Instituto Nacional

José Miguel Carrera

ENSAYO-HÍBRIDO
FILOSOFÍA
Análisis empírico y racionalista de “El
Origen”

Nombres: Eduardo Valenzuela

Peralta

Armando Fernández
Moreno
 Curso: 4ºG

Nos gustaría partir este ensayo formulando una serie de preguntas al

lector, de igual forma como el ensayo pretende responder a la pregunta
sobre si es posible o no diferenciar una idea falsa de una idea verdadera,
a nosotros nos gustaría responder una inquietud preliminar y con
permiso del lector dirigiremos una pregunta hacía nosotros mismos; la
pregunta sería, ¿qué esperan cuando piensan o intentan estar haciendo
filosofía?, o bien podríamos formularla de forma más elemental ¿qué es
eso de tener una idea en la filosofía?, independiente si se vive o no la
filosofía. Tener una idea como dice Deleuze es como una fiesta, es decir
no es un hecho habitual, somos de la noción de que no se puede hablar
de una idea en general, una idea está consagrada siguiendo la noción de
Deleuze desde el que formula la idea en si, esto se aprueba, para todas
las disciplinas humanas. La filosofía es una disciplina que consiste en
crear, en idear conceptos que no existen en si, pero al igual que en el
arte, la creación no surge de la nada, la creación surge de una
necesidad, existe entonces la necesidad de la creación.

En la película “Inception”, de Christopher Nolan existe una necesidad, de

fondo, la necesidad del protagonista, que si lo analizamos de forma
practica, de volver a ver a sus hijos, y es a través de ésta necesidad, que
entra en una segunda necesidad, la cual es la implantación de una idea
en un sujeto. Ahora bien, devolviéndonos a nuestra pregunta de fondo
que es sobre la que se construye este ensayo, sobre si es o no posible
diferenciar una idea falsa de una verdadera

En el caso del planteamiento empírico de David Hume, nos dice que

para reconocer una idea utilizamos las percepciones y sentidos del ser
humano, es así como podemos separar las ideas simples las cuales se
asemejan las unas a las otras, y las complejas, en las cuales sucede lo
mismo. Hume nos plantea que no podemos formarnos una idea si no la
hemos percibido anteriormente, al contrario de lo que dice Descartes,
que alude a la utilización de la razón; por ejemplo, no puedo tener una
idea de como es una silla si no tengo percepciones anteriores que me
ayuden a imaginarla; o un estuche, por ejemplo, puede separarse en las
impresiones que yo tengo de su color, textura, tamaño, pero si no las
conozco, me es imposible generarme una idea acerca de cómo es el
estuche.

Es así como también critíca las ciencias por no aludir a la experiencia

del hombre, y solamente basarse en hechos concretos, y aparentemente
reales.

Como las ideas se separan a través de las percepciones, en el caso de

las emociones fuertes, tales como el sueño o la locura, el hombre
presenta las ideas en estados más vivaces, es por ello que se acercan
aún más a nuestras impresiones del mismo modo que, a veces las
impresiones son tan débiles que no podemos distinguirlas de las ideas.
Es así como en el caso de Cobb, al estar en un sueño se encuentra en un
estado de sensibilidad alta con respecto a las sensaciones, por tanto, le
es difícil distinguir la percepción de la realidad durante estos,
encontrandose vulnerable al “ataque” de una idea implantada por el
dueño del sueño en que se encuentra. Es por ello que el protagonista,
durante este estado no es capaz de mirar la cara a sus hijos, porque se
encontraría atado a una violenta impresión emocional, que lo llevaría a
una disyuntiva de preguntarse si realmente se encuentra soñando o no.

Por otra parte, Hume nos plantea que el conocimiento de los hechos
depende de una asociación de causa-efecto, es decir, que por a
diferencia de lo que plantea Descartes –planteando el racionalismo-,
Hume toma este concepto desde una parte más sensorial, ligado más a
las emociones.

Como conclusión, cabe destacar que sí es posible distinguir una idea

falsa de una verdadera a partir de un origen.

Es así como el mundo de los sueños no parece tan irreal y burdo como
creemos, además de tomar en cuenta que es un mundo es bastante
idealizado, en el cual –como lo hacía Cobb- se puede escapar de la
realidad, llegando incluso a confundirla por completo por el ligamiento
emocional y perceptivo que existe.