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Mitilicultura en el Sur de Chile:

El Promisorio Futuro de los Frutos Marinos

* Por más de 20 años


investigadores de la Facultad de
Ciencias UACh han desarrollado
estudios y experiencias prácticas,
contribuyendo significativamente a
lo que es hoy la mitilicultura en la
zona sur del país.

El cultivo de choritos (Mytilus


chilensis) en el sur de chile sigue
siendo una actividad que promete.
Expertos en la materia proyectan
un notable aumento en la
producción durante los próximos
años y se espera que suceda lo
mismo que con la producción de
salmónidos, donde sólo en 20 años
el país se convirtió en uno de los
líderes mundiales.

De acuerdo a datos del Servicio


Nacional de Pesca (Sernapesca),
hoy existen 1.890 centros de
cultivo de choritos y 15.768 ha
ocupadas con estos fines en la X
Región, que es donde se ubica el
98% de la producción nacional,
principalmente en las cercanías de Puerto Montt, Calbuco y toda la Isla de Chiloé.

La historia se remonta al año 1943 cuando se promulga la ley N° 7.535 que crea la Estación
de Mitilicultura de Quellón (en la comuna del mismo nombre) con el objeto de vigilar y
propender el cultivo y repoblación de mitílidos.

Según el Dr. Jorge Navarro, académico del Instituto de Biología Marina, Facultad de
Ciencias, de la Universidad Austral de Chile, la actividad comenzó con gran interés por
parte del Estado cuando se empezaron a agotar los bancos naturales de mitílidos,
especialmente choritos y cholgas provenientes de Chiloé. Por tal motivo, en la década del
60 el Instituto de Fomento Pesquero (IFOP) y la Corporación de Fomento de la Producción
(CORFO) iniciaron un plan de desarrollo de la mitilicultura, principalmente en la zona sur
de la Isla de Chiloé. El propósito de esto fue que lugareños y pescadores artesanales
tuvieran una alternativa de producción y de ingresos.

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Al respecto la Dra. Elena Clasing, profesora del mencionado Instituto de la UACh, indicó
que la instalación de balsas de cultivo no dio buen resultado, principalmente por la falta de
experiencia de los propios pescadores que estaban acostumbrados a la extracción en forma
relativamente fácil de los productos del mar y aquí aparte de instalar la infraestructura
debían trabajar permanentemente en su mantención.

UACh y la Mitilicultura

La relación de la Universidad
Austral de Chile con esta
actividad comenzó hace muchos
años atrás, luego de que los
trabajos del IFOP y CORFO no
dieran los resultados esperados.
El Dr. Navarro comenta que
“durante la corta estadía inicial
en la UACh del experto alemán
Dr. Jürgen Winter, a fines de
1976, académicos y nosotros
que éramos sus estudiantes,
viajamos a Chiloé donde
pudimos visualizar el gran potencial de esa zona para el desarrollo de la mitilicultura.
Frente a esa inquietud iniciamos conversaciones con la Secretaría Regional Ministerial de
Planificación y Coordinación (SERPLAC) y CORFO, para proponer la realización de
estudios sobre mitilicultura”.

A comienzos de 1978 regresa el Dr. Winter para integrarse al Instituto de Zoología como
profesor huésped, donde inicia su fecunda labor en pro del desarrollo de la acuicultura
chilena, quien fue además fundador del Instituto y de la Escuela de Biología Marina de esta
casa de estudios superiores. Con el experto a la cabeza se concreta un programa de
investigación entre la UACh y el Gobierno Regional para llevar a cabo un proyecto, hasta
el año 1981, en las localidades de Yaldad (a 10 Km. de Quellón), Huildad (12 km. al norte
de Quellón) y Tubilidad (en Quemchi).

Entre las actividades que involucraba este proyecto estaban la caracterización ambiental de
los lugares de cultivo, la determinación de las tasas de crecimiento del chorito, evaluación
de la captación de semilla y desarrollo de técnicas de colecta de semilla y cultivo de la
especie. En forma paralela la Universidad de Concepción realizaba otro programa de
investigación con las mismas instituciones de Gobierno, lo que permitió la interacción de
los grupos de investigadores en un tema trascendente para el país.

En octubre de 1982 CORFO entrega a la UACh el Centro de Cultivo de Mitílidos de


Yaldad, con la finalidad de recomenzar la tarea iniciada y continuar las investigaciones en
el lugar. El Dr. Navarro considera que “esto fue un desafío más para la Universidad, no
obstante hubo una muy buena acogida de parte de las autoridades de la época que apoyaron

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en lo básico”. Sin embargo, para que funcionara a un nivel mayor se requería de aportes
financieros externos, por lo que recurrieron a Canadá y en el año 1984 se logró un convenio
con el Centro Internacional de Investigaciones para el Desarrollo (CIID), mega proyecto
con cuyos recursos se continuaron los estudios de tipo biológico, socieconómico y de
transferencia tecnológica, para apoyar la actividad mitilícola en el sur de Chile.

Dicho convenio incluyó además un programa de perfeccionamiento que permitió que


académicos del Instituto de Biología Marina, realizaran programas de doctorado en Canadá.
Posteriormente, desde 1995 al 2002, se desarrolló un segundo proyecto con fondos
canadienses, esta vez con un enfoque más aplicado, dirigiendo los esfuerzos principalmente
a la transferencia tecnológica y al aspecto económico-social de la mitilicultura.

Desde el año 1996 la Estación Experimental de Yaldad se encuentra habilitada con una casa
de huéspedes que permite efectuar actividades de investigación en la zona. Aquí se han
llevado a cabo numerosos proyectos nacionales e internacionales (FONDECYT, PNUD,
CIID, WWF, IFS, TWAS) que han generado gran cantidad de publicaciones científicas,
además de tesis de doctorado y muchas otras de pregrado. Otro hecho destacado es el
haber logrado una significativa transferencia tecnológica a la población rural del lugar, en
relación a las técnicas de cultivo.

Proyecciones de la
Actividad

Para el Dr. Jorge Toro del


Instituto de Biología Marina
UACh, el futuro de la
mitilicultura es promisorio,
siempre y cuando se
solucionen problemas, tales
como la disponibilidad de
semilla, ya que no todos los
años se produce la misma
cantidad, por lo tanto puede
ser que haya periodos donde
los centros de cultivo tengan
una infraestructura instalada
y no posean la suficiente cantidad de semilla para mantener el cultivo. Si bien la producción
en laboratorio se ha realizado con éxito, aún no es económicamente rentable. El segundo
problema grave es la aparición de la Marea Roja o Floraciones Algales Nocivas (FANs),
fenómeno natural producto de bloom de microalgas tóxicas y que tiene un fuerte impacto
en la movilidad de semilla de un lugar a otro, por lo que una de las soluciones posible es
producir semillas en laboratorio lo que certificaría que está libre de este tipo de toxinas.

Las mareas rojas tóxicas también tienen un gran impacto en la mitilicultura desde el punto
de vista socio-económico, ya que se deben cerrar los centros productivos hasta el momento
en que los bivalvos se encuentren detoxificados. De ahí que sea relevante conocer la
dinámica de intoxicación y detoxificación de estos organismos para estimar los tiempos de

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cierre de los centros de cultivo. En relación a este tema se desarrolla un proyecto Fondecyt
a cargo del Dr. Jorge Navarro, donde se abordan diferentes aspectos de las mareas rojas
tóxicas y su efecto sobre los bivalvos en cultivo.

Por su parte, el Dr.


Navarro considera que
la actividad tiene un
enorme potencial en
nuestro país. De las 6
mil t anuales que se
producían en 1995 se
pasó prácticamente a
100 mil t y de acuerdo
a las proyecciones para
el año 2010 se espera
llegar a las 160 mil t de
choritos al año, lo cual
dejaría a Chile en el
tercer lugar a nivel
mundial después de
China y España.

Explica que para que esta actividad sea sustentable en el tiempo se requieren programas de
investigación para estudios básicos y aplicados referentes a la producción y obtención de
semillas. También considera primordial conocer la capacidad de carga de los ecosistemas,
ya que esto tiene directa relación con la calidad del producto. En la actualidad las tasas de
crecimiento son cerca del 40% más lentas que hace 15 años (23 meses), ya que el ambiente
está sobrecargado de centros de cultivo. De ahí que conocer la capacidad de carga
permitiría ayudar a las instituciones a poner límites en el otorgamiento de nuevas
concesiones marinas, lo que iría en beneficio directo de la propia miltilicultura.

Escrito por Carla Sepúlveda Campos, Periodista Facultad de Ciencias UACh.


E-mail: carlasepulveda@uach.cl
Fotografías: Dr. Dirk Schories, Instituto de Biología Marina UACh.

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