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Alejandro Mantilla Quijano

La angustia utópica en el cine


de Andreï Tarkovski
(y la alegría disutópica como posibilidad)

EL AUTOR: “Cuando el cine no es documento, es sueño. Por eso


Tarkovski es el más grande de todos. Se mueve con una
Alejandro Mantilla es
naturalidad absoluta en el espacio de los sueños; él no
integrante del Proyecto
explica, y además ¿qué iba a explicar? Es un visionario
Aurora y del Grupo de
que ha conseguido poner en escena sus visiones en el
Teoría Política Contem- más pesado, pero también el más solícito de todos los
poránea de la Facultad medios. Yo me he pasado la vida golpeado a la puerta de
de Derecho, Ciencias ese espacio donde él se mueve como pez en el agua”.
Políticas y Sociales de
la Universidad Nacional
Ingmar Bergman1
de Colombia. En la ac-
tualidad prepara un bre-
ve trabajo sobre Teorías
de la justicia, políticas
agrarias y movimiento
campesino en Colombia.
E-mail:

E
alejo_mantilla@yahoo.es RESUMEN l cine de Tarkovski es un pasaje fun-
La riqueza visual de las películas del director ruso Andreï damental en el recorrido de la estética
Tarkovski encuentra una relación íntima con el ansia me- contemporánea. A pesar del corto nú-
1
Cfr. Ingmar Bergman, Lin- siánica y redentora de un artista que veía en sus trabajos
terna mágica, Barcelona, mero de películas que llegó a realizar –si
una permanente búsqueda de carácter utópico. En ese
Tusquets, 2001, pág. 84.
sentido puede encontrarse una coincidencia de su expre- se lo compara con otros cineastas de su
2
Con una ambigüedad bas- sión estética con las reflexiones hechas por filósofos con categoría–, el director ruso tiene un lugar
tante inusual en sus traba- preocupaciones similares como Walter Benjamin o Ernst más que privilegiado en la historia del
jos, Fredric Jameson ha ci- Bloch. Gracias a tal pretensión, los personajes de sus
tado a Tarkovski como un pre- historias encontraron una permanente angustia que mar-
cine. Sin temor a incurrir en excesos, con-
cursor de la neoestetización có buena parte de su destino, la cual se rastrea aquí como sideramos que cualquier trabajo sobre la
posmodernista, ya que en sus
películas se puede apreciar
el directo resultado de las pretensiones utópicas y sus historia del cine contemporáneo que se
una constante preocupación
limitaciones, las cuales son contrastadas con la riqueza atreva a ignorar su filmografía pecará por
por la belleza de la imagen. ofrecida por el concepto de disutopía manejado por Antonio
En ese sentido, Tarkovski re- Negri. En esa dirección, el ensayo concluye indagando por insensatez antes que por incompleto. Pero
presenta un momento pre- los alcances disutópicos, alegres y liberadores de la obra no es sólo su inmensa riqueza fílmica la
liminar del posmodernismo, fílmica de Tarkovski. que logra despertar inquietudes, pues las
tendencia que tendría como
características: 1. la utiliza- películas de este autor continúan gene-
ción de la belleza como mero ABSTRACT rando múltiples reflexiones que van más
objeto de consumo mercan-
tilizado (en contraposición Utopian Anxiety in the Films of Andrei Tarkovski (And the allá del campo de lo meramente visual y
con la belleza como posibili- Possibility of Dystopian Happiness) estético 2 .
dad subversiva y como ex- The visual richness of the films of Russian director Andrei
presión de liberación); y 2.
Tarkovski are intimately connected to the redemptive and No es casualidad que Jean-Paul Sartre3, en
el auge inusitado de la ima-
gen y lo visual como lugar messianic yearning of an artist engaged in a utopian search. carta dirigida a Mario Alicata (quien fue-
privilegiado en el arte con- In this manner, a concordance can be found between his ra en su momento responsable cultural del
temporáneo. Cfr. Fredric Ja- aesthetic expression and the thinking of philosophers with
meson, “Imágenes y posmo- similar concerns, such as Walter Benjamin or Ernst Bloch. Partido Comunista Italiano), reafirmara la
dernidad”, en Barbero y Sil- According to this premise, characters in his stories are catalogación del cine de Tarkovski como
va (comps.), Proyectar la
comunicación, Bogotá, Uni-
saddled permanently with anxiety about their destiny, linked una muestra de “suprarrealismo socialis-
directly to the utopian ideal and its limitations. These are
versidad Nacional, Ieco, Ter- contrasted with the richness offered in the dystopian
ta”. Sin duda tal calificativo resultó bas-
cer Mundo, 1997, pág. 347
concepts of Antonio Negri. The essay concludes by tante controversial, pero debe recordarse
y ss.
Buena parte del sentido de investigating the reach of dystopia, joyful and liberating in que semejante reacción se dirigió contra
este artículo es el de refutar the films of Tarkovski. la actitud de los críticos bolcheviques que
la ambigua referencia de Ja-
meson, para resaltar las po- descalificaron La infancia de Iván ( 1961) por
tencialidades del cine de Tar- PALABRAS CLAVES: su supuesto occidentalismo, acusación
kovski más allá de su inne-
gable riqueza visual.
Andreï Tarkovski, crítica e interpretación, utopía, disutopía, que le hacía merecedor del apelativo de
cine y filosofía política. “pequeño burgués sospechoso”, según el
3
Cfr. Jean-Paul Sartre, “Dis-
cusión sobre la crítica acerca concepto de los críticos de Unitá, fieles al
de La infancia de Iván”, en realismo socialista. En su carta, el filóso-
Revista de Occidente, 175,
diciembre de 1995, pág. 21
fo francés resaltó el carácter propiamente
y ss. ruso y revolucionario del primer largo-

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ALEJANDRO MANTILLA QUIJANO

metraje 4 de Tarkovski (carácter que luego va desde la utopía abstracta hasta la cien-
se reafirmaría en Andreï Rublev), así como cia. Pero también, en cierta manera, un pro-
la sensibilidad que alimentaba en las nue- greso extrapolado desde la utopía hasta la
vas generaciones de rusos. Yendo más allá ciencia que lleva a la supresión de todos los
de Sartre, podemos decir que estas expre- sueños, anticipaciones y esperanzas” 5.
siones fílmicas emergen como una supera-
La angustia utópica es uno de los referen-
ción iconoclasta del “realismo socialista”
tes fundamentales de un cine que no se
impuesto por decreto por la nomenklatura.
muestra como un simple constructo visual,
A nuestro juicio, el realismo socialista ge- sino que se construye como un proyecto
nera actitudes surrealistas y para más se- estético que cumple el papel de convertir-
ñas oníricas. Pero no en el sentido ideado se en un vehículo de apropiación del mun-
por Breton y sus condiscípulos, sino en el do, de ansia de lo ideal y de una constante
sentido perverso de generador de pesadi- búsqueda de sentido de la especie huma-
llas: pesadilla para Maiakovski, Pasternak na. En ese sentido, Tarkovski escribe en su
y Solzhenitsin, pesadilla para algunos pin- obra Esculpir en el tiempo:
tores occidentales (citemos como ejemplo Una y otra vez el hombre se pone en relación con
a Rene Magritte, quien se vio obligado a el mundo movido por el atormentador deseo de apro-
distanciarse del Partido Comunista Belga piarse de él, de ponerlo en consonancia con ese su
en los años 30 ). Y pesadilla para el mismo ideal que ha conocido de forma intuitiva. El carác-
Tarkovski, quien viera cómo la burocracia ter utópico, irrealizable de ese deseo es fuente pe-
al mando de Mosfilm decidió retirar del fes- renne de descontento del hombre y de sufrimiento
tival de Cannes su obra Andreï Rublev en 1967. por la esencia del propio yo6.
Buena parte de la afirmación sartreana ad- Nuevamente encontramos el nexo con Blo-
quiere sentido si observamos la recurren- ch, quien afirmaba que “la utopía concreta
cia del sueño en el cine del autor ruso, es la representación emblemática de la pro-
como bien lo planteaba Bergman en el epí- blemática del sentido de toda la historia
grafe citado. Pero no es el sueño en sole- humana”7.
dad el que se pasea orondo por el cine de
Pero, curiosamente, las referencias utópicas
Tarkovski: es el sueño emparentado con
del director ruso sólo lo llevan a callejones
un constante grito utópico, grito que en
sin salida, que limitan las posibilidades de
muchos momentos se revela como una an-
liberación. Por eso la alternativa utopico-
gustia redentora permanente. Esa angus-
mesiánica-redentora se muestra estética-
tia utópica revela otro punto de enfren-
mente más como generadora de angustias
tamiento con la nomenklatura, ya que el
que como configuradora de realidades
vulgar marxismo soviético se muestra ba-
emancipatorias. La angustia redentora nos
sado en la pretensión de un socialismo
muestra con una inmensa riqueza estética
científico (expresión de Engels más que de
la mala fortuna de la siempre conflictiva y
Marx) que nace antagónico al socialismo
angustiante idea de utopía.
utópico. En palabras de Ernst Bloch: “De
aquí que el marxismo no haya suministra- Por esa razón, plantearemos una oposición 4
Para no caer en equívocos
do una garantía de la existencia de un fu- que recorrerá los desplazamientos de este debemos aclarar que la pri-
turo genuino, ni de una apertura igual- escrito: la utopía-angustiante será contra- mera realización reconocida
de Tarkovski es un medio-
mente genuina. Engels escribió El desarrollo del puesta a la disutopía-alegre. Consideramos metraje titulado El violín y la
socialismo desde la utopía hasta la ciencia. El que a pesar del explícito y refinado utopis- aplanadora (1960); por lo
título es preciso. Existe un progreso que mo del cine de Tarkovski, este se constitu- anterior, La infancia de Iván
(1961) es su primer largo-
metraje a pesar de no ser su
primer trabajo como direc-
tor. Así mismo, valga no olvi-
dar que como estudiante en
la escuela de cine VGIK rea-
lizó dos obras menores: Los
asesinos (1956) y Hoy no
habrá salida (1959), las
cuales no se incluyen habi-
tualmente en su filmografía.
5
Cfr. Ernst Bloch, “El hom-
bre como posibilidad”, en la
antología presentada en la re-
vista Suplementos, # 41,
Ed. Anthropos, 1993, pág.
25.
Roland Bykov en Andreï Rublev.

6
Cfr. Andreï Tarkovski, “El
arte como ansia de lo ideal”,
en Señal que cabalgamos
# 30, Bogotá, Facultad de
Ciencias Humanas, Univer-
sidad Nacional de Colombia,
Bogotá, 2003.
7
Cfr. Ernst Bloch, “Ontolo-
gía del aún-no”, en op. cit.,
pág. 20.

PALIMYHSTOS - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 261


LA ANGUSTIA UTÓPICA EN EL CINE DE ANDREÏ TARKOVSKI

ye en una poderosa herramienta para criti- Stalker es un personaje que tiene como mi-
car los referentes utópicos, como vía de ce- sión guiar a los viajeros que deseen pene-
lebración de la salida de la angustia a tra- trar en “la zona”, una región deshabitada
vés de la disutopía8. donde se encuentra ubicada una habitación
que permite que los sueños se hagan reali-
I. LA FUERZA MESIÁNICA DE STALKER dad. Este hombre sufre inmensamente
pues vive en un contexto donde los Stalker
Una suerte de revelación mesiánica recorre han perdido importancia, lo cual se refuer-
todo el argumento de Stalker (1979) del en- za por las presiones de su esposa, quien le
cumbrado director ruso Andreï Tarkovski, insta permanentemente para que se enca-
que –al decir de Bergman– es quien mejor mine hacia la cotidianidad de un empleo
se mueve en el terreno de los sueños. A mal pago que les permita mantener a su
nuestro parecer, Tarkovski va más allá de hija (una niña lisiada con poderes telequi-
los sueños para penetrar en el mundo de las néticos), en lugar de seguir incurriendo en
añoranzas, las cuales en sus películas lle- divagaciones místicas. La terquedad del
gan incluso a materializarse, pero –para- protagonista lo lleva a encaminarse hacia
dójicamente– sin llegar al anhelado obje- “la zona” con dos viajeros: un científico y
tivo de su realización. El sueño y la un artista, quienes a la postre revelarán su
añoranza reflejan una utopía como proyec- mezquindad intentando, en el caso del cien-
to inacabado, un perverso aún-no que tífico, destruir la habitación, y en el caso
aplaza indefinidamente el alcance de la li- del artista, asesinar infructuosamente a sus
beración o, en términos mesiánicos, que compañeros de viaje con un arma de fuego.
aplaza la redención.
En esta cinta podemos ver no sólo los im-
La fuerza mesianico-utópica propia del ju- pulsos utópicos, sino también su inevita-
daísmo de filósofos como Walter Benja- ble fracaso. La sola existencia del cuarto
min y Ernst Bloch pareciera tener un ex- donde los sueños se hacen realidad es una
traño eco en el cine del cristiano ortodoxo clara utopía y no es casualidad que se en-
Tarkovski. La filosofía de Benjamin resul- cuentre en un espacio vagamente definido
ta inseparable de su herencia judía, por lo como “la zona”, el cual se revela como una
cual puede comprenderse la ligazón de su experiencia de redención, donde la vitali-
pensamiento con los propósitos mesiáni- dad del color y la fotografía reflejan nue-
cos que conlleva su proyecto emancipato- vas potencialidades que contrastan con las
rio, la realización de aquella exigencia se- sombrías tonalidades del mundo burocrá-
gún la cual “en la representación de tico-opresor que los personajes viven por
felicidad vibra inalienablemente la de re- fuera de la zona12. La zona es donde los sue-
dención”9. Dicha representación cobra sen- ños de liberación pueden hacerse realidad;
tido para Ernst Bloch en la noción de Uto- no es gratuito que la policía no les permita
pía, la cual tiene que ver con un abierto a los personajes ingresar allí, y tampoco es
aún-no de las cualidades futuras. gratuito que en la zona no haya policías.
8
Sobre el concepto de disu-
topía nos referiremos en los Como de forma bastante aguda destacó Los únicos controles son dados por la zona
apartados finales de este es-
crito.
Gershom Scholem, la “redención” se cons- misma; controles relacionados a la manera
tituyó en la figura predilecta de Benjamin de una advertencia ecológica, lo cual es ad-
9
Cfr. Walter Benjamin, “Te-
sis de filosofía de la historia”, para unir su arraigado judaísmo con sus in- vertido por Tarkovski con la predominan-
en Discursos interrumpidos, quietudes revolucionarias. Esas dos pulsio- cia de tonalidades verdes y con el hecho de
Madrid, Taurus, 1982. que los únicos seres que aparecen en ella
nes, que marcarían los últimos años de su
10
Cfr. Gershom Scholem, vida, se mostraban tanto inseparables como (aparte de los viajeros) sean perros y pája-
“Walter Benjamin”, en Los
nombres secretos de Walter fundadoras (y si se quiere fundamentado- ros que se desvanecen en el aire; así como
Benjamin, Madrid, Trotta, ras) de un ambicioso proyecto utópico asu- no es casualidad que sea el científico quien
2004, pág. 43 y ss.
mido como mesiánico y redentor 10. En ese pretenda destruir el cuarto.
11
Véase la introducción de marco, Benjamin se constituye en un pun-
Antonio Negri a Maquiavelo Según Bloch, si la realidad está deformada
tal de referencia para posteriores plantea-
y nosotros de Louis “la utopía es su refutación y su condena, y
Althusser, Madrid, Akal, mientos sobre el carácter revolucionario de
2004, pág. 24. aún más, proporciona la medida que per-
la hermenéutica de algunos textos sagra-
mite por vez primera establecer el grado de
12
La identificación de la zona dos. Un reflejo de dichas interpretaciones
como un espacio liberador a desvío de lo que es debido”. La zona es la
partir de sus diferencias se evidencia en corrientes tan diversas como
negación de esa realidad opresiva y buro-
cromáticas frente al mundo la Teología de la Liberación, Cristianos por
burocrático, aparece en otra crática. La zona es un refugio utópico, es la
el Socialismo, el franciscanismo ateo y la
oportunidad en las películas configuración estética de lo que David Har-
de Tarkovski; recordemos que fundamentación del giro filosófico toma-
al final de Andreï Rublev vey denomina una “utopía espacial” 13.
(película enteramente filma-
do por Louis Althusser en sus últimos es-
da en blanco y negro) apare- critos 11 . En Tarkovski tenemos una expre- A diferencia de Benjamin, quien hablaba de
ce un ícono medieval a color. sión de este tipo de tesis, pero ya no como un lugar en el que “cada segundo era en él
13
Cfr. David Harvey, Espa- un imaginario utópico de carácter político- la pequeña puerta por la que podía entrar el
cios de esperanza, Madrid,
Akal, 2003.
revolucionario sino más bien como una bús- Mesías”14, en este caso son los viajeros y no
queda del ideal estético mezclada con su el guía mesiánico quien debe entrar en el
14
Walter Benjamin, obra ci-
tada. fervor religioso ortodoxo. cuarto, ya que el ansia mesiánica es de re-

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ALEJANDRO MANTILLA QUIJANO

dención a través del guía. Ante tal estado Las inquietudes mesiánicas no riñen con
de cosas, vemos como Stalker se nos reve- la destrucción, por el contrario, la destruc-
la como un transgresor político pero a la ción es inseparable de los proyectos utó-
vez como un controlador. El personaje de picos. Benjamin llegó a expresarlo con una
Stalker encarna la tragedia del Mesías: la frase lapidaria: “El Mesías no viene única-
fuerza mesiánica que languidece, el guía mente como redentor; viene como vence-
engañoso, perdido, confundido y des- dor del anticristo” 16. Para Scholem 17 estas
orientado. Recordemos en particular dos consideraciones utópicas son la seculari-
escenas bastante dicientes: zación de un Apocalipsis judío, una expre-
sión histórica del juicio final. De la misma
En la primera, el científico regresa por su
manera, las actitudes destructivas de los
mochila desatendiendo las orientaciones de
viajeros se compaginan y se complemen-
Stalker, quien le llama la atención advirtién-
tan con las actitudes mesiánicas de Stalker.
dole sobre las penosas consecuencias que
Sólo que a diferencia de Benjamin, para
tal acción podría desencadenar. Pero curio-
quien la destrucción apocalíptica es la
samente, la desobediencia del viajero no
precondición necesaria de la creación re-
genera a la postre (al parecer) ninguna si-
dentora, en Tarkovski la ansiedad destruc-
tuación adversa. En la segunda, el guía per-
tiva de los viajeros es el síntoma que des-
petra un calculado engaño contra el artista
encadena la frustración mesiánica.
al entregarle dos fósforos largos para que
entre de primero al cuarto. Las cualidades No obstante, la esperanza en la ciencia y en
liberadoras de Stalker se eliminan con sus las artes permanece: en la realidad el arte
actuaciones, bien sea por equívocas, bien ha sido profundamente vengativo, y los
por perversas. científicos han sido los animadores de di-
versos episodios de brutalidad masiva; pero
Stalker es el Mesías, la vanguardia, el lí- en la película, el artista arroja la pistola y el
der, el reformador, el visionario, cuyo úni- científico desarma la bomba. A pesar de la
co proyecto es el de servir como guía, en- desesperanza de Stalker, la venganza es
gañándose incluso a sí mismo sobre las abortada y la destrucción descartada.
convicciones éticas de quienes se embar-
can en el viaje (recordemos que Stalker Los otros dos personajes del filme que
repite varias veces que los dos viajeros merecen consideración son los femeninos.
son “buenas personas” y que él ya lo sa- La niña sin piernas, hija de Stalker, refleja
bía de antemano). Tal actitud refleja la un poder de transgresión en dos sentidos:
realidad de todo Mesías: la ingenuidad, 1. por un lado es una heredera de Stalker,
la convicción, el comportamiento obsesi- no una Stalker, por lo que no está impreg-
vo, pero sobre todo el inevitable destino nada de la perversión mesiánica, aunque
de la equivocación. guarda mucho de su herencia, por lo que
se revela como un agente de redención; 2.
Los viajeros buscan penetrar en el cuarto por otro lado, la niña discapacitada, des-
donde los deseos se hacen realidad, pero protegida, vulnerable, es quien tiene la
no logran hacerlo, el ansia utópica conlle- mayor potencia de lucha al verse propie-
va la frustración. Uno de los viajeros re- taria de capacidades telequinéticas: en la
presenta el arte y las frustraciones que su niña vemos reflejada no la fuerza mesiá-
práctica conlleva, un artista que se ha des- nica sino su herencia; al mismo tiempo 15
“El arte se convierte en el
encantado de lo estético y que, de la mis- vemos toda la potencia del marginal, del enemigo del artista, porque
ma manera que lo propone Susan Sontag15, vulnerable, del oprimido, de la víctima 18 le niega la realización –la tras-
cendencia que desea–. Por
debe liberarse del arte antes que liberarse como una posibilidad de agencia de trans- consiguiente, se termina por
a través de él. Con el artista que porta una gresión. Por eso se hará acompañar de una interpretar el arte como algo
pistola para tomar venganza contra un de las figuras más ambigüas de la pelícu- que es necesario destronar.
En la obra de arte individual
Mesías que al igual que el arte no logra la: el perro, el cual refleja lo único que los ingresa un nuevo elemento
redimirle, el arte se nos muestra como in- viajeros llevan proveniente de la zona; el que se convierte en parte in-
tegrante de ella: la exhorta-
útil y vengador. perro es un vínculo entre la zona reden- ción (tácita o explícita) a abo-

El otro viajero representa a la ciencia, el tora y la realidad burocrática, de ahí que lirla, y en última instancia a
abolir el arte mismo”. Cfr.,
científico que al no poder ganar el premio sea un acompañante idóneo para la niña, Susan Sontag, “La estética del
Nobel actúa como Eróstrato, buscando ser en quien reside en últimas toda la poten- silencio”, en Estilos radica-
les, Madrid, Suma de Le-
recordado por destruir el cuarto. Por eso cia liberadora. tras-punto de lectura, 2002.
es el científico quien porta la bomba, la La esposa de Stalker es la tensión de la fuer- 16
Cfr. Walter Benjamin, “Te-
cual fue desarrollada por él y sus colegas. za mesiánica frente al mundo burocrático: sis de filosofía de la historia”,
en op. cit.
Dicha bomba es el resultado prodigioso por ella atraviesan tanto la angustia de 17
Cfr. Gershom Scholem,
(–Es un trabajo impecable, dirá en uno de los Stalker como la imaginación y la fascina- “Walter Benjamin”, en op.
diálogos) del quehacer científico. El espec- ción redentoras. En ella se combinan, man- cit., pág. 45 y ss.
tro de Oppenheimer, el recuerdo de Hiro- teniéndose en lucha, el principio de la reali- 18
Es en virtud del imaginario
shima y Nagasaki y la profecía de Cher- dad y el principio esperanza de la utopía, es de la víctima como actor
subvertor que Enrique
nobil se pasean por la puerta del cuarto ella quien reprende a Stalker pero también Dussel ha escrito su Ética
con el único fin de destruirlo. quien lo atiende y quien se preocupa por él. de la liberación, Madrid,
Trotta, 1998.

PALIMYHSTOS - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 263


LA ANGUSTIA UTÓPICA EN EL CINE DE ANDREÏ TARKOVSKI

II. EL OCÉANO DE SOLARIS O LA PRECARIA penetra en el sueño, también camina altivo


por el terreno de la añoranza. La aparición
MATERIALIZACIÓN DE LAS AÑORANZAS
de Rheya es el resultado de las añoranzas
El grito mesiánico de Stalker, frustrado, es de Chris; aquella se materializa gracias al
el peso de un Mesías que no salva o de un océano de Solaris que actúa como un re-
guía que no logra llevar a los viajeros a su dentor que no logra redimir, ya que no le
destino. Algo similar ocurre en Solaris (1972), entrega a su esposa, le entrega una “masa”
película de ciencia-ficción que trata acerca cuya corta vida no puede corresponderse
del planeta del mismo nombre donde se con sus deseos.
encuentra ubicada una estación espacial.
La peculiaridad de tal planeta radica en las III. LOS SUEÑOS DE IVÁN
específicas calidades de su océano, el cual
tiene la facultad de realizar ciertas fanta- El rastro del sueño ligado con el tránsito
sías (al igual que el cuarto de Stalker). A la de la utopía a la disutopía (término que
postre, se comprueba que en lugar de rea- aclararemos más adelante) también se per-
lizar fantasías o de realizar sueños, el océa- cibe en el primer largometraje de Andreï
no de Solaris nos entrega materializacio- Tarkovski: La infancia de Iván. Como el tí-
nes inútiles. tulo lo sugiere, la película se desarrolla al-
rededor de Iván, un niño que sufre la tra-
Chris, el personaje principal, llega a la esta- gedia de la pérdida de su madre y de su
ción de Solaris huyendo de varios fantas- pequeña hermana, quienes son ejecutadas
mas de su pasado, entre ellos el de Rheya, por las fuerzas de ocupación alemanas du-
su esposa fallecida, en la cual pensará cons- rante la Segunda Guerra Mundial. Tras es-
tantemente. Ante tal obsesión, la extinta tos sucesos, Iván se convierte en un auxi-
esposa del protagonista se materializará en liador del ejército soviético, ejerciendo
una masa inestable de neutrinos; el prota- labores militares impropias para su condi-
gonista, a pesar de saber que la imagen de ción de infante.
la esposa revivida no es fruto de su mesiá-
nica resurrección sino de la acumulación de Dado ese marco, resulta bastante claro
neutrinos, provocada por el océano del pla- cómo el imaginario de liberación del niño
neta Solaris, defiende a la “masa” (como la se refleja en sus sueños, los cuales cuentan
llama en algún momento de la película) de con dos elementos inescindibles: en primer
los otros dos habitantes de la estación, como lugar el recuerdo de la madre fallecida (sin
si defendiera a su esposa revivida. que se deba sospechar algún patrón edípi-
co, sino más bien reflejar el sentido de la
Por eso debemos diferenciar la realización añoranza), quien aparece resucitada en
utópica (la realización del sueño) de la mera compañía de una cubeta llena de agua19. En
19
El agua es un elemento materialización del sueño ya que, como nos segundo lugar, las visiones de Iván jugan-
reiterativo en las películas
de Tarkovski. Pero a nuestro lo recuerda Bloch –el pensador de la utopía do con niños de su edad, bien sea en una
juicio no se muestra cual- por excelencia–, también le compete al te- playa estival o en un camión que transpor-
quier tipo de agua, es el agua
como flujo no canalizado y
rreno del sueño la imagen de la amada fu- ta manzanas, bajo el paradójico abrigo de
liberado(r). Como nos lo re- tura. En este caso se puede intercambiar por una lluvia espontánea 20.
cuerdan Deleuze y Guattari, el nostálgico recuerdo de la amada pasada,
debe distinguirse el manejo
del agua que realizan los del perdurable amor perdido. En Solaris ve- En uno de los sueños de Iván, podemos evi-
nómadas frente al manejo mos la imagen de la amada, pero no su ma- denciar la conversión que opera entre uto-
que realizan los Estados.
Para la ciencia nómada el terialización verdadera; Tarkovski no sólo pía y disutopía. Encontrándose con su ma-
agua se ve como un flujo
que opera en un espacio
abierto con un movimiento
turbulento, mientras que
para el Estado se debe con-
ducir una ciencia hidráulica
para “subordinar la fuerza hi-
dráulica a conductos, cana-
les, diques que impiden la
turbulencia, que obligan...
al fluido a depender del só-
lido y al flujo a proceder por
series laminares paralelas”.
Cfr. Gilles Deleuze, Félix
Guattari, Mil mesetas, Va-
Andreï y su padre, el poeta Arseni Tarkovski.

lencia, Pre-textos, 1999,


pág. 370.
20
Resulta notorio que
Tarkovski recurriera a cons-
tantes símbolos en su filmo-
grafía, dentro de los que se
cuentan manzanas, cam-
panas, ambientes acuáti-
cos, bombillas fundidas o
resbalones espontáneos. En
razón de los propósitos del
presente escrito, no ahonda-
remos en este aspecto de la
obra del director ruso.

264 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA


ALEJANDRO MANTILLA QUIJANO

dre en la boca de un pozo, el niño se dirige mún: la exaltación y la construcción del aún-
a ella inquiriéndola acerca de su inmensa no como referente de transformación so-
profundidad, pero al estirar apenas un poco cial. En el caso de las utopías de forma es-
su brazo logra alcanzar el agua con la yema pacial, el aún-no tiene sentido al entenderse
de sus dedos; instantes después, al desapa- como la futura construcción de una cerrada
recer la madre de la escena del sueño, Iván comunidad ideal desplegada en un territo-
se encuentra dentro del pozo y la cubeta de rio determinado y habitada por individuos
la madre cae sobre él desde el exterior como que asumen los valores propios de la orga-
síntoma de su ausencia. La lejanía profun- nización social propuesta por el visiona-
da refleja una inquietud utópica, el alcance rio que propone tal organización. Quienes
del agua refleja el despliegue de la energía se suman a este tipo de proyectos supo-
disutópica, la desaparición de la madre y la nen que la sociedad ideal debe ser cons-
caída en el pozo es la derrota de la potencia truida y consolidada en un determinado lu-
de liberación. gar donde no aparezcan los vicios de la
Las frustraciones presentadas en la pelí- sociedad en la que viven y donde se reali-
cula reflejan un rastro más de las angus- zarán todos sus sueños, si son cumplidas
tias propias de Tarkovski. Más allá de la las promesas del genio reformador. Luga-
predecible muerte de Iván, perpetrada por res cuasiparadisíacos como la Icaria de
el ejército nazi, los dos oficiales adultos Cabet, el Falansterio de Fourier, la Ciudad
que se ocupan de Iván (Jolin y Katasoni- del Sol de Campanella o la misma Utopía
ch) también serán objeto de ansias frus- de Moro son buenos ejemplos de este tipo.
tradas. Jolin se enamorará de Masha, una Podemos asumir que la Zona de Stalker es
oficial soviética, en medio de la guerra, en una buena muestra de una utopía espacial
medio de la lucha contra el fascismo, pero donde los sueños pueden hacerse realidad.
dicho amor no llegará a realizarse. Kata- Por su parte, las utopías de proceso social
sonich enfocará muchas de sus energías en consideran que la sociedad ideal será rea-
la habilitación de un fonógrafo que les lizada cuando triunfe una determinada lu-
permita escuchar a los clásicos en medio cha que consiga cambiar las condiciones
de la conflagración, pero desafortunada- criticadas por los utopistas. A diferencia
mente Katasonich morirá en combate. de las utopías de forma espacial, buscan
la consolidación de un proceso social y
IV. LAS LIMITACIONES DE LA UTOPÍA político que modifique la sociedad en la
que viven para así lograr una organización
Como vimos más arriba, en el cine de Tar- social más adecuada a sus intereses. El aún-
kovski se encuentran bastantes referen- no se condiciona al futuro triunfo de las
cias utópicas que desembocan en la frus- luchas en las que se tiene puesto todo el
tración de las potencias liberadoras. Tal empeño. En ese marco, el proyecto de los
vez dicha frustración sea causada por las intelectuales miembros de la “Sociedad de
mismas limitaciones de la idea de utopía Mont Pelerin”, entre los que se encontra-
y de los referentes utópicos en general; ban Popper, Friedman, Hayek y Von Mises
para aclarar este aspecto detengámonos sólo se realizaría con la derrota de la clase
en dichas limitaciones. obrera en varios de los países industriali-
La utopía es uno de los temas más recu- zados y con el férreo apoyo de importan-
rrentes de la imaginación política. Desde tes grupos empresariales al programa po-
las formulaciones de la “politeia” de Pla- lítico neoconservador que implicaba la
tón, pasando por las clásicas elucubracio- liberalización comercial y el anhelado des-
nes renacentistas de Campanella, Moro y monte de los Estados de bienestar. Tam-
Bacon, hasta el socialismo utópico del si- bién encontramos utopías de proceso so-
glo XIX (Fourier, Owen, Saint Simon, Cabet, cial en las diversas internacionales obreras
etc.) y la Sociedad de Mont Pelerin (funda- y los movimientos de liberación del antes
dora del credo del neoliberalismo econó- llamado tercer mundo, así como en muchas
mico), la utopía ha sido un lugar de frecuen- de las posturas del movimiento ambienta-
te paso en el camino de la reflexión sobre lista y feminista, etc.
las alternativas emancipatorias. Ante una
Como ya lo anticipábamos, los dos tipos de
realidad oprobiosa y opresiva, los seres
utopía tienen un rasgo en común: la espe-
humanos de épocas diversas han tomado
ranza en una futura realidad social que o
como recurso la creación de sociedades idea-
bien no se concreta, o bien no parece cerca-
les donde las causas de la indignidad fue-
na de concretarse, una racionalidad del aún-
ran desterradas.
no en el que se enmarcan los proyectos de
Retomando la diferencia planteada por las y los reformadores. Las utopías de for-
David Harvey21, las creaciones utópicas han ma espacial arriba ejemplificadas, o bien no
tenido dos maneras particulares de expre- fueron realizadas o bien fracasaron en su
sión, ya que hasta ahora hemos conocido intento de consolidación (como en el caso
utopías de forma espacial y utopías de pro- de New Harmony de Owen). En el caso de 21
Cfr. David Harvey, op. cit.,
ceso social. Ambas tienen un elemento co- las utopías de proceso social, la única que pág. 159 y ss.

PALIMYHSTOS - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 265


LA ANGUSTIA UTÓPICA EN EL CINE DE ANDREÏ TARKOVSKI

logró consolidarse con una clara hegemo- marxismo clásico los observaba de acuerdo
nía fue la utopía capitalista de libre merca- con su rol en el proceso de producción, etc.
do propugnada por la Sociedad de Mont Stalker, por su parte, sólo puede funcionar
Pelerin, pero debió resignarse durante va- como guía en la zona y no puede asumir
rios decenios a vivir el keynesianismo y los otro tipo de roles como el de padre o traba-
Estados de bienestar como modelos para- jador, por lo cual es recriminado constante-
digmáticos que en su momento parecieron mente por su compañera. Iván no puede
muy difíciles de derrotar. comportarse en su singularidad de niño para
comportarse como soldado meritorio.
La racionalidad utópica del aún-no tiene
varias limitaciones que explican la angus- En segundo lugar, este tipo de pensamien-
tia de este tipo de referentes en el cine de to parte de una imaginación de la abun-
Tarkovski. Como bien lo ha planteado dancia futura donde los problemas socia-
Fredric Jameson 22 , los pensamientos utó- les han sido desterrados en razón de la
picos tienden a aparecer en contextos don- plena satisfacción de las necesidades y de
de pareciera no haber alternativa, donde la los proyectos de vida de cada persona.
posibilidad de transformación social pare- Adicionalmente, podemos añadir que en
ce ser muy lejana, mientras que en el even- una sociedad de la abundancia plena no es
to de una alta probabilidad de transforma- necesario plantearse problemas alrededor
ción, las demandas de los reformadores o de la distribución de los bienes sociales, con
de los revolucionarios parecen ser muy lo cual se acaban las consideraciones sobre
concretas. Incluso en el transcurso de la Re- la justicia distributiva, la desigualdad y la
volución Rusa la consigna más conocida pobreza. El sueño de Iván conlleva el final
fue “Pan, paz y libertad”, antes que una de- de la guerra y la resurrección de la madre;
manda por una sociedad perfecta o cercana en Stalker el objetivo del guía es llevar a los
a serlo. viajeros a un cuarto donde todos los deseos
se hacen realidad.
Son varias las limitaciones que Jameson
encuentra en el pensamiento utópico: en En tercer lugar, la realización de las utopías
primer lugar, las utopías (en particular las implica el final de la historia. Tanto en la
espaciales) son una muestra de pensamien- versión del comunismo dada por el marxis-
to sin sujeto, son una forma de pensamien- mo vulgar, como en la expresión hegeliana
to desubjetivado que, o bien no se preocu- de la teleología del capitalismo liberal 23, la
pa por la constitución de los sujetos de la historia se detiene en la realización de la
transformación, o bien subsume la subjeti- utopía. En el primer caso, el comunismo es
vidad en una característica unívoca que nie- la cristalización absoluta de la sucesión de
ga el resto de posiciones de sujeto: la uto- los modos de producción; en el segundo, el
pía neoliberal se preocupa de los seres capitalismo liberal es invencible frente a
humanos singulares y colectivos en el mar- cualquier tipo de alternativa de organi-
co de las interacciones en el mercado; el zación social. Es así mismo el fin de la po-

22
Cfr. Fredric Jameson, “La
La Rusia del exilio: El sacrificio.

política de la utopía”, New


Left Review, 25, marzo-abril
de 2004, Ediciones Akal.
23
Resulta obvio que nos re-
ferimos al texto del ex funcio-
nario del Departamento de
Estado de los EE.UU., Fran-
cis Fukuyama, sugestiva-
mente llamado El fin de la
historia y el último hombre.

266 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA


ALEJANDRO MANTILLA QUIJANO

lítica, pues se supone que los problemas Schumpeter y asumido como modelo por
sociales son superados gracias a la reali- el neoliberalismo, el “hombre nuevo”
zación utópica, y porque se supone que guevariano y el anarquista asceta de los
el régimen político ha llegado a un esta- años treinta en España, son buenos ejem-
do de inmutabilidad. plos. Para el utopista convencional resulta
fundamental esta construcción ética, ya
Por esa razón y en cuarto lugar, la construc-
que sin este perfeccionismo el sistema so-
ción de las utopías se muestra como la sus-
cial imaginado no es susceptible de funcio-
pensión indefinida de lo político. Los neo- nar. Stalker no logra su cometido gracias a
liberales esquivarán la discusión política
las inmensas carencias éticas del científico
para pretender fundamentar su discurso en
y del artista, a las cuales aquel no puede
el fundamentalismo económico, bien sea en
responder salvo por la absoluta decepción.
su versión neoclásica o neoinstitucional.
Algunas vertientes del marxismo (no to- En ese orden de ideas, las utopías resultan
das, por fortuna) asumirán que el pensa- bastante útiles como negación de las bases
miento de Marx es la base de una ciencia, oprobiosas de los regímenes existentes, pero
producto de una “ruptura epistemológica” al mismo tiempo se muestran como bastan-
donde se abandona la filosofía y se abraza te inútiles para la labor concreta de la trans-
la objetividad científica (caso del primer formación social. En el cine de Tarkovski el
Althusser), o donde se pueden explicar to- sueño, la utopía y la figura mesiánica sólo
dos los fenómenos en razón de una inmu- logran acentuar la angustia. El Mesías no
table e infalible dialéctica de la naturaleza salva, no redime; la Zona no logra hacer los
(Engels en el Anti-Dühring). Entre el so- sueños realidad; Iván sólo puede vivir su
cialismo utópico también se manifestaron infancia a través del sueño; el océano de
tendencias en este sentido; valga recordar Solaris no le devuelve la esposa a Chris. La
que Charles Fourier fundamentaba sus es- utopía sólo genera angustia.
peculaciones en la numerología. A su vez,
la suspensión de lo político conlleva una V. LA ALEGRÍA DISUTÓPICA
distancia de las instituciones políticas de-
rivada del refugio en las construcciones Frente a la debilidad del pensamiento utó-
ideales redentoras. pico, la disutopía 24 emerge como un con-
cepto que busca indagar acerca de las posi-
En quinto lugar, las utopías reflejan nues- bilidades reales de liberación antes que
tra incapacidad para la modificación del or- preguntarse por la perfectibilidad milimé-
den existente. Históricamente, los referen- trica de las siempre postergadas realizacio-
tes utópicos aparecen cuando los utopistas nes utópicas. Ante un Mesías que a nadie
no aceptan la sin salida del régimen en el salva y una utopía que no contribuye a la
que se encuentran. En contraste, los mo- revolución, la salida es disutópica.
mentos históricos donde se viven situa-
ciones prerrevolucionarias y revoluciona- El referente al que nos traslada la dimen-
rias (la Comuna de París, Rusia en 1905 y sión disutópica se pregunta por la constitu-
1917, el final de las guerras mundiales, el ción material de las posibilidades de libera-
68, etc.) no se caracterizan por discursos ción, determinadas en razón de los límites
donde se plantee una sociedad con ríos de que demarcan dichas posibilidades. Dichos
leche y miel, sino demandas concretas ba- límites son definidos por la determinación
sadas en redefiniciones institucionales: de las fuerzas reales que desarrollan una
reapropiación obrera, fin de las guerras, específica praxis constitutiva; la liberación
socialización de los medios de producción, es entendida entonces como un proyecto
democracia radical, liberación sexual, etc. de construcción del ser, por lo cual hablar
En Stalker, la Zona es un espacio para esca- en términos disutópicos es hablar de una
par al orden policial represivo y oscuro, la dimensión ontológicamente constitutiva25.
posibilidad de la redefinición institucional El concepto de disutopía
24
Por las anteriores razones, la utopía de pro- ha sido acuñado por el filó-
dentro del orden burocrático no es consi- ceso social y la disutopía se diferencian en sofo y militante comunista ita-
derada, pues la redención se encuentra en dos puntos: 1. La utopía de proceso identi- liano Antonio Negri en sus
trabajos sobre Baruch Spi-
la Zona. En La infancia de Iván, el sueño del fica la necesidad de constitución material noza y Karl Marx. Véase en-
niño es la única salida frente a la nefasta de posibilidad, pero usualmente no iden- tre otros: La anomalía sal-
vaje. Ensayo sobre poder y
realidad de la guerra. tifica los límites de dicho proceso, esa es potencia en Baruch Spino-
una las razones por las que fracasó el mar- za, Barcelona, Anthropos,
Por último, Jameson señala que las cons- 1993, y “Marx y el trabajo:
xismo de la II Internacional. 2. La constitu-
trucciones utópicas tienden a defender un el camino de la disutopía”,
ción ontológica de la utopía de proceso se en Antonio Negri y Felix
modelo de ser humano ligado al ascetismo, Guattari, Las verdades nó-
liga a un ideal perfectible de sujeto antes
la renuncia y la inexistencia de lujuria y madas y General Intellect.
que a la mundanidad ontológica de las exi- Poder constituyente, comu-
mundanidad. Buena parte del utopismo se
gencias disutópicas. nismo, Madrid, Akal, 1999.
liga a la defensa de un cierto perfeccionismo 25
Cfr. Antonio Negri, La ano-
ético que riñe con la libertad concreta y con En suma, la disutopía nos refiere al ámbi- malía salvaje. Ensayo sobre
la singularidad de los sujetos. El empresa- to no ya de la construcción utópica de un poder y potencia en Baruch
Spinoza, ed. cit., pág. 284
rio capitalista innovador defendido por nuevo orden social, sino de la constitu- y ss.

PALIMYHSTOS - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 267


LA ANGUSTIA UTÓPICA EN EL CINE DE ANDREÏ TARKOVSKI

ción afirmativa de un nuevo ser social que Como lo planteamos arriba, la disutopía se
a través de sus prácticas entiende la libe- refiere a las posibilidades reales de libera-
ración como una conquista continua, con- ción configuradas a partir de sus límites. En
sistente en la necesidad de transgresión nuestro caso, los límites a los que se ve ata-
de los límites fijados por las realidades da la estética contemporánea se definen en
opresivas. Tal transgresión debe entender- buena medida gracias a las precarias diná-
se como la afirmación de un sujeto que micas de percepción que el capitalismo con-
teniendo en cuenta los límites de su ac- temporáneo nos entrega. Estamos inmer-
cionar, plantea un proyecto constitutivo sos en la sociedad del espectáculo, la cual
que le permita redefinir dichos límites a necesita constituirse a partir de la dictadu-
su favor. Es en ese sentido que el referen- ra de la imagen, configurando explícitas di-
te temporal de la liberación se liga al fu- námicas de control.
turo, ya no como aún-no indeterminable
El ciudadano estándar de la sociedad del
y continuamente postergado, sino como
espectáculo-control consume diariamen-
conexión con las posibilidades y los lími-
te centenares de imágenes que tienen
tes del presente. La emancipación es tran-
como núcleo básico el resultado de las es-
sición no porque intuya el futuro sino
trategias de marketing que tienen como fin
porque está ligada al presente, es una
evidente la penetración en el nervio del
praxis constitutiva como actualidad de-
consumo. Las dinámicas del control han
terminada. Por tal razón referenciar lo dis-
mutado de manera irreversible, “el hombre
utópico es hablar de lo contingente.
ya no está encerrado sino endeudado” nos
La alegría disutópica se funda en la radica- recordaba en uno de sus últimos artículos
lidad de la continua construcción de nue- Gilles Deleuze27. Tal endeudamiento no sólo
vas realidades de producción (poiesis) en debe referirse a la deuda monetaria sino que
el ámbito de lo social, político, económico debemos extenderla al endeudamiento po-
y estético. Disutopía es riqueza, entendida lítico: le debemos nuestra vida a nuestro
como liberación de la fuerza productiva, la líder (al que idolatramos implícitamente en
cual tiene implicaciones en la producción el culto al noticiario periódico), le debemos
inmaterial, campo donde lo estético tiene nuestro tiempo libre a las cadenas (cuán
un lugar privilegiado, ya que “una disuto- apropiado es el término) de televisión, que
pía es una imaginación verdadera”26. nos permiten recrearnos con las diversas al-
ternativas para construir paraísos artificia-
VI. TARKOVSKI DISUTÓPICO les que nos ofrece el marketing del capital.
Los escenarios contrapuestos están deter- Por eso, la televisión es el más efectivo apa-
minados y la paradoja está abiertamente rato de control a través de la domestica-
reconocida: el cine de Andreï Tarkovski con- ción de los individuos que amaestran sus
tiene variados elementos utópicos que con- “ojos profesionales” –expresión creada por
llevan indefectiblemente a la frustración. Gilles Deleuze para designar la actitud de
Pero al mismo tiempo, y sin oposiciones los individuos que en nuestros días dedi-
internas, la riqueza de la producción estéti- can varias horas diarias a recibir el mensa-
ca del cineasta ruso nos entrega cuantiosas je televisivo–. En el cine de nuestro autor
posibilidades de crítica a los límites esta- vemos todo lo contrario: reflexiones que
blecidos y de liberación de nuestra poten- exigen la cognición del espectador, la afir-
cia perceptiva. mación de su libertad creativa y herme-

26
Cfr. Antonio Negri, “Marx
Oleg Jankovski en Nostalghia.

y el trabajo: el camino de la
disutopía”, en Antonio Negri
y Félix Guattari, op. cit., pág.
125.
27
Cfr. Gilles Deleuze, “Post-
Scriptum sobre las socieda-
des del control”, en Conver-
saciones, Valencia, Pre-tex-
tos, 1999.

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ALEJANDRO MANTILLA QUIJANO

néutica; no ya para lanzar un mensaje, sino oposición, la velocidad televisiva con su


más bien para exigir la ruptura con el saturación de imágenes ni nos pide es-
amaestramiento de las disciplinas o de los fuerzo, ni refleja esfuerzo; en la abruma-
controles de turno, bien sea en sus expre- dora mayoría de las ocasiones el medio
siones burocráticas bolcheviques, en la televisivo se abstiene explícitamente de
dominación opresiva del capital globali- querer decirnos algo más allá de la ima-
zado, o en las expresiones criollas de los gen misma.
embrujadores autoritarios.
Marshall Mc Luhan nos enseñó por qué el
Por eso aquí hay disutopía, ya que Tarkovs- medio es el mensaje. Hablar de la imagen
ki nos dejó una estética de la liberación que televisiva es hablar de una forma determi-
se muestra muy útil al confrontar la socie- nada de tratar la imagen, forma que se cons-
dad del espectáculo-control. Una muestra tituye en el mensaje televisivo mismo.
fehaciente de ello es la oposición que ofre- Fassbinder, Godard y Bergman tuvieron de
ce Tarkovski ante la imagen televisiva. Si- maneras diversas una estrecha cercanía
guiendo a Serge Daney28, buena parte del con la televisión, pero es claro que aunque
cine actual es un cine que refleja las debili- reprodujeran sus creaciones en la pantalla
dades de la televisión: chica, lo que transmitían era una experien-
cia netamente fílmica. En presencia del pa-
• En primer lugar, se ve una paulatina des-
yaso de Bergman, o Berlin Alexanderplatz de
aparición del travelling en provecho del
Fassbinder son excelentes ejemplos de ello.
zoom, el cual limita las posibilidades de
Por el contrario, la mayoría de películas pro-
aprovechamiento del espacio fílmico. En
ducidas en el esquema hollywoodense no
clara oposición, aquí vemos uno de los
son más que series televisivas de alto pre-
aspectos en los que Tarkovski muestra
supuesto, planteadas para ser pasadas en
su genio, una muestra excelsa de la pro-
pantalla grande en un primer momento,
fundidad de su travelling se puede ver en
para luego ser absorbidas por la televisión
las tomas de interiores de El espejo (1974),
por cable, por las videotiendas, o destina-
o en las impresionantes tomas con la cá-
das a atenuar la monotonía suicida de los
mara en grúa de Andreï Rublev (1966).
domingos en la tarde o los días feriados.
• En segundo lugar, la televisión se cons-
Cuando el cine nos brinda la oportunidad
truye con una pérdida casi absoluta de
de liberar nuestra percepción y nuestra agu-
la reflexión sobre el encuadre. Sven
deza interpretativa, frente a la sistemática
Nykvist cuenta cómo Tarkovski dirigió
imbecilidad de la entretención televisiva,
su última película, El sacrificio ( 1986 ),
la alegría disutópica aparece como una po-
dando instrucciones a los actores des-
sibilidad emancipatoria. El fantasma spino-
de la cámara.
ciano de la afirmación y despliegue de nues-
• Otro rasgo relevante es la pérdida de los tra potencia se revela en la acción misma
juegos temporales gracias a los que se del interpretar los ejercicios fílmicos por
define el cine contemporáneo, como bien nosotros mismos.
lo apuntan los trabajos sobre cine de
La angustia utópica de Stalker, frustrado,
Deleuze. ¿Cómo juega el tiempo en la te-
pasa a ser una oportunidad de reafirmar
levisión? Como la simple sucesión de
nuestra alegría disutópica en dos momen-
imágenes; MTV es la mejor expresión de
tos distintos pero complementarios: 1. la
ello. Entre tanto, Tarkovski es un maes-
búsqueda del autor de la expresión fílmica
tro del manejo del tiempo (no por causa-
como ansia de lo ideal; y 2. la gratificación
lidad pondrá como título a sus reflexio-
estética e interpretativa del espectador que
nes escritas Esculpir en el tiempo). En El
no asiste a una mera entretención adormi-
espejo se funde toda la temporalidad his-
ladora de su potencia, sino que le permite
tórica macro reflejada en variados hechos
transitar por los caminos de la reflexivi-
(la guerra civil española, las escaramu-
dad en aras de potenciar la capacidad críti-
zas de la Urss con China durante la Re-
ca, evento fundamental en la búsqueda de
volución Cultural, etc.), con la tempora-
autonomía social e individual que sólo
lidad micro de la vida del autor. La
puede cristalizar en la construcción de un
maestría temporal de Tarkovski requiere
proyecto vital que rompa con los contro-
de paciencia y de agudizar la percepción,
les impuestos por las sociedades capitalis-
se toma su tiempo para expresar una idea,
tas contemporáneas.
o mejor un ansioso ideal que en algunos
momentos se puede revelar críptico pero A diferencia de la opinión de Bergman con-
sin requerir necesariamente de una alta signada en el epígrafe, Tarkovski sí explica,
erudición para asir el sentido de su cine, y mucho.
como bien lo entendió Sartre. En obvia 28
Cfr. Serge Daney, “Cómo
todas las viejas parejas, el
cine y la televisión han aca-
bado pareciéndose”, en re-
vista El Viejo Topo, 144, oc-
tubre de 2000.

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