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Seminario Inmunodeficiencas Primarias Objetivos

Inmunodeficiencias Primarias (IDPs) – Objetivos


1. Reconocer la existencia de inmunodeficiencias de diferentes etiologías: inmunodeficiencias
primarias por deficiencias genéticas (IDPs), inmunodeficiencias secundarias por drogas,
inmunodeficiencias secundarias por infección por VIH, inmunodeficiencias por defectos
nutricionales.
2. Conocer la definición e incidencia de las IDPs. Valorar la importancia de la historia familiar
para la sospecha de la existencia de una IDP en un paciente con infecciones recurrentes.
Saber las características de los pacientes con IDP, tales como los gérmenes prevalentes y los
órganos y sistemas más comúnmente afectados.
3. Conocer la clasificación de las IDPs.
4. Adquirir criterio para abordar el estudio de pacientes sospechados de padecer una IDP.
Saber cómo descartar la existencia de una inmunodeficiencia secundaria. Manejar los estudios
de laboratorio inmunológico para el diagnóstico de las IDP: estudios de primer nivel (de
screening, con baja complejidad), estudios de segundo nivel (de mayor complejidad, en
algunos casos diagnóstico). Conocer qué parámetros se evalúan en cada uno de estos
estudios: investigación de la respuesta inmune humoral, de la respuesta inmune celular, la
función de fagocitos (respuesta inmune innata) y del complemento. Conocer las metodologías
para la detección de portadores sanos y la importancia del diagnóstico prenatal y del
asesoramiento respecto del riesgo a los portadores sanos.
5. Conocer los criterios de inmunización en pacientes con sospecha de IDP.
6. Conocer los tratamientos para las IDPs: terapia de reemplazo con inmunoglobulinas
endovenosas, reemplazo enzimático, transplante de médula ósea (TMO).
7. Conocer los indicadores de reconstitución inmune post-TMO: monitoreo de los niveles de
linfocitos B y T, inmunoglobulinas circulantes, aparición de reacciones de inmunidad mediada
por células, quimerismo.
8. Adquirir el criterio para el abordaje de casos de IDPs a través del estudio de un caso
clínico.
9. Adquirir la capacidad de especular acerca de las características de un cuadro de
inmunodeficiencia en un paciente con un defecto genético en diversos genes que codifican
para moléculas de importancia en la respuesta inmune innata y adaptativa.
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Las inmunodeficiencias pueden deberse a diferentes etiologías, pero la
característica común es que siempre van acompañadas de una susceptibilidad
exacerbada a gérmenes patógenos oportunistas que en individuos normales no producen
sintomatología o cuadro clínico alguno. De acuerdo a su etiología, las podemos clasificar
en :
1. inmunodeficiencias primarias por deficiencias genéticas (IDPs),
2. inmunodeficiencias secundarias por drogas o radiaciones,
3. inmunodeficiencias secundarias por infección por VIH,
4. inmunodeficiencias por defectos nutricionales.
Las Inmunodeficiencias Primarias (IDP) representan un grupo de enfermedades
que resultan de una o más anormalidades del sistema inmune. Se caracterizan por
presentar alteraciones cuali- o cuantitativas que comprometen en forma individual o
combinada a los distintos componentes del sistema inmune: humoral, celular, fagocítico o
el sistema complemento.
La gran mayoría (95 %) de estas deficiencias se presentan en edades pediátricas,
especialmente antes de los primeros cinco años de vida. Su distribución por sexo
demuestra un franco predominio masculino (60 a 80 %), debido a que muchas se deben
a defectos genéticos en genes codificados en el cromosoma X y a que se manifiestan en
homocigosis. La incidencia global es de 1 en 10.000 individuos nacidos vivos,
correspondiendo el 50% de los casos a ID humorales, 20% a deficiencias combinadas
humorales/celulares, 18% a deficiencias fagocíticas, 10% a deficiencias celulares y 2% a
deficiencias de complemento.
Un dato muy importante que el médico debe tener en cuenta para la sospecha de
la presencia de una IDP en un paciente con infecciones recurrentes es la historia familiar:
existencia de antecedentes en el individuo de infecciones severas, muerte de familiares
(hermanos) a edades tempranas (el 25% de los pacientes con IDP tienen un familiar con
igual o similar patología), infecciones recurrentes por patógenos oportunistas raramente
observados en individuos normales, necesidad de empleo de antibióticos de segunda y
tercera generación para combatir este tipo de infecciones, etc. En este aspecto, es
fundamental el interrogatorio que el médico debe hacer al paciente y a los familiares
acerca de la posible existencia de antecedentes en la familia.
Como se mencionara, los pacientes con IDPs padecen infecciones recidivantes y
prolongadas, en general graves y complicadas, como así también infecciones por
microorganismos no patógenos para la población inmunocompetente. El tipo de
gérmenes prevalentes en cada paciente guarda relación con el tipo de inmunodeficiencia
que éste presenta:
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Infecciones por
Deficiencia en Bacterias V i r u s H o n g o s Parásitos
X X
Linfocitos B
H. influenzae EBV
X
X X
Linfocitos T X Aspergillus,
EBV, CMV P. carinii
Cándida
X*° X°
Fagocitos S.aureus X*° Aspergillus,
Pseudomonas Candida
X
Complemento
Neisseria spp.
*polimorfonucleares °mononucleares

La clínica de las IDP no es distintiva y permite sólo orientar el diagnóstico. En


todos los casos el diagnóstico definitivo deberá establecerse mediante una apropiada
evaluación de la competencia inmunológica a través de pruebas de laboratorio.

8 Clasificación
Actualmente son reconocidas más de 90 entidades diferentes. Un Grupo de
Expertos en Inmunodeficiencias Primarias de la Organización Mundial de la Salud
periódicamente actualiza la clasificación de estas entidades de acuerdo a los avances
logrados en su entendimiento. Las principales categorías son:

1. Inmunodeficiencias Combinadas.
2. Deficiencias predominantemente de anticuerpos.
3. Otros síndromes de inmunodeficiencia bien definidos (Inmunodeficiencias asociadas a
otros defectos mayores).
4. Defectos congénitos del número y/o función del fagocito.
5. Deficiencias del Complemento.
6. Inmunodeficiencia asociada con o secundaria a otras enfermedades.
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1.- INMUNODEFICIENCIAS COMBINADAS


Este grupo representa entidades caracterizadas por anormalidades tanto en la
inmunidad mediada por células (linfocito T) como en la mediada por anticuerpos (linfocito
B). Su frecuencia estimada es de 1 cada 50.000 a 75.000 nacidos vivos. Las
manifestaciones clínicas y su pronóstico dependen de la magnitud del compromiso
inmunológico. Se las ha clasificado en base a las alteraciones específicas que las
generan y a las características clínico-inmunológicas.

Inmunodeficiencias combinadas severas (IDCS)


En esta categoría se incluyen aquellas entidades en las cuales la función inmune
adaptativa se halla totalmente ausente. Representan las formas más graves de IDP, ya
que el 100 % de los caso tiene un curso fatal de no mediar una reconstitución inmune a
través de una transplante de células hematopoyéticas. Su frecuencia ha sido estimada en
1 cada 75.000 a 100.000 nacimientos.
Las manifestaciones clínicas se presentan en los primeros meses de la vida, por
lo general entre el 3er y 6º mes. Las infecciones afectan principalmente al aparato
respiratorio y al tubo digestivo. Se observa candidiasis oral recurrente o crónica, diarrea
persistente, neumonitis y detención del crecimiento. Diferentes tipos de microorganismo
incluyendo virus (CMV, EBV, enterovirus, VSR), bacterias (Haemophilus influenzae o
Streptococcus pneumoniae), micobacterias (especialmente Mycobacterium tuberculosis),
parásitos (Pneumocystis carinii) y hongos (Candida, Aspergillus) puede ser responsables
de estas infecciones. El tejido linfoide se encuentra profundamente hipoplásico (visible en
una radiografía de tórax). El timo presenta una arquitectura embrionaria sin diferenciación
córtico-medular con gran depleción linfocitaria.
Se las puede clasificar en forma práctica en función del fenotipo linfocitario:
a) Cuando solamente se encuentra presente la población de linfocitos B o T(-)B(+).
b) En el caso que no se hallen linfocitos T ni B, llamadas T(-)B(-).
c) Cuando solamente se encuentra presente la población de linfocitos T o T(+)B(-).
d) En el caso donde se hallen ambas poblaciones, llamadas T(+)B(+).

2.- INMUNODEFICIENCIAS PREDOMINANTEMENTE DE ANTICUERPOS


Representan en su conjunto el 50% de las IDP. Las manifestaciones clínicas
generalmente aparecen después del segundo semestre de vida en forma de infecciones
recidivantes o de curso prolongado. El aparato respiratorio es el más comprometido
manifestándose como sinusitis, otitis medias supuradas, bronquitis mucopurulentas y
neumonías. Otros procesos infecciosos comunes son artritis, infecciones cutáneas,
meningitis o sepsis. Los microorganismos responsables suelen ser gérmenes piógenos
extracelulares encapsulados (Streptococcus pneumoniae, Staphilococcus aureus,
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Haemophilus influenzae). Las manifestaciones digestivas incluyen diarreas agudas


recurrentes o crónicas y síndromes de malabsorción.
1. Agamaglobulinemia ligada al sexo (Enfermedad de Bruton), producida por mutaciones
en el gen Btk, cuyo producto es una tirosinquinasa imprescindible para la ontogenia de
células B, por lo que los linfocitos B quedan arretados en el estadío pre-B.
2. Inmunodeficiencia con IgM normal o elevada (Síndrome de hiper IgM), producida por
mutaciones del gen que codifica para CD40L (CD154), por lo que el cambio de clase de
cadena pesada se ve impedido y los pacientes producen sólo IgM.
3. Deficiencia selectiva de IgA.
4. Deficiencias de subclases de IgG.
5. Hipogamaglobulinemia transitoria de la infancia. Es una deficiencia natural con bajos
niveles de IgG, que se normalizan alrededor de los cuatro años.
6. Deficiencia específica de anticuerpos con inmunoglobulinas normales.
7. Inmunodeficiencia común variable (IDCV). Aquí se encuentra un espectro de
deficiencias de inmunoglobulinas.

3.- OTROS SINDROMES DE INMUNODEFICIENCIA ASOCIADOS A ANOMALIAS


BIEN DEFINIDAS
Pertenecen a este grupo diversos síndromes en los cuales la inmunodeficiencia
constituye un importante componente del mismo.
1. Síndrome de Wiskott Aldrich, producido por mutaciones en el gen WASP, lo que
afecta la movilidad celular, la quimiotaxis del fagocito, el tráfico de células dendríticas y la
colaboración T-B, ya que es necesaria una polarización del citoesquelto de las células T
hacia las células B para estos eventos.
2. Ataxia telangiectasia, donde el gen mutado es ATM. En esta patología, se encuentran
dañados los mecanismos de reparación del ADN, por lo que estos pacientes presentan
susceptibilidad al desarrollo espontáneo de tumores y alta sensibilidad a radiaciones
ultravioleta o ionizantes.
3. Síndrome o Anomalía de DiGeorge, que se caracteriza por una falla del timo para
desarrollarse de manera apropiada a partir de la tercera y cuarta bolsas faríngeas durante
la embriogénesis. Por consiguiente, las células madre no pueden diferenciarse a
linfocitos T.

4.- DEFECTOS CONGÉNITOS DEL NÚMERO O FUNCIÓN DEL FAGOCITO


Son trastornos raros que predisponen a infecciones severas de piel, partes
blandas, pulmones, hígado y huesos. Es común la linfadenitis y hepatoesplenomegalia,
así como úlceras orales, gingivitis y periodontitis. Los gérmenes responsables más
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comúnmente hallados son las bacterias Staphilococcus aureus, Pseudomonas,


Klebsiella, Serratia y los hongos Aspergillus y Candida.
1. Enfermedad Granulomatosa crónica, causada por defectos en la NADPH oxidasa.
Esto conlleva a la deficiencia en la producción de anión superóxido (-O2).
2. Defectos de adhesión leucocitaria (LAD1, LAD2, LAD3), donde hay deficiencias en la
expresión de CD18 (LAD1), en un transportador de fucosa que permite la generación de
ligandos de integrinas (LAD2) o en la funcionalidad de una proteína denominada Rap1
asociada a la transducción de señales a través de la integrina CD49d o VLA-4 (LAD3).

5.- DEFICIENCIAS DEL COMPLEMENTO


Se han descripto deficiencias genéticas de casi todas las proteínas que participan
de una u otra forma del sistema complemento. Mientras la gran mayoría de ellas se
transmite en forma autosómica recesiva, la deficiencia de properdina lo hace con patrón
ligado al sexo y la deficiencia de C1q inhibidor como autosómico dominante. En general,
las más severas son las deficiencias que afectan a los primeros componentes de la
cascada del complemento debido a que no sólo se afecta la capacidad de formar el poro
lítico sino que se altera la capacidad de generar las anafilotoxinas C3a y C5a, y
quimiotácticos C3bi y C5b tan importantes en la respuesta inflamatoria aguda.

8 Estudios de laboratorio inmunológico para el diagnóstico de las IDP.


Se deben descartar otras causas predisponentes para el desarrollo de infecciones
recidivantes o crónicas. Entre estas causas se encuentran ID secundarias a infecciones,
desnutrición, medicación o tumores. También pueden ser causa de infecciones las
enfermedades metabólicas, las malformaciones del tracto respiratorio o del tracto urinario
y el tratamiento con drogas citostáticas.
La evaluación inmunológica de un paciente con una posible IDP se puede dividir
en dos niveles de complejidad: en el 1er nivel se incluyen los estudios cuantitativos y/o
funcionales de “screening”, análisis sencillos que no requieren laboratorios de alta
complejidad para su realización. Con ellos es posible definir el tipo y grado de ID, así
como orientar la conducta terapéutica. Entre ellos es importantísimo realizar en primera
instancia un hemograma, proteinograma y cuantificación de inmunoglobulinas
(IDR). Los estudios de segundo nivel son más complejos, de resorte para el especialista
tanto para su realización como para su interpretación. Algunos son imprescindibles para
el diagnóstico. Otros, permiten aclarar los mecanismos involucrados en la producción de
los distintos síndromes de IDP.
El diagnóstico temprano de estas enfermedades es fundamental, ya que permite
instaurar terapéuticas apropiadas antes que se produzcan lesiones crónicas e
irreparables de órganos vitales. El diagnóstico prenatal es fundamental para instaurar un
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tratamiento adecuado y así lograr un buen pronóstico de estos pacientes. Por otro lado el
reconocimiento de portadores sanos es muy importante para aconsejar correctamente a
la familia acerca de los riesgos que se corren al tener otro hijo.
En todos los casos, se comienza el estudio del paciente solicitando al laboratorio la
realización de un hemograma (recuento y fórmula) y un proteinograma. De esta
manera, se podrá evaluar la fórmula leucocitaria, la cantidad de leucocitos por mm3 y la
concentración de gamaglobulina sérica.

8 Estudio de la respuesta inmune humoral.


Nivel I

1. Determinación sérica de IgG, IgM, IgA e IgE (estudio cuantitativo)


2. Búsqueda de anticuerpos preexistentes: Isohemaglutininas (antiA y antiB), Anti-
estreptolisona O (ASTO), Anti-toxina tetánica, Anti-toxoide diftérico.
3. Recuento de Linfocitos B por expresión de antígenos de diferenciación tales como CD19, o
CD20 (estudio cuantitativo)

Nivel II

1. Respuesta de anticuerpos a la inmunización activa con toxoides tetánico, diftérico,


polisacáridos de neumococo, hepatitis, sarampión (pruebas funcionales).
2. Producción de inmunoglobulinas in vitro mediante estimulación con mitógenos tales como el
PWM (prueba funcional).
Determinación de subclases de IgG: IgG1, IgG2, IgG3, IgG4 (estudio cuantitativo).

La determinación de subclases de IgG es de valor limitado al evaluar pacientes


con ID, ya que puede existir una deficiencia funcional a pesar de observarse valores
normales de subclases, mientras que, a la inversa, pueden existir valores anómalos en
alguna de las subclases de IgG en individuos con producción de anticuerpos eficiente.
Se debe tener en cuenta que una disminución en la concentración de IgGs puede
deberse a una disminución en su síntesis o a un aumento en su pérdida. Por ello, se
debe evaluar como índice indirecto de pérdida la concentración de albúmina sérica, ya
que usualmente se pierde concomitantemente con las IgGs (a través del tracto
gastrointestinal o urinario, por ej.). En estos casos es muy útil el cálculo de la relación A/G
(albúmina/inmunoglobulinas, la cual se mantiene constante en casos de proteinuria pero
aumenta notablemente en casos de IDPs en donde la funcionalidad renal no está
comprometida y lo único que se observa es una disminución real de las Igs séricas por
baja tasa de biosíntesis).
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8 Estudio de la respuesta inmune celular.


Nivel I

1. Recuento de linfocitos T por expresión de antígenos de diferenciación tales como CD3, CD4,
CD8, etc (estudio cuantitativo).
2. Pruebas de hipersensibilidad retardada a distintos antígenos: PPD, Candidina, etc. (prueba
funcional).

Nivel II

1. Respuesta proliferativa in vitro a mitógenos: PHA, PWM, ConA, PMA+Ionomicina (prueba


funcional).
2. Respuesta proliferativa a antígenos (candidina, PPD) y células alogénicas o cultivo mixto
linfocitario (pruebas funcionales).
3. Dosaje de producción de interleuquinas en sobrenadantes de cultivos linfocitarios en
respuesta a mitógenos: IL-1, IL-2, IFNg, TNFa, IL-6, etc. (prueba funcional).
4. Estudios de actividad enzimática: ADA, PNP (prueba funcional).
En sospecha de síndrome de Hiper IgM: estudio de la activación de LT con PMA+Ionomicina y
determinación por citometría de flujo de CD40L (prueba funcional).

8 Estudio de la respuesta inmune innata.


Fagocitos
Nivel I

1. Estudio de mecanismos microbicidas oxígeno dependientes:


a) Prueba de reducción de nitroazul de tetrazolio o NBT (prueba funcional).
b) Quimioluminiscencia (prueba funcional).

Nivel II

1. Estudio de la expresión de moléculas de adhesión tales como LFA-1 (estudio cuantitativo).


2. Estudios de la actividad enzimática: mieloperoxidasa, glucosa 6 fosfato deshidrogenasa
(estudio cuantitativo y funcional).
3. Actividad bactericida (prueba funcional).
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Complemento
Nivel I

1. Actividad lítica del complemento y cálculo de la CH50 (prueba cuantitativa y funcional).


2. Determinación de C3 y C4 por IDR (prueba cuantitativa).

Nivel II

1. Determinación cuantitativa y funcional de los restantes componentes del complemento.


Determinación cuantitativa y funcional de los inhibidores del complemento (C1 estearasa).

8 Otros estudios
Médula ósea: las biopsias o aspirados de médula ósea son importantes para la exclusión
de otras enfermedades y para la identificación de plasmocitos y células pre-B.
Ganglios linfáticos: la biopsia no es necesaria para el diagnóstico de ID primaria, pero es
útil en su clasificación. Se debe realizar la biopsia luego de 5-7 días luego de
inmunización con antígenos de toxoide o difteria. Se debe tener especial cuidado en
pacientes con inmunodeficiencia combinada severa, ya que puede ser vía de entrada de
infecciones oportunistas!
Estudios para agentes infecciosos: es un estudio complejo, ya que el diagnóstico a través
de la serología es de poco valor en pacientes con ID. Por ello, se debe determinar
directamente el agente infeccioso mediante la identificación del genoma viral (HIV), el
cultivo directo del patógeno (bacterias) o la observación directa del mismo (P. carinii).
Detección de portadores: al conocerse las mutaciones en varios genes que producen la
ID, la técnica de PCR se ha convertido en la herramienta más usada para la detección de
portadores y el diagnóstico prenatal de las ID primarias. En el caso donde pueda existir
deficiencia de alguna enzima o componente del complemento, se pueden identificar a los
portadores heterocigotas ya que éstos presentarán niveles disminuidos del componente
en cuestión.
Diagnóstico prenatal: mediante la obtención de sangre fetal, células amnióticas o
vellosidades coriónicas. En algunos casos, donde se conoce el defecto en la familia, el
diagnóstico se puede realizar a través de PCR. Se pueden determinar la actividad de
ADA o PNP, o la ausencia de moléculas de Clase II o CD18 (LAD1).
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Criterios de vacunación en pacientes con sospecha de IDP:


Frente a un paciente con sospecha una IDP, las vacunas muertas o inactivadas
(tos convulsa, virus de la polio inactivado – VPI, rabia, hepatitis B, hepatitis A, gripe), las
anafilotoxinas (difteria, tétanos) y las vacunas a polisacáridas (Haemophilus influenzae
tipo b, neumococo, meningococo) no plantean problemas de tolerancia y seguridad y,
generalmente, deberían ser administradas siguiendo las mismas recomendaciones que
para las personas sanas. Las vacunas a gérmenes vivos (atenuados) tales como polio
oral -VPO-, sarampión, rubéola, parotiditis, varicela, fiebre amarilla, fiebre tifoidea oral
Ty21a y BCG sí pueden inducir enfermedades importantes en los inmunodeficientes, por
lo que, en principio, están contraindicadas en estos pacientes.

Tratamiento de las Inmunodeficiencias Primarias


8 Reemplazo con inmunoglobulinas
Todos los pacientes con IDP con valores de IgGs disminuidos o defectos
demostrados en la producción de anticuerpos deben recibir terapia de reemplazo con
IgGs endovenosas.
La experiencia hasta la fecha (se administra IgGs IV desde hace 40 años) indica
que este tratamiento es capaz de salvar la vida a un paciente con IDP. Si el reemplazo se
comienza temprano y es administrado en cantidad y frecuencia suficiente, el ciclo de
infecciones recurrentes y daño progresivo pulmonar puede detenerse. Los niveles de IgG
deben mantenerse por lo menos de 200-400mg/ml por encima del nivel producido por el
paciente. Reacciones adversas tales como disnea, hipotensión, fiebre, dolor de
extremidades, rashes e incluso la muerte, pueden ocurrir debido a agregados de IgGs.
Estas reacciones tienden a ocurrir más frecuentemente en pacientes
hipogammaglobulinémicos, particularmente al inicio del tratamiento.
8 Reemplazo enzimático
Se ha intentado reemplazar parcialmente las deficiencias de ADA y PNP con
glóbulos rojos irradiados, pero la cantidad de Ez en estas células no es suficiente. Se
intentó reemplazar con ADA bovina modificada conjugada con polietilenglicol y se obtuvo
una mejora clínica en algunos pacientes. Desde que se conoce la secuencia del gen de
ADA, es posible expresarlo en un vector viral para luego intentar una terapia génica en
pacientes deficientes. Sin embargo, el tratamiento de elección para esta patología es el
transplante de médula ósea (TMO) de donante histoidéntico.
8 Transplante de médula ósea
En muchos pacientes con IDCS el TMO es hoy en día el tratamiento estándar. Ha
llevado a la reconstitución inmune a pacientes con deficiencia de ADA, PNP, disgenesia
reticular, sindrome de Wiscott-Aldrich, LAD1 y deficiencia de moléculas de clase II del
CMH. Idealmente, tanto donante como recipiente deben tener idénticos HLA-A, B, C y
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DR. Sin embargo, este procedimiento puede efectuarse tanto en condiciones de total
histoidentidad como en situaciones de semicompatibilidad con donante familiar. En el
primer caso no es necesario realizar ni mieloablación ni inmunosupresión dado las
características inmunológicas de los pacientes. Esta práctica permite la reconstitución de
la inmunidad mediada por células en un 90% de los casos en un tiempo que varía entre
los 3 y 4 meses. En el caso de no contar con un donante histoidéntico, las células
hematopoyéticas progenitoras pueden ser obtenidas de un donante familiar semi-idéntico.
En este caso es necesario eliminar los linfocitos T maduros de la médula donante a
transfundir para evitar la reacción de injerto contra huésped (GVH). La depleción
linfocitaria puede lograrse a través diferentes técnicas (anticuerpos monoclonales,
columnas de selección celular, aglutinación con lectina de soja, etc.). La sobrevida en
estos casos alcanza al 75-80%. La reconstitución de la inmunidad mediada por
anticuerpos es variable y depende, entre otros factores, del fenotipo linfocitario del
paciente, condiciones de histocompatibilidad o utilización o no de mieloablación.
Los indicadores de reconstitución inmune pueden ser: mejoramiento del estado
clínico, aparición de células B y T en circulación, marcadores genéticos del donante como
actividad enzimática en pacientes con deficiencias de ADA o PNP, incremento del nivel
de inmunoglobulinas circulantes, aparición de anticuerpos luego de estimulación
antigénica, retorno del C1q a los niveles normales, y aparición de reacciones de
inmunidad mediada por células. De todas ellas, la evidencia mas confiable de
“engraftment” es la aparición de quimerismo, determinado por estudios cromosomales
como el sexo, análisis de HLA y antígenos de glóbulos rojos.
Se deben realizar periódicamente ensayos para evaluar la competencia inmune
en los pacientes con “engraftment” exitoso, ya que en algunos casos se ha observado
una disminución de los mismos.
En los últimos años se ha incorporado la terapia génica en casos de
inmunodeficiencia combinada severa (deficiencia de cadena ), con una reconstitución T
mas rápida (aprox. 2 meses) y mayor frecuencia en la corrección del defecto de IgGs

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