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EL DISPENSACIONALISMO HA

ENGAÑADO A MUCHOS INCAUTOS


CON UN EVANGELIO TRUCADO
Sir. Anthony F. Buzzard, Master en Teología

Para las escuelas de teología comprometidas a la creencia en la


palabra autoritativa de la Escritura, hay otras formas de evadir el
Evangelio del Reino. Una tradición popular del Evangelio ha erigido un
esquema por el cual el Evangelio del Reino no es específicamente el
Evangelio de salvación para ser ofrecido ahora a los creyentes
potenciales. Es un sistema conocido como "dispensacionalismo".
Todos los estudiantes de la Biblia reconocen que Dios destinó
diferentes acomodamientos o "dispensaciones" para los diferentes
períodos de la historia. La dispensación Mosaica, por ejemplo, hizo
distintas exigencias en los fieles de aquellas requeridas bajo el
Evangelio del Nuevo Testamento. Pero el "dispensacionalismo" va más
lejos. Sostiene que el Evangelio del Reino fue predicado por Jesús sólo
a los judíos, hasta que ellos rehusaron la oferta del Reino; después de
lo cual un Evangelio diferente, el Evangelio de la gracia, fue
introducido por Pablo. La teoría sostiene luego que el Evangelio del
Reino será reinstalado siete años antes del regreso de Cristo, un
tiempo cuando, de acuerdo también con el dispensacionalismo, la
Iglesia habrá sido removida de la tierra por el así llamado "rapto
pretribulacional."
El sistema dispensacionalista ha sido impuesto a la fuerza en el
texto de la Escritura en los intereses de una teoría ajena a la Biblia.
Como hemos señalado, Lucas hizo todo lo posible para demostrar que
el Evangelio de Pablo no era diferente al de Jesús. Ambos hombres
predicaron el Evangelio acerca del Reino. Pablo, en contra del
dispensacionalismo, no supo nada de una diferencia entre "el
Evangelio de la gracia" (Hechos 20:24) y "predicando el Reino"
(Hechos 20:25). Él deliberadamente los iguala. Como dice F.F. Bruce:
"es evidente de una comparación de Hechos 20:24 con el siguiente
verso que la predicación del Evangelio de la gracia es idéntica con la
proclamación del Reino." Esta prueba incontrovertible es
rotundamente contradicha por el dispensacionalismo contemporáneo.
Dr. Erwin Lutzer, de Radio Moody Church Ministries, afirma: "creo que
el evangelio del reino es diferente al evangelio de la gracia de Dios…
el evangelio de la gracia de Dios no tiene nada que ver con el Reino
per se." Pero esta confusión del único Evangelio de la salvación fue
aprendida de la tradición no examinada, no de la Biblia. Por medio de
presentar "dos formas del Evangelio," los dispensacionalistas han
inventado una muy desafortunada distinción que no existe en el texto
bíblico.
El dispensacionalismo formalmente cancela el Evangelio como
Jesús lo predicó. ¿Pudo haber sufrido la iglesia un mayor desastre que

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este acortamiento sistemático del propio Evangelio de Jesús que El
predicaba? A.C. Gaebelein fue un exponente destacado de la teoría
del "evangelio dividido". En lo referente a las palabras de Jesús en
Mateo 24:14, "Este Evangelio del Reino será predicado en todo el
mundo para testimonio a todas las naciones," él escribió:
La predicación que es mencionada es aquella del Evangelio del
Reino, pero ese Evangelio no es ahora predicado, pues
predicamos el Evangelio de la gracia…Con la lapidación de
Esteban la predicación del Evangelio del Reino cesó. Otro
Evangelio fue predicado. El Señor se lo dio al gran Apóstol. Y
Pablo llama a este Evangelio "mi Evangelio". Es el Evangelio de
la Gracia gratuita de Dios para quienes crean, el evangelio de la
Gloria de Dios…Ahora, durante el tiempo en que el Reino fue
predicado como que estaba a la mano, el Evangelio de gracia
no se oyó, y durante el tiempo en que el evangelio de gracia es
predicado, el Evangelio del Reino no es predicado.
Por este extraordinario disparate exegético, el Evangelio Cristiano
del Reino fue descartado de la corte —descartado como suspendido, y
decretado inaceptable para el tiempo actual. La situación parecería
demandar un arrepentimiento profundo y el restablecimiento del
Evangelio completo de Jesús en el corazón de evangelismo. ¿Puede
haber tal cosa como una evangelización que no sostiene en el más
alto honor y énfasis el mismo Evangelio anunciado por Jesús y
ordenado por la Gran Comisión hasta el fin de la era? Si Pablo hubiera
predicado de hecho, como Gaebelein dice, "otro Evangelio", él se
habría puesto bajo su propia maldición (Gál. 1:8, 9). Él habría estado
violando las instrucciones de Jesús de que Sus enseñanzas debían ir
al mundo entero.
El artículo sobre "el Evangelio" en el Diccionario de la Biblia de
Unger representa la misma tendencia común dispensacionalista de
desviarse del Evangelio como Jesús lo predicó. Esta clase de
pensamiento acerca del Evangelio y de la salvación ha tenido una
inmensa influencia, particularmente en América, pero sus efectos son
sentidos a todo lo largo del mundo evangélico:
Las formas del Evangelio a ser diferenciadas. Muchos maestros
de la Biblia hacen una distinción en lo siguiente:
(1) El Evangelio del Reino. Las Buenas Nuevas de que el
propósito de Dios es establecer un reino terrenal de un
intermediario en el cumplimiento del pacto Davídico (2 Sam.
7:16). Dos proclamaciones del evangelio del reino son
mencionadas, una, pasada, comenzando con el ministerio de
San Juan Bautista, llevado a cabo por nuestro Señor y Sus
discípulos, y que termina con el rechazo Judío del Mesías. La
otra predicación es aún futura (Mat. 24:14) durante la gran
tribulación, y que presagia el Segundo Advenimiento del rey.
(2) El Evangelio de Gracia de Dios. Las Buenas Nuevas de la
muerte, sepultura y la resurrección de Cristo como fue provista
por nuestro Señor y predicado por Sus discípulos (1 Cor. 15:1-4).
La trágica supresión del Evangelio del Reino es evidente en la
Nueva Biblia de Referencia de Scofield en Revelación 14:6. El sistema

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de la definición del Evangelio descrito en esta nota ha afectado la
totalidad de la presentación evangélica de la salvación, aun donde
Scofield no está específicamente reconocido. Scofield empieza por
definir el Evangelio salvador como el Evangelio de la gracia de Dios,
el cual, él sostiene, está recluido a los hechos acerca de la muerte y
la resurrección de Jesús. Scofield luego procede a hablar de "otro
aspecto de las buenas noticias", el "evangelio del Reino". Somos
informados de que Cristo predicó este Evangelio del Reino en Su
primera venida, y "será proclamado durante la gran tribulación".
Scofield así descarta el Evangelio del Reino del mensaje presente de
salvación manifestando que el Evangelio Cristiano se trata ahora sólo
de la muerte expiatoria de Jesús y Su resurrección. De esta manera
Jesús es cortado de Su propio Evangelio que El predicó. Bien podemos
observar que el truco maestro de Satanás es separar a Jesús de Su
enseñanza. Uno puede proclamar a "Jesús" con toda seriedad, ¿pero
puede el Jesús verdadero ser dado a conocer aparte de Su Evangelio
y enseñanza completa? Jesús supo bien el peligro que representaba
predicar la "fe en Jesús" sin realmente informarle al público acerca de
las "palabras de Jesús". Sólo aquellos cuya fe está fundada en la roca
sólida de la enseñanza /evangelio de Jesús están en tierra sólida (Mat.
7:24-27; Mar. 8:35-38; y ver todo el Evangelio de Juan con su
constante insistencia en la palabra /palabras / enseñanza de Jesús).
La incertidumbre acerca del Evangelio Cristiano no es
sorprendente cuando semejante evidente lectura errónea de la Biblia
se forja en un sistema con una influencia masiva en los púlpitos y en
la literatura Cristiana. Seguramente las palabras de Pablo en Hechos
20:24, 25 deberían descartar la distinción artificial propuesta por el
Diccionario de la Biblia y la Biblia de Scofield. Pablo evocó su carrera y
reparó en que él había “terminado su carrera, el ministerio que recibí
del Señor Jesús para dar testimonio solemnemente del Evangelio de
la gracia de Dios para todos ustedes entre quienes pasé predicando
el Reino". Claramente no hay diferencia entre el Evangelio de la
gracia y el Evangelio del Reino. Es cierto, claro está, que Jesús
inicialmente no predicó Su resurrección como parte del Evangelio. La
muerte y la resurrección de Jesús fueron más tarde elementos críticos
en la proclamación de Pablo. Ellos, sin embargo, no reemplazaron la
predicación del Reino, el cual permaneció tanto como el corazón de
Evangelio de Pablo tal como había sido el centro del propio Mensaje
de Jesús.
Cuando Jesús se embarcó en su intensiva campaña
evangelizadora en Galilea aproximadamente el de 27 dC, él convocó
a Su audiencia para un cambio de parecer radical basado en la
creencia nacional de que Dios iba a conducir el Reino mundial
prometido por Daniel y todos los profetas. La creencia inteligente en
la promesa del Reino es el primer paso del discípulo, acoplado con un
viraje importante en U en el estilo de vida. De este modo los hombres
y las mujeres se pueden poner en línea ellos mismos con el gran
propósito de Dios para la tierra.
La naturaleza de la actividad de Jesús fue aquel de un heraldo
haciendo un anuncio público en nombre del único Dios de Israel. El

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empuje del Mensaje fue que cada individuo debería emprender una
redirección radical de su vida ante la certeza del Reino venidero de
Dios. Esto fue, y aún lo es, la esencia del Evangelio Cristiano. ¿Cómo
puede ser de otra forma, cuando es el mensaje del Evangelio que
viene de los labios de Cristo Mismo?
Es cuestión de sentido común reconocer que usando la frase
"reino de Dios" Jesús habría evocado en las mentes de Su audiencia,
empapados como estaban en la esperanza nacional de Israel, un
gobierno mundial divino en tierra, con su capital en Jerusalén. Esto es
lo que el Reino de Dios ciertamente habría significado para Sus
contemporáneos. Las escrituras de los profetas, las cuales Jesús como
judío reconoció como la Palabra de Dios divinamente autorizada,
habían unánimemente prometido la llegada de una nueva era de paz
y prosperidad. El Reino ideal dominaría por siempre. El pueblo de Dios
sería victorioso en una tierra renovada. La paz se extendería a lo
largo del globo.
Así, anunciar la llegada del Reino involucró ambos una amenaza y
una promesa. Para aquellos que respondieron al Mensaje creyéndolo,
y consecuentemente reordenando sus vidas, había una promesa de
un lugar en las glorias del gobierno divino futuro. Para el resto, el
Reino amenazaría destrucción, cuando Dios ejecute juicio en
cualquiera no hallado digno de entrar en el Reino cuando éste llegue.
Este tema gobierna todo el Nuevo Testamento. En la luz de este
concepto primario, la enseñanza de Jesús llega a ser comprensible. Es
una exhortación para ganar la inmortalidad en el Reino futuro y
escapar de la destrucción y de la exclusión del Reino.
Los sistemas tradicionales de la predicación del Evangelio son
ensillados con el destino no bíblico del creyente descrito como " el
cielo". ¡El pacto Abráhamico, que subyace en el Evangelio del Reino
Cristiano, es entonces aplicado sólo a los judíos! Pero son los
Cristianos quienes, según Jesús, están destinados a "heredar la tierra"
(Mat. 5:5) y el Reino.
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