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Informe de investigación
Introducción.
Dada la importancia del cambio que pretende dicha política educativa, esta
investigación evaluativa responde a la necesidad de valorar la organización de la
evaluación escolar y las acciones que realizan las comunidades escolares del país
para llevarla a cabo. La investigación que se presenta en este informe se realizó para
conocer la coherencia que tienen dicha organización y las acciones respectivas con el
discurso legal al respecto.
1
Este evento fue organizado por los autores de esta investigación, con el apoyo de la Universidad Pedagógica y
Tecnológica de Colombia y el Grupo de investigación Pedagógica del Ministerio de Educación Nacional, los
días 6 y 7 de noviembre de 1997. El evento se realizó en las instalaciones de la Biblioteca Luis Angel Arango
con la presencia de más de 500 docentes, directivos docentes, técnicos, expertos, secretarios y miembros de
las secretarías de educación de diferentes regiones del país. Los objetivos del evento fueron: (1). Describir y
analizar las concepciones, las teorías, los fines, las funciones, los procesos, las estrategias, los roles y la
interacción, la periodización y la comunicación que se desarrollan en la evaluación y promoción escolar, en
4
diversas regiones y sectores del país enviados para la realización del evento
mencionado.
cumplimiento de los cambios ordenados entre el Decreto 1469 de 1987 (Promoción Escolar) y el Decreto 1860
de 1994. (2). Valorar y comunicar algunas de las propuestas sobre evaluación y promoción escolar, que
aportan elementos significativos o críticos para el análisis, la reflexión y puesta en práctica de las mismas.
5
CAPITULO 1. CAMBIO DE MODELO EN LA EVALUACIÓN ESCOLAR
Introducción
2
Durante el período en que se desarrolló esta investigación se encuentran múltiples artículos de prensa, tanto al
comienzo, agosto de 1997, hasta el final, junio de 1998. Al respecto se citan solo algunos ejemplos: 6 de
agosto de 1997, página editorial, diario El Espectador, sobre Promoción Automática, de José Fernando
Ocampo y Francisco Cajiao; 5 de noviembre de 1997, página 4a Editorial del diario El Tiempo: “Tutelitis y
educación”; noviembre 4 de 1997, página 4a del diario El Tiempo: “Premio a la mediocridad” por María Cristina
Arciniegas de Vélez, Rectora Colegio Sagrado Corazón de Jesús, Santafé de Bogotá; 20 noviembre de 1997,
página 7a del diario El Tiempo: “Alumno de sexto grado mató a su profesora”, Medellín; y finalizando este
informe, se encuentra el 25 de junio de 1998, página 2c del diario El Espectador: “Los malos estudiantes no
pierden el año sino salen ganando”, por María Dolores García Rubio.
3
NIÑO DIEZ, Jaime, Acciones y resultados de la educación en 1977, s. p. de i.; s. p. de f. y s. de c:pp. 46-47.
4
MICHEL, Alain. Conducción de un sistema complejo: La educación nacional, En Revista Iberoamericana de
Educación. 10, OEI, 1996:30
6
conocimiento más amplio de la realidad nacional sobre la organización y la acción
evaluativa.
Del mismo modo, sobre el análisis de la evaluación del aprendizaje y sobre programas
6
educativos hay escasas publicaciones colombianas , como lo verificaron Rojas y
7
Camargo (1996:37) : "Con fundamento en el rastreo documental realizado sobre el
discurso evaluativo que circula en el país puede afirmarse que la evaluación de
programas educativos es un área que no ha sido objeto de análisis y estudio
8
sistemático en Colombia, con excepción del trabajo de Losada, R. (1989)’’ Sin
embargo, sí hay abundantes publicaciones sobre los posibles efectos de la promoción
automática enunciada en el Decreto 088 de 1976 y reglamentada en la Resolución
17487 de 1984 9, o las posibles formas de interpretar y/o organizar el cambio de la
evaluación ordenada en el Decreto 1860 de 199410.
5
ARACIBIA, Violeta, CASASSUS, Juan y FROEMEL, Juan Enrique. Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de
la Calidad de la Educación, En: Revista Iberoamericana de Educación, 10, 1996:232.
6
Véase:
• CARRILLO, Ilberia y otros: La problemática de Evaluación Escolar en Colombia, editorial Presencia, Bogotá,
1986.
• CARRILLO, Ilberia. Hacia nuevos enfoques de la evaluación educativa, En: revista Opciones Pedagógicas, II
semestre, 1990, 4:32-38.
• NIÑO ZAFRA, Libia Stella. Pedagogía y evaluación: relaciones y transformaciones, En: Opciones Pedagógicas,
I semestre, 1991, Nº5: 7-12.
7
ROJAS, Manuel y CAMARGO, Marina. La evaluación de Programas educativos Nacionales Colombia, 1960-1992,
editorial ARFO, Bogotá, 1996
8
LOSADA, Rodrigo. Evaluación de Programas educativos del Ministerio de Educacional Nacional, 1989.
9
Véase por ejemplo:
∗ LEON P. Teresa. La promoción automática: un reto y una oportunidad, En: Revista Educación y Cultura, Nº 13,
1987.
∗ TORO, Bernardo. La hora de la verdad: Implicaciones del Decreto 1469, En: Revista Educación y Cultura, Nº
13, 1987:22-28.
∗ GALEANO, A. La promoción Automática, En: diario El Espectador, Agosto 24 de 1987.
10
Véase:
∗ ESCOBEDO, Hernán. Los Indicadores de logros no son objetivos comportamentales, En: revista Educación y
Cultura, Nº 39, marzo de 1996: 5-10
7
Así mismo se consideró la promoción flexible como “una decisión basada en el logro
de los objetivos de las unidades o módulos que componen el currículo del grado, es
decir que la promoción era más por áreas que por grados según el ritmo de
aprendizaje y las posibilidades de asistencia a la escuela por parte del estudiante”.
(MEN,1997:67).
∗ IAFRANCESCO, Giovanni y PEREZ, Reinaldo. La Evaluación del Proceso de Aprendizaje, En: revista
Actualidad Educativa, año 2, Nº 5, Enero-febrero, 1995.
∗ ICFES, Prácticas Evaluativas en la educación Básica y Media. Diseño de Investigación, (s.p. de i.),
Bogotá,
1995.
∗ LEON PEREIRA, Teresa. Indicadores, un mirador para la educación, ed. Norma, Santafé de Bogotá, 1997..
∗ MORENO, David. La evaluación del rendimiento escolar, En: revista Educación y Cultura, 43, FECODE, Abril
de 1997:42-44
∗ NIEVES HERRERA, Juvenal: Evaluación y Promoción, una Experiencia en Construcción, En: Revista
Educación y Cultura, No. 39, año 1996:32-37.
∗ PEREZ ABRIL, Mauricio. ¿Indicadores de logro? Una mirada desde los procesos curriculares, En: revista
Educación y Cultura, FECODE, 43, 1997: 5.
∗ PEREZ, Mauricio y BUSTAMANTE, Guillermo. Evaluación escolar ¿resultados o procesos?. Editorial
Magisterio, Colección Mesa Redonda, Bogotá, 1996.
11
MINISTERIO DE EDUCACIÓN NACIONAL. La evaluación en el aula y más allá de ella: lineamientos para la
educación preescolar, básica y media, Santafé de Bogotá, 1997.
12
ROJAS, Manuel. Promoción automática y fracaso escolar en Colombia, En: Revista Colombiana de Educación,
CIUP. No.25, 1992: 73 - 95.
13
BATISTA, Enrique, MORATO, César, MARTINEZ, Alba, SANNICOLAS, Claudia, LONDOÑO, Alicia. Escuela y
promoción escolar, Editorial Universidad de Antioquia, Medellín, 1989
8
materializada en la organización de los cursos, el currículo, concepciones que
tienen profundas representaciones muy primitivas y arraigadas entre los docentes.
3. En general, las instituciones escolares no tenían un proyecto pedagógico
institucional que le diera proyección y fundamento a las acciones; tal carencia hizo
que la medida no trascendiera la acción aislada.
Con base en la revisión hecha se puede afirmar que en relación con la promoción y la
evaluación se presentan tres posiciones:
1. Los que consideran la repitencia como una norma adecuada porque permite nivelar
los grupos y así facilita el trabajo del docente y el adecuado desarrollo del grupo;
también ayuda a los alumnos que han tenido dificultades para que se ubiquen en
grupos ajustados a su desarrollo, de modo que sin presiones vayan a su propio
ritmo.
2. Los que están de acuerdo con la promoción porque aumenta la motivación del
alumno y del docente; además, la reprobación no hace que mejore el nivel de
homogeneidad dentro de los grupos, daña el autoconcepto del niño y dificulta su
socialización.
9
3. Los que consideran que la evaluación no informa suficientemente sobre el
aprendizaje del niño pues las evaluaciones y los sistemas de decisión respecto a la
promoción no proporcionan un indicador válido y confiable para establecer el nivel
de conocimiento del alumno.
La reseña de Estévez (1996) expone una experiencia realizada desde 1991 sobre
evaluación integral por procesos en básica secundaria y llevada a cabo en el marco de
una investigación en varios colegios de Santafé de Bogotá.
La revisión anterior permite afirmar que las acciones evaluativas del país, anteriores a
la expedición del Decreto 1860 de 1994, utilizaban las calificaciones para cumplir las
17
RODRIGUEZ ESPINAR, Sebastián. Factores del Rendimiento Escolar. Oikos-Tau, s.a. ediciones, Barcelona,
1992.
11
funciones: selectiva, de control académico y disciplinario y de orientación; al mismo
tiempo reportaban el cumplimiento de la educación básica primaria y de justificación
para la promoción de un grado a otro. Posteriormente, la función disciplinaria de las
notas tuvo como propósito colocar deliberadamente la libreta de calificaciones al
servicio del sometimiento de los alumnos a la disciplina escolar. Quienes abogaban
por la supresión de las calificaciones decían que las calificaciones dependían del
profesor, no eran objetivas, generaban temor, eran medio de dominación, entre otras.
18
Un amplio análisis del tema se desarrolla en Suárez y Latorre (1997) .
Dado que cada una de las comunidades educativas debió interpretar el cambio de
norma en la evaluación del aprendizaje contenida en la Ley 115 de 1994 y en sus
Decretos reglamentarios, Ley que se extiende a todas las instituciones de educación
preescolar, básica y media del país y por lo tanto obliga su cumplimiento, esta
investigación busca conocer la respuesta encontrada a la misma situación como
consecuencia del análisis desde los dos puntos de observación, uno desde la teoría
(discurso legal) y desde el deber ser sobre la práctica (la organización y la acción), y el
otro, desde la práctica iluminada por un deber ser teórico y técnico; este estudio
determinará un conocimiento más amplio y real de la problemática de la evaluación
escolar:
18
SUAREZ, Pedro Alejandro y LATORRE, Helena. Evaluación escolar: talleres de autoaprendizaje. Universidad
Pedagógica y Tecnológica de Colombia, Tunja, 1997:14.
12
CAPITULO 2. CONCEPCIONES E INTERESES DE LA EVALUACION ESCOLAR
Este marco comprende dos aspectos: el primero se refiere al significado del discurso,
la organización y la acción dentro de las concepciones de la evaluación; el segundo
delimita los conceptos principales en los que se fundamenta la actual norma sobre
evaluación escolar en Colombia: el objetivo, el logro y el indicador de logro. Además,
se establece la hipótesis evaluativa que guía la investigación.
El discurso
21
De acuerdo con lo expuesto por Ball (1989:33), el discurso se entiende como el
componente ideológico del interés de los actos humanos. El interés ideológico, según
este autor “concierne a cuestiones valorativas y de adhesión filosófica: ideas sobre la
práctica y la organización referidas o expuestas en debates o discusiones. Estos
intereses relacionan a menudo problemas prácticos con posiciones políticas o
filosóficas fundamentales”. El discurso expresa la ideología del suprasistema, de quien
mantiene el control central.
19
HABERMAS, J. Teoría y Praxis, Estudios de filosofía social, editorial Tecnos, Madrid, 1987.
20
POPKEWITZ, T.S. The Myth of Educational Reform: A study of school responses to a program of change,
University of Winsconsin, Press, Madison Wis, 1982.
21
BALL, Stephan. La micropolítica de la escuela: hacia una teoría de la organización escolar, editorial Paidós,
1989:33.
13
El cuadro 1 reúne las características del discurso en las tres racionalidades
evaluativas.
La organización.
22
DE ALBA, Alicia. Evaluación curricular: conformación conceptual del campo. Universidad Nacional Autónoma de
México. 1991.
15
circunstancias en que se hallan”. La caracterización de tal organización en cada
concepción evaluativa comprende las formas de interacción de los actores educativos,
los criterios para tomar decisiones y la delimitación del ambiente en el que se
desarrolla tal interacción.
La acción evaluativa
23
Grundy (1987:43) explica que la acción en la racionalidad técnica responde a la
necesidad de implementar las ideas para mejorar los productos; es una acción
estratégica que demanda elegir una habilidad para aplicarla en una situación particular
correspondiente a un objetivo muy específico.
La precisión hecha sobre los componentes de la evaluación permite ahora tener una
mirada estructural de cada una de las racionalidades: evaluación tradicional,
racionalidad técnica de la evaluación, racionalidad práctica y racionalidad crítica de la
misma. Tal caracterización es fundamental para determinar los componentes que de
una u otra tienen la evaluación por objetivos y la evaluación por logros, propuestas
como dos modelos diferentes de evaluación escolar pero con estrategias evaluativas
correspondientes a una misma racionalidad evaluativa; además, permite establecer las
características que de cada racionalidad tiene el discurso, la organización y la acción
evaluativa colombianas en el marco de la Ley 115 de 1994, objeto de esta
investigación.
24
GIMENO S., J. El Curriculum: una reflexión sobre la práctica, 2edic, Editorial Morata, Madrid, 1989.
19
evaluado y el discurso. El evaluador se comprende como la persona provista de una
memoria que contiene diversas informaciones sobre el evaluado, el acto de evaluación
se entiende como la realización de una comparación entre el modelo y el producto que
se expresa mediante un juicio; el evaluado se asume como objeto o sujeto de la
evaluación. En la fila se tiene en cuenta el papel que cumple cada uno de ellos, así
como la acción o ejercicio práctico. Los mismos aspectos se desarrollan en los
cuadros 5 y 6 que sintetizan las características de cada concepción evaluativa.
Esta concepción de la evaluación asume que todos los alumnos deben llegar a los
mismos resultados, aunque el tiempo requerido sea diferente. El discurso en la
racionalidad técnica, de acuerdo con lo dicho anteriormente, se centra en el control
que ejercen agentes externos mediante la toma de decisiones con base en criterios de
homogeneidad, universales para todos; además, se considera que los resultados
obtenidos son validados y objetivos dado que se obtienen mediante un proceso
evaluativo científico. La organización corresponde a una planeación rigurosa que se
debe ejecutar en igual forma sin la participación de los alumnos; la acción se
desarrolla mediante la emisión de juicios objetivos e irrefutables sobre la base de la
información obtenida en pruebas de objetivas. El cuadro 5 sintetiza estos elementos
teniendo en cuenta tanto el ejercicio de la evaluación como el papel que cada uno
cumple dentro del proceso evaluativo.
20
25
NOT, Louis. La enseñanza dialogante. Editorial Herder, 1992.
22
1. La evaluación se desarrolla dentro de un clima político conformado por el espacio
de participación de la comunidad escolar, de modo que el acto evaluativo se realiza
mediante una construcción interactiva (House, 1997:154,158)26; además, la norma
genera un espacio para que ella se realice como acto político: los comités de
evaluación y de promoción. En particular, la participación del alumno en el proceso
evaluativo da la posibilidad de tomar conciencia de su individualidad, de ser gestor de
su formación y responsable de su propio aprendizaje.
2. Se asume la existencia de la subjetividad como concepción de la persona en cuanto
unidad y diversidad, en cuanto condición de continuidad del yo en su interacción
social; este componente fundamenta la necesidad de una evaluación que tenga en
cuenta ese yo continuo e involucre el seguimiento y el acompañamiento para que
avance en un proceso permanente de promoción. Tal componente de la evaluación
cualitativa requiere la comprensión de la persona como totalidad, como integralidad
27
(García, 1995:503 ss.) .
Para Ralph Tyler (1949), educación significa modificar las formas de conducta
humana, entendiendo por conducta un concepto amplio que involucra tanto el
pensamiento y el sentimiento, como la acción manifiesta. Esta concepción educativa
surge en el marco de las teorías administrativas de comienzo de siglo que buscaban
para la organización de las fábricas una fundamentación científica, centrada en la
consecución de metas en términos de eficacia y eficiencia. La administración
científica, teoría desarrollada por Frederick Taylor( citado por Chiavenato, 1992)35 para
mejorar la productividad en la industria, tiene como principios la eficiencia, la eficacia,
la productividad, la economicidad, la intensificación en los resultados; además, se
basa en el principio de excepción con base en el que se toman decisiones sobre los
resultados y desempeños diferentes para mejorar la producción.
Esta teoría fue tomada por Ralph Tyler como respuesta a la necesidad de generar una
educación de masas cuya finalidad era formar una fuerza de trabajo para la
producción industrial y para reproducir el modelo social existente; en este momento la
escuela buscaba resultados controlables de modo que se pudieran medir y verificar
mediante la repetición del comportamiento deseable.
En esta teoría se asumen los objetivos como cambios que se espera sucedan en los
seres humanos, en términos de conductas y como consecuencia del proceso
educativo. Tales objetivos tienen el carácter de medibles: “debe decidirse acerca de
los términos o unidades por emplear para resumir o evaluar el registro de la conducta
obtenida. Todo objetivo debe ser mensurable”. (Tyler, 1973:118 ss.); sin embargo, esa
medición no se debe reducir a una calificación sino que es el resultado de una síntesis
analítica de los aciertos y errores que sucedieron en relación con cada objetivo.
Para identificar los objetivos educacionales, Tyler señala tres fuentes: la primera
corresponde al educando para determinar cuáles son sus necesidades e intereses,
30
BLOOM, Benjamín. Taxonomía de los objetivos de la educación: clasificación de metas educacionales. Editorial
El Ateneo, 9º edición, Buenos Aires, 1956.
31
KEMMIS, S. El curriculum: más allá de la teoría de la reproducción, ediciones Morata S.L. Madrid 1993:59
32
PIAGET, Jean, Seis Estudios de Psicología, de. Seix-barral, 1984
33
VIGOTSKI, Lev S. Pensamiento y Lenguaje: teoría del desarrollo cultural de las funciones psíquicas (1934),
editorial Pléyade, Traducción de María Margarita Roture, Buenos Aires.
34
POZO, J.I. Teorías cognitivas del aprendizaje, ed. Morata., 1993.
35
CHIAVENATO; Idalberto. Introducción a la teoría de la administración. Editorial McGrawHill, Bogotá, 1992:35-83.
24
procurando señalar los cambios de conducta que debe proponer la escuela; la
segunda fuente se refiere a la vida contemporánea y considera que su estudio, por
medio del análisis de las tareas que son preponderantes en ella y las demandas que
las actividades sociales hacen a sus ciudadanos, proporciona una valiosa información
que sugiere objetivos diversos; la tercera fuente es la cultura que señala objetivos
importantes a través de informes elaborados por especialistas de las diferentes
asignaturas que se estudian en la escuela. Además de estas fuentes, el autor tiene en
cuenta que los objetivos provienen de la psicología, la sociología y la filosofía.
Los objetivos tienen una finalidad en si misma en cuanto determinan los resultados
esperados en confrontación con los resultados arrojados por la evaluación diagnóstica;
en tal sentido, los objetivos se constituyen en la base para la elaboración de los
instrumentos de evaluación tanto diagnóstica como sumativa. Los objetivos se
elaboran, según Bloom (1956:28), teniendo como referencia cuatro aspectos: la
elección que hacen los docentes de los mismos, la información que tienen sobre los
alumnos, la naturaleza de la materia que se ha de aprender y los principios de la
psicología del aprendizaje.
Por otra parte, los objetivos son la base de esta teoría educativa y deben responder a
cuatro aspectos que Tyler propone así:
En síntesis, se puede afirmar que los objetivos son componentes de una racionalidad
técnica de la evaluación y del currículo y su interés principal es establecer parámetros
externos de comparación para determinar el nivel en que se han alcanzado las metas
propuestas; además, tienen un carácter cuantitativo y las decisiones que se toman se
fundamentan en la calificación alcanzada. Si bien en la práctica, la evaluación por
objetivos se redujo al proceso de asignar una calificación, Tyler enfatiza en la
importancia de disponer de una explicación de tales resultados así como de hacer una
valoración continua del proceso de aprendizaje.
El logro en la evaluación
La noción de estructura propuesta por J. Piaget (1977) podría servir de base para
fundamentar la concepción educativa de logro. Este autor propone la estructura como
una construcción dinámica de cualquier organismo que presenta leyes y propiedades
de totalidad, con sistemas parciales; así, cada estructura es el punto de logro de un
estadio y el punto de partida de un nuevo proceso evolutivo. En cada estructura se
refleja una gama de organizaciones que se manifiestan en una secuencia definida
dentro de un período de edad aproximado en el continuo desarrollo de la persona;
cada etapa de la vida corresponde a un estadio o período de formación que
evoluciona mediante una fase de asimilación y otra de acomodación; estas etapas se
caracterizan por la organización progresiva en acciones y en operaciones concretas y
formales.
38
ESCOBEDO, Hernán. Los indicadores de logro no son objetivos comportamentales, En: revista Educación y
Cultura, Fecode, No. 39 de Marzo de 1996: 5-10.
27
Además de estas dos interpretaciones, cabría estudiar el significado del logro con
base en J. Bruner (citado por Pozo, 1993) quien ha considerado que el aprendizaje es
como un andamiaje, donde el niño regula su propio desempeño, lo analiza y toma
conciencia de él. En este sentido, el logro es el acto que se reconoce, se juzga a sí
mismo y proporciona elementos de autocontrol; también permite la actuación del
adulto como una conciencia para dos.
Por ejemplo Oakes expresa: ‘‘En el lenguaje educativo actual, se entiende por
indicador un dato o una información relativo al sistema educativo o a alguno de sus
componentes capaces de relevar algo sobre su funcionamiento.’’(Oakes, 1986, citado
39
por Tiana, 1996:48) . Y es fácil encontrar indicadores para la relación educación -
39
TIANA, Alejandro. La evaluación de los sistemas educativos, En: Revista Iberoamericana de Educación, Nº 10,
1996:51
28
economía, en razón a la gran importancia que las sociedades industriales le asignan a
la educación, mediante la contribución al crecimiento económico y a la distribución
racional de la mano de obra cualificada; así, se han convenido indicadores para la
equidad en relación con la educación y las oportunidades sociales que se le brindan a
los individuos; estos indicadores se determinan por la posibilidad de acceso a la
enseñanza en función del número de plazas disponibles para los alumnos en el
sistema de enseñanza; también, por el apoyo concedido por las instituciones sociales
para asistir a los centros, y por los medios de financiación de que disponen los
individuos para alcanzar su preparación. Se han establecido otros indicadores para el
sistema de enseñanza al servicio del individuo y se han tenido en cuenta en este caso,
la satisfacción de la demanda y rendimiento de la enseñanza por individuo.
Otra clase de indicadores que se han fijado son los que tienen que ver con la
educación y la calidad de la vida como los de transmisión de los conocimientos como
factor de desarrollo, así como para la igualdad de oportunidades. En el caso de la
evaluación escolar, para formular los indicadores del aprendizaje sería preciso
considerar el sistema de enseñanza y las metas que se propone.
Hipótesis de investigación
El marco teórico permite proponer para esta investigación una hipótesis evaluativa
inferida de los estudios nacionales, de los documentos sobre la organización de la
evaluación escolar y de las prácticas evaluativas actuales. Como hipótesis evaluativa
se valoraría la relación de la racionalidad que subyace en el discurso contenido en la
legislación sobre la evaluación escolar, con la forma como se organiza tanto la
evaluación escolar y las acciones que realizan las comunidades escolares del país.
Esta relación se expresa en el diagrama 1.
29
DIAGRAMA 1. HIPOTESIS EVALUATIVA
Organización
Discurso Evaluativa
Legal
EVALUACION
EVALUACION
ESCOLAR
ESCOLAR
Acción
Evaluativa
Hipótesis evaluativa:
En este capítulo se indica el diseño seguido para alcanzar los objetivos de esta
investigación evaluativa; el diseño se basa en el modelo de referentes específicos
40
expuesto por G. Briones (1985:23 ss.), con una metodología cuanti-cualitativa.
Para los fines de esta investigación se asume la investigación evaluativa como "la
aplicación sistemática de los procedimientos de la investigación social, para valorizar
la conceptualización y el diseño, la ejecución y la utilidad de los programas de
intervención social. La investigación evaluativa usa de las metodologías de la
investigación social para juzgar y mejorar la planificación, la verificación, la efectividad
y la eficacia de los programas sociales ...", de acuerdo con la definición establecida
41
por Rossi y Freeman.
40
BRIONES, Guillermo, Evaluación de programas sociales, editorial Interamericana Ltda, Santiago, Chile, 1985.
41
ROSSI, Peter H, y FREEMAN, Haward E., Evaluación, editorial. Trillas, México, 1989:43.
42
FOX, David. Investigación experimental, En: El proceso de investigación en educación. Pamplona: Ediciones
Universidad de Navarra S.A. 1981:511-549.
43
POURTOIS, J.P. y DESMET, H. Epistemología e instrumentación en ciencias humanas, Barcelona, editorial
Herder, 1992.
31
realizar generalizaciones apoyadas en la cuantificación de las características
observadas.
También se tuvo en cuenta lo dicho por G. Briones (1985:24): “en la práctica misma de
la evaluación, con frecuencia el investigador combina enfoques y procedimientos de
uno o más de los modelos clasificados y con ellos define su diseño específico de
evaluación”; dada la existencia de realidades múltiples, la investigación exige
perspectivas diversas y complementarias sobre el mismo objeto para enriquecer su
comprensión.
45
Además, Cronbach (citado por Stufflebeam,1987:142 ss.) toma una posición similar
al exponer el enfoque estructural de la evaluación y hace énfasis en satisfacer la
demanda política y social de información sobre las acciones que se han desarrollado
para implementar una política. Este autor afirma que se debe asumir una posición de
equilibrio en el enfrentamiento del método experimental y el natural y para ello se
deben combinar los dos métodos para mantener un equilibrio entre la generalidad que
proporcionaría la objetividad y la particularidad de la subjetividad; ese equilibrio debe
permitir un control flexible de acuerdo con cada estudio.
44
AGUERRONDO, Inés. El planeamiento educativo como instrumento de cambio, editorial Troquel, Buenos Aires,
1990.
45
STUFFLEBEAM, Daniel y SHINKFIELD, Anthony. La planificación educativa según Cronbach, En: Evaluación
sistemática, Guía teórica y práctica, editorial Paidos, MEC, Madrid, 1987.
32
El análisis del discurso que soporta la norma sobre evaluación escolar se basa en los
documentos emanados del Ministerio de Educación Nacional, tanto legales como
directivos constituidos por la Ley 115 de 1995, el Decreto 1860 de 1994, la Resolución
2343 de 1996 y el texto mencionado “La evaluación en el aula y más allá del aula”
(Ministerio de Educación Nacional,1997). Para tal fin se utilizó una metodología
cualitativa mediante la cual se describe el significado de la evaluación y la concepción
que lo soporta, los conceptos básicos, las finalidad y los usos de la evaluación escolar,
las relaciones de poder que se establecen legalmente y la toma de decisiones.
Cuadro de categorías:
El cuadro 7 contiene las categorías, subcategorías y los ítems que se utilizaron para
recoger la información sobre la acción evaluativa.
34
CUADRO 7. CATEGORIAS DE LA ACCION EVALUATIVA
Participación ..........................
36
• Evaluación del desempeño
• Docentes
• Directivos docentes
Dicha convocatoria cubrió en principio a una población conformada por todos los
docentes y directivos docentes del sector escolar del país, educación preescolar,
básica y media. Así mismo, invitó a todos los Secretarios de Educación, Directores de
Núcleo, profesionales del Ministerio de Educación Nacional y teóricos de la evaluación
46
en el país. De acuerdo con estadísticas del Ministerio de Educación para 1995 , el
primer sector de la población, docentes y directivos docentes, está conformado por
387.561 docentes que atiende a 8.714.603 estudiantes matriculados en 57.022
establecimientos; de estos maestros, están vinculados al sector oficial 263.154
(67.9%) y atiende al 71.7% de los alumnos del país; los docentes del país atienden
cada uno un promedio de 20 alumnos y están distribuidos así: el 10% en preescolar, el
49.4% en básica primaria y el 40.6% en básica secundaria.
46
MINISTERIO DE EDUCACION NACIONAL. Boletín de estadísticas educativas 1995. Preescolar, primaria y
secundaria. Dirección de Planeación, Santafé de Bogotá, agosto de 1997: 37-51
37
CUADRO 8. POBLACION DOCENTE EN COLOMBIA: 1995
La información sobre las acciones evaluativas se obtuvo mediante una encuesta que
se diseñó de acuerdo con el cuadro de categorías para la acción evaluativa y se aplicó
a 170 docentes que participaron en el evento mencionado. Esta encuesta,
denominada “¿Cómo estamos evaluando?”, recogió información sobre las acciones
de los docentes y de sus instituciones al evaluar el aprendizaje; comprende 21
preguntas de selección y tanto en cada una de ellas como al final de la encuesta, los
integrantes agregaron la información que consideraron pertinente. Dicho instrumento
se encuentra en el anexo 1
38
• Enunciar los aspectos del tema seleccionado que han sido deficientes, difíciles de
llevar a cabo en la evaluación escolar o que al respecto, han sido inadecuados en
su institución.
• Enunciar los aspectos del tema señalado que considera valiosos para fortalecer y
como tal se deben conservar y mejorar en su institución.
• Enunciar las oportunidades o posibilidades que ofrece el tema señalado y que
permitirían mejorar la calidad de la evaluación en su institución.
• Enunciar las consecuencias del aspecto señalado, que podrían ser una barrera o
ser nocivas para la evaluación escolar en su institución.
.
Las mesas se organizaron en forma heterogénea de modo que participaron docentes
de diferentes sectores y regiones del país y nombraron una persona para realizar una
relatoría analítica de la discusión desarrollada. Las conclusiones de estas relatorías se
anexan a esta investigación (Anexo 3) y corresponde a diez aspectos así:
39
La Constitución de 1991.
Este nuevo Estado Social supone además, una redefinición de las formas de
aseguramiento social de las necesidades públicas, como la educación. La
responsabilidad del Estado en la educación incluye lo esencial de la organización
administrativa y financiera, la educación para todos, articulada desde los hogares
infantiles hasta la tercera edad.
Del análisis expuesto se puede concluir que en la Constitución Nacional se revela una
intención de una racionalidad práctica centrada en la atención de las necesidades de
la persona, a la calidad de la educación, al mejor nivel de vida, al acceso masivo a la
educación, y en general al bienestar y la justicia social que permita el libre desarrollo
de la persona. Sin embargo, también aparece el discurso de una racionalidad técnica
que se expresa en el control que ejercerá el Estado, y se ratifica en el artículo 67,
citado anteriormente.
47
Al respecto, la Constitución de 1991 dice:
• (Art. 16.); ‘’Todas las personas tienen derecho al libre desarrollo de su personalidad sin más limitaciones que
las que imponen los derechos de los demás y el orden jurídico’’ .
• (Art. 27); ‘’El Estado garantiza las libertades de enseñanza, aprendizaje, investigación y cátedra.’’
• (Art. 67); ‘’La educación es un derecho de la persona y un servicio público que tiene una función social: con
ella se busca el acceso al conocimiento, a la ciencia, a la técnica, y a los demás bienes y valores de la cultura.’’
‘’La educación formará al colombiano en el respeto a los derechos humanos, a la paz y a la democracia; y en las
prácticas del trabajo y la recreación, para el mejoramiento cultural, científico, tecnológico y para la protección
del ambiente.’’
‘’El Estado, la sociedad y la familia son responsables de la educación, que será obligatoria entre los cinco y los
quince años de edad y que comprenderá como mínimo, un año de preescolar y nueve de educación básica.’’
‘’La educación será gratuita en las instituciones del Estado, sin perjuicio del cobro de derechos académicos a
quienes puedan sufragarlos.’’
‘’Corresponde al Estado regular y ejercer la suprema inspección y vigilancia de la educación con el fin de velar por
su calidad, por el cumplimiento de sus fines y por la mejor formación moral, intelectual y física de los
educandos; garantizar el adecuado cubrimiento del servicio y asegurar a los menores las condiciones
necesarias para su acceso y permanencia al sistema educativo’’
42
proponer, así como en el modelo evaluativo; es necesario recorrer cada uno de estos
aspectos para determinar la racionalidad que prevalece en ellos.
Fines de la educación: Los fines que propone la Ley para la educación prescolar,
básica y media, son coherentes con la racionalidad práctica que fundamenta la
Constitución Nacional, no solo en la posibilidad que tiene el individuo de participar
sino en cuanto la formación que debe recibir para tener la capacidad de participar en
forma crítica en la toma de decisiones relacionadas con las problemáticas del país.
Además, enfatiza los mismos fines de la educación en función de la persona, (art. 1,
5.1, y 91), el trabajo como un medio para su desarrollo (art. 5.11; 13, g y 20, a) y la
participación de la comunidad, (art. 6).
La ley hace especial énfasis en el carácter plural del ser humano y legisla de acuerdo
con las necesidades de algunos grupos dentro de la diversidad étnica, intelectual y
física, cultural, regional tanto al proponer todo el Título III para tal fin, como al
proponer la elaboración de PEIs para atender a las necesidades de la región.
48
MINISTERIO DE EDUCACIÓN NACIONAL, Lineamientos generales de los procesos curriculares, Santafé de
Bogotá, 1994.
43
hace énfasis en el cambio que debe tener al pasar de una posición receptora,
reproductora de códigos y normas de la institución escolar para tomar parte en el
gobierno de la misma (art.142). De esta comunidad hacen parte no solo los docentes,
directivos docentes y alumno, sino también sus familias y los egresados. En particular,
mediante la conformación del Consejo Estudiantil y la constitución de la figura del
personero, se le otorga voz y participación activa a los estudiantes, así como
derechos para exigir calidad y velar por el respeto a los derechos humanos en las
comunidades educativas. (Art. 93 y 94).
Con base en el análisis realizado se puede afirmar que la Ley 115 de 1994 se
fundamenta en una racionalidad práctica en cuanto mantiene una concepción
educativa centrada en la persona como sujeto individual, diverso y partícipe, dentro de
una comunidad que se constituye también en educadora. Sin embargo, deja espacios
para aspectos relacionados con una racionalidad técnica como el control mediante
una evaluación centralizada, las áreas obligatorias, la determinación desde el MEN,
de los criterios de evaluación y promoción escolar.
El Decreto 1860 de 1994, reglamentario de la Ley 115 de 1994, amplía los conceptos
de proyecto educativo y determina la organización de la educación (cap. II); la
organización del proyecto educativo institucional (cap. III), la organización del gobierno
escolar (cap. IV) así como del currículo y de la evaluación (caps. V y VI). La
evaluación del aprendizaje se concibe y se ordena para que sea practicada mediante
la determinación de logros; en ella se le otorga a la evaluación del aprendizaje una
gran importancia en el proceso educativo y se le caracteriza como integral, cualitativa
y continua. El análisis de la racionalidad que soporta la evaluación dentro del Decreto
1860 y de la Resolución 2343 de 1996 se realizará al final de este capítulo.
45
La Resolución 2343 de 1996
Esta Resolución fija los logros y los indicadores de logros en cada uno de las áreas y
de los niveles y enfatiza que los establecimientos educativos deben hacer los ajustes
necesarios a los logros e indicadores que hubieren definido, para que sean acordes
con lo dispuesto en la misma (art.24).
Una lectura analítica de la Ley en mención y de sus Decretos reglamentarios deja ver
la falta de coherencia de la evaluación cualitativa al ordenar la evaluación por
indicadores de logro que hacen referencia necesaria a la medición de los mismos.
Además, aunque enfatiza en la necesidad de que el estudiante sea el eje del proceso
educativo, sigue refiriendo los indicadores de logro al currículo.
El interés técnico en este discurso se mantiene hacia las ideas (como persona,
autonomía, educación, ambiente, comunidad) y no se puede valorar como práctico,
es decir, directamente aplicable a la acción, porque requiere ser reinterpretado y es en
este aspecto en el que se hace ambiguo, por lo tanto de difícil comprensión: cuando el
discurso se inspira en el interés técnico, la norma mantiene una relación prescriptiva
sobre la práctica; en tal caso la acción está relacionada con el producto. Así como
está guiada por ideas prescriptivas, la acción informada por el interés técnico está
sujeta a la evaluación a cargo de otros.
En los últimos diez años la evaluación escolar ha generado gran interés por parte de
los padres de familia, estudiantes, comunidades escolares, gremios y expertos, como
se evidencia en proyectos de los colegios, en los artículos de prensa, en la demanda
de capacitación de los docentes y en las múltiples publicaciones nacionales e
internacionales; dicho interés se despertó, en parte por la reglamentación sobre
Promoción Automática(1987) y se intensificó con la promulgación de la Ley 115 de
1994, en especial por los cambios en la denominación de la evaluación como
continua, integral, descriptiva mediante logros y por la promoción flexible hasta grado
noveno; además, esta preocupación se hace más explícita con las demandas
permanentes de la sociedad civil.
49
Misión Ciencia, Educación y Desarrollo, Colombia: al filo de la oportunidad, informe conjunto, Impresión Punto
EXE Editores. Santafé de Bogotá, 1994: 94, literal f.
50
PREAL, El futuro está en juego. Informe de la Comisión sobre Educación, Equidad y Competitividad Económica,
integrada por 18 líderes del continente; en representación de Colombia estuvo el Dr. Rudolph Hommes. El
informe fue organizado por el Programa de Promoción de la Reforma Educativa de América Latina, PREAL, y
por la Corporación de Investigaciones para el Desarrollo CINDE. El informe fue presentado en Colombia por el
Vicepresidente del Diálogo Interamericano, Dr. Juan Manuel Santos. La versión de este informe fue acogida por
los siguientes diarios: El Tiempo, (del 16 y 17 de abril), Portafolio (16 de abril), La República (16 de abril, El
48
Para cambiar estas condiciones del contexto educativo colombiano de acuerdo con
las necesidades reales de las personas y con las necesidades globales de la
sociedad, se ha hecho necesario identificar los propósitos de cambio en toda la
comunidad educativa y generar estrategias de innovación relacionadas con el
crecimiento global y competitivo, condiciones que requieren capacidades y habilidades
evaluables en la persona como ciudadano y no solo como estudiante.
Por tal razón, la evaluación escolar pasó a ser concebida por la Ley 115 de 1994
como un proceso permanente y sistemático tendiente a favorecer el desarrollo
potencial de cada estudiante; así mismo, la Ley dispuso involucrar en la evaluación a
todos los actores para proporcionar información útil y oportuna a cada uno de ellos y
por lo tanto a la institución, de modo que permitiera una mayor racionalidad en la toma
de decisiones.
Desde este modelo, la evaluación está en estrecha relación con el papel que la
sociedad civil le asigne a la persona y por la tanto a la educación. Estas expectativas
hacen referencia a la transmisión de unos conocimientos, a unas habilidades y a la
formación del conocimiento productivo que no se dirija exclusivamente a informar sino
a formar competencias, comportamientos, valores, aptitudes para el desarrollo de la
persona.
Colombiano (16 de abril), Diario del Huila (16 de abril) El Espectador, (17 de abril), La Opinión (19 de abril) y
El País(22 de abril). Los distintos artículos sostienen que si Latinoamérica no reforma su sistema educativo
estará condenada al estancamiento económico porque según cifras, el retraso acumulado de la inversión
condiciona la calidad y la equidad en educación. En el caso de Colombia, este es un país que manifiesta mala
calidad de la enseñanza por inversión insuficiente en la escuela, falta de autoridad y responsabilidad en la
escuela y evaluación inadecuada del aprendizaje. La mala calidad de la enseñanza se observa en la escasa
escolaridad con un promedio de 5.2 años, (Latinoamérica, 7.0 años); en la mala enseñanza del lenguaje, las
matemáticas y las ciencias. (Colombia quedó penúltima en una prueba de matemáticas entre 41 países); en la
deficiente instrucción porque los docentes están mal capacitados, el 25% no tiene título y reciben deficientes
salarios; en la escasa escolaridad ( la educación privada da instrucción con 800 horas por grado al año
mientras que la oficial solo 500); la evaluación inadecuada del aprendizaje se observa en la tasa de repitencia,
(en Colombia, 14%); en la alta deserción, (en Colombia de cada 10 solo 3.7, llegan a la secundaria) y los altos
costo de repitencia ($3’300 USA). Según estos artículos, el informe recomienda: aumentar la inversión en
educación básica, (Latinoamérica invierte 48 dólares por estudiante y los países desarrollados $1.211); mayor
control a la escuela pública por parte de la comunidad y establecer estándares de evaluación para los
programas de educación con resultados que se analicen, rindan y sometan a la opinión pública; mejorar la
capacitación y los salarios de los profesores y mejorar los procesos de evaluación escolar.
49
reciba una educación con calidad y equidad mediante un conocimiento que le permita
integrarse productivamente al desarrollo de su región y por ende, de la nación.
Estas directrices del MEN (1997) ratifican que en la historia educativa del país poco ha
variado la concepción de la evaluación porque se reducen a sugerir acciones,
estrategias, formas y medios de evaluar el desempeño o el rendimiento del alumno
con base en la asignación de un resultado aprobatorio o no sobre el aprendizaje de
contenidos, fundamentalmente para efectos de promoción con criterios y modalidades
similares para todos los estudiantes de un grupo; en tal sentido, la evaluación se ha
limitado a informar para acreditar (o desacreditar) al alumno y a la escuela ante la
sociedad. Son directrices que poco se ocupan de conceptualizar y darle una razón de
ser a la evaluación.
50
Las directrices que se expresan en el texto en mención son legales mas no teóricas,
con el interés de orientar las acciones evaluativas de los profesores como estrategias
para una práctica pedagógica eficaz tras la consecución de información que permita
planear acciones remediales sobre la parte en conflicto; no son directrices que
fundamenten la razón de ser de la evaluación como medio de formación del alumno y
de transformación de la educación. En ellas queda claro que la teoría como
conocimiento estructurado sobre la educación y la evaluación se concibe como apoyo
a la práctica, como fundamento conveniente pero no uno único para todo el modelo,
argumento que expresa así: “De todas maneras, si se quiere mejorar la acción
educativa es necesario disponer de alguna teoría pedagógica que oriente y justifique
la práctica.’’ (1997:22). Y agrega “es interesante analizar cualquier teoría pedagógica
desde el problema del conocimiento y estudiar, por ejemplo, los planteamientos del
Círculo de Viena, de la Escuela de Frankfort, de la Epistemología Genética y del
Racionalismo Crítico,’’(1997:19) para fundamentar el proceso de evaluación escolar.
Para este análisis propone las obras de Carnap, Habermas, Piaget y Popper,
indistintamente.
Para cumplir tal función, la evaluación del aprendizaje es definida por el Decreto 1860,
art. 47, como un proceso permanente y sistemático tendiente a favorecer el desarrollo
del potencial de cada estudiante.
51
La determinación de la obtención de los logros previstos; definir el avance en la adquisición de los
conocimientos; estimular el afianzamiento de valores y actitudes; favorecer el desarrollo de capacidades y
habilidades; identificar características personales, intereses, ritmos de desarrollo y estilos de aprendizaje;
contribuir a la identificación de las limitaciones o dificultades para consolidar los logros del proceso formativo;
ofrecer al alumno oportunidades de aprender, y en general de la experiencia; proporcionar al docente
información para reorientar o consolidar sus prácticas pedagógicas.
52
Según el artículo en mención, la información disponible permite programar actividades grupales para superar las
fallas y limitaciones en la consecución de los logros, así como actividades de profundización; además, se usará
para dar un concepto evaluativo integral.
51
1. Promover o retener a los alumnos en algunos grados.
2. Determinar la consecución de los logros previstos para cada asignatura.
3. Impulsar la formación integral.
4. Organizar planes de profundización o superación de logros.
Así mismo, la evaluación tiene como finalidad establecer las acciones remediales o de
profundización que debe desarrollar un alumno, acciones que se analizan
periódicamente, no en forma permanente en las comisiones de evaluación. Si bien el
MEN(1997:45) se pregunta qué hacer ante las dificultades, y responde sugiriendo que
el niño tenga más oportunidades de crecimiento, tampoco es explícito en dar una
respuesta precisa u orientadora; además, estos planes especiales no tienen una
finalidad específica que superen la preocupación por la consecución de los logros
previstos.
El discurso evaluativo de la norma establece una relación de poder del Estado sobre
las instituciones aunque la descentralización y la autonomía se enuncian como
banderas de la actual educación. Al respecto es claro que el Ministerio de Educación
Nacional conserva su poder (central), según lo enunciado en el artículo 148 de la Ley
115 y lo ratifica con la promulgación de la Resolución 2343 de 1996; con esta
Resolución, por una parte, establece parámetros externos de rendimiento y calidad, y
por otra, reduce la autonomía otorgada mediante el Proyecto Educativo Institucional y
el proceso de descentralización administrativa y curricular; ello se ratifica con la
observación que hace el MEN(1997:28) cuando dice que: “A nivel nacional el
Ministerio de Educación Nacional es quien establece los indicadores de logros por
conjuntos de grados y por áreas. En cada región o departamento, distrito o municipio
debe agregarse lo particular que surja de las características económicas, sociales y
culturales, según las necesidades”. Esta anotación es clara en no dar espacio a que
cada comunidad o región tome los indicadores que considere convenientes y
pertinentes de los dispuestos en la Resolución en mención, sino solamente a agregar
algunos de acuerdo con el contexto.
Otro de los componentes de las relaciones de poder que se hace explícito en la norma
sobre evaluación escolar es la participación, aspecto que se tiene en cuenta tanto en
la Ley 115 como en el Decreto 1860. Sin embargo, el discurso contenido en el texto
mencionado del Ministerio de Educación Nacional expone algunos enunciados que se
contraponen a este carácter; por ejemplo, en los procedimientos básicos de la
evaluación se asigna al docente, como individualidad, planear la evaluación, así como
analizar y valorar la información obtenida en el proceso evaluativo. En particular, cada
docente deberá valorar los aspectos académicos del alumno y compartirá
eventualmente la valoración de aspectos actitudinales, motrices, afectivos.
(1997:50,59).
Las decisiones de las que habla la norma son la promoción y la determinación de las
acciones complementarias que debe realizar el alumno. En relación con las primeras,
la comisión promoverá o retendrá a los alumnos en grados como sexto y noveno, o en
los cursos de educación media de acuerdo con los resultados de la evaluación y
53
53
según lo reglamente cada institución; en particular la comisión de promoción
determina la obtención del certificado de educación básica al cabo del grado noveno
o el título de bachiller al cabo del grado undécimo. Dicha decisión se toma con base
en la información suministrada por el docente y se realiza en el momento en que el
alumno obtenga los logros; además, atiende a las demandas de la Constitución, como
lo expresa el MEN(1997,65) cuando dice que: “La nueva forma de entender la
evaluación y la promoción contribuyen a hacer realidad el mandato constitucional de
garantizar a los colombianos nueve años de educación básica, y por lo menos uno de
preescolar”.
El alumno que no es promovido en estos cursos, para continuar con sus estudios
deberá dedicar un año lectivo a fortalecer los aspectos señalados como
insatisfactorios en la evaluación, para lo cual seguirá un programa de actividades
54
académicas orientadas a superar las deficiencias que podrán incluir actividades
previstas en el plan de estudios general para diferentes grados.
Por otra parte, la aprobación o no de una asignatura es una decisión que está
fundamentalmente en manos del docente y así lo expresa el MEN (1997:49): “Al
docente como agente dinamizador, motivador y líder de este proceso, se le atribuye
mayor responsabilidad para que los resultados de la evaluación correspondan a sus
finalidades y propósitos”. Es necesario anotar que aunque se enuncia este proceso
como participativo, el mismo enunciado anterior deja claro que los fines no son del
alumno y además, solo tangencialmente se hace referencia a su participación: “Por
otro lado, es muy importante recordar que en el análisis y la valoración de la
información es necesaria la participación de los alumnos” MEN(1997:59) y no hace
ninguna observación adicional sobre la forma de participación en el proceso mismo de
toma de decisiones y de evaluación. Además, la participación de otros docentes en la
evaluación se deja eventualmente sobre algunos aspectos actitudinales: “hay otra
información que puede ser analizada y valorada de manera compartida por los
docentes involucrados. Dicha información puede referirse a aspectos como el juicio
crítico, el respeto a los demás, la responsabilidad, la motricidad, el afecto, entre otros”.
MEN(1997:59).
53
Comité de evaluación y promoción: ‘‘Es función del Consejo Académico conformar comisiones de evaluación
integradas por un número plural de docentes, con el fin de analizar los casos persistentes de superación o
insuficiencia en la consecución de los logros. Como resultado del análisis, las comisiones prescribirán las
actividades pedagógicas complementarias y necesarias.’’ (Art. 50, Dec. 1860 de 1994)
54
De acuerdo con Teresa León (1997), las actividades de superación o de profundización, o los planes de apoyo
son actividades orientadas a acceder a nuevos conceptos; además, se deben realizar durante todo el año
escolar, no solo al final de ciertos períodos escolares ni al final del año.
54
El discurso sobre la toma de decisiones y las relaciones de poder en la evaluación
corresponde a una racionalidad técnica en tanto está refiriendo la evaluación a unos
parámetros nacionales de logro; además, la toma de decisiones no involucra la
participación de sus actores y el intercambio de argumentos para llegar a consensos o
para exponer disensos.
Parte del discurso evaluativo es la precisión en los conceptos y términos que utiliza la
norma. Tal precisión permite confrontar la racionalidad del discurso con la
correspondiente a la organización y a las acciones evaluativas. Para tal fin se tienen
en cuenta los términos que utiliza el artículo 47 del Decreto 1860 para definir la
evaluación como continua, integral, cualitativa; además, otros términos y aspectos que
completan la caracterización del discurso legal como participación, determinación de
logros, formas y usos de la evaluación, comisiones de evaluación y planes
diversificados
Continuidad:
Integralidad e individualidad:
En el artículo 48 del Decreto 1860 de 1994, establece los medios que se pueden
utilizar para realizar una evaluación integral y que atienda a la individualidad. Por otra
55
parte, evaluar integralmente está determinado por los referentes que se utilicen; al
respecto, el Decreto 1860 en el artículo 47, dice que se evalúan los aspectos
atribuibles al proceso pedagógico y en el artículo 48 agrega que la evaluación se
realiza fundamentalmente “por comparación del estado de desarrollo formativo y
cognoscitivo del alumno, con relación a los indicadores de logro propuestos en el
currículo”.
Cualitativa:
El artículo 47 del Decreto 1860 de 1994 enuncia que la evaluación debe ser
cualitativa. El MEN (1997:25) define esta característica como la comprensión del
significado de los procesos y resultados de la formación del alumno, según su ritmo
individual de desarrollo.
Por otra parte, el Decreto 1860, en el artículo 51 hace referencia al carácter cualitativo
de la información al introducir el uso de una escala literal solo para transferencias.
Sin embargo, el uso generalizado de esta escala para los informes periódicos proviene
de la autorización dada por el Ministerio de Educación Nacional en la Resolución
17486, de 1984 art. 6 y en el Decreto 1469, de 1987, art. 6, anteriores a la Ley 115.
Participación:
Además, la Resolución 2343 de 1996 dice que los indicadores de logro se referirán
también a los proyectos pedagógicos (art. 13); además, en la misma Resolución,
artículo 11, dice que los logros se determinarán para preescolar por grados según las
dimensiones del ser humano, y para el resto de los grados se determinarán por áreas.
En el mismo sentido el Ministerio de Educación Nacional (1997: 28) afirma que la
evaluación “se hace respecto a los logros esperados o propuestos en el Proyecto
Educativo Institucional, teniendo en cuenta las dimensiones del desarrollo humano y la
naturaleza de las áreas de formación”.
Formas de evaluación:
La norma establece que pueden utilizarse como medios de evaluación las pruebas de
comprensión, análisis, discusión, crítica y en general de apropiación de conceptos o
mediante apreciaciones cualitativas hechas como resultado de observaciones del
propio alumno, de sus compañeros y de sus profesores. Cualquiera que sea el medio
57
55
de evaluación del alumno, éste debe permitir la valoración del proceso de
organización que ha elaborado el estudiante y de sus capacidades para producir
formas alternativas de solución. La evaluación puede hacerse en forma anecdótica,
informal o formal; como medio se usan instrumentos y técnicas de observación, de
descripción, experimentales; como estrategias se utilizan técnicas de participación y
no participativa. La selección única o combinada de estas estrategias, medios y
procedimientos sirve para una evaluación precisa, ágil útil, relevante, y sobre todo,
orientada hacia el objetivo y propósito del desarrollo del estudiante.
Registro de la información:
55
De acuerdo con Teresa León, coordinadora del Grupo de Investigación Pedagógica, en apreciaciones hechas en
el marco del Encuentro Nacional de Evaluación y Promoción Escolar, el proceso no se puede observar sino
mediante el análisis de los resultados puntuales tenidos en cuenta en una secuencia que informe del mismo.
(Noviembre de 1997).
56
Familia: La familia como núcleo fundamental de la sociedad y la primera responsable de la educación de los
hijos, hasta la mayoría de edad o hasta cuando ocurra cualquier otra clase o forma de emancipación, le
corresponde “matricular a los hijos, participar en la asociación de padres de familia, informarse sobre el
rendimiento de los hijos, buscar y recibir orientación, participar de las organización de la institución educativa,
contribuir solidariamente en la formación de los hijos”. (Art. 7, Decr. 1860 de 1994).
58
Los profesores elaboran el informe del alumno con base en el desarrollo del nivel de
logro y consignan los conceptos emitidos en el comité sobre los niveles desarrollados
por el estudiante. Los conceptos son elaborados con base en el seguimiento57 y
observación que hacen los profesores sobre el desarrollo del alumno como los juicios
comparativos. Las normas no establecen cuántos informes deben presentar las
Comisiones, pero al ser la educación permanente y la evaluación continua se hace
igualmente necesario mantener informado al alumno y a los padres de familia
durante el proceso.
Los destinatarios del informe son el estudiante, el padre de familia y los directivos
docentes. El informe es para el alumno para que apropie reflexivamente sus
resultados, para los padres de familia quienes son los directamente responsables del
proyecto que realiza el hijo y para los directivos docentes quienes deben proceder a la
promoción y organización el Registro de Valoración Escolar.
Usos de la evaluación:
Además, en el artículo 50 del Decreto 1860 de 1994, agrega que con base en los
resultados de la evaluación de cada período, el docente desarrollará actividades para
que los alumnos superen las fallas o limitaciones que tienen, así como actividades de
profundización como investigación o monitorías.
Por otra parte, el Ministerio de Educación Nacional (1997: 22) explica que la
evaluación debe “identificar deficiencias y limitaciones, ofrecer oportunidades de
aprender de la experiencia, proporcionar información para reorientar o consolidar
prácticas pedagógicas, obtener información para tomar decisiones, promover o
certificar”
Planes diversificados:
De acuerdo con el Decreto 1860, en el artículo 49, el docente utilizará los resultados
de la evaluación para programar, como parte de la actividad normal, actividades
grupales o individuales que se requieren para superar las dificultades o para realizar
actividades de profundización.
57
El seguimiento es un trabajo permanente del maestro sobre el alumno en su desempeño en el aula, de modo
que puede saber en qué nivel está cada uno, aunque no todos lleguen al mismo nivel.
59
Los planes de superación de logros, de acuerdo con el artículo 49 del Decreto 1860
son “actividades grupales o individuales que se requieren para superar las fallas o
limitaciones en la consecución de los logros por parte de los alumnos”. También el
Ministerio de Educación Nacional (1997:63) explica que con base en los resultados de
la evaluación, “cuando la realización corriente de las actividades pedagógicas
planeadas y programadas no es suficiente para que el alumno obtenga los logros
esperados, es necesario programar actividades complementarias con el fin de superar
las deficiencias y profundizar en los casos en que las diferencias de ritmo particulares
de los alumnos así lo exijan”.
Por otra parte, el artículo 52 del mismo Decreto dice que para los grados 6º y 9º debe
conformarse la comisión de promoción con un número plural de docentes que se
ocuparán de decidir la promoción o reprobación de los alumnos o su promoción
anticipada. En tal caso, las comisiones de promoción deben reunirse más de una vez
en el año.
Además, el Ministerio de Educación Nacional (1997:47 ss.) dice que las comisiones de
evaluación y promoción “son un medio de canalizar la participación, orientar el proceso
evaluativo y tomar decisiones compartidas“. Agrega que la comisión se reunirá al
comienzo del año para acordar los criterios de evaluación y los logros del Proyecto
Educativo Institucional, así como para evaluar el nivel de los alumnos al ingresar;
durante el año debe animar y orientar el proceso evaluativo integrándolo a la práctica;
al final se reunirá para hacer el balance del desempeño de los alumnos y tomar
decisiones de promoción, retención o actividades complementarias.
60
Los Comités de Promoción podrán determinar la reprobación cuando el estudiante
haya dejado de asistir a la cuarta parte del tiempo total previsto en las actividades
programadas en el plan de estudios para determinado grado; o cuando después de
cumplidas las actividades de recuperación o nivelación, persista la insuficiencia en la
satisfacción de los logros.
Precisar el significado legal y los usos que se asignan a los logros y los indicadores de
logro en los documentos de la actual política colombiana expresa en la Ley 115 de
1994 y en sus decretos reglamentarios, tiene como finalidad establecer si hay o no
variación entre estos y los objetivos, y entre la política anterior y la actual. De tal
análisis se infiere el carácter técnico de la evaluación referida a indicadores de logro.
Por otra parte, el artículo 8 de la Resolución 2343 de 1996, define los indicadores de
logro como: “La naturaleza y el carácter de los indicadores es la de ser indicios,
señales, rasgos o conjuntos de rasgos, datos e informaciones perceptibles que al ser
confrontados con lo esperado e interpretados de acuerdo con una fundamentación
teórica, pueden considerarse como evidencias significativas de la evolución, estado y
nivel que en un momento determinado presenta el desarrollo humano”. Y el citado
documento del MEN sobre evaluación en el aula complementa diciendo que “son
medios para constatar hasta donde y en qué proporción se alcanzó el logro propuesto
o esperado”. (1997:27). Tal descripción de los indicadores de logro manifiesta su
carácter cuantitativo en la determinación de éstos como parámetros de comparación.
El significado del logros y el indicadores de logro, así como las características técnicas
de la evaluación por logros se complementan con la delimitación de los usos que se le
asignan legalmente al realizar la evaluación escolar.
58
PEREZ ABRIL, Mauricio. ¿Indicadores de logro? Una mirada desde los procesos curriculares, En: revista
Educación y Cultura, FECODE, 43, 1997: 5.
62
decreto 1860 de 1994, de acuerdo con las orientaciones del MEN (1997:26) y con la
Resolución 2343 de 1996.
2. El plan de estudios de cada grado se realizará con base en los logros institucionales
y los indicadores de logro previstos en el PEI; de este modo lo dispone el numeral.
4, del artículo 38 y el artículo 54 de decreto 1860 de 1994.
3. El proceso de evaluación de los alumnos se regirá mediante la obtención de los
logros esperados y que se han definido en el Proyecto Educativo Institucional, como
lo ordena el artículo 47 del decreto 1860 de 1994, mediante la búsqueda de señales
o indicios explícitos en los indicadores de logro propuestos.
4. El profesor programará las actividades individuales y grupales que se requiera para
que los alumnos superen las fallas o limitaciones observadas en la consecución de
los logros, de acuerdo con el artículo 49 del decreto 1860 de 1994.
5. Para la transferencia de un centro escolar a otro se empleará una valoración
conceptual con base en logros, según se establece en los tres literales del artículo
51 del decreto 1860 de 1994.
6. La promoción de los alumnos en educación básica se hará con base en la
superación de los logros previstos para un determinado grado, como lo establecen
los artículo 52 y 54 del decreto 1860 de 1994. Y la reprobación de grado para un
alumno se fijará cuando persista la insuficiencia de los logros, según el literal 2, del
artículo 53, del decreto 1860 de 1994.
Los logros han de ser propuestos, según la política educativa del país, para atender
las demandas y las expectativas de los alumnos, sus necesidades tanto actuales
como futuras en el contexto y con las condiciones concretas del estudiante, del centro
educativo y con los procesos por ellos desarrollados. En este sentido, para hacer
efectiva la descentralización curricular, se cambia lo dispuesto por el decreto 1002 de
1984 que decía: ‘’es una función del gobierno establecer los marcos legales generales
del plan de estudios de la educación formal’’.
La revisión sobre el significado legal del logro permite afirmar que no hay claridad ni
consistencia entre éste y el indicador, y que se conserva un fundamento técnico en la
evaluación que se puede homologar a la evaluación por objetivos, siendo la
evaluación por indicadores de logro solo un cambio de nombre porque:
Según lo dispuesto en el artículo No.1 del decreto 1002 de 1984, se puede afirmar que
desde la perspectiva legal la Ley General de Educación de 1994 no previó una
transformación de los fundamentos de la educación; se hicieron algunos cambios
de denominación pero no en la fundamentación teórica y se conservó la esencia de
la norma anterior; el artículo en mención, en relación con la enseñanza por
objetivos, dice: ‘’Para los efectos del presente Decreto, se entiende por plan de
estudios el conjunto estructurado de definiciones, principios, normas y criterios que,
en función de los fines de la educación, orienta el proceso educativo mediante la
formulación de objetivos por niveles, la determinación de áreas y modalidades, la
organización y distribución del tiempo y el establecimiento de lineamientos
metodológicos, criterios de evaluación y pautas de aplicación y administración’’.
Conclusiones
Esta nueva política sobre educación y evaluación también conserva visos de una
concepción técnica en aspectos como el establecimiento de los indicadores de logro
muy cercanos en su significación a los objetivos y prescritos a nivel nacional en un
acto centralista y burocrático; la reducción de logros a objetivos es clara cuando el
Ministerio de Educación Nacional en sus lineamientos “La evaluación en el aula y más
allá de ella” (1997:26) expresa que: “Ejemplos de logros para los distintos niveles y
ciclos del sistema educativo formal son los que propone la Ley General de Educación
como objetivos comunes, generales y específicos en los artículo 13, 20, 21, 22, 30 y
33“.
Mantiene además, una evaluación nacional que de alguna manera sigue atendiendo a
la ubicación de los alumnos en una curva normal de acuerdo con el resultado que
muestra en la prueba realizada anualmente por el Servicio Nacional de Pruebas del
ICFES. Este aspecto ratifica la racionalidad técnica que soporta el discurso legal, en
tanto demanda una evaluación que verifica un ajuste a un patrón que se requiere para
legitimar el proceso educativo.
67
CAPITULO 5. LA ORGANIZACION DE LA EVALUACION ESCOLAR.
5.1 La Organización.
El significado asignado a la evaluación deja ver cuál es el conocimiento que debe ser
valorado y si éste debe ser o no considerado homogéneamente en toda la población
estudiantil. Al respecto varias instituciones plantean que la evaluación se realiza con
base en un currículo que promueve la comprensión, la valoración de la cultura
universal y el cultivo del intelecto. El conocimiento es impartido con un orden
secuencial y coherente del mismo; por esta razón todos deben llegar al mismo nivel y
hacer el mismo recorrido.
En varios proyectos se asume la individualidad pero en relación con el nivel del grupo;
por ejemplo, el (14) enuncia que la evaluación “exige a todos una lectura del proceso,
de los avances y logros de las alumnas en forma individual o grupal”. Por otra parte,
algunos dan campo a la individualidad y al avance de acuerdo con el ritmo del alumno
y con el punto de partida de cada uno, como el (80) cuando expresa que un alumno
supera las expectativas si “desarrollando al máximo sus capacidades, se ubica por
encima de sus propios logros, los cuales pueden estar por debajo de los logros
académicos y formativos del currículo básico”. También el Proyecto (73) dice que “el
niño puede tardar más o menos de un año para alcanzar un logro. Habrá avances
continuos y permanentes según el niño”. Así mismo el proyecto (21) expresa que: “La
información que proporciona la evaluación debe servirnos para proponer criterios de
desarrollo del alumno en relación con si mismo, con el grupo y con el colegio; detectar
necesidades peculiares de algunos alumnos para diseñar un tipo específico de
intervención pedagógica, establecer ritmos de desarrollo, estancamiento o retroceso
de las metas propuestas”.
El significado que se le asigna a la evaluación en los PEIs analizados varía desde una
evaluación como aplicación de instrumentos hasta una evaluación como medio de
formación de la conciencia crítica del alumno sobre sí mismo. Varios conciben la
evaluación como un proceso continuo; uno de ellos dice(83): “La evaluación no debe
permitir que se acumulen fracasos para que dosificadas las actividades de
recuperación, les sea más fácil la consecución de los logros”, y otro que expresa: (4)
“la evaluación no es la suma de resultados sino la descripción de procesos cumplidos”.
En otro se dice: (17) “durante todas las clases y todas las etapas de la clase se
realizan frecuentes actividades de evaluación de diferentes clases para conocer el
desempeño del alumno”.
Pero así mismo, algunos, al planear las acciones evaluativas dejan ver claramente que
la evaluación se asocia a aplicación de pruebas referidas al componente cognitivo del
aprendizaje; esto se observa en enunciados como: “se evalúa mediante pruebas de
comprensión, análisis, síntesis, crítica y en general, de apropiación de conceptos” (32).
En contraposición, algunos (18, 34) enfatizan que la evaluación no es rueda suelta y
que tiene relación con la concepción o dinámica curricular. Así, el colegio (44) dice: “la
dinámica escolar no separa el momento de la evaluación del momento mismo de la
actividad o trabajo”; otros dicen que la evaluación más allá de la aplicación de
pruebas, como es el caso (8): la evaluación debe cambiar “de buscar resultados a
suscitar procesos, de ser conservadora a ser agente de cambio, de querer equipar al
alumno a ayudarle a autoeducarse, de promover eruditos a formar científicos y
ciudadanos. La evaluación pasa de ser la cuantificación de datos a ser un análisis
cualitativo del proceso de conocimiento.”
En relación con las expresiones sobre el deber ser de la evaluación como cuantitativa
o cualitativa, en general los PEIs planean el uso de la escala E,B,I dando respuesta
equívoca a la norma en este aspecto y reduciendo lo cualitativo a esta característica y
al enunciado de logros, en contraposición a la aparición de un número para cada
asignatura. En algunos, la organización es de control y de cuantificación, como se
evidencia en los criterios de promoción según el número de asignaturas aprobadas
(82, 75), en la aprobación de las asignaturas según el porcentaje de logros alcanzado
70
o el porcentaje de docentes que estén de acuerdo (78, 79), en la elaboración de
planillas de indicadores de logros en los que aparece un enunciado preelaborado al
que se le asigna una valoración.
Un último aspecto del deber ser de la evaluación se refiere a ésta como medio de
reflexión y de formación de la conciencia. Esta es una característica que está presente
en algunos proyectos; por ejemplo el (39), dice: “la evaluación es una oportunidad
reflexiva, crítica, constructiva para analizar continuamente los procesos institucionales.
La evaluación es gestionadora de la institución“. Otros expresan que la autoevaluación
es el medio para formar la conciencia sobre sí mismo y la capacidad de valorarse ( 13,
71,14, 72). Inclusive algunos van más allá y describen estrategias para tal fin como el
caso del (80): el alumno debe ser orientado para que se forme una autoimagen y
“debe llevarse al alumno a comprender que él será quien valore su vida”.
La lectura de los 77 PEIs permite afirmar que varias instituciones desarrollan una
evaluación con base en un deber ser de apertura, de cambio, de reflexión y
concientización, pero es un planteamiento enfrentado a acciones de control. En
algunos casos, como el (13) se expresa que la evaluación no debe ser represiva sino
que debe dinamizar intereses del alumno, pero se mantiene una estructura de control;
al respecto, en uno de ellos que se realizan curvas de control del avance sobre el
desempeño del alumno.
En relación con el contexto histórico, los PEIs muestran que las instituciones escolares
están desconectadas de su pasado, con muy pocas excepciones como los colegios
(8), (13), (22) y (69); además, cada institución aunque basada en la misma fuente, el
Decreto 1860 de 1994, se muestra como diferente y relativamente distinta.
71
Dentro de este aislamiento, las instituciones tampoco miran su carácter social y su
contexto regional pero sí dedican especial atención a los lineamientos o normativa del
Estado; por eso, la descentralización y la autonomía ordenada por la Ley General de
Educación no se implantan en los PEIs. Una excepción a lo dicho es la propuesta
correspondiente al (73), quien en la parte tercera indica: ‘’Relación del PEI con los
PEM, Proyectos Educativos municipales, y con el Plan de Desarrollo Rural.’’
Al respecto, vale la pena mencionar lo dicho por Hugo Hidalgo, asesor de la Secretaría
de Educación de Medellín, en el cierre del Encuentro Nacional de Evaluación y
Promoción Escolar (Noviembre, 1997) cuando expresa que las instituciones deben
proponer modelos evaluativos que respondan a sus propias necesidades, modelos
que tengan alguna garantía de éxito porque la educación no puede seguir
equivocándose en evaluación.
Son varios los proyectos leídos que no hacen interpretación directa ni indirecta de la
norma, no comparan las disposiciones del Decreto 1860 de 1994 ni de la Resolución
2343 con disposiciones anteriores; es evidente que no es una racionalidad práctica
porque no interpreta la norma y por lo tanto, no tienen en cuenta el espíritu de la
misma. Por eso, no se comprometen con aspectos totalmente novedosos como la
evaluación de los proyectos pedagógicos o la reglamentación del título o grado en
educación básica, (Numeral 1, artículo 11 del Decreto 1860 de 1994) y transcriben la
norma en las actividades de profundización, las actividades remediales y las
comisiones de evaluación y promoción, con pocas excepciones como el (69) que
presenta modelos alternativos de evaluación por áreas y campos de formación.
El evaluador
Son pocos los proyectos educativos que definen al evaluador como tal y que le
asignan un rol diferente al tradicional, con algunas excepciones como en el (54); en
general, es considerado un ejecutor de las disposiciones de la institución para lo cual
debe mantener, como representante de la institución, su poder sobre el alumno;
72
conserva su carácter autónomo como representante de la verdad o el conocimiento
total frente a los conocimientos del alumno; además, él o la institución predeterminan
los logros que debe alcanzar el alumno.
Sin embargo, en unos casos se concibe el papel del evaluador más proactivo y se
describe como asesor, acompañante (8,18,80), promotor de intereses de los alumnos
(13), dinamizador (40) y se le asignan algunas funciones como planear, valorar y
adecuar acciones orientadas a la consecución de la superación de dificultades. Por
ejemplo, el (75), señala: ‘’El educador debe diagnosticar, motivar, orientar, apoyar,
ayudar permanentemente al alumno en la superación de sus deficiencias, estimulando
su crecimiento y desarrollo”. Otros dos proyectos coinciden en demandar un cambio
radical en el papel del evaluador: (8, 14) “La evaluación cualitativa intensifica la
responsabilidad de los docentes en cuanto debe superar su carácter individual y
autónomo y exige a todos una lectura conjunta sobre el alumno en forma grupal e
individual”. Así mismo, el (71) establece que el docente debe generar espacios y
formas de comunicación con el alumno.
El evaluado
En relación con el evaluado, la mayoría de los PEIs omite toda referencia directa y
solamente se considera como un elemento del proceso de producción más no con
posibilidad de desarrollo propio. El evaluado es comprendido como parte de la línea
de producción: intercambio - ejecución - nota. Dentro del proceso esta concepción de
la evaluación es instrumental en cuanto relación de producción y consumo. Algunos
proyectos dicen en forma explícita que la institución o el docente deciden por él un
plan que debe ejecutar y unos logros que debe alcanzar, por ejemplo el (37), pero a su
vez le entregan al alumno la responsabilidad de aprender y de obtener los resultados
demandados. Al respecto, un proyecto dice: “La evaluación debe exigir al alumno
productos de muy diversa naturaleza para un mismo concepto”, enunciado en el que si
bien se puede considerar que la evaluación debe valorar el aprendizaje desde
diferentes procesos lógicos, el uso de expresiones como “exigir productos” refleja una
racionalidad técnica de objetivación del alumno.
La gran mayoría de los PEIs desconocen las demandas del estudiante e ignoran sus
proyectos, con pocas excepciones como el (52). La racionalidad en relación con la
73
concepción del evaluado no es práctica y se observa en general que ninguno hace un
capítulo especial para el tratamiento de personas excepcionales, ninguno tiene en
cuenta los resultados de la evaluación de los estudiantes como aporte a la institución
que puede contribuir a interpretar el proceso.
Sin embargo, algunos pocos colegios enfatizan en la condición del alumno con
carácter de evaluador de si mismo con capacidad para reflexionar (2, 13,71) y adquirir
conciencia de sus logros y dificultades. Otros expresan que el alumno es actor y
gestor de su propia evaluación (39, 14, 71, 72, 14, 18). En uno de estos proyectos
dice: (71) “El alumno deberá ser consciente de su participación activa en el diseño,
ajuste de la propuesta de evaluación de cada área, así como el planteamiento de los
indicadores de logro, diligenciamiento veraz de los registros valorativos, revisión y
valoración de su desempeño para tomar decisiones frente a logros, dificultades y
limitaciones’’ y agrega que el alumno se enfrenta a sus propios conflictos y preguntas
dado que “se le permite errar y reflexionar sobre el error; es él quien llega a saber
cómo se aprende, él es capaz de enfrentar lo nuevo y lo desconocido”; en el mismo
sentido, el proyecto (72) explica: “ el niño es agente directo de la evaluación, es
reflexivo y responsable de su proceso. Él enuncia las causas de sus resultados y se
convierte en colaborador del proceso evaluativo”. También el proyecto (14) dice: “La
evaluación debe exigir al alumno que identifique sus errores y los corrija para que
aprenda a aprender”. Finalmente el proyecto del colegio (18) dice: “La evaluación
parte de él mismo y busca nuevas estrategias y respuestas con base en sus
carencias”.
El acto evaluativo
Todos los proyectos analizados se centran en explicar con mucho detalle el proceso
total del acto evaluativo, definen los principales conceptos que intervienen en el
proceso, las instancias, los conductos, los usos y los tiempos, en especial en lo
relacionado con las comisiones de promoción y evaluación escolar.
Otro de los aspectos comunes del acto evaluativo, y previo a este, es la determinación
de los logros e indicadores de logro. Muy pocas instituciones definen los logros como
diferentes a los objetivos, (37, 49). En general, los logros se determinan por asignatura
y por habilidades; algunos determinan también los logros del proyecto de formación en
valores. En la mayoría, los logros e indicadores asumen la determinación del
Ministerio de Educación y la institución hace un largo listado de indicadores, con
carácter universal y homogéneos en cuanto que todos los alumnos deben alcanzarlos;
además, se codifica en ellos no solo el indicador sino la descripción del nivel de logro.
(Por ejemplo el 10 y el 70).
En pocos proyectos se observa una organización de logros de acuerdo con las etapas
de desarrollo, como si es el caso (81) que tiene en cuenta cuatro ciclos y de acuerdo
con ellos establece tanto estrategias pedagógicas como formas de evaluación y de
emisión de resultados. Así mismo, otras instituciones consideran logros diferenciales,
como el (14) y el (18) a los que ya se hizo referencia.
La mayoría de los proyectos reglamenta con mucho cuidado las funciones y papeles
de las comisiones de promoción y evaluación; ratifican lo establecido en la ley en
cuanto sus funciones y determinan que está conformada por un número plural de
docentes. En general, consideran para grado undécimo las mismas condiciones de
promoción que expone la norma para sexto y noveno; algunos los asumen también
para grado décimo.
Los proyectos analizados dan poder a las comisiones de evaluación para analizar los
casos de persistencia en la insuficiencia, y a las comisiones de promoción tanto para
el proceso normal como para la promoción anticipada. Ellas asumen el poder de la
colectividad de los profesores y en ocasiones, le quitan la capacidad de participar
dado que no todos los profesores pertenecen a ella; o en otro caso, como el
mencionado anteriormente, en el que el docente, en casos críticos, se limita a informar
y la comisión decide. Sobre este aspecto se hará un análisis más amplio en la sección
5.3 dentro del análisis de la participación, dado que éstas se constituirían en un
ambiente propicio a tal fin.
En general se puede afirmar que la organización escolar está regulada dentro de una
estructura vertical de carácter burocrático para la administración de la evaluación y
mantiene los papeles tradicionales para el docente y el alumno. Son varios los
proyectos que hablan de un conducto regular que debe seguirse en el proceso
evaluativo y en la comunicación de los evaluados con los evaluadores, en particular en
casos de conflicto. Por ejemplo, en algunos de ellos (40, 52, 79, 75) se hace
referencia a una línea ascendente de conductos desde el profesor hasta el rector de la
institución.
Por otra parte, la condición burocrática de la evaluación se refleja en los controles que
se establecen como llenar formatos y registrar acciones para tener evidencias de su
realización. En algunas instituciones se tienen formatos, fichas de remisión y control
de firmas de los padres, alumnos y directivos para cada uno de las acciones que se
llevan a cabo y especifica qué sucederá en la medida en que el alumno vaya
acumulando fichas de control; así lo expone el proyecto (84).
Uno de los aspectos que con más frecuencia se reglamenta es lo relacionado con el
contenido de los logros e indicadores de logro. Algunos Proyectos precisan las
palabras claves que deben introducir el enunciado de los logros, o al elaborar cuadros,
no solo sobre los indicadores sino sobre el nivel de logro para cada indicador, sean
éstos con porcentajes para cada nivel o sean con descripciones cerradas como los
colegios (55, 70), proyectos que presentan cuadros en los que se enuncian todos los
indicadores de logros de cada área y el enunciado completo para cada nivel; por
ejemplo: “Excelente si comprende e interpreta con claridad...; bueno, si comprende e
interpreta previa explicación....; insuficiente, si comprende en forma parcial y es
incoherente, no relaciona ni asocia...“. En las mesas de trabajo, al hablar de la
promoción escolar, la relatora enuncia que “de pronto el profesor no regresaba al año
siguiente, entonces quién iba a dar esa valoración y era importante que quedase
registrado en la institución el valor conceptual que el alumno había alcanzado en el
área”. Razón tiene quien elabora uno de los Proyectos Educativos al decir:“ ¿Qué
sentido tiene emplear a lo largo de todo el año los CONCEPTOS DESCRIPTIVOS si al
terminar el maestro, o peor aun, el computador, reduce este trabajo al empleo de
letras que buscan equivalencias ?“. (83).
En relación con el tiempo disponible para que los alumnos alcancen los logros
establecidos, en general éste se comprende como el año escolar y dentro de él se
ponen límites de semanas para superar logros según los establezca la comisión de
evaluación, e incluso sobre tiempos para cada tema, como es el caso de un proyecto
que limita el proceso de superación de logros solo para los relacionados con el
78
período escolar anterior (86). En general, la institución dispone unos tiempos
señalados por horas y semanas para alcanzar los logros y superarlos. En uno de ellos
se específica que si, dentro del desarrollo normal de la asignatura los logros no se
consiguen en un tiempo límite, la valoración será insuficiente: (40) “después de aplicar
el debido proceso, las instancias, el número de horas y fechas, sin exceder el tiempo
dado, entonces se decidirá la promoción o reprobación de la asignatura” y agrega: “
dadas las múltiples oportunidades que ha tenido, las dificultades al final deben ser
mínimas”, dando a entender que si se dispone de mayor tiempo el error debe ser
mínimo, dando al tiempo un poder de recuperación y superación de todas las
dificultades. Sin embargo, algunos pocos proyectos hacen referencia a una
concepción diferente del tiempo de aprendizaje, como el (36) que dice: “La evaluación
debe disponer del tiempo de tal manera que pueda tener cabida una verdadera
concepción de proceso”.
Las instituciones comprenden lo cualitativo de muchas maneras, las dos formas más
significativas tienen que ver con la denominación que la mayoría le dan a la evaluación
como cualitativa, sin precisar su significado y sus implicaciones, con excepción del
(50); otras asumen lo cualitativo de la evaluación como medio de mejoramiento de la
calidad del proceso educativo, como el (6,2,72,20,81). Otras hacen una disertación
sobre las diferencias, y con base en ellas estructuran su propuesta como es el caso
(70): “Pasar a la evaluación cualitativa exige un cambio de procedimientos para
obtener la información que se desea. Recoger datos de carácter cualitativo exige un
cambio de mentalidad y compromete al educador como dinamizador“ y complementa
diciendo que demanda un cambio en la actitud y participación tanto del alumno como
de los padres. También el (13) dice que “a cualquiera de los grados de la escala
(numérica o literal) se le puede justificar con diferentes conceptos”, argumento con el
que explica que la escala no es la que determina el carácter cualitativo o cuantitativo
de la evaluación.
Un caso similar es el de otra institución que hace una disertación sobre lo cuantitativo
de la evaluación y su uso como medio de control, con base en la experiencia vivida
por los docentes en su condición de estudiantes, mezclando lo afectivo con lo técnico.
El texto transcrito del proyecto (53) es ejemplo de varias situaciones de la evaluación
79
tradicional: ‘’Antecedentes: En el transcurrir de la historia, cambia el hombre, el niño,
la sociedad, como también la educación y los maestros nos vemos en la necesidad de
revisar nuestra práctica cotidiana y establecer nuevas pautas que tienen como fin un
desarrollo integral del alumno. Uno de los aspectos en que debemos detenernos,
reflexionar y plantear nuevas perspectivas es la evaluación, parte relevante del
proceso de construcción del conocimiento. Una inadecuada evaluación contribuye a la
deserción escolar y a la repitencia académica [...] La evaluación antes era
considerada como sinónimo de cuantificar, lo importante eran los datos y promedios
estadísticos, también era utilizada como un medio para sancionar a los alumnos, a
través de este tipo de evaluación reverenciábamos buenos de malos estudiantes,
pues se llegaba hasta el límite de formar filas de buenos y malos alumnos, sin pensar
en el frustramiento que se le puede causar al alumno; se utilizaba una evaluación de
resultados, donde los procesos no tenían ningún valor; muchas veces nos vimos
afectados cuando el profesor aunque hubiésemos hecho el proceso bien, no tenía
validez nuestro trabajo, al comparar su resultado con el nuestro.’’
Por otra parte, los indicadores de logro que se codifican para los informes, responden
a las asignaturas en forma aislada aunque algunos transcriben la norma al enunciar: “
la evaluación se realiza por comparación con el desarrollo formativo y cognitivo del
alumno”. Además, en muy pocos proyectos se proponen formas de evaluación de
factores no académicos, como si lo hace el (80), y en varios solo se habla de
evaluación académica del alumno.
Para varias instituciones el informe se elabora sobre cada asignatura; así por ejemplo
dice el (56): “La información contemplada en las calificaciones es un informe
descriptivo que está íntimamente relacionado con los logros elaborados para cada
área y grupo de grados, de acuerdo a las necesidades e intereses de los educandos y
por ende teniendo en cuenta los objetivos que han sido establecidos en cada área.’’
Para el informe la mayoría de las instituciones subdividen las asignaturas por logros.
Para indicar la aprobación o no del logro algunas conservan la escala con base en
letras; otras, con las denominaciones de SI o NO y otras lo hacen con convenciones
particulares de vistos buenos y cruces. Por ejemplo uno de ellos dice: ‘’El primero
corresponde a la evaluación descriptiva y se expresa con Si o No, según el estudiante
haya alcanzado o no sus logros.’’
Este aspecto no permite una organización diferente del desarrollo de los contenidos ni
de los grupos de profesores, por lo tanto, no permite tener en cuenta distintas
perspectivas de los juicios de valor que se hacen sobre la persona. Además, en la
mayoría de los proyectos, los indicadores están preelaborados y en ninguno se hace
referencia a una elaboración conjunta o participada. Sin embargo, hay excepciones a
esta manera de organizar las acciones evaluativas, como es el caso (32), en el que se
explica: “La evaluación en el colegio está en proceso de desarme del tradicionalismo
pedagógico, con una multiplicidad de lazos tales como: el trabajo colectivo, el diálogo,
la armonía y la tolerancia entre la comunidad educativa”; y agregan: “Este cambio de
metodología y evaluación es un resultado de la concertación del alumno-maestro de
manera unificada en el establecimiento dando espacio para la autovaloración del
proceso pedagógico”.
84
La lectura de los 77 proyectos permite afirma que la participación de los alumnos y los
aportes de la familia es restringida en la gran mayoría de los casos, especialmente si
se tiene en cuenta que la misma norma determinó que las comisiones de evaluación y
de promoción estuvieran conformadas solamente por docentes. La participación del
docente se desarrolla en su relación pedagógica con el alumno, en general en un
proceso de heteroevaluación y en la comisión para informar, dado que también de
acuerdo con la norma, las comisiones no están formadas por todos los docentes de
cada grado sino por una comisión a nivel de la institución, como se observa en (74,
86, 55)
Así mismo, son pocas las instituciones que asumen el diálogo como una estrategia
importante en la evaluación, como sucede en el (3); aunque algunos se refieren a este
aspecto, no pasa de la enumeración como repetición textual de la norma. Por otra
parte, la mayoría de los proyectos hablan de la autoevaluación y algunos la definen
pero en general se observa que, como se expuso al hablar del evaluado, es un acto
formal pero no es una participación real del alumno.
85
Otro ejemplo que no deja de ser novedoso, o por lo menos diferente de los demás es
el presentado por el (18) en el que se da gran amplitud al profesor para evaluar
mediante diversas estrategias de acuerdo con las características del área y agrega:
“ojalá manejada por los diferentes agentes evaluadores del proceso de aprendizaje: el
propio estudiante, los compañeros del mismo, el profesor, etc.“.
La participación que revelan los proyectos analizados es muy limitada, las comisiones
están conformadas por un número limitado de docentes y no hay espacio para el
debate y los consensos. La interacción en la evaluación no se realiza dado que la
comunicación es unidireccional: del docente o la institución al alumno que recibe la
información.
Promoción y reprobación
Toma de decisiones
La toma de decisiones, como una de las acciones que se llevan a cabo con base en la
información obtenida en la evaluación, se realiza en torno a la relación alumno
docente y a las comisiones de promoción y evaluación. El contenido de los PEIs
analizados solo permite hacer referencia a las decisiones que se toman en las
comisiones y las decisiones del docente sobre la aprobación o reprobación de una
asignatura.
Sobre otros usos que se dan a los resultados de la evaluación, es importante tomar
algunos proyectos significativos por su singularidad. Por ejemplo el proyecto (6) asume
un uso cuantitativo de la información y dice que los resultados aprobatorios de los
87
alumnos son numéricamente proporcionales a la calidad del profesor y clasifica a los
docentes de acuerdo con el número de alumnos reprobados. Otros colegios como el
(80) y el (87) enfatizan en el uso de la evaluación del alumno en términos de la
evaluación de los demás estamentos de la institución.
Conclusiones
La racionalidad que subyace en los capítulos contenidos en los PEIs sobre evaluación
escolar es principalmente técnica con algunos aspectos de racionalidad práctica. Se
observa en general que éstos están más encaminados a una organización fundada en
la observancia de la norma, en el establecimiento de criterios, principios, naturaleza,
métodos, estrategias, fines, usos, medios, fases, etapas; en este sentido todas
muestran rigor y disciplina, para regular, orientar, corregir, permitir y finalmente
promover o reprobar.
Además, los usos de la evaluación están orientados a responder a los intereses del
Estado: garantizar la formación integral de los educandos y la calidad de la educación;
para tal fin el Estado debe velar por la certificación y promoción con base en la
consecución de los logros previstos en los proyectos y con base en la Resolución
2343 de 1996.
En cada aspecto se toman como referentes para el análisis, los conceptos legales
enunciados en el discurso (capítulo 4), la caracterización de la acción evaluativa en las
cuatro concepciones evaluativas de acuerdo con lo expuesto en el marco teórico
(capítulo 2), y la definición operacional de acuerdo con las categorías y subcategorías
correspondientes (capítulo 3). La última de estas definiciones se precisará al
comenzar el análisis de cada aspecto.
59
Se tomaron como referencia las preguntas1 y 8. (Ver anexo 3)
90
El cambio de norma llevó a los docentes a realizar variadas acciones para conocerla.
La acción que más se efectuó fue la lectura de la Ley 115 y los Decretos
reglamentarios (98%). Ello significaría que a nivel nacional, la gran mayoría se ha
informado en principio, mediante los documentos legales.
Por otra parte, solamente uno de los encuestados no recurrió a fuente alguna de
información y todos los demás consultaron dos o más fuentes. Así mismo, el 75%
asistió a cursos sobre el tema, el 61% participó en grupos de estudio y el 66% en
reuniones interinstitucionales.
Entre los aspectos que los docentes conocen está la necesidad de desarrollar una
evaluación en forma permanente, no tener en cuenta lo académico como principal
aspecto, evaluar cualitativamente, usar una escala que no requiere un referente
numérico, la necesidad de que el proceso evaluativo no se realice solo entre profesor
y alumno, la necesidad de desarrollar actividades para apoyar la superación de logros
y llevar a cabo procesos autoevaluación con los alumnos.
En relación con las actividades de profundización, se puede decir que el 69% saben
que se deben implementar, siendo ésta una de las innovaciones más importantes que
busca que cada alumno aproveche al máximo su potencial de aprendizaje
Otro aspecto, sobre el que se hará referencia más adelante y aparece confuso para
los docentes, es la existencia de comisiones de promoción en algunos grados; el 49 %
considera que sí existen en todos los grados, aspecto que no corresponde a la norma.
El Decreto 1860 en el artículo 51 dice que la escala cualitativa será utilizada para
transferencia de una institución a otra; sin embargo, solo el 76% de los docentes sabe
que éste es el uso que debe darse a la escala. Esta información se corrobora con el
hecho de que el 32% dice que también los informes periódicos deben contener la
información sobre los logros por medio de esta escala, aspecto que no se considera
en la actual legislación sino que corresponde a la anterior sobre promoción
automática.
91
Las respuestas de los docentes sobre las acciones de aproximación a la norma y
sobre los aspectos que ésta determina, muestran que ellos sí tienen un conocimiento
general de la misma; sin embargo, hay conclusiones de algunas mesas de trabajo
(mesa 1 y 5) que demandan la necesidad de fundamentar teóricamente la acción
evaluativa y la falta de formación docente para desarrollar esta evaluación.
Por otra parte, en relación con la falta de capacitación docente tanto la mesa Nº. 4
como la Nº 5. dejan en evidencia la necesidad de capacitación docente; en el primer
caso dicen: “El sistema de evaluación está en estado de esquizofrenia, está dividido,
está desintegrado. Los maestros no hemos sido formados para evaluar, pero se
comienza a ver como un deber ser que el maestro tenga una nueva estructura mental,
una nueva manera de pensar, ser maestro y tener vocación”. En las conclusiones de
la mesa Nº. 5 se explica la falta de capacitación como una razón por la cual el
maestro, en algunos casos ha pasado al otro extremo de perder su condición de
orientador y líder del proceso; el relator expresa: “aparece el alumno como eje del
proceso formativo y al parecer se pierde el papel del maestro, pero esto se debe a
factores como [...] la falta del claridad del porqué de los nuevos procesos educativos:
no todos los maestros estamos educados y capacitados realmente para el nuevo
proceso evaluativo; el maestro pierde protagonismo al no entender el papel de la
evaluación en el contexto democrático, y no fuimos educados en y para la democracia;
surge un proceso anárquico cuando los otros miembros de la comunidad educativa se
apropian de sus roles sin un norte preciso”
Sin embargo, si se retoma la conclusión de la mesa Nº. 9 que dice: “lo importante no
es conocer las teorías de Piaget sino tener unas estrategias y que nos den resultados
óptimos”, es necesario considerar que no todos los docentes dan la misma
importancia a la capacitación y a la fundamentación de la acción evaluativa y solo
atienden a los resultados del proceso educativo, con independencia de la forma como
se llegue a ellos.
Según los resultados de la encuesta, el 92% de los docentes sabe que la evaluación
debe ser continua pero no todos la implementan. Solo el 50% lleva a cabo dos o tres
de las acciones mencionadas más de 11 veces al año. La acción más frecuente es
evaluar al alumno, (60% la realiza más de 11 veces al año y el resto casi 5 veces,)
pero la frecuencia en el registro y en la información al estudiante es inferior.
60
Se tendrán en cuenta las respuestas dadas a las preguntas 1.1, 6.1, 6.2, 6.3, 3.2 y 19.1(Ver anexo 3)
93
una acción 13.6%
Tres acciones 30.2%
12%
12% 12 %
61
Para el análisis de las respuestas obtenidas se considera la posibilidad máxima como el 100% y significa que
todos los docentes contestaron la posibilidad más alta, tal como: siempre, frecuentemente, muy frecuente.
94
Con base en las respuestas de los docentes se puede afirmar que la evaluación, como
proceso que el docente realiza con frecuencia, se lleva a cabo en el 31.8% de los
casos y si se relaciona la evaluación continua con el trabajo realizado por el alumno,
solo lo es para el 12.3%.
Se puede afirmar que los docentes tienen claridad sobre el deber ser de una
evaluación continua, pero sus acciones no son todavía consecuentes. En ello se
observa una racionalidad técnica con una evaluación que se sigue ocupando de los
resultados finales o parciales, pero no de la atención al proceso de desarrollo del
alumno, mediante un acompañamiento y seguimiento de modo que se atienda a la
individualidad y a las diferencias de ritmo. Con una evaluación que no es continua, la
atención se centra en los resultados del aprendizaje, característico de una racionalidad
técnica, y se deja de lado la individualidad
Como primer aspecto es importante anotar que el 94% de los docentes conoce la
norma al respecto (según se expuso en el numeral 6.1 de este capítulo) y sabe que la
evaluación no debe basarse principalmente en los aspectos académicos. Así mismo,
en las conclusiones de la mesa de trabajo Nº. 5 se expresa, al hablar del currículo que
“éste deberá ser integral en lo formativo, aglutinante en la identidad de saberes de los
miembros de la comunidad educativa, democrático en su concepción y en su
conceptualización”.
62
Se toman como referencia las preguntas 1.2, 2 y 12. (Ver anexo 3)
95
Sin embargo, las acciones que realizan no corresponden en esta proporción a una
evaluación integral. En general se puede decir que los docentes utilizan los resultados
del desempeño de los alumnos en clase (75%) y la participación (72%) como las
principales formas de evaluación; además, dan alguna importancia al seguimiento de
las tareas (65%) mientras que el menos importante es el desarrollo de pruebas
escritas u orales (57%). Es de resaltar que los docentes están dando prioridad a
formas de evaluar que atienden el desempeño individual.
2% 10% 9%
7%
Sustentación
Por otra parte, un 17% de los docentes recurre siempre a algunas formas más
colectivas de evaluación como los trabajos en grupo, la valoración del desempeño y la
participación en clase, y el 67% recurre siempre a algunas de ellas (Ver diagrama 5).
Trabajo en Desempeño
grupo 1% 1% 11%
2% 17% 27%
6%
Participación
Así mismo, es necesario anotar que según la encuesta, el 48% de los docentes al
evaluar, siempre están utilizando el diálogo y un 40% adicional lo utiliza a veces. Sin
embargo, no se puede olvidar que la frecuencia con que se informa al alumno los
resultados es de cuatro veces al año para el 72% de los docentes; además, solo el
16% de los encuestados recurre al diálogo, informa más de 11 veces al año y
96
además, siempre confronta los resultados con sus alumnos. Bajo estas condiciones se
podría decir que el diálogo es una estrategia utilizada siempre por el 16% de los
encuestados para confrontar los resultados de la evaluación. Este aspecto se puede
observar en el diagrama 6.
5% 16% 15%
13%
Confrontan siempre
Otro aspecto que para los propósitos de esta investigación se relaciona con la
integralidad, lo constituyen los referentes que los docentes usan para determinar el
nivel de logro de los alumnos. Al respecto es necesario tener presente, como se
expondrá en el numeral 6.6 sobre determinación de los logros, que los proyectos
pedagógicos no son un aspecto importante para los encuestados, característica que
ya determina una carencia en la evaluación integral, dado que ésta se debe realizar
teniendo como referente los logros planeados o previstos.
Los aspectos que se consideran como referentes principales para determinar el nivel
de logro alcanzado por los alumnos corresponden al aprendizaje de los temas vistos
(88%), el esfuerzo que realiza el alumno (83%) y el avance que efectúa en relación
con él mismo (81%); la relevancia que se otorga a los dos últimos aspectos deja ver
un cambio importante de la racionalidad que fundamenta la evaluación al dar mayor
importancia al individuo; sin embargo, en forma paralela, en un 67% se sigue
considerando importante el avance del alumno en relación con el grupo, característica
que correspondería a una evaluación referida a una normalidad del grupo, a un criterio
externo al mismo alumno.
Entre los docentes que evalúan comparando el desempeño de sus alumnos con los
logros previstos (80%), el referente más común para comparar los resultados de la
evaluación corresponde a los temas vistos (65%), mientras que el resultado de la
97
evaluación acumulativa ha perdido importancia (35%); también es relevante la
preponderancia en la valoración del esfuerzo y el avance personal (61% y 57%
respectivamente) como se observa en la tabla 3.
Frecuente
Los temas vistos 65%
Según el esfuerzo del alumno 61%
Avance en relación con si mismo 57%
Avance en relación con el grupo 38%
Comportamiento en clase 36%
Resultado de la evaluación acumulativa 35%
Ahora bien, el diagrama 7 representa la relación entre los docentes que siempre
tienen en cuenta la evaluación acumulativa, el esfuerzo del alumno y el desempeño en
relación con si mismo.
La evaluación Esfuerzo
acumulativa 5% 6% 6%
6% 29% 30%
6%
El alumno
5% 25% 33%
7%
Valoran avance individual
98
Por otra parte, se puede afirmar con base en el diagrama 8, que si bien hay un 58%
de los encuestados que está atendiendo la individualidad y el trabajo del alumno, solo
el 25% toma como referencia acciones individuales tales como el desarrollo de tareas,
uno de los indicadores más importantes de esfuerzo personal y del avance continuo
del alumno. Además, del 48% de docentes que utilizan siempre el diálogo como
estrategia evaluativa, el 39% se refiere al esfuerzo como componente evaluativo.
Por otra parte, se puede afirmar que menos de la mitad de los docentes encuestados
tiene en cuenta la integralidad en la acción evaluativa; en tal sentido, la evaluación aun
no se centra en la persona como individualidad y diversidad sino que sigue bajo una
racionalidad técnica. En su mayoría, los docentes recurren a formas genéricas de
evaluación principalmente sobre los temas, aunque algunos están refiriéndose a
aspectos psicoactitudinales así como al avance individual.
63
6.4 Carácter cualitativo de la evaluación
Es claro para el 81% de los docentes que la evaluación debe ser cualitativa y el 84%
sabe que no se requiere el uso de una escala numérica para informar los resultados
de la evaluación. Además, aunque el Decreto 1860 de 1994 no hace referencia a la
63
Se tomará como referencia las respuesta a las preguntas 1.3, 1.4, 1.10, 1.11, 4,7,10 y 18. (Ver anexo 3)
99
información periódica, el 31% consideran que estos informes deben expresar dicha
información apoyándose en una escala cualitativa (E,B,I).
Planilla de Base de
logros datos
19% 8% 3%
16% 34% 6%
13%
Hojas de
seguimiento
Los medios corresponden al tipo de registro que se utiliza para guardar la información.
El diagrama 10 muestra el uso que se hace de ellos. Si se consideran como medios
para una evaluación cualitativa los descriptores o la escala cualitativa, el 95% recurre
a alguno de estos dos y el 58% no recurre a marcas en un lista. Ello estaría indicando
un cambio importante en la recolección y registro de la información hacia un proceso
más cualitativo.
5% 30% 23%
2% 20% 15%
10
0
3%
Marcas de logro
La tabla 4 muestra la relación entre los medios de registro y los instrumentos. Los
medios de registro requieren de un instrumento acorde, como sucede con el uso de
descriptores que está asociado en un 62% de los casos al uso de hojas de
seguimiento, pero también está asociado en un 64% al uso de planillas de logro; sin
embargo, es importante tener en cuenta que en un 34% de ellos se usan
simultáneamente los tres instrumentos de registro analizados de acuerdo con el
diagrama 9.
INSTRUMENTOS
Medios Planilla de logros Base de datos Hojas de seguimiento
Escala cualitativa 42% 29% 40%
Descriptores 64% 46% 62%
Marcas de lista 30% 22% 29%
En relación con los descriptores como medio de registro, el 29% de los encuestados
hace uso de ellos en una base de datos o en una hoja de seguimiento (diagrama 11).
De este grupo se podría decir que los instrumentos que emplean y los registros que
realizan corresponden a una evaluación descriptiva cualitativa.
Descriptores Hojas de
seguimiento
1% 8% 22%
3% 18% 22%
Bases de 8%
datos
De acuerdo con el diagrama 12, el porcentaje de docentes que enuncian tanto las
causas como las diferencias individuales del logro y que además, usan una base de
datos o una hoja de seguimiento para registrar la información corresponde a 21%;
además, otro 15% utiliza las mismas formas de registro pero solo explica o las razones
o las diferencias individuales. Es decir, que un 36% estaría desarrollando una
evaluación descriptiva especificando el cómo, o el porqué o ambas componentes del
logro y además, están registrando la información en medios acordes.
9% 21% 5%
0%
Informa diferencias
individuales
Este grupo estaría desarrollando la evaluación con base en una racionalidad práctica
en este aspecto, al tener en cuenta la individualidad y no solo los resultados o la
homogeneidad de los mismos.
Se puede afirmar que la evaluación tiene un carácter cualitativo en más de las dos
terceras partes de los docentes si se atiende a los instrumentos y clases de registros
que se realizan y si se asume que una base de datos, una hoja de seguimiento o un
10
2
descripto se utilizan para registrar información cualitativa individualizada; sin embargo,
si se atiende al contenido de esa información, solo para una tercera parte es
descriptiva y explicativa en cuanto expone las causas y las diferencias en la
consecución de los logros y además, utilizan los medios e instrumentos de registro
acordes a tal fin.
Al respecto, en las conclusiones de la mesa Nº. 6 se afirma que “Esta evaluación tanto
cuantitativa como cualitativa está implícita; el maestro debe verificar que sus
aprendizajes sean significativos, esto quiere decir que la evaluación tanto descriptiva
como sumativa, tiene que estar inmersa de una u otra forma”. Podría decirse que en
esta aseveración hay confusión entre los cualitativo y lo cuantitativo dado que con
independencia de la evaluación que se realice, los aprendizajes pueden ser o no
significativos; además, hay confusión entre lo sumativo y lo descriptivo porque el
carácter sumativo no interfiere necesariamente con lo descriptivo.
Con base en ésta última afirmación y en el análisis de las respuestas de los docentes,
es claro que el carácter cualitativo de la evaluación no se diferencia del carácter
descriptivo. Se puede afirmar que la evaluación no se caracteriza como cualitativa
porque, con algunas excepciones, se usan descriptores preelaborados y no se
desarrolla una evaluación explicativa que atienda a los cómos y a los porqué de los
resultados y procesos que desarrolla el alumno.
Además, se sigue utilizando una escala literal para los informes parciales, aunque
legalmente no se habla de tal necesidad; los docentes aun no se desprenden de
alguna forma que indique un veredicto definitorio, como lo expresan los integrantes de
la mesa Nº. 6 en la que participaron 95 docentes: “otra opción es tenerla (la escala)
muy presente al final del año en el informe que queda en la institución porque de
pronto el alumno se va y si el profesor no regresa el año entrante, entonces quien iba
a dar esa valoración”. Es una afirmación que contradice una valoración cualitativa que
no estaría informando suficiente dado que solo quien fue el docente puede emitir un
juicio sobre el alumno; o la investidura del docente frente al alumno y la institución
sigue siendo tal que es únicamente de su fuero dar el veredicto final sobre un alumno.
Afirmaciones de esta naturaleza hacen evidente que las comisiones de evaluación aun
no tienen la existencia institucional que deberían en tanto que el docente sigue siendo
quien avala los resultados.
Los docentes en un porcentaje alto (86%) saben que la evaluación debe considerar la
valoración que el alumno hace sobre su trabajo.
La participación del alumno es escasa porque, si bien los resultados globales están al
rededor del 70%, la frecuencia con que se realiza es de cuatro veces al año en la
mitad de los casos. Además, al referirse a todos los componentes enunciados se
puede decir que la participación del alumno se lleva a cabo entre 6 y 10 veces para el
3.5% y 11 veces al año para el 7.6%. Si se considerara que los aspectos enunciados
se tomaron como referencia a veces, un 22% adicional estaría dando espacio a la
participación del alumno. Sin embargo, estos dos grupos solo alcanzan una tercera
parte de los casos.
64
Se tendrán en cuenta las respuestas a las preguntas 1.8, 3.2, 6.3, 14, 15, 16 y 19.1. (Ver anexo 3)
10
4
Tabla 5. Participación del alumno en el proceso evaluativo
Al tomar como referencia que la participación se debe realizar en los diferentes actos
evaluativos, se puede afirmar que la de los alumnos no supera la tercera parte. Sin
embargo, casi el 75% toma parte en el análisis sobre los planes de superación de
logros dado que éste es uno de los componentes más importantes para que haya un
avance en el aprendizaje y que la promoción esté fundamentada en un proceso de
mejoramiento continuo; el 48.2% de los docentes realiza dicho análisis al mismo
tiempo que se utiliza para que el alumno aprenda del acierto, del error y en general de
la experiencia; este porcentaje contrasta con la baja frecuencia con que se informa al
alumno (16%).
Alumnos Padres
4% 1% 0.5%
18% 16% 7%
25%
Docentes
La participación de los alumnos es aun más baja (63%) y la de los padres no alcanza
a la mitad de las posibilidades (47%). En el diagrama 14 se observa que solamente en
un 17.1% de los casos participan siempre los tres en la determinación de la promoción
y en un 23.5% participan el docente con el padre o con el alumno.
Alumnos Padres
5% 1% 1%
16% 17% 7%
27%
Docentes
Este deber ser de la evaluación es claro para los docentes y directivos como se
corrobora en las conclusiones de varias mesas de trabajo, pero aun no trascienden a
la acción evaluativa. Algunos de los aspectos que se exponen en dichas conclusiones
dejan ver claramente la preocupación por democratizar la evaluación dando espacio al
alumno mediante la autoevaluación y con un cambio en las relaciones de poder.
Sobre la autoevaluación, los integrantes de la mesa Nº. 8 explican que ésta “como
evaluación crítica [ que es] genera autoestima, valoración del otro, desarrollo de la
autonomía, producción de conocimientos, crecimiento personal y autoconocimiento
[...] poniéndose de relieve aquí el valor del respeto, el derecho a la palabra, la
solidaridad. Propicia además, el acercamiento de culturas diferentes”. Es evidente que
el deber ser de la autoevaluación enfatiza en la dimensión humana, centrada en un
componente axiológico, característico de una racionalidad práctica; sin embargo,
aunque enuncia el componente crítico, no alcanza a fundamentar la formación de una
conciencia reflexiva que lleve a una transformación, sino más bien hacia los valores
que conserven lo existente.
En relación con el mismo tema, en las conclusiones de la mesa Nº. 2 se expresa: “es
necesario creer en el otro para que tome conciencia de modo que la escuela se
desarrolle sin protagonismo, creando espacios de participación democrática, para
superar el error, para que el alumno se forme como sujeto”.
Así mismo, en la mesa Nº. 1 se expresa que el cambio en evaluación se justifica por
cuanto “hay un nuevo proceso de participación, obedece a la misma dinámica de la
vida; son procesos más democráticos donde el que determina las cosas no puede
decidir en línea vertical y desde fuera sino que tiene que ser concertada y asimilada
por la institución; entonces, el nuevo enfoque evaluativo de promoción desarrolla una
dinámica de participación”.
Los aspectos a los que más recurren los docentes encuestados para determinar los
logros de una asignatura son los relacionados con cada área (88%), los logros e
indicadores de cada grado (86%) y los temas a desarrollar (77%). Es significativo que
solo un 65% involucra los indicadores de logro determinados por la Resolución 2343
de 1996; así mismo llama la atención que aun no se involucran suficientemente los
proyectos de formación ( 54%) y la integración de áreas en los logros de las
asignaturas ( 46%).
65
Se tomarán como referencia la pregunta 9, 12.1, 12.2, 18.4 y 20.2. (Ver anexo 3)
10
8
uso del tiempo libre, la democracia, la convivencia, el medio ambiente y la sexualidad,
proyectos pensados para atender a las demandas del contexto y para integrar saberes
que den respuesta a problemáticas sociales y del entorno, como lo enuncia el Decreto
1860 en los artículos 14 y 36.
Dado que el aspecto más atendido para determinar los logros está constituido por los
logros de cada área (88%), se puede establecer la relación de éste con los demás
aspectos, como se sintetiza en la tabla 6.
Según la tabla anterior se puede afirmar que si bien los logros se determinan según
las áreas académicas (art. 23 de la Ley 115 de 1994), este aspecto en general está
asociado con otros que permiten la integración de los logros de acuerdo con el grado
escolar. Sin embargo, se observa que el énfasis sigue estando en los aspectos
académicos. Con base en las respuestas de los docentes sobre este tema, el 95%
considera algún aspecto académico en esta determinación de los logros, mientras que
un 89% tiene en cuenta aspectos relacionados con el individuo como los logros del
grado o los proyectos pedagógicos de formación.
Por otra parte, del 54% de los docentes que tiene como referencia los proyectos de
formación para determinar los logros a evaluar, solamente el 24% siempre informa
sobre ellos y el 18% lo hace a veces. Además, del 86% que determina los logros a
evaluar de acuerdo con los del grado, solo un 35% involucra en el informe aspectos no
académicos. Se entendería que hay un desfase entre la planeación y la evaluación de
los logros en un aspecto de gran relevancia en la nueva norma sobre evaluación
como son los proyectos de formación y el desarrollo de la evaluación de acuerdo con
el grado, el nivel y el ciclo escolar.
En cambio, del 88% de los docentes que determinan los logros según las áreas
académicas, el 70% evalúa con base en este aspecto como referente y solamente el
36% de quienes consideran la Resolución 2343 para determinar los logros a evaluar
también toman los otros aspectos que ésta reglamenta: referirse a los proyectos de
formación, los logros del área y los logros del grado. Es decir, que la mayoría de los
docentes sigue centrando la evaluación en los logros académicos aunque en la
planeación enuncie otros aspectos.
10
9
En relación con los momentos utilizados para determinar los logros de cada año
escolar, el 21% de los docentes no se reúne con la comisión de evaluación para tal fin
y el 16% se reúne una sola vez; esto significa que para ellos los logros no se
establecen como grupo docente o se establecen solo al comienzo del año y no se
ajustan en el transcurso del mismo. Solamente 34% se reúne más de 5 veces al año,
característica que estaría mostrando en este grupo, una evaluación continua que hace
parte de un proceso educativo dinámico en el que los indicadores de logro se ajustan
según las necesidades del grupo y que no solamente espera resultados para tomar
decisiones.
Ahora bien, de este último grupo de docentes (34%) el 32% también determina los
logros de acuerdo con las áreas y el 29% los determina con base en los logros de los
grados. Por otra parte, el 30% de quienes atienden a los proyectos de formación, no
se reúnen por grado para planear los logros.
Por otra parte, es clara la racionalidad técnica que orienta la determinación de los
logros que responde a una estructura central de control, aspecto que se corrobora con
la conclusión que exponen los integrantes de la mesa Nº. 6: “la democracia tiene sus
fronteras, también tiene unos parámetros. [...] Esta planeación [curricular] debe ser
respetuosa de la autonomía, incluyendo las directrices que vienen a veces del
Ministerio que alteran muchas veces esa autonomía que hay a nivel interno”.
Para los fines de esta investigación, el análisis de los usos que los docentes dan a los
resultados de la evaluación se hará con base en tres aspectos: para informar y decidir,
para la formación del docente y del alumno, para generar actividades acordes a las
necesidades individuales.
66
Se tomarán como referencia las preguntas 11, 19.6, 20.1. (Ver anexo 3)
11
0
Tabla 7. Usos de los resultados de la evaluación.
Por otra parte, como se observa en la tabla 7 la frecuencia con que se realizan los
informes para los padres de familia es 3.7 veces al año para el 95% de los docentes;
la frecuencia con que la comisión analiza la promoción de los alumnos es de 1.6 veces
al año para el 98%.
Además, es importante anotar que hay un 36% de quienes usan los resultados de la
evaluación para analizar la promoción o reprobación de los alumnos, que llevan a
cabo este proceso más de una vez en el año, grupo que estaría teniendo en cuenta la
posibilidad de realizar la promoción anticipada y no estaría mirando esta alternativa
solo una vez al año, sino en otros momentos del mismo, como lo prevé el artículo 52
del Decreto 1860.
En relación con el segundo uso de la evaluación es significativo que las tres cuartas
partes (74%) de los docentes estén aprovechando la evaluación de los alumnos para
evaluar su propia acción, factor fundamental en el mejoramiento de la acción
educativa, por cuanto la diferencia entre el aprendizaje de los alumnos y las
expectativas del docente permite valorar no solo la calidad de su acción sino también
la pertinencia de los temas y los logros propuestos de acuerdo con las características
del grupo y del desarrollo evolutivo de los alumnos. Por otra parte, la evaluación debe
ser un medio de formación fundamental para el alumno y así lo consideran el 84% de
los docentes. Además, el 71% lo asume como un medio de formación tanto para uno
como para otro. (Ver diagrama 15)
Para formación
del docente
3%
71%
13%
Una de las conclusiones de la mesa Nº. 9 corrobora esta manera de ver la evaluación,
como un medio de formación del alumno al decir que la evaluación “le permite
racionalizar qué necesita de lo que se le está brindando, qué es lo que más le va a
11
1
servir”. Sin embargo, si bien ésta es una clara expresión de una racionalidad práctica
de la evaluación, también hay que tener en cuenta que la frecuencia con que se
informa al alumno sobre sus resultados, la frecuencia con que se dialoga con él y se
confrontan sus resultados, hace difícil que tal finalidad se realice.
Usan la evaluación
para profundización
21%
47%
20%
Conocen la norma
Por otra parte, el 94% de los docentes sabe que se deben realizar planes de
superación de logros pero solamente el 71% de ellos utiliza los resultados de la
evaluación para tal fin; sin embargo hay un 4% adicional que aunque no conoce la
norma al respecto, si tiene en cuenta esta utilidad. (Ver diagrama 17)
Usan la evaluación
para planes de superación
11
19% 2
71%
4%
Conocen la norma
En relación con los usos que se dan a los resultados de la evaluación se puede decir
que entre dos terceras y tres cuartas partes de los docentes lo hacen en forma
coherente con las demandas de la norma, pero al retomar el análisis hecho en el
numeral 5 de este capítulo, se observa que estos procesos no tienen ni la frecuencia
requerida ni la pertinencia más adecuada para atender las necesidades individuales
de modo que se logre un mejoramiento en los alumnos. En tal caso, si bien hay
acciones aisladas en el tiempo que corresponden a una racionalidad práctica, la poca
continuidad en la evaluación no hace posible tal racionalidad.
67
6.8 Planes diversificados
67
Se tendrán en cuenta las respuestas dadas a las preguntas 1.6, 1.7, 11.1, 11.3, 11.4, 14.3, 14.4, 15.3, 15.4,
16.3, 16.4 y 17. (Ver anexo 3)
11
3
concepción técnica de la individualización en la que el actor no participa sino para
ejecutar.
Plan superación
Planes de profundización
Los padres de familia tienen mayor posibilidad de participar en relación con los planes
de superación (59%) y es menor en relación con los planes de profundización (46%) y
solo el 29% participa siempre en la determinación de ambos planes. Es un proceso
evaluativo que comienza a involucrar a la comunidad para que exponga sus puntos de
vista pero si se considera la baja participación que tiene en los demás actos
evaluativos, como el análisis de la promoción (47%) y de la consecución de logros (
44%), se puede afirmar que la participación en el proceso de mejoramiento del alumno
está en la mitad de las posibilidades y correspondería a una racionalidad práctica de
mantener en contacto a los padres de familia como corresponsables de la educación.
Plan superación
13% 29% 0%
Planes de profundización
Plan superación
11
22% 45% 1% 4
Planes de profundización
En relación con las acciones, el 94% de los docentes sabe que deben desarrollar
planes de profundización para apoyar a los alumnos en su proceso de consecución de
logros pero solo el 75% utilizan la información obtenida con la evaluación para
organizar dichos planes. Sin embargo, las acciones y la frecuencia con que se llevan a
cabo éstas no corresponden en cantidad con la participación de los diferentes actores
en análisis de la necesidad de su realización.
Las acciones para llevar a cabo los planes de superación de logros corresponden
fundamentalmente a volver a evaluar, acción que se efectúa con una frecuencia del
70%; estos planes los dirige el profesor (62%) y se hacen durante la clase (60%.). Es
interesante observar que un 40% de los encuestados pertenecen a instituciones que
desarrollan la actividad para superar logros en un horario paralelo a la jornada y como
parte de la organización escolar. Así mismo que en el 97% de los casos este proceso
es dirigido por personas ajenas a la institución. También hay un grupo importante que
la realiza con una frecuencia del 65% en forma individual.
En relación con los actores se puede afirmar la participación más frecuente es la del
docente (68%) mientras que solamente en el 30% de los casos participan siempre
todos los directamente implicados.
11
5
Diagrama 21. Siempre participan en el análisis de planes de superación
Alumnos Padres
5% 4% 2%
14% 30% 6%
18%
Docentes
Estos valores son significativos en cuanto indican que, si bien las acciones tienen una
frecuencia alrededor del 60%, la participación en el análisis de estos planes es baja,
ejemplificando una característica de un modelo que no alcanza a ser liberal sino
burocrático y que aun está lejos de una descentralización al interior de las
instituciones, de entregar la responsabilidad del mejoramiento al alumno y al docente,
sin dejar de mediar para su consecución.
Planes de profundización
Si bien el 69% de los docentes saben que deben realizar planes de profundización y el
68% utiliza la evaluación para organizarlos, las acciones que llevan a cabo no se
realizan en igual proporción. En el análisis de este aspecto se tienen en cuenta las
acciones y los actores.
En relación con las acciones para los planes de profundización, solamente el 17.6%
de los docentes realiza siempre un plan de profundización mediante monitorías o
proyectos de investigación, y un 35% recurre a ella a veces. Quienes realizan estas
acciones en alguna oportunidad, las llevan a cabo dentro de la clase en un 21% de los
casos, por grupos de grados el 20% y por iniciativa del profesor el 49%. Aunque el
73% de los docentes dice que estos planes se realizan por iniciativa de ellos, solo el
50% desarrolla alguna acción concreta.
Alumnos Padres
11
8% 1% 3% 6
8% 20% 5%
14%
Docentes
68
6.9 Comisiones de evaluación y promoción
Para los propósitos de esta investigación, el análisis de la información brindada por los
docentes sobre las comisiones de evaluación y promoción tendrá en cuenta el
conocimiento de la norma al respecto y la frecuencia con que se reúnen para realizar
las diferentes acciones evaluativas.
En general es poca la frecuencia con que las comisiones reciben información sobre
los estudiantes; como se anotó antes, para el 95% de los docentes, esta acción se
realiza un promedio de 2,57 veces al año, promedio menor que el correspondiente al
número de veces que se entregan informes periódicos a los padres de familia (3.74
veces al año).
3 a 5 veces 6 a 10 Más de 10
veces veces
Analizan la Participación de 12.9% 3.5% 3.5%
promoción más de profesores
2 veces al año
Participación de 11.2% 5.9% 2.4%
directivos
Evalúan el Participación de 32.4% 6.5% 5.9%
desempeño más profesores
de 2 veces al año
Participación de 33% 8.8% 3.5%
directivos
De acuerdo con esta tabla, se observa que en aquellos casos en que la comisión se
reúne más de dos veces, la participación de docentes o directivos es similar tanto para
el análisis de la promoción como para la evaluación del desempeño de los alumnos;
en el primer aspecto, la participación más de dos veces es del 19.5%
aproximadamente mientras que para evaluar a los alumnos es del 45%
aproximadamente.
Como se enunció anteriormente, las comisiones aun no tienen existencia propia en las
instituciones y su aparición es aislada para acciones terminales de promoción o de
reprobación, o para acciones puntuales como definir planes complementarios; la falta
de participación de todos los docentes y la poca frecuencia en su acción caracterizan
una racionalidad técnica que atiende a la forma y a los resultados más que al proceso
educativo y al seguimiento del alumno.
11
8
Conclusión
Por otra parte, el análisis de las conclusiones de las mesas de trabajo pone en
evidencia que los docentes expresan un deber ser correspondiente en muchos
aspectos a una racionalidad práctica, caracterizada por la participación y el cambio en
las relaciones de poder; además, con claridad sobre la importancia de la continuidad
en la evaluación. Esta racionalidad no tiene correspondencia en las acciones que
desarrollan los docentes, aunque conocen cuál es el carácter que éstas deben tener.
En tal diferencia se debe tener en cuenta la demanda de capacitación que los mismos
docentes hacen y considerar la necesidad de desarrollar un proceso estructurado de
formación. Es necesario anotar que tal capacitación debe orientarse a que el docente
fundamente su práctica desde una teoría de base que le permita reflexionar sobre la
racionalidad que soporta su quehacer y transformarla en forma crítica.
Así mismo, es claro que se requiere ofrecer un fundamento teórico y legal consistente
para que no solo el docente, sino todo el sistema educativo puedan agotar y superar la
racionalidad técnica de la evaluación.
ANEXO 1
INSTRUCCIONES:
* Este cuestionario busca información sobre aquellos aspectos del proceso evaluativo
que USTED ha realizado al implementar la actual norma sobre evaluación. Por lo
tanto sus respuestas no deben corresponder a aquello que debería ser la
evaluación sino a aquello que en su labor docente lleva a cabo realmente.
1. La actual norma sobre evaluación escolar ordena acciones concretas para desarrollar dicho
proceso. (Marque las acciones que usted sabe que son ordenadas por la norma; en caso de
que USTED no conozca esa información, marque: No sabe)
12
6
No Si No sabe
Desarrollar una evaluación en forma permanente
Tener en cuenta principalmente lo académico
Evaluar cualitativamente
La escala en letras debe tener una escala correspondiente
en números
La evaluación del rendimiento escolar se realiza solo entre
el profesor y su alumno.
Realizar actividades de profundización con los alumnos
más adelantados
Realizar actividades para apoyar la superación de logros
con los alumnos que no los hayan alcanzado en la clase
Realizar autoevaluación con los alumnos
Realizar comité de promoción en todos los grados
escolares
Usar la escala E, B , I para transferencia de alumnos de
una institución a otra
Usar una escala E, B, I en todos los informes periódicos
6. La cantidad de veces en el año que USTED realiza las siguientes acciones evaluativas es:
No Si
Planillas de logros por grupo de estudiantes
Base de datos en el computador
Hojas de seguimiento por estudiante
Otros ? Cuáles ?
8. Es posible que usted haya realizado acciones para conocer el cambio de las normas sobre
evaluación: (Marque con una cruz las acciones que USTED ha realizado.)
12
8
No Si
Leer la ley 115 y los decretos reglamentarios,
Leer artículos sobre el tema en libros y revistas de educación
Realizar curso o cursos sobre el tema
Participar en grupos de estudio
Participar en reuniones con miembros de otras instituciones
educativas
Leer artículos de prensa
Otras ? Cuáles ?
No Si
Los logros e indicadores de cada grado
Los logros e indicadores de cada área
Los logros e indicadores de los proyectos de formación
Los temas a desarrollar
La integración por áreas
Los indicadores de logro dispuestos en la Resolución 2343
Otros? Cuáles ?
10. En su institución, la consignación de los resultados alcanzados por sus alumnos se realiza
mediante:
No Si
Una letra que corresponde a una escala cualitativa
Letras de una escala cualitativa que tiene valores intermedios
Valores de una escala numérica
Enunciados que describen el resultado logrado o no logrado
Marcas en una lista que indican si se alcanzó o no cada logro
Otros ? Cuáles ?
No Si
Organizar las acciones remediales
Elaborar los informes de cada período escolar
Que el alumno tome conciencia de sus errores o de sus capacidades
12
Organizar planes de profundización
9
Que el docente tome conciencia de las deficiencias o fortalezas de la
clase
Decidir la promoción o la reprobación de un estudiante
Otros ? Cuáles ?
13. El proceso para que el alumno supere los logros no alcanzados consiste en que la acción
remedial:
Nunca A Siempre
veces
La consecución de los logros
La promoción de los estudiantes
La necesidad de realizar actividades de superación
de logros
La necesidad de realizar un plan de profundización
18. Los informes descriptivos que se envían periódicamente a los padres de familia de su
institución se caracterizan porque:
13
1
Nunca A Siempre
veces
La información proviene principalmente de las
evaluaciones acumulativas del final de cada período
escolar
Explicitan si el nivel de los logros fue E, B ó I
Señalan el nivel de logro en aspectos formativos no
académicos
Describen aspectos formativos no académicos
Señalan en forma separada los logros alcanzados
en cada asignatura
Describen las condiciones en que se alcanzó cada
logro
Explican las razones por las que no se alcanzaron
los logros
Sugieren acciones de nivelación o profundización
Otros. Cuáles ?
19. La cantidad de veces al año que en su institución informan los resultados de la evaluación
de sus estudiantes es:
20. La cantidad de veces al año que la comisión de evaluación de cada grado de su institución
ha realizado las acciones evaluativas es:
21. Cada miembro de su comunidad educativa participa en momentos diferentes del año en la
comisión de evaluación, de acuerdo con su función. (Marque la cantidad de veces al año que
cada uno participa en la comisión)
ANEXO 2
Este anexo contiene la tabulación de las respuestas obtenidas de 170 docentes sobre
la encuesta del anexo 1.
En las preguntas sobre frecuencia de las acciones (Nº. 6, 19, 20 y 21), la columna De
cero a diez: frecuencia, representa el promedio ponderado de los valores parciales
de las cinco columnas iniciales tomando para cada columna el punto medio como
aparece en la tabla 9. Además, la columna denominada De cero a diez: porcentaje,
representa el porcentaje de docentes que cubre este promedio. Y finalmente, la
columna denominada Más de once: porcentaje, representa el porcentaje de
encuestados que contestó: “Once veces o más”.
Tabla 9.
Tabla 9
13
4
Tabulación de los resultados de la encuesta: ¿Cómo estamos evaluando?
4. Los informes que USTED realiza sobre sus Nunca A veces Siempre Total
estudiantes:
4.1 Señalan los logros alcanzados 0 31 126 83%
4.2 Describen las condiciones en que se alcanzó 25 77 51 53%
el logro
4.3 Explican las razones por las que no se 22 78 53 54%
alcanzó un logro
4.4 Sugieren acciones de nivelación o 8 47 99 72%
profundización
ANEXO 3
CONCLUSIONES DE LAS MESAS DE TRABAJO.
PRIMER ENCUENTRO NACIONAL DE EVALUACION Y PROMOCION ESCOLAR
Biblioteca Luis Angel Arango, Noviembre 07 de 1997
A una nueva sociedad un nuevo estilo de educación y ese nuevo estilo de educación
no es desarticulado de todos los sectores sociales que intervienen en esa nueva
concepción. Tomamos las reflexiones que a nivel de la cumbre mundial e
iberoamericana se han venido haciendo en torno a la educación que pasa a ser vista
como eje de desarrollo; la forma como se sigue el proceso de esta educación tiene
que ser modificada en el aspecto evaluativo. Además, como desde las ciencias
sociales siempre se había movido un paradigma cuantitativo y actualmente ellas
mismas se han cuestionado; ¿por qué nosotros trabajamos con un paradigma
cuantitativo que fue pensado para las ciencias exactas si nosotros nos movemos bajo
otro objeto de conocimiento? Entonces esto cuestiona también la evaluación porque la
evaluación pasa a ser vista no únicamente para determinar resultados sino que como
un instrumento y ese es el término más justo ”un instrumento que se convierte en una
forma de investigación“. Si el enfoque de las ciencias sociales era cuantitativo y pasa a
ser cualitativo entonces la evaluación, como una manera de investigar, pasa también a
replantearse bajo un enfoque cualitativo.
Los logros no se pierden porque éstos son un avance y no se puede perder lo que no
se pierde y durante un año algo se avanza; en consecuencia, cuando no se alcanza
un logro se debe preguntar en que se falló. El problema se hace más denso cuando se
habla de la evaluación y en especial si se mira las demandas del Ministerio de
Educación Nacional por medio del ICFES.
14
4
Mesa Nº. 4: Cómo influye la formación del docente en la evaluación
Relatora: Yolanda Vivas.
3. La planeación curricular
Probablemente por la innovación estamos perdiendo un concepto y es que la
democracia también tiene sus fronteras, la democracia también tiene unos
parámetros, también tiene unas normas, también tiene unas reglas; si ésta es mal
manejada, nos va a dar un concepto anárquico. Esta planeación debe ser respetuosa
14
6
de la autonomía incluyendo las directrices que vienen a veces del Ministerio y que
alteran muchas veces esa autonomía que hay a nivel interno.
2. ¿ Qué estrategias hay para el docente frente a la carga académica y con todo este
trabajo que tenemos frente a evaluación, promoción y comisiones ?
No vamos a volver a decir carga académica porque fuera de haber trabajo bien
dispendioso, en los colegios decimos carga y se nos vuelve otra carga; entonces
decimos labor académica.
¿Qué está haciendo el maestro frente a este problema de las diferencias en los
cursos? Nos remitimos a lo que es colegio privado y oficial una cosa es lo que se
hace en colegio privado que tiene en cuenta un montón de calidades y en el oficial hay
otras deficiencias que no se tienen en cuenta; también se habló sobre el desarrollo
humano; si vamos a hablar de ritmos tenemos que hablar de desarrollo humano.
Los del ICFES hacen dos tipos de pruebas; una es la prueba del Estado que califica
cómo está el alumno; el que da importancia al puntaje no es el ICFES, sino las
universidades que establecen quién pasa o no el ICFES; el ICFES simplemente está
diciendo en qué situación está el alumno con todas sus materias; las universidades
son las que establecen si está adecuado o no para determinada carrera.
Las alternativas están dadas prácticamente y lo que tenemos que hacer es revisar,
renovar y mejorar el trabajo y buscar que sus resultados sean óptimos; entonces, se
estudia no para otros como es el tradicional concepto, estudiamos cada uno para
nosotros mismos y si cambiamos ese concepto del estudio vamos a mejorar la
evaluación; la evaluación es un proceso, que no es un proceso final que es como está
concebido, sino un proceso a lo largo de todo el proceso; por lo tanto no tiene un
momento tiene todos los momentos a lo largo del proceso educativo.
Otro punto es que el saber se construye entre el maestro, el dicente, incluso el padre
de familia o sea es integral la conformación del proceso; también desvirtúa la relación
del poder tradicional y se establece una equidad todos los participantes del proceso,
ya el maestro no es el chacho de la película; ya todos tenemos dos pistolas o no
tenemos ninguna. Entonces permite que todos participemos equitativamente en el
proceso y que todos tengamos derecho a opinar, a ofrecer nuestras alternativas, a
proponer cosas; permite también que el estudiante tendiendo en cuenta que el
maestro abandone ese concepto tradicional del poder se de a un autocontrol: qué
debo hacer, cuál es mi compromiso, qué es lo que yo necesito, qué es lo que debo
15
0
solicitar de mi maestro, qué es lo que debo descartar de los que me están brindando
como educación, pero teniendo en cuenta que el maestro abandone su concepto
tradicional del poder; también permite esto la interacción entre los integrantes de la
comunidad educativa.
1. Es necesario evaluar lo que se está haciendo con los cambios que se han venido
generando.
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15
4