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A)
En base a la lectura de las páginas 49 y 50 se recapituló sobre los ejemplos trabajos
en la Guía/1; luego nos abocamos especialmente a
1.3.4., oración simple volitiva prohibitiva, que fue enriquecida con dos nuevos
ejemplos, para efectuar la articulación con
2.2.1.7. oración subordinada nominal sustantiva con subjuntivo (con mé, mé ou:
dependientes de verbos de temer), de la página 100 de la presente Guía/2, cuyas
oraciones fueron trabajadas (quedo pendiente la referencia al optativo oblicuo);
B)
fue el momento entonces de volver al itinerario marcado por nuestra Guía, de
manera que entre repaso y nuevo conocimiento (el tipo irreal) se avanzó de la
siguiente manera:
1.1. con la que se enuncia algo
1.1.1. con la que se enuncia algo como real
1.1.2. con la que se enuncia algo como posible
1.1.3. con la que se enuncia algo que no se realiza o realizó;
C)
D)
Finalmente se repartió en clase, para iniciar el trabajo en la próxima semana, la
parte inicial del texto del Critón (edición y notas de J. Burnet), hilo conductor de
los textos de las clases teóricas.
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Clase:
La oración simple:
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Optativo Subjuntivo
3. volitiva
1. desiderativa
1. potencial (deseo realizable): optativo solo o con ei), ei) ga/r, ei)q/ e, w(j.
2. irreal (deseo irrealizable): tiempos históricos solos o con ei), ei) ga/r, ei)q
/ e, w(j.
2. exhortativa
1ª persona del plural: subjuntivo
3. imperativa
2das y 3ras personas: imperativo
4. prohibitiva
1ª persona del plural: subjuntivo; 2das y 3ras personas: imperativo y subjuntivo
5. permisiva
imperativo
6. deliberativa-dubitativa
subjuntivo
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La oración simple volitiva:
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Voy a situarme ahora, en la Guía 2, en 1.3.4., es decir en el apartado
correspondiente a las prohibitivas, para trabajar con los ejemplos que allí figuran:
En esta oración hay, además del verbo en subjuntivo proei/p$j negado por
mh¿, un sintagma de participio predicativo sujetivo me/llwn ti pra/ttein.
Observen cómo, además, está sobredeterminado el carácter subjetivo, ya que no sólo
tenemos la negación mh¿, sino también mhdeni/. proei/p$j es subjuntivo en
segunda persona singular de aoristo del verbo proei¿pw. Recuerden que ei)¿pw hace
las veces de aoristo segundo de le¿gw.
En cuanto al sintagma de participio predicativo subjetivo, siguiendo a Di
Tullio, pienso que se puede tratar a me¿llw como verbo auxiliar, y que me¿llw con
infinitivo constituye una perífrasis. Si lo tomo de esta manera,
me/llwn pra/ttein es el núcleo y ti el objeto directo.
Pasemos al ejemplo siguiente:
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Nuevamente tenemos un subjuntivo, diw/kwmen, en primera persona del
plural, con sujeto h(mei=j. Está allí presente, además, la negación mh¿. El participio
feu/gontaj es en esta oportunidad un atributo de a)/ndraj.
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Nota: También con el infinitivo se expresa la prohibición: mh\ yeu/desqai mh/pote. “No mentir
jamás.”
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En las gramáticas más especializadas aquí no hay una prohibitiva común y
corriente, sino que se trata de un subjuntivo de aprehensión. La idea es que el
espíritu se saca de encima una idea cuya realización sería embarazosa. Es un
subjuntivo prohibitivo, pero con un leve matiz diferente a las otras que hemos visto,
cosa que va a dar lugar a un fenómeno que tiene que ver con los verbos de temor.
El segundo ejemplo es de la misma naturaleza:
Nuevamente, mh¿ es la negación. $)= tiene que ver con el subjuntivo del verbo
ei)mi¿ en tercera persona del singular. Vamos a considerar a tou=to como sujeto.
a)lla\ ma¿llon es un giro conjuntivo, “pero más bien”. to\ xrhsthri¿on es un
predicativo sujetivo.
La idea sería “No quiero esto, el hecho de que la profecía no tenga este
sentido.” Lo que el espíritu rechaza aquí es una imagen cuya no realización sería
molesta. Una traducción más adecuada podría ser “Temo que no vaya a ser éste el
sentido del oráculo.”
2.1.1.7. con subjuntivo, introducido por mh/, mh\ ou), dependiente de verbos
que significan “temer”, “precaverse de”: dedie/nai, fobei=sqai, o)knei=n,
fronti/zein, fula/ttesqai, eu)labei=sqai, ktl.; el verbo de “temer”
puede faltar, pero está implícito en la expresión “no sea que...”. Cuando se teme
que un hecho se produzca, se usa mh/, “que”, latín ne; que no se produzca, se
usa mh\ ou), “que no”, latín ut, ne non. El modo verbal, la posible ausencia de
verbo subordinante, la aparente contradicción semántica de los adverbios
(“conjunciones”) de negación: todo esto se aclara si nos remontamos al
primitivo estado de lengua de donde se originó esta llamada subordinación, que
en su origen no es más que una yuxtaposición de una enunciativa y de una
volitiva:
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Dei/dw mh\ bre/x$. Dei/dw mh\ ou) bre/x$.
Timeo ne pluat. Timeo ut (ne non) pluat.
Temo que llueva. Temo que no llueva.
Vamos a plantear el análisis de los dos ejemplos que están aquí expuestos,
porque pone en juego un tema muy debatido y que depende mucho de la perspectiva
gramatical con que se tome:
Predicado = O. V. Ex. R.
v. prop. objetiva = P.
Predicado = O. V. Pr. R.
En ambas oraciones tenemos una objetiva dada por mh¿ con subjuntivo
(bre/x$), dependiente de un verbo en indicativo. La cuestión es que en nuestra
lengua tenemos un ‘que’ introduciendo ambas objetivas y que, en griego, hemos
tratado a la negación mh¿ como una conjunción subordinante. Para colmo, cuando
está el mh¿ solo no traduje ninguna negación, mientras que, cuando están ambas,
mh¿ ou), coloqué una sola negación en la traducción.
La idea sería que el verbo de temor, por su propia naturaleza, ya constituye
una idea negativa. Observen en castellano algunas expresiones con las que me he
topado:
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Esto está bien dicho, pero también se puede decir ‘cuidarse de pasar’,
exactamente con el mismo sentido. Ese “no” no constituye una verdadera negación,
sino que, en todo caso, desarrolla la idea negativa que ya está presente en la
expresión ‘cuidarse de’. Esta es una primera posibilidad, el pensarlo como una
proyección negativa del verbo. También es posible ir a la base histórica del
fenómeno: lo que habría en estas ocurrencias es una yuxtaposición de una oración
simple enunciativa real y una oración simple volitiva prohibitiva:
• Ni el perro no me atiende.
• Aguantá de no comer.
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• Me disuadió de que fuera./Me disuadió de que no fuera.
Podría seguir citando otras, pero creo que queda suficientemente claro.
Vayamos a los ejemplos en griego:
fronti/zw es un “creer” que contiene una idea negativa, algo así como
‘estoy preocupado por’. Por eso motiva una proposición objetiva introducida por
mh¿.
Más allá del verbo principal, que contiene una idea negativa, observen aquí
que a)pobh=te es un subjuntivo aoristo tercero en segunda persona del plural de
a)pobai¿nw. Tenemos, además, la doble negación, por un lado el mh¿, que
trabajamos como una conjunción y, por otro, el que traducimos como negación
efectiva, ou). Lo mismo sucede en las dos oraciones siguientes:
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“Y desconfías de que la virtud no sea una ciencia.”
a. r(#di/wj a)n
/ se au/r ) ion e)kdexoi/mhn.
“puedo recibirte (te podré recibir) cómodamente mañana.” = potencial del presente (que
encierra una virtualidad presente o futura): optativo con a)n
/ .
b. r(#di/wj a)n
/ se xqe\j e)cedeca/mhn.
“pude haberte recibido ayer cómodamente.” = potencial del pasado = irreal: tiempo
histórico con a)n
/ .)
Tal como se dice allí, la diferencia entre las dos oraciones puestas como
ejemplo radica en que el verbo de la primera, e)kdexoi/mhn, es un optativo presente
acompañado de a)¿n, mientras que el de la segunda, e)cedeca/mhn, es aoristo de
indicativo, también acompañado por a)¿n, en ambos casos de de¿xomai, con un
preverbio e)k-. Ésa es la diferencia entre una oración potencial y una irreal. Lo
primero es conocido por nosotros, pero no así lo que tenemos en el segundo
ejemplo. a)¿n más tiempo secundario del indicativo expresa irrealidad.
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En nuestra lengua, la mejor manera de dar la irrealidad es el
pluscuamperfecto del subjuntivo. Podemos, de hecho, traducir el segundo ejemplo
como “Te hubiese recibido ayer.” Piensen en ejemplos como “Si tuviese dinero, te
lo daría.” Queda muy claro para cualquier oyente que el hablante no tiene dinero,
que allí se está expresando algo del ámbito de la irrealidad. Hay varias maneras de
encarar la traducción de este tipo de oraciones, pero lo central es que quede bien
expresada esta idea de la irrealidad. No creo que deban traducir de esta manera
específica o de alguna otra; traduzcan como quieran, siempre y cuando quede esto a
salvo.
El hecho de que se dé la irrealidad con un tiempo histórico más a)¿n implica
que se menciona una posibilidad impostada de forma tal que frente a la condiciones
del presente se corrobora como posibilidad no cumplida. “Te hubiese recibido.”
Constituye una suerte de deseo puesto en el pasado, de tal modo que, al
contraponerse con el presente, queda claro que no fue recibida la persona que recibe
este mensaje.
Dicho esto, vayamos a los ejemplos de la Guía, comenzando por 1.1.3.:
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e)/nqa dh\ e)/gnw a)/n tij.
“Allí sí alguien hubiese comprendido”.
Nota: Con verbos que significan necesidad, posibilidad, conveniencia, se suele omitir a)n
/ :
e)/dei dika/zein pa/ntaj. Men. Epitr. 194 s. “Convendría que todos sentenciasen”.
Vamos a ver ahora otros ejemplos, pero, en vez de trabajar con oraciones
enunciativas, trabajaremos con interrogativas, es decir con oportunidades en las que
se pregunta por algo que no se realiza o realizó, por algo contrario a la realidad,
según el apartado 1.2.3.:
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común, indicando mera posibilidad. Al transformarlo en una simple, diríamos
“¿Esto sucederá?”, es decir, usaríamos un futuro. Al subordinarse a un tiempo
histórico, aparece ese potencial, un futuro del pasado. Este uso del castellano es lo
que va a cubrir el optativo oblicuo misterioso que mencionamos hoy y del que ya
hablaremos.
Vamos a situarnos ahora en un tercer tipo de irreal, el deseo irreal, esto es,
irrealizable, en 1.3.1.2. Se trata de un deseo que el sujeto ve como imposible; es una
de las dos posibilidades: el deseo es posible o imposible, nunca está ya dado. El
deseo es imposible porque las condiciones pragmáticas de la realidad con las cuales
es contrastado ese deseo hacen que, desde la perspectiva del hablante, aparezca
como no realizable. Este tipo de oración se construye con los tiempos históricos del
modo indicativo, sin a)¿n, pero con un adverbio desiderativo:
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/ elon, etc. (cf. lat. debebam, debueram, “hubiese debido”) –aoristo 2º de o)fei/lw–,
Nota: w)f
raramente el imperfecto, con presente o aoristo del infinitivo expresan un deseo irrealizable:
Tengan presente que aquí th¿n equivale a un objeto directo, esto es, tiene
valor demostrativo.
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sou= do/can a)pofainome/nou h(de/wj a)\n a)kou/saimi.
“Gustosamente <te> escucharía dar tu opinión”.
le/goij a)/n.
“Puedes hablar”.
proa/goij a)/n.
“¿Si avanzaras?”
Nota: los dos últimos son optativos de cortesía; son semánticamente imperativos, pero suavizados
en potenciales por cortesía; en la misma obra, pocas líneas antes (229a) se lee: pro/age dh/, con
verbo en imperativo.
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