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, Innosfera
en Bilbao
Esta tarde participo en una nueva edición de Innosfera dedicada al tema "Reinventar la
ciudadanía: ¿se puede innovar en democracia?". En esta ocasión nos reuniremos en
Bilbao, en concreto a las 19 h en Eutokia, y participaré con Borja Lastra y Julen Iturbe,
moderados por Ismael Peña-López. Javier Velilla, María Jesús Alonso y Roberto
Carreras son los organizadores de este evento de innovación que nace de la iniciativa de
la UOC
Ismael Peña ha introducido ya el diálogo, y lanzado una serie de preguntas sobre las que
girarán nuestras intervenciones iniciales y el debate posterior.
Para ello, se han listado una serie de cuestiones abiertas que versan alrededor de lo que
es la democracia aquí y ahora, a saber:
Por mi parte estas son algunas de las ideas que quiero plantear (en cursiva las preguntas
iniciales de Ismael Peña):
• Información: ¿tenemos más información que antes? ¿es de más calidad? ¿la cantidad
nos hace más difícil distinguir lo relevante de lo trivial? ¿es la difusión de información
realmente más plural? ¿podemos mandar nuestro mensaje y que sea oído? ¿Qué sea
escuchado?
• Deliberación, argumentación: ¿es la red una gran ágora global? ¿nos cerramos en
grupos estancos generando cámaras de resonancia? ¿Quién pone sobre la mesa los
temas de debate, quién crea la agenda política?
De nuevo ambos escenarios son reales: los foros de algunos medios de comunicación o
partidos políticos parecen una caja de resonancia de ciertas consignas mientras que otras
iniciativas ciudadanas (desde un blog personal a wikileaks) acogen la participación de
personas con diferentes perspectivas ideológicas pero a las que unen objetivos (más o
menos temporales o permanentes) comunes.
• Formación de preferencias, negociación: ¿hay más o menos participación? ¿es de
mejor calidad o de peor calidad? ¿prima lo fácil contra el compromiso?
Sobre la cuestión del tiempo es perfectamente válida la idea del "cognitive surplus", de
Clay Shirky. Como en su momento explicó Jimmy Wales ante la pregunta irónica de
una presentadora de televisión tenemos un excedente de tiempo (que dedicamos a ocio
pasivo) y cognitivo que podemos canalizar hacia proyectos de interés como la wikipedia
(en lugar de, por ejemplo, ver televisión).
En todo caso no creo que el escenario de futuro sea de democracia directa por varias
razones:
- los nuevos modelos de convivencia y los nuevos espacios públicos (híbridos entre los
territorios geográficos y las redes digitales) admiten mayores niveles de diversidad. Ya
no se trata de estar de acuerdo en todo o de que solo se haga lo que desea una mayoría;
podemos convivir dentro de la discrepancia. No existe una necesidad universal de de
decisiones democráticas; parte de nuestras vidas puede basarse en decisiones autónomas
de individuos y/o colectivos.
• Rendición de cuentas: ¿es vinculante la información que tenemos con las acciones de
gobierno? ¿es vinculante la queja, la manifestación virtual con las acciones de
gobierno? ¿es el open government o el open data un capricho tecnológico o una
necesidad? ¿es una moda o una forma de recuperar parte del poder cedido a los
gobiernos? ¿es el open government o el open data una rendición de cuentas o una
cortina de humo?
No existen en estos momentos mecanismos que conecten el debate ciudadano y la
formación de opinión en canales informales (especialmente digitales) con la acción de
gobierno o la rendición de cuentas. Es evidente que debemos empezar a construir esos
mecanismos.
Los datos abiertos son un requisito, una necesidad, pero no una solución por si mismos.
Si el debate y la toma de decisiones se asientan sobre información y ésta se construye
sobre datos es claro que solo si tenemos datos abiertos (y no solo información o
conocimiento abiertos) podremos abrir esos procesos.
Pero los datos abiertos pueden convertirse en cortinas de humo que dificulten más que
faciliten la transparencia si:
1) no son verdaderamente abiertos al no cumplir estándares o no ser completos; de este
modo serían inutilizables (o solo con un coste muy elevado).
2) no existe una ciudadanía empoderada que tome un papel activo en la explotación de
esos datos para proporcionar múltiples análisis e interpretaciones. Esta "ciudadanía"
engloba individuos, colectivos de todo tipo, empresas, instituciones, investigadores etc.
3) las administraciones públicas no introducen en sus organizaciones y mecanismos los
"resultados" del uso de los datos abiertos por la ciudadanía (mejoras en sus
procedimientos; nuevos servicios; reconocimiento y corrección de fallos …).
Por agente:
En todo caso, son procesos emergentes y aún muy nuevos en que las predicciones están
destinadas a equivocarse en su mayoría. Así por ejemplo en el debate Todorov vs.
Shirky parece que el reciente caso de Túnez puede aportar un cambio de tendencia o
hacer más evidente algo que hasta ahora era poco visible (que el activismo online
también es útil en los regímenes dictatoriales). Pero también podría ser la excepción a
un patrón de creciente control ciudadano por parte de las dictaduras gracias a la
tecnología digital.
• Partidos: ¿es posible una acción política organizada fuera de los partidos? ¿tiene
impacto una acción política organizada fuera de los partidos que sustentan a los
gobiernos? ¿Hemos cambiado unos líderes tradicionales por otros digitales? ¿sigue
siendo necesaria la participación política organizada? ¿a quién representan los líderes
digitales?
Existe un peligro claro en la idea de "líder digital" dado que colocamos los medios antes
que los fines. A no ser que el adjetivo "digital" se tome en un sentido no instrumental,
como indicador de nuevas prácticas y culturas. Algo así sucede ya cuando hablamos en
educación de "competencias digitales" y nos estamos refiriendo a aspectos
comunicativos y relacionales además de tecnológicos.
• Gobiernos e instituciones: ¿qué papel les queda a los gobiernos en una era de
abundancia de información y posibilidad real de voto electrónico? ¿son los gobiernos
innecesarios/inoperantes en una red global que trasciende jurisdicciones? ¿está lo
local disociado de lo global? ¿cuál es el papel de los gobiernos en casar lo local con lo
global? ¿Son nuestros intermediarios/representantes gente capaz de transmitir la voz
de abajo arriba? ¿Son nuestros intermediarios/representantes gente capaz de explicar
lo que ocurre de arriba abajo?
Los gobiernos deberían aprender de la transformación que están sufriendo las empresas
que pasan de ser estructuras cerradas pensadas para la eficiencia a convertirse en
plataformas que facilitan procesos de innovación abierta. En el caso de los gobiernos, su
papel como controladores de la ciudadanía y como tomadores de decisiones es cada vez
más innecesario, si alguna vez lo fue. En cambio, la creciente complejidad del mundo
en que vivimos hace cada vez más necesaria la existencia de estructuras que favorezcan
la creación de información y conocimiento, su distribución y uso abiertos y el diálogo y
debate para la negociación y toma de decisiones. En todos estos procesos el papel
protagonista lo tiene la ciudadanía, pero son los gobiernos los que pueden, al menos en
parte, generar las condiciones que los faciliten.
La cuestión de lo local y lo global nos enfrenta a los cambios que se suceden en las
escalas espaciales y temporales significativas y como operan. Antes lo local era
relevante en ciertas cuestiones y lo global en otros. Ahora en la mayor parte de debates
ambas escalas son relevantes generando una nueva realidad aparentemente paradójica.
Como buena parte de nuestras estructuras de gobierno tienen un componente espacial se
enfrentan al problema de que las escalas para las que estaban diseñadas originalmente
ya no son operativas (por ejemplo los límites administrativos de una ciudad) o no son
las únicas relevantes (por ejemplo la economía de un territorio)