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PREMIO NACIONAL DE CRÍTICA

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SEUDONIMO: REFLUJO

CATEGORIA: ENSAYO CORTO


¡Hace falta una gran seguridad para criticase¡ quien lo hace madura y esta a la vanguardia de si

mismo, se interesa por aceptar sus limitaciones y las de su entorno; personas con esa clase de

seguridad, raras veces son simples acomplejados y cada vez menos, unos ignorantes de los

mecanismos de legitimación. Lo digo a propósito de una serie de experimentos que se llevan a

cabo en un laboratorio que se autoproclama multidisciplinario, y donde sustancialmente se reúne

un “curioso” grupo de maestros que desistieron absolutamente de la vocación y optaron por

desempeñar disciplinas ajenas al campo artístico; lo que parece otórgales en suerte, una inusual

alteridad para criticarse y señalar las falencias del método académico y las de los mecanismos de

legitimación.

Según su laboratorista -aun estudiante de pregrado- “¿Cuan interesante e innovador seria

documentar la vida y obra de egresados que alcanzaron el reconocimiento y la hegemonía?

¿Acaso necesitan de ello? trabajar con modelos a seguir no es la naturaleza de este laboratorio.

He localizado una serie de maestros en la periferia del campo, dotados de una

multidisciplinariedad forzada, necesaria e indispensable para llevar a cabo con éxito, los

experimentos planteados en este laboratorio. La pre-anulación del impulso creativo es

fundamental para realizar los ejercicios, de lo contrario, trabajaríamos con la predisposición de

saber donde acabara todo esto, trabajaríamos entonces en una pretenciosa curaduría”

(Rodríguez; 7)

Al parecer, el proyecto es pretencioso sin la necesidad de ser una curaduría; tiene ese sutil acento

quisquilloso y mal intencionado de un artista que aún no lo es y que parece aprovecharse de una

serie de maestros errantes -que no son más que el producto de circunstancias coyunturales-, para

desacreditar la formación artística profesional y para justificar de paso, su duda por seguir en la

1
carrera. Sin embargo todos somos inocentes hasta que se demuestre lo contrario y a decir verdad,

para experimentar el impulso creativo no necesitamos de un titulo que lo valide.

La defensa a mis acusaciones continua de la mano de uno de los maestros que colaboran en el

proyecto; el ahora instructor de gimnasio asegura que “durante el pregrado pretendemos

descubrirnos como artistas; las facultades de arte elaboran planes de estudio bajo regímenes

academicistas que nos permitan hallar soluciones concretas a problemáticas comunes desde un

punto de vista estético; paralelamente, como en cualquier carrera, se entrena psicológicamente

al estudiante para asimilar el reto profesional como una serie de triunfos y fracasos por sortear.

La singularidad en nuestro caso radica en que dicha preparación psicológica, más que una

instrucción es una advertencia: han escogido la profesión más difícil.

Difícilmente se encuentran clasificados que convoquen maestros en artes plásticas, se nos

entrena para ser sujetos autodidactas y se nos ofrece la oportunidad de competir con

historiadores, ilustradores, diseñadores y licenciados, en cargos que poco tienen que ver con

nuestro particular modo de ver el mundo. La empresa privada y publica nos ofrece

“enriquecimiento” en otras disciplinas en las que el hacer artístico poco sale a flote... ¿Acaso no

somos útiles para la sociedad?” (Martínez citado por Rodríguez; 9).

Eso de la utilidad lo determina la intencionalidad de la practica en relación con el espacio, el

sujeto y/o el objeto que refiere; lo que si es cierto es que la validez y acreditación de una

disciplina, esta justificada con base a su utilidad dentro de las necesidades y prioridades de una

comunidad, necesidades que dejan en la periferia a los problemas estéticos1; en otras palabras, si

1
La impertinencia de una profesión se refleja en el bajo número de egresados por semestre, esto eleva el costo por
alumno y el bajo nivel de competencia. La experiencia como estudiante me ha dado las armas para afirmar, que la
mediocridad e indisciplina en los procesos creativos, están amparados por el bajo nivel que exige la academia para
avanzar hacia una titulación; aquí la ley del embudo no se aplica en función a lo académico/económico (como en
todas las facultades), sino al parecer, se inclina en nuestro caso, hacia factores tan indefinibles como la noción de

2
existe una carrera a la que se le cuestione su formación profesional y su posterior desempeño

dentro de las necesidades de una comunidad, si existe una, a la que se desacredite con mas ahincó

bajo este presupuesto, esa es, la formación profesional de artistas plásticos.

Si bien es cierto que para estudiar cualquier profesión se necesita un grado de sacrificio,

dedicación y amor significativo para poder culminar y ejercer con satisfacción la disciplina,

también es cierto que la inviabilidad económica es un problema común que va más allá de la

vocación2. En conclusión, desertores y profesionales que no ejercen, no es un problema

exclusivo de las facultades de artes, es un estereotipo que a decir verdad, poco tiene que ver con

la voluntad y mucho con la acreditación de la mediocridad, lo que influye en el volumen de

oportunidades para especializarse o para ejercer.

Sin embargo, la desfavorabilidad económica, es una de esas motivaciones distintas a las

académicas que aparentemente poco importan en el laboratorio, pues todos son maestros y bien o

mal pudieron estudiar otra carrera o dedicarse a otra labor fuera de lo artístico; precisamente ese

es el aspecto mas fuerte de la defensa: todos han logrado cierta satisfacción en sus nuevas

profesiones, renunciar al arte fue la mejor decisión que pudieron tomar y lo mas importante, es

que esta duda los ha dotado de una agobiante seguridad para criticar y señalar las falencias de la

empresa que los liquido, pero con la sutileza y elegancia que da la madurez. Pero me interesa

arte. Una elevada improbabilidad de calificaciones razonables acotadas por ciertas pautas o conocimientos
fundamentales, una eterna incertidumbre de la confiabilidad de las reglas que validan las expresiones, y la
incuestionable flexibilidad de las prácticas y de los juicios estéticos, hacen del pregrado en artes plásticas un plato
agrio y caro, que además de no satisfacernos, nos es difícil de digerir.
2
Viabilidad económica y vocación, dos aspectos fundamentales en la construcción de un proceso; dos aspectos que
al entrecruzarse, logran reformular un proyecto con la multiplicidad de variables que se presentan. Sin embargo me
interesa resaltar las menos obvias y las mas paradigmáticas: cuando la comodidad económica es una desventaja,
cuando el sujeto tiene resuelta su estabilidad económica y no le satisface la profesión o cuando se encamina en un
proyecto que poco o nada le interesa; ahí, es cuando la comodidad financiera hace inviable un proyecto.

3
recalcar que esta no es una particularidad exclusiva del círculo artístico y que la renuncia también

es un buen camino:

“Por los días que escogía la línea para esta investigación, apareció en la prensa capitalina un

reportaje a una de nuestras personalidades, importante tanto en el campo académico como en el

social y que decidió el rumbo o la aspiración de esta reflexión.

Reportero: «como así, ¿usted estudio en los andes?»

Entrevistado: «si, yo estuve varios años, pero no me gradué de acá»

Reportero: « ¿deserto?»

Entrevistado: «si porque me aburrí. Estaba en ingeniería industrial y alcance a estudiar ocho

semestres pero no volví a clases»

Entrevistado. Rector, Rudolf Hommes Rodríguez

El tiempo, viernes 17 de noviembre de 1995” 3

El investigador continúa mas adelante aclarando que “… el caso presentado es coyuntural, y no

representativo. Además, el resultado final, es que el estudiante que se aburrió, termino siendo uno

de los mas calificados economistas del continente, ministro de hacienda y finalmente, rector de

una de las mas prestigiosas universidades colombianas”

3
“… Que una de las mas calificadas instituciones de educación superior del subcontinente americano, tuviera este
tipo de experiencia, con un estudiante con condiciones socio-culturales y económicas en general favorables, resulto
una alerta que decidió el estudiar las causas y consecuencias del abandono de la universidad, por motivaciones
distintas a las académicas.

¿Qué elementos visibles y ocultos hay detrás de ese simple me aburrí? ¿Que lleva a los estudiantes en cualquier
momento a sentirse hastiados de un “no se sabe que”, como en el ejemplo presentado? ¿Tiene algo que ver la
clásica e insuficiente respuesta de las deficiencias académicas de fondo de la universidad? (Manrique, 1997; 12,13)

4
Pero el dichoso laboratorio no solamente se limita a lanzar acusaciones y justificaciones, ha sido

diseñado para estimular a los desertores a “crear” desde un pensamiento “multidisciplinario

forzado”: planes de entrenamiento adaptados a planes de estudio que finalmente no ofrecen los

resultados esperados (desenvolverse dentro del campo); pruebas psicotécnicas apreciadas mas por

su valor estético que por su funcionalidad; maquinas de test vocacionales, manipuladas en su

script con sutiles cambios, para arrojar siempre un resultado preciso: perfil profesional: Artista;

contratos inestables y confusos que al ampliarse hacen visible la infamia de la que es victima el

egresado, y muchas otras practicas que nos enseñan que al distanciarse del campo, se logra una

posición mas critica y sincera frente al mismo. Esto no es nuevo ubicándonos dentro de la

contemporaneidad4, el discurso ya estaba dado, pero aquí el emisor cambia, esto necesariamente

cambia el discurso, ya no es una crítica acreditada por el centro, sino una fina burla a todo el

campo y así lo manifiestan con su obra:

“Como puede ver, copie la diagramación de un libro de Taschen y me incluí entre la crema y

nata del arte contemporáneo. ¡Sí, a las malas! esa es mi posición frente a la hegemonía, yo no

necesito pasar por tanto, para hacer parte de la historia. El libro continua circulando y

afirmando que soy uno de los artistas mas influyentes del siglo… ¡esto es una respuesta de

inconformismo!” (Cifuentes citado por Rodríguez; 10).

4
Esta iniciativa aparentemente es una replica de institutos como el ZKM, donde se forman artistas/científicos y
viceversa; pero no lo es, no se parecen en lo mas mínimo. Mientras en Europa se preocupan por incentivar un
quehacer mixto de calidades Premium, en Colombia, reúnen a los marginales para crear engendros estéticos. No es
un llamado a la pluricompetencia o una demostración de inteligencias múltiples, es el sarcástico resultado de las
deficiencias del sistema educativo.

5
El laboratorio avanza con sus experimentos y la verdad, su finalidad sigue siendo intrigante5. No

se sabe aun, si es una advertencia instigadora o una invitación formal a la duda y a la

“equivocación”. Así mismo, la preocupación por el desempeño profesional del futuro maestro y

las garantías para ejercer o circular, más que ser una postura destructiva y desalentadora, debe

entenderse como una invitación a revisar y mejorar la calidad institucional. ¡Claro! también se

puede interpretar como la carta de renuncia de alguien que prevenido por las circunstancias,

prefiere evitar el riesgo y se escuda en sus futuros pares para amortiguar el golpe.

MAESTRA (O) ¿Que tan pesado puede ser este titulo? ¿Acaso su gravidez etimológica es una

molestia a cuestas para el egresado y para el empírico? Un pregrado no es suficiente ni es

insuficiente el poseerlo, a decir verdad, en una pasión como esta, ni siquiera es insuficiente el que

no posee el titulo.

5
Según los informes del laboratorio, se han develado nuevas discusiones de las que han surgido experimentos como
el de “método creativo académico vs método creativo empírico”, pretendiendo enriquecer las filas con aquellos
agentes autodidactas que poco interesan a la estructura de la empresa artística y que mucho aportan a la
desacreditación de la titulación; pero no doy mas detalles, pues el laboratorio pronto saldrá al ruedo haciendo la
publicación completa del proyecto de grado.

6
Referentes

Álvarez Manrique, José maría, “etiología de un sueño o el abandono de la universidad por parte

de los estudiantes por factores no académicos”, colección ensayos FUAC. 1997

Rodríguez Fajardo, Eduardo, “Informes de laboratorio”, Archivo del artista. 2010

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