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EL LECTOR

Con una mirada retrospectiva, Bernhard Schlink nos conduce a través de Michael Berg hacia al
pasado alemán. El pasado de Michael y su sociedad. Este libro nos conduce al enfrentamiento entre dos
generaciones, a través de una historia de amor entre Michael y Hanna. Una historia marcada por el nazismo
y la forma de actuar de un pueblo en momento determinado.
Michael que con solo 15 años experimenta los placeres del amor. Caminando un día se siente mal y
tiene que ser ayudado por Hanna, aquí empezara toda una relación erótica que jamás él podrá olvidar. Los
dos amantes se irán aproximando, primero será solo físicamente pero a menudo que avancen con su
relación avanzaran con su contacto mental. Antes de sus relaciones Hanna pedirá a Michael que le lea en
voz alta fragmentos de Schiller, Goethe, Dickens, Tolstói... De esta forma, Michael se ira superando como
estudiante, llegando a ser un estudiante altamente cualificado. El amor le lleva a enfrentarse con su
presente, para agradar a Hanna se convertirá en un pozo de sabiduría. Pasará de ser un estudiante mediocre
a ser uno de los mejores, empezará a dar valor al mundo cultural, al mundo que Hanna quiere recibir de él.
Este hecho será un hilo conductor a una historia futura, el motivo porque Michael descubrirá una verdad
sobre su amada: su analfabetismo, Michael comprenderá porqué quería que la leyera, porqué mostraba
interés ante unos libros, y se sentía absorbida por todo lo que Michael le contaba. Hanna no sabia leer ni
escribir, este hecho le condicionara. Viviendo en una sociedad donde la mayoría sabe leer y escribir, el
sentimiento a no pertenecer a esta colectividad hace sentir inferior a Hanna, por eso nunca lo afronta, se
mantiene al margen, aunque por ello tenga que cargar con mucho más de lo que se merece. Ella es culpable
de haber permanecido a las SS, y haber participado activamente en la selección de futuros candidatos a
Auswitsch. Pero no es la única responsable de la muerte de un grupo de mujeres quemadas en la iglesia, y
menos de haber redactado un informe. Su analfabetismo le lleva a admitir haber escrito dicho informe por
negarse a hacer un reconocimiento de su caligrafía. La vergüenza puede más que la verdad. Este hecho será
usado por otros abogados en su contra, al haber admitido una cosa que jamás hizo le imputa haber cometido
otras atrocidades dejando la culpabilidad de las demás más distante,, al ser la única que lo reconoce en voz
de las SS será utilizada para cargar con todo, ella solo puede saber lo que izó o penso ella, pero jamas lo
que pudieron pensar o hacer las otras, este será el motivo con el que los abogados le harán cargar con la
culpa. Hanna no podrá remediarlo, por haber mentido anteriormente deberá de seguir con lo que empezó.
El Lector también repara en el sentimiento de culpabilidad del mundo alemán enfrente al judío,
como un pasado puede marcar el presente de quien no vivió ni participó de ello. Las nuevas generaciones
alemanas son consideradas igual de culpables como lo fueron sus progenitores. En este punto del libro, se
abre una visión de lo que tubo que vivir la gente en la postguerra, cuando ellos luchaban por un futuro
mejor, eran vistos solo por su pasado, la nueva generación tubo que tomar las riendas de su nación y juzgar
lo que se izo, pero es muy fácil juzgar las acciones una vez cometidas pero, ¿que habríamos hecho muchos
en su lugar? Esta es una pregunta que Hanna dirige al juez, ella se sentía obligada, debía cumplir un trabajo,
seguramente habiendo estado en su lugar, nosotros también habríamos seleccionado quién debía ir a la
muerte y quien no. Tanto el juez como nosotros, no tenemos tal respuesta, es muy fácil y práctico decir lo
que tiene que hacer o no el otro, pero cuando somos nosotros quienes debemos afrontar un papel, no es tan
fácil, aún y creer hacer lo correcto siempre puede ser criticado, además siempre existe la excusa de estar
obedeciendo ordenes, pero esta excusa no puede redimir lo que uno comete, como seres humanos somos
amos de nuestras acciones, y por eso debemos tener suficiente criterio para saber qué está bien y que no.
En la página 132 del libro encontramos una frase que lo resume “la verdad de lo que decimos es aquello
que hacemos, también podemos guardarnos de hablar”, con esto nos dice que solo somos mirados por lo
que hacemos, ya podemos ir diciendo, si hemos hecho algo mal, sólo eso es lo que importa. Solo prevalen
nuestras acciones. Hanna se equivocó, y como ella muchos, por mucho que pretendan dar una explicación
esta no será escuchada. Así mismo se sentía la nueva generación alemana: no podían dar explicación de lo
pasado, ellos no lo vivieron, y aun y haberlo vivido, muchos no participaron de ello, muchos no sabían la
realidad de los campos de concentración, esto se supo más tarde. Este hecho de la historia conduce a
muchos jóvenes a romper con su pasado, no pueden dar explicación de ello, a la vez lo condenan. Los
padres de muchos quieren que sus hijos los liberen de su pasado, pero los hijos no quieren saber nada,
muchos que tuvieron que juzgarlo debieron juzgar a sus padres, pero como juzgarlo sin saber lo que
vivieron, es muy fácil una vez ocurrido juzgarlo, pero haberlo de vivir seguramente no fue fácil. Michael
nos abre los ojos a un dualismo de presente y pasado, de la misma manera que muchos estudiantes se
revelaron para un futuro mejor, otros no. Por el mero hecho de haber vivido una etapa de la historia no
significa haber participado activamente de ella. Muchos estudiantes que criticaban su pasado también
deberían entenderlo, porque vivir cuando pasa algo atroz no quiere decir ser la causa de ello. Esta dualidad
pretende que entendamos que no se puede juzgar a toda una generación por lo que hicieron unos u otros,
simplemente ocurrió, no hay un solo responsable, de la misma manera que tampoco hay una generalización.
Es bueno criticar pero es mejor ser críticos con uno mismo. De la misma manera muchos estudiantes
pueden criticar que otros se mantuvieran al margen, también pueden entender la presión que recibieron
muchos a actual de una forma u otra.
El sentimiento del pasado conduce a la vergüenza, haberse de sobreponer al daño causado no era
nada fácil, los alemanes deben encontrar la forma de convertir tal vergüenza en energía, en actividad, en
agresión. El enfrentamiento con padres culpables estaba cargado de energía, era difícil echar en cara lo que
hicieron pero debían hacerlo, los mismos alemanes eran quienes tienen que afrontar su pasado y ser ellos
más críticos que nadie. Lo que se les exigía no era nada fácil, superar esta vergüenza era superar el
sufrimiento que vivían muchos. El recuerdo de todo era una cita con el pasado, acusar era una
simplificación tan grotesca como defensar y la justicia, de entre las simplificaciones era la más grotesca. El
sentimiento de huir no les conducía a nada, porqué huir quiere decir llegar a algún lugar, y quien huye no es
que quiera llegar a nada, sólo olvidar. Pero su pasado estaba tan lleno de vida como el presente, lo único
que el legado del pasado en los alemanes les ha dejado marcados para siempre. Tienen que tomar fuerza y
luchar para darse a conocer como seres comprensibles, como cualquier otro, pero con un pasado oscuro,
quién es capaz de entender lo qué paso, si ni tan solo ellos mismos pueden entender porqué paso. Son
momentos de la historia que determinan a un pueblo. De la misma manera que Michael no se siente unido a
su generación, muchos no se sienten unidos a la suya. Aún y esto, por vivir en un período determinado se
nos etiqueta, lo mismo pasó con quiénes vivían el nazismo en Alemania, el pasado les ha marcado pero
tienen que hacerle frente y seguir viviendo.
Otro tema a tratar es el de la solidaridad, una solidaridad ante un rostro humano, una dignidad hacia
al hombre, un respeto hacia la vida. Esta es la aportación que hace un conductor de un coche hacia Michael,
pero si los alemanes debieron respetar la dignidad y vida de los judíos, ¿porqué no respetar también la vida
de Hanna? Ella está pagando por lo que toda una sociedad cometió, y aún y así no participó de ella tan
activamente como muchos creen. Con la única conversación que Michael tiene con su padre, descubrimos
que Michael se siente culpable por el destino que tocará vivir a Hanna, si él hubiera hablado, el futuro que
depararía a Hanna sería bien distinto. Aquí podemos comprobar que algunos hechos de la historia vuelve a
repetirse de formas bien distintas, pero con el mismo fondo. Pero conque derecho debe Michael escoger el
destino de su amada, debe ser ella quien debe escojerlo, no le puede imponer su forma de pensar o de ver
una cosa. Pero sentimos que tal mentira no es digna de tener tan sacrificio, pero a la vez tampoco podemos
comprender porque ella sigue adelante, porque seguramente, muchos de nosotros preferiríamos la verdad
antes que la humillación pública. Pero cabe tener en cuenta que Hanna si se hace responsable de tal
tenacidad, seguramente porqué había tenido relación con judías, quizás por eso les hacía leer, para hacerles
un poco más agradable sus últimos días de vida, pero esto ya nunca lo sabremos, Hanna se negó a hablar,
pero Michael no, él se siente indignado y por eso hace de abogado ante el lector de Hanna, asistiendo día a
día al juicio y siendo el único que conoció a Hanna, nos abre una luz hacia aquella persona, cuando ve a
Hanna desprotegida la quiere hacer hablar, pero sin éxito, esto solo queda entre el y nosotros: Quizá ella
escogió a las mujeres más delicadas y débiles para hacerles más soportable su final, que no había más
motivo que este, no podía haber otro.
El libro desenfoca además una similitud entre el campo de concentración con el juicio, tratando las
dos situaciones de difíciles y narcotizantes, no era fácil vivir con lo que estaba pasando, nadie podía
remediarlo. No podemos comprender aquello incomprensible, no podemos comparar lo incomparable
como tampoco indagar porque el culpable convierte sus horrores en un objeto comunicativo en vez de
actuar como se debería debido al espanto, la vergüenza y la sensación de culpa. Pero a la vez pedimos un
porque, y esperamos la respuesta que al final no miramos el daño que causamos en la persona, la hacemos
culpable, pero a la vez, somos nosotros culpables también de escoger su destino, así como algunos
alemanes escogieron el destino de un pueblo.
Para terminar, hablar también del amor entre Michael y Hanna, y como este no acaba
reconociéndose hasta que esta se va definitivamente. Cuando Michael se hace responsable de la muerte de
Hanna, y esta de la muerte de los judíos. Si Michael no ha podido perdonar a Hanna, menos la perdonara
quiénes no la conocieron. Hanna cree en Michael, por su amor emprende una gran lucha: aprender a leer y
escribir, se siente orgullosa de lograrlo, ahora ya puede comunicar su alegría, pero esta se pierde, Michael
no se ha atrevido a escribir. Cuando lo ve por primera vez, ella entiende más que nosotros, ha marcado la
vida de Michael y lo quiere liberar, decide poner fin a su vida, pero comete un error, Michael no la ha
olvidado, sigue siendo su chiquillo, pero llega tarde.
Esta obra aporta se interroga sobre el destino de una generación atrapada por el engranaje del amor y la
culpabilidad. La única salida que encuentra el autor es dejar escrito el legado de su historia, acercarse al
nazismo y a la Hanna que él conoció. La única historia que él cree que debe ser contada, la única que la da
la garantía que debe de ser la verdadera es que la única que está escrita, las otras solo existen en su cabeza.

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