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DPTO. DE RR. HH.

Y
ADMINISTRACION
AREA DE CAPACITACION
Ing. Ramón Córdova A.
28 de Marzo del 2007 - 103

LA NASA Y LA BIBLIA
Mientras que ciertas novelas y algunos canales de televisión por cable, por oscuras
razones que van más allá del sensacionalismo, están gastando millones de dólares
haciendo publicaciones y reportajes donde desacreditan de manera aparentemente
científica y convincente a la Biblia, la NASA ha encontrado que “El Libro de Libros”
no es tan solo un libro lleno de inspiradoras alegorías judías.
La NASA desarrolló un programa computarizado para saber la posición del sol, la
luna y los planetas en el espacio en cualquier momento del futuro, para evitar que
estos cuerpos espaciales estén en la trayectoria de nuestras naves espaciales y
satélites artificiales, y colisionen contra ellos. Programaron la computadora para
hacer el cálculo hacia delante y atrás en el tiempo, pero en un momento dado el
programa se detuvo, dando una alerta de un grave error en el cómputo del tiempo.
Al revisar el programa, encontraron que la alarma se refería a la falta de un día en
el espacio del tiempo que ya había transcurrido en la tierra. Estaban perplejos,
pues no tenían ninguna respuesta a ese
problema.
Un miembro del equipo mencionó que cuando era
niño, en la escuela Bíblica le enseñaron que una
vez el sol se detuvo, porque Josué le pidió a Dios
poder continuar una difícil batalla y así pudo
ganarla. Le dijeron: “Muéstranos”. Se buscó y se
halló: “Y el sol se detuvo y la luna se paró. El sol
se paró en medio del cielo, y no se apresuró a
ponerse casi un día entero”. ¡Allí estaba el día
que faltaba!
Verificaron el dato en la computadora,
introduciendo los sucesos del libro bíblico de
Josué. Coincidiendo con la afirmación de la Biblia
de que no fue un día entero, el sistema calculó que la pausa del tiempo era de 23
horas con 20 minutos. ¿Y los otros 40 minutos? El mismo miembro del equipo
recordó que en alguna parte de la Biblia decía que el sol había hecho su recorrido
al revés. Los científicos pensaron que eso ya era una locura, pero fueron al
Segundo Libro de Reyes, donde se relata lo siguiente: que el Rey Ezequías, fue
visitado en su lecho de muerte por el profeta Isaías, quien le dijo que no se
angustiara, porque aún no iba a morir. Ezequías le pidió una señal de prueba.
Isaías le dijo: “¿Quieres que la sombra del reloj de Acaz avance diez grados o que
retroceda diez grados?”. Ezequías contestó “Fácil es que la sombra decline diez
grados, pero no que la sombra retroceda diez grados”. Entonces el profeta Isaías
clamó al Señor y Dios hizo retroceder la sombra los diez grados que había
recorrido en el reloj de Acaz. ¡Diez grados del reloj de Acaz son exactamente los 40
minutos que faltaban en el cálculo de la computadora, y completaron el día perdido
del Universo!

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