nos convoca a convertirnos en alimento vivificante para el mundo. Porque nutrirse del pan de vida y de la bebida de salvación es identificarse con Jesús.
La Humanidad del Señor, se manifiesta
semejante ante toda desemejanza, cercana ante toda distancia, grata ante toda ingratitud, exigente ante toda ambigüedad, alegre ante toda tristeza, y pequeña ante toda Y lagrandeza. Savia del Señor se manifiesta amable ante toda dureza, sensata ante toda insensatez, accesible ante toda cerrazón, lúcida ante toda tiniebla, aguda ante toda simplonería, y sencilla ante toda prepotencia. En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos: Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo: el que come de este pan vivirá para siempre. Y el pan que Yo daré Disputaban entonces es mi carne para la vidalos del judíos mundo.entre sí: ¿Cómo puede éste darnos a comer su carne? Entonces Jesús les dijo: Les aseguro que si no comen la carne del Hijo del Hombre y no beben su sangre no tienen vida en ustedes. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y Yo lo resucitaré en el último día. mi El que come Mi carne carney es verdadera bebe mi sangrecomida habita en y mí mi sangre y Yo enesél. verdadera El Padre bebida. que vive me ha enviado y Yo vivo por el Padre; del mismo modo, el que me come vivirá por mí. Este es el pan que ha bajado del cielo; no como el de sus padres, que lo comieron y murieron: el que come este pan vivirá para siempre. Palabra del Señor. [ Comienza la oración ] [ Continúo ] Me sereno para esta cita con Dios. Con una postura que implique todo mi ser. Al ritmo de la respiración doy lugar al silencio. ( Una y otra vez repito este ejercicio ) [ Continúo la oración ] NOTA: La oración preparatoria me ayuda a experimentar libertad de apegos. La repito tantas veces como quiera, dejando que resuene en mí.
NOTA: Este paso merece realizarse con esmero.
Le dedico unos 10 minutos. [ Sigo adelante ] (Si me ayuda, puedo decir varias veces la petición) [ Sigo adelante ] “Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo: el que come de este pan vivirá para siempre. Y el pan que Yo daré es mi carne para la vida del mundo” Señor, hace ya bastante tiempo que nos has enseñado a distinguir la diversidad de cosas que nos alimentan, que nos nutren, que mantienen En medio de en pie tantos nuestras beneficios, te existencias. has mostrado como comida divina, no sólo para que sepamos alimentar y nutrir nuestra anatomía, nuestra racionalidad y nuestra Cada afectividad, vez y con sino más que nos fuerza, convirtamos necesitamos en delalimento pan quevivificante nos hace para el mundo. inmortales más allá de toda mortalidad, saludables más allá de toda dolencia, alegres más allá de toda tristeza. Te necesitamos a Ti que eres Cuerpo y Sangre que nos hace vivir para siempre [ Y continúo la oración ] sumergidos, fraguando el corazón “Les aseguro que si no comen la carne del Hijo del Hombre y no beben su sangre no tienen vida en ustedes. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y Yo lo resucitaré en el último día. Tener vida en Ti pasa por esa mezcla misteriosa en la que se vive a una, la Cruz y la Resurrección. Nos has enseñado que para identificarnos contigo hemos de comer tu Carne y tu Sangre, es decir, Tu Humanidad, Señor, se alimentarnos de nos tu revela Humanidad semejante ante y de tu Savia. toda desemejanza, cercana ante toda distancia, grata ante toda ingratitud, exigente ante toda ambigüedad, alegre ante toda tristeza, y pequeña ante toda grandeza. Tu Savia, Señor, se nos revela amable ante toda dureza, sensata ante toda insensatez, accesible ante toda cerrazón, lúcida ante toda tiniebla, aguda ante toda simplonería, y sencilla ante toda [ Y continúo la oración ] prepotencia. “Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y Yo en él. El Padre que vive me ha enviado y Yo vivo por el Padre; del mismo modo, el que me come vivirá por mí. Tu Carne y tu Sangre son verdadera comida y bebida porque se hacen en nosotros una especie de energía vital que fluye inundándolo todo, haciendo que unos y otros nos llevemos mutuamente en Que el Señor el afecto habite y en la fe. en nosotros y nosotros en Él, hace que abandonemos el propio amor, el propio querer y el propio interés, y así pongamos en común lo que somos y lo que tenemos. [ Y continúo la oración ] “Este es el pan que ha bajado del cielo; no como el de sus padres, que lo comieron y murieron. El que come este pan vivirá para siempre” Nos enseñaste a valorar y a desear los múltiples y diversos alimentos que nos depara el mundo, para que en ellos no perdamos de vista aquel alimento que tiene la magia de darnos para Ese siempre alimentolaque vida.eres Tú, es quien sana toda nostalgia por lo pasado, quien equilibra toda avidez del presente, y quien sosiega toda ansiedad ante loEres venidero. Tú, Señor, quien nos atrae hacia Ti, dándonos definitivamente la vida. [ Y continúo la oración ] 1) A veces me 4) Vi tanta gente un pregunto ¿por qué yo? domingo de sol, y sólo me respondes me conmovió el latir de porque quiero. tantas vidas, Es un misterio grande y divisé tu brazo que nos llames, gigantesco, 2) asíEntonces tal comoredescubro somos a 5) Por eso tu altar luce y sé que sus historias una verdad: tu encuentro. vino y pan, recibías. mi vida, nuestra vida, son signo y homenaje es un tesoro. de la vida; Se trata entonces sólo misterio de ofrecerte y de ofrecerte, 3) Esto que soy, esto es recibirnos, ¿QUÉ TE DARÉ? ¿QUÉ TE con todo lo que te nuestro doy, amor, humanidad DAREMOS? que Cristo esto esto que que somos. somos, es lo diviniza. SI TODO, TODO, ES TU que te damos. REGALO. Tú no desprecias TE OFRECERÉ. TE nuestra vida humilde: OFRECEREMOS, ESTO QUE SOMOS, ESTO (Autor. Eduardo se trata de poner todo QUE SOY, ESTO TE DOY. Meana) en tus manos. [ Comienza el Cierre de la oración ] Para centrar la experiencia vivida en la Oración, respondo en forma sencilla las siguientes interrogantes:
[ Termino con la oración siguiente ]
Alma de Cristo, Dentro de tus llagas, santifícame. escóndeme. Cuerpo de Cristo, No permitas que me sálvame. aparte de Ti. Sangre de Cristo, Del maligno enemigo, embriágame. defiéndeme. Agua del costado de En la hora de mi muerte, Cristo, lávame. llámame. Pasión de Cristo, Y mándame ir a Ti. confórtame. Para que con tus santos ¡Oh, buen Jesús!, te alabe. óyeme. Por los siglos de los siglos. Amén.