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¿Qué entiende usted por la palabra: “Primero”? Por ejemplo, si **yo** le digo
que ‘Dios es primero en la agenda de mi vida’, ¿qué cree usted que **yo**
quiero decir con esa declaración? Pues seguramente **usted me** responderá
que para mí, Dios es lo más urgente e importante en mi vida.
Si **yo** digo que primeramente busco las cosas de Dios, lo que estoy diciendo
(expresando) es que Dios es lo primero en mi vida (para mí). Esto, no obstante,
no significa que Dios sea lo único que debo buscar en la vida, pues también
existen otras cosas de segunda importancia que puedo y debo buscar, como por
ejemplo: alimentos, ropa, educación, casa, trabajo, etc. El hecho es que las cosas
de Dios deben ocupar el primer lugar en nuestras vidas, y las demás cosas que
buscamos ocuparán un lugar secundario.
En Mateo 6:33 leemos que Jesús manda: “Buscad primeramente el reino de Dios
y su justicia”. ¿Es acaso el reino de Dios lo único que hay que (debemos)
buscar? ¡NO! Sin embargo, el reino de Dios será lo primero que buscaremos en
nuestra vida cristiana. Es decir, uno debe buscar el reino de Dios primero, y
luego las otras cosas como ropa, comida, o bebida vendrán por añadidura. Pero
lo primero es lo primero, y el Reino de Dios es lo primero que hay que buscar.
Hasta este punto entendemos que los Cristianos tenemos prioridades, cosas que
ocupan un primer lugar de importancia en nuestras vidas. Esto obviamente no
excluye otras cosas que el Señor nos manda a buscar, como por ejemplo: la paz
(1 Pedro 3:11), el bien de los demás (1 Cor. 10:24), etc.
1
Este mismo sentido de lo primero se aplica al evangelio verdadero, pues el
propio evangelio completo de Cristo tiene una parte que podemos llamar
primordial, básica, o primaria, y otra que podemos muy bien llamarla
complementaria.
Veamos lo que nos dice Pablo en relación a lo que es el evangelio, pues millones
de personas tienen un concepto errado de lo que es el evangelio completo de
Jesucristo. Estos predicadores han venido enseñando un evangelio incompleto a
parcial como si fuera todo el evangelio de nuestro Señor.
Pues Bien, Si uno lee todos estos versículos verá que el Apóstol Pablo llama a la
muerte, sepultura y resurrección de Jesucristo: EL EVANGELIO. Esto es algo
indiscutible obviamente, porque es el mismo Apóstol quien lo está diciendo. No
obstante, note usted que en el verso 3 el Apóstol emplea el vocablo
“PRIMERAMENTE”, lo que quiere decir que este evangelio o “Buenas
Noticias” de la muerte, sepultura, y resurrección de Cristo frente a muchos
testigos oculares es LO PRIMERO del evangelio apostólico---¡Pero no el todo!
Este detalle ha sido, desgraciadamente, pasado por alto por millones de
estudiantes bíblicos de todos los tiempos. Estos han creído que el Evangelio
completo y único de Jesús es su muerte, sepultura y resurrección frente a
muchos testigos y punto. ¿Pero puede esta idea popular ser sostenida fuera de 1
Corintios 15:1-7 en otros pasajes de la Escritura? Pues, No. En ninguna otra
parte de la Biblia se dice que la muerte, sepultura y resurrección de Cristo es el
único evangelio apostólico.
2
Un Evangelio del Reino Ignorado
3
requiere nuestra previa transformación (redención) física por la resurrección del
cuerpo (1 Cor. 15:50).
4
Los teólogos más reconocidos admiten que el Evangelio del Reino de Dios es el
tema central de toda la predicación de Jesús. Con este tema nuestro Señor
comenzó y finalizó su ministerio terrestre de 3 años y medio (Ver Marcos
1:1,14,15 y Hechos 1:3,6,7). El Reino de Dios fue el tema central de todas sus
parábolas, y fue la promesa fundamental para todos los pobres de este mundo
(Santiago 2:5). El Reino de Dios es sinónimo de vida eterna y salvación, pues no
se puede tener vida eterna (=salvación) fuera de él (Mateo 19:16-25). Jesús
mandó que los suyos pidieran por la venida del Reino (Mateo 6:10), y de hecho
que todo Cristiano debía estar buscándolo constantemente (Mateo 6:33). Jesús
insistió que sin perseverar no se puede entrar en su reino (Lucas 9:62), y dijo
que quien no se hacía como un niño no entraría en él (Lucas 18:17). Enseñó que
los ricos difícilmente entrarían en su reino (Lucas 18:24), y que más bien éste era
para los pobres en espíritu (Mateo 5:3). Pablo enseñó que es a través de muchas
tribulaciones que entraríamos en el Reino (Hechos 14:22) y Pedro insistió que tal
reino sería para los creyentes que son maduros espiritualmente (2 Pedro 1:5-11).
También Pablo dijo que los injustos jamás podrían ingresar en el Reino de Dios
(1 Cor. 6:9). A Nicodemo Jesús le dijo que tendría que “nacer de nuevo” si
quería entrar en su reino (Juan 3:3,5). Y finalmente, el “buen ladrón” de la cruz
conocía muy bien este mensaje del Reino de Dios que se lo pidió a Jesús
diciéndole: “Acuérdate de mi cuando vengas en tu reino” (Lucas 23:43).
¿Es suya también, amigo(a), la pregunta del “buen ladrón” de la cruz?¿Le pide
usted al Señor que se acuerde de usted cuando venga en su reino para ser parte
de él?¿Es usted un bendito de Dios? “Entonces el Rey dirá a los de su derecha:
Venid, benditos de mi Padre, HEREDAD EL REINO preparado para vosotros
desde la fundación del mundo” (Mateo 25:34).
……………