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28 de mayo, 2011.
Debo hacer la advertencia que no procuro en esta oportunidad dar respuesta a los
desafíos que El Partido Acción Ciudadana tiene ante sí, porque esa es casualmente la
tarea del Congreso, democráticamente integrado por todas y todos los militantes del
PAC. Lo que en adelante expresaré será entonces, más bien, una reflexión crítica
alrededor de los desafíos; procurando eso sí, poner de relevancia las preguntas
principales que los acontecimientos políticos, los de mayor impacto y los más
recientes, plantean ante nosotros.
Un Congreso es una oportunidad pues para repensar lo andado, para discutir a fondo,
sin llegar, claro está, a desnaturalizar el carácter particular o el tipo de partido que es
el PAC.
Pero el Congreso nos debe dar la oportunidad de entrar al detalle de las cosas,
críticamente, y también de otear el norte estratégico. En ese sentido, todas y todos
tenemos el derecho de expresar nuestros puntos de vista y ser respetados, pero el
requisito es que cada uno respete a los demás. No podemos pedir respeto al propio
punto de vista, si no somos tolerantes y respetuosos con los demás. Esta supone ser
pues una discusión democrática entre compañeros y compañeras, que nos permitirá
revisar y corregir lo malo, acentuar nuestros éxitos y apuntalar nuestra perspectiva
futura.
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Somos pues conscientes y contestes que esa bandera de la ética y de la lucha por los
principios y contra la corrupción, genera responsabilidades que no podemos eludir
bajo ninguna circunstancia, porque nos hemos colocado de frente ante las nuevas
generaciones de jóvenes que corren el riesgo de verse envueltos por la idea de que la
política es la arena de lo sucio y pecaminoso, y que no hay lugar para el servicio
público honrado, honesto y entregado a los demás. Habremos de revisar en nuestro
segundo congreso, lo que hayamos podido alcanzar con nuestra actividad política, así
sean conquistas intangibles, hemos de valorarlas desde esta atalaya, para saber
dónde estamos parados como sociedad en el tema de la ética y la política. No
obstante nuestra batalla, en nuestro trajinar han surgido preguntas y cuestionamientos
sobre esta materia, concretamente sobre la manera de abordar la lucha contra la
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corrupción; y estos cuestionamientos han emanado tanto desde afuera como desde
dentro del PAC, con todo y que desde el inicio la bandera de la ética nos ayudó tanto a
congregar fuerzas sociales y políticas contra el bipartidismo tradicional. Esas
preguntas, cuando sean pertinentes, nos las debemos reformular. La mayor parte de
las interrogantes alrededor de nuestra lucha en esta materia, no cuestionan el fondo
de la misión que nos hemos propuesto, pero sí el lugar estratégico que le hemos dado
en nuestro accionar político. Debemos prestarle atención esmerada a todo ello.
Los dos primeros núcleos de reflexión, el programa y los principios, los vamos a
analizar en dos dimensiones a saber: la dimensión de lo institucional y la dimensión de
lo societal. En tercer término pondremos de relevancia los puntos que consideramos
que es urgente que el Segundo Congreso Ciudadano resuelva en lo concerniente a la
organización partidaria propiamente dicha.
a.1.En la dimensión institucional, vinculada a los aspectos del programa, hay una
primera cuestión que se nos plantea y es la que tiene que ver con el tipo de Estado al
que aspiramos desde la perspectiva de Acción Ciudadana. En nuestra carta
programática hemos puesto un acento muy destacado en la lucha contra la arremetida
neoliberal que se ha puesto en boga y que aunque parece haber perdido fuerza
recientemente, aún constituye una amenaza seria. El PAC es el partido democrático
que de manera más consistente ha planteado en el programa (y en la práctica ha
luchado) contra los intentos por convertir al Estado en una piltrafa. Estos intentos se
iniciaron primero en partidos políticos que se ubicaban a la derecha del Partido
Liberación Nacional; pero después fue esta misma colectividad política, que se decía
socialdemócrata, la que se arropó, en la práctica (y últimamente hasta en el discurso),
con el manto neoliberal; para enseguida acometer la tarea de ir reduciendo la
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a.2. Las Cañas de Pescar en tiempos de apertura: Siempre en el núcleo del programa,
desde lo institucional, el PAC debe repensar su qué hacer con respecto a aquellas
instituciones que constituían (¿constituyen todavía?) cañas de pescar, como son el
ICE, o el INS en el contexto de la apertura hacia la competencia que ya fue aprobada
en Costa Rica. Siempre le asignamos a esas instituciones entre otras un papel
redistribuidor del ingreso, en la medida en que ellas eran monopolios públicos. ¿En
qué medida, nos preguntamos ahora, estas instituciones puede seguir desempeñando
ese papel cuando ha cambiado el contexto drásticamente y ellas se ven ahora
abocadas a la competencia con empresas transnacionales, en condiciones que
podemos llamar de desventaja para las empresas nacionales? Resulta obvio que el
margen de maniobra de que disponían instituciones como las mencionadas para
otorgar subvenciones a sectores sociales desfavorecidos, se ha reducido
sustantivamente. Mal se les puede exigir a las instituciones mencionadas, que
compitan con grandes empresas y que a la vez mantengan los subsidios a las
personas que se encuentran en desventaja social. Debemos reflexionar entonces, cuál
es el nuevo papel que le asignamos a estas instituciones en el nuevo contexto. ¿Se
reestructuran las cañas de pescar? De ser así debemos contestarnos ¿cómo, de qué
manera?
Sin embargo, existe también otro planteo según el cual, se afirma que el PAC no
solamente trasladará decisiones, sino además competencias y funciones a las
comunidades y sus gobiernos locales, para una utilización óptima de los recursos y
con el fin de fortalecer una gestión pública de calidad orientada al servicio de la
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a.4. En el tema Internacional, hay un aspecto que no debe escapar a la atención de los
congresistas del PAC, y es el siguiente: Costa Rica es una Nación que se ha
caracterizado por haber ejercido tradicionalmente una amplia defensa de los derechos
humanos en la arena internacional; por lo general lo ha hecho con bastante
coherencia, salvo en ocasiones en que el alineamiento ideológico con los países
capitalistas occidentales, en especial con Los Estados Unidos, ha inhibido a los
estrategas de nuestra política exterior de señalar contradicciones de estos países,
cada vez que por defender sus intereses económicos de gran potencia, han
atropellado los más elementales derechos de la ciudadanía de determinadas
nacionalidades con las que se encuentran enfrentados.
No obstante, nuestro país ha mantenido siempre las relaciones diplomáticas con los
países capitalistas occidentales, a pesar de que en destacados foros internacionales
se les haya denunciado y condenado como violadores de los derechos humanos en
casos concretos. Más recientemente se establecieron relaciones diplomáticas con la
República Popular China, una nación con un crecimiento económico impresionante,
pero que ha sido denunciada y condenada también, en varios foros de Derechos
Humanos. El Segundo Congreso del PAC tiene la oportunidad de pronunciarse a favor
de que Costa Rica adopte como política de Estado, la tesis consistente en que el país
mantenga relaciones con todas aquellas naciones de la tierra que sean aceptadas en
Naciones Unidas. De acuerdo con lo anterior, el país se atiene al criterio de que se
establecen relaciones con los Estados, con independencia de la orientación ideológica
o política que ostenten los gobiernos respectivos. O dicho en otras palabras, la lucha
por la prevalencia de los Derechos Humanos en la arena internacional se desarrolla
con independencia del establecimiento de las relaciones diplomáticas.
Hasta el momento el énfasis programático en esta materia había estado puesto por
parte de nuestro partido en orientar las políticas públicas a lo que dimos en llamar el
combate integral de la pobreza estructural (cfr. “Congreso Acción Ciudadana en
Marcha”, 2005:14) y también la oferta de las “cañas de pescar” para un modelo de
desarrollo integral solidario y sostenible en procura de la erradicación de la pobreza y
el mejoramiento de la calidad de vida en el campo y la ciudad. (cfr. “Convocatoria a la
Ciudadanía”, 2006-2010:75)
Dice la profesora Delia Montero Contreras que “A fines del siglo veinte la sociedad civil
desapareció del discurso y del pensamiento público y fue reemplazada por la idea del
mercado como control o contrapeso del Estado.” (Montero, Delia, 2002: 377)
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Sin embargo, cuando vemos la práctica de nuestra organización, nos encontramos con
que el PAC apela a las organizaciones de la sociedad civil, respeta su independencia y
trata de incorporarlas en las mesas de concertación y diálogo que se gestan desde el
parlamento por ejemplo, pero carece o ha carecido de una política para auspiciar o
promover el auge de estas instancias en un sentido más integral. En la estructura
organizativa del PAC, digámoslo a guisa de inventario, no han existido hasta el
momento los referentes sectoriales, con unas pocas excepciones como son los casos
de la juventud o las mujeres. En nuestro partido no se han desarrollado políticas para
promover de manera sistemática la incorporación de nuestros cuadros a
organizaciones de la sociedad civil, no con el propósito de controlarlas, sino de
contribuir a desarrollarlas respetando su independencia tanto respecto del Estado
como del mercado.
En nuestra acepción, “la sociedad civil” no sería parte ni del Estado, ni del mercado,
sino que conforma un tercer sector independiente, cuya principal característica
consiste en la autonomía que existe entre todos sus miembros. Al respecto, un
afamado autor contemporáneo, Benjamín Barber afirma: “Sin la sociedad civil, los
ciudadanos están desamparados: suspendidos entre los poderosos gobiernos
burócratas en los que ya no confían y los mercados privados a los que no pueden
confiar sus principios morales y cívicos.” (Barber, 1998: 53)
Nuestros legisladores han luchado con honestidad por hacer valer el principio de la
rendición de cuentas y la transparencia entre los funcionarios de la administración
pública. Pero esta práctica se ha desnaturalizado y se ha convertido en un acto
protocolario, en un formalismo sin sentido, del Presidente de la República para abajo.
Los actos de rendición de cuentas del Presidente a la Asamblea Legislativa, suelen
transformarse en ditirambos, discursos auto elogiosos carentes de todo sentido político
y de responsabilidad con la ciudadanía.
b.1. Respeto ante lo diverso: Una discusión no resuelta está instalada en nuestra
sociedad, tiene que ver con los derechos de minorías, específicamente minorías
homosexuales.
b.3. Fecundación in vitro: Una tercera discusión controversial que ha estado presente
tiene que ver con la fecundación in vitro. El punto álgido del debate aquí tiene que ver
con el derecho a la decisión que le asiste a la pareja, contando con información
científica, acerca del implante del embrión en el útero, cuando esto no puede suceder
de manera natural. Hay un proyecto de ley que se discute hoy mismo en la Asamblea
Legislativa, en una comisión que está presidida por la diputada del PAC María Eugenia
Venegas.
1. Un Partido más orgánico. El primer asunto que dejaremos planteado amerita una
reforma a los estatutos en caso de que el Congreso adopte una resolución, se trata del
tema de la militancia partidaria. Hemos sido hasta ahora sumamente laxos en esto.
Parece ineludible buscar construir un partido mucho más orgánico y militante que el
que hemos tenido hasta el momento. Hoy mucha gente se considera militante de
nuestra organización por el simple hecho de que se ha acercado al PAC en momentos
estelares, generalmente las coyunturas electorales y ha trabajado en ellas. No se trata
de menospreciar a ningún costarricense que haya hecho sacrificios por la
organización, sobre todo si lo ha hecho de corazón, es decir con desinterés desde el
punto de vista del beneficio personal. En un medio en el que los partidos tradicionales,
merced a las prácticas del clientelismo, han envilecido tanto la conciencia ciudadana,
es meritorio encontrar gente que muestre desprendimiento personal en lo político; si
además esta persona ha contribuido porque entiende el mensaje del PAC, mejor aún.
Pero todo ello no es una condición suficiente para considerarse militante de la
organización.
Con ello no se descartan los aportes de todos los simpatizantes, adherentes, afiliados
que deseen contribuir con nuestra causa, pero el militante tendrá mayores deberes
que las demás personas que simpaticen con nuestra organización, y también le
asistirán más derechos, sobre todo en lo concerniente a la elección de la dirigencia
partidaria, o a la participación en eventos estelares de la vida del partido como es un
Congreso.
Esta posibilidad está planteada de cara a las elecciones nacionales del 2014, y se ha
puesto en el tapete de discusión de una manera más vibrante a raíz de los recientes
acontecimientos del 1 de mayo, mediante los que nos permitieron acceder al control
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¿Con quién nos aliamos? ¿Cuáles son las condiciones mínimas programáticas?
¿Cuáles serán nuestras exigencias éticas dentro de la alianza, puesto que el partido
como tal continuará planteando sus principios éticos, los cuales serán de acatamiento
obligatorio para sus militantes?
Todas estas interrogantes deben ser resueltas mediante una discusión que, aunque
tenga episodios apasionados, debe ser respetuosa de los puntos de vista y criterios de
los demás. Lo digo una vez más, pues el PAC debe prevalecer como partido; su perfil,
su aporte, es una necesidad urgente para Costa Rica.
audacia, sin deponer nuestros principios y valores éticos, pero sin convertirlos en un
valladar que nos impida llegar a acuerdos con partidos que tienen otro origen, otros
estándares, pero con los que podríamos coincidir en un programa para el corto plazo y
en una agenda ética común, que a la vez no le amarre las manos al PAC para
continuar luchando por lo suyo con nuestros estándares éticos y nuestras exigencias
para con nosotros mismos.
Habremos de seguir soñando el futuro de una Costa Rica que está para más, un país
desarrollado, pequeño pero desarrollado, pero sobre todo un país con justicia social y
solidaridad. Competitividad y solidaridad, para que salgamos adelante todas y todos.
Podemos y debemos continuar ambicionando un desarrollo para todos los hombres y
para todo el hombre, como decía Theilard de Chardin; y ahora agregaríamos para
todas las mujeres y toda la mujer.
Desde esta tribuna me despido, confiado en nuestra madurez para sacar adelante el
partido que fue visionariamente fundado hace poco más de diez años, invocando
tolerancia, respeto, madurez; y con el hombre de La Mancha debemos repetirnos:
“¡Quizá no fue un sueño!