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Principio y Fundamento Redaccin del Texto en un lenguaje ms asequible.

1. El ser humano ha sido amado por Dios y por eso creado. Dios es su Padre. El hombre tiene una finalidad: existe para alabar, acatar con amor y servir a su Dios. Es decir, el ser humano depende de su Creador y su ser es para amar, esto es, para darlo todo: para darlo todo por l, alabndolo y aceptndolo como Padre y sirvindole en los hermanos. Slo as el ser humano podr ser definitivamente feliz y alcanzar su realizacin final que es el mismo Creador como Padre-Bueno. Yo soy ese ser humano! 2. Todas las otras cosas sobre la tierra fuera del hombre estn creadas en relacin con el hombre, es decir, para el ser humano, y para que le ayuden a conseguir la finalidad para el que ha sido creado. Por tanto, todas las cosas creadas -todo lo que somos y tenemos- son solamente medios e instrumentos a ser usados para conseguir ese fin. 3. De donde se sigue que el ser humano tanto ha de usar de las cosas creadas cuanto le ayuden para su fin, y tanto debe renunciar a ellas cuanto le impiden conseguir ese fin. 4. Por lo cual, es necesario que nuestra voluntad se mantenga neutral e indiferente ante todas las cosas creadas que se nos conceden elegir en libertad hasta saber cmo quiere Dios que las usemos para el fin para el que hemos sido creados; de manera que, por nuestra parte, de antemano no queramos ms salud que enfermedad, riqueza que pobreza, honor que deshonor, vida larga que corta, y as en todas las dems cosas. 5. Solamente deseando y eligiendo lo que ms nos conduce para nuestro fin (no contentndonos nicamente con lo que est mandado o prohibido).

(El Principio y Fundamento bien asimilado y asumido, nos da la libertad interior porque hunde sus races en lo ms profundo del misterio humano: se le puede aplicar las palabras de Jess: la verdad os har libres Jn. 8, 32).

Para asimilar la disponibilidad total que lleva consigo el Principio y Fundamento puede ayudar esta oracin: Seor, djame ciego. Llvame por tus caminos; por los que sean tuyos. Yo no quiero saber tu direccin, porque soy tu hijo. T que eres el Padre de la Sabidura, eres tambin mi Padre. Llvame a travs de la noche, pero llvame hasta Ti. (Sta. Edith Stein, carmelita)

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