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PREMIO NACIONAL DE CRÍTICA

LA POSMODERNIDAD DE LOS NIÑOS

Lyotard

Ensayo Largo
Asociar en cierto modo la fe con el saber, la fe en el saber,
es unir entre sí unos movimientos que denominaríamos performativos
y unos movimientos constatativos, descriptivos o teóricos. Una
profesión de fe, un compromiso, una promesa, una responsabilidad
asumida, todo ello exige no unos discursos de saber sino unos
discursos performativos que producen el acontecimiento del que hablan.

Jaques Derrida. Escrito en “Universidad Sin Condición”.

Universidad es aquel lugar en donde se ha concentrado y dividido por disciplinas el

conocimiento. Es ahora el lugar donde nosotros vamos a estudiar un saber especifico

para poder obtener un diploma que representa que se es dueño de ese conocimiento

especializado, el titulo permite definir lo que somos y como actuamos. Somos

nosotros determinados por el saber especifico.

Antes había différance. Ayer hable con un señor que tiene como la edad que tendría

mi abuelo si el cáncer no le hubiera comido el cuerpo, él me hizo darme cuenta de que

nosotros somos extraños. “Meu pãe foi embora muito cedo”, yo le pregunte ¿cuántos

años usted tenia cuando eso paso? Respondió moviendo la cabeza “dez e oito anos”,

inmediatamente le dije, dentro de mi ignorancia, que diez ocho años ya era una edad

considerable. Él respondió con un tono inmenso de nostalgia “antes tudo era

diferente”.

Antes no habían universidades, no tenia Internet, no tenia computadores, el teléfono

era muy precario. “Nem había carro” le dije en medio de sus palabras. Habían

poquísimos carros, no tenia televisión, existía solo el telegrama. “Agora existe muita

coisa” pronuncio al final de este párrafo de palabras dejándome atónito. Reconocí que

el ahora tiene todo y eso me hizo irme de para atrás como un árbol sin raíz. En

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Latinoamérica 18 años era muy poco tiempo en el pasado, las personas eran inocentes

niños a esa edad, solo aprendían de sus padres y sus experiencias eran muy pocas.

Fue con la ciencia moderna que esa relación concreta con el tiempo se dividió en

función de conocer lo que estaba por atrás de las formas que eran reconocidas como

tales y por tanto tenían un nombre especifico. Antes 18 años como era muy poco pero

también era mucho, pues la vida productiva era más corta, eso llevaba a súper valorar

la vida y al mismo tiempo se establecía una paradoja pues las enfermedades existían

pero no se sabía lo que eran, no tenia diagnostico, solo cuando el cuerpo mostraba

señas de estar siendo devorado era que se reconocía lo que estaba pasando, solo

después de la muerte se sabia que era lo que el difunto tenia.

La ciencia moderna trajo para nosotros la potencia de dar la muerte sin morir, pues la

capacidad de dar un diagnostico prematuro ahora nos permite conocer aquello que no

vemos y que nos enferma. Es así que cambiamos la vida por la muerte y el saber por

los saberes, el único problema con esto es que de la medicina migro esa muerte para

todas las otras disciplinas de modo que la universidad se convirtió en un lugar sin

vida. Cambiamos la inocencia de la sabiduría por la productividad en masa de saberes

específicos, inertes y sin vida.

Cuando estudiaba en la Tadeo en una clase tuve que leer Lyotard, el libro era “la

posmodernidad (explicada a los niños), sobre la lectura el profesor pidió que

escribiéramos un texto, sobre este escrito recibí una calificación relativamente baja

por lo que le pregunte a mi maestro sobre la situación, el respondió diciendo que veía

que no había llegado a entender el texto.

Muchas veces sucedía eso dentro de mis estudios, era normal y constante, aunque

entendía las cosas los profesores se empeñaban en calificar y valorar lo que estaba

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haciendo, eso era totalmente normal o hasta que un profesor quiso bajar mi nota final

del semestre al mismo tiempo que aumentaba la nota de otro estudiante que estaba

defendiendo su tesis de grado. Me parecía extraño porque todo mi proceso había sido

sólido y no tenia deficiencias en su funcionamiento y en las conexiones entre lo que

había aprendido, antes por el contrario había puesto a funcionar esa maquina

hiperpotente, quiero decir con esto que todo mi arte tomo una dirección con lo que

este maestro traía a la clase, esa era la mayor contradicción que simplemente tenia

explicación dentro del mismo sistema de notas de la universidad.

La enfermedad se fue tornando cada vez más crónica, llegar a clases era muy

frustrante porque entre más aprendía-entendía el oficio artístico mis compañeros y los

profesores menos entendían lo que decía, muchas veces lo dicho chocaba mucho en

las aulas que hacían parte de mi tiempo.

Fueron estas situaciones que me comenzaron a interrogar sobre la relación entre

estudiar y vivir la vida. En mi pensamiento se comenzó a cosechar la idea de tener

que quebrar con ese sistema que estaba disfuncional dentro de mi lógica. Mientras los

proyectos que hacia intentaban articular a los compañeros y profesores, ellos mismos

no creían en mis propuestas, nadie creía, confiaba o entendía lo que decía, tenia que

explicar detalladamente todo lo que tenia en mente y eso me parecía agradable como

ejercicio pero al mismo tiempo era algo frenaba mis procesos porque en el momento

en que tenia que ponerme frente al juicio de los otros los ataques eran extraños porque

nadie sabia como reaccionar frente al desentendimiento. Era como tener a la

inquisición en frente juzgando al profano que había cometido una herejía.

Los amigos que había tenido como referentes y como modelo me dieron la espalda

porque mis ideas estaban fuera de lo que ya habíamos visto en las clases, en la

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practicas artísticas estudiadas, de lo que se había leído en los libros, lo que pensaban

los profesores y ellos mismos.

Era un escepticismo, existencialismo, algo <<como>> mortuorio y una falta de

credibilidad que parecía que todos habían programado en la cabeza, era natural

porque ese era (es) el cotidiano de nuestra cultura, por lo que no me dejaba afectar por

lo que me decían pues ante nada creía en lo que había aprendido, creía en lo que era y

en lo que estaba haciendo pues era algo que estas mismas personas habían construido

con migo dentro de la academia.

Una de las acciones de mi tesis era dejar de asistir a clases, pasaba fugazmente, me

reunía fuera del horario con los profesores y compañeros, pensaba en llevar a la

practica los conceptos como, rizoma, desconstrucción, espacialización,

temporalización , estética de la desaparición, estética de lo anónimo, pragmatismo y

todos ese pensamiento al que me había acercado en mi proceso universitario, la

propuesta no era trabajar con materiales o formas si no que la intención era poner toda

esa realidad que había construido en función de punto de partida de mi proyecto que

era el Amor.

Con el amor como combustible empecé a conectar toda mi experiencia investigativa

con mi alrededor, llegue a entender que habían diferentes determinantes que en el

cotidiano de las personas les evitaba sentirse enamorados.

De ese cotidiano fue que propuse el proyecto llamado “El amor como una política

estética” que nacía básicamente de esa ruptura con mi ex y que empezaba a tomar

forma a partir de la investigación plástico-conceptual que había desarrollado

autónomamente dentro de las clases de universidad y que era situada sobre el

entendimiento del “Performance como presentación de la inmanencia” que era un

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estudio de performance que me llevo a entender que se podía hacer arte con acciones

cotidianas. La quiebra de esta relación me llevo a pensar que el amor era algo que

trascendía las esferas individuales de un amor monógamo y que se articulaba y

coexistía con la política, la sociedad, la cultura y todo lo que pasaba y tenia forma

dentro de un territorio.

Articuladamente con el asunto del amor, además de la inasistencia a clases, empecé

a realizar un trabajo que proponía un oficio micropolítico de expansión del amor hacia

otros lugares no cotidiano, que después de explicarlo para Silvia Suarez ella misma lo

tradujo en sus palabras como un trabajo que intentaba a través del intercambio

intersubjetivo entre personas hacer llegar un mensaje. Este mensaje no hablaba

explícitamente sobre el amor pero ese era su motor.

El referente principal de este trabajo fue la experiencia que había tenido vendiendo

sánduches en la universidad, era mi trabajo, no tenia nada que ver con una propuesta

artística y nunca lo incluí dentro de algún proceso académico, simplemente era un

negocio que tenia con mi ex novia. Lo que quedo del negocio fue una red de personas

que me conocían y me estimaban, de manera que ver esas personas creyendo en lo

que les vendía que era algo que hacia con cariño y esfuerzo fue lo que me llevo a

creer en lo que hacia, de que era más importante hablar con las personas que entrar a

un salón de clases de antemano a ser juzgado.

Entonces lo que hice sin mucha premeditación fue ir a hablar con cuanto profesor

de la universidad estuviera disponible para hablarle sobre la propuesta de mi tesis que

había objetivado en un proyecto de gestión que se llamaba “Política estética para la

universidad nómada”. Llegue a esta propuesta después de pensar en que mi intención

era llevar el amor de una manera objetiva a todas los lugares cotidianos en que me

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movía llevando una invitación a que los profesores se dieran cuenta de que ellos eran

los que hacían la institución y que por eso ellos eran los que podrían mover los

procesos de manera autónoma. Mi plan era sumar conexiones sin tener un “para que”.

Tenia un porque que era el amor, como una manera de crear sujetos políticos y dar

autonomía a las performances de cada uno que llegara a conocer el Amor, era así la

posibilidad de hacer sentir de manera múltiple mi obra inmaterial a las personas con

las que hablaba.

Era simplemente un trabajo de acreditar en el porque del sentir, creer en eso que

sentía y hacer arte con palabras y en tiempo real sin dejar rastro ni registro más allá

del mapeo propio. Era la experiencia la que me llevaba a creer en mi y en la

posibilidad de una obra de arte futura fuera de la representación y cotidiana, una

performance continua que fuera como la que estaba proponiendo pero realizada por

cada persona e su día a día.

Aunque mis intenciones estaban más allá del tiempo de la universidad, el núcleo

central de mi tesis era enamorarme, y esto me permitía tener en mis manos un arte

cotidiano y sincero que me otorgaba autonomía de creación. Quería decir con

acciones que el amor era la más potente de las maquinas de guerra1, que era algo que

se construía como cualquier obra de arte, implicaba así un proceso de desarrollo, el

cuerpo, el tiempo, el deseo, la voluntad, y podría ser igualmente una maquina

abstracta tipo Deleuze y Guattari, el amor anticipaba la maquina del estado, la

disciplina, el pensamiento ortodoxo, la burocracia, era eso que daba sentido a toda mi

realidad y me permitía pensar y creer en la realización de obra de arte total

wagneriana de la que hablaba Nietzsche y de la cual siempre creí desde que comencé

a hacer pensar la performance.


                                                                                                               
1  Como  Deleuze  y  Guattari  hablando  la  maquina  de  guerra  como  un    

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Era para mi el amor a potencia del arte. Un arte sin amor era como la historia del

arte sin obras de arte, una estética sin conceptos o simplemente una forma sin sentido

o contenido.

Me enamore dentro del periodo de tiempo del Festival de performance de una

bailarina que estaba realizando una conferencia performativa junto con el colectivo

del que ella hacia parte, la performance del grupo Comtempu’s era una performance

en la que Sergio Andrade hablaba en español sobre la investigación del colectivo

mientras Milianie traducía al portugués para los otros chicos del que estaban haciendo

performance presentando para el publico los resultados del discurso que ellos

proponían.

Fue de Milianie que aprendí a desapegarme de la disciplina que había respetado y

valorado durante todo el tiempo de mi periodo en la universidad. Mientras estaba

estudiando ella se daba la libertad de viajar a hacer su arte, más allá de todo su vida

era una errancia autónoma que me seducía, había viajado de bicicleta por

Latinoamérica durante 3 años, era muy diferente al modelo de belleza que nunca

había visto y entendía el amor por los mismos lugares del pensamiento que mi

investigación había dado. Nuestro amor después de dos días de conocernos era

proponía una temporalidad que permitía expandir el amor a fronteras transnacionales,

no era el vacío total porque existía la conexión sobre la creencia en el otro y esa forma

que había tomado esta obra de arte de la vida logro creer aún más en la política

estética que era una realidad con Mili, le dimos así el nombre a nosotros de Un-amor-

inmanente.

Ese amor trajo para nosotros la potencialización total de nosotros mismos, los dos

performeando en Hemispheric Institute separadamente y acompañando nuestros

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procesos, ella con Comtempu’s haciendo la performance Out-doors2 y nosotros, es

decir, Unamorinamente clausurando el evento con la performance-SiteSpecificArt

Monosabio que había creado anteriormente pensando en el amor por el Toro y los

animales que ya era parte de esa política de performance continuo existencial antes de

la tesis con mi propuesta de dejar de comer animales, pero que había tomado sentido

propio cuando con la lente de mi creencia en el Amor me había dado cuenta que el

Toro era un animal que se enamoraba, a saber, llega un momento en el que el Bicho

deja de ser aquel semental de la dehesa y escoge esporádicamente una sola vaca sin

volver a separarse de ella; lo que más dio sentido a Monosabio era el entendimiento

de la relación de esta escogencia del animal con el hombre. Hombre que hacia del

Amor del animal su propia Muerte, es decir, Cuando el animal escogía el camino del

amor hasta la muerte con una pareja, este ser humano dueño del destino del mundo

desidia llevarlo a la arena como manera de retar la perfección del mundo. Y era esa

zafies que criticaba en este proyecto.

Antes del Hemispheric ya había viajado a Brasil, en la ciudad de Salvador hicimos

en aquella época pensamos el proyecto Theoros3, que poco después de Milianie viajar

después del viaje a Cali a realizar un Workshops y a acompañar el grupo Comtempu’s

a una pequeña gira, gano el premio “Artes Escénicas en el espacio Publico” otorgado

por el la fundación de artes mas importante de Brasil, FUNARTE, presentando que el

amor inmanente, era un ideal que nos hacia creer en lo que ya creíamos.

Ese amor trajo muchos proyectos y articulaciones por el mundo, proyectos

internacionales, legitimidad para esas ideas, si antes parecía ser loco ahora era un

desquiciado. Estaba a tal nivel de embriaguez que si antes no conseguía comunicarme


                                                                                                               
2  Ver  en  link                            http://hemisphericinstitute.org/hemi/es/intervenciones-­urbanas/item/140-­

09-­grupo-­comtempus  
3  Ver  en  el  link                    http://theoros.cero29.org/blog/  

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ahora no era capaz de hablar sobre todo lo que estaba en mi cabeza, mi discurso era

muy denso para ser entendido, confuso, puro y brutalista pero era el amor lo que

permitía creer en eso que parecía no real para todos, ese proyecto tomo otra nueva

forma y de “amor como política estética” paso a llamarse “Política Estética para la

Universidad Nómada” (basada en el pensamiento sobre la universidad sin condición

Derridiana) y fue el estandarte que llevaba cuando hacia ese trabajo micropolítico que

llevaba el mensaje de Amor con una apariencia de ser un simple proyecto de un

estudiante de Bellas Artes que proponía una gestión cultural binacional que llevara a

la firma de convenios entre las universidades brasileras que las que estaba migrando y

las universidades colombianas que representaba (la Tadeo y la Javeriana) que buscaba

la movilidad constante de profesores y alumnos entre las instituciones sobre un plano

inmaterial que estaba creando, era ese plano de inmanencia y esa temporalización de

las relaciones que proponían de diferentes maneras convergentes en mi pensamiento

Deleuze, Guattari y Derrida llevado a la realidad con la intención de simplemente con

el viaje dentro del dominio de la política estética (fuera de las ideas de turismo)

generar un choque cultural que llevará a algo que era el resultado del amor y que

Suely Rolnik había nombrado, en una conferencia que ofreció en el Hesmisferic,

como desbloqueo epistemológico.

Esa idea de desbloqueo era la potencia de poder reaccionar a la realidad fuera de todo

tiempo, era una acronia que materializaba el amor en el cuerpo dándole potencias de

despliegue dentro de su propio ritmo. Un día antes de presentar la sustentación de la

tesis presente toda la información sobre el amor en un discurso denso como siempre,

toda la conceptualización estaba racionalizada con la experiencia del amor, pero era

una acción inerte como un político hablando dentro de una campaña sugiriendo lo que

podría ser mejor, tenia todo pero mi tutor Juan Carlos Guerrero aún no acreditaba del

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todo en la potencia del amor dentro del campo del arte, aún era una idea de su

estudiante que no había sido concretada. Fue Carlos Guzman que estaba al lado de

guerrero viendo mi presentación un día antes del día de sustentación que se dio el

oficio de entenderme, me simplifico todo, hizo por mi el oficio histórico de localizar

el principio del Amor y renovarlo, las palabras de el eran como un monumento, como

un aviso que traía al presente toda la importancia del pasado. Me dijo: “porque no

hace algo así como esa conferencia que vimos en Cali en la que Mili traducía a

Sergio”.

Al día siguiente hice una conferencia en portugués que era traducida por Mili desde

brasil. En esa conferencia hablaba sobre este proceso de enamoramiento y mostraba

las imágenes de los proyectos que habíamos compartido y que el amor inmanente

había germinado. Instale en el auditorio todos los textos, las postales y los catálogos

que había llevado a Colombia desde Brasil, todos estos estaban sobre fotocopias de

textos de mi diario que hablaban sobre mi ex novia. Me puse una camiseta amarilla de

manga sisa que me había regalado Giltanei Amorin el director del colectivo artístico

brasilero Quitanda en mi viaje y al sobre el borde del palco donde estaba hablando

puse los libros en portugués que las personas me habían regalado en Brasil. Preparé

caipirinhas (todo lo que puse en el lugar tenia una ligación con mi afectividad) antes

de comenzar a hablar y también después de Luisa Ungar y Silvia Suarez hablar que

iban a darme una calificación “sui generis” (según sus palabras) pues el texto que

había entregado estaba en borrador y la tesis tenia un cuerpo extraño. Recibí un 4,925

a un nivel no disciplinar, fuera de la lógica de la calificación, pues la nota se

construyo en conjunto en un proceso de desarrollo constante que seguramente Silvia

explico en los 20 o 25 minutos de la charla con luisa después de la mi presentación y

que Juan Carlos Guerrero ayudo a construir después de que comenzó a creer en lo que

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le hablaba sobre Amor que fue presentado en esa conferencia. Las décimas que

faltaron para el 5 fueron restadas porque en un momento de la presentación ignore

una pregunta que me hizo Mili, la deje pasar y no le di importancia, eso fue

totalmente consecuente dentro de la realidad que había construido.

Esa fue la muestra de que no estaba mintiendo, había creado una verdad, y la había

estructurado sobre el amor, eso fue lo que permitió tornar estriada la disciplina, la

temporalidad propuesta por los horarios, la inercia de la educación y llegar a creer que

la descontrución de la ortologia implantada en Colombia podría llegar a ser algo por

venir.

Era muy difícil proponer algo como esto dentro de las estructuras burocráticas

rígidas de la universidad, pero fue al darme cuenta de que las relaciones

intersubjetivas tornaban flexibles estas estructuras que pude proponer tácticas que

permitieron el proyecto comenzar a andar, lo primero que hicimos fue fusionar el

Theoros con la Universidad Nómada que estaba siendo propuesta. Con el dinero que

nos correspondía como ganancia de la FUNARTE costeamos un pasaje para Carlos

Guzman, y junto con recursos gestionados acá en Brasil Costeamos los viáticos de

dos artistas Colombianos más, Felipe Jimenez y Camilo Gomez (colectivo patos al

agua) que creyeron en nuestras ideas y de esta forma juntos autogestionamos sus

pasaje. Volvimos a vender sanduches, vendimos frutas, e hicimos todo lo que

pudimos hacia el viaje a Salvador de Bahía.

Hicimos la gestión para hacer participar manera directa el mayor numero de

personas dentro del Theorós, dividimos el proyecto en dos etapas, un segunda de

intervención y en una primera que era un proyecto mutualista que dependía del

Theorós pero era tan importante como él haciéndose uno solo con el, llamado

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“Workshops transdicisplinares e intercambio cultural alrededor de la cultura”. Fue así

que Guzman y Patos al agua llegaron a Brasil a trabajar con todas las circunstancias

de creación adecuadas y durante el periodo de una semana se logro articular los

Workshops de la primera etapa con un Workshops en simultanea con la asociación

0.29 en bogota y otro Workshops en convenio con una escuela publica en salvador.

Ese despliegue de acciones logro su cometido, la propuesta funciono más allá de toda

su forma-significante, dejo un significado más allá de el Theorós como proyecto, la

huella máxima fue ese desbloqueo epistemológico que se había propuesto. Los que

viajaron volvieron a Colombia viendo la realidad de otra manera, con una autonomía

mayor, eso era el amor que propusimos haciéndose un virus que hacia sentir la carne

y el pensamiento como cuerpo. (el amor aun era rígido…)

Aunque esta la propuesta fue una red de tensión, que mostró las potencias y

posibilidades del amor, la tesis capturo su correlato realmente cuando nuestro hijo

nació en la madrugada del 25 de Abril horas después de que Theorós fuera presentado

y finalizado. Ryu es la única obra de arte que hemos hecho en la vida, año 0 de

rostredad en nuestro tiempo. Como el manto de cristo es un símbolo del año cero de la

historia un rostro de la historia, nuestro hijo es el eje de rostrificación de nuestra

creencia que a partir de su nacimiento había superado el amor por el amor pasando a

ser la presentación del amor en si mismo.

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Nuestro bebe era totalmente dependiente algo que nos llevo a sentirnos como si no

tuviéramos una realidad común, era una tensión casi como esquizofrénica, era

ortología, la disciplina, la rutina, el higienismo, el cansancio, un deber y un para que

en nuestras vidas. Toda la inmanencia del amor diluyéndose alrededor de él y lo único

que daba un aviso era la voluntad de mantener la vida del Bebe.

Parecía que era el egoísmo puro en el mundo, queriendo devorarlo, era más o menos

como ver el bebe de la película “pequeño Otik” de Jan Švankmajer, pero

contrariamente el despliegue exacerbado era contrariado naturalmente por un retorno.

Riusito lloraba para pedir lo que deseaba, lloraba para salir gateando, cuando se le

daba lo que el quería se quedaba tranquilo y cuando salía andando a toda prisa volvia

a nuestros brazos como si hubiera perdido algo después del cumplimiento de la

voluntad de enrancia. Llora para salir gateando pero regresa llorando para ser

cargado.

La mamá sabe que el bebe la ama a ella porque de alguna forma ella no tiene como no

amar a su bebe, pero para mi como papá me era difícil entender esa situación. Era

difícil percibir el amor que necesitaba el bebe porque el cuerpo no lo sentía, no había

nada que lo recordara solo el llanto y la ferocidad de la mamá.

Esta tensión de verme por fuera de ese perfecto amor era muy difícil y mi cuerpo se

sentía actuando dentro de una nueva dinámica dictada por lo que parecía un ciclo

natural del bebe. Esto me llevo a sentir otra realidad, una realidad desarraigada de los

textos, de tiempo lento de la contemplación y pasar a un lugar de acción que me llevo

a sentir lo que era la realidad.

Videncie como esa experiencia me hizo ver con un tercer ojo, que cada persona en el

mundo tenia una realidad y que no existía una realidad que todos compartieran en su

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totalidad. Comencé a pensar que cada persona es una realidad en si misma y que cada

uno tiene su propia realidad, en este punto fue cuando el Amor que quería diseminar

encontró un espacio propio, el espacio de la subjetividad como un lugar que conserva

algo divino, único e irrepetible.

Ryu fue tan importante porque me llevo a experimentar que pensaba, a pensar que

pienso, a darme cuenta de que nadie podría llegar a tener en la cabeza una copia de mi

pensamiento. Eso parece obvio pero solo cuando se siente deja de ser un discurso y

pasa a ser otra vida.

Después de dejar de creer en la imagen ponerme la armadura de la desaparición, el

anonimato, y la disolución de la forma, comencé a creer verdaderamente en las

personas, a creer en la fuerza de la imagen y a dejar de pensar en que las producciones

de las personas eran simples representaciones de una única realidad. Las imágenes

son lo que somos, sin importar desde donde y cuando se produzcan tienen un valor de

realidad y verdad.

El volver a ser afectuoso con lo que percibía me llevo a dejar el egoísmo infundado.

Nunca había conseguido verme fuera de mi mismo, era muy importante porque lo que

lo hace rico es pensar que me había logrado desprender de la realidad objetiva de todo

ese mundo que yo mismo criticaba. La verdad lo mío no eran criticas si no juicios y

de esta forma la manera como el cuerpo se sentía al pronunciar algún pensamiento era

una adrenalina que solo el miedo llegaba a provocar, miedo a que los otros sintieran

frente a mi lo que yo sentía por ellos.

Cada persona hace su realidad y la descontrucción de esta en el mundo dada por las

articulaciones que se hacen con este, esa es la esencia de la micropolítica, pensar que

cada persona construye su subjetividad como un llamado que espera ser atendido con

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afecto, lo que el quiere es hacer su voluntad sin perder el amor original, el no es

egoista pues el no piensa en si mismo frente a otro como para una competance si no

que su intención es realizar el mayor numero de performance(s) que lo articulen al

mundo, ligandose una y otra vez a eso que le hace falta cuando no lo tiene, es

simplemente el limite del cuerpo envolvente que es el amor que se vuelve cuerpo

cuando se afecta por el cuerpo del mundo.

Mi hijo es el mundo en potencia y a pesar de esta circunstancia siempre vuelve por

amor, la historia es cíclica y la importancia de esta es que cada persona tiene la

capacidad de embriagarse con ella esta embriaguez es la que permite perderse a si

mismo y fundirse en una orgia total del mundo. Una obra de arte total que tiene como

soporte la vida en si misma.

El resultado de este entendimiento fue la comunicación, y es lo que me lleva a pensar

en que los de mi generación eran privilegiados.

Con esto, hace poco fue que me di cuenta de que había entendido aquel texto de

Lyotard pues aquella vez escribí que los niños éramos nosotros leyendo aquel texto en

la posmodernidad, y que éramos nosotros los posmodernos. Ahora que veo ya en un

tiempo pasado ese análisis entiendo que un niño es una potencia de desconstrucción

de la realidad que necesita amor y autonomía.

Es más fácil entender esto a la generación de colombianos que vivió el cambio de

siglo de la manera más intensa, a estos artistas que nacieron antes de los noventas y

estudiaron después del inicio del gobierno Uribe, les queda un mundo contemporáneo

complejo, pero he visto como hemos empezado a abrir una puerta del cambio, a

empezar a dejar la modernidad atrás, dejar aquellos proyectos ideológicos a un lado y

pensar en articulación de ideas, de proyectos, de voluntades. Es verdad que en

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nosotros esta la posmodernidad, nosotros los niños de Lyotard somos la potencia de

este tiempo, porque en nosotros no esta la idea de reforma o de enfrentamiento si no

el conocimiento de la enfermedad que nos generó la capacidad de ser doctores siendo

niños, con la voluntad de prolongar la vida, doctores que tienen a potencia de curar,

gestores capaces de articular intenciones y propuestas a su alrededor. Las diferencia

se establece de la siguiente manera: los artistas anteriores a nosotros eran ya maduros

cuando cambio el siglo y los posteriores a nosotros eran muy pequeños para ver y ser

parte de la violencia que aún nosotros conseguimos recordar, de modo que nuestra

experiencia generó una tensión de saberes y experiencias que consiguió localizar

nuestro pensamiento entre la una nueva idea de saber y un territorio enfermo.

De la misma forma como la medicina consiguió anticipar los problemas y curarlos,

nosotros aprendimos a leer la realidad de manera clínica, a dar un diagnostico de lo

real. Es así que nuestras ideas articulan al mismo tiempo que son una consistencia que

soporta otros procesos sin excluirlos ni jerarquizarlos. Curadores-artistas-doctores y

todo en uno, ese fue el regalo que nos dio el fin del siglo, la posibilidad de ser barcos

errantes, desterritorializados, que encuentran poco riesgo de llevar enfermedades

entrañas a otras tierras. Ahora es diferente porque nuestra errancia conoce la

enfermedad y por el contrario lleva la medicina a los lugares a donde anclamos.

Dejamos atrás la lógica del capital y le perdimos el respeto a la producción de saberes

específicos, ahora pensamos por ese mundo que logramos diagnosticar (no en su

totalidad) en sus reglas y dinámicas y poner en función de este entendimiento la

clínica que traerá medicinas especificas que con un tiempo llevarán a los colombianos

a lugares otros posibles en el pensamiento de nosotros los posmodernos. Aunque seria

más fácil que la sociedad tuviera un hijo que le permitiera pensarse desde afuera de

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esta misma, permitiendo así ver que esa realidad solo necesita una vacuna que

previene todas las enfermedades. El nombre de este antídoto es el Amor.

Este ensayo no tiene conclusiones porque el mismo es una multiplicidad de

conclusiones. Este ensayo ganó el Premio nacional de critica V porque es

simplemente un texto que una vacuna del ahora yendo al pasado para actualizar su

memoria activándola en el presente y permitiendo pensar el futuro, está con el tiempo

y es amor hacia Colombia. Este texto es una performance, sobre este asunto

tendremos el futuro de toda la posmodernidad a nuestra disposición en función de la

vida frente a eso que somos pero que aún no (nos) pensamos. Simplemente un(a)

performance continu@...

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Anexos

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