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El oído externo está formado por la parte externa del oído (pabellón de la oreja) y por el canal
auditivo (conducto auditivo externo). Los trastornos del oído externo incluyen obstrucciones,
infecciones, lesiones y tumores.
Obstrucciones
La cera del oído (cerumen) puede obstruir el canal auditivo y causar picor, dolor y una pérdida de
la audición temporal. El médico puede eliminar la cera lavando suavemente el canal con agua
caliente (irrigación).
Sin embargo, en caso de secreción anterior por el oído, de tímpano perforado, o de infecciones
recurrentes en el oído externo, no se utiliza el sistema de irrigación. Cuando el tímpano está
perforado, el agua puede entrar en el oído medio y empeorar una infección crónica. En estas
situaciones, el médico puede eliminar la cera con un instrumento sin punta, un instrumento con un
extremo curvado o un dispositivo de vacío. Estos procedimientos son menos complicados y más
cómodos que la irrigación. El médico no suele utilizar disolventes porque irritan la piel del canal
auditivo, provocan reacciones alérgicas y no disuelven la cera de forma adecuada.
Los niños pueden llegar a colocarse toda clase de objetos extraños en el canal auditivo,
particularmente bolitas, gomas de borrar y semillas. Por lo general, el médico extrae estos
elementos con una especie de gancho sin punta.
Los objetos que penetran en el canal son más difíciles de sacar debido al riesgo de lesionar el
tímpano y los huesecillos del oído medio. En ocasiones, las bolitas de vidrio o de metal pueden
ser extraídas mediante irrigación, pero el agua hace que algunos objetos, como las semillas, se
hinchen, volviendo así más difícil su extracción. Cuando el niño no coopera o la extracción resulta
particularmente difícil se usa anestesia general.
Algunos insectos pueden entrar en el canal auditivo. Llenar el canal con aceite mineral mata al
insecto y el alivio es inmediato, al mismo tiempo que facilita su extracción.
Otitis externa
Causas
Una variedad de bacterias o, rara vez, de hongos puede causar otitis externa generalizada; la
bacteria estafilococo suele producir furúnulos. Ciertas personas, como las que padecen alergias,
psoriasis, eccema o dermatitis del cuero cabelludo, son particularmente propensas a contraer
otitis externa. Las lesiones que se producen en el canal auditivo al limpiarlo o bien por causa de
entrada de agua o de irritantes como el spray de cabello o el tinte, suelen producir una otitis
externa.
El canal auditivo se limpia por sí mismo desplazando las células cutáneas muertas desde el
tímpano hasta el exterior, como si estuviesen en una cinta transportadora. El hecho de intentar
limpiar el canal con bastoncitos con punta de algodón interrumpe este mecanismo de
autolimpieza y puede empujar el material de desecho hacia el tímpano, donde se acumula. Los
desechos acumulados y la cera tienden a retener el agua que entra en el canal cuando la persona
se ducha o nada. Como resultado final, la piel mojada y blanda del canal auditivo contrae
infecciones bacterianas o fúngicas con más facilidad.
Síntomas
Los síntomas de la otitis externa generalizada son picor, dolor y una secreción maloliente. Si el
canal auditivo se hincha o se llena con pus y desechos, la audición empeora. Por lo general, el
canal se resiente y duele si se tira del oído externo (oreja) o si se ejerce presión sobre el pliegue
de piel que se encuentra frente al canal. Cuando se observa el interior del canal auditivo a través
de un otoscopio (un instrumento para visualizar el canal y el tímpano), se ve que la piel del canal
está roja, hinchada y cubierta de pus y desechos.
Los furúnculos producen mucho dolor. Cuando se rompen, es posible que salga del oído una
pequeña cantidad de sangre y de pus.
Tratamiento
Para tratar la otitis externa generalizada, el médico primero elimina el material de desecho
infectado que se encuentra en el canal mediante aspiración o con hisopos (bastoncitos con punta
de algodón). Una vez que el canal auditivo está limpio, la audición suele volver a la normalidad.
Por lo general, la persona tiene que instilarse gotas de antibiótico varias veces al día durante un
período máximo de una semana. Algunas gotas óticas también contienen un corticosteroide para
reducir la inflamación. En ciertos casos se prescriben gotas que contienen ácido acético diluido
para que ayuden a recuperar la acidez del canal auditivo. Los analgésicos como el paracetamol o
la codeína pueden ayudar a reducir el dolor durante las primeras 24 a 48 horas, hasta que la
inflamación comience a remitir. Si la infección se ha extendido más allá del canal auditivo
(celulitis) se puede tratar con un antibiótico administrado por vía oral.
Se deja que los furúnculos drenen por sí solos porque el hecho de abrirlos puede diseminar la
infección. Las gotas óticas con antibiótico no son eficaces. Para aliviar el dolor y acelerar la
curación se puede aplicar una almohadilla eléctrica sobre la zona durante un tiempo corto y tomar
analgésicos.
Pericondritis
Lesiones
Tumores
Los tumores del oído pueden ser no cancerosos (benignos) o cancerosos (malignos).
En el canal auditivo pueden formarse tumores no cancerosos, que lo bloquean y producen un
exceso de cera además de una pérdida de la audición. Estos tumores pueden ser quistes
sebáceos (pequeños sacos llenos de secreciones de la piel), osteomas (tumores óseos) y
queloides (producción excesiva de tejido cicatricial después de una lesión). El mejor tratamiento
es la eliminación del tumor. Después del tratamiento, la capacidad auditiva vuelve a la
normalidad.
El ceruminoma (cáncer de las células que producen la cera del oído) se forma en el tercio externo
del canal auditivo y puede extenderse. El tratamiento consiste en extirpar quirúrgicamente el
cáncer y el tejido circundante.
Los cánceres de células basales y escamosas (•V. página 1026) son cánceres de piel frecuentes
que suelen formarse en el oído externo después de una repetida y prolongada exposición al sol.
Cuando estos cánceres aparecen por primera vez, pueden tratarse con éxito extirpándolos o
aplicándoles radioterapia. Los cánceres más avanzados pueden requerir la excisión quirúrgica de
un área más amplia del oído externo. Cuando el cáncer ha invadido el cartílago de la oreja, la
cirugía es más eficaz que la radioterapia.
Los cánceres de células basales y escamosas también pueden desarrollarse en el canal auditivo
o extenderse hasta allí. El tratamiento consiste en extirpar quirúrgicamente el cáncer y un amplio
margen de tejido circundante, seguido por radioterapia.