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Empecé a releér algunos párrafos en los que he puesto notas, pero la cantidad y el contenido
fueron tan apabullantes que decidí concentrarme solo en los últimos comentarios que les hice.
En el contexto total del subcapítulo, destacar estas frases puede parecer rebuscado, sin
embargo la invitación a prestarles especial atención no desvirtua de ninguna manera el
contenido del escrito. Solo es llamar la atención a un modo de expresión que satura
indirectamente muchas frases a lo largo de todo el escrito y que abordaré muy someramente...
El asociar emociones profundas con una VIDA INTERIOR, sin hablar de las emociones
habituales de nuestra vida cotidiana, da indirectamente una división en un hecho sicológico (o
espiritual) entre nuestra vida cotidiana y nuestra posibilidad de una vida “más rica” o “más
profunda”.
En donde cabe una aclaración amplia... Por razones obvias estoy seleccionando
párrafos, con frecuencia muy alejados unos de otros, lo cual no significa que
quiera hacer una tesis sobre esas bases. Se trata solo de frases que tuvieron un
impacto especial en “mi conciencia”, pero que implican que todo lo previo y lo
intermedio son expresiones en las que estoy totalmente de acuerdo... es solo que
sería prolijo y agotador transcribir el texto completo, ademas de poco claro para
mi expresión.
LC y C: Tal vez este párrafo se puede entender también si se consideran las claras
reminiscencias tomistas en el escrito del Papa, que se advierten en las formas de amor que
reconoce Karol en el libro. Santo Tomás, como buen estudioso de Platón, suponía que el amor
verdadero debía tender a un ideal de amor, que tiene su figura en Dios, fuera de la realidad
física del hombre, recuperando con ello la idea de buscar la esencia de las cosas fuera de la
esfera de lo sensible, o como diría Platón encontrando los arquetipos existentes en el mundo
de las ideas. En ese mismo sentido, con relación a la verdad, puede decirse que aunque
tengamos experiencias sensibles de lo que es verdadero, la esencia de la verdad no se
encuentra en la esfera de lo sensible, sino que es una realidad más de orden metafísico, fuera
del plano biológico del hombre.
Por otro lado, a nivel más práctico, y relacionando esto con el párrafo que mencionas más
adelante, los seres humanos podemos tener un montón de actitudes distintas frente al amor,
pero para aspirar a llegar al amor matrimonial necesitamos trascender nuestras propias
actitudes, para ver y aceptar al otro tal y como es (como sujeto). Esto es lo que entendemos
por transitar del amor concupiscente a una figura más perfecta de amor: el amor benevolente,
que tiene su ideal último en Dios. En el amor matrimonial, ambos involucrados tendrían que
hacer conciencia de sus propias actitudes (producto de sus energías síquicas dominantes) y de
las del otro, y estar dispuestos a construir a pesar de esas diferencias.
Ahora bien, si no hay un marco de referencia común que indique hacia dónde debe tender el
amor de ambos, cada uno puede sentirse incomprendido o utilizado por el otro, en la misma
medida en que no vea satisfechas sus aspiraciones personales pese al esfuerzo que se ponga
en la relación. Este marco de referencia común emanaría, en la opinión del Papa, de la figura
del amor de Dios al hombre.
Creo que vale destacar la frase porque tiene un valor per se que Karol no
explicita, solo manifiesta desde el fondo de su comprensión.
Y, más adelante, página 126. expresa, para ejemplificar su dicho:
“... en donde los dos SE SIENTEN “incomprendidos” o tratados como “objeto” (Los
dos, el emocional y el físico... aquel cuya subjetividad está gobernada por su afectividad y
aquel cuya subjetividad está gobernada por la impulsión de su cuerpo, aunque, en el fondo
ambos busquen la misma legítima realización personal en el ámbito del sexo y la relación
interpersonal).
Esta frase es, a mi manera de ver, un hecho que se da en muchas relaciones interpersonales y
que revela un “hecho sicológico profundo” relacionado con la influencia del genoma en
individuos de constitución sicológica diferente (por factores orgánicos predeterminados por
su constitución genética), hechos que me parece estan implícitos en la expresión del escrito,
aunque parafraseados de manera diferente... El comentario que les hice en nuestra charla fue
“él (o ella”) se quejan de que el otro solo quiere sexo, en un caso, o expresan “el otro solo
quiere que le diga cuan maravilloso, dulce, tierno es”, como requisito para el intercambio
sexual...
En estos casos (mas comunes de lo que parece), la consecuencia es que los involucrados
“sufren el defecto de conducta del otro”, lo que impide realizar el Amor Matrimonial.
LC y C_ Para nosotros, esta frase resultó muy valiosa. Creemos que entender eso (que las
expresiones incomprensibles del otro son, finalmente, amor verdadero, aunque subjetivo o
imperfecto) puede ser un primer paso para estar dispuestos a construir a pesar de las
diferencias; a pesar de la subjetividad de nuestros deseos. Pero sabemos que, en tanto
inalienables, no podemos ser totalmente comprendidos por el otro, por lo que cobra
relevancia apegarnos a una verdad objetiva que nos guíe a ambos.
Pero el amor exige todavía una verdad objetiva, condición para la integración del amor.......”
Para evitar hacer ilegibles mis reflexiones, por su extensión, omito hacer comentarios sobre la
frase que les invité a leer hace semanas:
con la idea de que tal vez en las dos terceras partes de lo que me falta por leer del libro Karol
nos sugiera una interpretación plausible a esa esotérica expresión
... y no hago mas comentarios sobre los párrafos de la parte media a final de la página 130, a
reserva de obtener su feedback a este intento de comunicación...