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La lengua es una de las circunstancias personales o sociales por las que está prohibida toda
discriminación, como lo prueba la protección penal establecida en el art. 314 de la L.O. 10/95.
Esa nueva exigencia, no obedece a cambio normativo alguno, sino -salvo que la inspección haya
perdido la capacidad para entender la lengua española- a mero capricho, por lo que incide
injustificadamente en mi libertad de uso de cualquiera de las dos lenguas oficiales, incurriendo por
ello en varias faltas disciplinarias y, probablemente también, en un grave delito, de lo que doy
cuenta al Ministerio Fiscal y traslado a Ud.
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Es muy posible que el/la inspector/a actúe por orden de alguna autoridad superior. En ese caso, la
falta correspondiente será imputable también al titular de esa autoridad, y, en cualquier caso, si no
promueve la acción disciplinaria contra el/la inspector/a después de la presentación de este escrito,
le alcanzará la responsabilidad que derive de
1. La tolerancia de los superiores respecto de la comisión de las faltas muy graves o graves de
sus subordinados.
Es posible que la extrema sensibilidad lingüística, estrictamente unidireccional (es decir, orientada
sólo a una lengua) haga perder la perspectiva jurídica del problema, o que normas de rango menor,
dictadas sin el debido respeto del principio jerárquico y del sentido común obscurezcan la verdad de
que ninguna autoridad puede forzar a nadie al uso de una u otra de las dos lenguas cooficiales. La
confusión sembrada por poderes subordinados desaparece a la vista de la Constitución, o de una ley
orgánica como el Código penal:
Artículo 542.[Impedir el ejercicio de otros derechos cívicos]
Incurrirá en la pena de inhabilitación especial para empleo o cargo público por tiempo de uno a
cuatro años la autoridad o el funcionario público que, a sabiendas, impida a una persona el
ejercicio de otros derechos cívicos reconocidos por la Constitución y las Leyes.
El uso de la lengua oficial del Estado, es un derecho cívico que no puede conculcar el/la Sr/a
inspector/a, por propia iniciativa, interpretando por sí mismo el ordenamiento jurídico en un sentido
perverso, contrario a su primer principio inspirador, que es la libertad, u obedeciendo una orden
delictiva:
Artículo 314.[Discriminación laboral] Los que produzcan una grave discriminación en el empleo,
público o privado, contra alguna persona por razón de su ideología, religión o creencias, su
pertenencia a una etnia, raza o nación, su sexo, orientación sexual, situación familiar, enfermedad
o minusvalía, por ostentar la representación legal o sindical de los trabajadores, por el parentesco
con otros trabajadores de la empresa o por el uso de alguna de las lenguas oficiales dentro del
Estado español, y no restablezcan la situación de igualdad ante la ley tras requerimiento o sanción
administrativa, reparando los daños económicos que se hayan derivado, serán castigados con la
pena de prisión de seis meses a dos años o multa de seis a doce meses.
Estos preceptos son mucho más claros respecto del alcance de las facultades del/a Sr./a. inspector/a
que el decreto 247/95 de la Junta de Galicia, que no fue utilizado en estos diez años de vigencia
para molestarme de esta manera, lo que demuestra que esa administración puede dejarme en paz
diez años más, al menos.
Fecha y firma,
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