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El título del cuadro, tal y como hoy lo conocemos, no fue dado hasta 1843 y el responsable fue

Pedro de Madrazo, cuando se realizó el catálogo del museo del Prado. En 1666 se hacía referencia a
esta obra como La señora Emperatriz con sus damas y una enana. En 1734 se le menciona como
La familia del rey Felipe IV. Este mismo año el Alcázar sufre un incendio y el cuadro es salvado;
aunque sufrió ciertos daños, pudo ser restaurado gracias a Juan García de Miranda.

Personajes

En cuanto a los personajes, Doña Margarita de Austria, aparece en el centro de la composición


rodeada por una serie de personajes: la menina Doña María Agustina de Sarmiento y Doña Isabel de
Velasco, menina situada al otro lado con intención de hablar. A la derecha del cuadro aparece un
perro echado y dos personajes cuyo papel en la corte era el de entretener, María Bárbola y Nicolás
Pertusato.
En segundo plano y con una iluminación de menor intensidad, otros tres personajes: Doña Marcela
de Ulloa y un guardadamas a la derecha con el que está hablando y a la izquierda, Velázquez
pintándose a sí mismo. Al fondo del cuadro, a la derecha, está situado José Nieto, aposentador de la
reina en una puerta abierta.

Composición y Perspectiva

Respecto a la composición, tiene forma de triángulo irregular cuyo vértice es la menina Isabel de
Velasco.
Lo que principalmente destaca en el cuadro es la perspectiva; la que utiliza Velásquez, la
perspectiva aérea, consiste en que los colores pierden intensidad con la distancia, dando sensación
de que hay aire por la sala. Para reforzar la perspectiva aérea, Velázquez utilizo también la lineal.
Casi todos los personajes tienen los ojos vueltos hacia los soberanos, que se suponen que están
fuera del cuadro, menos las dos Meninas que miran a Margarita, lógicamente en atención a su
cargo. Hay también muchas opiniones sobre que es lo que está pintando Velázquez dentro de la
obra, y una opinión extendida es la que dice que pinta lo que se está reflejando en un gran espejo
delante de él, pero esta opinión se puede eliminar, puesto que el artista sujeta el pincel con la mano
derecha y no hay elementos invertidos.
Otras opiniones dicen que pinta a la infanta y las meninas, o quizá que son los reyes los modelos,
pero no hay documentación que nos confirme cualquiera de las teorías. Unos dicen que lo que
refleja el espejo del fondo, es la imagen de los reyes que están al otro lado del cuadro, donde se
encontraría el espectador, y por lo tanto el artista estaría trabajando en los reyes. La respuesta es
compleja y no hay documentación, así que sea cual sea la verdad, Velázquez quiso introducir a los
reyes en la obra y que destacasen de alguna manera y lo consiguió.
Estas son un ejemplo mínimo de las interpretaciones dadas a esta obra y sería imposible abarcarlas
todas. La respuesta estuvo en su momento, en una sociedad determinada y por muchas
interpretaciones que se den, nunca se podrá conocer la realidad absoluta.

Colores
Velázquez utiliza diferentes tonalidades: la gama fría y la cálida:
• La primera es empleada para el fondo y el segundo plano, ya que emplea negros y blancos
grisáceos, visible en los ropajes de los personajes, como la oscuridad que contiene la habitación.
• La segunda, por el contrario, ha sido empleada en un primer plano, acercando de esta manera
hacia el espectador los objetos y las personas, dando sensación de proximidad. Aunque también
es verdad que en los vestidos (menos el de la infanta y el enano), ha introducido junto al blanco,
colores fríos.

Significado : La obra fue ejecutada para la contemplación del rey. Velázquez quiso animar al rey a
pensar sobre la condición del pintor de cámara real .

Valoración estética e histórica : Velázquez logra en este cuadro captar el espacio a la vez que
transmite silencio y tranquilidad ,solo rotos por Marcela de Ulloa. En este cuadro utiliza pinceladas
largas, que hace que la imagen solo se forme en la retina a una cierta distancia, para ello utiliza
largos pinceles. Uno de los pocos elementos barrocos que posee el lienzo es la gran porción de
techo.
También se aprecia la delicadeza de los retratos, tema por el que siempre se había interesado
Velázquez. El uso de color acusa una notable influencia de Ticiano, cuyo cuadro Palas y Aracne
puede verse copiado en el fondo de la sala.

El cuadro fue pintado en 1656. Este es uno de los últimos lienzos que pinta Velázquez por lo que su
técnica de luz y perspectiva esta ya perfeccionada .En esta época Velázquez llevaba mucho tiempo
al servicio de la corte. Velázquez llevaba la orden de Santiago, que se le fue concedida dos años
después de pintar el cuadro, y con ello vio cumplida su máxima aspiración como cortesano. La cruz
se le, añadió a la composición en 1659.
Poco tiempo después de pintar Las Meninas Velázquez inicia otro gran lienzo de Las hilanderas,
que junto con Las Meninas forman sus dos grandes composiciones.

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