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MODULO 3

LA ENERGIA EN LOS SERES VIVIENTES

Como mencionamos anteriormente algunas sustancias nutritivas son fuente de


energía. Se conocen varios tipos de energía relacionadas con los seres vivientes:
energía solar, energía química, energía térmica, energía eléctrica, energía dinámica o
cinética, energía potencial o de reserva.

Los alimentos constituyen una fuente de energía potencial, utilizable por el


organismo. Esta energía potencial de los alimentos proviene de la energía solar. Las
plantas, mediante su clorofila y la energía solar (fotosíntesis), son capaces de sintetizar
glucosa ( azúcar) a partir del agua y CO2 (dióxido de carbono). Cuando la glucosa se
oxida en el organismo y se reduce a CO2 y H2O, se libera la misma cantidad de energía
que la energía solar empleada en su síntesis (energía solar almacenada).

Los alimentos, al ser transformados en el organismo, liberan la energía que


contienen, la cual es utilizada para las distintas funciones del cuerpo. La cantidad de
energía que liberan los alimentos en el organismo, es igual a la energía en forma de
calor que se obtendría si estos alimentos se quemaran fuera del organismo, con
excepción de las proteínas, que sólo liberan un 75% de su energía calórica potencial al
quemarse en el organismo.

FORMAS ORGÁNICAS DE UTILIZACIÓN DE LA ENERGÍA

Cada organismo se encuentra en un estado dinámico y sus constituyentes están


siendo degradados y reconstruidos constantemente. Así, cada organismo puede
considerarse como una especie de armazón durable por el cual fluye energía y materia
en este estado dinámico.

Para poder que la luz solar organice la vida en la Tierra, debe irradiar la
superficie con frecuencias electromagnéticas compatibles con los enlaces químicos de
las moléculas orgánicas, ya que las ondas cortas de los rayos ultravioletas, de los
rayos gamma y los rayos X, son destructores de las mismas, y la radiación infrarroja de
onda larga se absorbe y se disipa como calor. Sin embargo, los rayos ultravioletas
cercanos y las ondas de luz visible, interactúan bien con la materia para estimular la
creación de enlaces y el arreglo de moléculas orgánicas.

La mayor parte de la energía solar que llega a la Tierra se pierde finalmente


como calor. Esta cantidad de energía disponible es muy grande y está siendo
renovada constantemente por la luz solar. El flujo de la energía no es cíclico sino de
una sola vía. Una pequeña proporción de la energía de la luz solar es absorbida por las
plantas (8%) y una pequeña parte de esta (2%), se transforma en la energía potencial
de productos alimenticios almacenados. Parte de esta energía es usada por la planta
misma para impulsar los muchos procesos requeridos para el mantenimiento. La
cantidad sobrante es almacenada y se expresa como crecimiento, ya que se acumula
como material vivo o biomasa. Parte vuelve a circular cada estación por muerte y
descomposición de los seres vivos. El resto de la energía abandona la planta y es una
parte de la pérdida general del calor de la Tierra.

BIOENERGÉTICA

El estudio de las transformaciones de la energía de los organismos


vivientes se denomina bioenergética. La esencia de la vida misma es la energía que
circula por el interior de las células y de los organismos.

Podemos encontrar tres tipos de transformaciones energéticas en el mundo de


los seres vivientes:

1. La energía radiante de la luz solar es capturada por la clorofila, pigmento


verde presente en las plantas verdes y es transformada por el proceso de
fotosíntesis en energía química. Esta energía se usa para sintetizar
carbohidratos y otras moléculas complejas a partir del bióxido de carbono
y agua. Este es un ejemplo claro de la transformación de la energía
cinética en energía potencial a energía química.

2. La energía química de los carbohidratos y otras moléculas es


transformada por el proceso llamado respiración celular en energía
biológicamente útil al almacenarse en enlaces fosfato de alta energía.
Esta clase de transformación de la energía se produce en un organelo
celular llamado mitocondria.

3. La energía química guardada en los enlaces fosfato es utilizada por las


células para hacer trabajo, ya sea mecánico de la contracción muscular o
eléctrico de un impulso nervioso o el trabajo químico de sintetizar
moléculas para el crecimiento.

Al producirse estas transformaciones, la energía pasa finalmente al medio


ambiente y se disipa como calor. En los organismos vivientes existen organelos
celulares llamados transductores de energía. En las plantas tenemos a los cloroplastos
y en los animales tenemos a las mitocondrias y ambos junto con mecanismos de
control para regularlos, permiten a las células adaptarse a las variaciones de las
condiciones ambientales.

El organismo animal para vivir, utiliza la energía en distintas formas:

1. Energía calórica: en forma de calor. Mantiene la temperatura corporal.

2. Energía eléctrica: en forma de energía bioeléctrica transmite estímulos y


sensaciones a través de las fibras nerviosas, hacia y desee los centros
nerviosos al resto del cuerpo.
3. Energía dinámica o cinética: es la energía del movimiento, tanto para los
movimientos vitales del organismo (movimientos involuntarios). como
para el trabajo muscular (movimientos voluntarios). En general, la
musculatura lisa involuntaria requiere poca cantidad de energía para
funcionar (musculatura intestinal, musculatura de los vasos sanguíneos),
en cambio, la musculatura estriada, voluntaria, necesita energía en
cantidad directamente proporcionar al trabajo muscular.

4. Energía potencial o de reserva: los alimentos, al ser transformados en el


organismo, liberan energía. Cuando el organismo no utiliza toda la
energía, la acumula en forma de grasa. esta se transforma cuando el
organismo la necesita.

NECESIDADES CALÓRICAS DEL ORGANISMO

Aún en absoluto reposo el organismo consume una cierta cantidad de energía


para hacer funcionar los órganos y sistemas cuya actividad es indispensable para la
vida (actividad cardiaca, respiración, mantenimiento de la temperatura corporal, tono
muscular, etc.). El gasto energético del organismo en condiciones de absoluto reposo
se denomina metabolismo basal (MB).

En un individuo normal de sexo masculino y de edad entre 25 y 50 años el


consumo energético corresponde a una media de 1 500 Cal diarias.

En las condiciones ordinarias de vida, al gasto energético basal debe añadirse el


consumo energético necesario para el trabajo muscular, proporcional a la actividad
desarrollada por el sujeto.

La mayor parte de energía gastada por el organismo se convierte


exclusivamente en calor. Dicho calor sola mente es utilizable para el mantenimiento de
la homeotermia y sólo si el organismo se encuentra a una temperatura ambiental
inferior a la de la neutralidad térmica.

Para una mayor exactitud en el cálculo de las necesidades calóricas se deben


tener en cuenta otros factores, como la temperatura ambiental y el ritmo del trabajo (el
frío y los movimientos rápidos aumentan el gasto calórico).

Por último, es útil recordar que contrariamente a una opinión muy extendida, el
trabajo intelectual no comporta un consumo más elevado de energías; para este tipo de
actividad son suficientes las calorías necesarias para desarrollar una profesión
sedentaria, es decir, unas 2 500 Cal diarias.

NECESIDADES CUALITATIVAS.

No basta que la ración alimenticia aporte la cantidad de calorías suficientes para


cubrir las necesidades calóricas del individuo, es necesario también, que ésta asegure
la introducción de una cantidad óptima de prótidos (y entre éstos, prótidos de alto valor
biológico), de glúcidos, de grasas, de ciertas sales inorgánicas y de vitaminas; es decir,
la ración alimenticia debe ser "equilibrada" en los elementos constituyentes.

Por lo que se refiere a las proteínas, la ciencia de la alimentación reconoce


actualmente mayor importancia a las necesidades de aminoácidos y a la proporción en
que se encuentran en los productos alimenticios, así como a la digestibilidad de las
distintas proteínas, que a la simple y genérica tasa proteica en los alimentos. De todos
modos, la cantidad óptima de proteínas en la ración diaria es de 1 g por kilo de peso en
el hombre adulto y un 15% menor en la mujer.

Las proteínas de alto valor biológico, es decir, las animales (carne, leche,
huevo), deben ascender al 20-25% de la cuota proteica total. Desde el punto de vista
calórico las grasas serían teóricamente sustituibles por los glúcidos, pero en la práctica
se ha comprobado que una cierta cantidad de ellas es indispensable porque:

1. las grasas actúan como vehículo de las vitaminas liposolubles

2. su presencia en los alimentos hace que éstos sean más apetitosos;

3. su alto valor calórico (9,3 Cal / g) permite una disminución del volumen
de la ración;

4. la prolongada digestión y la lenta absorción retardan las sensaciones de


hambre y de "estómago vacío" que aparecen poco después de la
ingestión de una comida constituida predominantemente por
carbohidratos.

A lo anterior debe añadirse la comprobación de que con toda seguridad en el


hombre, ciertos ácidos grasos insaturados (ácidos linoteico, linoléníco y araquidónico)
tienen el carácter de principios alimenticios esenciales). La cantidad óptima de lípidos
en la dieta diaria de un adulto de talla media es de 60-70 gramos.

Se ha demostrado ampliamente el carácter indispensable de los glúcidos como


combustibles de rápida utilización y como factores de ahorro proteico. La cantidad
indicada en la ración diaria es de unos 500 gramos.

Por lo que se refiere a las sales minerales debe recordarse que en una dieta
mixta de tipo medio ya están contenidas las cantidades necesarias para el
mantenimiento de un buen estado de nutrición; no obstante en ciertas condiciones
fisiológicas las necesidades salinas aumentan.

También las vitaminas están casi siempre presentes, y en cantidades


adecuadas, en una dieta mixta y bien preparada; de todos modos es necesario que en
la dieta intervengan algunos alimentos crudos, debido a su mayor contenido vitamínico.

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