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Para tratar este tema tan amplio, quizás sería mejor estudiarlo por
épocas, siempre sólo a vista de pájaro, establecer un catálogo de los artistas
que tomaron temas bíblicos, y dar a conocer sus obras. Pero este catálogo no
ofrecería mucho sin conocer los factores sociales, históricos, espirituales y
económicos de la época en que actuaron los artistas, lo que se manifiesta en
las formas y también en el mensaje de sus obras. Además, tendríamos que
conocer la relación personal del autor con la Biblia; qué es lo que ha querido
expresar con el tema bíblico, y por qué quería expresarlo justamente con lo
escogido y no con otro. ¿Lo hizo por devoción o por estar al servicio de una
religión? ¿Le gustó el tema por las posibilidades que ofrece desde el punto de
vista decorativo, lírico o épico? ¿Por qué lo sentía más adecuado para expresar
su mensaje actual al público de su época en esa forma?
Para conocer mejor este nuevo modo de pensar, vale la pena citar a
Víctor Hugo quien, en la introducción de su c escribe:
"¿Cuál es la finalidad de un poéme de l'humanité? Expresar el camino de la
humanidad en un ciclo, en un orden cronológico y en todas sus
manifestaciones, narraciones, historia, filosofía, religión, ciencia, que se
amalgaman en un enorme proceso, único y ascendente hacia la Luz."
Pongamos atención a la palabra "luz", que señala que ya estamos después de
la época del lluminismo, pero dentro del esquema bíblico. En lugar del
hombre redimido por Dios entra el hombre redimido por sí mismo. En vez de
la bienaventuranza divina, prevalece la humana. "En la obra -continua Víctor
Hugo² figura el pasado, el presente y como una visión, también el futuro.
Aunque sean diferentes en su forma, incluso también en su contenido, todas
están inspiradas por la misma idea, todas están ligadas por el mismo hito, a
veces desvanecido pero jamás roto, por el hito misterioso y reservado del gran
laberinto humano que es el Progreso. Aquí ya no es la historia bíblica de la
salvación que incorpora en sí misma la historia terrenal de la humanidad, sino
al revés: la historia de la humanidad nueva, que es capaz de salvarse por
medio del progreso y su movimiento permanente hacia la Luz, incluye, como
parte, también la historia bíblica".
Las relaciones entre las creencias y las ciencias han cambiado, como
nos muestran las palabras del gran escritor: "No está prohibido para el escritor,
poeta o filósofo, intentar imitar en el campo social lo que los científicos de la
naturaleza hacen en el campo de la zoología: reconstruir el animal de su
mandíbula o de las huellas de su pata". Lo que él reconstruye es el camino de
la humanidad hacia la Luz y su elevación hacia la autorredención por medio
del progreso. Lo que recoge es una materia prima, apta para ser utilizada a fin
de ilustrar el camino del progreso de la humanidad en forma literaria, que ha
de ser escogida de la historia de toda la humanidad, incluso también de la
Biblia. Para él, la historia bíblica de Lázaro no tiene otro valor, ni mayor ni
menor, citada en su obra "Leyenda de los Siglos", que la historia de Cario
Magno, de Rolando o del romance "El Cid". Podríamos deducir que para
Víctor Hugo la Biblia es la descripción de una época del "Evangelio del
Progreso" desde Eva hasta Jesús.