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"Mi casa es mi refugio, una pieza emocional de

arquitectura, no una pieza fría de conveniencia. Una


composición emocional de mi arquitectura y no una obra
utilitaria e insensible." - Luis Barragán
(Jalisco, 1902 - Ciudad de México, 1988)
Casa Luis Barragán
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La Casa Luis Barragán, construida en 1948, representa una de las obras arquitectónicas
contemporáneas de mayor trascendencia en el contexto internacional. Es una obra maestra
dentro del desarrollo del movimiento moderno, que integra en una nueva síntesis elementos
tradicionales y vernáculos, así como diversas corrientes filosóficas y artísticas de todos los
tiempos. La influencia de Luis Barragán en la arquitectura mundial sigue creciendo día con día, y su
casa, conservada con fidelidad tal como la habitó su autor hasta su muerte en 1988, es uno de los
sitios más visitados en la ciudad de México por los arquitectos y los conocedores de arte de todo el
mundo. Este museo, que comprende la residencia y el taller arquitectónico de su creador, es
propiedad del Gobierno del Estado de Jalisco y de la Fundación de Arquitectura Tapatía Luis
Barragán.

- EL UNIVERSO EN UNA CASA -

12 de Noviembre de 2010
En una casa de 1,161 metros cuadrados en el barrio de Tacubaya, en
la ciudad de México, cabe todo el universo. Al menos, el rico universo
de su creador: el arquitecto Luis Barragán (1902-1988). Y es que en
esta construcción de 1947, lugar donde vivió y creó, no sólo hay
paredes y techos: hay siglos de historia, de filosofía, de cultura. Todo,
sintetizado en formas geométricas, colores y texturas. Y es por esto
-más lo que descubrirán en las siguientes imágenes- que este año la
UNESCO le concedió a esta casa la categoría de "patrimonio de la
humanidad".

En la foto, podemos ver un ejemplo: el patio de los jarrones, en el que un espejo de agua no sólo
refresca el ambiente sino que acentúa las formas geométricas.

En América, muchas casonas viejas de períodos como el de la colonia española han sido
nombradas "patrimonio de la humanidad" por la UNESCO. Sin embargo, ésta es la primera ocasión
en que una casa del siglo XX recibe esta categoría en el
continente.

Aquí vemos otro punto de vista del patio de los jarrones.


Como se puede ver, los jarrones, acomodados en un
extremo, forman un contrapunto: son muestras de
la artesanía popular de Jalisco (estado mexicano donde
nació Barragán) en medio de un paisaje moderno.
También, con un poco de imaginación, pueden verse como
las flores de un jardín citadino de cemento.

- LA CASA DEL GENIO -

Luis Barragán -ingeniero civil por profesión; arquitecto por vocación-


vivió y trabajó en este sitio hasta su muerte. Eso es lo que explica por
qué en esta casa -convertida en museo desde 1994- no sólo hay
obras de arte arquitectónicas sino también huellas del genio que las
creó.

En esta foto, se ve su mesa de trabajo en la biblioteca de la casa.


Casa Luis Barragán
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Como se puede apreciar, no sólo hay una intención artística en la maqueta que aparece aquí, sino
también en la disposición de los frascos en los que guardaba sus pinceles y lápices. Y así, tal como
sucede en esta imagen, las señales de la vida diaria de este genio abundan por la casa.

Durante el 2004, la casa-estudio de Luis Barragán fue el


único inmueble en América Latina en haber cumplido con
los requisitos para ser incluidos en la lista de la UNESCO.
Y, con este reconocimiento -el vigésimo cuarto en su
haber-, se ratifica a México como el país americano con
mayor número de monumentos validados por esta
organización. En el continente, luego se ubica Estados
Unidos con 20, y a Brasil con 17.  A nivel mundial, se ubica
en octavo lugar, después de Italia (que ocupa el primer

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lugar con 39), España, China, Alemania, Francia, India y
el Reino Unido.

En la imagen: Empotradas en la pared pero


aparentemente suspendidas en el aire, estas
escaleras conectan a la biblioteca con el resto de la casa.
A cerca de 58 años de creadas, la simpleza de su diseño
sigue produciendo asombro en quien las mira.

El reconocimiento de la UNESCO no es el primero obtenido por la casa-estudio de Luis Barragán.


En 1980 obtuvo el Premio Pritzker, el más alto galardón internacional otorgado a una obra
arquitectónica.

En la imagen: En la sala puede verse cómo Barragán optó


por incluir entre el mobiliario elementos -en este caso,
banquitos de madera con mimbre- que le dieran un toque
casual al ambiente de esta casa que, en 1947, debió
parecer ultramoderno. Gracias a estos detalles, hoy el lugar
es simplemente atemporal.

- PAISAJE EN UNA CASA -

Uno de los argumentos a favor de la inclusión de la casa


como "patrimonio de la humanidad" fue la necesidad de
evitar los riesgos de que el inmueble sufriera daños
irreparables. Y, aunque desde 1994 funciona como Museo
bajo el cuidado del consejo mexicano para la Cultura y las
Artes, los años y la humedad han dejado sus huellas en
algunos rincones...

En la imagen: como se puede ver, Barragán conjuntó la


funcionalidad de un lugar para vivir con la belleza de un
paisaje para inspirarse
Casa Luis Barragán
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Es fácil que una construcción de aspecto "moderno"


adquiera un "look pasado de moda" con el paso de
unos cuantos años. Esto se debe a que generalmente
la modernidad en la arquitectura suele partir
de visiones miopes del futuro. En el caso de Barragán,
el uso de líneas geométricas muy simples es lo que
dotó a su obra de un caracter moderno atemporal.

En la imagen: en la casa es constante la aparición de


adornos de barro mexicanos junto con esferas
metálicas: nuevamente, un ejemplo más del contraste
entre lo tradicional y lo moderno.

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Aunque el estilo de Barragán fue inspirado contundentemente por la cultura mediterránea (lo cual
es evidente en su fascinación por los patios, los muros y las terrazas), por un lado muchas veces
logró el toque mexicano con el uso de colores brillantes como el rosa mexicano o el amarillo. El
toque moderno lo dio con el uso original del mobiliario integrado en la arquitectura.

ESPACIOS

Planta baja

Porteria La fuerte sensación de límite que establece el paramento hacia la calle queda reiterada
por el primer espacio de la casa. Este acceso de dimensiones reducidas que tiene una luz teñida
por un vidrio amarillo en una reinterpretación de un espacio tradicional. Aquel que provoca la
pausa que antecede a la casa mexicana o a la mediterránea, a los conventos o a los monasterios.
La portería funciona como un lugar de espera y, al mismo tiempo, como un espacio donde se
preparan los sentidos. Estos son puestos en un estado expectante por la acción directa de una
paleta de materiales precisa, escasa en variantes, pero generosa con ellos: madera, piedra y muros
encalados.

Vestibulo Esta segunda puerta, separa la penumbra dorada de la portería de la luz intensa del
vestíbulo, que es elaborada por un mecanismo de reflejos. Desde el plano amarillo del exterior, la
luz incide sobre una superficie dorada de un retablo barroco y baña después al rosa intenso de los
muros. La experiencia cromática también puede ser leída como una secuencia complementaria.
De esta manera el amarillo amielado de la portería satura la pupila para recibir al color rosa que
es, a su vez, preparación y catálisis, si es que abrimos una puerta más y nos asomamos hacia la
ventana del comedor que tiene el fondo verde intenso y sombreado del jardín. La arquitectura del
siglo xx había ya explotado la caja muraria para mostrar un espacio delimitado por planos sólidos o
transparentes que se articulan en torno a dicho espacio. En este vestíbulo, sin embargo, la luz
vuelve a llenar un espacio que se puede describir como si hubiese sido tallado en la materia blanca
de los muros, lo que representa una forma substancialmente distinta de construir. Ascendiendo
por una rampa —tras el muro— se llega a un segundo espacio sobre el vestíbulo donde se
encuentra un vestidor separado visualmente por muros que no alcanzan el techo y que le dan
continuidad a toda la altura. Es un espacio fluido, moderno. Lo que no se contradice de manera
alguna con el hecho de que este tallado de una manera ancestral.
Casa Luis Barragán
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Estancia La transición hacia la estancia-biblioteca se logra con recursos que serán constantes a lo
largo del recorrido. Un acento de escala, a manera de contracción, su consecuente sombra y el
movimiento, nunca frontal ni directo, sino obligado a una directriz quebrada que concluye con una
nueva dilatación del espacio, el aire y la luz. La fachada poniente de la casa se distingue de la
frontera prácticamente impenetrable de la fachada hacia la calle no sólo por su proporción de
vanos, sino también en su concepción como un mecanismo de diálogo de la casa con su jardín.
Este es el caso de la gran ventana en la estancia. A través de esta fachada la naturaleza acompaña
y provoca las experiencias de la vida que ocurren al interior. Frente al jardín, acompañándolo, se
encuentra la estancia. Otra vez los materiales industriales están ausentes en el diseño de los
objetos cotidianos. Sólo tenemos madera maciza, piel, fibras vegetales y lanas.

Biblioteca La estancia es el primero de los lugares contenidos en esta espléndida doble altura del
salón donde está la biblioteca. Este gran flujo espacial se haya dividido en recintos conformados

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mediante la introducción de varios planos de muros a media altura. Entre los dos planos blancos a
media altura, se ha conformado un lugar de trabajo para la biblioteca donde se resguarda una
mesa de madera gruesa. Este rincón de muros bajos vuelve a aparecer tangencial a un recorrido
que comienza a trazarse, ahora en espiral, hasta encontrarse de frente con la célebre escalera de
tablones en cantiliber. Un plano abstracto se desdobla con ligereza y contrasta con la solidez
pétrea de la escalera en el vestíbulo. Aquí se ha propuesto una síntesis mínima de la escalera que
nace del mismo material de la puerta hacia la que se dirige, en un solo gesto plástico

Comedor y desayunador Desde la perspectiva del comedor, logra desprender la vegetación del
suelo para añadir un color más en la composición. En este lugar se hace obligada la referencia a
una de las figuras centrales en el desarrollo artístico de Luis Barragán. Se trata de Jesús Reyes
Ferreira, aparece en la madurez del arquitecto Barragán como el maestro de gusto certero del que
provienen fundamentales lecciones de color y composición. En el desayunador la ventana se eleva
una vez más y ya no tiene una posición frontal franca. El jardín se presenta entonces como una
fuga superior de la perspectiva, en un lugar, probablemente el más íntimo de la casa, donde hay
que resguardar la mirada entre muros. En la cocina, amplia y bien iluminada, el jardín aparece sólo
al abrir la puerta. Los vidrios translúcidos denotan aquí una jerarquía de ventana muy distinta a las
antes descritas.

Planta alta

Habitación de huéspedes Ésta y las dos habitaciones de este segundo nivel tienen como
denominador común su espíritu monacal, no sólo por la economía de recursos con la que están
resueltas, sino incluso por la selección del mobiliario y las texturas En ninguna de estas
habitaciones aparece, como no lo ha hecho en toda la casa, a excepción del desayunador, la luz
artificial cenital y homogénea.

Cuarto blanco y habitación principal En la segunda planta la vista del jardín está reservada para la
habitación del arquitecto y la habitación de tarde o “cuarto blanco” como coloquialmente le
llamaba. A estas se accede por una nueva válvula espacial, ahora amarilla, que concentra la luz de
la mañana proveniente del vestíbulo hasta llevarla al interior de las recámaras
Vestidor Es un lugar que comparte con el vestíbulo su misma espacialidad fluida y compleja. El
vestidor es la invitación a descubrir la terraza pasando a través de una hendidura vertical, un
sólido de luz amarilla por el que apenas asoman tres escalones de madera cuyas dimensiones
sugieren un ascenso meditativo, solitario.
Casa Luis Barragán
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Terraza Es una composición abstracta de paramentos desnudos que funcionaron como laboratorio
cromático y cuya función arquitectónica es a la vez evocadora e insólita. En la terraza es donde
sucede el desenlace de la compleja construcción espacial y poética de la casa. A partir de un
simple barandal de madera que permitía la vista hacia el jardín, los muros perimetrales fueron
elevados hasta la completa introspección. Por otro lado, las múltiples variaciones cromáticas que
se registran dejan pistas de la exploración que Barragán hace sobre la interacción del color con los
espacios construidos. La búsqueda de los orígenes desde los cuales la terraza ha evolucionado se
vuelve múltiple: pueden encontrarse en la tradición musulmana de habitar los techos o en esos
lugares abiertos por excelencia al acontecimiento urbano y hasta en el concepto anunciado por Le
Corbusier de la quinta fachada moderna

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Casa Luis Barragán

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