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«Al igual que la Palabra sustancial de Dios se hizo semejante a los seres
humanos, excepto en el pecado, así las palabras de Dios expresadas en lenguas humanas se
han hecho en todo semejantes al lenguaje humano, excepto en el error»1
Con esta seria recomendación queda excluida la tendencia a creer que, siendo
Dios el ser absoluto, cada una de sus palabras tiene un valor asimismo absoluto,
1
DAS. En Enchiridion biblicum – EB – 559; cf DV 13.
independiente de todos los condicionamientos del lenguaje humano. Según esta orientación,
el estudiar estos condicionamientos sería relativizar el alcance de las palabras.
2. 1 Sentido literal
2
Cf JUAN PABLO II. Discurso sobre la interpretación de la Biblia en la Iglesia. 23 de abril de 1993. En L
´Osservatore Romano. Edición semanal en lengua española. 30 de abril de 1993, pp. 5 y 6.
comprensión palabra por palabra, sino el que constituye el sentido metafórico de los
términos: “Tened una actitud de disponibilidad”.
Si se trata de un relato, el sentido literal no comporta necesariamente la
afirmación de que los hechos narrados se han producido efectivamente, pues un relato puede
no pertenecer al género histórico, sino ser una obra de imaginación.
2. 2 Sentido espiritual
La heterogeneidad de que se ha hablado no se entiende tan estrechamente que
se cierre el paso a todo perfeccionamiento superior. El acontecimiento histórico radicalmente
nuevo del Misterio pascual de Cristo y de la vida nueva que proviene de él ilumina de un
modo nuevo los textos antiguos y les hacen sufrir una mutación de sentido. Claro está que
este cambio supone en el intérprete una apertura al sentido dinámico de los textos, de que se
ha hablado anteriormente.
Estos son los casos en que se habla de “sentido espiritual”. Éste es, en
consecuencia, según la fe cristiana, el sentido expresado por los textos bíblicos, cuando se los
lee bajo la influencia del Espíritu Santo en el contexto del Misterio pascual de Cristo y de la
vida nueva que proviene de él. Es un contexto que existe de hecho y es reconocido por el
Nuevo Testamento como el cumplimiento de las Escrituras. Es el contexto de la vida en el
Espíritu. Me atrevo a insinuar que este es el sentido que busca el que hace la experiencia de
los Ejercicios ignacianos.
Esta lectura a la luz del Misterio pascual y de la vida nueva que fluye de él es
el caso habitual en los textos del Nuevo Testamento. Ahora bien, en el Antiguo Testamento
los textos tienen en numerosos casos un sentido religioso y espiritual, en los que la fe
cristiana reconoce una relación anticipada con la vida nueva traída por Cristo.
2. 3 Sentido pleno
Se trata, pues, del significado que un autor bíblico atribuye a un texto anterior,
cuando lo vuelve a emplear en un contexto que le confiere un sentido literal nuevo; o bien de
un significado que una tradición literal auténtica o una definición conciliar dan a un texto de
la Biblia.
¿Y si falta ese control o por un texto bíblico explícito o por una tradición
doctrinal auténtica? En este caso el recurso a un pretendido sentido pleno podría conducir a
interpretaciones sin validez alguna.
3
PONTIFICIA COMISIÓN BÍBLICA. La interpretación de la Biblia en la Iglesia. Roma, 1993. II, B, 1-3.
posible, como se ha indicado en el número 1 de estas notas, caer en el extremo de omitir
toda interpretación, con el propósito de eludir los “errores” interpretativos. En este caso se
corre el peligro o riesgo de inducir al ejercitante a un contacto empobrecedor y quizás falso
con el Cristo de los Evangelios.
5. ¿Qué intencionalidad tienen los relatos de la infancia en los dos primeros capítulos
de Mateo y de Lucas?
Hay que tener en cuenta que en la Iglesia primitiva, a partir del núcleo del
kerigma apostólico, el anuncio del valor soteriológico (salvador) de la muerte y resurrección
del Señor, la proclamación de la “buena noticia” de la salvación venía atribuida a lo que
denominamos ordinariamente “la vida pública” (cfr Hch 1,21).