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EL POLITIQUERO Y EL PRIMATE

Por:Por Fernando Vallejo

Va, viene, sube, baja, corre, trota, pide, abraza... Declara por televisión,
amenaza. Amenaza pero siempre no, no amenaza. Aloja guerrilleros en el
Tequendama (tiende la mano). Arma Mesa Internacional de Donantes en Europa
(extiende la mano). Desmoviliza paramilitares mientras el DAS les borra los
antecedentes de sus bases de datos (vuelve a tender la mano). Compra policías
en Caracas. Arma tremendo impasse internacional. Monta en Cartagena nueva
Mesa Internacional de Donantes (vuelve a extender la mano). Laberintitis a nivel
del mar que le acaba de desequilibrar el cerebro. Viaje a Venezuela a pedir
perdón. Y sígale y sígale y sígale sin parar. Y siempre, siempre, siempre, a donde
suba, a donde baje, a donde vaya, la jauría de la prensa detrás de él, como
perros detrás de una perra en celo.

¡Ah con este Uribe, las vergüenzas que me hacés pasar! Te veo en México en la
televisión y se me cae la cara de vergüenza. Vergüenza ajena, vergüenza de
patria. Esa vocecita, esa figurita, esa pedigüeñería, esa bellaquería, esas
chambonadas, esas metidas de pata... ¡Y ese tonito marica de cura que nos
encomienda a Dios! "Mi Dios quiera que se salve y se mejore", dice cuando le
preguntan por el técnico del Once Caldas abaleado y desconectado por la mujer
de un policía que lo atracó. ¡Ay, "mi Dios", como si Dios fuera suyo y le hiciera
tanto caso! Mi Dios, Uribe, anda muy ocupado en Asia armando tsunamis para
ocuparse de vos. No-tie-ne-tiem-po. Por qué en vez de jeringar tanto a ese Viejo
con tu invocadera y de andar de arriba para abajo como perro de tres güevas,
pidiendo y pidiendo y pidiendo que ni que fueras el padre García Herreros, ¿no te
ponés a trabajar y acabás con el crimen y la impunidad antes de que acaben con
nosotros? Esta impunidad tan cabrona de los atracadores, los secuestradores, los
congresistas, los concejales, los paracos, los faracos, los sicarios, hasta de misiá
hijueputa. En Cartagena te vi muy realista diciéndole "Majestad" a Juan Carlos de
Borbón (el gran pichador y cazador de osos). Seguile diciendo en adelante
"Majestad" a la impunidad porque ella es la reina de Colombia. Vos no sos más
que su lacayo. Su lacayo mayor, como lo es Pérez Roque de Castro, y Rangel de
Chávez. ¿Sí sabés de quiénes te hablo? De Fidel, al que le escribiste una carta
"desde tu computador", según informó la prensa. Y de Hugo, tu homólogo, el
demagogo, tu espejo, al que has condecorado con el poncho de Tirofijo y el
sombrero paisa. Después de lo de Granda, y para amansar a esa fiera que nos
quiere comer, te recomiendo que le des la Orden de los Convivir en su categoría
Mancuso a ver si así se calma.

¡Con que siempre sí fuiste a Venezuela a hacerle su pajita al orangután!


Hermanos de la hermana República Bolivariana de Venezuela: a ese
pitecanthropus erectus que tienen allá ustedes de estrella protagónica,
suminístrenle una jaula con columpio y barra para que haga sus maromas en
pelota, de suerte que, alzando las patas y mostrando el culo a lo Mockus (nuestro
inefable Mockus), ventile al aire el pirulín.

¿Cómo estuvo el asunto de Granda? A ver, analicémoslo, vos y yo aquí entre nos,
Uribe, sin nadie oyendo y con cabeza fría y la distancia que nos da el tiempo,
Cronos, que lo aclara todo y lo embrolla todo. Secretamente lo mandaste
secuestrar. Pero porque secretamente Chávez te lo tenía allá. Él nos lo quitó, vos
se lo quitaste. Hiciste bien. Te trajiste lo que era nuestro, un colombiano, como se
quiere traer México de Alemania el penacho de Moctezuma. Pero qué bueno que
no se te ocurrió traerte también de paso de Venezuela el millón de colombianos
que viven allá despatriados para alojarlos en el Tequendama. ¡Ah con este Uribe
tan astutico! En pleno siglo XXI y representándonos con tu doble venezolano la
pieza de Calderón de la Barca A secreto agravio, secreta venganza, como si lo de
ustedes fuera un drama de honor de esos del teatro clásico español. Y no, Uribe.
La política o politiquería es un arte, el de la bellaquería, en el cual eres maestro,
pero nada tiene que ver con el honor. Un ejemplo. ¿Para qué nombrás embajador
en Ecuador al hijo del jefe del partido conservador, si no es para asegurarte los
votos de esa colectividad arrodillada, en bancarrota, el día de tu reelección?
Porque no me vas a decir ahora que ponés en ese puesto a ese muchacho para
que te compre a la policía ecuatoriana y te mande hasta nuestra frontera Sur a
tus Trinidades Granda que anden de vacaciones por allá. "Hay muy buenas
recompensas -dice Santicos, tu Rangelito-. Muy cuantiosas". ¡Ah! Con que ya al
soborno se le llama "recompensa". ¡Cómo cambian los tiempos y cómo cambia el
idioma! ¿Y quién manipula y le da voz a ese muñeco de ventrílocuo?
Bellaquería uribista para bellaquería chavista, las dos son una.
Aprovechándose de un momento de popularidad, el golpista que invoca a Bolívar
cambió la constitución de Venezuela para poderse reelegir y seguir en el
candelero dándoselas de demócrata. Y aquí igual. Aprovechándose de un
momento de popularidad el demagogo que invoca a Dios pretende cambiar la
constitución de Colombia para lo mismo. Granujas del mismo palo y la misma
cepa: ¿dónde están Bolívar y Dios? Hoy Bolívar no es más que polvo de una
ambición. Y Dios, un Viejo dañino que desencadena tsunamis.
Pero volvamos a Granda y revivamos en presente histórico el asunto de su
repatriación. Tras unos días de rumiar la cosa y la compra de los policías
venezolanos, entrando en furia como lora a la que le tocaron la cola (como si sólo
él tuviera el derecho de comprar a los susodichos con lo que le entra por PDVSA),
Chávez le exige a Uribe disculpas públicas por lo que considera una violación a su
soberanía, y Uribe, el mandatario de la mano dura, corre a escribirle con dedos
ágiles una carta a Castro desde su computador en la que, pidiéndoselo pero sin
pedírselo, queriendo pero siempre no, le ruega que intervenga y le aplaque a la
fiera. Y el barbudo interviene y la fiera por unos días se aplaca. Ah, pero eso sí,
porque le dieron las disculpas que exigía. El comunicado de la Presidencia de
Colombia, que expresa textualmente "su mayor disposición para revisar los
hechos que son de conocimiento público a fin de que si han resultado
inconvenientes ante el examen de la República Bolivariana de Venezuela, no se
repitan", no puede ser más claro. ¿Qué es esto si no una rectificación, las

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disculpas públicas exigidas? Más claro no canta un gallo. O sea que si Tirofijo se
va de vacaciones a la isla Margarita o a conocer a Caracas (o Romaña o Raúl
Reyes o el Mono Jojoy o cualquiera de los miembros del Honorable Secretariado
de las Farc), ¿Uribe no tiene derecho a comprar a la policía venezolana para
repatriarlo? ¡Y yo que le oí a Chávez por televisión jurar por su madre en
Colombia que no alcahuetearía más a este movimiento libertario (nos liberó de
Íngrid) y que jamás habría guerra con su hermana mayor bolivariana! ¿Y para
qué entonces acaba de comprarle a Rusia 40 helicópteros artillados, 50
cazabombarderos y 100 mil fusiles, y de encargarle a España unas fragatas y a
Brasil más aviones? ¿Para atacar a las Guayanas? ¿O a su compadre Lula? ¿O a
los tiburones del golfo de Maracaibo que por contigüidad territorial con la Guajira
y laudo arbitral del Todopoderoso ("mi Dios" de Uribe), es obviamente
colombiano? ¡Ah, qué bellaquito este Chávez! Ante la Asamblea Legislativa
venezolana (el equivalente al Congreso colombiano que preside Mancuso),
cargado de medallas y ceñida al pecho la banda tricolor (que es igual a la
nuestra), y siempre atrás de él su fiel Rangel, su sombra que le sigue, su
huelepedos, rugió, rabió, ladró, nos peló los dientes. ¡Ah qué distinto te vi en los
noticieros de la televisión cuando el efímero golpe de estado que te dio el doctor
Carmona aplicándote tu misma medicina, la que le quisiste hacer tragar a Carlos
Andrés con tu fallido cuartelazo! Acobardado, con el rabo entre las patas, así te vi
esa noche en televisión. Es que el perdonavidas, el bravucón, el golpista, en el
fondo no es más que un cobarde. Lo que procedía en ese momento era fusilarlo,
pero Carmona no se atrevió y las consecuencias de su desacierto las pagarán
Venezuela y Colombia por años.

Y volviendo a Castro, he aquí lo que comentó Chávez ante los periodistas en


Caracas tras las disculpas de la Cancillería colombiana: "Debo decir que hubo en
América Latina muchos amigos preocupados enviando delegaciones... Uribe llamó
a Fidel, le pidió cooperación. Fidel me llama, mandó a Felipe Pérez, el canciller,
hablamos varias horas en Caracas".

¿Para qué, tras de llamar a cuanto mandatario latinoamericano pudo localizar por
teléfono para que le ayudaran a salir del atolladero, le escribía Uribe a Castro
"desde su computador" como lo señaló la prensa colombiana? Para que una vez
más el barbudo de Cuba, el carcelero, el déspota, el eterno instigador de las Farc
y el ser más ruin que ha parido América fuera el árbitro de nuestros destinos.
Como con Gavirita, pues. O con Pastranita. Como con todas estas mariquitas
bellacas. ¿Y el embajador norteamericano ante el gobierno de Bogotá qué? ¡El
papelón que hizo el pobre al apurarse a apoyar al traidor Uribe! Gringos ingenuos,
no cuenten con este cobardón cuando China se les meta en América a través de
Venezuela, no se hagan ilusiones porque no hay madera para tallar el santo. El de
la mano dura...

¡Demagogos cabrones que se creen los protagonistas de la Historia y que


nosotros somos sus comparsas! Dizque Bolívar y Dios... Con su par de espantajos
me limpio el trasero...

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