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PANTOKRATOR
Por Mario A Olcese
El Pantokrator
Jesús no tenía todo el poder para hacer y deshacer lo que su Padre había dispuesto.
Veamos el siguiente caso en la Biblia: Dice Marcos 10:35,36,40: “Entonces Jacobo y
Juan, hijos de Zebedeo, se le acercaron, diciendo: Maestro, querríamos que nos hagas
lo que pidiéremos. El les dijo: ¿Qué queréis que os haga? Ellos le dijeron: Concédenos
que en tu gloria nos sentemos el uno a tu derecha, y el otro a tu izquierda. Pero el
sentaros a mi derecha y a mi izquierda, no es mío darlo, sino a aquellos para quienes
está preparado.” De modo que nuestro Señor no tenía el poder y la autoridad para
cambiar ciertas cosas que Su Padre había previamente dispuesto para los propios
Apóstoles. Y obviamente, tampoco los tiene ahora estando ya en el cielo.
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Los teólogos Unitarios admiten que sólo existen dos pasajes en la Biblia en donde
Cristo es identificado con seguridad como Dios. Estos son Hechos 1:10-13 y Juan
20:28. Sin embargo, la connotación de “Dios” para Cristo no fue diferente de aquella
que tuvo en los Jueces de Israel. Jesús les recordó a sus detractores que aun los Jueces
de Israel fueron nombrados por el mismo Todopoderoso Dios como “dioses” con la
frase solemne: “dioses sois” (Juan 10:34). Y no olvidemos que incluso Moisés (figura
de Jesús) fue nombrado “Dios” por el Dios verdadero para que se presentara ante
Faraón (Exodo 7:1). De modo que hubo seres humanos, siervos y comisionados del
único Dios, que funcionaron como “dioses” porque vinieron en nombre de Yahweh y
manifestaron el poder y autoridad del único Dios verdadero. En mi país, como en
muchos otros, por poner un ejemplo, el edecán del Presidente es siempre reconocido
como si fuera el mismo Presidente, y recibe los honores de Presidente de Estado. No es
que el edecán sea el Presidente, sino que viene en nombre del Presidente. Es un servidor
o enviado que funciona como Presidente. Es lo mismo ocurrió con Moisés, los jueces de
Israel, y finalmente con Jesús (el Moisés mayor). Este último funcionó perfectamente
como Dios perdonando pecados, resucitando muertos, trasformando el agua en vino,
expulsando demonios, y así por el estilo. La Biblia dice que Jesús sería profeta
semejante a Moisés (Deut. 18:15, cp. Hech. 3:22,23). Así que Moisés (como profeta y
Dios) y Jesús (como profeta y Dios) representaron a Dios ante las autoridades paganas
de su tiempo.
Algunos pueden decir “Si Cristo es Dios y el Padre es el único Dios verdadero entonces
se podría decir que Cristo es un Dios falso”. De ninguna manera. La palabra Griega αλ
ηθινος que fue traducida verdad significa “real, verdadero, genuino, contrasta
realidades con sus semejanzas.”
Podemos estar de acuerdo entonces que Jesús era tanto ‘Dios’ como lo fueron Moisés y
los Jueces de Israel. No obstante, nadie concluiría que Moisés, los Jueces de Israel, y
Jesús mismo fueron todos el único “PANTOKRATOR” de las Escrituras. No podemos
dejar de pensar en las palabras de Jesús cuando decía: “El Padre mayor es que yo”
(Juan 14:28), o cuando afirmaba no saberlo todo: “En cuanto a aquel día y aquella
hora nadie lo sabe, ni los ángeles en el cielo, ni el Hijo, sino sólo mi Padre” (Mr.
13:32). A todas luces Jesús admitió que él no estaba en condiciones de igualarse con el
único y eterno Dios, Su Padre. El sabía que Dios era el único que debía ser adorado, y
así se lo hizo saber a Satanás cuando éste vino a tentarle en su peregrinaje por el
desierto (Mateo 4:10).
Sir Isaac Newton fue muy claro en afirmar sus convicciones: "Debemos creer que hay
sólo un Dios o monarca supremo a quien debemos temer, guardar sus leyes y darle
honor y gloria. Debemos creer que él es el Padre de quien provienen todas las cosas, y
que ama a su pueblo como su Padre. Debemos creer que él es el ‘Pantokrator', Señor
de todo, con poder y dominio irresistibles e ilimitados, del cual no tenemos esperanza
de escapar si nos rebelamos y seguimos a otros dioses, o si transgredimos las leyes de
su soberanía, y de quien podemos esperar grandes recompensas si hacemos su
voluntad. Debemos creer que él es el Dios de los judíos, quien creó los cielos y la tierra
y todo lo que en ellos existe, como lo expresan los Diez Mandamientos, de modo que
podamos agradecerle por nuestra existencia y por todas las bendiciones de esta vida, y
evitar el uso de su nombre en vano o adorar imágenes u otros dioses”.
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Juan 20:28
Este pasaje de Juan 20:28 es usado por los Trintarianos para demostrar que Cristo es
Dios, la segunda Persona de la Trinidad. El pasaje dice: “Luego dijo a Tomás: Pon aquí
tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y métela en mi costado; y no seas
incrédulo, sino creyente. Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío!”.
Pues bien, ¿Entendieron los discípulos reunidos en el recinto que Tomás estaba
reconociendo en el Jesús resucitado al único y sabio Dios, el Pantokrator de Apocalipsis
1:8?¿O que tal vez Tomás se dio cuenta por fin que Jesús era la segunda persona de la
Trinidad?¿Debemos inferir que Tomás creyó que Dios había resucitado después de que
hubo estado muerto por tres días?¿Pero puede Dios morir?¿Puede alguien ver a Dios y
vivir?
Los cristianos del presente siglo interpretan este pasaje a la luz de los Concilios
posteriores que trocaron al Hijo de Dios en Dios el Hijo. Prejuiciados por conceptos
filosóficos Griegos, los lectores de Juan (y de todo el NT) suelen tomar literalmente el
título “Dios” como significando una Deidad Suprema. El hecho es que el Nuevo
Testamento aplica la palabra Dios---en su forma Griega ho theos (el único Dios) al
Padre unas 1350 veces. De modo que ho theos nunca se le aplica al Hijo. Aunque es
verdad que la palabra Griega para Dios en Juan 20:28 es Theos, el mismo Jesús había
reconocido antes que en el Antiguo Testamento los Jueces de Israel fueron llamados
“dioses” cuando en Juan 10:34 él hizo referencia al Salmo 82:6: “No está escrito en
vuestra ley: Yo dije, dioses sois”. Aquí Theos (aquí en la forma plural theoi) aparece en
la Septuaginta (AT en Griego) como un título para hombres que representan al único
Dios verdadero. De manera que los Cristianos del primer Siglo usaban el término Dios
en diferentes sentidos que el acostumbrado actualmente. “Dios era un título descriptivo
incluso para las autoridades gentílicas como el Emperador Romano. Así que debemos
remontarnos al ambiente del siglo I para poder entender ciertas palabras y sus usos.
Recordemos que cuando Jesús pronunció la frase “el ojo de la aguja” (Mat. 19:24) él
no quiso dar a entender la aguja que usamos para coser un vestido. Si lo entendiéramos
así, entonces el rico nunca podría entrar en el Reino.
En una descripción hallada que data del año 62 AC llama al rey Ptolomeo XIII “El
señor rey dios.” Y un teólogo Trinitariano del siglo 19 dice de la confesión de Tomás,
así: “Tomás usó la palabra “Dios” en el sentido en que es aplicado a los reyes y jueces
(quienes son considerados como representantes de la Deidad) y predominantemente al
Mesías” (1).
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Hebreos 1:8-13
Habiendo considerado en detalle que el título “Dios” no tiene la connotación que tiene
para los lectores de la Biblia del siglo XXI, vamos ahora a examinar el interesante texto
de Hebreos 1:8-13 que utilizan los Trinitarianos para probar la Deidad del Hijo como
Dios co-igual con el Padre y así elevarlo como “Dios verdadero de Dios verdadero”. Y
aunque hay quienes dicen que Cristo es un Dios verdadero sin ser igual al Dios Padre
verdadero, nosotros sostenemos que Cristo es “Dios” sólo en el sentido funcional y no
por naturaleza. Veamos lo que nos dice Hebreos 1:8-13:
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Mas del Hijo dice: Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo;
Siéntate a mi diestra,
Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies?
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¿No son todos espíritus ministradores, enviados para servicio a favor de los que
serán herederos de la salvación?”
El verso 8 dice: “Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo”. El teólogo Brown dice:
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el efecto de llamar a Jesús como Señor. Por supuesto, no tenemos
forma de saber qué significó el “Oh, Dios” para el autor de Hebreos
cuando él lo aplica a Jesús. El Salmo 45 es un Salmo real; y en la
analogía del “Dios Poderoso” de Isaías 9:6, “Dios puede haber sido
visto simplemente como un título real y por lo tanto aplicable a Jesús como el
Mesías Davídico”.
Como podemos ver, con una exégesis sana de y en las Escrituras podemos encontrar las
respuestas a muchas de nuestras dudas. Definitivamente este texto de Hebreos 1:8-13 no
prueba que Cristo sea el Dios único y verdadero, una segunda Deidad al lado del Padre.
Mario A Olcese