Lo primero que tendría que aclarar es que las bebidas denominadas
energizantes no lo son. Estos productos contienen aminoácidos ( taurina principalmente) y cafeína. La cantidad de cafeína es aproximadamente de 100 mg. por lata o botella de 250 ml. La cafeína es un estimulante del Sistema Nervioso Central que produce excitación, insomnio (pérdida del sueño) y disminución de la sensación de fatiga. Sería bueno entonces, denominarlas desfatigantes. Además, al igual que todos los estimulantes del Sistema Nervioso Central, producen daños al sistema cardiovascular: taquicardia (que es el aumento de la frecuencia cardíaca), hipertensión arterial, palpitaciones, arritmias, etc. Estas lesiones se agravan cuando el consumidor tiene previamente alguna alteración cardiológica. La pregunta sería: cuál es la razón del uso de estas bebidas? Aparentemente, no tienen sabor agradable, no son refrescantes, no reponen sales o minerales luego de la actividad física... La difusión de las bebidas comenzó dirigida al público deportista, pero actualmente no son utilizadas con este fin. Entre otras razones, porque hasta diciembre del 2003, el listado de sustancias y métodos prohibidos en el doping prohibía expresamente el consumo de cafeína a dosis superiores a los 15 mg. por mililitros de orina. (Estos valores eran alcanzados tomando 2 horas previas a los controles aproximadamente 6 tazas de café o 3 latas de 350 cc. de una de las marcas más famosas. Acá quisiera agregar que todas estas bebidas tienen nombres compuesto en inglés (Red Bull, Speed Unlimited, Black Fire, etc.) Combinadas con las bebidas alcohólicas, evitan la aparición de los signos tempranos de ebriedad, permitiendo una ingesta mayor de alcohol. No evitan las lesiones sino la aparición de los síntomas. En otros países se toman como refrescos o gaseosas. No es nuestro caso. No creo que limitar la venta o prohibirlas sea la medida adecuada para evitar el consumo. Sí, creo que debemos hacer prevención y especialmente informar a los jóvenes (público mayoritariamente consumidor de estas bebidas) sobre el efecto que producen. Hay proyectos de ley que están siendo tratados en la Cámara de Diputados de la Nación sobre la fiscalización en la venta, venta a menores, comercialización, distribución de las bebidas, etc. El ANMAT debe controlar la procedencia, contenido y especificaciones sobre ellas. Conclusiones: las bebidas, las drogas, la cafeína... no son buenas ni malas en sí mismas, todo depende del uso que hacemos de ellas. Si el uso de éstas bebidas está dirigido a tomar mayor cantidad de alcohol, ocasionarán indirectamente mayor daño a la salud.