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FORMA Y FONDO CLXVIII

LAS PROMESAS DE UN DESARROLLO HUMANO SUSTENTABLE

El concepto de desarrollo humano sustentable no es nuevo, se planteó en el Plan


Nacional de Desarrollo 2007-2012, a su vez considerado en el proyecto Visión México
2030 como tal. El fondo es una vida digna para todo ciudadano sin comprometer el
patrimonio de las futuras generaciones, apoyada en las normas y valores de la
democracia, con la guía de la libertad, la legalidad, la pluralidad, la honestidad, la
tolerancia y el ejercicio ético del poder.

Es la descripción de un México, un estado un municipio o una comunidad ideales, luego


de dejar de lado las grandes diferencias y contrastes en una sociedad desencantada de la
cotidianidad nacional, en la que educación economía y política van de la mano con la
ecología.

La impresión que dejan en estos días, los mensajes de los diferentes colores
participantes en la abierta y generalizada carrera electoral local y nacional, es una visión
fragmentada. Apenas se tratan superficialmente y por separado los temas relacionados
con el desarrollo sustentable, porque, primero entenderlo, y después explicarlo a la
ciudadanía no es fácil.

Surge entonces la interrogante sobre la disposición de las élites en el poder para actuar
e impulsar un desarrollo económico con avance social y sustentabilidad medio
ambiental, surgida de que en los últimos ochenta años, al menos, no han logrado
encontrar un rumbo diferente al inspirado en los desgastados pero lucrativos métodos
políticos. Es evidente que los diferentes colores gobernantes tienen como fin último
hacerse del poder y buscar la forma de permanecer en él el mayor tiempo posible.

Han reclutado para sus cuadros administrativos a profesionales con conocimientos


técnicos y de mercado, pero con escasa comprensión de la política y de la dinámica
social nacional; todos además, con un concepto de la biósfera como algo lejano a
nuestro planeta. No están dispuestos a asumir la responsabilidad de ser sustentables y
parece darles lo mismo generar malas prácticas económicas, políticas, sociales o
ambientales si al final se gana dinero y poder.

El resultado es una Comunidad-Municipio-Estado-Nación con políticos que traicionan


por igual a la Patria, al Presidente, al Gobernador y a la Ciudadanía que los empleó al
elegirlos, si no son plurinominales. No conciben tomar decisiones con alcances a futuro.
Las comisiones para diseño de estrategias, programas y proyectos que apuntalen los
buenos deseos del discurso público y de todos los partidos no alcanzan el final feliz:
soluciones de fondo, duraderas y definitivas a la problemática de los mexicanos.

Es imposible evadir la atención a crisis apremiantes como la pobreza, la desigualdad, el


analfabetismo, la falta de oportunidades educativas, la mortandad materna e infantil, la
casi nula generación de empleos, el peor momento en cuanto a rezago agrario y pérdida
de recursos naturales en nuestra historia como nación independiente, la desesperación
de muchos millones de compatriotas y la inseguridad.
De ahí el lugar central que tiene la dimensión política cuyas fuerzas han sufrido en los
últimos años una sensible pérdida de credibilidad debida a sus contradicciones internas
y a la frustración ciudadana que ve cada vez más lejanas sus legítimas aspiraciones.

A pesar de ocupar en la economía mundial el decimotercer lugar, contar con la riqueza


del petróleo y recursos naturales envidiables, once mil kilómetros de costas y una
frontera de tres mil doscientos kilómetros con el mercado más grande del mundo, la
pobreza va en aumento.

Dentro del Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas, México ocupa el lugar
número cincuenta y cinco en cuanto a desarrollo humano a nivel mundial. Otra
pregunta sin respuesta coherente, porque la calidad de vida que se mide por el acceso a
la salud, a la vivienda, a la educación y a otros satisfactores esenciales, es inferior en
México a la que alcanzan los habitantes de otros países que no tienen el potencial
económico del nuestro.

Y sigue la feria de las paradojas porque los políticos insisten en su preocupación por un
país desarrollado pero aprueban más impuestos para impulsar el progreso y combatir la
pobreza, aunque acerquen a más gente, los causantes cautivos, al segmento de pobres.
Sin embargo entre más impuestos cobran, más ricos se vuelven, más dinero se reparte a
los partidos políticos y la parte más numerosa de la sociedad empobrece.
Otra más. El gasto gubernamental para erradicar la pobreza de poco o nada ha servido y
una de las conclusiones cuando se evalúan los resultados es que las dádivas flaco favor
hacen a los más necesitados porque a muchos casi los han convencido de que ese es su
lugar natural en la sociedad contribuyendo a opacar su autoestima y capacidades.

La superación de esta problemática, la recuperación del campo, de la producción y el


trabajo son cruciales para reforzar la visión de sustentabilidad. Históricamente, ninguna
sociedad ha podido convivir pacíficamente ni desarrollarse sobre la base de la
destrucción de la producción, la pérdida de fuentes de trabajo, la pobreza y la
marginalidad, al ser fuentes de conflicto permanente, cultivo de expresiones violentas
de la política, de la demagogia y de corrientes antinacionales.

La forma: campañas sensibles de los diferentes colores, con planteamientos inteligentes


que recuperen y difundan la verdadera esencia y razón de su existencia.

El fondo: un país, un estado, un municipio y una comunidad productivos y amigables


con el patrimonio natural, porque: TODOS SOMOS NATURALEZA.

ACACIA FUNDACIÓN AMBIENTAL A. C. acaciaecologia@hotmail.com

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