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¿Cuál es el conocimiento del primer género? Es ir y lanzarme.

«Chapoteo» ,
como suele decirse. ¿Qué quiere decir chapotear? Es muy simple, la palabra
indica bien que son relaciones extrínsecas: ahora la ola me golpea, luego me
arrastra; son los efectos del choque. No conozco nada de la relación que se
compone o se descompone, sólo recibo los efectos de partes extrínsecas. Las
partes que me pertenecen son sacudidas, reciben el efecto del choque de las
partes que pertenecen a la ola. Ahora me río, luego lloriqueo, según que la ola me
haga reír o me aporree. Estoy en los afectos-pasión: «¡oh, mamá, la ola me ha
tumbado!», grito que no dejaremos de dar mientras estemos en el primer género
de conocimiento. No dejaremos de decir «la mesa me hace daño», que es lo
mismo que decir «el otro me hace mal». Spinoza es, así, más maligno de lo que
podemos pensar: no porque la mesa sea inanimada es más tonto decir «la mesa
me hace mal» que «Pedro me hace daño». O «la piedra me hace daño», o «la ola
me hace daño». Son del mismo nivel; es el primer género.
Si al contrario sé nadar, ello no quiere decir forzosamente que yo tenga un
conocimiento matemático o físico o científico del movimiento de la ola. Quiere
decir que tengo un saber hacer, un sorprendente saber hacer; tengo una especie
de sentido del ritmo, de la rítmica. ¿Qué quiere decir el ritmo? Quiere decir que sé
componer mis relaciones características directamente con las relaciones de la
ola. Eso ya no ocurre entre la ola y yo, ya no sucede entre partes extensivas —las
partes acuosas de la ola y las partes de mi cuerpo—. Sucede entre relaciones: las
relaciones que componen la ola, las que componen mi cuerpo, y mi habilidad,
cuando sé nadar, de presentar mi cuerpo bajo relaciones que se componen
directamente con las relaciones de la ola. Me hundo en el momento justo y salgo
en el momento justo; evito la ola que se aproxima o, al contrario, me sirvo de ella,
etc... Todo el arte de la composición de relaciones.
Busco ejemplos que no son matemáticos porque, una vez más, las matemáticas
son sólo un sector. Habría que decir que las matemáticas son la teoría formal del
segundo género de conocimiento. No es el segundo género de conocimiento el
que es matemático
Es igual a nivel de los amores. Las olas o los amores son lo mismo. En un amor
del primer género, ustedes están allí perpetuamente en ese régimen de los
encuentros entre partes extrínsecas. En lo que se llama un «gran amor» tienen, en
cambio, una composición de relación. Por ejemplo en La dama de las camelias
¿qué es lo bueno? (risas)... No, este ejemplo es muy malo porque La dama de las
camelias es el primer género de cono-cimiento. En el segundo género de
conocimiento ustedes tienen una especie de composición de las relaciones unas
con otras. Ya no están en el régimen de las ideas inadecuadas —es decir el efecto
de una parte sobre las mías, el efecto de una parte exterior o de un cuerpo exterior
sobre el mío—. Ahí ustedes alcanzan un dominio más profundo que es la compo-
sición de relaciones características de un cuerpo con las relaciones características
de otro y esa especie de flexibilidad o de ritmo que hace que cuan-do ustedes
presentan su cuerpo —y entonces también su alma— lo hagan bajo la relación
que se compone más directamente con la relación del otro. Ustedes sienten que
es una extraña alegría. Este es el segundo género de conocimiento.
¿Por qué hay un tercer género de conocimiento? Porque las relaciones no son las
esencias. Spinoza nos dice que el tercer género de conocimiento o el
conocimiento intuitivo es el que va más allá de las relaciones, de sus
composiciones y descomposiciones. Es de conocimiento de las esencias; es lo
que va más allá de las relaciones puesto que alcanza la esencia que se expresa
en ellas, la esencia de la que dependen. Si las relaciones son las mías, si me
caracterizan es porque expresan mi esencia. ¿Qué es mi esencia? Es un grado de
potencia. Esta vez se trata de un conocimiento de las esencias singulares.
El segundo y con mayor razón el tercer género de conocimiento son
perfectamente adecuados. Ustedes ven que hay una correspondencia entre
géneros de conocimiento y dimensiones de la individualidad. ¿Qué quiere decir,
finalmente, esta coincidencia? Quiere decir que los géneros de conocimiento son
más que géneros de conocimiento: son modos de existencia, son maneras de
vivir.
Justamente porque son maneras de vivir, la cosa se pone difícil. Aquí
encontraremos un último problema. Ustedes, yo, cualquier individuo tiene las tres
dimensiones a la vez. Este es, exactamente, el problema: cada Individuo tiene las
tres dimensiones a la vez, y sin embargo, hay individuos que nunca salen del
primer género de conocimiento. Nunca llegan a elevarse al segundo o al tercero.
¿Qué podemos hacer para salir airosos de esto?
¿Cómo explicar un conocimiento de mi esencia singular o de las otras
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