito nacional y, en particular, en la provincia de
Santa Fe, ya que ello colaboraría a que disminuyan tan altos valores ya que la labor
del magistrado es valorada formalmente, pero no es respetada internamente por cada
ciudadano, y ello se evidencia en las encuestas antes citadas. Por ello creo que es
necesario que la población se sienta parte del poder público, ocupando un lugar como
integrante de un jurado que colaborará con el restablecimiento de la paz social,
impartiendo justicia.
La Provincia de Córdoba instituyó éste sistema de nuevas reglas, en los que
los ciudadanos se muestran conformes en participar decidiendo si existe delito o no,
aunque sin tener posibiliades de otorgar condenas, oyendo y evaluando casos de
delitos contra la vida, la seguridad y la integridad sexual. Esta es una prueba legítima
de que, para juzgar, es necesario solo portar sentido común.
En una entrevista publicada por el Diario La Nación, al anunciar la vigencia
de este nuevo sistema, el presidente del tribunal Superior de Justicia, Adán Luis
Ferrer, sostuvo que "frente al descreimiento público en los tribunales técnicos y en la
Justicia en general, incorporar la figura de los jurados populares sería la forma de
restablecer la confianza colectiva en la administración de Justicia. El juicio
-continuó- pasaría a ser un pronunciamiento realizado por los propios ciudadanos."
Según el constitucionalista y camarista Alfredo Mooney, el tribunal mixto se ocupará

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de "los hechos y del derecho". Acotó que "el jurado popular se expide según su libre
conciencia, el juez técnico falla ajustado a derecho. El jurado -destacó- es una
cultura en favor de la vida, de lo que ocurre en la vida real, en las calles que ellos
transitan con temor y esperanza. El jurado no vive en una burbuja; sus sandalias de
caminante tienen el polvo de todos los caminos." Sin embargo, existen como en
todos los temas de derecho, conclusiones contrapuestas como por ejemplo el Dr.
Augusto Belluscio, quien consideró que no existen buenos antecedentes en el
mundo: "En la justicia norteamericana los juicios por jurados son deficientes. Se
presta mucho a la influencia de los medios de comunicación", a lo que agregó:
"Existe la posibilidad de que en vez de juzgar los jueces, juzguen los medios". 4
Por otro lado, llamó mi atención la declaración, en una nota del mismo
diario que reflexionaba sobre el tema en cuestión, una entrevista a un ciudadano
común que había sido sorteado para formar parte de la experiencia del juicio por
jurados: Ercilio Carignano (de 50 años, casado, comerciante de Río Cuarto), quien
lo hizo conjuntamente con María Esther Sola (de 52 años, vecina de la localidad de
Santa Eufemia, Córdoba); pero ambos no pudieron forman parte del proyecto ya que,
ninguno de los dos contaban con el nivel secundario completo tal como lo exige la
ley. El primero manifestó: “La idea me entusiasmaba. Es la posibilidad de
participar en algo que desde afuera todos vivimos criticando. Me parece justo que la
gente común se sume a los jurados. Nos pasamos todo el tiempo criticando que la
Justicia no funciona, que la política tampoco. Es bueno poder participar".5

4 http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=96052
5 http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=96052

7
El juicio por jurados en los distintos ordenamientos
jurídicos internacionales.

El jurado, en su forma clásica, aparece como una figura jurídica procesal


típica y tradicional en el derecho inglés. En Inglaterra se presentó históricamente
como una limitación al poder monárquico y una garantía del individuo frente a los
abusos de los soberanos y de los jueces que el mismo monarca designaba en
determinado territorio, y que pasó a las colonias de América del Norte, asentándose
como unas de sus instituciones mas tradiciones al plasmarse con jerarquía
constitucional.6
A diferencia de éste, en el derecho Continental, la implementación del juicio
por jurado no tuvo el mismo arraigo sino hasta mucho tiempo después en que fue
paulatinamente implementada, con distintas variantes, en la mayor parte de Europa
Occidental y luego en algunos países latinoamericanos en la forma de jueces
escabinos (ciudadanos sin preparación en derecho, que comparten junto a jueces
profesionales permanente y letrados un veredicto sobre hechos y pautas legales que
éstos magistrados le imparten.)7 En éste modelo de jurado mixto, un conjunto de
jueces permanentes y no permanentes presencian todo el debate, deliberan y dictan
sentencia fundadamente, en forma conjunta, jueces técnicos y miembros legos,
elegidos como el jurado clásico, que constituyen un sólo colegio y discuten en un pie
de igualdad. La preponderancia de la institución del jurado, compuesto por
ciudadanos que en forma aleatoria son convocados para determinado debate de un
juicio, radica en su máxima independencia como órgano republicano, por no tener
pertenencia estable con el sistema administrativo de justicia, ni con el gobierno o
estamento ninguno de la administración del Estado, por ende, sus decisiones no
podrían nunca ser objeto de represalias políticas o disciplinarias, por ser los jurados
propiamente ajenos al sistema verticalista de la burocracia judicial instituída.
Esencialmente, es un tribunal ad-hoc, que es definido en la composición de

6 Cfr. Vazquez Rossi, Jorge. Crisis de la Justicia penal y tribunal por jurados”, Pag. 36/37
7 Cfr. Nino, Carlos Santiago. Un pais al margen de la ley. Edit. Ariel, pág. 205.

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sus miembros teniendo en cuenta el lugar donde se cometió el delito, garantizándose
mediante una selección localizada y aleatoria de un padrón conformado de acuerdo a
normas legales una independencia concreta en la decisión de un juicio determinado,
sin quebrarse el principio del juez natural que actúa como director del proceso y
garante del cumplimiento y respecto del debido proceso legal.8
En Francia para poder integrar un tribunal de jurados deben ser ciudadanos
de cualquier sexo, mayores a veintitres años, deben saber leer y escribir en francés,
gozar de derechos políticos, civiles y de familia y no deben encontrarse
comprendidos en situaciones de incompatibilidad o incapacidad. Para la ley francesa
incapaces son: los condenados a una pena superior o igual a seis meses de prisión, a
los acusados o en situación de rebeldía, prisión preventiva o arresto, a los
funcionarios o agentes del estado, etc; a los quebrados y no rehabilitados y a los
sometidos a tutela y curatela.
Allí, las funciones de jurado son incompatibles con las de miembros del
Gobierno, Parlamento, Consejo Constitucional, Consejo Superior de la Magistratura,
etc.
Pueden excusarse al ser sorteados los mayores de setenta años o quienes no
tuvieren residencia principal en el departamento sede donde se celebra el juicio,
como así los que invoquen motivos graves.
Para confeccionar las listas prestapatoria en cada comuna, el alcalde sortea a
partir de la lista electoral el triple del número fijado para la circunscripción. En París
el sorteo es realizado en cada distrito por el funcionario del Registro Civil designado.
El alcalde tiene el deber de notificar a las personas que hubieren sido seleccionadas,
soliciándoles que precisen su profesión e informándoles que pueden excusarse por
carta simple, antes de una fecha determinada (usualmente el 1° de setiembre). Al
menos treinta dias antes de la apertura de las audiencia , el primer presidente del
tribunal o su delegado sortea, en audiencia pública, los nombres de cuarenta jurados
extraídos de la lista anual para formar la lista de sesión. Sortea además la lista de
doce suplentes. Si entre los sorteados hay personas fallecidas o que no reunen

8 Cfr. Crosetti, Andres Sup.Act. 14/11/2006 La Ley 2008.

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condiciones de aptitud legal o hubieren ejercido funciones de jurado en el
departamento durante los últimos cinco años, esstos nombres son inmediatamnente
reemplazados. Se notifica a cada uno de los sorteados al menos quince dias antes del
dia de la apertura de la sesión, que se menciona en la referida notificación, al igual
que la duración prevista de la sesión y la intimación a preseentarse en fecha y lugar
determinado. Además recuerda la obligación de presentarse bajo pena de multa. Se
puede ordenar compulsivamente la presentación de quienes no hayan respondido a la
convocatoria mediante policía o gendarmería.
En América del Norte.
En Estados Unidos cada norteamericano siente un derecho inalienable a ser
sometido, en caso de delito a un juicio rápido público a cargo de un jurado imparcial
del lugar donde se cometió el crimen, pudiendo renunciarlo por escrito y bajo
consentimiento de la fiscalía y la aprobación del tribunal actuante. Su composición e
integración es distinta a los sistemas de jurados europeos continentales. Para llegar
al juicio propiamente dicho en el país del Norte, interviene un órgano llamado Gran
Jurado que tiene la misión de dar aprobación (o no) a una acusación y actúa
asumiendo un verdadero rol de acusador público. Permite que se disponga la apertura
del juicio propiamente dicho una vez que juzga sobre la procedencia de que una
investigación merezca llevarse a juicio, mediante la aplicación del principio de
oportunidad9 para luego ser el Pequeño Jurado el que tendrá la función de juzgar el
caso concreto elevado por el gran jurado.
Lo tienen establecido al sistema del gran jurado como obligatorio
diecinueve Estados para penas capitales: cinco estados y los restantes veintiseis sólo
para casos por tener mayores atribuciones de investigación y para revisar cuestiones
políticamente comprometidas, pudiendo de ésa manera el Fiscal compartir la

9 En el principio de oportunidad del sistema norteamericano, si bien ambos órganos están formados
por ciudadanos legos, es un funcionario del estado: el Fiscal que tiene a su cargo la instrucción del
caso, que incluso es elegido por el voto popular y tiene como misión juzgar y considerar cuando y en
qué caso una investigación está en condiciones de soportar el exámen del juicio por jurados ante el
pequeño jurado y entonces inicia el procedimiento de plantear su caso ante un gran jurado, que está
integrado por otro grupo de personas y sin presencia de un abogado defensor. Ese gran jurado decide
si el fiscal tiene un caso probable que merece ser juzgado por un pequeño jurado.

10
responsabilidad.10
Este jurado se compone normalmente de doce miembros, aunque se ha
admitido aquellos integrados por menos miembros (como por ejemplo el estado de
Florida) que lo integran seis miembros. En la mayoría de los distritos el veredicto del
jurado precisa necesariamente el voto unánime de sus miebros aunque el Supremo
Tribunal haya admitido la posibilidad de un resultado con sólo tres votos en contra.
Otra característica de éste jurado es que la mayoría de los estados sólo se
puede apelar la sentencia de culpabilidad por el condenado.
El pequeño jurado no tiene atribuciones investigativas o acusatorias, sino de
emitir veredicto de culpabilidad o inocencia en la audiencia de juicio, equivalente a
la función de los jurados en el sistema a implementar en nuestra Nación.
El jurado es seleccionado al azar de un padrón que excluye a los que no
saben leer y escribir o que han sido condenados por delitos graves. Se los cita por
correo y su labor es retribuída con cuarenta dólares diarios, con la facultad de ser
convocados en varios juicios que se celebren ese mismo dia, siendo que frente a su
incomparecencia está prevista una sanción de prisión. Se reúnen en una sala de
jurado y se los mantiene alejados de quienes se vinculen directa o indirectamente a la
causa en la que actúan. Culmina su labor con el veredicto que declara culable o no al
justiciado sin fundamentar pero por unanimidad en los procesos penales previo
deliberar sin límite de tiempo. 11
La intuición12 es uno de los elementos que reconoce el sistema
norteamericano como propio del veredicto o juicio de verdad del jurado.
En América del Sur.
Venezuela.
A través de una Reforma al Código Procesal Penal, se logró modificar la
estructura del Tribunal Penal, incorporando la figura del juez lego (no profesional) al
que se renombra con el vocablo “escabino”.

10 Cfr. Hendler, Edmundo S. Jurados de acusación y casos de corrupción. La Ley 1996. Pag. 1134 y
ss.
11 Cfr. Vazquez, Adolfo Roberto, El derecho. Tomo 1997, A Secc Doctrina Pag. 754.
12 A diferencia de la lógica del conocimiento racional, la intuición consiste en pretender llegar al
conocimiento del objeto de modo directo y por un acto único.

11
Dispone tribunales orales de doble instancia. La primera integrada por
tribunales unipersonales, mixtos y jurados y la segunda, de apelaciones, colegiada
con jueces profesionales. Los juicios son llevados a cabo por tribunales que
integrarán con jueces que actuarán solos o con escabinos. Su composición se integra
por sorteo en sesión pública, quince dias antes del inicio del juicio oral de seis
miembros de los cuales los dos primeros seran titulares y los restantes suplentes, que
se notifica a las partes, y quienes podrán recusar o los escabinos inhibirse.
La ley venezolana posee una norma muy particular que le permite a los
jurados escabinos interrogar al imputado, expertos, testigos y solicitarles aclaratorias,
algo totalmente desconocido para el sistema de jurados donde los que interrogan son
la defensa, el fiscal y el juez que sólo interviene en caso de que es requerido para
aclarar alguna cuestión del procedimiento o para resolver una incidencia planteada
por las mismas partes. Otro rasgo distintito es que el juez presidente y los escabinos
procurarán dictar sus decisiones por consenso, previa deliberación sobre todos los
puntos sometidos a su conocimiento y , en caso contrario, por votación.
El tribunal de jurados se compondrá de un juez profesional, quien actuará
como juez presidente y de nueve jurados, y se reunirá cada vez que sea necesario
para conocer algun asunto de su competencia.
Con veinte días de antelación a la fecha del inicio del juicio oral son
notificados. Previamente, en sesión pública se realiza el sorteo de veinte jurados por
cada causa, de la lista de candidatos a escabinos. Ellos tendrán tres días para aceptar,
recusarse o inhibirse. Se admite recusar por cada parte hasta dos jurados sin causa.
Toda incidencia la resuelve el juez presidente previa audiencia al efecto donde se
produce toda la prueba. Se encuentran impedidos los que tengan parentesco de
consanguinidad o afinidad con alguna de las partes o con su cónyuge, tener con
cualquiera de ellas amistad o enemistad; hayan mantenido alguna comunicación
sobre el caso sometido o haber emitido opinión en la causa en forma genérica. En su
art. 152 establece específicamente una larga lista de funcionarios públicos y
personas que por su función no pueden ejercer como jurado, comienza excluyendo al
presidente de la república, ministros, diputados, al procurador general de la

12
república, al defensor, a los funcionarios del poder judicial, gobernadores,
secretarios, alcaldes, concejales, miembros de las fuerzas armadas, etc.
Los jurados prestan juramento al iniciarse el debate y escogen por mayoría un
portavoz.
El veredicto del jurado se declara con las dos terceras partes de los votos,
cuando menos, tanto la inculpabilidad o culpabilidad del acusado, no solo respecto
del hecho punible que se le imputa, sino también de las circunstancias que hayan
concurrido a aumentar, disminuir o modificar el grado de responsabilidad penal y
para la que existe una opinión generalizada en que el pueblo no se encuentra en
condiciones de efectuar tales valoraciones por ser influenciable por la opinión
pública y los medios.

El juicio por jurados en la República Argentina.

Ya he analizado el sistema en distintas partes del mundo y, en breve modo,


cómo funciona en cada uno de ellos. En Europa el sistema (tanto de selección de sus
miembros como su funcionamiento) luce asentado, sencillo, eficáz. En Estados
Unidos - tal vez el mas reconocido popularmente por su difusión en cine y series de
televisión- se ha depositado en el pequeño jurado una gran responsabilidad que tiene
que ver con la intuición de cada uno de sus miembros para juzgar, hecho que no
ocurre en los otros paises citados y mucho menos en America del Sur. Sin embargo,
en Venezuela es novedosa la facultad del jurado de solicitar la diligencia de medidas
para conocer la verdad de los hechos y, en definitiva, para emitir un veredicto justo.
Respecto del Instituto en nuestro país, empezando por nuestra historia,
encontramos a Bartolomé Mitre, en la discusión parlamentaria N° 483 que indicó
que “la institución del jurado es un dogma para todo pueblo libre. Nadie puede
poner en duda el derecho y cuando damos nuestro voto por la idea general del
13
proyecto, es para que se establezca el juicio por jurado” Siguiendo la línea de
pensamiento antes referida, ya en el Proyecto de Constitución redactado en 1812 para
las Provincias del Ríos de la Plata, en su artículo 22 se expresaba que el proceso

13 Cfr. Herrero, Luis René. Juicio por jurados. Pagina web: http://www.salvador.edu.ar/ual-jxh.htm

13
criminal se hará por juradosy será público.
No fueron pocos los proyectos de ley presentados desde la sanción de
nuestra constitución nacional para instituir el juicio por jurados. La falta de acuerdo
en su implementación a pensar de tantas iniciativas nos permite inferir que hubo una
verdadera voluntad a lo largo de los años y al no compartirse las posturas, se cayó en
una especie de desuetudo del mandato constitucional.14
Para referirme a algunos antecedentes en proyectos nacionales mencionaré
aquellos que tuvieron ingreso según Orden del dia Nro. 1330 de las Sesiones
Ordinarias del año 1998 en el Congreso de la Nación; el primero de ellos fue un
proyecto de la mayoría que indicó que era necesario su establecimiento ya que el
juicio por jurados garantiza la plena vigencia y eficacia del debido proceso, y que se
manifiesta como una expresión del régimen democrático republicano y de fomento
de los principios de moralidad, publicidad, inmediación e igualdad de las partes,
oralidad, sistema de libre convicción y la reproducción de toda la prueba durante el
debate, confiando en la inteligencia común y en el sentimiento jurídico natural de las
peronas elegidas de entre el pueblo.15 Opta por el sistema de jurado clásico con
personas legas en derecho pero con el debate dirigido exclusivamente por un juez
permanente y letrado, a cargo de la dirección, policía y disciplina de la audiencia, de
instruir al jurado lego que deberá contar con nueve votos para lograr un veredicto de
culpabilidad y simple mayoría para inocencia. Este proyecto establece como
requisitos para ser jurado: tener veintiún años cumplidos de edad y no exceder de
setenta, educación básica obligatoria completa, pleno ejercicio de los derchos
políticos, domicilio conocido, profesión, oficio, empleo u ocupación habitual
(aunque pudiera estar transitoriamente desocupado) residencia no inferior a cinco
años en el territorio jurisdicción del tribunal y gozar de plena salud mental y física
para el cargo. La integración del jurado es de doce miembros titulares y otra igual
cantidad para suplentes. Pone en cabeza de la Cámara Electoral Nacional la tarea de
elaborar el padrón de ciudadanos que cumplan los requisitos precedentemente

14 Sagüés, Néstor Pedro. Elementos del derecho constitucional. Ed Astrea Buenos Aires, 2003, 3ra.
Pag. 628 y ss.
15 Bluntsechli, J.C. Derecho público Universal, Góngora, 1880 t II, p 340.

14
indicados, separados por la provincia en la cual residen, que comunicará en el mes de
diciembre de cada año a los tribunales penales respectivos. Establece un sistema
amplio y controversial de elección de jurados y coloca como funcionario responsable
para las tareas necesarias a integrar el tribunal al “Secretario”, quien una vez
recibidas las actuaciones respectivas debe elaborar la lista por sorteo de los
eventuales jurados, con treinta y seis integrantes que se hará conocer a las partes
para que éstas puean recusarlos con o sin causa, intervenir en cada vez que se
produce un supuesto de recusación o excusación o pedido de apartamiento de alguno
de ellos. Conformados los doce titulares e igual número de suplentes, jurarán
solemnemente bajo la fórmula “asumo el compromiso de juzgar en este caso, en
nombre del pueblo, con justicia e imparcialidad, según la consticución nacional y la
ley” (Art. 19). También se establecen disposiciones tendentes a lograr el aislamiento
y seguridad que les permita excluirse de las noticias e influencias negativas para la
imparcielidad de su juzgamiento.
El segundo proyecto fue iniciativa del ex presidente Dr Carlos Menem,
refrendado por quien fuera su ministro de Justicia Granillo Ocampo, fijaba como
capacidad requerida para ser jurado entre veinticinco y setenta y cinco años,
educación básica obligatoria completa, pleno ejercicio de los derechos politicos, el
mismo requisito en cuanto a profesión u oficio que el caso anterior, gozar de plena
salud mental y física. Integra el tribunal con doce miembros titulares y solo tres
suplentes con una conformación del padrón similar al anterior y también en cuanto al
sistema de tribunal de jurado clásico no escabinado y sin necesidad de fundamentar
su opinión. Los jurados votan en sesión secreta, requiriéndose nueve votos para el
veredicto de culpabilidad y simple mayoría para el de inocencia y vinculane para el
Juez, que no podrá condenar, salvo por las cuestiones civiles pendientes.
El tercer proyecto firmado por el diputado Emilio Carrara, dispone que solo
podrán integrar los jurados los mayores de veinticinco años hasta sesenta y cinco,
una residencia en la jurisdicción de ocho años, ciclo primario compelto , figurar en el
padrón electoral, no padecer enfermedades inhabilitantes, no estar procesado o
condenado penal o civilmente y no ser funcionario público con categoría de director.

15
Un cuarto proyecto firmado por las diputadas Elisa Carrió, Nilda Garré y E.
Carca crea el juicio por jurado para el juzgamiento de todos los delitos sin importar
su gravedad excluyendo únicamente los que podrían tener alguna connotación
política como los que se derivan del derecho de acusación concedido a la Cámara de
Diputados y al Consejo de la Magistratura. Baja la edad de admisión a veintiun años
y extiende el límite a los setenta años, no exige justificar la aprobación de ningún
nivel de enseñanza, simplemente exige que el candidado sepa leer y escribir, por lo
que podrían incluirse aún personas sin educación primaria obligatoria y el tercer
requisito es el de posee el pleno ejercicio de los derechos políticos excluyendo los
inhabilitados conforme la ley electoral. Al incluir todos los delitos del código, aún los
menos graves, éste proyecto hace un distingo entre juicios correccionales y
criminales, disponiendo la interación del tribunal para los primeros con solo seis
miembros y para los restantes con nueves jurados. También opta por el sistema de
jurado clásico no escabinado, requiriendo dos tercios de votos para el veredicto de
culpabilidad y simple mayoría para el de inocencia que es vinculante u obligatorio
para el juez, salvo en lo que respecte a la acción civil si se hubiere planteado
conjuntamente. Excluye expresamente para integrar el jurado al presidente y vice de
la república, sus ministros, miembros del Legistativo y funcionarios del poder
Judicial e incluye una enumeración de otras inhabilidades como el defensor del
pueblo, miembros del ministerio público, etc. Establece que en caso de duda sobre
algún impedimento o motivo legítimo de excusación, los jueces deberán valorarlo
con criterio restrictivo. Dispone un sistema de recusación simple donde cada
interviniente lo puede ejercer aún sin causa. Una vez depurada la lista, debe hacerse
el sorteo de los urados. Fija para ellos la sanción de privación de derecho político por
dos años en caso de incumplimiento de sus deberes. No crea ninguna oficina especial
para su integración, sino que utilizando la metodología de la ley de eforma del viejo
C.P.P.N. Ubica en cabeza del Secretario del Juzgado las tareas relacionadas con la
organización y puesta en funciones a los jurados, a quienes deberá instruirlos en el
significado de la carga que se les impone,de los deberes y responsabilidades del
cargo y que se les brindará toda la colaboración necesaria para facilitarle la función,

16
incluso de que se les respete una licencia labora paga, si corresponde. Jurarán además
conforme lo establece el art. 12 de igual modo que proyectos anteriores.
El senador Juan Carlos Maqueda presentó otro proyecto en el que instituye
el tribunal de jurados clásico compuesto por el juez del juzgado competente y doce
ciudadadnos que juzgarán los delitos que el art. 1 enumera e incluye los que atentan
contra los poderes públicos la seguridad de la Nación y contra la administración y la
fe pública, pero aumenta en forma significativa el mínimo de edad para ser miembro
del jurado en treinta años y lo limita hasta sesenta y cinco años, una residencia de
tres años, nivel EGB de educación o segundo año del sistema educativo anterior a la
Ley Federal de Educación, figurar en el padrón electoral, excluyendo a los dementes,
inhabilitados o a quienes tengan facultades mentales disminuidas. Declara inhabiles
para el cargo a los condenados, los procesados con prisión preventiva, los que no
puedan demostrar que poseen oficio o empleo, los ebrios y drogadependientes
consuetudinarios y a los fallidos no rehabilitados y contiene una lista que permite la
exclusión a los médicos, farmacéuticos y enfermeros de hospitales y sanatorios, a los
docentes, a los mayores de sesenta años yu a los que se hayuan desempeñado ya en el
año precedente en al menos dos casos.
De igual modo, el senador Pichetto elaboró un proyecto en el que establece
un tribunal de juicio por jurado similar al de la diputada Carrió en el sentido de que
se juzgarán en el todos los delitos penales, con la única exclusión de los derivados
del art. 53 de la C.N., es decir, el de ejercer el derecho de acusar ante el senado al
presidente, vice presidente, jefe de gabinete de ministros y miembros de la Corte
Suprema, en las causas de responsabilidad que se intenten contra ellos por mal
desempeño o por delitos en ejercicio de sus funciones, o por crimenes comunes,
despues de haber conocido de ellos y declarado hacer lugar a la formación de la
causa, es dcir, la normativa establecida para el juicio polícito. Dispone el sistema de
jurado clásico con requisito de edad mínima de veinticinco pero sin tope de edad
máxima, educación básica obligatoria y domicilio conocido, no hace mención al
deber de residencia mínima , ni tampoco a que deban tener ocifico u ocupación
conocida. Inhabilita a los que carezcan de aptitud psicofísica suficiente, a los

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condenados hasta tres años de agotada la pena y a los condenados a inhabilitación
por el transcurso de la pena, a los rocesados y a los fallidos no rehabilitados.
En un proyecto muy simple y sintético el diputado A. Nieva, crea el tribunal
de jurados para todos los juicios criminales ordinarios que no tengan un
procedimiento especial y lo forma con doce miembros pero según la importancia de
la causa lo justifique, podría elevarse a dieciocho, a criterio del juez del proceso. Lo
conformarán ciudadanos mayores a veintiun años hasta setenta y cinco que sepan
leer y escribir, posean residencia inmediata en el lugar del juicio de dos años y
figuren inscriptos en los registros o padrones.
Graciela Fernandez Meijide y Carlos Alvarez presentaroon un proyecto
similar al anterior referido iniciado por la Dip Carrió, es decir, solo para los juicios
criminales de la justicia federal, excepto los del art. 53 de la C.N. difiriendo su
vigencia para todos los delitos del C.P.de competencia de los tribunales nacionales a
partir de los cinco años de entrada en vigencia de la norma propiciada. Opta por el
sistema clásico pero no menciona cuantos ciudadanos conformará el tribunal,
limitandose a señalar que tanto el veredicto de culpabilidad como el de inocencia
será conformado por simple mayoría de votos de sus miembros. Exige tener entre
veintiun y setenta años, simplemente saber leer y escribir, pleno ejercicio de los
derechos civiles y políticos, no tener proceso pendiente, aptitud psíquica para el
cargo, domicilio conocido, sin deber de residencia en el lugar del juicio.
El del diputado Gonzalez Gaviola establece el tribunal clasivo integrado por
un tribunal permanente y letrado que dirige el debate y posee facultades
disciplinarias y de policía y el jurado compuesto por nueve ciudadanos para los
juicios criminales y siete para los correccionales, siempre y cuando reúnan las
condiciones personales del proyecto anterior inclusive respecto la excepción del art.
53 de la CN. El veredicto de culpabilidad exigirá los dos terceios de los votos casos
contrario deberá declararse la inocencia que será vinculante para el juez respecto de
las cuestiones civiles conexas a resolverse.
Sin embargo, ninguno de ésos ensayos logró su tratamiento y aprobación en
el Parlamento, a pesar que -a mi entender- la propuesta suscripta por de las Dras.

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Carrió y Garré era la más ecuánime, coherente, ajustada a derecho y ubicada en justo
tiempo acorde a la coyuntura de la república. No puedo dejar de mencionar que, pese
a que los proyectos que referí anteriormente lo son en el orden nacional (fuero
federal) las Provincias son las encargadas mediante sus respectivas Legislaturas de
sancionar las leyes necesarias para instaurar el juicio por jurados para los delitos que
juzga la justicia ordinaria.

La Provincia de Córdoba.
Córdoba es la provincia pionera en la puesta en funcionamiento de los
juicios por jurados. Su legistatura sancionó la Ley N° 9182 que establece el juicio
por jurados en cumplimiento del art. 162 de su Constitución Provincial: Optó por el
sistema escabinado, disponiendo que la conformación del jurado lo hace la Cámara
del fuero penal. Ésta designa por sorteo veinticuatro personas de ambos sexos, por
partes iguales con los doce primeros que acepten en cargo y -según el orden
cronológico- el que fueron sorteados. Ocho personas, cuatro hombres y cuatro
mujeres actuarán como titulares y otros dos de cada sexo como suplentes, pero de tal
modo que los otros doce no son desafectados hasta que se resuelvan las cuestiones
planteadas por excusaciones y recusaciones pudiendo luego completarse la
integración respetándose el orden del sorteo (Art. 18). Puede incluso convocarse a
mayor número de suplentes, de modo de cubrir ausencias para cuando el debate se
extendiese por más de dos días según la naturaleza del caso, la complejidad de la
causa o cualquier otra circunstancia (art. 31). El padrón en la provincia mediterránea
puede ser utilizado duarnte todo el año calendario, que una misma persona
eventualmente podría intervenir en mas de un juicio por año luego de finalizado
aquel en el cual fue sorteado con ayuda informatica por la justicia electoral
provincial.
Entró en vigencia el 1/1/06 y dispone que los jurados son elegidos por
sorteo y seleccionados de una “muestra justa y representativa” de la población (art
4). El tribunal culmina integrándose por ciudadanos que son elegidos por sorteo del
padrón electoral vigente y quienes vayan a integrarse deben previamente suscribir
una declaración jurada que consigne todos sus datos personales y aquellas otras que

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podrían imposibilitarlos para desempeñarse como jurados populares. Las
declaraciones son analizadas y se selecciona una lista de veinticuatro personas que
cumplen con los requisitos del art. 5 de la ley por cada circunscripción judicial,
equivalente a uno por cada mil quinientos electores.
Al ser una carga pública, sólo podrán excepcionarse quienes presenten
alguna incompatibilidad o inhabilidad para ser jurado, propendiendo la ley a una
mayor participación de los ciudadanos en la administración de justicia pero de formal
tal que queda garantizada la imparcialidad y apititud o capacidad para ejercer como
lego.
Los ciudadanos deben quedar comprendidos entre aquellos que poseen entre
veinticinco y sesenta y cinco años, quedan excluidos aquellos que no han
completado su educación básica obligatoria y los que no tengan ciudadanía en
ejercicio, como así los que no tengan aptitud física y síquica adecuada a la función y
a los que no acrediten una residencia en la provincia mayor a cinco años. De igual
modo, están imposibilitados para formar parte del tribunal: los directivos de partidos
políticos reconocidos por la justicia electoral, los abogados, escribanos,
procuradores, integrantes de las fuerzas armadas, policiales y de seguridad
nacionales o provinciales, ministros de culto reconocidos y otros funcionarios de la
misma indole. Asimismo no admite a quellas personas sometidas a proceso penal, a
quienes se les haya dictado sentencia condenatoria firma por delito doloso durante
los últimos diez años anteriores y a los concursados no rehabilitados.
Podrán excusarse de la carga legal aquellas personas que presenten una
enfermedad grave que le impida su desempeño (e incluso la de un pariente directo)
que requiera de su personal atención, hasta aquellos que en el ejercicio del cargo le
irrogue perjuicios demostrables en su patrimonio, causales que, si bien no estan
relacionadas con la cuestion propia del juzgamiento, podrían afectar de algun modo
la dedicación plena o libertad de juicio necesarias. En caso de controversia la cámara
será la encargada de dirimir.
Permite la ley la recusación con o sin causa de los miembros del jurado y de
los jueces técnicos.

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La retribución o pago de gastos a los ciudadanos constituye un factor
importante que habrá de influir en la voluntad e los ciudadanos de responder a la
convocatoria, mas allá de la responsabilidad cívica que puedieran tener, al margen de
mantenerse aislado de su trabajo, sus quehaceres, de su familia para poder dedicarse
a la función en forma plena. Para el estado ello implica que debe velar por encontrar
una compensación justa que no signifique un enriquecimiento, pero si que equilibre
patrimonialmente al candidato y evite que éste se sienta impedido de afrontar el
servicio o carga pública de participar. Esta Ley establece que los ciudadanos
recibirán, si así lo requiriesen, una retribución diaria por parte del Estado por su
función cumplida en el debate propiamente dicho como por sus inervenciones
personales previas que les hubiere demandado la tramitación de la causa. A
diferencia de otros proyectos, la norma no determina específicamente cuanto es el
monto compensatorio que corresponde a cada jurado por su labor cumplida ni
tampoco establece qué organo es el encargado de fijar dicho importe y lo delega en el
arancel que determine el Tribunal Superior de Justicia, el que -hasta poco tiempo
atrás- se había fijado en la suma de cincuenta pesos por día de actuación.

Los proyectos de juicio por jurados en la provincia


de Santa Fe.

En fecha 26/10/2006 ingresó a la Camara de diputados de Santa Fe un


proyecto de ley suscripto por doce diputados, cuya vocación expresada en sus
fundamentos era permitir la participación de los ciudadanos en la administración de
justicia, pero circunscribiendo el objeto de ello exclusivamente en determinados tipos
de delitos, comunmente llamados crímenes: hechos graves por concurrir con la
muerte de la víctima y otros que ofenden gravemente a la moral y decencia en el
desempeño de la función pública o que atentan contra el sistema constitucional
instituido.
Confía en la capacidad de discernimiento del ciudadadano común para
juzgar respecto de la real existencia del hecho y de la autoría del mismo por el
acusado y menciona que el juez decidirá finalmente sobre la pena, sus agravantes y

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demás circunstancias del caso, y dictará la sentencia con la posibilidad de ser
revisada por un Tribunal de Casación.
Expresamente la norma enumera los tipos penales cuyos delitos serán
juzgados: homicidio calificado (art. 124 CP), delitos contra la integridad sexual
seguido de la muerte de la víctima (art. 142 bis in fine), el secuestro extorsivo
seguido de muerte (art. 144 ter inc. 2), el homicidio con motivo u ocasión de tortura
(Art. 165) el homicilio con motivo u ocasión de robo (art. 210 y 210 bis), la
asociación ilícita (art. 227 bis), el atentado al orden constitucional y la vida
democrática (art. 260) la malversación de caudales públicos (art. 268) y el
enriquecimiento ilícito de funcionarios y empleados como así también de los delitos
que concurran con ellos.
Exige el proyecto que la composición del jurado oscile entre los veinticinco
y sesenta y cinco años, que hayan completado su educación básica obligatoria, que
tenga aptitud física y síquica, que ejerzan plenamente sus derechos políticos y que
tengan residencia en la jurisdicción del Tribunal.
La designación del jurado se prevee sea una carga pública obligatoria, debe
iniciarse con un proceso de sorteo de treinta y cinco candidatos iniciales y un sistema
de recusación con o sin causa, aunque en éste último caso contra un máximo de cinco
candidatos, tanto por la acusación como por la defensa, para luego preveer la
realización de un nuevo sorteo con los restantes veinticinco de los diez miembros
titulares y cinco suplentes. Se integra con diez miembros titulares y cinco suplentes
que se elegirán del padrón electoral de conformidad al procedimiento que la misma
norma establece, descartando la forma escabinada, vigente en Córdoba y en Europa
Continental.
El jurado actuará en la etapa del debate oral y que luego de presenciar su
desarrollo, deberá deliberar finalmente en sesión secreta sobre la culpabilidad o
inocencia del acusado, mediante la colocación de un voto que lo expresa en una
boleta. De no obtenerse una definición luego de tres intentos se procederá a proponer
la absolución del acusado. Se optó así por la constitución de un tribunal clásico de
jurados, que (separado del juez técnico) obligan al órgano judicial a dictar sentencia

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dentro de los cinco días posteriores. Veda la participación a quienes se desempeñen
en cargos públicos en los Poderes ejecutivo, legislativo o judicial, nacional,
provincial o municipal y a los integrantes de las fuerzas armadas, policiales, de
seguridad y del servicio penitenciario, al igual que los abogados, escribanos,
procuradores. También prohibe la incorporación de los condenados a pena privativa
de la libertad de los tres años de agotada y a los que hayan sido condenados a
inhabilitación absoluta o especial para ejercer cargo mientras dure la pena, asimismo
para lo que se encuentren procesados y se les hubiera pedido elevación a juicio de su
causa y a los quebrados no rehabilitados.
El proyecto reconoce el derecho a percibir una retribución que se establece en
una suma equivalente a un día de remuneración básica del juez del tribunal por día de
desempeño a cada jurado y obliga los empleadores a mantener a sus dependientes en
su empleo mientras dure la carga pública.
La convocatoria a los sorteados las hace el presidente de la Cámara
comunicándoles los requisitos, inhabilidades e incompatibilidades aludidas, como así
las causales de excusación y sanciones en caso de falseamiento o incumplimimento
de su deber de asisitir.
En el inc d) del art. 16 del referido proyecto, utiliza una forma genérica,
abierta, para recusar con causa con la letra “cualquier otro impedimento que pudiera
afectar su imparcialidad”. Y ello se suma a también pueden excusarse los jurados
cuando existan graves problemas de salud en la propia persona del ciudadano o de un
pariente directo de su familia que requiera su presencia, tener que ausentarse del
lugar del proceso con causa justificada o por haber sido jurado en dos oportunidades
en el mismo año calenario; y de igual modo si lo fueren su cónyuge o sus parientes
mas cercanos. Podrán excusarse también por los mismos motivos que los jueces,
haber actuado como acusador o denunciante de alguno de los interesados, antes del
juicio o haber sido acusado o denunciado por alguna de las personas indicadas con
anterioridad, tener con los interesados amistad íntima manifestada, frecuencia de
trato o enemistad grave y manifiesta con ellos, salvo por ataques u ofensas inferidas
despues de comenzada su intervención; y haber recibido personalmente o su

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cónyuge, padres, hijos u otras personas a su cargo, beneficios de importancia de
aquellos interesados.
En suma y, sin analizar los detalles, es similar a sistema elegido por la
Provincia de Córdoba, el proyecto considera mayormente todos los aspectos
importantes como por ejemplo el modo de selección, la citación, las excusaciones, la
compensación monetaria. Sin embargo, no trata sobre temas tales como la
incomunicación de los jurados mientras dure el juicio, la prohibición de tomar
contacto con medios de comunicación, multas o sanciones en caso de no cumplir con
la carga pública, etc.

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Conclusión

La Institución del Juicio por jurados se encuentra prevista en nuestra Carta


Magna, sin embargo no existe lugar a dudas de que debe implementarse en un plazo
no muy lejano, debido a que es necesario el cambio para la sociedad, la que descree
de las sentencias y las motivaciones de los jueces al impartir justicia, y ello genera
descontento, desconcierto y necesidad de venganza o justicia por mano propia.
Creo positivamente que si la sociedad participa en las decisiones judiciales
que tienen que ver sobre todo con delitos que atentan contra la vida, la propiedad y la
seguridad, se retomará la paz social.
El sistema funciona desde hace siglos en el continente europeo, como así
aunque en menos lapso de tiempo en Lationamérica y por ello ya es tiempo de que en
nuestro país comience a tratarse su implementación a nivel Nacional. Entiendo que
de ése modo, las Provincias en su mayoría imitarán el ejemplo y así se consolidará el
Instituto de la mano de la democracia y la participación popular.
Sin embargo existe una negativa implícita a tratar éste proyecto en el
Parlamento Nacional y, en lo que respecta a Santa Fe, se han dejado de lado las
normas que a el se referían en la última modificación al Código de Procedimiento
Penal. Considero lógico que previamente a sancionar una ley de éste porte, deberán
acomodarse otros mecanismos que coadyuven como por ejemplo la incorporación de
los gastos en la ley de presupuesto y la estructura edilicia donde funcionará el juicio
por jurados.
Finalmente, estimo que en nuestra Provincia y en la República es sólo una
cuestión de tiempo la implementación del sistema y que ello alcanzará para que se
apacigüen los reclamos por justicia, las marchas hacia la Legislatura, Casa de
Gobierno o Tribunales, la justicia por mano propia y la calidad de la información que
arrojan los medios de comunicación.

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Bibliografia

 Sanchez Viamonte, Carlos. Manual de Derecho Constitucional, Bs As,


4° edición, Ed. Kapeluz,
 Diario La Prensa, edición digital
 http: //www.foresjusticia.org.ar
 http://www.lanacion.com.ar
 Vazquez Rossi, Jorge. Crisis de la Justicia penal y tribunal por
jurados”,
 Nino, Carlos Santiago. Un pais al margen de la ley. Edit. Ariel,
 Crosetti, Andres Sup.Act. 14/11/2006 La Ley 2008.
 Hendler, Edmundo S. Jurados de acusación y casos de corrupción. La
Ley 1996
 Vazquez, Adolfo Roberto, El derecho. Tomo 1997, A Secc Doctrina
 Sagüés, Néstor Pedro. Elementos del derecho constitucional. Ed
Astrea Buenos Aires, 2003, 3ra.
 Bluntsechli, J.C. Derecho público Universal, Góngora, 1880

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