You are on page 1of 16

A.·. L.·. G.·. D.·. G.·. A.·. D.·. U.·.

GRAN LOGIA EQUINOCCIAL DEL ECUADOR


B.·. R.·. L.·. S.·. “LUIS VARGAS TORRES” No. 17
R.·. E.·. A.·. A.·.

LA CONSTITUCIÓN DE ANDERSON
PRINCIPIOS MASÓNICOS Y FILOSÓFICOS

Marcelo Ribadeneira M.·. M.·.

El año de 1723 es de los más memorables para la Masonería no solo inglesa, sino universal, pues
en este año se publicó por fin la obra elaborada con los documentos coleccionados por el ilustre
masón Payne, con el título de Constituciones de la antigua y venerable confraternidad de los
Masones libres y aceptados. La Masonería tuvo desde esta época una organización sólida y
perfecta. Animada de un gran espíritu, contando en su seno hermanos distinguidísimos los unos
por su inteligencia, por su posición social los otros, y todos por su entusiasmo, no podía menos de
crecer diariamente. Así fue, en efecto, y muy en breve se vio extendida y ramificada por todos los
países, y la Gran Logia de Londres, a quien se debían todos estos trabajos, extendió también su
influencia por muchas partes. Ya pocos años antes había sido necesario crear el cargo de Gran
Secretario para atender al despacho de la correspondencia, cada día más activa y multiplicada.

Las antiguas logias del país de Gales, que funcionaban separadamente, atraídas por la actividad
que reinaba en los talleres de la Gran Logia de Londres, pidieron su agregación a ésta, que les fue
concedida, creándose con tal motivo el cargo de Gran Maestre provincial.

La influencia de la gran Logia de Londres no se limitó sólo a Inglaterra, sino que se extendió a
otros muchos países.

ORIGEN.-

Las Constituciones de Anderson son el inicio de la moderna masonería especulativa. Redactadas


por el pastor James Anderson, aprobadas y publicadas en 1723.

Las "Constituciones de Anderson" es la acepción más común a las constituciones en las que se
refleja por primera vez la condición de los masones especulativos tras la tradición de los masones
A.·. L.·. G.·. D.·. G.·. A.·. D.·. U.·.
GRAN LOGIA EQUINOCCIAL DEL ECUADOR
B.·. R.·. L.·. S.·. “LUIS VARGAS TORRES” No. 17
R.·. E.·. A.·. A.·.

operativos de siglos anteriores. El nombre con el que se publicó es "Constitución de los


Francmasones". El documento original será modificado posteriormente en 1738 y 1813.

En el Londres de 1717, cuatro logias de entre las muchas existentes estaban ya integradas por muy
pocos constructores y muchos hermanos "aceptados" ("Aceptado" en el sentido de admitido o
adepto -dentro de las logias de masones operativos- sin ser del oficio).

En estos "talleres" encontraban refugio lícito para comer bien, brindar mejor e intercambiar sus
ideas liberales. John Locke (1632-1704) con su "Ensayo sobre el entendimiento humano",
publicado unos cincuenta años antes de la fundación de la Gran Logia de Londres, abre las puertas
a una nueva forma de considerar al hombre, ya no como un elemento del régimen patriarcal de la
Edad Media, sino como un integrante de las Guildas que le eran necesarias para ser más fuerte.

Son los albores de La Ilustración y comienza a imponerse una concepción antropocentrista. El


hombre vale como individuo y no como integrante de una familia o de un gremio. El inglés Francis
Bacon (1561-1626) proclamó la prominencia de la investigación científica. René Descartes (1596-
1650) lanza su revolucionario "pienso, luego existo".

La ilustración, a pesar de sus ideas liberales, no logró abstraerse al "machismo" medieval. La


mujer siguió teniendo como función principal, dentro de la sociedad, la de ser madre. La
exhortación a ampliar conocimientos era dirigida solamente a los hombres, mientras que las
mujeres continuaron sometidas a una educación llena de prejuicios. He aquí la causa por la cual se
estableció que las Logias deberían estar integradas sólo por hombres.

Se unieron, pues, y formaron una Gran Logia, cuyo primer Gran Maestro fue Anthony Sayer que
en su único año de Veneratura solamente logró integrar otras dos Logias al incipiente cuerpo. Le
sucedió John Payne. Luego en 1719, Jean Theófile Deságulliers, que fue el principal redactor de
las Constituciones; en 1720, reelección de John Payne; 1721 y 1722, Juan, Duque de Montagú;
finalmente en 1723, Felipe, Duque de Wharton, de tan importante actuación en la creación de la
masonería española.
A.·. L.·. G.·. D.·. G.·. A.·. D.·. U.·.
GRAN LOGIA EQUINOCCIAL DEL ECUADOR
B.·. R.·. L.·. S.·. “LUIS VARGAS TORRES” No. 17
R.·. E.·. A.·. A.·.

John Payne era un activo y emprendedor anticuario, que dio a los trabajos un ritmo extraordinario,
amplió el número de miembros, se dedicó a reunir y compilar documentos y manuscritos referidos
a la historia, usos y reglamentos de la antigua masonería Operativa.

Cabe pensar que en la elección de James Anderson no influyeron solamente sus virtudes
intelectuales y su título de Doctor en Filosofía, sino también su calidad de predicador
presbiteriano, que le permitía un diálogo adecuado con los masones católicos irlandeses, los
anglicanos ingleses y los presbiterianos escoceses, temerosos de las reformas que se proponían.

Corría el año 1721, y el duque de Montagú encarga las "Constituciones" al pastor Anderson, para
que modificase lo recopilado por Payne en los dos años anteriores (en los que además fue Gran
Maestro).

Al parecer Anderson era hijo de un miembro de la logia de Aberdeen (de la que había sido
secretario). La base del trabajo de Anderson lo constituyen los manuscritos Regius (o Real, 1399)
y Cooke (1410), amén de los documentos recopilados por Payne y pertenecientes a los masones de
las logias de Londres. Payne entregó a Anderson las Constituciones Góticas, el conjunto de más de
un centenar de pergaminos y libros de diversos países de Europa (Italia, Francia, Alemania,
Escocia, Inglaterra), así como los mencionados Poema Regio de 1390 y el Manuscrito de Cooke de
1410. Payne redactó inicialmente las treinta y nueve Ordenanzas Generales. Él fue quien le entregó
a James Anderson sus notas para la revisión de sus trabajos, con el fin de que aquellas Antiguas
Ordenanzas se adecuaran a la nueva organización.

Anderson terminó el trabajo en el mismo año 1721 y presentó su informe en la Tenida del
equinoccio de otoño (23 de setiembre de 1721), el cual inmediatamente fue sometido a estudio por
una Comisión formada por 14 miembros de la Gran Logia. Esta Comisión expidió sus
conclusiones en la Asamblea del equinoccio de primavera (25 de marzo de 1722), aconsejando su
aprobación con algunas pequeñas modificaciones. El informe de la Comisión fue aprobado por
unanimidad de las 24 Logias presentes en esa Asamblea. Las Constituciones definitivas se
presentan en el año 1723, siendo firmadas por el Gran Maestro, el duque de Wharton, y el Gran
Maestre Diputado (el propio Anderson).
A.·. L.·. G.·. D.·. G.·. A.·. D.·. U.·.
GRAN LOGIA EQUINOCCIAL DEL ECUADOR
B.·. R.·. L.·. S.·. “LUIS VARGAS TORRES” No. 17
R.·. E.·. A.·. A.·.

Sentido y significado r]De una forma simbólica se hace constar en las Constituciones que a partir
de entonces ya no será la catedral un templo de piedra a construir, sino que el edificio que habrá de
levantarse será la catedral del Universo, es decir, la misma Humanidad.

ALGUNOS PRINCIPIOS

Las Constituciones de Anderson fueron redactadas como constitución de la Gran Logia de Londres
(fundada en 1717) y son consideradas como el documento de referencia del que parte la Masonería
moderna o especulativa.

17 de enero de 1723
I.- LO QUE SE REFIERE A DIOS Y A LA RELIGION
El Masón está obligado por su condición a obedecer la ley moral y, si comprende bien el Arte,
nunca será un estúpido ateo ni un libertino irreligioso. Pero aún cuando en los tiempos antiguos los
masones estaban obligados en cada país a ser de la religión de ese país o nación, cualquiera que
fuera, hoy se cree más oportuno obligarles sólo a la religión en que todos los hombres están de
acuerdo, dejando sus particulares opiniones para ellos mismos; esto es, ser hombres buenos y
leales, hombres de honor y honestidad, cualquiera que sea la confesión o creencia que los distinga.
De este modo, la Masonería se convierte en el centro de unión y el medio para establecer la
verdadera amistad entre personas que, de otro modo, habrían permanecido distanciadas entre sí
para siempre.

II.- DE LA AUTORIDAD CIVIL SUPERIOR Y SUBALTERNA


El masón es una persona pacíficamente sometida a las leyes del país donde esté establecido y no
debe tomar parte ni dejarse arrastrar en los motines o conspiraciones fraguadas contra la paz y
contra la prosperidad de la Nación, ni mostrarse rebelde a los jueces. Puesto que la Masonería ha
sido siempre dañada por la guerra, la efusión de sangre y los trastornos, los antiguos reyes y los
príncipes se mostraron muy bien dispuestos para con los miembros de la sociedad masónica, por la
actitud pacífica y leal con que respondieron a las acusaciones infundadas de sus adversarios y
protegieron el honor de la Fraternidad, que siempre prosperó en tiempos de paz. De este modo, si
A.·. L.·. G.·. D.·. G.·. A.·. D.·. U.·.
GRAN LOGIA EQUINOCCIAL DEL ECUADOR
B.·. R.·. L.·. S.·. “LUIS VARGAS TORRES” No. 17
R.·. E.·. A.·. A.·.

algún Hermano se convirtiera en un rebelde contra el Estado, no se le debe apoyar en su rebelión,


aunque puede ser compadecido como cualquier desgraciado. Pero, si no es culpable de ningún otro
crimen y aún cuando la leal Hermandad debe condenar su rebelión y no dar motivo alguno de
sospecha o descontento al Gobierno, no puede expulsarlo de la Logia y su relación con ella
permanece inalterada.

III.-DE LAS LOGIAS


La Logia es el lugar donde los masones se reúnen y trabajan. Por extensión, a la asamblea o
sociedad de masones debidamente constituida se le da el nombre de Logia. Todos los Hermanos
deben formar parte de una Logia y someterse a sus reglamentos particulares y a las ordenanzas
generales.
Las Logias son particulares o generales y el mejor medio de conocerlas es la participación en sus
reuniones y a través de los Reglamentos de las Logias Generales o Grandes Logias. Antiguamente,
ningún maestro o miembro de la Logia podía ausentarse de ella, especialmente cuando era
requerido a presentarse, sin incurrir en un castigo severo, a menos que el Maestro y los Vigilantes
apreciaran que la ausencia se había debido a causas de fuerza mayor.
Las personas admitidas como miembros de una Logia tienen que ser hombres buenos y leales,
libres de nacimiento y de edad madura y razonable; ni esclavos, ni mujeres, ni hombres inmorales
o de conducta escandalosa, sino de buena reputación.

IV.- DE LOS MAESTROS, VIGILANTES, COMPAÑEROS Y APRENDICES


Toda preferencia entre masones se basa exclusivamente sobre la verdadera valía y el mérito
personal; así el Señor podrá ser bien servido, los Hermanos no estarán expuestos a la deshonra ni
el Oficio Real desprestigiado. Por lo tanto, ningún Maestro o Vigilante es elegido por antigüedad,
sino por su mérito. Es imposible describir estas cosas por escrito; cada Hermano debe esperar en su
puesto y aprenderlas según un modo que es propio de esta Fraternidad: basta que los candidatos
sepan solamente que ningún Maestro debe tomar un Aprendiz a menos que tenga trabajo suficiente
para él y a menos que sea un joven perfecto sin mutilaciones ni defectos en su cuerpo que puedan
hacerlo incapaz de aprender el arte de servir al Señor de su Maestro y de convertirse en un
Hermano y después en un Compañero del Arte, a su debido tiempo, incluso después de que haya
servido el número de años que la costumbre del país indique. Debe ser hijo de padres honrados, de
forma que, cuando alcance la debida cualificación, pueda llegar al honor de ser el Vigilante y
A.·. L.·. G.·. D.·. G.·. A.·. D.·. U.·.
GRAN LOGIA EQUINOCCIAL DEL ECUADOR
B.·. R.·. L.·. S.·. “LUIS VARGAS TORRES” No. 17
R.·. E.·. A.·. A.·.

después el Maestro de la Logia, el Gran Vigilante y, con el tiempo, el Gran Maestro de todas las
Logias, de acuerdo con sus méritos.
Ningún Hermano puede ser Vigilante hasta que haya superado la fase de Compañero, ni Maestro
hasta que haya ejercido como Vigilante, ni Gran Vigilante hasta que haya sido Maestro de una
Logia. Tampoco puede ser Gran Maestro a menos que haya sido Compañero antes de su elección,
noble de nacimiento o un caballero de la mejor reputación o algún erudito eminente, un hábil
arquitecto u otro artista descendiente de padres honestos o quien tenga un gran mérito similar en
opinión de las Logias.
Estos regidores y gobernantes, supremos y subalternos, de la antigua Logia deben ser obedecidos
en sus respectivos empleos por todos los Hermanos, de acuerdo con los Antiguos Deberes y
Reglamentos, con toda humildad, respeto, amor y presteza.

V.- DEL GOBIERNO DE LA CORPORACION DURANTE EL TRABAJO


Todos los masones deben trabajar honestamente durante los días laborables para que puedan
disfrutar mejor de los días de fiesta y el tiempo estipulado por la ley del país o confirmado por la
costumbre debe ser observado. El Compañero de más experiencia será elegido o nombrado
Maestro o Superintendente del trabajo del Señor y será llamado Maestro por los que trabajen a sus
órdenes. Los miembros de la corporación evitarán el lenguaje impropio y el dirigirse los unos a los
otros de modo poco servicial; se llamarán Hermano o Compañero y no se comportarán de forma
descortés ni dentro ni fuera de la Logia. El Maestro, siendo astuto, emprenderá el trabajo del Señor
de la forma más razonable posible y dispondrá lealmente de los bienes de éste como si fueran
propios; no dará a Hermanos y Aprendices más salario que el que realmente merezcan.
Tanto el Maestro como todos los masones que reciban salarios justos serán fieles al Señor y darán
término honradamente a sus trabajos tanto si lo hacen a destajo o a jornal y no harán a destajo el
trabajo que haya sido acordado a jornal.
Ningún Hermano mostrará envidia ante la prosperidad de otro, ni lo suplantará ni lo apartará de su
trabajo si es capaz de llevarlo a término, porque ningún hombre puede concluir el trabajo de otro
con provecho para el Señor a menos que tenga el conocimiento profundo de los planos y bocetos
del que lo comenzó.
Cuando un Compañero es elegido Vigilante de los trabajos bajo la supervisión del Maestro, deberá
ser fiel tanto al Maestro como a los Compañeros. Supervisará cuidadosamente los trabajos durante
las ausencias del Maestro para beneficio del Señor y sus Hermanos le obedecerán. Todos los
A.·. L.·. G.·. D.·. G.·. A.·. D.·. U.·.
GRAN LOGIA EQUINOCCIAL DEL ECUADOR
B.·. R.·. L.·. S.·. “LUIS VARGAS TORRES” No. 17
R.·. E.·. A.·. A.·.

masones empleados recibirán dócilmente sus salarios sin murmuraciones ni sublevaciones y no


abandonarán al Maestro hasta que la obra esté terminada.
Los Hermanos jóvenes serán instruidos en el trabajo para evitar el desperdicio de materiales, por
medio del buen juicio y de un amor fraternal en constante aumento.
Todas las herramientas usadas en los trabajos deben ser aprobadas por la Gran Logia. Ningún
obrero será empleado en los trabajos propios de la Masonería ni los Francmasones trabajarán con
los que no son libres, a no ser por una urgente necesidad, ni enseñarán a los obreros ni a los
masones no aceptados del modo en que deben enseñar a un Hermano o Compañero.

VI.- DE LA CONDUCTA
1. En la Logia mientras esté constituida.
No se deben realizar comités privados ni mantener conversaciones separadas sin la
autorización del Maestro, ni hablar de nada impertinente o incorrecto, ni interrumpir al
Maestro, los Vigilantes o a ningún Hermano que esté dirigiéndose al Maestro. No se deben
tener conductas ridículas o chistosas mientras la Logia se esté ocupando de asuntos serios
y solemnes y no se utilizará lenguaje indecoroso bajo ningún pretexto. Por el contrario, se
tratará con el oportuno respeto al Maestro, los Vigilantes y los Hermanos y se les venerará.
Si se presentara una queja, el Hermano que fuera encontrado culpable se atendrá al juicio y
decisión de la Logia, que es el tribunal apropiado y competente para tales controversias
(excepto que, por apelación, sean trasladadas a la Gran Logia) y al que deben ser referidas,
a menos que entre tanto resulte impedido algún trabajo del Señor, en cuyo caso puede
hacerse una instrucción particular. Pero nunca debe recurrirse a los tribunales de justicia
para resolver lo que concierne a la Masonería, sin que la absoluta necesidad de ello resulte
evidente a la Logia.

2. Conducta cuando la Logia se ha cerrado pero los Hermanos están aún reunidos.
Se pueden divertir con placeres inocentes, convidándose entre sí de acuerdo con sus
posibilidades. Pero se evitará todo exceso, así como forzar a cualquier Hermano a comer o
beber más allá de su costumbre y deseo, o impedirle retirarse cuando sus asuntos lo
requieran, o hacer o decir nada ofensivo o que impida una conversación fácil y libre. Todo
ello derribaría nuestra armonía y acabaría con nuestros loables propósitos. Por lo tanto, no
se permitirá que los resentimientos privados y las peleas traspasen las puertas de la Logia,
A.·. L.·. G.·. D.·. G.·. A.·. D.·. U.·.
GRAN LOGIA EQUINOCCIAL DEL ECUADOR
B.·. R.·. L.·. S.·. “LUIS VARGAS TORRES” No. 17
R.·. E.·. A.·. A.·.

mucho menos las peleas sobre religión, naciones o política de Estado. Siendo nosotros
simplemente, como masones, de la Religión Universal antes mencionada, somos también
de todas las naciones, idiomas, familias y lenguas y estamos resueltamente contra toda
política, puesto que ello nunca llevó la prosperidad a las Logias y nunca lo hará.

3. Conducta cuando los Hermanos se reúnen sin extraños, pero sin estar la Logia constituida.
Se deben saludar con cortesía, tal como se les ha enseñado, llamándose Hermanos entre sí
y conversando libremente sobre lo que se considere oportuno, sin ser vistos o escuchados,
sin abusos y sin faltar al respeto que es debido a cualquier Hermano, incluso aunque no
fuera masón. Porque, aunque todos los masones, como Hermanos, están al mismo nivel, la
Masonería no despoja a nadie de los honores de que goza antes de ser masón; antes al
contrario, los aumenta, especialmente si se ha hecho un bien a la Orden, que ha de dar
honor a quien lo merece y evitar malos comportamientos.

4. Conducta en presencia de extraños no masones.


Se debe ser precavido en las palabras y los modos, de forma que el más perspicaz de los
extraños no sea capaz de descubrir o averiguar lo que no es apropiado divulgar. A veces se
deberá dar un giro a la conversación y manejarla con prudencia para el honor de la
venerable Fraternidad.

5. Conducta de los masones en su casa y entre sus vecinos.


Se debe actuar como un hombre moral y prudente. En particular no se hablará con la
familia, los amigos o los vecinos sobre los asuntos de la Logia, etc. Por el contrario, se
tendrá prudentemente en cuenta el honor de cada uno y el de la antigua Fraternidad y
también, por razones que no se deben mencionar aquí, la propia salud y no se extenderán
las reuniones hasta demasiado tarde ni demasiado lejos del hogar después de que la
reunión de Logia haya concluido. Se evitará la glotonería y la embriaguez para que las
familias de los masones no sean despreciadas o maltratadas ni a ellos se les impida
trabajar.

6. Conducta hacia un Hermano desconocido.


A.·. L.·. G.·. D.·. G.·. A.·. D.·. U.·.
GRAN LOGIA EQUINOCCIAL DEL ECUADOR
B.·. R.·. L.·. S.·. “LUIS VARGAS TORRES” No. 17
R.·. E.·. A.·. A.·.

Es preciso examinarlo cuidadosamente, en el modo en que la prudencia aconseje, a fin de


evitar ser embaucado por un ignorante fingidor, al que se debe rechazar con desprecio y
burla y con cuidado de no darle ninguna indicación de lo que conocemos. Pero si se
descubre que es un Hermano verdadero y genuino, se le debe respetar como tal. Y si tiene
alguna necesidad, se le debe socorrer si es posible y, si no, indicarle los medios de obtener
tal socorro. Debe procurársele unos días de trabajo o, si no, recomendarlo para que sea
empleado. Pero no se tiene obligación de hacer algo que vaya más allá de las posibilidades,
debiendo sólo preferir a un Hermano pobre, que es un hombre bueno, antes que a otras
personas necesitadas en las mismas circunstancias.

Finalmente, todas estas obligaciones deben ser observadas, así como otras que sean comunicadas
por otros conductos. Se debe practicar el Amor Fraternal, la piedra angular y la piedra de llave, el
cemento y la gloria de esta antigua Fraternidad, evitando toda riña o disputa, toda calumnia o
murmuración. No se debe permitir a otros calumniar a ningún Hermano honesto, sino que se debe
defender su reputación y mediar por él hasta donde sea compatible con el propio honor y
seguridad, pero no más allá. Si algún Hermano os causa algún daño, debéis recurrir a vuestra
propia Logia.
Se puede apelar después a la Gran Logia, en sus reuniones trimestrales y posteriormente a su
asamblea anual, según la antigua y loable costumbre, pero sólo cuando el caso no pueda ser
dirimido de otro modo. Escucharéis pacientemente los sinceros y amistosos consejos del Maestro y
los Hermanos si os desaconsejan dirigiros a los tribunales ante extraños o si os aconsejan dar un
periodo de espera a los pleitos, de forma que podáis atender los asuntos de la Masonería con la
mayor prontitud y éxito. Sin embargo, por lo que se refiere a los Hermanos y Compañeros que
estén en un proceso ante los tribunales, el Maestro y los Hermanos deben ofrecer amablemente su
mediación, a la que deben someterse con gratitud los Hermanos contendientes. Si por tal
procedimiento no se lograra una solución, deben, no obstante, llevar el proceso o pleito sin ira ni
rencor (no de la forma habitual) sin decir ni hacer nada que pueda impedir el Amor Fraternal y la
renovación y continuidad de los buenos oficios. Que todos puedan ver la influencia benigna de la
Masonería, como todos los buenos masones han hecho desde el principio del mundo y harán hasta
el final de los tiempos.
A.·. L.·. G.·. D.·. G.·. A.·. D.·. U.·.
GRAN LOGIA EQUINOCCIAL DEL ECUADOR
B.·. R.·. L.·. S.·. “LUIS VARGAS TORRES” No. 17
R.·. E.·. A.·. A.·.

PARA EL DEBATE

LOS LINDEROS

Los “landmarks” o linderos son reglas particularmente impuestas por la Masonería anglosajona.

La palabra Landmark tiene su origen en los masones ingleses. Esta palabra habría sido tomada de
la Biblia (Job 24.2 y Pr 22.28/23.10) y recuerda los linderos ––físicos y conductuales –– que no se
deben violar. En masonería se denominan así las limitaciones que supuestamente ninguna Gran
Logia puede derogar, ignorar o modificar, ya que en ellos están contenidos los principios y la
esencia misma de la Fraternidad. Estas limitaciones, a las que llamaremos en adelante “linderos” –
–cuando sea posible y con el fin de no usar la palabra inglesa –– son aquellos principios o reglas de
gobierno masónico que supuestamente determinan la naturaleza de nuestra institución y que por
provenir de tiempos remotos, se tienen en su mayor parte por inviolables. Dentro de estos linderos
se encuentra la masonería, fuera de ellos, no existe. Los que encarnan una tendencia quietista han
llegado a sostener que la Masonería es un culto fundado en bases religiosas y cuyos dubitables
principios originales ––los landmarks–– son inmutables. Hasta el fin del mundo, en consecuencia,
no se pueden introducir modificaciones en los principios y fundamentos de la Masonería Original
sin cesar de ser Masonería. Enfrentados a esta tendencia se encuentran gran parte de los masones
latinoamericanos, partidarios de una masonería adogmática, que represente y encarne las fuerzas
dinámicas frente a las tendencias estáticas.

El vocablo Landmark fue empleado desde tiempos muy antiguos por los masones operativos
ingleses para referirse a las prácticas, costumbres, leyes, y usos de la masonería.
A.·. L.·. G.·. D.·. G.·. A.·. D.·. U.·.
GRAN LOGIA EQUINOCCIAL DEL ECUADOR
B.·. R.·. L.·. S.·. “LUIS VARGAS TORRES” No. 17
R.·. E.·. A.·. A.·.

El prestigioso jurista argentino Virgilio A. Lasca, en su obra “Derecho Internacional Público


Masónico” señala que lo fundamental a considerarse en estas guías o pautas, debe inspirarse en lo
esencial del contenido de las Constituciones de Anderson de 1723, y en modo alguno en las
particularizaciones o peculiaridades que en cada jurisdicción masónica se han impuesto por las
modalidades de ambiente. “Se impone una elevación espiritual para avizorar la gran obra a cumplir
por la Francmasonería en esta humanidad ansiosa de paz y armonía para afianzar su progresivo
mejoramiento.

“Deben contemplarse todos los principios que tiendan a unir las Potencias, y desechar aquellos
otros que son motivo de discrepancia, si es que comprendemos bien el Arte de construir una
verdadera fraternidad.

Sin embargo, las referidas Constituciones de Anderson no son de modo alguno un antiguo lindero,
aunque sí pueden ser un patrón de referencia. La Constitución publicada por la Gran Logia de
Inglaterra en el año 1723 es una verdadera reforma de los usos y costumbres de la Masonería
operativa, llevada a cabo por la necesidad de organizar la Fraternidad, a fin de reunir los elementos
dispersos y coordinar sus esfuerzos. Esto está claramente explicitado en la página 73 del Libro de
las Constituciones de 1723, en la que se puede leer: “...Habiendo sido ––en Inglaterra––
considerablemente interpoladas (¡no solo en la Biblia se hacían interpolaciones!) y mutiladas y
lamentablemente alteradas las añejas Constituciones... nuestro antiguo Respetable Gran Maestre
encargó al autor examinar, corregir y redactar, siguiendo un método nuevo y mejor, la historia,
deberes y reglamentos de nuestra vieja fraternidad. En consecuencia, este último ha estudiado
diversos documentos provenientes de Italia, de Escocia y de distintas regiones de Inglaterra ––
entre los que encontró gran número de errores–– y de ellos, así como de otros antiguos archivos
masónicos, sacó las Constituciones aquí publicadas con los Deberes y Reglamentos Generales”.

Esta página ha sido sospechosamente puesta en la sombra por los historiadores. Conocemos una
larga lista de antiguos documentos masónicos, y creemos que el famoso “Manuscrito Regio”, que
data de alrededor del año 1390, es el más antiguo de todos. La “Carta di Bologna”, importante
documento del año 1248, también es mantenido en la oscuridad por la mayoría de historiógrafos de
la Fraternidad. ¿A que se debe este silencio?. ¿Tendremos que ver en esto una no confesada
intención de británica preponderancia?
A.·. L.·. G.·. D.·. G.·. A.·. D.·. U.·.
GRAN LOGIA EQUINOCCIAL DEL ECUADOR
B.·. R.·. L.·. S.·. “LUIS VARGAS TORRES” No. 17
R.·. E.·. A.·. A.·.

La obra de Anderson no pudo evitar la aparición de susceptibilidades. Eduardo E. Plantagenet nos


cuenta (ver Bases del Derecho Masónico, ¿Landmarks u Obligaciones de Anderson?) que aquellos
que permanecían fieles a lo que creían ser la verdadera tradición masónica, no querían admitir que
esta podía haber sido realmente corrompida por alteraciones de todo orden. Es precisamente a
estos hermanos a quienes se debe en 1722 ––en el mismo momento en que el trabajo de Anderson
era confiado a una comisión de revisión especialmente nombrada para su examen––, la publicación
de una Constitución (“The Old Constitutions belonging to the Ancient and Honourable Society of
Free and Accepted Masons”), copiada ––según lo declaraban–– de un documento manuscrito de
más de quinientos años de edad (!). No cabe ninguna duda que fueron ellos quienes años más tarde
––¿en 1858 como se pretende?–– provocaron la publicación de una lista enumerativa de los
“Landmarks”, o Principios Fundamentales e Imprescindibles de la Orden, que opusieron con éxito
a las “Obligaciones de Anderson” Todavía hoy la Gran Logia Unida de Inglaterra hace de esos
Landmarks la base de la ortodoxia masónica. Todavía hoy muchos hermanos creen que ciertos
linderos están indisolublemente unidos a las Constituciones de Anderson.

“Si confrontamos los Landmarks y las Obligaciones, continua Plantagenet, nos vemos fatalmente
obligados ––de buen o mal grado–– a comprobar que, lejos de complementarse mutuamente, como
nos induciría a admitirlo la doctrina anglo-sajona, ambos documentos se contradicen o se hallan en
desacuerdo sobre más de un punto; que su respectiva autoridad “legal” está lejos de ser equivalente
y, por último, que sus divergencias ––tan nefastas para la noble grandeza y la sublime
universalidad del Ideal masónico–– tienen por origen un malentendido, tanto más afligente cuanto
que él no parece ser, más que una deplorable consecuencia de la eterna incompatibilidad existente
entre la letra y el espíritu. Estas diferencias no son fruto del azar ni de la fantasía del redactor; ellas
son voluntarias, premeditadas y, lo que es más, meticulosamente definidas y puestas a punto”.

Estas diferencias se acentuaron con el tiempo e impulsaron a los “antiguos” (la oposición de los
“modernos” que rodeaban y apoyaban a Anderson) a volver a sus antiguos sentimientos, renegar
de las Constituciones de Anderson, invocar la imprescriptibilidad de los linderos (landmarks) que
ellos “habían descubierto” y provocar así la alteración del texto original de Anderson y después el
paradojal maridaje de sus linderos con las Obligaciones.
A.·. L.·. G.·. D.·. G.·. A.·. D.·. U.·.
GRAN LOGIA EQUINOCCIAL DEL ECUADOR
B.·. R.·. L.·. S.·. “LUIS VARGAS TORRES” No. 17
R.·. E.·. A.·. A.·.

¿Qué son y que no son entonces los Landmarks? Debemos aceptar que hasta hoy no se conoce ni
su número ni su naturaleza particular, y que ninguna de las nomenclaturas en curso reviste un
carácter de autenticidad suficientemente notoria como para que podamos librarnos de la duda que
nace de tan singulares contradicciones y de la visible puja que produce su cotejo. Unos pocos
corresponden a los antiguos e inalterables linderos. Otros muchos no son nada más que tardíos
agregados e interpolaciones que tuvieron como objeto primordial sustentar posiciones altamente
criticables por lo poco masónicas. Ciertamente, no será posible a través de estos medir el grado de
desviación que se ha operado en la Fraternidad, el alejamiento de los postulados que la animaban.
Considerar que los llamados landmarks son el conjunto de rasgos propios y exclusivos de la Orden
––sin efectuar un previo análisis de los mismos–– puede llevarnos a cometer graves
equivocaciones. Este análisis es ineludible para determinar si las Obligaciones de Anderson
pueden o no ser consideradas como la Carta fundamental de la Masonería especulativa, o en su
defecto, considerar como tal a los principios básicos de la Francmasonería Universal, aprobados en
la Asamblea General de Francmasones reunida en Paris en el año 1523.

No hay dudas de que todos estamos de acuerdo sobre la existencia real de determinados linderos
no desprovistos de cierta autoridad y que pueden ––en cierta medida por lo menos–– representar
algunos elementos esenciales de la regularidad masónica. Sin embargo, para que pudiésemos hacer
de ellos bajo esta forma la base del derecho masónico, sería necesario todavía que esos linderos
fundamentales fuesen codificados después de haber sido aligerados de todas las prescripciones
cuya universalidad no está demostrada de un modo incontrovertible, o que no se ajustan
estrechamente a la definición admitida para sus caracteres específicos.

Los linderos que propuso Mackey son notoriamente posteriores al libro de las Constituciones de
Anderson. En cuanto al resto, ¿qué título se podría invocar ante las circunstancias ya señaladas
para conceder a los linderos en general una precedencia cualquiera sobre las Obligaciones de
Anderson? El argumento de la anterioridad no puede ser utilizado; su autenticidad está sujeta a
caución; su universalidad es discutible; su número es desconocido; nada define “oficialmente” su
carácter; ni siquiera se puede pretender que la enunciación de los principales de entre ellos haya
aportado un elemento nuevo para el establecimiento de los cuadros del derecho masónico.
A.·. L.·. G.·. D.·. G.·. A.·. D.·. U.·.
GRAN LOGIA EQUINOCCIAL DEL ECUADOR
B.·. R.·. L.·. S.·. “LUIS VARGAS TORRES” No. 17
R.·. E.·. A.·. A.·.

En la Constitución “operativa” publicada en Londres en 1722 no se encuentra ninguna referencia


que pueda servir de base para la justificación de los “landmarks” de Mackey. Por el contrario, se
puede apreciar que por primera vez apareció esta expresión en el vocabulario masónico, en el
artículo XXXIX de las Antiguas Ordenanzas, publicadas a continuación de las Obligaciones de
Anderson:

“XXXIX. Every Annual Grand Lodge has an inherent Power and Authority to make “new
regulations” or to alter these, for the real Benefit of this ancient Fraternity: Provided always “the
old Landmarks be carefully preserved…”

Como en el decreto de aprobación de la Gran Logia se expresa que los textos de Anderson deben
ser considerados como las únicas Constituciones de la Orden:

“... and we ordain That these be received in every particular Lodge under our cognizance, as the
only Constitution of Free and Accepted Masons amongst us…”

no puede caber duda de que las prescripciones a que esta declaración se refería no eran otras que
las editadas por los “Old Charges” mismos.

Si consideramos estas prescripciones con la atención que se merecen, rápidamente notaremos que,
adoptando el aspecto de una constitución operativa, ellas trazan muy claramente el cuadro
espiritual de la Masonería especulativa, destacando las tradiciones que importa respetar para que el
Masón virtuoso pueda “realizar” la iniciación y convertirse en un “Iniciado” ––en el sentido
intelectual del término–– y para que la Orden conserve su fisonomía propia en medio de las
instituciones profanas, dedicadas a la satisfacción fragmentaria y temporal de las aspiraciones
trascendentes e integrales de la comunidad masónica.

Enfrentamos así una verdadera disyuntiva: optar entre linderos u Obligaciones. Podemos
embarcarnos en la difícil tarea (hasta hoy no acometida) de pesquisar y analizar todos los linderos
que andan dando vueltas y decidir cuales de ellos son auténticos y vitales para el mantenimiento
del carácter que identifica a nuestra Fraternidad. Reitero lo equívoco que puede resultar emitir una
opinión acerca de los “antiguos linderos” considerando solamente los enunciados por Mackey.
A.·. L.·. G.·. D.·. G.·. A.·. D.·. U.·.
GRAN LOGIA EQUINOCCIAL DEL ECUADOR
B.·. R.·. L.·. S.·. “LUIS VARGAS TORRES” No. 17
R.·. E.·. A.·. A.·.

Nadie ha podido responder de que fuentes los ha extraído. Son muchos los hermanos que no
aceptan la preferencia excesiva que se otorga a estos linderos por sobre las Obligaciones de
Anderson, porque en algunos aspectos ellos las desvirtúan con una peligrosa pugna y en otros las
repiten inútilmente.

Lo que interesa ante todo es entenderse. Cuando se proclama que los antiguos linderos son
“inalterables, inamovibles e inmutables” resulta positivamente cierto si se tienen en cuenta cuando
menos las Obligaciones de Anderson, pero no si se considera la nomenclatura de Mackey, que ha
invadido muchos terrenos para poder pretender cierto grado de imprescriptibilidad. No podemos
detener la evolución misma , atándola a los límites infranqueables de un pasado muerto. La
naturaleza no es estacionaria. “Las instituciones envejecen mientras la Humanidad rejuvenece sin
cesar; los métodos pueden gastarse, las exigencias de los tiempos y del espíritu modificarse, las
doctrinas corromperse, solo el “fin” permanece eternamente idéntico a sí mismo porque nosotros
estamos “en el valle” y él está “en la cima”.

“Si a nuestro turno osáramos expresar un “landmark” iniciático en apoyo de nuestra tesis,
diríamos que lo que nos distingue específicamente de la actividad intelectual y social del mundo
profano es precisamente que “la comunidad humana se esfuerza por realizar la doctrina” tentando
a cada individuo, cada función y cada grupo a imponer la suya a los otros, mientras que la
colectividad masónica no aspira sino a encaminar la Humanidad hacia “el fin”, haciéndolo
perceptible a todos y dejando a cada uno el cuidado de encontrar su vía y de progresar por ella
según sus fuerzas y sus posibilidades”.

“Es por eso que la enseñanza iniciática no se presta a ninguna limitación espiritual; la glosa
iniciática de hoy es esencialmente diferente de aquella cuyo texto nos dan los rituales del siglo
XVIII, aunque el objetivo final siga siendo el mismo”.

“Como conclusión se puede afirmar que las Obligaciones de Anderson, al igual que los Principios
Básicos Constitutivos de la Francmasonería Universal del año 1523, constituyen los únicos
documentos capaces de proporcionar una base sólida al derecho masónico. Desgraciadamente, los
llamados landmarks o linderos, bajo su forma actual no solamente es nulo su valor, sino que,
además de su imprecisión, su falta de coordinación y la puja enredada que evidencian sus términos,
A.·. L.·. G.·. D.·. G.·. A.·. D.·. U.·.
GRAN LOGIA EQUINOCCIAL DEL ECUADOR
B.·. R.·. L.·. S.·. “LUIS VARGAS TORRES” No. 17
R.·. E.·. A.·. A.·.

constituyen para la Orden un mal de una excepcional gravedad que sería de urgencia extirpar. ¿Es
ello posible? No cabe duda de que sí. Bastaría solamente con no dejar que en la busca racional de
la solución del problema la letra ahogue al espíritu y los particularismos estrangulen a la
Fraternidad”. (E.G. Plantagenet)

Los “antiguos linderos” ––los landmarks––, cuyo sentido real y número pocos masones conocen,
han demostrado que solo convienen a las potencias masónicas, ya que les permite ––por la
ambigüedad del término– acusarse recíprocamente de la no observación de la antigua tradición de
los Masones operativos, pecado del que todas ellas se hacen más o menos culpables cuando ello
sirve a sus intereses.

Es mi Palabra V.·. M.·.


Marcelo Ribadeneira M.·. M.·.

BIBLIOGRAFÍA:
Manual Francmasónico; Umbert, Santos Luis
El Secreto Masónico: Ambelain, Robert
Enciclopedia de la Masonería; A. Gallatin
La Masonería Según los Masones; Luis A. Sepúlveda

You might also like