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PRIMERA CATEDRA DE TOXICOLOGIA – FACULTAD DE MEDICINA - UBA

ALCOHOLES
Son compuestos orgánicos, derivados de los hidrocarburos, resultantes de la
sustitución de un átomo de H por el grupo funcional OH.
Dentro de los compuestos de cadena abierta o alifática, los de mayor interés
toxicológico son: el metanol o alcohol metílico y el etanol o alcohol etílico.
Los que poseen dos o más funciones alcohol se denominan polialcoholes. Los más
importantes son los glicoles, alcoholes con dos funciones alcohol.
Los de menor número de carbonos (menor peso molecular) son miscibles en agua,
los de 11 átomos de carbono son sólidos a temperatura ambiente.
Los alcoholes de peso molecular más bajo son líquidos con olor característico y
sabor ácido.
Los alcoholes se obtienen fundamentalmente por el proceso clásico de fermentación
y destilación de zumos azucarados (etanol) o destilación seca de la madera (metanol).
Actualmente se sintetiza en grandes cantidades mediante la oxidación del etileno.
Metabólicamente, los alcoholes primarios se oxidan al aldehído y posteriormente al
ácido carboxílico correspondiente. Los alcoholes secundarios lo hacen directamente a
cetonas.

ETANOL
El etanol o alcohol etílico es la sustancia de abuso más antigua y difundida, posee
también un amplio uso industrial.

Características físico – químicas

P.M 46
Densidad 0.78 g/ml
Liquido incoloro
Volátil
Olor característico
Sabor urente
Gusto fuerte y agradable
Miscible en agua
Soluble en solventes orgánicos
Inflamable.

Concentración

Su concentración en solución, se representa en grados, expresión del porcentaje en


volumen de alcohol de la bebida o solución que lo contiene.

Grados de alcohol: ml de alcohol / 100 ml de solución


Una bebida de 10 grados, contiene 10ml de etanol cada 100ml de solución.

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Grados proof: número de grados de alcohol x 2


Una bebida 30 proff tiene 15°, es decir, 15ml etanol por cada 100ml.

Cantidad Consumida

La cantidad de alcohol consumida (g.) se obtiene como producto del cociente entre el
volumen (dl) consumido por la graduación (ml /100) por la densidad del alcohol (0.78).
Gramos de alcohol: volumen (dl) x graduación (ml/100) x 0.78

Fuentes

Bebidas alcohólicas
Habitualmente se clasifican, de acuerdo a su origen en fermentadas y destiladas. En
el primer grupo se encuentran el vino, la cerveza y la sidra.
El grado alcohólico de los mismos no supera los 16 grados, pues el alcohol al alcanzar
dichas concentraciones inhibe la acción de las levaduras (saccharomyces cerevisiae) que
participan en el proceso fermentativo.
En el segundo grupo se encuentran el whisky, vodka, gin, ron, cognac, brandy etc.
Obtenidos de la destilación de líquidos, originados en la fermentación alcohólica, la
graduación alcohólica no supera los 50 grados.

Usos farmacéuticos y cosméticos


Debido a sus propiedades de desinfectante y disolvente, su principal aplicación es
como antiséptico local, en forma pura o iodado. También se utiliza como vehículo en la
elaboración de perfumes.
Asimismo se lo emplea en la conservación de piezas anatómicas.

Uso industrial
Como intermediario químico, solvente y desengrasante.

Uso terapéutico
Tiene una indicación precisa en la intoxicación por metanol, donde compite con el
mismo como sustrato de la enzima alcohol deshidrogenasa.

Toxicocinética

Absorción

El etanol es un compuesto hidrosoluble, que atraviesa fácilmente las membranas


celulares alcanzando un rápido equilibrio.
Se absorbe bien por vía digestiva, parenteral e inhalatoria, poco frecuente, debe
considerarse en causas accidentales o profesionales.
La absorción se inicia en el estómago, aproximadamente el 20 %, a los 10 minutos
de haber sido ingerido, se completa en duodeno y yeyuno íleon el 80% restante. El
mecanismo de absorción se realiza por difusión pasiva, siguiendo la ley de Fick.
Todo el alcohol ingerido pasa a la sangre entre 30 y 60 minutos después de la
ingestión, en algunas circunstancias puede retrasarse hasta un máximo de 3 horas.

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Los factores que condicionan la absorción son de dos órdenes, aquéllos que
modifican la evacuación gástrica y los que modifican la velocidad de difusión.
La evacuación gástrica puede estar acelerada, en procesos tales como
gastrectomías, gastritis, dispepsias hiperesténicas etc. favoreciendo la absorción.
Al aumentar la superficie de mucosa gástrica disponible, como cuando el estómago está
vacío, la absorción es mayor, lo contrario ocurre con la presencia de alimentos,
especialmente proteínas.
La concentración, graduación alcohólica, también modifica la absorción. Las bebidas
de alrededor de 20 grados, la favorecen, por encima de la misma se produce espasmo
pilórico.

Distribución

El proceso de difusión hística, es regulado por dos factores; la concentración de


agua y la de alcohol con respecto a la sangre.
Como el proceso de distribución se realiza a velocidades distintas, la concentración
de alcohol, dependerá de la fase en que se encuentre.
Una vez que el alcohol llega a la sangre, debido a su gran hidrosolubilidad, difunde
a los tejidos en función de la riqueza en agua de los tejidos extra e intracelulares.
Deberá tenerse en cuenta, que la concentración de alcohol difiere si se trata de
líquido cefalorraquídeo, plasma, sangre total o tejidos.
Atraviesa la barrera placentaria, incorporándose a la circulación fetal.

Metabolismo

Casi el 98% del alcohol que ingresa al organismo, sufre un proceso oxidativo que
tiene lugar en el hígado. Utiliza una cadena enzimática que transforma el alcohol en
aldehído acético y posteriormente en acetato. Las enzimas intervinientes son la Alcohol
Deshidrogenasa (ADH) y la Aldehído Deshidrogenasa (ALDH); ambas utilizan como
cofactor al par redox NAD/NADH.
Las ADH son enzimas inespecíficas, que actúan sobre sustratos endógenos y
exógenos. El factor limitante de la velocidad de este proceso oxidativo, no es la actividad
catalítica de la enzima, sino la disponibilidad de NAD a partir de la transformación de la
forma reducida NADH.
Este paso metabólico, exige de un sistema de transporte transmembrana
(malato/aspartato) saturable y la transferencia de electrones desde el citosol a través de la
membrana mitocondrial.
Las ALDH tienen una amplia gama de sustratos. Se encargan de catalizar el 90%
del acetaldehído generado en el hígado. Se agrupan en tres clases, pero solo la ALDH 2
es mitocondrial y tiene alta afinidad por el acetaldehído, siendo la responsable de su
oxidación a ácido acético.
El segundo sistema involucrado en la oxidación del alcohol utiliza la catalasa,
enzima localizada en los peroxisomas y los microsomas.
Existe un tercer sistema enzimático, que se cree, entra en funcionamiento cuando el
consumo supera determinados límites y en forma habitual: el MEOS (Microsomal Ethanol
Oxidizing System). Es un sistema enzimático microsómico, representado por la isoenzima
P450 II E 1, su actividad es inducible por lo que se incrementaría en bebedores habituales

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y su afinidad por el etanol es menor a la de la ADH, por lo que solo intervendría ante
concentraciones elevadas.
Su coenzima es el par NADP/NADPH, su actividad oxidasa es elevada y su
acoplamiento con la NADPH citocromo P450 reductasa deficiente. Como consecuencia de
ello genera una tasa importante de radicales libres a partir del oxigeno molecular y
directamente del etanol. Estos estarían involucrados directamente en la patogenia de la
hepatopatía alcohólica. Este sistema puede oxidar hasta 10% del etanol a niveles séricos
más elevados
La reacción limitante es la transformación de etanol en acetaldehído, ya que la
ALDH oxida con eficacia el acetaldehído producido por la ADH y utiliza el NAD disponible
con preferencia sobre dicha enzima. De esto resulta entonces que el factor limitante de la
reacción de oxidación del etanol sea la disponibilidad de NAD.
El ácido acético da lugar a la formación de la Acetil Coenzima A, que se incorpora al
Ciclo de Krebs, dando como producto final anhídrido carbónico y agua. Empero el exceso
de ácido acético, originado por un alto consumo de alcohol, disminuye la movilización de
ácidos grasos en las células hepáticas, además incrementa la transformación de ATP en
AMP generando mayor nivel de purinas, responsables de la hiperuricemia alcohólica.

Consecuencias Tóxicas de la metabolización del Etanol

1- Generación excesiva de NADH en hígado

En su metabolización el etanol, a través de la ADH y la ALDH, genera un exceso de


NADH, que supera la capacidad de los hepatocitos de mantener el equilibrio redox,
originando:

- Hipoglucemia
Bloqueo de la neoglucogénesis, por disminución de la síntesis de fosfoenolpiruvato,
secundaria al desequilibrio NAD/NADH.

- Aumento de la síntesis de Acidos Grasos


Por estimulo directo de la NADH.

- Disminución de la utilización de Acidos Grasos


Cesa la utilización de ácidos grasos para producir energía, debido a que el déficit de NAD
reduce la eficacia del Ciclo de Krebs.

- Aumento del Acido Láctico


El desequilibrio NAD/NADH se trasmite al par Piruvato/Lactato a favor de este último.

- Hiperuricemia
El aumento del ácido láctico, disminuye la capacidad renal de excreción de ácido úrico. A
esta se suma el efecto del ácido acético sobre el aumento del AMP, que deriva en mayor
producción de purinas.
2- Efectos tóxicos del aumento del Acido Acético

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- Déficit de Fosfato de Piridoxal


El ácido acético compite con el fosfato de piridoxal en su unión con las proteínas,
desplazándolo y aumentando su degradación.

- Alteración de Proteínas del Citoesqueleto


El ácido acético por ser muy reactivo, establece con facilidad enlaces covalentes,
formando complejos con las proteínas del citoesqueleto, alterando su función. La tubulina,
pierde su capacidad de polimerización, alterando el sistema de transporte y el colágeno, no
puede ser degradado y se acumula en el hígado.

- Peroxidación de Lípidos
El ácido acético interviene indirectamente, consumiendo el glutation reducido (GHS),
encargado de neutralizar la formación de radicales libres generados por la actividad del
MEOS, a través de una isoenzima del sistema dependiente del citocromo P450.

Cinética

La capacidad del sistema enzimático de la ADH es saturable a niveles relativamente


bajos de alcohol. Al saturarse el metabolismo cambia de cinética de orden 1 (proporción
fija en la unidad de tiempo) a orden 0 (cantidad fija en la unidad de tiempo). La cantidad
oxidada en la unidad de tiempo es proporcional al peso corporal y específicamente al peso
del hígado.
Teniendo en cuenta la variabilidad interindividual, se calcula que el metabolismo
promedio de un adulto es de 7 a 10 g/hora. Con relación al peso corporal sería de 100 a
125 mg/Kg/hora, mientras que en bebedores habituales podría aumentar a 175mg/Kg/hora.
En la práctica debe tenerse en cuenta la variabilidad horaria de la etanolemia: esta
disminuye en promedio 15 a 20 mg%/hora, pudiendo llegar en alcoholistas crónicos a
disminuir 30 a 40 mg en el mismo tiempo.
Es importante observar, que la presentación clínica no se relaciona necesariamente
con los niveles de alcohol.

Excreción

El 2% del alcohol absorbido no se oxida, su principal vía es la renal, por difusión


simple, en función de su gran hidrosolubilidad.
En el aire espirado alcanza sólo el 0.05% de su concentración sanguínea, teniendo
escasa importancia en el proceso de eliminación, siendo utilizada en algunos casos para
determinaciones legales.

Toxicodinamia

La estructura de bicapa lipídica de las membranas, otorga a la misma el grado


adecuado de fluidez y soporte de las estructuras insertas en ella.El etanol por su
liposolubilidad interacciona con las mismas incrementando su fluidez.

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Sistema Nervioso
En el ámbito del sistema nervioso central el etanol ejerce su acción, sobre las
neuronas incorporándose a sus membranas, desorganizando su estructura lípido/proteica
y alterando sus propiedades electrofisiológicas y su sistema de transporte.
Se postula que el alcohol afecta específicamente a ciertas proteínas de membrana,
los canales iónicos dependientes del receptor GABA-A favoreciendo la entrada de cloro por
estímulo del mismo e inhibiendo al NMDA, disminuyendo la actividad glutaminérgica.
El etanol, produce aumento de la liberación de dopamina y serotonina; en los
bebedores crónicos se produce tolerancia a este efecto. Se postula que el consumo de
alcohol estimula los receptores opioides, especialmente el δ, y aumenta la liberación de
endorfinas, responsables de la sensación de bienestar, que forma parte de la conducta de
reforzamiento positivo.

Aparato Cardiovascular
El alcohol es un vasodilatador per se y a través de la liberación de histamina,
produciendo en forma refleja aumento de la presión arterial y de la frecuencia cardíaca. A
grandes concentraciones, produce disminución de la contractilidad cardíaca.

Aparato Digestivo
La ingesta de alcohol, produce aumento de la secreción ácida gástrica y de gastrina.
A dosis altas inhibe el peristaltismo.
A nivel hepático los mecanismos de lesión mediados por el alcohol son múltiples,
postulándose que están basados en el daño oxidativo, la formación de radicales libres y la
participación de endotoxinas que activan citokinas.

Riñón
Inhibe la liberación de ADH, provocando diuresis y aumento en la eliminación de
ácido úrico.

Intoxicación Alcohólica Aguda

La etiología más frecuente de la intoxicación aguda encontrada en la practica


clínica, se debe a la ingesta excesiva de alcohol,
El etanol es un depresor selectivo del Sistema Nervioso Central en bajas dosis y un
depresor generalizado o no selectivo a altas dosis.
Los efectos se correlacionan con su concentración en sangre y cerebro. Inicialmente,
sensación de bienestar y relajación, desinhibición, sociabilidad, con ligera incoordinación
motora y alteraciones sensoriales incipientes.
A estos efectos se agregan: alteraciones de la función cognoscitiva (concentración,
memoria, juicio y coordinación) de la timia (cambios bruscos de humor, locuacidad,
labilidad emocional, agresividad, risa y llanto inmotivado).
Asociados a estos se producen cambios sensitivos y motores. Con el incremento de
la alcoholemia se agregan nistagmus, disartria, diplopía, incoordinación, ataxia,
hiperreflexia, sensación vertiginosa, náuseas y vómitos.

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Se describen episodios de amnesia anterógrada transitoria (blackouts, lagunas o


palimpsestos), constituyen verdaderos estados crepusculares de la conciencia, que se
presentan luego de una ingesta aguda.
A nivel cardiovascular se presenta taquicardia, vasodilatación periférica,
responsable de la inyección conjuntival y la rubicundez del rostro, hipotensión arterial,
trastornos de la conducción, arritmias auriculares (fibrilación o aleteo) extrasístoles
supraventriculares y taquicardia paroxística supraventricular.
La vasodilatación, es resultante de un doble mecanismo, depresión vasomotora
central y acción vasodilatadora directa del etanol.
Por aumento de la sudoración, se pierde calor con mayor rapidez y disminuye la
temperatura interna. Hay depresión a nivel central del mecanismo regulador de la
temperatura; esta acción es más pronunciada cuando la temperatura ambiente es menor.
En esta etapa se instala un estado confusional agudo, que puede agravarse hacia el
coma, depresión respiratoria y muerte.
En la intoxicación aguda se observan alteraciones del equilibrio ácido-base,
alteración de los electrolitos, anormalidades en el metabolismo de la glucosa y alteraciones
de la osmolaridad sérica.
El efecto agudo del alcohol sobre el balance de agua es inducir la diuresis, en forma
aproximadamente proporcional a la cantidad de alcohol ingerida, inicialmente con
preservación de la pérdida de electrolitos.
Está demostrado que el alcohol inhibe la liberación de ADH, al aumentar la
osmolalidad plasmática (mecanismo osmótico), aumentando el aclaramiento de agua libre
y disminuyendo la osmolalidad de la orina.
La cetoacidosis alcohólica (CAA), es una acidosis metabólica, con hiato aniónico
aumentado, por la presencia de b-hidroxibutirato y lactato, producidos por la deplección de
NAD empleado en el metabolismo del alcohol.
Se desarrolla como resultado del aumento de la producción de cuerpos cetónicos y
la disminución de la oxidación de ácidos grasos. El paciente presenta generalmente
ingesta dietética pobre, dolor abdominal, náuseas y la presencia de vómitos.
Otras causas de acidosis pueden ser adjudicadas a los niveles elevados de ácido
láctico, producidos en el metabolismo del alcohol y la conversión subsiguiente de NAD en
NADH; a la presencia de convulsiones, al déficit de tiamina, al descenso de su empleo
para la producción de glucosa y a la disfunción hepática.
La acidosis metabólica que no altera el hiato aniónico puede deberse a una pérdida
indirecta de bicarbonato en la orina, o a la presencia de hipercloremia, sin cetosis, con
elevación leve del ácido láctico.
Como resultado del efecto diurético del alcohol o en asociación con cetoacidosis
alcohólica, el paciente se encuentra deplecionado de volumen.
La hipoglucemia se puede deber a una ingesta alimentaria inadecuada, al
agotamiento de los depósitos de glucógeno del hígado y a la inhibición de la
gluconeogénesis por deplección del NAD.
Su presencia no es dependiente de la dosis y debe ser considerada siempre al
evaluar las alteraciones del sensorio. Relacionada con el alcohol alcanza una morbi-
mortalidad del 10% en los adultos y un 25% en los niños.
Las convulsiones pueden desarrollarse, por hipoxia o por hipoglucemia severa.
Los cuadros clínicos de los pacientes con intoxicación incluyen otros procesos
mórbidos, que comprenden la intoxicación aguda misma, los traumatismos resultantes, las

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sobredosis de otros fármacos, las alteraciones metabólicas y la descompensación de


cuadros psiquiátricos.
Se deberá tener presente muy especialmente, la concurrencia de traumatismos
(hematoma subdural) y el uso de drogas y/o sustitutos del alcohol (metanol, etilenglicol).
El diagnóstico de certeza, se basa en la determinación cuantitativa del alcohol en
sangre, realizado en tiempo útil.

Diagnóstico

Resulta generalmente difícil obtener una historia clínica completa, frecuentemente


los pacientes ingresan a los servicios de urgencia, sin acompañantes, encontrados en la
vía pública, siendo a veces incapaces de relatar los síntomas o acontecimientos ocurridos.
La exploración física debe realizarse en forma detallada; estado nutricional, de
hidratación, estigmas de cronicidad: arañas vasculares, telangiectasias, eritema palmar,
atrofia muscular etc.
El examen de cabeza y cuello, incluirá la búsqueda de evidencias de traumatismos,
laceraciones o déficit neurológico. El del tórax, evaluará la función pulmonar y cardíaca. La
exploración abdominal, deberá descartar evidencias de obstrucción, pancreatitis,
enfermedad ulcerosa e insuficiencia hepática. El abdomen agudo en un paciente
intoxicado, puede hallarse enmascarado por los efectos del etanol.
El estado neurológico se investigará con la escala del coma de Glasgow,
exploración de nervios craneales, fuerza motora, reflejos y función cerebelosa. Es de
buena práctica realizar la tomografía axial computada (TAC) en todo paciente, con estado
mental que se deteriora, con hallazgos neurológicos focales, con episodios convulsivos y
en aquéllos cuyo grado de alteración mental resultase desproporcionado en relación con
su grado aparente de intoxicación.
Deberán considerarse otras sustancias en el diagnóstico diferencial, incluyendo
otros alcoholes (etilenglicol, metanol), opiáceos, barbitúricos, benzodiacepinas y
antidepresivos tricíclicos. La encefalopatía hepática es otra etiología que deberá tenerse
presente, al evaluar la alteración de los estados de conciencia.

ESTUDIOS COMPLEMENTARIOS DE LABORATORIO

- Rutina: hematocrito, recuento de glóbulos blancos, glucemia, urea.


- Enzimas: TGO y TGP, amilasa
- Ionograma: Na+, K+
- Bicarbonato
- Electrolitos: Ca++, Mg++
- Osmolaridad sérica
- Gases en sangre arterial
- Cetonas en sangre u orina
- Determinación de etanol en sangre (etanolemia)

IMÁGENES:
- Rx de tórax

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- TAC de cerebro

Electrocardiograma

Tratamiento

Como en todos los pacientes la atención inicial deberá ser dirigida hacia la
estabilización. Deberá determinarse, si la intoxicación aguda es la única causa del cuadro
clínico o si la misma forma parte de otras alteraciones mórbidas presentes y/o
concurrentes en el mismo paciente.

De sostén

1. Mantenimiento de la permeabilidad de la vía aérea.


2. Mantenimiento de una vía de acceso parenteral.
3. Control de la hipotermia.
4. Inmovilización cervical (traumatismo craneano y/o de columna cervical).
5. Intubación nasogástrica.

De la intoxicación

1. Tiamina, 100mg. por vía intravenosa.


2. Solución Glucosada hipertónica al 25%-50%, 1 ampolla.
3. Corrección de la acidosis metabólica.
4. Reposición de electrolitos, K+, Mg++, Ca++.
5. Decontaminación gastrointestinal, ante la sospecha de ingestión de otras
sustancias.
6. Hemodiálisis (etanol en sangre de 500mg % o entre 400mg. %y 500mg.
con pH menor o igual a 7.0)

Consideraciones especiales:

En pacientes agitados o violentos:

- Haloperidol.
- Medidas de contención física.

En este último caso deberá documentarse por escrito su necesidad, para evitar la auto y
heteroagresión del paciente.

Intoxicación Crónica

El alcoholismo, como se denomina genéricamente, es la consecuencia del


consumo continuado y excesivo de alcohol, (acción directa) asociado a otros factores:
biológicos, ambientales y psicosociales (acción indirecta)

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Aspectos Orgánicos

La hepatopatía alcohólica es la consecuencia más frecuente del consumo


crónico excesivo de alcohol. La lesión hepática por alcohol fue descripta por primera
vez en 1892 por Sir William Osler.
Los mecanismos de la lesión hepática son múltiples, pero básicamente se
describen tres, dos de ellos directamente relacionados con las alteraciones inducidas
por el etanol en su metabolismo, daño oxidativo por la formación de radicales libres de
oxígeno y formación de complejos entre acetaldehído y macromoléculas y el tercero a
través de los efectos directos de la endotoxina intestinal, sobre la pared.
Los radicales libres inducen la peroxidación de los lípidos celulares con
formación de aldehídos muy reactivos, el daño oxidativo activa las células de Kupffer
para la producción de citoquinas mitógenas que estimulan las células que intervienen
en la síntesis del colágeno.
Los radicales hidroxietilo y el acetaldehído reaccionan con proteínas
microsómicas originando complejos que se comportan como neoantígenos y frente a
los cuales se producen anticuerpos IgA e IgG. Dichos anticuerpos participan en la
fibrogénesis y en los procesos inflamatorios de la hepatopatía alcohólica.
La endotoxina producida por la flora intestinal activa la producción de citoquinas
inflamatorias y citotóxicas, por las propias células de Kupffer, encargadas de su
neutralización, cuya capacidad se encuentra reducida por el efecto del alcohol.
El espectro anatomopatológico de la hepatopatía alcohólica incluye, la
esteatosis, la hepatitis alcohólica y la cirrosis, las mismas no marcan un estadío
evolutivo de la enfermedad ya que pueden coexistir en un mismo paciente, su
desarrollo implican formas clínicas de gravedad creciente.
No hay síntomas específicos que separen la hepatitis alcohólica de otras formas
de hepatopatías, ellos dependen de la severidad de la lesión subyacente. Entre las
alteraciones más frecuentes se encuentran: debilidad, anorexia, fiebre e ictericia
pérdida de peso, dolor abdominal, hepatomegalia dolorosa, ascitis, várices esofágicas y
cuadros encefalopáticos.
El pronóstico a largo plazo depende de la severidad de la lesión aguda así como
del mantenimiento en la abstinencia del alcohol. El 40% de estos pacientes
desarrollaran cirrosis a pesar de no ingerir alcohol y solamente el 30% de ellos
sobrevivirá a los cinco años, si continúa el consumo de alcohol.

Las alteraciones de la mucosa gástrica, asociadas al consumo de alcohol


incluyen: gastritis hemorrágica, várices esofágicas, úlcera péptica crónica, desgarro de
Mallory-Weiss, duodenitis y esofagitis.
El etanol, estimula la secreción ácida, aumenta la permeabilidad de la mucosa
gástrica, por aumento de la retrodifusión de iones hidrógeno, deplecciona los
componentes sulfhidrílicos de la mucosa, altera la microcirculación y produce daño
directo sobre las células parietales.
La erosión de la mucosa y la hemorragia son el resultado final de este proceso.
Los síntomas más frecuentes que se presentan son: anorexia, náuseas, vómitos y dolor
epigástrico de intensidad variable.
Los hallazgos endoscópicos incluyen, congestión de la mucosa y lesiones
hemorrágicas, los histológicos, exfoliación de la capa celular superficial, edema y

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lesiones hemorrágicas, funcionalmente hay aumento del pH intraluminal y un descenso


de la diferencia de potencial transmucosa.

Las alteraciones nutricionales obedecen a varias causas, el efecto calórico (7


Kcal/g) pero sin valor plástico de su metabolismo energético, la alteración intestinal que
modifica la absorción de nutrientes y el déficit por consumo excesivo de nutrientes
específicos utilizados para metabolizar la sobrecarga de alcohol.
La carencia de tiamina (vitamina B 1) se debe con mayor frecuencia al
alcoholismo, su absorción es alterada por el alcohol ingerido, así como su metabolismo
y conversión en pirofosfato de tiamina, su forma de almacenamiento y depósito
corporal en el músculo. Sus manifestaciones clínicas incluyen polineuritis sensitivo-
motora, en la deprivación leve y encefalopatía de Wernicke y psicosis de Korsakoff, en
la deprivación grave.
El déficit de ácido nicotínico (niacina) o pelagra, también se asocia al
alcoholismo, por alteración de su absorción y metabolismo. El alcohol acelera también
el catabolismo del fosfato de piridoxal (vitamina B 6).
En la carencia de vitamina A, el alcohol participa por un doble mecanismo,
asociado al déficit de zinc relacionado con él, en la utilización de la vitamina de sus
sitios de depósito y por la saturación de la enzima alcohol deshidrogenasa, que
convierte el retinol en retinal en la retina disminuyendo su producción.
El déficit nutricional y vitamínico, coincidente con la mala nutrición y las
alteraciones de la función gastrointestinal y hepática, estarían asociados a los
síndromes neuropsiquiátricos presentes en los pacientes alcohólicos.

Las alteraciones pancreáticas asociadas al abuso crónico de alcohol, incluyen la


pancreatitis aguda y crónica. Empero sólo un 10% de los alcohólicos desarrollan
pancreatitis.
La enfermedad puede presentarse como un único episodio agudo o como
exacerbaciones de episodios agudos recurrentes. El alcohol, además de ejercer un
efecto tóxico directo sobre el páncreas, desarrolla en este órgano una actividad alcohol
deshidrogenasa, con liberación in situ de acetaldehído y daño oxidativo
Inicialmente hay una alteración funcional en la síntesis y excreción de
triglicéridos y aumento en la concentración de proteínas del jugo pancreático que
aumenta su viscosidad y precipitación intracanalicular.
Los episodios agudos asientan generalmente sobre un páncreas crónicamente
lesionado, por un abuso prolongado e intenso y excepcionalmente por un consumo
aislado y masivo sobre un órgano sano.
La pancreatitis aguda se produciría por autodigestión del páncreas por sus
enzimas prematuramente activadas dentro de la glándula. La misma se
desencadenaría a partir de un aumento de la secreción pancreática y por una
disminución de la capacidad de inactivación de la tripsina en el interior de la glándula,
que pone en marcha la cascada de activaciones enzimáticas, de factores de la
coagulación y de mediadores de la inflamación que participan en el cuadro agudo.
En la enfermedad crónica, hay evidencia de lesiones inflamatorias con fibrosis y
destrucción del parénquima exócrino y endócrino, con presencia de calcificaciones
características.

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Clínicamente la pancreatitis aguda se relaciona con una ingesta alcohólica


excesiva reciente (24 a 48 horas) que se manifiesta con dolor de inicio brusco,
continuo, sordo o tenebrante localizado en epigastrio o hipocondrio izquierdo de
intensidad mediana a incapacitante que se irradia a tórax, espalda y flancos con escasa
respuesta terapéutica al uso de analgésicos.
En la pancreatitis crónica los episodios agudos pueden ocurrir en ausencia de
causa inmediata desencadenante, separados por períodos de normalidad clínica que
se van haciendo más breves hasta llegar a un cuadro persistente de dolor abdominal,
insuficiencia pancreática exócrina y eventualmente diabetes.

Las alteraciones cardiovasculares, tienen a la miocardiopatía alcohólica como


trastorno más específico. Las arritmias producidas por consumos masivos ocasionales
son una causa importante de morbi-mortalidad.
La toxicidad sobre el miocardio se ejerce por su interacción con las membranas
celulares. Se produce una reducción de la entrada de calcio en el sarcolema, alteración
de las proteínas contráctiles y degradación y alteración de la disposición de las
miofibrillas.
Clínicamente tiene una prolongada fase silente, solo puesta de manifiesto por
técnicas diagnósticas. La ecocardiografía revela una disminución de la distensibilidad
diastólica y trastornos de la función sistólica con descenso de la fracción de eyección;
asociados a un aumento de la masa miocárdica.
La miocardiopatía manifiesta se comporta como una miocardiopatía dilatada
con desarrollo progresivo hacia la insuficiencia cardíaca congestiva.
El consumo de alcohol es un factor de riesgo para la hipertensión arterial, el
efecto presor radicaría en un aumento de la entrada de calcio en la fibra muscular lisa
de los vasos y en un estímulo persistente de la secreción de catecolaminas y de
cortisol. También se reduce la respuesta al tratamiento antihipertensivo

Las alteraciones neurológicas involucran un amplio espectro de manifestaciones


clínicas. El tejido nervioso no posee capacidad oxidativa sobre el etanol, sus efectos
nocivos dependen directamente de él y no de sus metabolitos. También están
involucrados los déficit nutricionales, las alteraciones tóxico-metabólicas y las
alteraciones secundarias a las complicaciones orgánicas del alcoholismo.

Enfermedades nutricionales asociadas al alcoholismo

- Síndrome de Wernicke-Korsakoff
- Degeneración cerebelosa
- Ambliopía alcohol-tabaco
- Pelagra

Enfermedades tóxico-metabólicas

- Enfermedad de Marchiafava-Bignami
- Mielinolisis central de la protuberancia
- Demencia alcohólica
- Polineuropatía alcohólica

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- Disautonomía

Enfermedades secundarias a complicaciones orgánicas

- Encefalopatía hepática

Enfermedades Nutricionales Asociadas al Alcoholismo

Síndrome de Wernicke-Korsakoff

La encefalopatía de Wernicke y el síndrome amnésico o psicosis de Korsakoff,


fueron inicialmente descriptas por separado. La causa de ambos procesos es la
deficiencia de tiamina, formando una unidad patológica de instalación secuencial.
La encefalopatía de Wernicke, es de inicio generalmente agudo, de causa
bioquímica y de curso potencialmente reversible, el síndrome de Korsakoff en cambio,
es crónico, estructural e irreversible.
El déficit de tiamina en el alcoholismo se debe a la disminución de la ingesta,
alteración de la absorción intestinal, disminución de las reservas hepáticas y utilización
deficiente. La tiamina actúa como coenzima de diversos sistemas enzimáticos
relacionados con el metabolismo y utilización energética de la glucosa en el cerebro.
Las lesiones de la encefalopatía de Wernicke son de distribución periaxial y
simétrica, localizadas en las zonas paraventriculares del tálamo e hipotálamo, cuerpos
mamilares, sustancia blanca periacueductal y vermis cerebeloso. En estas zonas se
desarrolla desmielinización, gliosis y necrosis neuronal.
Clínicamente, se describe la aparición aguda de la clásica triada sintomática:
confusión, ataxia y alteraciones oculomotoras. El estado confusional, es de intensidad
variable sobre el que pueden superponerse las manifestaciones propias de la
abstinencia. La ataxia afecta sobre todo la marcha y la postura. Los signos oculares
incluyen parálisis del motor ocular externo bilateral, parálisis de la mirada conjugada y
nistagmus horizontal.
En las fases agudas de la enfermedad, se describe la presencia de paresia
vestibular, en forma bilateral y simétrica. La alteración de la función vestibular se
evidencia a través de la prueba de calor.
La psicosis de Korsakoff, considerada la fase crónica de la encefalopatía de
Wernicke es un trastorno relativamente selectivo de la memoria anterógrada y de la
retrógrada reciente (incapacidad para recordar la información recientemente adquirida
a pesar de un nivel normal de conciencia). La falta de recuerdos está sustituida con
fabulaciones o expresiones sin sentido. La memoria inmediata y la atención están
conservadas.

Degeneración cerebelosa

Es considerada por muchos autores como una forma parcial, en íntima relación
con la encefalopatía de Wernicke. Es una forma frecuente, no familiar y estereotipada
de la ataxia cerebelosa producida en el contexto de la ingesta frecuente de alcohol.

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Las lesiones revelan reducción de las ramificaciones dendríticas y


degeneración de las células de Purkinje, que afectan la parte superior y anterior del
vermis cerebeloso y los lóbulos cerebelosos anteriores.
El cuadro clínico es de desarrollo subagudo, con ataxia de la marcha, aumento
de la base de sustentación, inestabilidad e incoordinación de los miembros inferiores.

Ambliopía alcohol-tabaco

Considerada de origen pluricarencial, afecta a alcohólicos crónicos que además


son grandes fumadores. Se caracteriza por aparición progresiva de deterioro visual y
escotomas centrales o centrocecales. La lesión es de tipo desmielinizante y afecta el
haz papilomacular de toda la vía óptica.

Pelagra

Su etiología es la carencia de ácido nicotínico (niacina), es un cuadro exclusivo


de los pacientes alcohólicos. La niacina es un derivado del triptofano, imprescindible
para la síntesis de NAD y NADP.
La función patógena del alcohol consiste en la sustitución de los alimentos por
las bebidas alcohólicas. El cuadro clínico clásico tiene manifestaciones dermatológicas,
dermatitis, gastrointestinales, diarrea y neuropsiquiátricas, demencia.
Es de desarrollo tardío, pero tiene formas parciales en las que predomina el
deterioro neuropsíquico, con confusión, alucinosis, ideación paranoide, movimientos
sacádicos mioclónicos y paratonía (resistencia involuntaria a los movimientos pasivos).
Enfermedades Tóxico- Metabólicas

Enfermedad de Marchiafava - Bignami

Descripta originalmente por Marchiafava y Bignami en el año 1903 en una


publicación sobre alteraciones del cuerpo calloso observada en sujetos alcohólicos.
Afecta principalmente al sexo masculino, entre los 45 y 60 años, con historia de
consumo inveterado de alcohol, desnutridos y algunos con manifestaciones clínicas de
cirrosis hepática.
La presentación clínica puede ser aguda, subaguda o crónica, generalmente es
inespecífica con convulsiones, o coma que evoluciona a la muerte o con estado
confusional, apatía, alteraciones del habla, de la marcha, del tono muscular y de la
conducta, que evoluciona hacia la demencia.
La lesión anatomopatológica descripta es la destrucción de las fibras mielínicas
del cuerpo calloso en particular de la lámina central de la rodilla de éste y de la
comisura anterior.
Se han observado mejorías con la abstinencia y el suplemento nutricional, pero
el curso suele ser hacia la estabilización prolongada de la demencia.

Mielinolisis central de la protuberancia

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Esta entidad no se considera exclusiva del alcoholismo crónico, aparece en


aquéllas situaciones en las que se producen variaciones bruscas de la osmolaridad
plasmática.
La hiponatremia se asocia a la mielinólisis central pontina, cuando aparece en
general en sujetos alcohólicos desnutridos.
El cuadro clínico es de presentación aguda o subaguda, se inicia con déficit
neurológico progresivo, anomalías de la motilidad ocular, disartria y disfagia, parálisis
pseudobulbar, paraparesia o cuadriparesia espástica, con frecuente evolución hacia el
síndrome de enclaustramiento (locked in) en donde el paciente permanece consciente
y recibe estímulos sensoriales pero no puede comunicarse.
La anatomía patológica muestra desmielinización simétrica de la protuberancia
anular que puede afectar también ganglios basales, tálamo, cerebelo y sustancia
blanca cortical. La sospecha diagnóstica se confirma con resonancia magnética.
El pronóstico es grave, no existe tratamiento específico, es posible que se
reduzca el riesgo de mielinólisis central pontina en los pacientes hiponatrémicos
mediante, la limitación de la tasa a la que se corrige la hiponatremia a no más de 12
mmol/L/día e incremento de la concentración sérica de sodio a no más de 120 a 130
mmol/litro.

Demencia alcohólica

El diagnóstico de demencia alcohólica debe realizarse luego de haber


descartado otras causas. Los factores que facilitan la aparición de demencia son los
déficit vitamínicos, los traumatismos craneoencefálicos repetidos, la anoxia y/o
hipoglucemia durante las fases de estupor alcohólico y la insuficiencia hepática crónica.
La demencia es una disminución de la cognición, el deterioro es de naturaleza
estable y persistentes. Esta entidad que se atribuye al efecto tóxico directo del alcohol,
puede considerarse casi siempre como parte de uno o una combinación de otros
procesos patológicos (encefalopatía aguda, hidrocefalia comunicante, Enfermedad de
Marchiafava-Bignami, infarto isquémico, etc.) y no posee un patrón histopatológico
distintivo.
A partir del DSM-III-R el termino demencia alcohólica primaria ha sido sustituido
por demencia alcohólica relacionada con el alcoholismo, en sus aspectos diagnósticos
esenciales esta consiste en persistencia de la demencia durante mas de tres semanas
después de interrumpir la ingestión de alcohol y en la exclusión de todos los posibles
factores causales distintos al consumo prolongado e intenso de esta sustancia.
Hasta que no establezcan de manera definida sus bases morfológicas el termino
demencia alcohólica debe considerarse ambiguo.

Polineuropatía Alcohólica:

La lesión fundamental es la degeneración axonal de las fibras mielínicas y


amielínicas que se traduce clínicamente en una polineuropatía crónica mixta, distal y
simétrica que afecta sobre todo a los miembros inferiores y produce perdida de fuerza,
parestesias y dolor.
Inicialmente se observan los signos sensoriales, que implican la modalidad de
distribución en calcetín, luego aparecen dolor y parestesias en los pies y los músculos

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de la pantorrilla son sensibles a la presión. Los reflejos tendinosos profundos pueden


estar disminuidos o abolidos, se encuentra alterada la sensibilidad táctil discriminativa y
vibratoria, el componente sensitivo puede producir ataxia.
Debe confirmarse mediante electromiografía, que muestra retraso de la
velocidad de conducción motora y sensitiva sobre todo en los segmentos distales y
potenciales de denervación motora.

Disautonomía

Es el equivalente de la polineuropatía sensitivo-motora en el sistema nervioso


autónomo. Poseen una combinación variable de síntomas cardiacos (taquicardia,
extrasístoles) circulatorios (hipotensión ortostática) digestivos (alteraciones del ritmo
evacuatorio, diarreas persistentes) genito-urinarios (impotencia, incontinencia urinaria)
de las respuestas pupilares y de la sudoración. Los pacientes con disautonomía
alcohólica, tienen peor pronostico de muerte súbita por arritmias.

Enfermedades Secundarias a Complicaciones Orgánicas

Encefalopatía Hepática

Es una complicación metabólica del abuso crónico de alcohol, la etiología es


multifactorial; al aumento del déficit de la función hepática se suma el desarrollo de
hipertensión portal, y subsecuente circulación portosistémica colateral, además de la
absorción de toxinas nitrogenadas derivadas de la acción bacteriana dentro del colon.
Se postula la producción de moléculas endógenas del tipo de las
benzodiacepinas, mediadas por el complejo receptor del ácido gamma-aminobutirico
(GABA) demostrado por un incremento funcional de la neurotrasmisión inhibitoria
mediada por dicho complejo. Existiría un componente endógeno que actuaría como un
agonista benzodiacepínico. El uso de antagonistas benzodiacepínicos (flumazenil)
reducirían transitoriamente los signos neuropsiquiátricos de la encefalopatía hepática.
La presentación es clásica con olor rancio y dulce en el aire espirado (causado
por mercaptanos) asterixis (temblor aleteante, irregular, bilateral, de baja frecuencia,
asincrónico e inducido por el esfuerzo), espasticidad, hiperreflexia y respuestas
plantares extensoras.
Los hallazgos que apoyan la encefalopatía hepática incluyen estigmas de
enfermedad hepática crónica: ictericia, arañas vasculares, hepatoesplenomegalia,
ascitis, circulación colateral y atrofia testicular.
Puede precipitarse en un enfermo previamente compensado por hemorragia
gastrointestinal, aumento de las proteínas de la dieta, constipación, infecciones, uso de
drogas sedantes o narcóticas e ingesta importante de alcohol.
Trastornos relacionados con el alcohol

Trastornos por consumo de alcohol:

1. Dependencia del alcohol


2. Abuso de alcohol

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Trastornos inducidos por el alcohol

1. Intoxicación por alcohol


2. Abstinencia de alcohol
3. Delirium por intoxicación por alcohol
4. Delirium por abstinencia de alcohol
5. Demencia persistente inducida por el alcohol
6. Trastorno amnésico persistente inducido por el alcohol
7. Trastorno psicótico inducido por el alcohol, con ideas delirantes
8. Trastorno psicótico inducido por el alcohol, con alucinaciones
9. Trastorno del estado de ánimo inducido por el alcohol
10. Trastorno de ansiedad inducido por el alcohol
11. Trastorno sexual inducido por el alcohol
12. Trastorno del sueño inducido por el alcohol

Intoxicación por alcohol

A. Ingestión reciente de alcohol

B. Cambios psicológicos comportamentales desadaptativos (labilidad, agresión,


deterioro de la capacidad de juicio, sexualidad inapropiada)

C. Uno o más síntomas que aparecen después del consumo de alcohol:

1. Lenguaje farfullante
2. Incoordinación
3. Marcha inestable
4. Nistagmo
5. Deterioro atención y/o la memoria
6. Estupor o coma

Abstinencia de alcohol

A. Interrupción o disminución del consumo de alcohol

B. Dos o más de las siguientes manifestaciones desarrollados horas o pocos días


después del criterio A.

1. Hiperactividad autónoma
2. Temblor de manos
3. Insomnio
4. Náuseas o vómitos
5. Alucinaciones o ilusiones visuales, táctiles o auditivas transitorias.
6. Agitación psicomotora
7. Ansiedad.
8. Crisis de gran mal.

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C. Los síntomas del criterio B provocan un malestar clínicamente significativo o un


deterioro de la actividad laboral o social.

D. Los síntomas no se deben a una enfermedad medica y no se explican por otro


trastorno mental.

El síndrome de abstinencia, se presenta cuando los niveles de alcohol en sangre


disminuyen, la gravedad del cuadro clínico depende de la dosis y de la duración del
consumo de alcohol. La presencia de este trastorno suele significar que ha habido una
gran ingesta de alcohol durante al menos varios días.
Dicha disminución no siempre es brusca, a veces reducciones relativas de la
dosis habitual, pueden desencadenarla. Su intensidad varia en función del grado de
dependencia físico-metabólica del paciente al alcohol (dosis diaria, frecuencia, tiempo
de evolución, etc.)
Aparece entre las 12 a 48 horas posteriores a la última ingesta y dura de 2 a 7
días. Está constituido por un amplio espectro sintomático que oscila desde una
abstinencia leve con insomnio e irritabilidad a una abstinencia grave con diaforesis,
fiebre, desorientación, alucinaciones, delirio y convulsiones. La complicación final y
más grave de este cuadro lo constituye el delirium tremens. Los síntomas y signos
pueden ser variados: de tipo conductual, neurológico, cognitivo; alteraciones del
sistema gastrointestinal; alteraciones del sueño y del sistema nervioso autónomo
(taquicardia, diaforesis, hipertensión, fiebre, etc.).

Signos y síntomas de la abstinencia alcohólica

- Hiperactividad neurovegetativa
Taquicardia
Hipertensión
Diaforesis
Temblor
Fiebre
Alcalosis respiratoria

- Síntomas digestivos
Anorexia
Náuseas y vómitos

- Alteraciones del sueño


Insomnio de conciliación
Disminución del sueño profundo
Aumento del período REM

- Síntomas psiquiátricos
Ansiedad, agitación
Inquietud
Irritabilidad

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Disminución de la capacidad de concentración


Alteraciones de la memoria
Alteraciones del juicio
Alucinosis (visuales, con mayor frecuencia)

- Convulsiones tonico-clónicas generalizadas

Alucinosis Alcohólica

Se presenta entre los consumidores inveterados, con varios años de evolución.


El inicio puede ser agudo o subagudo (días o semanas), prolongándose incluso varios
meses luego de suspendido el consumo.
Se caracteriza por presentar un trastorno alucinatorio, fundamentalmente
alucinaciones auditivas, de género y fuente definida, de personas conocidas, con
nitidez sensorial.
El paciente conserva la orientación temporoespacial, la capacidad intelectual, el
nivel de conciencia no se encuentra alterado, no presenta signos neurológicos, ni
somáticos específicos. Durante el episodio, oye voces que hablan entre sí, con
referencias en tono acusatorio o amenazante, creyendo estar rodeado de enemigos y
vigilado por ellos.
No guardan relación con la abstinencia, de hecho a veces hay aumento del
consumo, no hay signos neurológicos o somáticos específicos.
El temor puede llevar al pánico y/o al suicidio. El cuadro es en ocasiones
fenomenológicamente indistinguible de una psicosis paranoide esquizofrénica.

Delirium Tremens

Delirium :
Alteración de la conciencia con cambio en las funciones cognoscitivas que no
puede ser explicado por la preexistencia o desarrollo de una demencia:

Criterio A: disminución de la capacidad para centrar, mantener o dirigir la atención

Criterio B: alteraciones de la percepción, interpretaciones erróneas, ilusiones o


alucinaciones

Criterio C: la alteración se desarrolla en un corto período de tiempo (en horas o días) y


tiende a fluctuar a lo largo del día.

El delirium se caracteriza por alucinaciones vívidas, ideas delirantes,


alteraciones del lenguaje y agitación. Los síntomas fluctúan, son fragmentarios y no
sistematizados se presentan en el contexto de una disminución de la capacidad para
mantener y dirigir la atención. Debe distinguirse del trastorno psicótico breve, la
esquizofrenia, y de los trastornos del estado de ánimo con síntomas psicóticos.
Se produce en consumidores crónicos de alcohol en los que decrecen los
niveles plasmáticos de alcohol.

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Desde el punto de vista clínico es un estado confusional con obnubilación de la


conciencia, alteraciones sensoperceptivas y psicomotoras e hiperactividad del sistema
autónomo.
El comienzo puede ser brusco o venir precedido por la sintomatología propia de
la abstinencia alcohólica. Los trastornos perceptivos son las alucinaciones visuales
microzoopsicas y las táctiles, vividas con gran angustia y agitación, conducen a
conductas agresivas de defensa o evitación. Otra característica es la gran
sugestionabilidad y la presencia de delirio ocupacional (realiza movimientos propios de
su trabajo habitual)
El cuadro tiene una mortalidad del 20%, sin tratamiento y del 5 al 10% a pesar
del mismo. La muerte se produce como consecuencia de la deshidratación, la
hipertermia, las alteraciones hidroelectrolíticas, las infecciones y el colapso
cardiovascular.

El diagnóstico se fundamenta esencialmente en la evaluación del paciente.

- Historia de interrupción de ingesta de alcohol varios días antes


- Estado mental: desorientación, pérdida de memoria, efecto plano, imposibilidad de
concentración.
- Estado físico: examen neurológico y cardio-pulmonar
- Laboratorio clínico: se solicita cuadro hematológico, química sanguínea (electrolitos,
glucemia, calcio), gases arteriales, niveles de alcohol en sangre.

MANIFESTACIONES CLINICAS
Componentes neurosiquiátricos Hiperactividad autonómica
Delirium Midriasis
Agitación Diaforesis
Verborrea Fiebre
Desorientación Taquicardia
Alucinaciones táctiles y visuales Taquipnea
Temblor Oliguria
Insomnio y pesadillas Convulsiones
Alteración del sueño con inversión sueño
vigilia
Desde la agitación psicomotriz, hasta la
letargia

El primer objetivo de esta evaluación es confirmar el diagnóstico de delirium


tremens y diferenciar otras posibles causas. A pesar que el delirium tremens se
considera característico del alcoholismo crónico, pueden detectarse hallazgos similares
en otras formas de encefalopatías metabólicas, aguda o post-traumática. Entre ellos el
Síndrome de Wernicke – Korsakof, el hematoma subdural y los síndromes
esquizofrénicos agudos.

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Tratamiento

Esta psicosis orgánica representa un estado de gravedad, es preferible darle


tratamiento bajo régimen hospitalario. Debe evitarse, en lo posible, el uso exagerado
de hipnosedantes que por lo común acentúan el delirio o lo hacen más prolongado. Se
debe optar por atenuar la excitación psicomotriz con el empleo de tranquilizantes
menores, recordando siempre su acción hepatotóxica colateral.
Es conveniente la administración de infusiones de dextrosa (el abuso de alcohol
interfiere con la reserva del glucógeno hepático), soluciones hidrosalinas para corregir
cualquier desequilibrio electrolítico, vitaminas, sobre todo del complejo B,
anticonvulsivos (fenitoínas o diazepan).
En general, todo caso de delirium tremens, sobre todo si es intenso o duradero,
requiere de un acucioso examen para detectar cualquier trastorno orgánico (TEC,
sangrado gastrointestinal, insuficiencia renal o hepática, miocarditis, etc.) que puede
pasar inadvertido por el estado de inquietud.

Embarazo y Alcohol

El consumo de alcohol durante el embarazo es la principal causa de retraso


mental en el mundo occidental. Se calcula que uno de cada 30.000 nacidos vivos
padece un conjunto de alteraciones causadas por el consumo materno de alcohol
durante el embarazo, este síndrome se denomina síndrome alcohólico fetal (f.a.s
descripto por Jones y Smith en 1973)
El alcohol es directamente tóxico para el feto en todas las fases de su desarrollo
intrauterino, pero lo es especialmente en el primer trimestre en la fase de desarrollo
embrionario.
Esta caracterizado por:

1- Retraso prenatal y posnatal del crecimiento (peso, talla, circunferencia cefálica o


combinación de estas por debajo del percentilo 10)

2- Afectación cerebral (anomalías neurológicas, retraso del crecimiento o trastornos


intelectuales)

3- Dismorfología facial, con 2 o 3 signos de

a- Microcefalia
b- Microftalmia
c- Fisuras palpebrales cortas
d- Párpado superior delgado

4- Prematurez

a- Menor edad gestacional

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Existe una clara relación con la dosis y con episodios agudos de consumo masivo. El
retraso mental es el trastorno más frecuente, se manifiesta en el desarrollo del lenguaje y
en los trastornos de conducta, impulsividad y labilidad emocional .

Criterios diagnósticos del Síndrome de Alcohol-Fetal - SAF

Categoría 1 Categoría 2 Categoría 3

Retraso del crecimiento Alteraciones del SNC Anomalías craneoencefálicas

Prenatal o posnatal Retraso mental Microcefalia

<Percentil 10 en peso,
altura o diámetro
encefálico

Irritabilidad e Microftalmía con o sin


hiperactividad estrechez de las hendiduras
palpebrales

Hipotonía Labio superior delgado , filtrum


atrófico, hipotrofia mandibular

Para establecer el diagnóstico es necesario que exista al menos una anomalía de cada
una de las categorías 1 y 2 y dos de la categoría 3.
Las formas menores se denominan “Trastornos congénitos relacionados con el alcohol”.

Efectos sobre el crecimiento

a- Bajo peso
b- Disminución de la circunferencia cefálica
c- Mayor riesgo de RCIU asociado al tabaco.

Síndrome de Supresión

Se presenta en horas, después del nacimiento:

a- Inquietud
b- Agitación

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c- Hipertonía muscular
d- Temblor
e- Depresión respiratoria
f- Opistótonos
g- Convulsiones

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