como el mundo la da, yo os la doy. No se turbe vuestro Corazón, ni tenga miedo. (Jn. 14:27)
Introducción
Estoy nervioso Necesito paz. Para eso tengo a Go-
ofy. Presencia de Dios = Paz
Nuestro mundo necesita paz, pero otra clase de paz
muy diferente de la que se puede conseguir con un sim- ple muñeco.
I. Concepto de paz
Actualidad.
1. Virtud que pone en el ánimo tranquilidad y so-
siego. Contraposición a la guerra. Conversa- ciones de paz en Oriente Medio. 2. Concordia y buena correspondencia de unos con otros. Hay un sinfín de guerras y conflictos bélicos en todo el mundo. Quizá en nuestro mundo interior pasa algo similar y necesitamos paz. 2
3. Genio sosegado y apacible. Esto es lo que el
mundo más necesita (incluyéndonos nosotros) y lo que Jesús nos ofrece.
Griegos.
1.Es lo contrario a la guerra o la suspensión de la
misma. Está basada e el orden y el derecho y lleva consigo prosperidad y bendiciones. Judíos.
1. Jesús era un judío, no un griego a una persona
occidental y moderna. Él tenía en mente la sha- lom de Dios. 2. En realidad, la vida «en abundancia» en refe- rencia a la cual Jesús define su misión es la vida que en el Antiguo Testamento se define en tér- minos de shalom, vocablo hebreo cuyo sentido es tan rico que en la Septuaginta se usan más de veinticinco palabras griegas para traducirlo. Shalom es prosperidad, salud integral, bienestar material y espiritual, armonía con Dios, con el prójimo y con la creación: shalom es plenitud de vida. 3. Desde este punto de vista, no se justifica la con- cepción de la vida plena en términos exclusiva- mente espirituales. La teología según la cual la vida que Cristo ofrece es una vida ultramunda- na, más allá de la historia, está emparentada con 3
el pensamiento griego con su énfasis en la dico-
tomía entre la eternidad y el tiempo, el alma y el cuerpo, lo espiritual y lo material. Necesita ser corregida por la visión bíblica, para la cual la esperanza escatológica incluye una nueva crea- ción «un cielo nuevo y una nueva tierra» (Is. 65.17) y la resurrección del cuerpo. 4. Esta paz se distingue no solamente cuantitativa- mente (más paz) sino cualitativamente (¡es la paz del señor, es Jesús quién la da!)
II. Cuando trae Cristo la paz
Salvación.
1. Shalom llega a traducirse en la LXX como sal-
vación. Así es que la paz de Dios llegó a noso- tros junto con nuestra salvación; llegamos a es- tar en paz con Dios. La vida «en abundancia» o «eterna» es la vida de los ciudadanos del Reino de Dios que ha irrumpido en la historia en la persona y obra de Jesucristo y que culminará en la Parusía. 2. La paz de Cristo, que es un don del Padre, es adquirida y garantizada a través de la unión con el Hijo por la acción del Espíritu. 3. Esta paz, en cuanto a la salvación del hombre y del mundo, encierra en sí misma una nueva or- 4
denación de la relaciones interhumanas. De ahí
surge el mandato de vivir en paz unos con otros en lo que dependa de nosotros. Shalom: armo- nía con Dios, con el prójimo y con la crea- ción. 4. Esta paz es tanto un legado, una herencia, como un tesoro que hemos de conservar y preservar. Precisamente por su escasez en el mundo es por lo que se cotiza tanto. Como el oro o el petró- leo.
Dudas.
Ocho Días después sus Discípulos es-
taban adentro otra vez, y Tomás estaba con ellos. Y aunque las puertas estaban cerradas, Jesús Entró, se puso en medio y dijo: --¡Paz a vosotros! Luego dijo a Tomás: --Pon tu dedo Aquí y mira mis manos; pon Acá tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo sino creyen- te. Entonces Tomás Respondió y le dijo: --¡Señor Mío, y Dios Mío! (Jn. 20:26-28)
1. El Señor saluda a los discípulos con la palabra
Paz, un saludo típico de la época. Pero cierta- mente les trajo paz a los discípulos ver a su Se- ñor en medio de ellos en lugar de ver a los miembros de Sanedrín. Tomás no tenía paz, 5
pero la recibió cuando declaró que Jesús es el
Señor. Shalom: plenitud de vida. 2. Todos los creyentes podemos pasar por momen- tos de dudas. Tomás, a pesar de haber estado con el Señor durante mucho tiempo, dudó cuan- do el Señor se "marchó" de su vida. 3. A veces no dudamos de la presencia del Señor en nuestras vidas, pero sí, de si realmente esta- mos haciendo su voluntad, si hemos entendido su voz, etc. 4. Siempre que tratamos de servir a dos señores, a nosotros mismos y a Dios tendremos serias difi- cultades combinadas con duda y confusión.
Conflictos.
Os he hablado de estas cosas para
que en Mí Tengáis paz. En el mundo ten- dréis Aflicción, pero ¡tened valor; yo he vencido al mundo! (Jn. 16.33).
1. Este pasaje deja claro que todos los creyentes
tienen luchas y conflictos internos. Es una reali- dad de cada cristiano. 2. Uno de los errores típicos sobre la vida cristiana es creer que ser cristianos significa ser librados de toda adversidad. En realidad lo que significa es ser confortados en medio de la adversidad, 6
tener sosiego en medio de la prueba de la que
no somos librados, cosa muy diferente. 3. Pero cuando reconocemos que Jesús es el Señor de nuestras vidas recuperamos una paz que las cosas de esta vida nos había quitado. Los pro- blemas siguen, pero los enfrentamos apacible- mente. La paz bíblica no se limita a la ausencia de conflicto; en otras palabras, no podría con- fundirse con la paz de un cementerio o de un campo de concentración. 4. La verdadera paz se demuestra en medio de los conflictos, ya que si éstos no existen, no pode- mos evidenciar la paz que hay en nosotros ven- ciéndolos. La tensión de la vida es lo que edifi- ca nuestra fortaleza. Si no hubiese tensiones, no habría fuerza.
III. consecuencias de esa paz
No hay ansiedad
1. Shalom: saludun integral (también psicológi-
ca). 2. Ansiedad por el presente o por el futuro. 3. Hay reposo y descanso. Virtud que pone en el ánimo tranquilidad y sosiego. 4. Se rebaja la tensión que soportamos: Genio so- segado y apacible. 7
5. El mundo puede dar placer externo, descanso fí-
sico y deleite, honor, riqueza; pero nunca esa seguridad íntima que es el reflejo de la sonrisa de Dios en el corazón de un hijo suyo.
Confianza de que vencemos al mundo.
1. Shalom: bienestar material y espiritual.
2. Porque Cristo ha vencido al mundo, nosotros podemos confiar en que lo haremos. Alpinista y su guía. Lo conseguiremos porque en noso- tros está su Espíritu. 3. He vencido (pasado presente que indica un re- sultado permanente). También indica la certeza de que lo vamos a conseguir.
Echa fuera el temor.
Es una palabra única la que se usa aquí en el NT.
Significa:
1. Cobarde. Miedo para enfrentar los conflictos
2. Tímido. Miedo de compartir esta paz con las personas que nos rodean, 3. Temeroso. Miedo de expresar opiniones, ideas, una nueva visión, un nuevo proyecto, etc. 8
Conclusión
Demos al mundo aquello que tenemos: la paz de
Dios.
Por nada estéis afanosos; Más bien,
presentad vuestras peticiones delante de Dios en toda Oración y ruego, con Ac- ción de gracias. Y la paz de Dios, que so- brepasa todo entendimiento, Guardará vuestros corazones y vuestras mentes en Cristo Jesús. (Fil 4:6-7).