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Función del escrito para el psicótico

Jean Claude Maleval.


Tomado de la Revista Samedis Psychanalytiques de Bretagne, No. 4, p. 89-98
[Traducción Ricardo ROJAS]

Los psicóticos son fundamentalmente unos creadores. Tal


afirmación no tiene ninguna evidencia. Para captar su modernidad hay
que recordarse de la calidad de inconcebible asignada a los alienados.
Un cambio radical de perspectiva intervino después de !a primera
guerra mundial. La teoría de la degeneración, que dominó la
psiquiatría de finales del siglo XIX, no podía aprehender las
producciones de los enfermos sino bajo el ángulo de retazos del
pensamiento, cuyo interés residía. todo lo más en su contribución al
diagnóstico 1. Discerniendo que el delirio constituye una tentativa de
curación, el descubrimiento freudiano revela al degenerado como una
construcción nacida del miedo. Allí dónde se descubría antes sólo un
déficit mayor del entendimiento, el psicoanálisis subraya la existencia
de un trabajo creativo elaborado. Hacia falta que se produjera tal
revolución copernicana para que " el arte de los locos" se volviera "el
arte bruto". También los primeros estudios que se refieren a los
trabajos origínales de los artistas psicóticos no aparecen sino en la
estela del movimiento freudiano. La monografía de! psicoanalista
suizo, Walter Morgenthaler, consagrada a las producciones de Adolf
Wölfli, con sus veinticinco mil páginas, y sus dieciséis mil dibujos, fue
2
publicada en 1921 ; mientras que la admirable colección de Hans
Prinzhorn, reagrupando un gran número de creaciones de pacientes
hospitalizados, data del año siguiente 3. Es necesario anotar que estos
dos psiquiatras no respetan la tradición del secreto medico divulgando
el nombre auténtico de los sujetos y presentando sus obras, indicando
con esto que el artista prima para ellos sobre el psicótico. Aun es en

1
1922 que Jaspers publica su trabajo sobre Strindberg, Van Gogh,
Swedenborg y Höldern en el cual estudia "la relación entre la
esquizofrenia y la obra", concluyendo que la psicosis parecería haber
constituido para éstos una "condición excitante" pero no específica del
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proceso creativo . Al principio de los años 20, los tiempos han
madurado para que "el arte bruto" salga de un gueto y para que se haga
una fuente de inspiración de la que se apoderan los surrealistas, Max
Ernst, Pablo Klee, el René Magritte y algunos otros. La erupción creadora
de los psicóticos constituye un fenómeno tan notable y tan poco
excepcional que suscita la fundación de un museo del arte bruto
residente en Lausana desde 1975.
La forclusión del Nombre-del-Padre postula por cierto una
desoganización inicial y fundamental del orden simbólico, pero en el
mismo movimiento subraya la puesta en ejecución de un trabajo
psíquico ensañado en remediar a ésta, mediante producciones
múltiples. Es por eso que un empuje-a-la creación se revela inherente
a la estructura psicótica.

El depósito del goce.

La forma más sumaría de escritura, aquella de ciertos


esquizofrénicos, consiste en trazas informes, en garabatos vacíos, en
tachaduras vagas. Estas producciones que no conllevan ninguna
significación, sin embargo no son menos ya unas sucesiones de letras,
en tanto que la traza de la pluma encarna la materialidad que se
encuentra en los principios de la significación 5. No es raro encontrar
sujetos hospitalizados que se entregan a una actividad de creación de
tales cosas escriturales de manera incansable.
Para precisar cuál, hay que volverse hacia otras psicóticos, los
que pueden servir de faros en las arcanos de lo ilegible, en razón a

2
sus dones intelectuales y de su lucidez. Artaud se sitúa en la primera
fila de éstos. Afirma que su escritura se ancla en sus ansías y en su
6 7.
dolor extremo , pero que ella "inmuniza y desvía los golpes"
Según él, sus pinturas, son puestas en escena y sus escritos le
permitieron "canalizar" sus "espantosas -89- tempestades internas"
8
. Hay el sentimiento que la publicación de su libro, su
"Correspondencia con Jacques Rivière", en la cual relata algunos de
sus trastornos psíquicos, podría constituir “una suerte de homeopatía
9
extremadamente benéfica" . Desde 1923, intenta convencer a
Rivière del carácter de necesidad que presentan para él la escritura y
la publicación.
"Sufro de una enfermedad espantosa del espíritu, confía. Mi
pensamiento me abandona a todos los grados. Desde el hecho simple
del pensamiento hasta el hecho exterior de la materialización en las
palabras. Palabras, formas de frases, direcciones interiores del
pensamiento, estoy en la persecución constante de mi ser
intelectual. Entonces, desde que puedo captar una forma, por
imperfecta que sea, !a fijo, en el temor a perder todo el
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pensamiento... "
La escritura, la pintura y la escultura se revelan en estas líneas
cómo que pueden contribuir al sostén del pensamiento del psicótico
Cuando el sujeto presiente la desorganización de su estructura, ellas
sirven para producir fijaciones formales sentidas necesarias.
Schreber confirma la importancia de la captación de las formas para
preservar la integridad de su razón cuando anota que "toda
supresión de la iluminación, todo prolongamiento de la oscuridad
11
natural " implicaba para él una agravación de su estado .
Comprobamos sin sorpresa que el período en el cual Artaud dejó
de hacer obra de artista, entre 1939 y 1943, concordó con su estado
de deterioro psíquico el más avanzado. Sin embargo, según

3
Roeumieux "tenía sin interrupción trozos de -papel en las manos,
escribía sin cesar, a lo largo y a lo ancho. Evidentemente tratábamos
de recoger sus escritos, pero eran absolutamente indescifrables: un
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enredo espantoso, del que no sacaba nada en absoluto " . Según
otro testimonio el escribía cartas al médico-jefe, al director, al
interno y escribía cartas también a su familia. Y luego escribía sin que
se sepa para quién, dando la impresión de escribir por la sola
necesidad de escribir. La mayoría de las veces, las hojas así escritas,
12
las arrugaba y las tiraba en un rincón . Es concebible que algunas de
ellas hubieran sido unas conjuraciones, ya que se sabe que en este
periodo, creía que los "Bohemios", dentro de los cuales se contaba, estaban
13
obsesionados con una conspiración urdida por los "iniciados ". Ya, en
México, en 1937, cuando se creía rodeado por los demonios, había
experimentado la necesidad de redactar "conjuraciones" sobre
14
"cualquier trozo de papel o sobre los libros que tenia a la mano " .
Artaud sugiere de manera neta que la escritura posee para él una
función de alivio. Otro psicótico de excepción, Ludwig Wittgenstein,
confiaba que su escritura se arraigaba en la obsesión siempre renovada
15
de tener que desembarazarse de algo .
Queda sin embargo por precisar de qué el sujeto procura librarse.
El examen del contenido de los textos debería indicarlo. Es fácil constatar que
en la mayoría de los casos encuentran su fuente en temas delirantes. Es
tan demasiado evidentemente que están al servicio de estos últimos
para que se pueda sugerir que es probable que sea del delirio de lo que
el sujeto se esfuerza por desprenderse. A éste, se atiene, según la
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palabra de Freud, como a sí mismo , porque allí se sitúa su goce. Sin
embargo se trata de un goce fuera-de-la-ley, Otro; no regulado por la
significación fálica, y tanto más angustiante cuanto que esta menos
contenida por la construcción delirante. El psicótico se revela atestado
por un goce invasor generador de alucinaciones, de trastornos

4
-
hipocondríacos, de intuiciones extrañas, de sentimientos de
persecución, etc. la no extracción estructural del objeto a, correlativa
de la forclusión del Nombre-del-Padre, implica una deslocalización
angustiante del goce, de modo que lleva de buena gana al sujeto a
intentar desembarazarse de una encarnación del plus-de-gozar. Para
hacerlo, algunos operan sin mediación recurriendo a mutilaciones
reales, otros toman medios más elaborados de la producción de
objetos. El escrito puede -90- tomar sitio entre estos últimos con el
mismo titulo qué otros que se desprenden del cuerpo. Escuchemos a
Schreber confiar el alivio que te proporciona la defecación.
Cuando, "bajo la presión de una necesidad, realmente
descargo, [...] pues bien ", afirma, “cada vez esto se acompaña de
un despliegue extremadamente intenso de la voluptuosidad de alma.
La liberación de la presión causada en el intestino grueso por los
excrementos tiene particularmente como consecuencia un bienestar
intenso proporcionado a los nervios de la voluptuosidad; es la misma
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cosa cuando orino”
Lacan anota el bienestar excepcional experimentado en estas
circunstancias con el fin de subrayar que el Presidente presiente
entonces "reunirse los elementos de su ser cuya dispersión en el
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Infinito de su delirio hace su sufrimiento" . La defecación produce
para Schreber la pérdida de un objeto que condensa temporalmente
su goce, de modo que lo libera un instante de las ansias suscitadas
por la deslocalización de ésta. Para intentar ofrecer al Otro, el -objeto
que reclama, el psicótico se encuentra empujado a efectuar sacrificios
propiciatorios, los más benignos, tales como la defecación y la
micción, hasta los que ponen en juego en su mismo ser, los suicidios
y las automutilaciones (la oreja cortada de Van Gogh, el ojo muerto
por Saint Simon, etc.), incluso los que toman. al semejante como el
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objeto “a” favor de un pasaje al acto . El decreto de la castración se

5
impone a todo palabreanteser. Entonces entre más él es rechazado
más su exigencia se confirma con fuerza.
Este proceso particularmente retiene aquí nuestra atención
cuando el plus-de-gozar se encarna en el escrito. Subrayar que una
producción textual constituye un depósito de goce posee una
pertinencia muy general, que sobrepasa la particularidad del sujeto
psicótico, sin embargo éste, más que el neurótico o el perverso, se
encuentra parasitado por un goce fuera-de-la-ley. La función paterna no
intervino para operar un trabajo de separación con respecto a ésta, de
modo que falta la falta , o que se discierne a principios de la angustia.
Desde entonces, si es empujado a la escritura con "tal frecuencia, y a
menudo con tal necesidad, todo concuerda para considerar, como lo
sugiere Artaud, que un alivio es buscado a través de esta actividad. Si
es por supuesto así, el contenido del texto posee menos importancia
que las producciones "literarias”, con las que el psicótico inunda de
buena gana su entorno, deben primero tomarse como "hojas de papel
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cubiertas con la escritura" . Hay que en primer lugar dirigir el acento
sobre su dimensión objetal. Desde los garabatos vacíos, no menos
esenciales a tal esquizofrénico como no lo son para el literato loco su
Compleja elaboración escritural, el psicótico pone su producción al
servicio de una tentativa de extracción del objeto “a” encarnado en un
depósito de letras. A la manera de todo palabreanteser, sabe que
contrajo una deuda con respecto al Otro, pero allí dónde el obsesivo
intenta ajustar por procedimientos simbólicos, se encuentra incitado a
recurrir a objetos reales, lo que lo conduce a veces hasta el sacrificio de
su ser.
-
En el fundamento de la escritura, y otras producciones del
psicótico, opera el depósito de un goce, del que procura separarse;
entonces este procedimiento al funcionar en lo real, no hace advenir
una simbolización de la castración, de modo que el alivio que procura

6
tiene que reiterarse siempre. La insistente necesidad de una práctica
escritural encuentra allí su razón.
Aunque participa en la pérdida de un plus-de-gozar, no se deja
reducir allí por completo: - en correlación con este proceso, Schreber y
Artaud indican la importancia de fijaciones formales inherentes a las
producciones textuales.-91-

El cifrado de! Goce

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Lo mismo que Van Gogh confiaba buscar " el infinito " en cuadros a
veces alimentados por alucinaciones, lo mismo que los trabajos recogidos por
Prinzhom encuentran la mayoría de las veces su fuente en temas paranoides,
la mayoría de los escritos psicóticos están consagrados a la exposición y a la
argumentación de ideas delirantes. Desde entonces hay que subrayar
que el depósito de goce se acompaña por regla general de un cifrado de
éste: se trata de forzar por el significante las experiencias enigmáticas
que surgen del real. En estas circunstancias, la escritura colabora en el
trabajo del delirio que se ejercita en hacer asimilable por el intelecto las
intuiciones y las alucinaciones. Así el curioso sentimiento de Schreber,
primero inadmisible, según el cual “sería bello ser una mujer en el
momento de sufrir el acoplamiento", necesitará de largos esfuerzos de
movilización del significante, completados por un trabajo importante
de escritura, para volverse compatible con el orden del universo. Es
necesario anotar que los "Informes de un neurópata", redactados de
febrero de 1900 a finales de 1902, aparecieron en 1903, poco tiempo
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después de la salida de asilo del autor , de modo que todo deja
suponer que su redacción y su publicación contribuyeron a la
estabilización del sujeto.
Además, Schreber indicó de una manera neta, el valor curativo
de su trabajo de escritura; "Delante de toda expresión escrita del

7
pensamiento ", afirmó, "los milagros son impotentes; [...] Puedo
fácilmente llevar a cabo las tentativas que son hechas para dispersar
mi pensamiento, añadió, cuando tengo oportunidad de expresarme por
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escrito y de reunir bastante mis espíritus " .
Precisó además a este respecto que la movilización de formas
visuales ponía en juego a veces una función equivalente a la
instaurada por la práctica de la letra. Según su experiencia, la facultad de
"dibujar" a saber la capacidad de suscitar imágenes gracias a un
proceso voluntario de imaginación poseía un valor importante de
"consuelo" y de "confortación". Consideraba esta aptitud como un
"contrapoder milagroso": "La vista de estas imágenes, escribió, tiene
sobre los rayos un efecto purificatorio, me penetran entonces sin
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demostrar ese carácter destructor que les seria sin esto agregado" .
Es probable que un depósito pictórico de estas imágenes contribuiría
a acentuar el proceso de contención del goce del Otro descrito por
Schreber en términos de protección contra la nocividad de los rayos
divinos. La finura y la penetración de su testimonio sugieren que las
fijaciones escriturales y formales poseen una aptitud del mismo
orden, adecuado para aliviar el sujeto, forzando lo real.
Resulta que la práctica de la letra suscita para el psicótico no
sólo un depósito y un cifrado del goce del Otro sino que estos
procesos todavía pueden completarse con un esfuerzo de vaciamiento
de éste buscado por la intervención de la "poubellicationlpublidesechación"
25
. Esta última convierte el escrito en basura. Instaura un corte entre
el sujeto que escribe y lo que de su ser tomó sustancia de libro.

El vaciamiento del goce.

El fenómeno de vaciamiento operado por la


"poubellication/publidesechación" se discierne con una nitidez

8
particular en el momento de una experiencia relatada por Raymond
Roussel. la “gloría universal de una intensidad extraordinaria",
consagrándosele el sentimiento a llevar el sol en él, que estallé a favor
de la redacción de su primera novela, disminuyó "mucho durante la
26
impresión del volumen" ; por añadidura el fracaso de la obra causo
a su autor "un choque de una violencia terrible", mientras que la sensación de
26
gloría y de luminosidad se apagaron -92- bruscamente . El sentimiento de
vacío, sentido por todo escritor cuando se separa de su trabajo llego en esta
circunstancia hasta un grave episodio depresivo. Roussel debió de ser
hospitalizado. Sin embargo, de la memoria de su gloría, conservó la convicción
de su genio, y no cesó de encontrar en la escritura una orientación a
su existencia. En su caso, se determinaba en una gran parte de la
necesidad de tener que sostener el nombre del autor, sin embargo no
logro su fin: cuando el fracaso de sus esfuerzos le apareció patente, debido
a sus fracasos reiterados, no tuvo más otro recurso que poner fin a sus
días. La publicación de su primera novela parece haber operado más
que como un alivio de goce, como una hemorragia verdadera, que
dejó el sujeto desamparado. En esta circunstancia la condensación de
goce sobre un escrito "glorioso" fue extremo; aunque el fracaso de la
obra, muy inesperado para el autor, decuplicó los efectos de
vaciamiento producido por la separación del libro. Además, la
ausencia del límite fálico, característica del goce Otro, hace las
manifestaciones de éste propicias a oscilar entre una felicidad inaudita
y un sufrimiento extremo - lo que muestra también el equilibrio
experimentado por Schreber entre los estados de beatitud y los
terrores de dejarlo aplanchado. Para un psicótico el vaciamiento de goce,
el cual da lugar la separación de un plus-de-gozar se revela a veces casi
sin limite. Sobrepasa entonces el efecto terapéutico inicial que se liga al
proceso. Son la exposición de obras y de las publicaciones de obras que
conllevan graves episodios depresivos y pasos al acto suicidas.

9
Qué la producción del psicótico participe en un equivalente de
defecación salvadora siempre en los bordes angustiosos de un real
despedazamiento del sujeto, Artaud lo discierne con su presciencia
acostumbrada de la estructura. "Cuando se cava la caca del ser y de
su lenguaje afirma, hace falta que el poema oliera mal”. A este
respecto, denuncia al Jabberwocky de Lewis Carroll como que incluye
sólo una "fecalidad de esnob inglés ". A pesar de similitudes formales entre
este texto y sus glosolalias, él capta muy bien que la posición subjetiva
del autor inglés difiere de la suya.
"Me gusta", subraya, " los poemas de los hambrientos, los enfermos,
los parias, los envenenados [...j y los poemas de los sometidos a los
suplicios del lenguaje que están perdiendo en sus escritos, y no los de
aquellos que se muestran perdidos por mostrar de la mejor manera su
27
conciencia y su ciencia y su pérdida y su escrito " .
El poder de adivinación sin igual de Artaud le hace percibir que el
ser del sujeto se encarna en los textos de aquellos a los que nombra
los "sometidos a los suplicios del lenguaje”,. de modo que su
producción literaria participa siempre de un verdadero despedazamiento.
En una fórmula sorprendente, afirma que aquellos allí, a espaldas de
ellos mismos, se encuentran "en pérdida en sus escritos". Nada en
común con los artistas que muestran "su ciencia de la pérdida" - tales
como Carroll. Sus variaciones lúdicas sobre mundos maravillosos
nacen en la intuición de la irreducible división entre el sujeto del
28
enunciado y aquel de la enunciación . El autor no arriesga allí una
parte de su ser: las producciones de Carrol se despliegan en los
limites instaurados por el goce fálico. En cambio aquellas de Artaud
intentan hacer una contención del goce Otro, por su intermediario
procura desembarazarse de objetos de goce que lo atestan, pero por no
ser separado de eso simbólicamente, él sabe que el vaciamiento

10
operado arriesga a veces, como lo mostró Roussel, con poner en
peligro la integridad de su ser.
Descargarse de sus escritos con la esperanza de encontrar un alivio
constituye en el psicótico un proceso insistente que conoce otras
formas que las de la publicación En "El hombre-jazmín ". Publicado en 1970,
Unica Zürn hace obra de arte de la psicosis. Habla de ella misma en la tercera
persona con un desprendimiento que evoca al de Wolfson. Confirma en
las -93- líneas siguientes la función liberadora de fa pérdida del
escrito; "aquella noche", escribe Unica Zürn, "despedazar con la calma
más grande, una gran parte de sus dibujos y de sus cartas publicados
en Berlín. Todo este papel despedazado forma una montaña en su
habitación. Este acto - que lamentará más tarde, porque aniquiló !as
documentos del trabajo serio y fructuosos durante sus quince años pasados -
este acto la libera , la idea de no querer poseer más nada, de no
tener nada por hacer, de vaciar las maletas!" 29.
En el primer momento, parece que de manera semejante Fritz
Zorn periódicamente hubiera sido empujado a la destrucción de todas sus
30
obras por el fuego . Sin embargo, precisa, "no podemos quemar el
gusto de escribir y, casi siempre, poco tiempo después del auto de fe, la
inspiración volvía, tenía ganas de escribir algo nuevo. En seguida la
producción empezaba de nuevo cada vez más y me acomodaba al
sentirme empujar a la escritura, simplemente porque "debía ser eso
así"; hasta el momento en que el proceso se repetía y donde aniquilaba de
31
nuevo todos mis escritos..." . Hay que anotar que su posición con
respecto a la escritura sufre una modificación profunda. Primeramente la
relaciona con una identidad de artista, que le proporciona por cierto
algunas satisfacciones, pero que, según él, confina por exceso a su
decepción por ser aceptable. Los autos de fe se imponían cuando le
resultaba que la escritura "expresaba y exponía y simbolizaba "su
inferioridad" de artista - sin - más". La concepción que él se hacia de

11
este último "no podía conllevar, afirma, sino melancolía, depresión y
32
frustración, era para mí una vergüenza y una desolación " . Entonces,
en un segundo tiempo, después de la aparición de su cáncer, toma la
pluma, tampoco con fines sino para cortar " la historia de una neurosis "
33
. Desde entonces no hubo más destrucción de sus textos, muy al
contrario, se sostuvo en la voluntad de hacer conocer su relato,
34
sintiendo su publicación como necesaria. La noticia del acuerdo de un
editor le llegó en vísperas de su muerte. A pesar de su semejanza, la
destrucción de los documentos de Zürn y los autos de fe de Zorn
responden a procesos un poco diferentes. El primero, posterior al
surgimiento manifiesto del goce Otro intenta operar un vaciamiento de
lo que, levantándose de éste, ha sido cifrado en los textos y puesto en .
forma en los dibujos. En cambio la escritura inicial de Zorn, anterior al
cáncer, es abolida por rechazo de la identidad de artista que procura
promover. Es en un trastorno de la representación de sí mismo que se
arraiga en su función más discernible Más allá de éste sin embargo la
necesidad periódica de tener que destruir los textos sugiere ahí la
presencia de un goce del que el sujeto realmente se esfuerza por
librarse - a falta de que ella sea captada en las redes de lo simbólico.
Posteriormente a la aparición del cáncer la escritura se encuentra puesta
al servicio de un cifrado del goce Otro, tratándose de resolver el enigma
de la enfermedad, mientras que la publicación no es más rechazada
tomando incluso un carácter de necesidad imperiosa.
Existe para el psicótico grados diversos en el éxito del proceso por el
cual él procura aliviarse del goce Otro localizándolo- parcialmente sobre un
escrito. En un extremo, el de ciertos esquizofrénicos, produce sólo
garabatos compulsivos apoyados sobre trozos de papel cualquiera. La letra
rechaza alienarse para sostenerse mas cerca del rasgo unario. Un
depósito de goce se efectúa sin que agregue allí un trabajo de cifrado. Los
beneficios para el sujeto permanecen mediocres. En cambio sucede por

12
regla general que el crecimiento de la aptitud para tomar en producciones
textuales lo que es rechaza de lo simbólico vaya de la par con una
disminución de los trastornos debidos al goce deslocalizado. No obstante de
su disminución a su desaparición, existe un salto cualitativo que en el curso
de la psicosis clínica la obra no le permite a ella sola franquearla.-94-

La emergencia del escrito en una cura.

Pasa que una cura analítica pone en marcha en un psicótico un


trabajo de escritura. Cuando el fenómeno se produce, lo que pasa se revela
rico de enseñanzas, es por eso que la observación de Casque-de-Bronze
35
retiene nuestra atención . En el momento de una primera "psicoterapia",
cuando sus asociaciones se secan, este joven hombre, nos trae,
"descubre un nuevo modo de expresión bajo la forma de sus sueños, de los
cuales él aporta sus manuscritos mecanografiados adornadas de
iluminaciones y cuidadosamente reconectados. Estos son verdaderos sueños
- objetos, entre los que la redacción y la confección progresivamente
ocuparán cada día de R. Se los aporta a su terapeuta, habla del texto y a
menudo lo recita palabra por palabra a lo largo de la sesión. La mejoría
sintomática es a costa de esta actividad exclusiva. Casque-de-Bronze se
siente feliz. Dejó a sus padres para vivir en la ciudad cerca de su terapeuta
36
que inunda poco a poco de sus producciones literarias" . Constatamos
que los procesos anteriormente libres se encuentran movilizados por la
cura-. incita al sujetó a una localización de su goce sobré sus escritos,
37
a una escritura cifrada de sus fantasmas oníricos , y a separarse de
textos altamente investidos. El analista está situado en posición de Otro
gozador al que Casque-de-Bronze procura satisfacer sacrificándole sus
"sueños-objetos". Intenta por ahí a la vez reglar la deuda simbólica y
protegerse de! deseo de! Otro. La confección de los manuscritos
iluminados constituye una actividad entera centrada sobre una

13
concretización de un plus-de-gozar. Estabiliza el sujeto sólo a costa
de una movilización de su goce sobre un ensayo de curación, que asfixia
por cierto los síntomas, pero que no produce abertura al deseo. El
proceso se topa con una imposibilidad que conduce a reiterarlo con
insistencia. Parece que el rodeo por el escrito hace intervenir una
defensa más elaborada que la construcción delirante: esta ultima no
sobrepasa la etapa de cifrado del proceso de contención del goce, o la
entrega de los textos al analista empuja el esfuerzo de estabilización
hasta una tentativa de vaciamiento, emparentada a una búsqueda de la
castración desfalleciente.
En el curso de la primera cura, cerca de dos años después de su
principio, pasó que una Interpretación desgraciada de un sueño de
Casque-de-Bronze desencadena el significante y libera el goce. El
mundo se pone a hacerle signos de todas partes. Interrumpió el trabajo
"pidiendo la restitución inmediata de todos sus sueños"
Desestabilizado por la intervención de su analista, intentó sustraerse
a este peligro,y procuró restablecer una ilusoria completud empezada
por la cura. La no restitución inmediata de sus textos, "que contenía lo
que él tenía de mejor en él", le hirió profundamente: la situación
actualizó una castración real, impuesta al sujeto, y tampoco puesta en
ejecución por su propia iniciativa en un proceso de estabilización.
Cuando emprendió algún tiempo más tarde una segunda cura, le confió
de nuevo al médico los sueños-objetos, los cuales habían sido totalmente
recuperados, y les añadió escritos más recientes. Ya que decía estar todo
entero en ellos; el analista no negó su depósito. Casque-de-Bronze
previno sin embargo de golpe que hacia falta “poder devolver lo que se os
da". La separación de sus objetos, llamada por el dispositivo analítico,
la aceptaba sólo a prueba y no sin desconfianza. Los fenómenos
observados en la cura precedente se repitieron: los manuscritos
afluyeron mientras que el sujeto pasó sus noches soñando y sus días

14
que transcriben minuciosamente el material onírico. Encontró de nuevo
una cierta estabilización en estas actividades. Un avance de su cura hasta lo
condujo incluso a abandonar su obra y a volver allá sólo en momentos
difíciles. Anotemos que la vuelta del investimiento de los escritos en estas
circunstancias - 95- confirma la importancia de su función terapéutica.
38
No obstante el trabajo analítico se interrumpió de manera abrupta ,
por razones cuyo examen estarían aquí fuera de nuestros propósitos, de
modo que desembocó en un fracaso reiterado.
La observación de Casque-de-Bronze revela una forma original de
"
vaciamiento del goce, no aquí por publidesechación", ni por
destrucción, ni por pérdida, sino por cesión de un texto. Q u e se trate
en cada una de estas ocasiones de una tentativa para dar el don al Otro del
objeto que reclama, como precio de la deuda simbólica esto se revela
puesto al desnudo por la actualización del fenómeno en la cura analítica.
A f a v o r del d e p ó s i t o del goce, y luego de su escritura cifrada
y por fin de su vaciamiento, una atenuación reciente de los síntomas
generalmente parece observada. Sin embargo, hasta cuando las tres
etapas del proceso se encuentran llevadas a su término, momento en el cual el
sujeto llega a separarse de sus textos, la psicosis clínica se
encuentra de allí más o menos contenida, pero no disipada. Casque-
de-Bronze nos enseña que el alivio aportado por el escrito tiene que
concebirse como un momento en una cura de psicótico y no como el término
de ésta.

Diversidad de las escrituras del psicótico

Cuando la escritura se asocia con la sintomatología de una


psicosis, posee en primer lugar una función de templanza con respecto a
ésta. Conviene distinguiría completamente de elaboraciones textuales
que ponen obstáculo a los surgimientos incluso de los trastornos. Los

15
literatos locos son muy representativos de la psicosis que empuja el
proceso de estabilización por la vía de la escritura hasta su desarrollo
el más terminado (Brisset, Berbiguier)39. En cambio, hay otros
sujetos que, gracias a la producción de un síntoma escritural, alcanzan a
paliar la psicosis clínica, con éxitos diversos, es decir de manera más o menos
duradera. Sin duda en ambos casos la escritura sirve para localizar el goce
desenfrenado, pero su eficiencia no es idéntica para la psicosis y para el
psicótico: atenúa la sintomatología de la primera, mientras que en el
caso del segundo constituye un obstáculo a la aparición de los trastornos. La
escritura que se asocia con la psicosis declarada no presenta las mismas
características que la que con ello se opone a eso.
Hay que entonces acordar un lugar a la escritura que contiene lo
imposible, tomando en consideración la acepción ambigua del verbo; contiene
impidiendo su desencadenamiento, al igual que lo incluye en el texto. Se
trata de una forma que se revela bastante rara, sobre la cual Lacan llamó la
atención en el momento de uno de sus últimos seminarios consagrado
40
al estudio del "sínthoma" original elaborado por Joyce . Según su
tesis la escritura de este ultimo alcanza una simulación de !a esencia
de! síntoma, producirla una juntura del ego que permitiría
precaverse de un desfallecimiento inherente al anudamiento de la
estructura del sujeto. Tratamos de indicar por- otro lado que
Wittgensteln y Roussel alcanzan: resultados comparables gracias a
41
sus trabajos . Todos tres se orientan: hacia una posición de
exclusión del sujeto con relación al Otro del significante. Ellos se
ausentan de su escritura, tratan de hacerse los desechos, mientras
que lo imposible se presentifica allí bajo el aspecto de enigmas que
componen y circunscriben. El goce insertado en sus textos parece
faltar al sostén de la enunciación del autor, de modo que el sentido
tiende a surgir de propiedades incluso de la carta y del lenguaje.

16
La escritura que se asociaron! la psicosis clínica conoce una
frecuencia y una diversidad mucho más marcadas que la precedente.
Tres grandes formas se desprenden. Cada una de ellas mantiene una
relación específica con lo real, de modo que conviene distinguir la
escritura -97- imposible, la escritura confrontada con lo imposible y
la escritura del imposible.
La primera de ellas encuentra sus encarnaciones más
manifiestas en algunos de los textos de lo que se nombrara a veces
42
los "autores crudos " , que son la mayoría de las veces unos
esquizofrénicos hospitalizados, que se ejercitan en producir un
rechazo radical del Otro del significante tendencia hacia la
proliferación del neologismo. Son fundamentalmente "rechazadores"
que testimonian una posición insurrecta contra el lenguaje. La
escritura imposible no alcanza la comunicación debido a un goce puro
caligráfico que se encuentra en su principio. Produce glosolalias cae
43
Artaud, la "lengua déologica" de tal paciente de Bobon ,
neografismos diversos, etc. Apacigua un poco el sujeto pero acentúa
su aislamiento con respecto a sus semejantes. Se trata de una
escritura del rasgo unario que tiende a alcanzar la cosa suponiéndola
incluida en la letra. El imposible conjugándose al rasgo unario, su estructura
puede anotarse:
a  S1

La escritura confrontada con lo imposible se determina de un proceso


inacabado: testimonia un goce inasimilable que persiste en hacer el
sufrimiento del sujeto. A pesar de esfuerzos renovados, el trabajo de la letra
no llega a localizar plenamente el goce, mientras que el cifrado se
revela impotente para captarla Se trata la mayoría de las veces de la escritura
de esquizofrénicos paranoides, apuntando a alucinaciones o a "hechizos"

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irreprimibles. Es también el de Wolfson, atormentado por la voz insoportable y
maternal, es aún e( de Zorn, enfrentado al enigma del cáncer que lo roe.
Emana de sujetos rebelados contra la malignidad del Otro gozador. Forja
testimonios trágicos. El saber del texto que no llega allá a cercar un imposible
que no deja de ocultarse, su estructura se anota:

A // S2.

Hay otras escrituras que consiguen sobrepasar el fracaso de la


precedente. La enunciación se aloja en el texto, echa raíces en significantes
amos, considerados decir la misma cosa, a partir de los cuales se
organiza un delirio sistematizarlo. Es una escritura fundamentalmente
profética, aquella de la inmensa mayoría de los locos literatos, la de Schreber,
aquella de los sujetos que identifican el goce en el lugar del Otro - rasgo por el
44
cual Lacan define el paranoico . La escritura de lo imposible se afirma como
proclamando toda verdad, su estructura se anota:

A  S2

Las tres formas precedentes de escritura, las que se asocian con la


psicosis clínica, esencialmente se distingue en cuanto a las
modalidades de escritura cifrada del goce, ellas todas contribuyen a
su depósito, mientras que su vaciamiento puede ser buscado por la
publicación, pero también por la destrucción, por la pérdida o por el
don.
Los tipos de escritura desprendidos en este trabajo no
pertenecen al propio psicótico, de modo que sería imprudente querer
fundar un diagnóstico a partir de su solo examen. Por cierto algo del
ser se deposita en el escrito, pero el sujeto no se queda allí menos a

18
distancia de su texto. Lo que es más, la aptitud para imitar un estilo
desaparece sólo en casos extremos. Ciertos pasajes de "Ulises”, que
45
valoran el plagio , atestiguan que un psicótico puede hacer variar los
registros de su escritura. Hay unos movimientos literarios que no
desdeñan inspirarse en autores brutos o de construcciones delirantes.
La estructura de un sujeto del que uno no conocería nada sabría ser
inferido con rigor del solo estudio de sus producciones. Queriendo
referirse a la función tornada por el escrito en la economía del goce
del psicótico, nuestro trabajo se debe de basar en lo que se consagra
a la lectura de las obras. Es necesario -97- tomar en consideración el
lugar tomado por el objeto textual en el fantasma del sujeto. Es
necesario para esto que este último lo hubiera testimoniado. El
psicótico esta atestado por el objeto “a”. él mismo es esencialmente
presencia en sí mismo, su cuerpo, sus intuiciones, su delirio. Sus
objetos no son despegados de su ser. Atestigua este lapsus del
asesino de una de sus amas que dejan escapar a propósito de aquella
46
que tenia un cuerpo de mujer entre él . En cambio, lo que
originariamente es reprimido por el sujeto que ha asumido la castración
simbólica hace su presencia en el mundo. Se encuentra imantado por
una falta que se esfuerza por colmar con la ayuda de los objetos que
entran en el campo de atracción de su deseo. Cuando da forma a una
obra de arte crea alrededor de un vacío. Se apoya en la hiancia cavada
por la represión originaria. La lógica de la creación psicótica no es del
mismo orden, No es la falta que suscita la producción, sino un exceso
lleno de goce. Consiste fundamentalmente en un trabajo de expresión por
el cual se produce una tensión del goce del Otro. La actividad creadora de
los sujetos que no se enfrentan a tal necesidad salió de un proceso
diferente: pretende satisfacer el goce fálico. Esta último consiste en una
tensión orientada hacia el reencuentro del objeto perdido, se impone
cuando interviene la función paterna que separa el sujeto del objeto del

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soberano bien. Esta despegadura vacía el cuerpo del goce de modo que se
localiza en un fuera del cuerpo fálico. En cambio el cuerpo del psicótico no
es un desierto de goce; se encuentra atestado por el goce del Otro. Le
viene de todas partes. Mediante el trabajo de escritura es un alivio con
respecto a la invasión que es buscada. Lo mismo que el delirio constituye
una obra compleja construida con el fin de servir una tentativa de
curación, también la elaboración del escrito participa en un proceso de
autoterapia. No obstante la despegadura obtenida por este medio queda
inacabado por falta de simbolización de la pérdida real. Resulta de eso que
no sólo el trabajo tiene que reiterarse siempre, sino que él sobrepasa a
veces su fin, sucede entonces que es vivido como una aflicción
desastrosa, pudiendo conllevar una agravación de los t rast or n os,
incluso su d e s e n c adenamiento. La salida de los esfuerzos
creativos de un psicótico queda incierta, pero se arraigan la intuición
de la existencia de una templanza del goce inherente a la producción
de obras.
¿La lógica subjectiva especifica que da origen a estas últimas
tiene una resonancia sobre sus calidades estéticas intrínsecas? Nada lo
sugiere. Van del mediocre al genial, de los garabatos insensatos a las
obras maestras de la literatura, de garabatos cualesquieras a los
lienzos de Van Gogh. La inmensa mayoría de los clínicos comprobaron
desde los años 50 que la difusión de los neurolépticos había
producido a la vez un pulimento de las formas clínicas y el ahogo
de las potencialidades creadoras de los psicóticos, esta
concomitancia indica netamente la naturaleza idéntica de la fuente
de las unas y otras. Existe una dimensión estética del delirio a la
cual los surrealistas se esforzaran por introducirnos., Su actitud a
este respecto apenas hizo escuela. Las obras de los psiquiatrizados
quedan forzadas en el campo marginal del "arte bruto". A pesar de
sus esfuerzos Raymond Queneau no llegó a hacer acabar su

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proyecto que consistía en introducir un florilegio de los locos
literatos, en casa editora¡ de Gallimard, o en la prestigiosa
colección clásica de La Pléyade. Los tiempos no han madurado para
que la psicopatología sea por entero reconocida como uno de las
Bellas artes, pero es urgente velar por que el Otro de la ciencia no
se precipite a asfixiarlo en mitologías cerebrales.-98-

NOTAS

1 - Gogues de Fursac - Tus escritos y dibujos en las enfermedades nerviosas y


mentales. Paris - Alcan - 1905.
2 - Morgenthaler W. Ein Gesteskra als künstler: Adalf Wolfli (Un enfermo mental como
artista. Adolf Wolfli) 8erne de Ernst Bircher,1921.
3 - Prinzhom H. - Expresiones de la foré díbujos, pinturas. Esculturas de asilo. (1a edición:
Heidelberg. Springer,1922). París: Gallimard.1984.
4 - Jaspers K. - Strinderberg y Van Gogh. Swedenborg - Hölderlin. Estudio psiquiátrico comparativo.
París: de Medianoche. 1953.:'. 220.
5 - La carta no nace como sirviendo a la transcripción de la lengua, ella ya se
encontraba allí anteriormente en su materialidad. No es notación pura del fonema, ella esta
nombrada como tal a instancias de otro objeto, así el grafismo ' w ' se lee ' doble v ' y
se pronuncia ' v '.. La letra no se arraiga a su lazo al sonido, sino en un rasgo diferencial
que designa la relación del lenguaje a la realidad. En contra. de lo que la escritura
alfabética tiende a dar la ilusión, la lectura no consiste en extraer fonemas cercados sino en
denominar una traza
6 - Artaud A. - Obras Completas. París, Gallimard,1981. XVI, p. 10.
7 - Carta a J, de Boschère del 20/11/1928. N - : ibid, ÉL p, 262,
8-Ibid, XI p.184.
9 - Ibid p,133.
10 - Ibid p. 24.
11 - Schreber D.P. - Memorias de un Neurópata - París:: Seuil, 1975 p. 148.
12 - Virmaux A. ¿ Y 4. - Antonin Artaud - Quién es ustedes? Lyon: La manufactura.
1986 pp, 68-69.
13 Artaud A: Los escritos de Rodez. París: Gallimard. 1977 p.129.
14 - Artaud A.: Tarahumaras. fParís Gallimard - Ideas 1971 p. 32.
15 - Citado por Chauwré C. In: Ludwig Wittgenstein, Paris Seuil,1989, p.230.

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16 - 'A estos enfermos les gusta su delirio como se quieren ellos mismos (Freud S.
Carta a Fliess de 24/1/1895. En El nacimiento del psicoanálisis. París PUF 2969
p.101)
17 - Schreber D P. - o.c p.188.
18 - L acan J. - De una cuestión preliminar a todo tratamiento posible de la psicosis.
En Escritos. París. Seuil.1966 p 582
19 - Maleval J.C. - 'Lógica del homicidio inmotivado. ¿ En Psicosis naciente? C Psicosis
única? a colectiva baja la dirección de Henri Grivois. París Masson. 1991.
20 - Lacan J. - Las psicosis - El sentido III. París, Seuil.1981. P. 89.
21 - J a s p e r s K. - Strindberg y Van Gogh o . c . P. 201-202.
22 - Según Israel dejó Sonnenstein en diciembre de 1902 (Israel H.. Schreber padre e
hijo. París Umbral. 1986. P. 208).
23 – Schrber D. o.c. p`. 331.
24 - Ibid. p.193-194.
25 - Lacan J. - De un designio. En: Escritos. Paris - Seuil -1966.
26 - Roussel R. - Cómo escribí algunos de mis libros - Paris - Pauvert - 1963 -
p,128.
27 - Artaud A. - Obras completas - Paris - Gallimard - 1979 - IX, p.170.
28 - Marret S. - Lewis Carroll La lógica 9 la obra labora. These - París III - 1990.
29 - Zürn U. - El hombre- jazmín. Faldones - Gallimard -1971; - P. 99.
30 - Me parece altamente probable para que la estructura de Zorn sea determinada por la
forclusión del Nombre-del-Padre, lo que y a - sugería Jean Guir. En Psicosomática y cáncer -
París - Point H" Ligne, 1983.
31- Zorn F - Marzo. - París – Gallimard. -1979 - p.133.
32 -Ibid - p. 134
33 - Ibid - p. 34.
34-Ibid-p.7.
35 - Anónimo - Casque-de-Bronze o itinerario psicoterapéutico con un psicótico. -
París – Seuil,.- Scilicet 2-3 -1970 - Pp. 351.y Y Schaetzel J F - Casque-de-Bronze cJ
itinerario psicoterapeuta con un psicótico. - Letras de la Escucia Freudiana de París - el 7 de
marzo de 1974 - Pp. 44-57
36 - Ibi d p 3 5 3
37 - No es raro que significantes rechazados de lo simbólico se anuncien en los sueños del
psicótico
38 - Comunicación personal de J P. Schaetzel.
39 - Puedo añadir acabo de escribir, afirma Berbiquier, que si no me hubiera empeñado
en hacer imprimir mis Memorias existirían más de momento ' . - Berbiguier A,Y.C. - Les
farfadets - París - 1821 - Citado por Blavier A, - Los locos literatos. - ocho tipos de Veyrier - Paris -
3952 - p 480.

22
40 - Lacan J, - El sinthome - En Ornicar? - Resta del Campo Freudiano - No 6 - 11.
41 Maleval J C. y Cremniter D. Contribución al diagnóstico de psicosis. - En
Ornicar 7 - Revista de{ Campo Freudiano - n 48 y 49 - 1989 y 1990
42 - Thévoz Sr. (textos presentadas por) - Escritos brutos. - Paris - PUF - 197 .
43 - Bobon J - Psicopatología de la expresión. - Informe de psiquiatria y de
neurología de lengua f rancesa - Lieja - París - Masson -1962 - p. 64,
44 - Lacan J. - Presentación de las Memorias de un neurópata - Cahiers pour
l'analyse - noviembre-diciembre de 1966 - 5 - p. 70.
45 - En particular en el capítulo XIV.
46 - Karím D. y Lainé T. - El amor en Francia. - París - Grasset et Fasquelle -89- p.125.

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