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PREMIO NACIONAL DE CRÍTICA

APROXIMACIONES A LA NUEVA LECTURA DEL CONCEPTO ESTÉTICO EN

EL ARTE CONTEMPORANEO

(CATEGORÍA ENSAYO LARGO)

LABOTSIRK

C.C. # 92.275.294 de Toluviejo- Sucre.

29 de mayo de 2011
APROXIMACIONES A LA NUEVA LECTURA DEL CONCEPTO ESTÉTICO EN

EL ARTE CONTEMPORANEO

Nada más sorprendente que la entrada del salón de arte en cuya recepción colgaba un

retablo negro que abría el recorrido por una exposición colectiva, su nombre: “Senderos de

la Noche”. Avanzando más adentro y ante la mirada de cada espectador resaltan unos

cuadros con pinceladas asimétricas; por un costado de la sala un conjunto de herramientas

agrícolas (Martillos, azadones, zoquetes, palas, cabos de barretones, hachas, y picos), que

soldados unos a otros asemejaban figuras y situaciones imaginarias de seres con nombres

inverosímiles. Luego de un descanso, al otro costado, un montón de chécheres viejos y

rotos esparcidos sobre un piso. Lo imaginable estaba allí, que tal en medio de un pasillo

angosto, ubicado intencionalmente un muñeco de fibra plástica descolorido por el tiempo,

posando de espaldas con un letrero que pida que lo pateen. Al final, adoloridas por los

pinchazos, cuelgan varias fotografías recién envejecidas con rostros disímiles traspasados

por alfileres…

Son estas escenas el pretexto con el cual me permito iniciar una reflexión crítica que de

alguna manera nos aproxime a la claridad a la lectura de un nuevo concepto de estética,

visto desde otras tendencias y formas expresivas del arte.

¿Pero que me hace llegar a esta reflexión crítica?, es la duda sobre, que es en sí el arte

contemporáneo? ó si existe en realidad una diferencia entre lo contemporáneo y lo no

contemporáneo? o, existe acaso una estética distinta para el arte Contemporáneo o

posiblemente es la estética una sola?

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No obstante, para abordar este tema en mediana profundidad siquiera, es importante tener

claro el concepto que de arte se tenga, para que desde esa base se construya el juicio

estético de las cosas que se tienen por consideración como obras de arte, como forma de

expresión del hombre.

Como primera reflexión, si consideramos el arte como la manifestación más perfecta de la

humanidad que nos permite interpretar y comunicar algo sobre el universo mismo - donde

el hombre es solo una creatura pequeñísima de todo lo creado-, no puede entonces por

tanto, “cualquier cosa”, ser en sí misma una manifestación de arte; mucho menos, por

supuesto, una expresión estética, si por estética entendemos el estudio de la belleza. Pero

surge luego, la descripción polémica de lo que es belleza; ¿Qué es lo bello?; ¿Es acaso en la

simpleza del sentido estricto de la palabra, lo que se produce de forma cabal, por imitación

de la naturaleza o por intuición del espíritu? Entrar a discurrir por la senda de estas

definiciones nos conducirá necesariamente a un largo trecho que tiene su punto de partida

en la antigüedad y que ha hecho tránsito por cada época de la historia, sin que nadie, hasta

ahora, tenga aún la verdad absoluta.

La complejidad del arte como manifestación del ser, aunado a las doctrinas filosóficas, nos

ponen de manifiesto que el concepto sobre lo que es arte o no, lo que es estéticamente

válido o no, lo que es bello o lo que no es bello, va mucho más allá de la simplicidad de las

cosas y por tanto el artista; el verdadero artista, debe tener claro su papel como tal, lo que

sin duda se ve reflejado en su obra. He ahí la gran incertidumbre sobre si se es consciente

de lo que se hace; así parezca un contrasentido para nuestro pensamiento, el artista debe

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estar movido por su propia convicción. Este aspecto es aparentemente irrelevante para

muchos artistas que en la contemporaneidad en que vivimos el arte ni siquiera logran

creerse a si mismo lo que hacen; no llegar a ser conscientes de lo está haciendo y porque lo

está haciendo lo lleva simplemente a hacer las cosas por hacerlas; un gran defecto es el de

no estructurar una base lógica concordante con la evolución misma del arte en la historia y

la experimentación de muchas formas a la vez no les permite ubicarse en el tiempo y en el

espacio y terminan haciendo luego “cualquier cosa” la cual, por anteponer una armadura

ante el juicio estético, bautizan con el nombre de Arte Conceptual, Arte Contemporáneo,

sin tener una clara explicación estética y ética de lo que eso significa.

No en vano dentro de la crítica del arte contemporáneo a nivel universal se suscita también

una discusión sobre lo que es perceptiblemente válido o no; leamos a continuación el

siguiente enunciado:

“No pocos rechazan la nueva producción, la consideran definitivamente no arte y siguen viendo al

arte desde una perspectiva elitista, piensan que hay hoy una especie de parodia del gran arte, sin

profundidad temática ni genialidad productiva. Para ellos circulan o se proponen productos

conservadores o simplemente provocadores, generalmente de mala calidad, sin desafíos y lejos de

toda excelencia. Otros, en cambio, piensan que se introdujeron nuevos lenguajes de expresión

estética, nuevos esquemas perceptivos, nuevos modos de procesamiento de imágenes y aceptan,

festejándolo, todo. Estos últimos, que llevan razón en cuanto a las novedades, caen en ocasiones en

una aceptación acrítica, y hasta ingenua, no menos parcial que la anterior. Tanto a unos como a

otros les ronda la idea del “todo vale”, los primeros porque a producciones que no pasan de ser

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meras provocaciones, ejercicios autorreferenciales, gestos teatrales, histriónicos o impactantes,

copias burdas, trabajos sin calidad conceptual ni técnica las confunden con propuestas que sí

pueden ser calificadas como propias del arte contemporáneo, por calidad conceptual y/o técnica,

por el qué y el cómo de la expresión, etc. Los segundos caen en el todo vale porque con ligereza de

juicio, no poco snobismo y queriendo estar en la cresta de la ola, aceptan lo que sea porque temen

rechazar equivocadamente lo que sí vale. En ambos casos se evidencia una ausencia de criterios

para organizar la producción de manera clara y distinta”

Barale Griselda1 El Arte Contemporáneo: Juicios y Criterios

En Colombia, por supuesto, como en todo el resto del universo - y valga recordar la

universalidad del lenguaje artístico- no nos abstraemos de esa realidad y desde las distintas

manifestaciones de arte se crea un panorama confuso del concepto contemporáneo que

atañe indudablemente al espectador. Sin embargo hay asomo de una nueva interpretación,

de una nueva lectura del concepto estético, partiendo desde las raíces mismas de nuestro ser

Caribe. El siguiente ejercicio sobre algunas manifestaciones artísticas nos permite hacer un

esbozo de lo planteado:

DANZA Y CONTEMPORANEIDAD.

Cuando brotan los sonidos y los instrumentos dejas soslayar sus melodías y ritmos,

entonces el cuerpo cobra su propia vida y habla…

Es la danza que con sus contorciones, matices y acentos traspasa el umbral del espacio para

manifestarnos su sentido; los movimientos cobran la fuerza del intérprete y en cada estilo

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BARALE Griselda Carmen- Argentina Superior Universitario de Grado en LIC. EN FILOSOFIA.
UNIVERSIDAD NACIONAL DE TUCUMAN, UNT, Argentina

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particular se nos muestra el sentir de los bailes, unos acuden a la esbeltez de la figura otros

la armonía de las composiciones, otros simplemente a danzar.

Un modelo que ha hecho carrera en nuestro medio lo podemos encontrar en la puesta en

escena de agrupaciones que retoman el nombre de ballet – remontémonos a la edad media-

como ejemplo, el Ballet Nacional de Sonia Osorio, el Ballet de Antioquia y una mala copia

de ambos, el Ballet de Sincelejo, en ellos se trata de proponer una esquema que se debate

entre lo clásico y lo moderno a partir de la exploración de las danzas tradicionales; y en esa

difusa dualidad conceptual de que si es ballet o un grupo folclórico con bailarines

profesionales al mismo tiempo, quieren dar una paso más adelante de lo que se denominó

en una época, grupo de proyección o danza de proyección, que sin un verdadero sustento

dialógico de la obra transforman la realidad y la esencia de la fuente primaria para ofrecer

un espectáculo que no pasa de ser sencillamente, vistoso.

A mi juicio, para ser ballet le faltan muchos elementos y para ser grupos folclóricos les

sobran.

Algo diferente se respira en la obra Barrio Ballet de Incolballet de Cali que nos propuso

otra puesta en escena, fugaz tal vez, con ritmos y sonoridades más universales y con una

moderada tendencia hacia lo contemporáneo. Es preciso advertir sin embargo, que por

esencia el arte contemporáneo indica una ruptura de los esquemas preestablecidos desde

épocas anteriores; así una manifestación de danza contemporánea se contrapone a la danza

clásica o al ballet a partir de las nuevas propuestas de movimientos cinestésicos que en vez

de buscar la elevación del bailarín en la punta de pie, el cuerpo fluye en el espacio, se

arrastra, se hace buen uso de los niveles, el pie desnudo aparece como propuesta estética

del cuerpo en acción, lo místico juega un papel importante y existe una apropiación de

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nuevos códigos cinéticos. Los finos ropajes de lentejuelas y brillantes así como las

fastuosas escenografías y las zapatillas se van al cesto de lo usado. El Colegio del Cuerpo,

con Álvaro Restrepo a la vanguardia de este proyecto novedoso, emerge de las barriadas

populares de una Cartagena heróica como un ejemplo de esta práctica en Colombia que

extiende el legado de las escuelas de Isadora Duncan, Marta Graham, Cunningham etc.

quienes revolucionaron mucho tiempo atrás el mundo de la danza bajo otra perspectiva y

concepto.

LOS SONIDOS DE LA MÚSICA

Una cascada de sonidos habitan el espacio; del ambiente sonoro se extraen tonalidades que

se acompasan y las líneas melódicas son reforzadas por sonidos superpuestos que dan la

cadencia armónica; entonces el juego entre motivos y células rítmicas, los pulsos y acentos

ajustan en compases exactos las melodías y como devenir de cada episodio de la vida el

hombre a su paso por la historia pone su sello indeleble de la época, del estilo, de su

contexto, de su propio universo.

De igual manera que la danza, sucede con la música contemporánea que rompe con la

tradición de la sonoridad, los enlaces armónicos que obedecen a leyes rígidas, se

transforman en enlaces atrevidos, agresivos quizás, dando como resultado una música

distinta, que obliga acomodar el oído a la sensibilidad de ritmos, melodías y armonías poco

comunes en el ámbito sonoro natural donde se aprecian otros niveles de decibeles, escalas y

coloraturas. En un pasado reciente, en el ámbito universal, la mezcla música – ballet

encuentró en Diaghilev una nueva referencia y a partir de allí Igor Stravinski, Maurice

Ravel, Schönberg, Bela Bartok, nombres que se asocian a la música contemporánea en

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Europa, mientras que en América, surge el Jazz y el Rock como expresión popular con

todas sus variaciones y derivaciones así como los arreglos sinfónicos con efectos sonoros

asociados a las grandes producciones cinematográficas. Así mismo, se comienza hablar de

una música de la “nueva era” con sonidos que son extraídos de la naturaleza y se da una

evolución sonora a través de los avances tecnológicos que permiten elaborar una música en

distintos formatos experimentando toda clase de sonoridades, coloraturas, mezclas de

sonidos e imágenes; nace también la música electrónica con una fuerza revolucionaria que

cautiva masas a través de los decibeles de las ondas sonoras compaginadas con los efectos

lumínicos. En Colombia se empieza a gestar un gran movimiento bajo esta nueva

conceptualización, todavía falta mucho, pero se ha avanzado bastante, sobre todo en los

grandes centros urbanos donde las escuelas de formación musical le van abriendo paso a las

iniciativas contemporáneas que si bien experimentan sonoridades a partir de los ritmos

autóctonos como la cumbia, el porro, el fandango, la gaita, el bambuco, el patacoré, etc.,

resultan interesantes las propuestas de ensamble a que recurren las bandas. No obstante, en

compaginación con el estado latente de una sociedad de consumo estos formatos se ven

relegados por otros que no aportan nada a la evolución artística, pero que si cuentan con un

gran apoyo de la industria fonográfica, de los productores, de los medios masivos que se

aúnan a través de iniciativas de eventos que permiten posicionar en el mercado sus

productos. Más, poca es la difusión que le merezcan este género de la nueva música

colombiana que dentro de los precursores podemos contar con nombres como Francisco

Zumaqué, Justo Almario, Antonio Arnedo, Eddy Martínez, Ramón Darío Benítez, entre los

más conocidos, pero que alternos a ellos se consagra una pléyade de jóvenes músicos que

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con sus agrupaciones experimentan los ensambles de los nuevos sonidos de Colombia: Mal

alma, Guafa Trío, Ensamble Sinsonte, Alé Kumá, Aterciopelados, Doctor Krápula, etc.

DE LAS FORMAS Y COLORES

Formas, líneas, puntos, colores. Materias, elementos, medios visuales, técnicas y

tendencias; son elementos propios de lo que se plasma a pinceladas, a mano limpia a

sopletes y brochas; los lienzos calladamente soportan todo lo que el maestro les quiera

hacer, la arcilla o el barro esperan el soplo que aliente su vida; es igual. La manera de

percepción visual ha tenido que adaptarse a nuevas propuestas de colores, otros

cromatismos, nuevos trazos de líneas y figuras que se refleja en la obras de arte pictórico,

incluso en la escultura y la arquitectura que adquieren formas asimétricas que obedecen

cada vez más a una geometría fractal, una idea más abstracta de las dimensiones, que las

antiguas fórmulas de las dimensiones y volúmenes usadas en la geometría euclídea; siendo

entonces el nacimiento de los movimientos más destacados entre los cuales podemos citar a

los ismos: El fauvismo, el expresionismo, el cubismo, el futurismo, el constructivismo, el

neoplasticismo, el dadaísmo, el surrealismo, el expresionismo abstracto, el Pop Art y el

performan. Caballero, Rayo, Obregón, Fernando Botero, Arenas Betancourt; surgen como

algunos de los exponentes mas connotados. Pero aquí es quizás donde se presentan mayores

dificultades al momento de inscribir una obra dentro de el estilo, el movimiento o

tendencia; muchas son las propuestas que se salen del sentido estético y que incluso en una

afán por llenar el vacío conceptual sobre la obra se termina de alguna manera confundiendo

la lectura que el espectador pueda dar de ella.

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Del mismo modo la arquitectura contemporánea rompe con el tradicionalismo de los siglos

XIX hacía atrás donde había un continuismo casi fotocopiado de las formas; la nueva

arquitectura propone otros conceptos estéticos, basados en nuevas técnicas y materiales

industriales. Eso aunado al avance y uso de la tecnología en la elaboración de diseños , de

la mano alzada se pasó al software, facilitando la puesta en marcha de nuevas tendencia en

la arquitectura. En Salmona tenemos el más grande exponente

LA LITERATURA Y LA ESCENA

No menos que las anteriores consideraciones artísticas los trazos y líneas atiborradas de

letras conjugadas se encuentran expresas en la literatura, tanto en la narrativa como en la

poética existe también un rompimiento de los esquemas y códigos preestablecidos, dando

paso a nueva formas de contar, de describir, de exponer, de pincelar con palabras. La nueva

literatura cada vez se aleja de los grandes “clásicos” y en los elementos de la

contemporaneidad propone nuevos nombres en los que Colombia surge como un espacio

rico en exponentes y que su máxima expresión se concentra en García Márquez y la

aparición de un “realismo Mágico” que no es otra cosa tan simple de cómo contar la

historias más inverosímiles de la realidad del Caribe colombiano con la finura del lenguaje

que trasciende y lo vuelve universal. Esa manera tan propia lo llevó a ser considerado como

el mejor al otorgársele el Premio Nobel de literatura; pero junto a él se abren paso otros

escritores no menos como Mutis, Gardeazábal, Castro Caicedo, Rojas Herazo, Giovani

Quessep, Raúl Gómez Jattin, David Sánchez Juliao, o aquellos que en un afán de romper

con los cerrojos semánticos de la época, a la cabeza de Gonzalo Arango irrumpieron como

los precursores del “Nadaismo”, por citar algunos.

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Y de la literatura al teatro, y de éste a las formas escénicas de proyección visual; la

televisión y el cine. La nueva tendencia de las escenas propone otra dialéctica y casi se

puede decir que existe ya una identidad propia cuyo sello lo patentaron Santiago García,

Enrique Buenaventura, Fanny Mickey, Sergio Cabrera, Harold Trompetero, como los más

populares.

Pues bien ahora, en todos los sentidos podemos percibir que la esencia del arte

contemporáneo podría estar en la ruptura con los esquemas tradicionales o convencionales

que vienen ligados del pasado, sin embargo, no por ello se debe desconocer que cada época

viene marcada por una ruptura de la anterior y eso es lo que hace que se diferencia una de

otra. Por ejemplo:

El Arte Antiguo reemplazó al Prehistórico (Paleolítico, Neolítico, Edad de los Metales). El

clásico reemplazó al antiguo, a su vez el clásico fue reemplazado por el medieval y todas

sus derivaciones; luego aparece la edad moderna (Renacimiento, Manierismo, Barroco,

Rococó, Neoclasicismo); llega en el siglo XIX el arte contemporáneo (Realismo,

Impresionismo, Simbolismo, Modernismo) hasta el siglo XX y entrado el XXI con un

nuevo concepto de arte en la contemporaneidad de ahora, la nuestra, donde nos

encontramos vivos haciendo parte del mismo contexto sociocultural.

En ese sentido luego, no fue acaso, por ejemplo, Beethoven un revolucionario que rompió

con los paradigmas de la música de su época? O Cervantes con su Quijote de la mancha

que rompió el esquema literario demasiado trillado en Europa o Shakespeare en la literatura

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inglesa o Dalí con la pintura de su momento?. Sin duda e cada período de la historia han

existido seres que van a la vanguardia de un nuevo pensamiento y sus obras resultan

incomprendidas muchas veces por el espectador.

De esta manera vemos como surge entonces una nueva interpretación del universo estético

y cómo la estética plantea de nuevo el conflicto del concepto desde lo Platónico o

Kantiano; el juicio de la percepción de las cosas no está sujeto solo a las razones expuestas

por Kant y sus seguidores para emitir un juicio estético o desde la escuela de Platón con

respecto a la creación artística; en ese dilema se debaten hoy artistas, filósofos, críticos y

académicos.

Al respecto José Manuel Springer2, en su artículo El arte contemporáneo y la noción de

la diferencia nos dice: “Hoy somos testigos de que el arte contemporáneo de manera

disciplinada o intuitiva efectúa una crítica y una ruptura con el modelo kantiano. Lo hace

de prácticas intuitivas desde la pintura neoexpresionista o transvanguardista, imitando el

modelo de la cultura popular (el arte Pop), o de manera consciente y propositiva al

interpretar la obra de arte como un texto (el llamado arte conceptual), pero a fin de

cuentas un objeto, que establece su valor por medio de la explicación fenomenológica o la

metafísica”.

2
Revista Réplica 21 http://www.replica21.com/archivo/articulos/s_t/362_springer_diferencia.html.
Fecha de publicación: 12.02.2005

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Interesante resulta, por decir lo menos, el ejercicio de estudiar a profundidad cada concepto,

cada teoría, con respecto a la percepción y al juicio critico del objeto estético. Sin embargo

he aquí el gran problema de lo contemporáneo y es que muchos artistas que carecen de un

bagaje con respecto al tema, lanzan a la exposición pública sus obras rayando muchas veces

en lo vulgar, lo mediocre, lo minimalista, lo superfluo y en esa carencia de sentido la

describen como contemporánea.

Pero quizás el mayor sacrificio está en el sujeto que percibe el objeto, el espectador, que

ante la ausencia del goce por lo estético - pues este parece no ser razón del arte

contemporáneo - necesita de una intensa conciencia perceptiva y resulta incauto ante el

sofisma de que en la contemporaneidad “todo es válido”, por lo que muchas veces en

desconocimiento del mismo juicio y la razón estética moderna, termina validando un arte

contemporáneo inexistente ante otro que si tiene el valor de ese merecimiento.

He aquí entonces un reto para la educación artística. Es imprescindible que desde las

escuelas hay una gran labor por hacer en la concreción de los programas curriculares que

indudablemente implica una reconceptualización de la función docente dentro y fuera del

aula, por las nuevas tendencias exigen por supuesto que hay que formar a los nuevos

consumidores de obras (los alumnos) para que teniendo claridad y fundamento en la

conceptualidad de las diferentes formas expresivas del arte, adentrándonos en el mismo

conocimiento del proceso histórico y la evolución del concepto estético, para que no

terminen siendo parte de una sociedad de ingenuos despistados ( aquí cabe lo que un grupo

hemos llamado “La Sociedad del despiste”) que alardean de conocedores de arte, pero que

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se conforman, porque sus discernimiento no les permite más, con cualquier propuesta de

“pseudoarte” sin ningún fundamento ni sentido estético que deslumbra por encima de lo

que es verdaderamente válido estéticamente.

Es la segunda oportunidad de la que nos habló García Márquez, para reinventar el mundo.

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