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..., el estado de nuestra alma, nuestros actos interiores y los movimientos secretos de nuestro
corazón, sus cualidades, su bondad, su malicia, sus principios, sus motivos, su fines y sus
intenciones, sus efectos y sus consecuencias, sus méritos y deméritos.
.....Por este don, San Vicente Ferrer predicaba con los éxitos prodigiosos que leemos en su vida.
Se abandonaba completamente al Espíritu Santo, tanto para preparar sus sermones como para
pronunciarlos, y todo el mundo salía conmovido. Era fácil echar de ver que el Espíritu Santo le,
animaba y hablaba por su boca. Un día, que tenia que predicar delante de un príncipe, creyó que
debía prepararse con más estudio y diligencia humana; pero a pesar de aplicarse
extraordinariamente -, ni el príncipe ni el resto de sus oyentes quedaron tan satisfechos de este
sermón estudiado como del que predico al día siguiente y que lo hizo como de ordinario según el
espíritu de Dios. Le señalaron la diferencia de estos dos sermones y el le dijo: «Es que ayer
predicó el Hermano Vicente y hoy lo, ha hecho el Espíritu Santo».
...... Dios algunas veces se hace esperar un poco para probarnos; pero no hay que apurarse por
eso. Basta poner de vuestra parte lo Que es vuestro deber y lo demás dejárselo a Dios -, El
vendrá al fin y no dejará de derramar en vosotros su luz.