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Ubicarse frente a la Misión Mercal, no creo que nos lleve a tener ningún tipo de
confusión de cual es su destino, o de la Misión Rivas, la Misión Sucre, Barrio Adentro o
Vuelvan Caras. Entendemos que detrás de ellas, nos encontramos con la intención de
educar, de formar, de proteger, pero además, la de disminuir con ingenio la masa de
desocupados.
Son cientos de miles de becas, que sumadas todas, se elevan a cifras astronómicas.
No quiero entrar a discernir, sí quienes las reciben se las merecen o no. Lo que sí
podría discutir, es cuánto de clientelismo al estilo de la IV República hay en el
otorgamiento de esas becas.
Es por ello que me hago muchas preguntas en relación a la Misión Cultura; porque sí
el concepto es ampliar la nómina de ese INCIBA que dirige Farruco Sexto y el otorgar
otras miles de becas a través del Banco Industrial, perdóneme, pero creo que el
camino de este llamado proceso, está absolutamente equivocado.
La acción cultural del Estado, debe estar íntimamente ligada al modo de pensar de ese
nuevo venezolano que queremos ser, es decir, la revolución cultural debe
implementarse en todos y cada uno de los habitantes de este país. No hacemos nada
con implementar una Misión Cultura, sí nuestros maestros y profesores siguen
impartiendo la educación, como la impartía el profesor Isturis el milenio pasado o con
los valores éticos y morales que muchos de nuestros profesores universitarios tienen.
Sería un fracaso absoluto, que en medio de la Misión Cultura, nos sigan motivando a
vivir, bajo el concepto que dominó todo nuestro siglo XX y lo que va del XXI, como por
ejemplo: ...”yo quiero seguir estudiando para comprarme un carro”
Por eso creo que la Misión Cultura, debe estar dirigida a la formación integral del
venezolano, y no puede, ni debe ser una misión coyuntural del gobierno central. Todos
los gobiernos regionales, tienen que ser los primeros en dar un paso al frente y dejar
de considerar -como en Mérida- el hecho cultural un fenómeno de tercera o cuarta
categoría, de allí la necesidad de la Constituyente Cultural con todas sus
significaciones e implicaciones.
La Misión Cultura nada tiene que ver con la Misión Robinson, ya que no es lo mismo
declarar un municipio libre de analfabetismo, que cambiarle el modo de pensar al 90%
de los venezolanos. No es lo mismo presentar a Cristóbal Jiménez en un Aló
Presidente, que confrontar a los dueños de medios y discutir el perfil del país que
debemos construir. Para finalizar, no se puede decretar el socialismo, rodeado por los
cuatro costados de “socios” y vecinos neoliberales. Mejor sería quedarnos, con
nuestra Democracia Participativa y Protagónica y tratar de resolver primero los
problemas de la casa, para así tener la suficiente fuerza y embarcarnos en una Misión
Cultura que nos transforme tanto física como espiritualmente.
Freddy Siso
* Cineasta CI 4.432.080
sisofre@yahoo.com